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México abre (un poco) la puerta al maíz transgénico

Ante la amenaza de una disputa comercial en el marco del T-MEC, un nuevo decreto permite la importación de maíz genéticamente modificado solo para uso industrial y de forraje

Por Jorge De la Rosa

Aunas horas de que venciera el plazo otorgado por Estados Unidos para justificar la prohibición del maíz transgénico, México emitió un nuevo decreto para permitir la importación de este grano solo para uso industrial y de forraje. Aunque la medida busca evitar una disputa comercial en el marco del T-MEC, políticos estadounidenses advierten que la decisión sigue careciendo de fundamento científico y piden a la administración del presidente Joe Biden presentar una demanda en contra de nuestro país.

No obstante, la Secretaría de Economía afirma que el nuevo decreto es compatible con los compromisos del T-MEC y que las quejas impulsadas por EE.UU. tienen un trasfondo político y no económico.

Raquel Buenrostro, titular de la dependencia, advierte que si quisiera abrir un panel en contra de México, se tendría que demostrar cuantitativamente una afectación comercial.

Todo empezó en diciembre de 2020 cuando el Ejecutivo impuso una restricción total al maíz transgénico y el uso de glifosato. Las autoridades estadounidenses emitieron un ultimátum para justificar científicamente los motivos del decreto que afecta de manera considerable a sus productores nacionales debido a que México es el principal comprador de este grano en Estados Unidos; tan solo el año pasado adquirió alrededor de 16 millones de toneladas.

El decreto define al maíz transgénico como el “que ha adquirido una combinación genética novedosa, generada a través del uso específico de técnicas de la biotecnología”. Este tipo de granos son creados para resistir plagas y otras afectaciones. Al igual que con otros cultivos similares, ha sido rechazado por ecologistas quienes advierten que provoca un daño al campo.

Por su parte, la Organización Mundial de la Salud (OMS) advierte que no existe una correlación entre los transgénicos y afectaciones a la salud de las personas. Por el contrario, el estudio realizado por el organismo confirma los beneficios que argumentan los defensores de estos cultivos.

Queremos asegurarnos de que hagan la ciencia, muestren su trabajo y tomen decisiones basadas en evaluaciones de riesgo”

Doug McKalip, Negociador jefe de comercio agrícola de la USTR de Estados Unidos

Además de abrir las puertas al maíz transgénico, el nuevo decreto establece un periodo de transición para la prohibición del glifosato, el herbicida más utilizado del mundo que recientemente la OMS clasificó como una sustancia probablemente cancerígena. En ese sentido, el nuevo plazo para dejar de utilizarlo va del 14 de febrero al 31 de marzo de 2024.

Al mismo tiempo, el Gobierno ordenó a la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) que realizara un protocolo de investigación junto a la Administración de Alimentos y Medicamentos de EE.UU. sobre el consumo del maíz genéticamente modificado y sus posibles daños a la salud.

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