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EL MOSTRADOR

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NOMBRAMIENTOS

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Cultura empresarial

Es necesario entender que la innovación no es un objetivo, ni una acción puntual o un camino con un final, sino una cultura que debe impregnar a toda la organización. La innovación no es un lujo, sino una necesidad para mantener la competitividad de las empresas y, en definitiva, su supervivencia.

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Las principales tendencias en la innovación en gran consumo están relacionadas, en la actualidad, con la sostenibilidad, la mitigación y adaptación al cambio climático, la digitalización de procesos, la mejora nutricional de los productos y la adaptación a la aparición continua de nuevos hábitos de consumo.

Carlos

responder a los retos que tienen por delante”, comenta Carlos Cabrera.

Donde no parece que se estén escatimando esfuerzos innovadores es en el equipamiento, gestión y atención al cliente en el interior de los establecimientos. “Nuestro colectivo está constantemente invirtiendo en las tiendas para poder ofrecer una experiencia de compra completa y sostenible; y si no tuviéramos en cuenta la innovación eso no sería posible”, manifiesta José Martínez, de Euromadi.

Así, el directivo de la central con sede en Esplugues de Llobregat (Barcelona) pone especial foco en el aprovechamiento de toda la inteligencia comercial que proporciona la digitalización “para poder identificar qué innovación es exitosa, y cuál no, para poderla compartir con nuestros fabricantes partners y así optimizar todos nuestros recursos y no desgastarnos innecesariamente”.

Desde IFA destacan una de sus últimas novedades como es la posibilidad de que los consumidores puedan retirar e ingresar efectivo en los supermercados, gracias a su acuerdo con viacash. El grupo recuerda que ofrece cobertura al 82% de la población española y uno de cada cuatro establecimientos está situado en municipios de menos de 10.000 habitantes. “Por eso, esta innovación fomenta la inclusión financiera, ya que el acceso al dinero en efectivo está siendo un reto debido al cierre generalizado de cajeros automáticos y sucursales bancarias durante la última década”, comenta Juan Manuel Morales.

ACES, por su parte, considera que la mayor evolución que se ha dado en el sector es la adaptabilidad a las diferentes situaciones de crisis, con gran rapidez y eficacia. “Desde hace ya casi cuatro años, somos el resultado de una continua evolución”, afirma el presidente de la asociación, Aurelio del Pino.

En este sentido, destaca la mejora de los canales digitales y la entrega a domicilio, incorporando a su oferta nuevos productos como geles o mascarillas, por ejemplo, para que en su canal el consumidor pueda encontrar solución a todas sus necesidades de consumo, o rediseñando las cadenas de suministro con los diferentes eslabones de la cadena alimentaria, para que todas las cestas de la compra tuvieran los productos necesarios, hasta en los momentos más complicados.

También Eroski ha puesto en marcha distintas iniciativas para que sus clientes disfruten a la hora de hacer la compra, sin esperas, mejorando la experiencia de compra en tienda. Algunas de ellas se aplican al momento del pago, como la implantación de las cajas autopago y de la fila única. También a los servicios de compra, como el llamado ‘deja tu carro y listo’, que elimina la espera en cajas, o ‘escanea tu compra y listo’ con nuevos dispositivos sin necesidad del uso del móvil personal.

“En el ámbito de la mejora en la atención, estamos testando ‘pulsadores de atención’ en diferentes secciones para ayudar a quienes necesitan un asesoramiento en la compra o ‘avisadores’ en las secciones de frescos para que las personas puedan seguir comprando mientras les preparamos el pedido”, añade Ainhoa Oyarbide.

Financiación

Otro vector importante a analizar en el mundo de la innovación en gran consumo es su financiación. El 55,6% de las empresas españolas del sector afirma que autofinancia su innovación, frente a un 30,5% que recurre a los diferentes mecanismos de subvenciones disponibles en España y Europa. A nivel global, el número de empresas que se decanta por la autofinanciación es dos puntos inferior (53,7%) al promedio nacional.

Las deducciones fiscales en I+D se posicionan como la segunda fuente de financiación para el 39% de los encuestados, cifra que a nivel global es muy similar (40%), según se desprende del ‘IV Barómetro Internacional de la Innovación’ de la consultora internacional Ayming en el que han participado una muestra de 850 profesionales sénior de I+D, directores financieros, directores ejecutivos y propietarios de empresas de 17 países para abordar el estado de la innovación y su financiación.

En comparación con el año anterior, el número de empresas españolas del sector gran consumo que autofinancia su I+D ha crecido 5,6 puntos y aquellas que financian su innovación a través de deducciones fiscales a la I+D lo hace 14 puntos. A nivel global, el incremento en el número de empresas que acuden a deducciones fiscales a la I+D ha sido cuatro puntos superior al año anterior.

“Resulta muy positivo ver que cada vez hay más empresas que solicitan las deducciones fiscales a las que tienen derecho. Es más, los incentivos fiscales son primordiales para que las compañías puedan incorporar I+D a sus planes estratégicos. En el caso español, no muchas compañías son conocedoras de que cada 100 euros invertidos, 59 son potencialmente deducibles, aunque es cierto que el proceso de justificación es complejo y requiere de acompañamiento”, profundiza el director de Innovación de Ayming España, Javier Saldaña.

Respecto a los mecanismos de subvenciones nacionales e internacionales, únicamente el 30,5% de las compañías recurre a los mismos, un descenso de tres puntos respecto al año anterior. A juicio del director general de Ayming España, Carlos Artal, “el carácter a largo plazo de las subvenciones es uno de los motivos que justifica su descenso como vía de financiación, es por ello por lo que cualquier planificación de financiación de la I+D tiene que contar una estrategia que tenga en cuenta distintos incentivos, para según qué proyectos y necesidades”.

Otra de las conclusiones del barómetro es que crece considerablemente la satisfacción respecto al nivel de innovación que acometen las empresas del sector gran consumo en España: el 78% considera que realiza suficiente I+D+i, 28 puntos más que el año anterior y una cifra muy alineada con el sentir global (77,7%). En este sentido, el 83,3% de las compañías españolas del sector asegura tener definido un presupuesto para I+D, lo que se traduce en 8,3 puntos más que en el año anterior, siendo también una cifra alineada con la tendencia global (83,4%). Además, en el caso de las compañías españolas de gran consumo, el 61,1% asegura que incrementará este presupuesto, cifra que se iguala a la global.

¿Por qué invertir?

Para el 61,1% de las compañías españolas, mejorar las capacidades tecnológicas internas y adaptarse a las tendencias a largo plazo son las principales motivaciones que impulsan su estrategia en I+D. Además, el 44% afirma que aumentar las capacidades de sus equipos propios de I+D es el tercero de los drivers en su estrategia. Estas tres motivaciones son igualmente compartidas por las compañías de gran consumo a nivel internacional. Por otro lado, la inflación es el factor que más condiciona negativamente los presupuestos de I+D de las compañías de cara a los próximos tres años, según afirma el 61,1% de las

Bloqueos sistemáticos

La innovación necesita el apoyo de todos. Las autoridades públicas deberían garantizar la aplicación de la Ley de la Cadena Alimentaria y otras normas para que las innovaciones de la marca del fabricante puedan llegar a los consumidores sin ser discriminadas. La reciente reforma de Ley de la Cadena Alimentaria ya ha dado un paso decisivo para abordar esta cuestión, una reforma crucial para revertir un círculo vicioso de destrucción de la innovación y de la competencia en gran consumo, pero queda por ver si esta reforma será suficiente para evitar los abusos en la práctica.

Habría que eliminar los bloqueos sistemáticos a la innovación, para que haya una auténtica competencia en beneficio de todos. La innovación no sólo supone ventas adicionales para la marca que la lleva a cabo, sino que también hace que los mercados crezcan de forma incremental, y se benefician la totalidad de actores de la cadena alimentaria. Un buen nivel de distribución es condición necesaria para el éxito de todos: distribuidores, fabricantes y consumidores empresas de gran consumo encuestadas, una cifra que se sitúa nueve puntos por encima de la media global (52%). A nivel general, las empresas en España están firmemente convencidas de que la crisis de energía y suministros afectará a su rentabilidad (73%), especialmente el sector de gran consumo.

“El 80% de las categorías de los productos de fabricantes y empresas de gran consumo aumentaron el precio medio por debajo del nivel del IPC durante los siete primeros meses del año, es decir, solo el 20% de las categorías de gran consumo incrementaron sus precios sobre la tasa de inflación del último trimestre. Es comprensible que la inflación sea el mayor condicionante actual de cara a futuras inversiones”, añade Carlos Artal.

Respecto a los factores que condicionan favorablemente la inversión en I+D, los cambios tecnológicos (83%) y el acceso a la financiación (55,6%), factores que a juicio de Artal son completamente lógicos. “El sector del gran consumo requiere de una innovación constante para poder destacar frente a sus competidores. En definitiva, en un mercado en el que existen multitud de referencias, es importante el avance tecnológico para poder llamar la atención de un consumidor saturado”, concluye el directivo.

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