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Los Endemoniados de La Balma. Mito y realidad
from Revista de Antropología y Tradiciones Populares Nº9
by Sociedad Española de Antropología y Tradiciones Populares
Vista general del Santuario de la Balma, (Zorita del Maestrazgo, Castellón) MIT O Y REALID AD
Los Endemoniados de La Balma
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Felipe Perea
(…) y se celebra en ella una gran fiesta todos los años el 8 de septiembre, a la cual acuden de toda la provincia centenares de familias, unos por la gran devoción, y otros por el deseo de que alguno de sus hijos o parientes sea curado con los exorcismo que le dice el cura en aquella ermita, cuya imagen goza de antigua fama para curar a los endemoniados (…)
Bernardo Mundiana: Historia, Geografía y estadística de la Provincia de Castellón (1872)
La comarca del Maestrazgo (Teruel-Castellón) es por antonomasia uno de los puntos más heterodoxos de nuestro país. El tradicional aislamiento geográfico, su despoblación y la conservación de numerosas fiestas y ritos que mezclan religión y paganismo le hacen lugar clave y destino obligado de los amantes del Turismo mágico en España.
El Santuario
Uno de los lugares más conocidos es sin duda el Santuario de la Mare de Deu de La Balma (Zorita del Maestrazgo, Castellón), muy cerca de Morella, sitio de culto desde tiempos ancestrales, es muy probable que nos encontremos ante un enclave de culto prerromano, posiblemente un lugar de ofrendas a dioses paganos, debido a su situación privilegiada y al dominio de todo el meandro del Río Bergantes, en sí todo el enclave sobre el que se sitúa el Santuario era originalmente un conjunto de abrigos y covachas que, mediante reconstrucciones y cerramientos tapiados con muro corrido acabaron formando una galería de unos 180 m de recorrido en que se incluyó la iglesia con su campanario, y la hospedería.
La ermita-cueva, construida en 1667, cuenta en su fachada con balcones. Se accede por una larga escalinata que conduce a la hospedería. A ambos lados de la misma se sitúan las escaleras que conducen al piso superior donde se sitúa la llamada sala de las danzas con arcos de medio punto.
La Balma hacia 1925
Desde la hospedería se accede a la gruta alargada, por la que tenemos que caminar casi agachados y el mirador que, bordeando el precipicio sobre el cauce del río Bergantes, sirve de acceso a la ermita, a la que accedemos por un pórtico esculpido en la misma Roca.
Gruta de acceso a La Balma Interior del Santuario de La Balma
En el interior de la ermita-iglesia es una gran cueva alargada, donde encontramos la imagen de la Virgen de La Balma (imagen moderna ya que la original desapareció en la Guerra Civil), rodeada siempre de cientos de cirios y protegida por varias rejas, y al lado miles de exvotos que cuelgan de las paredes y que impresionan por su variedad: trajes de novia, de militares, fotografías, sombreros, papeles amarillentos con escritos agradeciendo a la Virgen de la Balma su intercesión, decenas de figuras de cera todo preparado siempre para su Fiesta los días 7-8 de Septiembre.
Muro con exvotos en el interior del Santuario
Exorcismos y endemoniados en la Balma
Más de seis mil personas, procedentes de los más apartados pueblos, acampan en cuevas, bajo los toldos de los carros, esperando presenciar el prodigio de la liberación de los poseídos. (...)
Tres días con los endemoniados, Alardo Prats y Beltrán
El periodista Alardo Prats (con gafas), uno de los primeros que investigaron los fenómenos de La Balma con unos “endemoniados” (1929) Las Caspolinas de La Balma
Como hemos comentado, nos encontramos ante un enclave de culto prerromano, posiblemente un lugar de ofrendas a dioses paganos, El origen del culto a la Virgen se inicia en 1308, cuando un pastor de los alrededores de Zorita tiene la visión de la virgen en el barranco, pero ya desde antes de la visión se tienen noticias de Ritos de Exorcismos y visiones demoníacas en las cuevas de la zona.
No deja de ser curioso el topónimo Balma, el cual es de origen Celta y se refiere a una cavidad subterránea. Se le puede relacionar con otros topónimos similares a Balma, como Sainte-Baume baumo en dialecto Provenzal), aquí aparece claramente el binomio Cueva-Lugar Mágico. En el S. XIV hubo en La Balma una ermita a Santa Magdalena, producto del hallazgo de la imagen de la Mare de Déu de la Balma, lo cual nos lleva a pensar que este culto pagano prerromano podía haberse realizado a un ente maligno o demoniaco, que posteriormente derivó en los ritos de exorcismo en la Ermita, aunque es posible que esos ritos sean aún más antiguos.
Las fuentes hablan que en la época de máximo auge acudían a la Romería alrededor de 10000 personas, la mayoría curiosos y supuestos endemoniados que iban a obtener la intercesión de la Virgen y ante la cual se practicaban una serie de ritos que podrían tacharse de Exorcismos o ritos de sanación relacionados con la expulsión de demonios, es aquí donde aparecen las figuras de las llamadas Caspolinas mujeres, curanderas, sanadoras que acudían desde la Zaragozana ciudad de Caspe (de ahí el nombre) y que eran las que se ocupaban de practicar los ritos de liberación demoniaca a los supuestos poseídos.
Todo el culto a la virgen estaba claramente orientado a la curación de enfermedades de posesión y peticiones de curaciones milagrosas, todo siempre el manto del Sacerdote o el Clérigo de turno y con el visto bueno de la jerarquía católica, aunque estos van perdiendo fuerza y desde finales del siglo XIX, los exorcismos dejan de ser dirigidos en el santuario por clérigos y van apareciendo curanderos, espiritistas y brujas que conducen los rituales, y que convertían los aledaños del Santuario en tétricos escenarios de exorcismos todo imbuido de un delirio general de
todos aquellos que los presenciaban y creían a pies juntillas todo lo que estaba allí ocurriendo.
Durante los años de la Dictadura de Primo de Rivera, e incluso durante la Segunda República, miles de personas acudían a La Balma para ver duchos exorcismos (algunos con rituales paganos), tanta fue la afluencia de supuestos endemoniados que la propia Iglesia tomo cartas en el asunto y se prohibieron dichos Ritos por parte del Obispado en 1936.
Realidad de los exorcismos de La Balma
Pero ¿cuál era la realidad de estos ritos?, hay que hacer énfasis en el contexto social de la época de máxima afluencia a los ritos de La Balma: España años 20, alto grado de analfabetismo, nulo acceso a la sanidad, pervivencia en la mentalidad colectiva de creencias relacionadas con las posesiones de demonios y espíritus de fallecidos; todo ello era un excelente caldo de cultivo para la aparición de fenómenos de masas como el de La Balma, donde además se unía una comarca casi aislada y con altos índices de pobreza.
La realidad verdadera en La Balma muchas veces era más dura que la propia fama de los «malditos» que acudían al lugar. La mayoría de los endemoniados eran simplemente epilépticos, enfermos mentales o esquizofrénicos; los asistentes a los ritos en su mayor parte gente analfabeta, pobre, hambrienta, fácilmente manipulable e impresionable, un colectivo tremendamente supersticioso, al cual las «Brujas» y «Espiritistas», cuentistas, timadores y gente sin escrúpulos en su mayoría, aterrorizaban sacaban el poco dinero que tenían, todo ello dentro de un paisaje digno de la España más negra, cercana al delirio colectivo de una masa enfervorecida, que a la existencia real de fenómenos sobrenaturales. El paso de las décadas hizo el resto y convirtió estos hechos en mitología mágica de nuestro país, no siempre basándose en hechos reales, inventando y tergiversando la historia del Santuario y su romería después de su aparición en programas sensacionalistas del misterio que en nada se basaban en lo ocurrido allí. Hoy El Santuario de la Mare de Deu de La Balma es un lugar bello y turístico que todo aquel debe visitar dejando atrás supersticiones, dejándose envolver en su ambiente mágico.
Rosarito Usó Petit, niña “endemoniada” de La Balma
Bibliografía
Prats y Beltrán, Alardo. Tres días con los endemoniados. Altafulla, 1999.
Fernanz Chamon, Luis Fernando. El Santuario Castellonense de La Balma.
Ejarque, Ramon. Historia de Nuestra Señora de La Balma. 1934.