Editorial

Somos convivencia

Uno de los proyectos de los que nos sentimos especialmente orgullosos en el Joaquín Rodrigo es el equipo de Convivencia, que ya lleva el suficiente número de cursos funcionando a pleno pulmón como para que podamos decir que está totalmente imbricado en el instituto, siendo uno de sus puntos fuertes. La idea es que el trabajo de este Equipo, formado por profesorado y alumnado ayudante y mediador sea un eje transversal del centro, que repercuta en beneficio de todos. Desde el minuto cero del primer día en que se da la bienvenida a los nuevos alumnos de 1º de ESO hasta que acaba el curso, el Equipo de Convivencia es un corazón que late al unísono y que no deja de preocuparse por el estado de bienestar de todos los que formamos parte de esta gran familia.

Hace tiempo que los centros educativos han dejado de ser un espacio exclusivo de transmisión de conocimientos y saberes, especialmente en las etapas de Primaria y Secundaria. El factor educativo y emocional es básico a la hora de llevar a cabo estas labores de enseñanza que están totalmente relacionadas con la vida cotidiana de los alumnos. No se trata ni mucho menos de suplir la fundamental labor de las familias sino de complementarla, siempre en complicidad con las mismas, y en intentar que este proceso tan importante de formación no sea ajeno a la sensibilidad de cada uno de nuestros alumnos, que queremos se encuentren en armonía, porque el instituto es un aprendizaje para la vida, más que para el mercado laboral. La pasada semana se pudo retomar la tradicional jornada de convivencia y formación para alumnos mediadores y ayudantes en un albergue de la sierra (de ello damos cumplida cuenta en este número) y que ha vuelto a ser una experiencia extraordinaria, una auténtica celebración de joaquinrodriguismo que nos ha llenado de alegría. A partir de ahí las ondas que se han generado en este encuentro estamos seguros de que se esparcirán multidireccionalmente y que el instituto en su conjunto se verá favorecido.

Y es que uno de los principales objetivos que tenemos cada curso es que nuestras alumnas y alumnos se den cuenta de que remamos todos en la misma dirección, que no hay rivales ni antagonistas en esta historia común, y si en algún momento se percibe esa sensación haremos todo lo posible para darle la vuelta, porque somos todos reflejo y consecuencia los unos de los otros. Que se venga a las clases con alegría, sabiendo que las dificultades que van a ir apareciendo se pueden sin duda solventar, que cada día es una nueva ocasión de aprender y de estar bien, que ese aprendizaje es el que más vale y el que nos posibilitará en el futuro relativizar los conflictos, afrontar las situaciones desde una perspectiva integral y alejar la ansiedad y el rencor de nuestra vida, manteniendo la autoestima alta, así como la mirada comprensiva hacia los demás.