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Agenda 2030, en pro de la armonización de miradas

La sostenibilidad es un concepto clave en el diario accionar de las organizaciones. El concepto se ve interpelado por los postulados de la agenda 2030 que busca impulsar una mirada unificada para armonizar esfuerzos

Por Dra. Soraya Reyes Guerrero Directora de Efectividad Institucional UPAEP

Sostenibilidad es el concepto que se usa para referirse a las acciones y estrategias que se despliegan para resolver situaciones presentes sin comprometer escenarios que enfrentarán las futuras generaciones. Normalmente se le encuentra asociado a sustentabilidad, pues este vocablo también gira alrededor del uso de recursos de forma tal que no comprometa situaciones futuras. La diferencia entre ambos es sutil.

Sustentabilidad se enfoca en el manejo de recursos, mientras que sostenibilidad se centra en la gestión de procesos (en donde los recursos son pieza clave). En ambos casos, se buscan cambios o equilibrios en temas ambientales, sociales, económicos, etc, que derramen sus bondades en las comunidades.

La tendencia mundial a estandarizar prácticas y miradas ha llevado también sus alcances a temas de sostenibilidad en el marco de lo que se conoce como la Agenda 2030 de las Naciones Unidas. Esta agenda se materializa en 17 objetivos y 169 metas. Estos objetivos, llamados Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS, por sus siglas en inglés), han tenido eco en múltiples latitudes y actividades del quehacer humano. El mundo del comercio internacional y la logística no han sido la excepción.

Partiendo de un marco favorable para la generación de alianzas (anticipado en el ODS 17) se pretenden abordar cuestiones de impacto ambiental, manejo de crisis, tecnología, prosperidad social, progreso y calidad de vida por la vía de la cooperación internacional en materia de un desarrollo sostenible. Los esfuerzos son múltiples, pero no siempre de fácil articulación, aún si se dan en el orden individual o local y no mundial.

El prolífico uso de Internet ha reconfigurado muchas cadenas de suministro en el mundo del comercio electrónico que, por ejemplo, han llevado a sustituir entregas físicas por entregas virtuales, o han alentado, en otros casos, una conciencia y diálogo mundial muy intenso y polémico sobre responsabilidad ambiental (ODS 12 y 13).

El nivel de penetración del comercio electrónico que impacta con propuestas innovadoras a múltiples usuarios de diversas generaciones, así como la solución que representó comercialmente hablando durante el periodo de la pandemia, es un tema que constantemente se reporta y asombra. Adicionalmente, puede ser una vía importante para detonar esquemas de fabricación que permitan hacer más con menos y reciclar para ser más eficientes (ODS 12).

El diálogo que puede generarse vía foros basados en Internet posibilita a más voces y más interlocutores a reflexionar sobre temas de impacto global. La conducción ética y estratégica de estos diálogos favorece a una conciencia colectiva sobre temas medioambientales que a todos nos afectan y que son responsabilidad compartida (ODS 13), misma que eventualmente se puede convertir en estándares de referencia internacional para acreditaciones o certificaciones.

Adicionalmente, la tecnología ha impulsado también la creación de nuevos modelos de negocio, muchos de ellos detonando el autoempleo o el emprendimiento, con lo cual se abren posibilidades interesantes de crecimiento, muy en consonancia con lo que impulsa el ODS 9 (industria, innovación e infraestructura), que bien podrían contribuir también a las expectativas del ODS 8 (trabajo decente y crecimiento económico).

En ese mismo orden de ideas, pese a saber que aún hay un amplio camino por recorrer aún, el uso de la tecnología a favor de la optimización de rutas, incorporación de vehículos autónomos, automatización de procesos, el internet de las cosas y la realidad virtual, entre otros, también debe hacer sentir su impacto en la prosperidad, el estratégico diseño de la infraestructura, la gestión de la logística urbana, y la reducción de la huella de carbono a través de soluciones de logística limpia y de manejo sustentable de la energía.

Los postulados de esta agenda, si bien asequibles, no marchan en tiempos iguales en todos los países o sectores industriales, pero son ya un rumbo que se va insertando en la vida diaria y que enmarcan actividades de planeación estratégica. El comercio internacional tradicionalmente se nutre de procesos de armonización como bien pueden ejemplificar las fracciones arancelarias o la codificación de los materiales peligrosos. Por ello, la reflexión sobre lo que plantea la agenda 2030 merece el espacio de reflexión al interior de las organizaciones o gobiernos para impulsar acciones y estratégicas de pertinencia social.

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