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Somos CJR

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Laura Palomar

Laura Palomar

Cuando nuestra ilustradora jefa Paula comenzó, el pasado junio, a elaborar el mural del periódico, todavía no sabíamos que en cuestión de pocos meses acabaríamos dando el salto de Las Crónicas del Joaquín Rodrigo al más sucinto CJR. Echando ahora la vista atrás, las señales estaban ahí. O tomando prestado el muy apropiado refrán en inglés, the writing was on the wall. Literalmente.

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La firma invitada: Mi segunda casa

¡Hola a todos! Mi nombre es Mario Encinas y hace dos años abandoné el centro al acabar 2º de Bachillerato. Al entrar sentía mucha ilusión y llevaba unas expectativas que una vez pasaban los años me iba dando cuenta de que se superaban. Tengo una gran cantidad de recuerdos y buenos momentos. El día a día era muy divertido y si le añadíamos las excursiones y actividades que realizaba, el centro era mi segunda casa. No paraba de conocer gente maravillosa, tanto compañeros como profesores, todos con una calidad humana espectacular. Han sido muchos viajes, victorias en torneos deportivos, anécdotas en clase, concursos, proyectos y sobre todo aquel baile de la fruta el cual he dirigido tantas veces. Y al final una vez abandonas el instituto lo echas mucho de menos. En la convivencia que tuvimos hace unos días hablando con la profesora Eva y el jefe de estudios Juanchu, les comenté que en la universidad hablo muy bien del centro y que muchas veces me paro a pensar y ojalá pudiera volver a ser el niño que entró en el instituto y disfrutar de nuevo en el centro. El amor que siento hacia el IES Joaquín Rodrigo y la gente que lo forma es tan grande que me ha costado y me cuesta mucho separarme y aceptar que mi tiempo como estudiante aquí ha terminado. Por eso sigo vinculado siempre que me necesitan ya sea para recibir a los nuevos alumnos en las Jornadas de Bienvenida o para realizar actividades con el Equipo de Convivencia del cual formo parte y del que me siento muy orgulloso. Cuando empezó me interesó y participé y seguiré haciéndolo. Es una pasada ver cómo ha crecido y como sigue creciendo. Y al igual que el Equipo de Convivencia ha crecido el centro desde que yo entré también. He visto de primera mano como cada año algo cambiaba a mejor y como aún cada vez que tengo oportunidad de pasarme veo como sigue creciendo. Aprovecho mis palabras de agradecimiento para comentar que deseo algún día ser profesor de Educación Física aquí ya que me estoy formando en eso. Ojalá nuestros caminos se vuelvan a unir pronto. Espero que todas las personas que estáis hoy en día en el centro, estéis disfrutando. Os animo a vivir el día a día al máximo porque cuando os vayáis lo vais a echar mucho en falta. El centro va a seguir creciendo estoy seguro queda mucho camino. Os deseo lo mejor. ¡Y por cierto: aún tenemos pendiente la graduación y mi discurso!

La viñeta La columna

El pasado 13 de diciembre falleció la reconocidísima actriz Verónica Forqué, muy importante en el cine español de la década de los 80 y 90. Pese a la diferencia de generación y de edad, siento una gran admiración por esta mujer, y por ello sigo sin dar crédito a lo crueles e injustas que han sido tantas personas con ella. Entiendo la labor de los periodistas. Deben de entregar material a los periódicos, es su trabajo y lo respeto. Pero me pregunto, ¿hasta qué punto la noticia es inmoral? No es la primera vez que algunos periodistas aprovechan el momento más inoportuno para sacar adelante su reportaje. Con el caso de Verónica se ha cruzado la raya. Han hecho exactamente lo que todo el mundo cataloga inmoral e incluso cruel, como acudir al piso donde falleció para acorralar a la hija de la actriz, preguntando si estaba triste por la muerte de tu madre. Bien es verdad que la muerte de la actriz no ha sido como cualquier otra, pero eso no significa que no merezca el mismo respeto que cualquier otra persona. Verónica se encontraba hundida en una profunda depresión, una enfermedad mental que acaba con todo tu ser, te lo arrebata todo. Quedas como un muñeco, que se mueve, duerme y come. Señoras y señores, Verónica no estaba triste. Estaba enferma, y necesitaba ayuda. Así que de nada sirve llorar la muerte de Forqué cuando hace una semana se le dio la espalda.

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