clifton steele
En un denodado esfuerzo, se multiplica la búsqueda de biocombustibles respetuosos con el medioambiente…. Es indudable que en todo el mundo circulan cada vez más autos y las emisiones de gases no dejan de aumentar y si bien el número de vehículos eléctricos también va en aumento, aún siguen siendo una pequeña minoría. Tal vez por una razón cultural, muchos no renuncian a sus vehículos convencionales. Una posibilidad de lograr vehículos “limpios”, es a través de los combustibles alternativos. Lo relevante que pueden ser en el futuro lo demuestra, por ejemplo, que Deutsche Bahn (empresa ferroviaria alemana) anunciará que usará combustibles en sus motores diésel. Aunque Porsche también lo está valorando y su motivación es clara, en el caso del legendario Porsche 911, es muy difícil renunciar a su fantástico motor de seis cilindros. Sin embargo, este no es el único tema de preocupación en la industria. La escasez de semiconductores o “chips” surgió como una nueva crisis para para las automotrices y sus concesionarios. Estos elementos son componentes electrónicos diminutos, que realizan funciones muy complejas a grandes velocidades. Sus aplicaciones son inmensas, porque son la base para fabricar los microcircuitos que utiliza cualquier aparato electrónico y la mayoría de ellos está hecha con silicio, sustancia muy común en el planeta tierra. Esto se debe a un incremento muy acelerado de la demanda de semiconductores, a causa de la pandemia, por parte de las industrias de telecomunicaciones y de electrónica, así como la insuficiente capacidad para producir dichos componentes por parte de sus fabricantes. Si bien se calcula que este es un inconveniente temporal y de pronta solución; la contaminación ambiental es el verdadero problema a resolver y que muy pronto, volverá a ser la máxima preocupación de gobiernos, usuarios y fabricantes…
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