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Talleres, fábricas y almacenes participantes

Almacén Calzado de Lujo, Calzado Súper Lujo y Calzado Súper Lujo Junior’s

DIRECCIÓN: calle 17 sur no 18-35 TRAYECTORIA: 41 años a partir de red familiar COMERCIALIZACIÓN: son distribuidores de calzado exclusivo en los tres almacenes propios ubicados en el Restrepo PRODUCCIÓN: se encarga la fabricación de calzado a talleres y fábricas pequeñas del Restrepo, el Olaya, Bosa y Bucaramanga ZAPATOS PARA: niñas, niños y hombres

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MATERIAL: cuero

Como se reseñó en capítulos anteriores, estos almacenes surgieron como iniciativa de Blanca Carreño y Héctor Acosta. Su trabajo se focaliza en el comercio y la distribución de calzado en cuero para hombres, niños y niñas. Quienes se encuentran a cargo de la administración y el comercio son las hijas y las nietas, como Johanna Acosta. La señora Blanca, por su parte, estuvo al frente de los almacenes hasta antes de la pandemia. Uno de los aspectos representativos es que valoran la producción manual de zapatos en cuero que encargan a talleres y fábricas pequeños para garantizar a la clientela fiel calzado exclusivo y de calidad.

Precisamente por esa exclusividad nosotros hemos ido adquiriendo como esa clientela a través del paso de las generaciones. Entonces, empezaron los abuelos, ya trajeron a los hijos, y posiblemente a los nietos, y digamos que, como tenemos la línea de calzado masculino y de niños, los hombres pasan al almacén y luego al de niños.[1]

El comercio tradicional caracteriza el negocio familiar y ha permitido consolidar diferentes prácticas que se manifiestan no solo en la configuración del trabajo colectivo, sino también en las formas de exhibir el calzado en el espacio, en la venta a familias compradoras por varias

1 Johanna Acosta Rincón, entrevista.

ALMACÉN DE CALZADO DE LUJO, 2020

generaciones y en la distribución del zapato clásico en cuero fabricado manualmente. Aunque este es un rasgo de la producción de calzado en el barrio, hacerlo explícito genera una consciencia del sentido social y cultural que motiva a valorar la producción tradicional de calzado en el Restrepo.

DIRECCIÓN: calle 17 sur no 22-42 TRAYECTORIA: 40 años a partir de red familiar COMERCIALIZACIÓN: se realiza a través de venta directa, con calzado hecho a la medida en el almacén y por pedido PRODUCCIÓN: el proceso de fabricación es manual, con máquinas para guarnecer, desbastar y pulir ZAPATOS PARA: especial a medida para mujeres trans, comunidad LGTBI, mujeres y hombres que trabajan en eventos artísticos MATERIAL: cuero y sintético

Aprendí a través de la vida con mi mamá, yo crecí entre zapatos. Yara Aristizábal

Aunque los abuelos iniciaron con el comercio y varios miembros de la familia trabajan en calzado, la fabricación y el almacén fueron iniciativa de la señora Nelly Gaviria, mamá de la diseñadora y modelista Yara Aristizábal. Como ya se ha mencionado, ellas se han especializado en fabricación y comercialización de calzado para comunidades como la LGTBI, tribus urbanas o para obras teatrales. Yara es una reconocida diseñadora y modelista de calzado. Estudió en Bogotá diseño de modas y se especializó en calzado en Italia durante seis años; luego volvió a Colombia a poner en práctica lo que aprendió en la fabricación y a enseñar en su escuela cursos de diseño y modelaje. Es la única mujer modelista que encontramos en el barrio.

El arte de la zapatería crea unos vínculos especiales en las familias. El conocimiento de este oficio llega hasta el presente después de al menos tres generaciones; se requiere adaptarlo a las nuevas circunstancias y a la vez conservar unos principios que permitan cuidar la herencia de lo aprendido. Actualmente el almacén es administrado por Sandra Méndez, mientras que Yara Aristizábal tiene en paralelo su propia marca con diseños exclusivos y personalizados que fabrica de una forma tradicional manual.

Es un local que tiene cuarenta años, es tradicional en lo no tradicional […] No solo para estas poblaciones sino para ceremonias o para el tema cosplay, eso es una tendencia de personas que se disfrazan para eventos, de superhéroes, de

ALMACÉN CALZADO JHORBAM, 2020

películas famosas, para publicidad, para drag queens que es otro mercado. No necesariamente son chicas trans, son hombres que se visten para hacer un show y son hombres, ese es otro mercado que son plataformas grandototas, entonces, yo me especialicé en eso, en personas que no consiguen zapatos fácilmente.[2]

Podríamos decir que en esa especialización del calzado se recuperan las características de la producción artesanal de zapatos singulares, con materia prima seleccionada, con un diseño y estilo personalizados. También es importante mencionar que el volumen de la producción es generalmente reducido. Este es un aspecto relevante al momento de establecer que la producción artesanal sí puede ser realizada en los contextos contemporáneos.

2 Yara Aristizábal, entrevista virtual.

Fábrica y almacén de calzado Orpar

DIRECCIÓN: carrera 24B no 17A 31 sur TRAYECTORIA: 45 años a partir de red familiar COMERCIALIZACIÓN: venta al por mayor y detal en dos almacenes propios ubicados en el Restrepo PRODUCCIÓN: el proceso de fabricación es manual y utilizan máquinas para guarnecer, pegar suelas y pulir

ZAPATOS PARA: hombres MATERIAL: cuero

La fábrica y almacén de Calzado Orpar nació gracias al impulso del fabricante Orlando Páramo y la comerciante Magnolia López, ambos provenientes de Armenia, Quindío.

Ella era la de los tesones y los negocios. Ella, cuando mi papá empezó a hacer zapatos, cogía un costalito y se iba a venderlo a la 10.ª con 10.ª. Una mujer con mucho empuje y con esa gana de sacarnos adelante […] En toda la trascendencia de nosotros, el zapato siempre ha sido muy artesanal; cuando empezamos, todo se hacía de manera manual, hasta los tacones se hacían en la propia empresa. Los tacones se armaban tapa con tapa, no había cemento sino engrudo que lo preparaban en la misma casa; la suela se desbastaba con vidrio, con un cuchillo. Hoy en día todo cambió. Cuando nosotros llegamos a tener una de las empresas más mecanizadas del Restrepo, teníamos toda la tecnología italiana, teníamos máquinas montadoras, troqueladoras. Hace diez años que nosotros éramos exportadores, decidimos dejar de producir y vendimos toda esa maquinaria, y ahora tenemos el proceso, no tan manual, pero sí lo hacemos con empleados que lo hacen artesanalmente.[3]

Calzado Orpar lleva 45 años en el comercio con la especialidad de zapatos para hombres. Aunque tuvo épocas de gran auge, actualmente su fábrica se caracteriza por condiciones y producción de taller-fábrica mixta. Orpar pasó de ser exportador a tener dos tiendas y una fábrica para la elabora-

3 Robert Páramo López, entrevista virtual.

BOTAS PARA HOMBRE FABRICADAS EN CALZADO ORPAR, 2020

ción de zapatos, con menos de la mitad de la producción que tuvo en su mejor momento.

Esta es una historia más que nos confirma las relaciones familiares que se establecen desde las fábricas de calzado y cómo las dificultades económicas hacen que lo que fue un sueño familiar se vaya paulatinamente perdiendo con el tiempo. De esta manera, la pasión inicial es menguada por las crisis económicas que produjeron en parte los TLC.

Fábrica y almacén de calzado Rivera

DIRECCIÓN: transversal 24B no 16-47 sur y calle 18 sur no 24A-51 TRAYECTORIA: 30 años a partir de red familiar COMERCIALIZACIÓN: venta al por mayor y detal en dos almacenes propios ubicados en el Restrepo PRODUCCIÓN: el proceso de fabricación es manual y utilizan máquinas para guarnecer, desbastar, pegar suelas y pulir

ZAPATOS PARA: hombres MATERIAL: cuero

La fábrica y los almacenes de Calzado Rivera tienen su origen en la iniciativa familiar de Gilberto Rivera, proveniente de Cali, y Teresa Díaz, quien llegó de Villavicencio. El taller estuvo primero en los barrios El Claret y Santa Lucía, donde se fabricaba calzado para otras marcas; y apenas desde hace diez años funciona en el barrio Restrepo. Los dos almacenes de calzado para hombre nacieron como marca propia hace cinco años por iniciativa de Richard Rivera y su hermano, quienes, después de la crisis económica que tuvo lugar entre 1998 y 2002, decidieron independizarse y poner los almacenes como estrategia para mantener la producción y el comercio de calzado. Es así como conservan el negocio que garantiza el sustento familiar.

Richard Rivera Díaz actualmente es el administrador de la fábrica y el almacén. Recuerda que aprendió el arte de la zapatería entre la cotidianidad familiar cuando tenía aproximadamente diez años:

Aprendí desde chiquito, desde que mi papá me decía: “Hágame el favor, deje la vagancia, acompáñeme a la fábrica y me ayuda”. Entonces, ahí ya fui aprendiendo. Me ponían a hacer ojaletes, a abrir los ojitos para los cordones, a ayudar a troquelar; después, a ayudar en guarnición, a entintar; después, me puso [a] ayudar al solador a echar activadores para suela, y así me fue enseñando cada proceso, hasta que ahí le cogí el tiro a todos los procesos. Realmente al principio no me gustó, sin embargo, mi papá me pagaba y, como era un niño, él me daba una platica y me compraba un yoyo, por ejemplo.[4]

4 Richard Rivera Díaz, administrador y comerciante de Calzado Rivera, entrevista, septiembre de 2020.

FÁBRICA DE CALZADO RIVERA, 2020

DIRECCIÓN: carrera 14F no 17-42 sur, piso 3 TRAYECTORIA: 10 años a partir de red familiar COMERCIALIZACIÓN: se realiza a través de venta directa a distribuidores nacionales por pedido PRODUCCIÓN: el proceso de fabricación es manual y utilizan máquinas para guarnecer, desbastar, pegar suelas y pulir ZAPATOS PARA: niñas y mujeres MATERIAL: cuero y sintético

Me gusta trabajar, el arte es bonito. Luz Helena Vásquez

La fábrica Keileens fue creada por el fabricante y comerciante Guillermo Benavides junto a su esposa, Luz Helena Vásquez, fabricante y emplantilladora. Los dos lados de la familia Benavides Vásquez están inmersos en el oficio de la zapatería y provienen del barrio Las Cruces.

Yo vengo de Las Cruces. Hace seis años me vine con mi esposo. Mi padrastro tenía el taller en Las Cruces; allá había muchos zapateros que tenían tallercitos chiquitos. Vinimos al Restrepo porque aquí es lo más concurrido de la zapatería […] Trabajé doce años con mi cuñado, por ahí más bien estaba enganchada en eso, ya estaba empapada en el tema, y ya después con mi esposo…[5]

Helena Vásquez trabaja en la fábrica con su mamá, María Rincón, quien es emplantilladora. También con su hermana Angélica, quien realiza el proceso de guarnición; con su hermano Juan, quien es solador, y con dos cortadores. La producción de la fábrica se especializa en la elaboración de zapatos para mujeres y niñas, y distribuye en almacenes de cadena en Bogotá, Bucaramanga y otras ciudades de Colombia. Debido a la pandemia, la producción se ha visto afectada notablemente, lo que ha incidido en la disminución de las ventas y de la contratación de trabajadores.

Luz Helena nos narra cómo es su oficio de emplantillandora, el trabajo en el taller y enfatiza que toda la labor es manual:

5 Luz Helena Vásquez, entrevista.

FÁBRICA DE CALZADO KEILEENS, 2020

Ese es mi oficio. Aquí llega el zapato sin la plantilla que va por dentro […] Lo que yo hago es marcarlo, se escrinea según el almacén para el que vaya, se unta la solución, se mete la plantillita, se patina. Se cordonea, tiquetea y se empaca […] cien pares diarios entre dos […] Se paga al destajo y, dependiendo del proceso, se paga más. La guarnición cobra más, es la que lleva más proceso, es la que cose todo eso, la que arma el corte, la que más demora; digamos, a veces dura hasta un día, haciendo dos tareítas o una, según el modelo que sea. El proceso más largo de la zapatería es hacer el corte y la guarnición.[6]

6 Luz Helena Vásquez, entrevista.

Fábrica-taller calzado Dorely

DIRECCIÓN: calle 19 sur no 24G-14, piso 2 TRAYECTORIA: 3 años a partir de red familiar COMERCIALIZACIÓN: se realiza a través de venta directa con calzado hecho a la medida y por pedido PRODUCCIÓN: el proceso es manual, utilizan máquinas para guarnecer y pulir ZAPATOS PARA: mujeres, hombres, niñas y niños MATERIAL: cuero y sintético

Yo amo los zapatos. Yo, cuando diseño, lo hago, lo miro y me siento orgulloso. Bladimir Vélez

Calzado Dorely es un espacio de producción de zapatos que surgió por iniciativa del fabricante y modelista Bladimir Vélez, quien lleva 35 años trabajando en el arte de la zapatería. De su familia trabajan su esposa, como guarnecedora, y su hermano Rodrigo Vélez, como solador. Adicionalmente, Bladimir contrata a dos soladores y un cortador. Hace tres años se consolidó la fábrica-taller donde producen zapatos por encargo, a la medida y por venta a almacenes de cadena.

Aprendí a hacer zapatos desde los catorce años en el Restrepo. En ese tiempo que le daban empleo a los sardinos no había problema y ahí fue que me inicié en esto. A mí me gusta mucho, aprendí todo, lo único que no sé es echar máquina, pero el resto, diseño, soladura, tengo harta experiencia…[7]

La especialidad es el zapato de tacón para dama, pero afirma poder hacer todo tipo de zapato. Con respecto a la tecnología, esta no le afecta tanto; es el sentido de lo manual y la belleza de lo que se hace lo que recoge su mirada:

Se trabajaba zapato de dama de tacón. Ahora se están haciendo botines, zapato deportivo, un zapato económico, como reinventando para ver cómo se pasa este año […] hacemos un zapato un poquito más caro que el chino, pero la calidad es

7 Bladimir Vélez, entrevista.

TRABAJO EN CALZADO DORELY, 2020

colombiana. […] Para trabajar, se necesita es gusto, todavía yo hago zapatos a mano, [...] porque un zapato artesanal, no tanto que se demora, sino que queda más bonito.[8]

El solador Rodrigo Vélez empezó en la zapatería a los veinte años en el barrio Ciudad Jardín, cuando tuvo la oportunidad de aprender el arte. Lo hizo de forma empírica, mirando y en la práctica que fue nutriendo con los años: “La soladura es el conjunto de montaje y terminado, los cortes, las plantillas, yo la figuro a la horma, se monta el corte, con pinzas, con pegante, se pega la suela, todo es manual”[9] .

8 Bladimir Vélez, entrevista. 9 Rodrigo Vélez, entrevista.

Fábrica - taller de calzado Ardipiel’s y diseños y moda

DIRECCIÓN: carrera 24D no 17-36 sur TRAYECTORIA: 31 años a partir de red familiar COMERCIALIZACIÓN: se realiza a través de venta directa con calzado hecho a la medida y por pedido PRODUCCIÓN: el proceso es manual, utilizan máquinas para guarnecer y pulir Zapatos y productos de marroquinería para mujeres

MATERIAL: cuero

Calzado Ardipiel’s fue creado por Flor Silva y Mario Reyes. La fábrica-taller inicialmente se encontraba en Chapinero, pero, debido a la crisis generada por los TLC, en el 2002 se trasladaron al barrio Restrepo. Su vínculo con el arte de la zapatería surgió a partir de trabajos en otras fábricas, donde aprendieron los diferentes oficios y procesos, y tomaron el impulso para dar continuidad a su historia entre cueros con una iniciativa familiar propia.

Flor María Silva conoce todas las etapas del proceso, pero se desempeña en corte, desbaste, guarnición, terminación y control de calidad de los productos. También se encarga de la organización general con los trabajadores. Antes de la pandemia, trabajaban ocho personas en planta y cinco satélites. Además de trabajar en la producción de calzado, es quien realiza el diseño y la fabricación de productos de marroquinería como bolsos, carteras, entre otros, con la marca propia Diseños y Moda[10] .

Mario Antonio Reyes Muñoz es un fabricante de calzado y marroquinería. Tiene 61 años, nació en la vereda Los Llanos, entre Samacá y Cucaica, llegó a Bogotá a los 5 años y empezó a trabajar a los 15. Reconoce que su aprendizaje ha sido empírico; es modelista, sabe cortar, desbastar, entiende del curtido y la calidad de los cueros, hace diseños, saca costos, hace el producto y se encarga de venderlo. Es un reconocido líder social que hace parte de la Cooperativa Multiactiva de la Industria del Calzado y Afines (Coomficalz) y es delegatario de la Mesa Sectorial de Cuero, Calzado y Marroquinería.

10 Flor Silva, fabricante de Calzado Ardipiel’s, entrevista, septiembre de 2020.

FLOR SILVA, GUARNECEDORA Y FABRICANTE DE CALZADO Y MARROQUINERÍA, 2020

Sobre el proceso tradicional de producción, afirma:

Artesanalmente se maneja el corte del cuero y la guarnición. Aunque es a máquina, también es manual […] La tecnología es imposible alcanzarla por los costos, son máquinas que valen fácilmente cinco u ocho millones de pesos y una micro, como es esta, no se puede dar ese lujo para comprar una de estas máquinas cuando puede comprar una que cuesta millón y medio de las normales, y el resto lo utiliza para seguir trabajando. Entonces, es muy difícil que la tecnología llegue a nosotros.[11]

Aunque también trabaja sobre pedido para almacenes y otras fábricas, elabora zapatos personalizados sobre medida: “si a la persona le gusta un producto y le gusta la forma como fue elaborado, se puede hacer tal como lo quiere, lo que se llama sobre medida, pagan el 50% y el resto en la entrega”[12]. Ardipiel’s es una de las pequeñas fábricas que tienen una página web, en donde se presentan los servicios que prestan, su visión sobre el proceso fabricación y la posibilidad de mandar a hacer zapatos.

11 Mario Reyes, entrevista. 12 Mario Reyes, entrevista.

Fábrica industrial y punto de venta calzado Barbarella

DIRECCIÓN: calle 17 sur no 24B-15 TRAYECTORIA: 38 años a partir de red familiar COMERCIALIZACIÓN: punto de fábrica y distribución a almacenes de cadena a nivel nacional PRODUCCIÓN: el proceso está industrializado con producción manual ZAPATOS PARA: mujeres y hombres

MATERIAL: cuero

Luis Fernando Cordero llegó a Bogotá, procedente de Santander, en 1966 a los quince años. Su padre lo envió para la capital donde su tío Rafael Cordero para que trabajara en la fábrica de zapatos. Se casó en 1973 con Rosario Muñoz[13], después de varios intentos. En 1982 emprendieron un taller pequeño en el barrio San Antonio, en donde si bien no aprendieron el oficio de la zapatería, se dedicaron a comercializar y administrar.

Yo me dediqué mucho a la empresa: hago la parte de compra de materia prima, busco los modelos, los diseños, no los dibujo, pero sí propicio el desarrollo del producto. Me encanta la empresa, porque ha sido parte fundamental, me gusta y uno hace un par de zapatos y uno dice “Qué chévere, qué bonito está” […] Hemos podido sobrevivir porque lo que tenemos es nuestro o si no yo creo que hubiéramos desaparecido.[14]

Con el paso de los años, se establecieron en el barrio Restrepo y adquirieron maquinaria. Esto les permitió tener una gran producción hasta hace siete años, cuando empezó el declive, según ellos, por la entrada al país de productos chinos en material sintético. Llegaron a tener 75 empleados y producían de 4.000 a 4.500 pares mensuales; ahora, con la crisis que se agudizó por la pandemia, solo trabajan 18 empleados. Los vínculos familiares en la producción de calzado no son muy extensos; sin embargo, la constancia desde hace 38 años en el mercado y la producción es lo que los identifica.

13 María del Rosario Muñoz, administradora de Calzado Barbarella, entrevista virtual, septiembre de 2020. 14 Fernando Cordero, entrevista virtual.

FÁBRICA DE CALZADO BARBARELLA, 2020

El proceso de fabricación es muy manual, no es que sea artesanal, sino manual, se necesita mucha mano de obra. Ha llegado maquinaria que ha hecho que se dividan los procesos. Antiguamente estaba el guarnecedor que cortaba el zapato y lo cosía, ahora hay cortador y guarnecedor que hace la parte de la costura, ahora la costura también se ha dividido. Después viene un proceso que se llama desbastado, hay un proceso que se llama doblado, que lo hace una máquina o una persona de forma manual. También hay una persona que hace el armaje.

Esta parte la hacen cuatro personas cuando está industrializado, entonces, no hay forma de industrializar por completo la producción. Ha sido un poquito demorada esa industrialización de los procesos en Colombia. La mayor parte de las empresas son familiares, si vamos a mirar las empresas medianas de zapatos en Colombia son máximo diez y grandes cinco, y son empresas de producción manual.[15]

15 Fernando Cordero, entrevista virtual.

DIRECCIÓN: carrera 24C no 16A-27 sur TRAYECTORIA: 35 años a partir de red familiar COMERCIALIZACIÓN: se realiza a través de correrías por venta directa a distribuidores nacionales PRODUCCIÓN: el proceso es manual, utilizan máquinas para guarnecer, desbastar, troquelar y pulir

ZAPATOS PARA: hombres MATERIAL: cuero

Es resultado de una iniciativa del fabricante Carlos Hernández y la comerciante Rubiela Torres, quienes provenían de familias comerciantes de calzado provenientes de Santa Isabel, Tolima. El nombre HT se debe a las iniciales de sus apellidos, Hernández Torres. Actualmente, la hija Andrea Hernández Torres es la administradora y hace parte de la tercera generación que se dedica al arte de la zapatería. La memoria de la transmisión del oficio se ha cultivado desde la familia:

Mi abuelo paterno, Jorge Luis Hernández, fue comerciante de calzado y se fue del Tolima para Neiva donde tenía almacén de calzado en la plaza. Cuando envejecieron y la abuelita murió, el abuelo migró a Bogotá y siguió ayudándole a mi papá y a los tíos en el calzado. Él era el que cobraba en los pueblitos. Un hermano de mi papá, Carlos Hernández, también tiene fábrica de calzado. Empezó en el Restrepo y ahora tienen la fábrica en La Fragüita. También tres tías paternas trabajaron: una en Croydon, otra, Nubia, cosía zapatos a mano que ahora se hacen a máquina y la otra tuvo fábrica de calzado, pero se fueron a vender suelas a Ibagué. Tengo un hermano, Miguel Hernández, que es el vendedor de la fábrica.[16]

Andrea tiene en su memoria la historia de la familia siempre vinculada al calzado. El lugar donde está la fábrica también fue autoconstruido como vivienda en el barrio Restrepo y ha sido el resultado del trabajo familiar en la zapatería. En la actualidad la estrategia de venta está basada en las correrías por municipios de Colombia, una forma de comercializar que históricamente han realizado muchos zapateros.

16 Andrea Hernández Torres, entrevista.

BOTA FABRICADA EN CALZADO HECAR HT, 2020

En general, la fábrica-taller de calzado tiene un proceso manual que incluye algunas máquinas básicas. Sobre la producción, Andrea tiene claro que están trabajando “a la antigua” y no están tan industrializados.

Esta empresa y esta familia van para la cuarta generación, y tienen toda la intención y la fuerza para continuar. La vida y la historia siguen creándose y recreándose a cualquier edad, cuando se tiene el arte en las manos. Ante sus ojos está la valoración cultural de la labor que realizan como familia en el arte de la zapatería.

Taller de calzado de Silvio Acevedo Bernal

DIRECCIÓN: calle 17A sur no 24F-41, piso 2 TRAYECTORIA: 54 años en la zapatería COMERCIALIZACIÓN: se realiza a través de venta directa con calzado hecho a la medida y por pedido PRODUCCIÓN: el proceso es manual y utiliza una máquina para pulir ZAPATOS PARA: hombres, mujeres, niñas y niños MATERIAL: cuero y sintético

El taller de Silvio Acevedo Bernal es una iniciativa propia, y allí realiza todo tipo de calzado por encargo, personalizado y a la medida. Desempeña la mayoría de los oficios (diseño, corte y soladura) y el proceso lo hace manualmente, excepto la guarnición, que la encarga por satélite a dos guarnecedores —uno vive en el Restrepo y otro, en Fontibón—. Silvio Acevedo tiene 69 años, nació en Bogotá, su papá era zapatero y su mamá, modista. Ambos, provenientes de Pacho, Cundinamarca, llegaron al barrio Las Cruces, “allá donde nacieron la mayoría de los zapateros que hay ahora”[17] .

Empezó a trabajar en calzado desde los quince años en el barrio Las Cruces. Aprendió el oficio con su papá, iniciando como cortador. A los veinticinco años se fue a trabajar en zapatería a San Cristóbal, Venezuela, y regresó en el 2000 a trabajar a Soacha. Lleva nueve años en el Restrepo.

Todo el zapato que consume Venezuela, casi todo sale de ahí [San Cristóbal]. Las empresas que había en Valencia y en Caracas no tienen materia prima para trabajar —como allá ellos no tienen importación ni nada—, entonces ya en San Cristóbal se abastecen de Cúcuta.[18]

Nos cuenta que su familia se pasó de Las Cruces al Restrepo en los años setenta porque ya se había extendido mucho el trabajo de zapatería por toda la ciudad. Cada zapatero tiene su interpretación de la historia del desplazamiento de la zona de zapaterías de Las Cruces al Restrepo, lo cual muestra la importancia de reconstruir esa historia.

17 Silvio Acevedo Bernal, entrevista. 18 Silvio Acevedo Bernal, entrevista.

SILVIO ACEVEDO BERNAL EN SU TALLER DE CALZADO, 2020

El trabajo de Silvio se caracteriza por hacer todo tipo de zapatos, por pares individuales e incluso encargos por docenas.

Yo lo que hago son pares, antes de la pandemia hacía veinte, veinticinco pares semanales, ahora cinco o seis pares por mucho, en diciembre es igual, es parejito lo que hago […] La parte más difícil del proceso es el comercio.[19]

La forma de fabricar y comercializar el calzado a la medida y por pedidos específicos es una de las prácticas tradicionales que realizan talleres pequeños. Demuestra la destreza para adecuar, replicar, adaptar y producir calzado diverso y para diferentes gustos. Para realizar el pedido se puede llevar una foto del zapato y se acuerda pagar mínimo el 50% de anticipo.

19 Silvio Acevedo Bernal, entrevista.

Calzado Esmaylis

DIRECCIÓN: el almacén de calzado ubicado en el barrio Restrepo fue cerrado durante la pandemia; ahora el taller y almacén están el barrio San Antonio, en la carrera 18 no 3-71 TRAYECTORIA: 30 años de red familiar COMERCIALIZACIÓN: se realiza a través de venta directa en el almacén del barrio San Antonio y por redes sociales PRODUCCIÓN: el proceso es manual y utilizan máquinas para guarnecer, desbastar, pegar suelas y pulir

ZAPATOS PARA: mujeres MATERIAL: cuero y sintético

Fábrica de Calzado Esmaylis surgió por iniciativa del solador Carlos Pinzón y la guarnecedora Marlén Bautista, quienes se constituyen en la primera generación de sus familias que se han dedicado a la fabricación y comercialización de calzado para mujer. Empezaron a los diecinueve años a trabajar en el calzado y desde hace quince viven en el mismo lugar en el que trabajan, en el barrio San Antonio.

Yo trabajaba desde los dieciséis años, pero era mensajero en una empresa de zapatos […] Aprendí como ayudante y de solador duré unos tres años y ya después me independicé. He tenido almacén ya cuatro veces, en Yomasa, La Fiscala, en el Danubio Azul y en el Restrepo […] Mi hijo sí trabajaba conmigo, pero por motivos de pandemias ya no… vendo a cadenas en Cali y Medellín, Bogotá, pero por pandemia está detenido.[20]

Marlén Bautista nos habla desde su sentir y, en parte, desde el cansancio del trabajo esforzado que ha realizado en su vida dedicada al calzado:

Aprendí en el Restrepo a los diecisiete años. El arte a mí me gusta, pero ya estamos cansados […] Nosotros siempre hemos tenido que vivir endeudados para ponerle los zapatos a ellos, nosotros trabajamos es con préstamos, en este momento estamos endeudados […] una parte por la pandemia.[21]

20 Carlos Pinzón, fabricante de Calzado Esmaylis, entrevista, septiembre de 2020. 21 Marlén Bautista, fabricante de Calzado Esmaylis, entrevista, septiembre de 2020.

CARLOS PINZÓN, FABRICANTE, SOLADOR Y COMERCIANTE DE CALZADO ESMAYLIS, 2020

Durante el proceso de las entrevistas estábamos en el primer año de pandemia en Bogotá. Este hecho afectó en general a todos los fabricantes de calzado, pero en este caso en particular provocó el cierre del almacén Esmaylis que se encontraba al lado del parque de la Valvanera, con venta especializada en botas y botines para mujeres, elaborados en cuero y en sintéticos:

Antes de la pandemia estábamos haciendo trescientos pares en la semana, ahora no, estoy haciendo tres parcitos ahí yo mismo, no tengo nada que hacer […] Cuando hay buen trabajo, más o menos hay dieciocho o veinte personas, con satélites más que todo para la guarnición, he llegado a tener hasta seis, siete, ocho satélites […] Nosotros nos hemos venido reactivando, estamos al 50%, no por la pandemia, ya venía en decaída, con la pandemia desocupamos y trajimos al tercer piso todo y el resto lo arrendamos.[22]

22 Carlos Pinzón, entrevista.

DIRECCIÓN: calle 20 sur no 24C-26 TRAYECTORIA: 65 años red familiar COMERCIALIZACIÓN: venta directa y al menudeo de insumos para zapatería y marroquinería. Cuenta con dos almacenes ubicados en el Restrepo

En el Restrepo hay muchos proveedores de insumos, sin embargo, visitamos el almacén más conocido y antiguo del barrio. Como ya hemos explicado, Almacenes Montaño Montaño surgió como iniciativa de Marcos Montaño y Obdulia Villaquirán, ambos provenientes de Popayán. Doña Obdulia falleció en el año 2021 a los 109 años, y por haber sido partícipe del desarrollo del barrio, podríamos considerarla como una mujer histórica. Tuvieron taller de calzado de 1957 a 1965 y luego decidieron dedicarse a la venta de insumos para fabricación de calzado y marroquinería a través del menudeo o cantidades pequeñas. La pareja tuvo cinco hijos, de los cuales tres han fallecido. Uno de ellos tiene otro almacén de venta de insumos con el mismo nombre y el almacén principal lo administra y atiende el nieto Robert Yesid Montaño Vivas, quien cuenta:

Llegaron en 1955 […] entre 1957 y 1965 tuvieron un taller de calzado donde hacían un zapato de tela que se llamaba Coca-Cola. Ellos mismos preparaban el engrudo, lo vendían en botellas tibio porque no se podía enfriar para utilizarlo […] vendían los zapatos CocaCola en Cali porque eran para clima caliente. Mientras hacían eso, empezaron a vender menudeado los insumos y esta fue la parte del negocio que floreció.[23]

Como se explicó en el segundo capítulo, la representatividad de este almacén para muchos trabajadores está asociada con la práctica sociocultural que se ha configurado desde hace más de cincuenta años con la cartelera de avisos clasificados para ir a buscar y ofrecer trabajo, herramientas, máquinas, arriendo o venta de talleres relacionados con el calzado y la marroquinería.

23 Robert Montaño, entrevista.

ROBERT MONTAÑO, DE LA TERCERA GENERACIÓN QUE ADMINISTRA EL ALMACÉN MONTAÑO, 2020

LETRERO DEL ALMACÉN, 2021. FOTOGRAFÍA CAMILO RODRÍGUEZ-IDPC

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