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Trabajo de llano
from Llaneros
TRADICIÓN LLANERA
Foto extraída de: El Tiempo
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Por: Mariana Lozada Puentes c @LozadaPuentes
Su origen se remonta 50 años atrás cuando existían unas extensiones de tierra llamadas “hatos”. Estas tierras constaban más de 5.600 hectáreas que abarcaban más de diez mil cabezas de ganado.
Dentro de estas tierras existían diferentes fundaciones o sea propiedades medianas que llegaban a tener hasta 5.000 cabezas de ganado y de 10 a 15 atajos. Cada grupo de animales se denomina Rodeo, y los atajos son los padrotes (caballos reproductores) y se caracterizaban por ser celosos con la yegua y sus comportamientos agresivos con sus crías o potros formados para “darles sabana” (que se fueran). Asegura el señor, Eduardo Gonzales un llanero conocedor de cómo funcionaban los hatos en aquel entonces.
En un Hato había diferentes personas que ejercían autoridad. En primer lugar, estaba el dueño de todo, en segundo estaba el encargado del hato que su labor era administrar; en tercer lugar estaba el caporal de sabana quien se encargaba de delegar las funciones que cada trabajador debía realizar y era esencial que conociera todos los lugares por donde corría el ganado.
“El trabajo de llano iniciaba cuando el patrón estipulaba una fecha con anterioridad, un mes aproximadamente, para que los caballiceros comenzaran a elegir los caballos que Harían el trabajo. También se definía la tripulación, que era un grupo conformado aproximadamente por 25 a 30 hombres”, cuenta Eduardo García, un araucano que se dedicó la
El llano es la memoria del ayer y el hoy. El llano se ha conocido como una de las tierras más fértiles gracias a su ubicación geográfica, y algo característico que tiene es la ganadería.Gracias a esto se ha logrado un desarrollo impresionante en la economía y cultura del país.
mayor parte de su vida a realizar labores del llano.
Cuando todo esta listo, el caporal de sabana delegaba las funciones que cada quien debía cumplir y daba inicio al arreo con la célebre frase “Al café y a los caballos”. Cada trabajador llevaba su “soga de confianza”. Esta era una cuerda que debía tener más de 32 brazadas, estaba fabricada con cuero de vaca y durante el arreo iba “arrebiatada al caballo” (amarrada en la cola del caballo).
“Podríamos decir que esta es la primera fase del trabajo de llano -asegura Yano Galíndez, un amplio conocedor de las costumbres y tradiciones-. El trabajo o el movimiento de la gente comenzaba a las 4:00 am, sin embargo, la cocinera se levantaba a las 2 de la mañana para hacerle la comida a todos los peones. No había luz y la fuente de energía en ese momento era la famosa lámpara Coleman, era común llevar bastimento como el plátano y la yuca, marrano, panela, agua, zumo de limón y era indispensable el chimó y los cigarrillos piel roja”.
Es necesario tener en cuenta que se transportaban miles de cabezas de ganado; por eso, cuando se iniciaba el arreo, la figura de los bueyes madrileños era muy importante. Estos eran novillos machos adultos, mansos que ayudaban a que el ganado no se dispersara hacia el monte. “Seguramente usted no me entenderá mucho -dice pedro Parales, un llanero que. Pero la inteligencia de los animales es simplemente increíble”.
En el arreo también estaba presente la figura de los vaqueros quienes eran empleados de
Foto extraída de : Caracol Radio
otros hatos y se encargaban de reconocer cuáles eran los animales que no pertenecían al rodeo (cada rodeo tenía un nombre por el cual era caracterizado. El arreo se detenía en el banco de sabana (donde no había nada, solo se veía llano); allí esperaban otro grupo de personas para ayudar a parar al ganado, y a “joropearlo” (una especie de canto, para que el ganado que estaba disperso buscara el rodeo) ya que no se podían meter inmediatamente al corral.
“Al corral se conducían primero las vacas paridas con sus terneros, que eran los primeros en ser herrados (marcados). En el proceso de marcación había dos personas. Una de ellas se encargaba de enlazar y la otra de colear al ternero; una vez que el ternero estuviera en el piso, “guayucaban” el ternero (metían la cola del ternero en medio de las piernas para que se estuviese quieto a la hora de herrarlo.)”, cuenta el señor Pedro parales.
El trabajo de herrar al ganado podía durar de dos a tres meses. Por lo general siempre se mataba una novilla para que los peones comieran, y una de las tradiciones era preparar la carne al estilo mamona y en sancocho. En la mayoría de los casos, en la casa existía la mesa blanca donde comían el patrón y la familia del patrón. Muy pocas veces comían con los peones. “Cuando se terminaba la jornada del día, en la noche, después de que la sirvienta sirviera la comida, llegaba el tiempo de esparcimiento”, dice el señor Yano García. Por lo general el llanero siempre se ha considerado jocoso no podían faltar los apodos y los chistes del día dentro de la “pionada” (tripulación). No podía faltar una baraja y el juego del gallo alemán que consiste en hacer un pulso con los pies enlazados y el
que pierda se le da una vuelta campana (se cae y da la vuelta completa).
Cuando se daba por terminado el trabajo de llano los trabajadores duraban unos días más en el hato, tiempo que aprovechaban para castrar caballos, y arreglarles la cola y la crin cuando estaba “deschicoacada” (enredada) y soltarlos a la sabana hasta el próximo año.
Hoy en día, don Eduardo comenta como se han perdido las tradiciones. Ahora se considera un hato aquella propiedad con mil cabezas de ganado; anteriormente eso era un fundo lo que actualmente se conoce como una “finca”. Sin embargo, el término que se utiliza no es correcto debido a que el término finca se refiere más a las plantaciones y a tenencias menores. Para finalizar, a las personas les daban su respectivo pago y se iban hasta el momento que fuera necesario. Hoy en día no es común ver un hato pero la tradición no se ha perdido
Foto extraída de : Turibus agencia de viajes y turismo