2 El Espíritu Santo
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o sé si tienes algún amigo que sea muy chistoso. Uno de esos que siempre está haciendo comentarios graciosos en los momentos precisos y que tiene muchas ocurrencias inesperadas. El problema con ellos es que con el chistoso del grupo la gente solo tiende a conocer ese aspecto de su personalidad y terminan encajo‑ nándolo en ese estereotipo. Es posible que ese amigo chistoso sea un pensador profundo, alguien que planifica bien su vida y sea muy organizado, pero como es el chistoso del grupo, nadie piensa que él pueda ser así. Quizás sea un esposo y padre responsable, pero todos piensan que no es así porque, al ser chistoso, la gente considera que su personalidad no calza con la de una persona responsable. Muchas veces permitimos que simplemente una de las características de una persona nos informe la realidad de toda su persona. Tomamos una sola área que es predominante y dejamos que eso moldee toda nuestra opinión de ella. Guardando las proporciones, pienso que la Iglesia ha hecho algo similar con Dios. Dejamos que simplemente un atributo de Dios sea el que nos informe sobre todo lo que es Dios. Para algunos, Dios es «amor» y por eso concluimos que Dios debe de aceptar sin distincio‑ nes a todos los seres humanos en el cielo. Debido a que enfatizamos el amor de Dios, algunos terminan con una doctrina universalista de la salvación. Para otros, Dios es solo «fuego consumidor». Estas son personas que, al tener esa sola idea de Dios que han generalizado por 17
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