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Migraciones en la construcción del territorio

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BIBLIOGRAFÍA

BIBLIOGRAFÍA

Migraciones en la construcción del territorio del calzado: 1950

Un hecho social y político que caracteriza a Bogotá es la diversidad cultural producto de la migración de personas provenientes de diferentes regiones del país. De acuerdo con las entrevistas realizadas, las migraciones individuales y de familias, en varios momentos del siglo, desde municipios de Cundinamarca y los departamentos de Boyacá, Quindío, Santander, Cauca, Caldas y Tolima, han configurado una de las características de este territorio. Mujeres y hombres con nuevos sueños se aventuraron a llegar a la capital en busca de trabajo y ejercieron como oficio el arte de la zapatería.

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Como consecuencia de los sucesos del 9 de abril de 1948, el proceso migratorio a Bogotá incrementó la población proveniente de distintas regiones del país que se desplazó por factores sociales, económicos y políticos. Puede verse el aumento en la comparación de las estadísticas de los censos realizados en 1938 y 1950[40]. Según el informe del Censo de Población de Colombia de 1951, para 1938 en Bogotá la población era de 330.312 habitantes[41] y para 1950 era de 620.340[42]. Este aumento de casi el 50% evidencia el crecimiento demográfico. Algunas personas se ubicaron en barrios como Las Cruces, por su inmediatez al centro, y otros se desplazaron al sur de la ciudad en barrios como el Restrepo y alrededores. Este fenómeno fomentó la aparición de nuevas urbanizadoras y urbanizaciones obreras en el sur de la ciudad[43] .

Años antes de este acontecimiento histórico, “a través de discursos médicos y sanitarios que vinculan la higiene con la civilización y el progre-

40 Victoria Estrada Orrego señala que en Colombia durante la primera mitad del siglo XX se realizaron censos en 1905, 1912, 1918, 1928, 1938 y 1950. Aun cuando estaba programado un censo para 1948, se cambió para responder a la sugerencia internacional, que estipulaba realizar los censos en los años terminados en 0. Victoria Estrada Orrego, “¿Cuántos somos? Una historia de los censos civiles y de la organización estadística en Colombia en la primera mitad del siglo XX”, Historia Crítica 64 (2016): 157, http://www. scielo.org.co/pdf/rhc/n64/0121-1617-rhc-64-00141.pdf 41 DANE (Departamento Administrativo Nacional de Estadística), Censo de Población de Colombia 1951, Resumen (Bogotá: DANE, 19519, 13, http://biblioteca.dane.gov.co/media/ libros/LD_771_1951.PDF 42 Moisés Cetre Castillo, “Bogotá en los años 50: el abc de sus indicadores”, Revista Republicana 10 (enero-junio 2011), 171, http://revista.urepublicana.edu.co/wp-content/ uploads/2012/07/Bogota-en-los-a%C3%B1os-50-El-ABC-de-sus-indicadores.pdf 43 Celis Arroyave y Cortés Navarrete, Historia del barrio Restrepo, 26.

ESQUEMA DE TERRITORIOS DE DONDE PROVIENEN ALGUNAS/OS TRABAJADORES DE CALZADO FUENTE: COLECTIVO TRAMA Y MEMORIA 2021

so”[44], se establecieron normas higiénicas para formar al ciudadano e intentar controlar las enfermedades[45] . Estas medidas impusieron hábitos de aseo personal que incluyeron el uso de calzado.

En Bogotá, calzar los pies no respondía a una práctica cotidiana en la sociedad, hasta cuando comenzó a ser una exigencia social para poder asistir a colegios, iglesias y establecimientos especiales[46]. De hecho, durante el periodo de la alcaldía de Jorge Eliécer Gaitán (junio de 1936-febrero de

44 Miguel Antonio Suárez Araméndiz y Edwin Andrés Monsalvo Mendoza, “La higiene y el progreso. La institucionalización de la burocracia sanitaria en Manizales. 1920-1940”, Anuario de Historia Regional y de las Fronteras 18, n.o 1 (2013), 103, https://www.redalyc. org/articulo.oa?id=407539693006 45 Suárez y Monsalvo, “La higiene y el progreso”, 101-102. 46 Andrés Sarmiento, “Origen y transformación industrial del calzado en el barrio Restrepo” (tesis de grado, Universidad Pedagógica Nacional, Bogotá, 2017), 40.

1937), se decretó el uso obligatorio de calzado[47]. Se fomentó indirectamente “la producción fabril de artículos para el aseo y vestuario, el calzado y las botas reemplazaron el pie descalzo o las alpargatas”[48]; por ello, los zapatos pasaron a ser un bien de consumo básico y de primera necesidad.

La demanda no solo despertó la industria local para la producción artesanal y la comercialización de calzado en Bogotá, sino que también reguló los modos de vida en una ciudad que estaba en transformación. Si bien los inicios del oficio de la zapatería en Bogotá se han referido al barrio Chapinero[49], específicamente para el caso del barrio Restrepo, además de la llegada de población rural que provenía principalmente de Boyacá y Cundinamarca a habitar esta zona, se tejió una importante relación de migración e intercambio de conocimientos con los habitantes trabajadores de la zapatería provenientes del barrio Las Cruces, en el centro de la capital:

Siguiendo las pisadas de Las Cruces se forjó el patrimonio del calzado en el Restrepo. Allí en esta ciudad que era de barro, de necesidad y de puertas abiertas, por esta época se establecieron muchos artesanos y pequeños talleres de zapatería.

En Las Cruces los arriendos eran un poco más caros porque era un barrio donde paraban flotas de Los Llanos y había mucha migración, era apetecido por la cercanía al Centro y donde había trabajo, aunque fuera de ayudante de calzado, en la cafetería de la esquina o en la plaza de mercado.

Hacia el norte, el occidente o en cercanías del Centro de Bogotá eran más costosos los arriendos y si se tenían pocos recursos se tenía que vivir lejos del Centro, ya que era el núcleo del comercio de Bogotá y donde estaba el sitio de mayor aglutinamiento de almacenes de calzado.

47 Nicolás Pernett, “La alcaldía de Jorge Eliécer Gaitán”, El Espectador, 13 de diciembre, 2013, https://blogs.elespectador.com/cultura/el- magazin/la-alcaldia-de-jorge-eliecergaitan 48 Salomón Kalmanovitz, ed., Breve historia económica de Colombia (Bogotá: Universidad Jorge Tadeo Lozano, 2015), 214, https://www.utadeo.edu.co/files/node/publication/field_ attached_file/pdf-_breve_historia_economica_de_colombia_ultimo_-_24-11-15.pdf 49 “La bella historia del origen de la palabra Chapinero”, Conexión Capital, 2019, https:// conexioncapital.co/donde-surgio-nombre-chapinero/

De estas limitantes una oportunidad óptima o de las menos malas, para los que no les alcanzaba para vivir en Las Cruces o querían salir de los inquilinatos, era el Restrepo, pues quedaba prácticamente fácil para los zapateros.

Justiniano Espinel contaba que después del Bogotazo, el nueve de abril, día de la muerte de Jorge Eliecer Gaitán, trabajaba en un taller de calzado en Las Cruces, había llegado de Boyacá a un inquilinato en la Calle Tercera y encontró trabajo en un taller de la Calle del Diablo que era donde había más talleres de calzado.

Desde antes de los años 60 hasta los 80, en el barrio Las Cruces había venta de insumos de calzado en los almacenes como el de Uribe, los Policías, Cotrino, Arparza y cuatro almacenes más de insumos por la Carrera 7 desde la calle Primera frente a la iglesia, hasta la calle Tercera, a una cuadra y media de la cuarta estación de policía. Otra zona cercana de insumos donde se aprovisionaban los de Las Cruces era la del Centro por la Calle 14, entre las Carreras 10 y 11, y por la Carrera 11.

En Las Cruces había servicio de desbaste y punteadora por la Calle 2a entre Carreras 5 y 4; ya había satélites de guarnición por el borde de la plaza de mercado, en la Carrera 7 entre 1 y 3, por la Carrera 4 en la Calle del Diablo y en el barrio Girardot. No había servicio de troqueladora, ni de cambreadora. Denotaba la presencia de mucho taller y demanda de trabajo manual, hasta para de ayudante del solador, del guarnecedor, ayudante general del taller, el que traía los mandados del almacén, trazaba los materiales, repartía las tareas, llevaba a la mackey, traía los desbastados, llenaba de periódico los zapatos que iban ser llevados fuera de Bogotá, generalmente en bus.[50]

Varias de las familias que hoy trabajan en el Restrepo, vivieron inicialmente en el barrio Las Cruces. Incluso, todavía hay trabajadores que viven en esta zona de la ciudad y se desplazan diariamente al Restrepo para trabajar. En las historias sobre el barrio Las Cruces, no se encuentran muchas

50 Germán Espinel Bernal, “El calzado desde la distancia” (Bogotá, 2020), 1-2. Inédito.

referencias a este oficio y no es extraño cuando predomina una mirada del patrimonio en relación con lo arquitectónico y no tanto con las historias de las gentes que lo habitaron; es por esto que queremos resaltarlo como un lugar que se visibiliza desde la memoria de las/os zapateras/ros que viven actualmente en el Restrepo.

Las Cruces fue, según varias personas entrevistadas, “un barrio de zapateros”. Allí llegaron familias de diferentes regiones del país y luego se convirtió en el barrio de donde migraron zapateras/os hacia otros barrios como el Restrepo. En este último se empezó a organizar este proceso productivo de calzado y de insumos entre los años cincuenta y setenta del siglo XX.

Alfredo Espinel, de 64 años, narra que su padre, Justiniano Espinel López, llegó de Tunja a Bogotá en 1948, cuando tenía 22 años, y empezó a trabajar en los talleres de calzado que estaban en el barrio Las Cruces. Allí, sus padres iniciaron su familia:

Mi mamá era modista y guarnecedora. […] Mi papá comenzó a montar su negocio, ya después de ser zapatero empleado. Él decía que le decían Tacón Sencillo, porque le rendía mucho, era, pues, muy avanzado. Era bien bajito, él tenía como 1,57 de estatura. Vivieron en una casa en la carrera 4.ª con calle 2.ª […] Mi padre ahí tenía un buen taller de calzado para la época, tenía operarios, guarnecedores. […] Las Cruces en la parte de calzado, había mucha zapatería, muchísima, eso casi que en cada casa había una zapatería. Al lado de nosotros quedaba La Punteadora, por ejemplo, y en esa cuadra había, no sé, cuatro, cinco zapaterías. […] Del año 1966 a 1979 son como trece años más o menos, fue una etapa bien importante en barrio Las Cruces.

Había mucha producción de calzado. Una parte era en Las Cruces, otra parte era en el Restrepo, pero primero fue en Las Cruces. Después, algunos de Las Cruces se fueron yendo al Restrepo y se formalizó el Restrepo […] llegaron con nuevos impulsos y trataron de organizar la economía del calzado de una manera más industrial, en cambio los de Las Cruces se quedaron con lo más artesanal. En el Restrepo ya empezó a manejarse maquinaria como las plantilladoras, troqueladoras, todo empezó [a] hacerse a manera industrial y se empezó hasta [a] exportar. […] En Las Cruces

había mucho trabajo a nivel de producción de calzado y de pequeñas fábricas, casi artesanal; cuando el Restrepo apareció, ya se hacía más industrial.[51]

Al respecto, Sarmiento señala algunas de las posibles razones de por qué la producción y el comercio de calzado se desplazó desde Las Cruces —y Chapinero— al barrio Restrepo. Primero, según el autor, en el barrio Restrepo se establecieron pequeñas curtiembres de cuero, que años más tarde se trasladaron a las riberas del río Tunjuelito [52]. De hecho, existe una relación funcional con el barrio San Benito, ya que desde la década de los cincuenta fue el territorio para la localización de la comunidad trabajadora del cuero en curtiembres sobre las orillas de dicho río[53] .

Por su ubicación geográfica en el suroriente de la ciudad, se determinó una conexión entre los dos barrios, que estableció a San Benito como uno de los proveedores principales de cuero para la fabricación de calzado, ropa, bolsos y otros productos de marroquinería que lo requieren como materia prima en los talleres y fábricas del Restrepo[54] .

Segundo, según Sarmiento, en el barrio se ubicaron los primeros locales dedicados a la comercialización de insumos (pegantes, tachuelas, solución, hilos, hormas, suelas, entre otros) esenciales para la fabricación de calzado. Y, tercero, la adecuación de pequeños almacenes de calzado en pasillos y patios que iniciaron la venta en el barrio fomentó la producción artesanal de calzado, ligada al comercio local tradicional que se mantiene en la memoria colectiva de los habitantes de Bogotá.

Como se observa en la aerofotografía de la doble página siguiente, para 1950, se evidencia en el Restrepo una consolidación en el eje central por

51 Alfredo Espinel Bernal, hijo de fabricante y guarnecedora de calzado. Solador no activo, entrevista virtual, septiembre de 2020. 52 Ana María Rojas, “Mejoramiento del barrio San Benito” (Investigación, Premio Corona, Pro Arquitectura, 1994), 11. 53 Sarmiento, “Origen y transformación industrial”, 42. 54 Una de las problemáticas vigentes está relacionada con esta etapa de preparación del cuero, ya que la curtiembre implica procesos que requieren el uso de químicos que generan contaminación ambiental. A su favor, y sin desconocer el grave efecto medioambiental que genera, puede mencionarse que la fabricación y el uso de zapatos en cuero garantiza una durabilidad de varios años, contrario a los zapatos en materiales sintéticos que generan una cantidad significativa de desechos y compra constante de calzado.

la calle 17 sur, donde se encuentran la iglesia y el parque de la Valvanera.

Las prácticas espontáneas de la comunidad que vinculan la vivienda con la producción y el comercio de calzado transformaron al barrio Restrepo en un importante polo comercial del sur de Bogotá. A su vez, dieron paso al fortalecimiento del tejido social, permitiendo el trabajo y sustento de muchas familias:

ESQUEMA DE RELACIÓN FUNCIONAL ENTRE EL RESTREPO Y SAN BENITO FUENTE: COLECTIVO TRAMA Y MEMORIA – JSSC. 2020

Los trabajadores de la zona exhibían en los pasillos o patios de sus casas las mercancías y por ahí cada ocho días salían a recorrer las grandes zonas comerciales de la ciudad a ofrecer sus productos. Así fue como el Restrepo se volvió el principal abastecedor de casi todos los almacenes de la ciudad. Años más tarde, los mismos comerciantes iban a buscar a los fabricantes a esta zona. De este modo comenzó a llegar gente que arrendaba un pasillo de la casa para colocar su negocio. Cuando el Restrepo cogió fama de zona comercial, en donde se conseguía zapato a menor precio y buena calidad, y donde se vendía desde las 7 a. m. hasta las 11 p. m. la zona se llenó entonces de pequeños talleres y el “burro” donde se colocaban las hormas, además del butaco hecho con tiras de cuero y la música de cabeza gacha, caracterizando el trabajo de todo el sector. La esquina de la Carrera 21 con Calle 16 se volvió la “oficina” de los zapateros e industriales del calzado. Allí se podía apreciar todas las ofertas y demandas de trabajo del ramo al frente de la cafetería, que reunía al gremio a tomar un tinto.[55]

El aumento del número de talleres y pequeñas industrias de calzado motivó la aparición de almacenes, principalmente en la carrera 19. Esta iniciativa se fue extendiendo a las carreras 18, 20 y 21, en donde, además,

55 El Tiempo, 1984, 11, citado en Sarmiento, “Origen y transformación industrial”, 42-43.

AEROFOTOGRAFÍA 1950 FUENTE: IGAC, SOBRE 2526, VUELO: C-579. 25-10-1950

AEROFOTOGRAFÍA 1954 FUENTE: IGAC, SOBRE 2056.VUELO C-704. 27-05-1954

IGLESIA NUESTRA SEÑORA DE LA VALVANERA. AUTORÍA DESCONOCIDA 1953. FUENTE: ARCHIVO IGLESIA NUESTRA SEÑORA DE LA VALVANERA

surgieron locales de venta de ropa, telas, cafeterías, restaurantes, billares, entre otros[56] .

Es importante resaltar que, en estas pequeñas empresas del gremio de la zapatería, "participaba en la producción todo el círculo familiar como fuerza de trabajo. Las mujeres, madre e hijas, podían cortar pieles y guarnecer, para luego coser el cuero. Los hombres por su parte, aprendían de su padre la parte de la soladura, proceso en el cual se monta el cuero cosido a la horma a la que posteriormente se le pega la suela." [57]

56 Celis Arroyave y Cortés Navarrete, Historia del barrio Restrepo, 59. 57 Sarmiento, “Origen y transformación industrial”, 43.

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