Humberto Polar, Presidente, Grey México
OPINIÒN
PG.6
Una historia real No importa cuán fuerte queramos que lo sea, la publicidad no es una forma de arte. Tampoco es una expresión de la ciencia. La publicidad es simplemente una disciplina de las comunicaciones que devino profesión en sí misma. En contadas ocasiones, fenómeno cultural (en el sentido de su impacto en la cultura de masas). La mayor parte del tiempo, un ruido de fondo de la vida urbana que, si acaso alcanzamos a ver, olvidamos sin mayor protocolo. La publicidad ha tomado muchas cosas prestadas del arte, del entretenimiento y de la ciencia. Algunas metodologías. Algunos formatos. Algunas intuiciones. Eso ciertamente ha influido en su desarrollo. Si comparamos publicidad de hoy con la de hace solo 20 años, nos sorprenderíamos mucho. A veces es difícil entender que el fenómeno del Whopper Detour (un hack para descargar el app de pedidos a Burger King dentro de los locales de McDonalds en USA) y un comercial de TV de una margarina/cereal/leche/pan tajado/mermelada (todos son iguales) con una familia feliz papá/mamá/ niña guapa/niño gracioso sean ambos, ontológicamente, publicidad. Pero lo son. Sirven para lo mismo.
mercado negro
A propósito, ¿para qué sirve la publicidad? Esencialmente, para que una persona común y corriente
Humberto Polar
Presidente
Grey México
done, por un instante, alguna porción de su interés a una empresa que quiere venderle algo, a través de una marca comercial. Esencialmente eso. Hay algunas permutaciones. En vez de una empresa, puede ser un gobierno o un individuo el que quiere venderte algo. En vez de venderte algo (en sentido literal), esa entidad puede querer convencerte de algo, cambiar tu impresión de algo. En el caso de UTEC, esta entidad es una universidad. Y de lo que UTEC quería convencernos al inicio del verano del 2012 es que la ingeniería había cambiado. Si eres un peruano de clase media de 50 años de edad, probablemente uno de tus sueños es que tu hija o hijo sea ingeniero. Una profesión respetable, nos enseñaron. Para esa chica o chico de 18 años que empieza a considerar qué profesión estudiar, sin embargo, la percepción puede ser radicalmente diferente. Para empezar, ¿qué significa ser ingeniero/a para un centennial? (Creo que ese es el nombre demográfico de esta generación). Un extremo del paradigma nos propone la idea original del ingeniero constructor, que edifica y levanta infrastructura. El otro nos propone al alquimista de