SOCIEDAD
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ATENCION por favor Teletrabajo, redes sociales, reuniones por Zoom, compras online, entretenimiento por streaming… En pandemia, todo compite en la misma pantalla. Entre el miedo de quedar afuera del mundo virtual y el insomnio perpetuo, ¿cuál es el límite? Por CLAUDIA PASQUINI Ilustraciones MARIA REBOREDO
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streaming… Y sigue, sigue, sigue. En los últimos meses, muchos hogares se convirtieron en pequeñas sucursales de la NASA. Pantallas de todos los tamaños, micrófonos, auriculares y aros de luz ocupan mesas, cocinas, dormitorios y todo rincón disponible para conectarse. El trabajo, la educación, la salud, la vida social, el entretenimiento… y hasta el fitness pasaron a depender de Internet. Entrar a la web es un viaje de ida: sabemos cuándo comienza pero nunca cuándo termina, porque todo, absolutamente todo, compite por captar nuestra cada vez más dispersa atención… ¡y lo logra! Dicen los expertos que, por hache o por be,
evisar la agenda en Google Drive, leer los 48 mails de nuestros correos personales y laborales, seguir el hilo de cinco grupos de WhatsApp, ayudar a los chicos con sus clases por Zoom, organizar el cumpleaños familiar por Meet, subir la foto del postre que produjimos para Instagram, buscar una playlist en Spotify para escuchar mientras trabajamos, relojear las noticias en Twitter, identificar un tutorial en YouTube para cortarle el pelo a nuestra pareja, hacer el pedido online al supermercado antes de la próxima videollamada, elegir una serie en
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