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Resumen
que todo lo que podría ganarse con la reactivación de las exportaciones tradicionales que seguiría a la devaluación. Adriani se empeño, en vano, en demostrar lo contrario.17 Lo demás es historia cumplida. El bolívar no se devaluó, y como paliativo se pasó a subsidiar las exportaciones tradicionales, primero, por un sistema de primas, y luego, con un sistema de tasas de cambio diferenciales. La agricultura, en lugar de ser fuerza motriz de la nueva Venezuela, como era la aspiración de Adriani, se había convertido en una actividad subsidiada.
RESUMEN
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1. Para 1935 el petróleo había adquirido una importancia fundamental en la vida económica nacional, como resultado de coincidir el auge de la explotación petrolera con la decadencia de la agricultura exportadora. 2. Entre estos dos fenómenos no se dio una vinculación causal. 3. Sin embargo, de no haber sido por el petróleo, el desarrollo económico del país habría debido basarse, necesariamente, en la modernización del agro con miras a dinamizar las exportaciones tradicionales. Con el petróleo, en cambio, se le abrió al país una opción distinta. 4. Las exportaciones petroleras eran de una rentabilidad tal, que la no devaluación del bolívar no representaba un obstáculo de importancia para las compañías petroleras, mientras que los intereses rentísticos nacionales se veían favorecidos por un alto valor del bolívar. 5. Para los intereses agroexportadores de Venezuela, antes bien, la no devaluación del bolívar era fatal. 6. La discusión acerca de la devaluación o no devaluación enfrentó los intereses de los productores y exportadores del agro venezolano con los nuevos intereses rentísticos del país vinculados a las exportaciones petroleras. Resultó entonces que cuantitativamente ya eran más importantes los últimos que los primeros. El bolívar no fue devaluado.
17Véase la carta de Adriani a Lecuna, op.cit., Primera Edición, p.361 ss.