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Donde la magia sucede

Donde la magia sucede

EL CONTEXTO PRODUCTIVO

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El propósito de este capítulo es hacer evidentes las dinámicas familiares que, de la mano de la transmisión de los diferentes oficios del arte de la zapatería y su comercialización, han conformado las formas organizativas económicas del barrio Restrepo. Para esto, resulta determinante articular la reconstrucción de la memoria del arte de la zapatería con el contexto productivo, ya que le atribuye parte de su reconocimiento como práctica cultural.

En el Restrepo existen talleres, fábricas y remontadoras, de los cuales pocos pueden ser clasificados como medianas empresas[136]. En general, muchos de estos talleres podrían considerarse microempresas artesanales. Las micro, pequeñas y medianas empresas, informales y formales, se conocen en general como sistemas productivos locales (SPL), o “aglomeraciones de organizaciones productivas que en conjunto posibilitan la producción y comercialización de un bien o servicio. Su composición es muy variada, y por ello el entendimiento de cada una amerita su análisis particular”[137] .

David Forero, en su análisis del calzado en el barrio Restrepo en 2014, señala que en los SPL se genera empleo formal e informal, se crean ambientes de cooperación y asociatividad y, además, se configuran prácticas culturales, no solo en los procesos de producción y comercio entre trabajadores, sino también entre compradores y residentes del barrio Restrepo. A su vez, indica la existencia de tres elementos relevantes para la identificación de los sistemas productivos locales: el territorio, las redes sociales y las cadenas productivas[138] .

El territorio, en este caso el barrio Restrepo en su contexto urbano, se asume como el lugar geográfico donde las actividades culturales asociadas a la producción y el comercio de calzado suceden, y donde las

136 Dentro de los talleres y fábricas estudiados en la investigación, los únicos que se relacionan con esta categoría son Barbarella y Orpar. Este último ha pasado de grande a pequeña empresa. 137 David Forero, “El sector del calzado en el barrio El Restrepo”, Equidad y Desarrollo 21 (enero-junio, 2014): 102-103. 138 Forero, “El sector del calzado”, 102-103.

redes y condiciones de producción son generadas a partir del habitar y la convivencia cotidiana. “El territorio entonces engloba propiedades demográficas, socioeconómicas y culturales que lo hacen único, y cuyo entendimiento depende en consecuencia del análisis particular”[139] .

Las redes sociales consisten en las relaciones de cooperación que se dan entre agentes, las cuales conforman mínimo una red identificable con distintas dinámicas en el territorio. En el barrio Restrepo se pueden identificar dos tipos de redes: las naturales y las construidas.

Las redes naturales han estado orientadas por la división del trabajo productivo, por lo que en el barrio se hace evidente una organización que permite ubicar a los vendedores de insumos, las zonas de talleres y las fábricas de calzado que se han ido desplazando de la zona comercial por los altos precios de los arriendos. También se encuentran los prestadores de servicios satélites que se encargan de trabajos específicos, como el cambreado, el desbaste y la guarnecida.

Las redes construidas, por su parte, responden a las organizaciones. Están conformadas por las agremiaciones y asociaciones, como por ejemplo la Asociación Colombiana de Cueros (Asocueros) y Cornical que se fusionaron en 1999 en Acicam[140]. Así mismo, se encuentra la Cooperativa Multiactiva de la Industria del Calzado y Afines (Coomficalz), conformada desde hace seis años por veinte pequeños productores[141] .

Las cadenas productivas, por último, tienen como fin coordinar la producción y comercialización, en la que se incluyen los procesos concernientes a los tratamientos de materias primas hasta la fabricación. Estas cadenas se orientan a la producción e incursión en el mercado del producto final[142] .

139 Forero, “El sector del calzado”, 103. 140 Forero, “El sector del calzado”, 103. A Acicam pertenecen solo los medianos y grandes productores, es decir, una minoría para el caso del barrio. El perfil que se requiere para estar en Acicam y en las ferias es para medianas y grandes empresas; por este motivo, no se constituye en una oportunidad para los microempresarios y talleres pequeños, que son los que mantienen la producción tradicional con procesos y oficios principalmente manuales. 141 Mario Reyes, director de Coomficalz y fabricante de Ardipiel’s, entrevista realizada durante trabajo de campo, octubre de 2020. 142 Forero, “El sector del calzado”, 102.

ESQUEMA METODOLÓGICO DE IDENTIFICACIÓN DE TERRITORIO. FUENTE: DAVID FORERO, “EL SECTOR DEL CALZADO EN EL BARRIO EL RESTREPO”, EQUIDAD Y DESARROLLO 21 (ENERO-JUNIO, 2014).

En este sentido, en el barrio el Restrepo la cadena productiva se ha ido constituyendo a partir de procesos espontáneos y paulatinos, en los que se parte de la experticia y el trabajo de quienes se desempeñan en la fabricación de calzado. Estos generan trabajo para la comercialización, que a su vez genera ventas de otros consumidores, así como un salario para los trabajadores que al tiempo son compradores[143] .

En Colombia, los informes sobre el calzado indican un rango de producción que se estructura a partir de la cantidad de ventas de las principales empresas fabricantes. En esa lógica, los talleres y microempresas no alcanzan a estar totalmente reflejados en los informes[144], por lo que el trabajo artesanal y manual propio que se desarrolla en el barrio Restrepo no cuenta hasta el momento con una valoración real en términos de su aporte económico como un comercio tradicional.

En el estudio de la Secretaría de Desarrollo Económico publicado en el 2015 para una muestra de 50 unidades productivas en el barrio Restrepo,

143 Juan F. Torres Alanís, “¿La economía local?”, Milenio, 13 de marzo, 2014, https://www.milenio.com/opinion/juan-torres-alanis/el-quijote-empresarial/laeconomia-local 144 Oficina Económica y Comercial de la Embajada de España en Bogotá, “El sector calzado en Colombia”, Instituto Español de Comercio Exterior, 2002, https://www.camaravalencia.com/camaraonline/docs/El_sector_del_calzado_en_ Colombia.pdf

GRADO DE TECNIFICACIÓN DEL PROCESO EN EL BARRIO RESTREPO. FUENTE: SECRETARÍA DISTRITAL DE DESARROLLO ECONÓMICO, DIRECCIÓN DE ESTUDIOS SOCIOECONÓMICOS Y REGULATORIOS, SUBDIRECCIÓN DE ESTUDIOS ESTRATÉGICOS, “LA INDUSTRIA DE LA FABRICACIÓN DE CALZADO EN EL RESTREPO”, CUADERNO (BOGOTÁ) 30 (2015): 53.

se identificó el importante papel de la estructura organizativa y productiva de la familia:

aproximadamente el 18% de las empresas de la muestra contaban con talleres muy artesanales que funcionaban con viviendas con 2 o 3 puestos de trabajo que normalmente están ocupados por miembros de la familia. […] La producción promedio es de 80 y 100 pares al mes. […] El 48% corresponden a talleres con un poco más de capacidad y espacio, han optado por la incorporación de hasta 4 máquinas en el proceso de producción, fundamentalmente máquinas de guarnición, para el montaje y ensuelado de calzado, así logran disminuir tiempos de fabricación y aumentar cantidad de producto terminado. […] Este tipo de talleres fabrica en promedio de 101 a 1.000 pares al mes.[145]

La Secretaría Distrital de Desarrollo Económico alude al trabajo artesanal como una actividad manual en el proceso productivo. Como se observa en el gráfico, para la muestra que realizaron con 50 unidades productivas en el Restrepo, el 38% continuaba con un proceso mayoritariamente artesanal, mientras el 46% realizaba un proceso de producción

145 Secretaría Distrital de Desarrollo Económico, Dirección de Estudios Socioeconómicos y Regulatorios, Subdirección de Estudios Estratégicos, “La industria de la fabricación de calzado en el Restrepo”, Cuaderno (Bogotá) 30 (2015): 53, gráfica 18: “Grado de tecnificación del proceso”.

mixto en el que las actividades manuales incorporaron maquinaria en las etapas de fabricación de calzado.

Si bien en la mayoría de estos lugares se ha incorporado maquinaria pues trabajan de forma mixta, los empresarios reconocen la necesidad de contar con operarios y mano de obra para la producción de calzado:

Únicamente aquellas empresas con capacidad para producir más de 5.000 pares de zapatos al mes cuentan con una estructura de planta mayoritariamente tecnificada, pero sin dejar de hacer uso de la mano de obra que es necesaria en todas las etapas del proceso. A diferencia de otros sectores, en el sector del calzado, a pesar de la disposición de maquinaria, el producto debe ser manipulado por operarios durante su ensamblado.[146]

Los términos tradicional o artesanal apenas se empiezan a pensar y a concebir como una posibilidad de comprender la historia de sus vidas. Sin embargo, el de trabajo manual sí es reconocido, como lo señala Fernando Cordero de Calzado Barbarella: “la producción de calzado en Colombia siempre ha sido y va a ser manual”[147], no porque sea artesanal o porque obedezca a una producción tradicional, sino porque, dadas las condiciones económicas de nuestro país, “las personas en general solo pueden comprar dos pares de zapatos al año y por este motivo “este negocio” no podrá crecer mucho más”[148]. No obstante, se puede decir que ha tenido momentos de abundancia.

Las personas inmersas en la economía local, primordialmente familiar, del oficio de la zapatería, no se autorreconocen como productores tradicionales de calzado y, por tanto, no consideran su labor como un aporte a la ciudad desde un conocimiento particular. En este oficio, cuya raíz es la organización familiar, no existe aún una consciencia colectiva respecto de ser portadores de una tradición o un conocimiento de los valores que esto representa. Esto marca una importante diferencia con relación a lo que sucede, por ejemplo, con la producción tradicional de

146 Secretaría Distrital de Desarrollo Económico, Dirección de Estudios Socioeconómicos y Regulatorios, Subdirección de Estudios Estratégicos, “La industria de la fabricación”, 58. 147 Fernando Cordero, propietario de Calzado Barbarella, entrevista virtual, septiembre de 2020. 148 Fernando Cordero, entrevista virtual.

las comunidades indígenas, la cual es transmitida oralmente y en prácticas cotidianas que también se pueden llamar empíricas, y en las que la consciencia del trabajo conlleva una valoración de su herencia.

LOS ESPACIOS DE ELABORACIÓN, ARREGLO DE CALZADO Y COMERCIALIZACIÓN

Al visitar los talleres, las fábricas y los almacenes, las personas que allí trabajan narran momentos de gloria y de decadencia. No parece importar tanto la producción tradicional, sino el trabajo vinculado a la existencia y subsistencia de las familias, pues es esto lo que moviliza el hacer. Ese hacer que forja el proceso de fabricación de calzado como práctica cultural y social sucede en espacios que se adaptan y se organizan particularmente en torno al arte de la zapatería. Es allí donde los oficios tradicionales de la producción de calzado siguen latiendo y resistiendo, en las vivencias cotidianas de mujeres y hombres que portan los saberes de esta práctica.

El taller, la fábrica y el almacén de calzado son espacios esenciales que han establecido una forma de habitar propia, de acuerdo con la disposición de las máquinas, el mobiliario, las herramientas y los materiales que condicionan las dinámicas de uso y permiten la transmisión de los saberes, el trabajo colectivo y el desarrollo del proceso productivo del calzado.

Taller Como ya se ha visto anteriormente, el espacio para la fabricación en los talleres en varios casos se mimetizaba con el espacio de la vivienda:

En esa época el zapatero pobre trabajaba en la casa, hacía las tareítas de las dos o la docena de zapatos en las casas. Ellos trabajaban en las piezas y sobre las camas iban arrumando el zapato que iban terminando. En esa época aquí no había fábricas de calzado […] Otros alquilaban piezas, en una dormían y [en] otra trabajaban.[149]

149 Luis Enrique López Ramírez, residente del barrio Restrepo, carpintero, 84 años, entrevista, septiembre de 2020.

La definición de un espacio propio para el taller se fue configurando con adaptaciones en habitaciones y patios de viviendas propias o en arriendo. Se construía un espacio pequeño en estructura de madera o en ladrillo, con altura de un piso, donde el mobiliario básico para el proceso de corte, el montaje y el finalizado se disponía para uno o dos zapateras/os y otros familiares que desde su niñez trabajaban como ayudantes en la producción de calzado, especialmente en la etapa de finalizado.

Como el proceso de fabricación era artesanal-manual, el mobiliario del que se disponía era: un burro[150] para poner las hormas mientras se hacía el solado de zapatos que se iban montando, una mesa para cortar los moldes sobre el cuero, un banco y estantes de madera para poner los zapatos terminados. La máquina de coser usada en el proceso de guarnición representó la introducción al proceso semiindustrial, que en algunos casos estuvo afuera del taller y que, hasta el día de hoy, para varios zapateros, es una etapa que se encarga por tareas a guarnecedores externos o satélites. La pulidora de suelas también requería un espacio independiente, ya que el polvo que generaba se esparcía en el espacio, ensuciaba y afectaba la salud de quienes trabajaban.

El proceso en un taller de calzado incluía no solo la participación familiar en oficios específicos, sino también la articulación con trabajadores externos que se dedicaban a un oficio y servicio en particular. Alfredo Espinel describe desde el recuerdo una distribución espacial y funcional interna en una casa-taller en el barrio Las Cruces:

Entonces, en esa casa recuerdo que era de cuatro alcobas y dos patios. Una de las alcobas pues era el dormitorio de la familia, porque era mi papá, mi mamá y habíamos nacido cuatro de los hermanos, cuatro de seis. La segunda habitación era el sitio donde se cortaba el cuero para hacer los cortes y creo que estaba la máquina de guarnecer cortes; y enseguida había otra alcobita donde vivía un tío —no sé si era el tío Pedro o el tío Marcos— y también servía de bodega para almacenar el calzado que se producía. En la cuarta alcoba o cuarta habitación eran donde quedaba el sitio de los operarios, creo que se tenía entre uno y cuatro. Ya ahí se seguía un patio, era la cocina, un baño y había una especie de enramada donde queda-

150 Remitirse al apartado “El abc del calzado”.

DIBUJO DE TALLER DE CALZADO DE JUSTINIANO ESPINEL Y CARMEN BERNAL, 2020 FUENTE: MARTA RUTH ESPINEL BERNAL.

ba una máquina que se llamaba la pulidora, una pulidora que era donde servía para hacer el proceso del mejoramiento del calzado.

Nosotros escogimos o mi padre escogió tres alcobas seguidas, interrelacionadas entre ellas. En una quedaba la parte donde se cortaba el calzado y donde mi mamá guarnecía. La de la mitad era donde ellos dormían y la tercera era donde dormíamos nosotros los muchachos y también servía de sitio para guardar el calzado. Y había una que era el sitio donde se hacían los operarios para hacer el calzado.[151]

Hoy en día, puede decirse que el taller es el espacio que se organiza para la producción de calzado y que puede ser un lugar adaptado dentro de una vivienda familiar o planificado para este uso. De acuerdo con el proceso de producción manual y tradicional para la fabricación, se puede disponer de mobiliario con herramientas y máquinas básicas para guarnecer, desbastar y pulir. Estas se distribuyen en una secuencia que facilita la producción. Por lo general, la cantidad de trabajadores oscila entre uno (que sabe realizar varios oficios) o varias personas (máximo diez) que se especializan en las diferentes actividades.

151 Alfredo Espinel Bernal, entrevista virtual.

El taller es el espacio que se organiza para la fabricación manual tradicional semi industrial de calzado, a diferencia de las fábricas que son planeadas para la producción industrial de calzado con maquinaria y tecnificación de mayor nivel.

MÁQUINA DE COSER SINGER ANTIGUA: AÚN SE CONSERVA EN ALGUNOS TALLERES Y FÁBRICAS. DESBASTADORA: MÁQUINA QUE LE QUITA PARTE DEL ESPESOR DEL CUERO PARA ADELGAZAR LOS BORDES DE LAS PIEZAS ANTES DE PASAR AL PROCESO DE GUARNICIÓN.

MESA DE CORTE

MOLDES

LAS HERRAMIENTAS MANUALES BÁSICAS SON: CUCHILLOS DE DISTINTOS TIPOS, PINZAS, PLANCHA Y MARTILLO DE ZAPATERO. ALMACENAMIENTO DE PIELES

MESA DE FINIZAJE O EMPLANTILLADO

GUARNICIÓN-COSIDO: SE UTILIZAN MÁQUINAS DE CODO O SINGER, PUEDEN SER DE DOS AGUJAS Y DOBLE O TRIPLE TRANSPORTE PARA HACER VARIAS COSTURAS A LA VEZ. HORMAS: MOLDES TRIDIMENSIONALES DONDE SE MONTA EL ZAPATO, MIENTRAS SE HACE EL MONTAJE Y LA SOLADURA. VARÍAN SU FORMA SEGÚN EL MODELO QUE SE QUIERE HACER (CURVA, PUNTUDA, CUADRADA). LA DIFERENCIA ENTRE NÚMEROS CAMBIA CADA 6,66 MILÍMETROS.

EL 25 DE OCTUBRE SE CELEBRA EL DÍA DE SAN CRISPÍN Y SAN CRISPINIANO, QUIENES PRACTICABAN EL OFICIO DE LA ZAPATERÍA. EN BOGOTÁ, EL CONCEJO LO DECLARÓ DÍA DISTRITAL DEL CALZADO, EL CUERO, LA MARROQUINERÍA Y PRODUCTOS AFINES.

SOLADO O MONTAJE

PULIDORA: MÁQUINA DONDE SE DISPONEN VARIAS RUEDAS CON LIJA, PELOS, DIENTES Y BRILLADORA (EN ALGUNOS CASOS, PUEDE TENER UNA FRESADORA). SE UTILIZA PARA BRILLAR Y LIMPIAR LOS ZAPATOS TERMINADOS O PARA FRESAR LAS SUELAS. BURRO

El área en metros cuadrados de los talleres fue variando según la posibilidad de expandirse en la vivienda o en el inmueble donde se disponía este espacio. Por lo general, en planta tienen una forma rectangular a la que se le fueron sumando un cuarto para la pulidora, un baño, una pequeña bodega para materiales y, en algunos casos, un mesón de cocina. Aunque no hay un modelo estándar para clasificar los talleres del Restrepo, al hacer un acercamiento a la ubicación y distribución espacial de alguno de estos, se pueden identificar:

▶ Talleres adecuados en casas donde se adapta un espacio específico para uso productivo de calzado, puede ser en arriendo o propio. Estos inmuebles también están destinados a otros usos comerciales y de vivienda.

▶ Edificios construidos para el uso productivo de talleres, fábricas y almacenes de calzado o de insumos en el primer piso, que pueden estar relacionados con el taller o ser independientes.

En el interior, las características físico-espaciales del taller mantienen una organización a partir del proceso productivo del calzado. Corresponden a una habitación o un piso libre con ventanas y, en algunos casos, tienen claraboyas que permiten la iluminación natural.

Este espacio habitable de aprendizaje, de trabajo y de permanencia para las zapateras y zapateros es el corazón físico espacial donde convergen los saberes, los oficios y el sustento de la vida diaria a partir del arte de la zapatería. Aunque los estudios que se han realizado han enfocado sus análisis en la producción desde el campo económico, es importante resaltar que estas formas de habitar hacen parte del legado de este oficio y, por ende, una posible valoración patrimonial requiere su revisión integral.

Fábrica La fábrica es el espacio planificado desde su origen para la elaboración de calzado con maquinaria y tecnificación. Parte de la evolución espacial del taller y del proceso de producción industrializado de calzado generó como resultado la consolidación de lo que conocemos como fábrica. Tanto el espacio como las máquinas utilizadas se organizan para permitir un proceso de producción industrializado en el que los

INTERIOR FÁBRICA DE CALZADO BARBARELLA, 2020

operarios manejan manualmente los equipos en casi todas las etapas. Algunas fábricas conservan procesos completamente manuales y otras acuden al uso de maquinaria para cambreado, troquelado, desbastado, guarnición, montaje y ensuelado. Pueden trabajar desde diez personas en adelante.

Para la mayoría de los fabricantes y trabajadores del arte de la zapatería en el barrio Restrepo, una fábrica “tiene maquinaria, toda la maquinaria para fabricar el calzado […] tiene una montadora, terminadoras, tiene una cantidad de máquinas, una montadora puede sacar 500 pares diarios”[152] . Sin embargo, cabe señalar que si bien las diferencias entre taller y fábrica son evidentes, algunos propietarios suelen llamar al espacio de trabajo “fábrica”, aun cuando no sea industrializado y la cantidad de trabajadores sea mínima.

152 Oscar Arturo Díaz, guarnecedor de calzado y coordinador del torneo de futbol Fabricantes y Peleteros del Restrepo, entrevista, 10 de octubre, 2020.

Remontadora La remontadora es “un sitio donde se repara calzado, se hacen remontas, tapas, tacones, se tiñe calzado, se cambian tacones, infinidad de cosas que también incluye bolsos, carteras y marroquinería en reparación[153]”. El espacio se asemeja a un taller y cuenta con la máquina de guarnecer, la pulidora y las mismas herramientas utilizadas en dicho lugar. En algunos casos se hace calzado sobre medida. Estos espacios son los que más se conocen en el imaginario colectivo como “zapatería” y existen en muchos barrios de Bogotá. David Cristancho, del Museo del Cuero, menciona que en el Restrepo los primeros trabajos eran de remontas o arreglos de zapatos realizados por los zapateros remendones[154] .

Almacén El almacén corresponde al espacio constituido para la venta de calzado. Se dispone principalmente en el primer piso de un inmueble, pero en algunos casos puede encontrarse en el segundo nivel. Allí trabajan entre uno y tres vendedores, aunque ese número puede aumentar de acuerdo con la temporada.

En el barrio Restrepo, la vocación comercial se manifiesta especialmente en pequeños y medianos comerciantes que se organizan, muchas veces a partir de un sistema familiar, y se ha mantenido mayoritariamente bajo criterios de los propietarios sin una orientación administrativa establecida[155]. Sin embargo, esta producción y comercio permanecen en el tiempo y varios almacenes cuentan con trayectoria, son representativos para la comunidad por los zapatos que ofrecen o tienen características que definen el espacio de un almacén de calzado.

Físicamente los almacenes se ubican en un local con una gran puerta o ventanales sobre la fachada principal. Su relación directa con la calle sirve como una vitrina comercial que atrae a las personas compradoras.

153 Isaías Lara Carranza, entrevista. 154 David Cristancho, codirector del Museo del Cuero y los Oficios del barrio Restrepo, entrevista, octubre de 2020. 155 Jaime Eliécer Rodríguez y Guillermo Rueda, “La rotación de personal de mostrador en los almacenes de calzado del barrio Restrepo” (tesis, Universidad Social Católica de La Salle, Facultad de Administración de Empresas, Bogotá, 1983), 23.

En el interior se disponen cajoneras, estantes laterales, vitrinas, bancos para medirse los zapatos, burros y otro mobiliario a manera de exhibidor.

Los almacenes hacen parte de un sistema productivo que relaciona a la comunidad fabricante, comerciante y compradora en el barrio Restrepo con el proceso de producción manual que implican oficios tradicionales para la fabricación de calzado. De igual forma, aportan al sustento familiar, mantienen prácticas asociadas con la comercialización por generaciones para vendedores y compradores, y de esta forma establecen una significación cultural para los habitantes de Bogotá.

Algunos almacenes tienen características destacables en cuanto a la estantería y la forma tradicional de exhibir los zapatos, pues se trata de estructuras y cajoneras en madera que, en casos particulares —Calzado de Lujo, Súper Lujo, Súper Junior’s, Calzado Mónaco, Calzado Pony’s, Calzado Nancy—, fueron diseñadas para este uso específico y se conservan desde hace varias décadas. La calidad arquitectónica del diseño interior les atribuye valores estéticos únicos.

En lo que concierne a la disposición espacial y el juego entre vitrinas o mobiliario que sirve para exhibir los zapatos se destacan: la disposición de ventanales en fachada, las cajoneras como mobiliario dentro de los almacenes y los estantes laterales ubicados en las paredes.

Fachadas: Los almacenes, como espacio para llevar a cabo la práctica de comercialización de calzado, definen una forma singular de habitar el espacio y se configuran, en muchos casos, a partir de ventanales dispuestos sobre la fachada principal. Las fachadas funcionan como una gran vitrina de exhibición que invita a compradores a observar la variedad de zapatos y se vincula con el paisaje urbano característico del barrio.

La acción de comercializar constituye una práctica cultural que, al suceder en los almacenes que se ubican en las calles del barrio, implícitamente incide en la configuración de la imagen urbana y en las dinámicas de uso generadas a través de los recorridos por las calles comerciales donde están los almacenes de calzado.

Los almacenes o locales comerciales son los espacios destinados a la exhibición y comercialización de calzado. A diferencia de las compras por internet, al visitar un almacén de calzado tradicional los clientes tienen la posibilidad de probarse los zapatos, caminar con ellos, recibir asesoría personalizada y verificar su calidad y comodidad.

LATERAL DE EXHIBICIÓN

ESPEJOS

VITRINAS

CAJONERA

ASIENTOS PARA CLIENTES BODEGA

MUEBLES DE EXHIBICIÓN

Cajoneras: Esta forma de exhibición consiste en una secuencia de cajones o cajas apilados y apoyados sobre las paredes del interior del almacén y se ubican al fondo del mostrador, como un telón que permite visualizar los diferentes modelos de zapatos que están a la venta.

Las ventas tradicionales eran las cajas de los zapatos ubicados por tallaje y por modelo en estanterías de madera y había una butaca donde la gente se probaba los zapatos. A veces, cuando había mayor sofisticación, le ponían un piso en caucho, que permanecían limpiando para que no se ensuciara y no se rayaran los zapatos por debajo. Más adelante llegó el tapete, entonces eran unas moquetas que, creo, tenían todos los ácaros del mundo, pero lo que se buscaba era preservar la suela.[156]

Estantes laterales: Dentro de los almacenes se hacen adecuaciones de superficies en madera sobre las paredes y con estantes de acrílico o metal, separados por hileras equidistantes, se exhiben los zapatos. Esta forma es más reciente y genera otra estética característica de los almacenes de calzado ubicados especialmente en la carrera 24G.

156 David Cristancho, entrevista.

Un horizonte espacial, productivo y afectivo para el patrimonio cultural

"La aglomeración de cuero y calzado del barrio El Restrepo se sitúa entre las Carreras 19 y 25, y entre las Calles 16 y 18 sur de Bogotá. Aunque hay establecimientos que se localizan fuera de esta delimitación, y cuya ubicación también responde al hecho de aprovechar el reconocimiento del sector como centro de comercio y producción de calzado, estas se asientan de forma intermitente […] En adición, hay que decir que la aglomeración no es cuadrada, su columna vertebral es la Calle 17 sur, entre Carreras 19 y 25, y su centro es la iglesia de Nuestra Señora de la Valvanera."[157]

La concentración de talleres, fábricas y almacenes que se establecieron por iniciativa espontánea de la gente, sin un planteamiento público o de grandes empresas privadas, se caracteriza por ser una aglomeración con patrones comunes en la cultura productiva, que, bajo condiciones históricas y geográficas particulares, ha dado lugar a una dinámica de relaciones socioeconómicas propias.

El barrio conforma un tejido único que contribuye a la vocación e identidad del territorio, a través de múltiples significaciones en las que se involucran todos los elementos descritos: las formas de habitar el barrio con sus usos mixtos, las viviendas, los talleres, las fábricas, los almacenes, las formas de fabricar y de vender a la medida, al detal y al mayor, y en donde además es común un lenguaje propio del oficio.

A su vez, ese paisaje comunica y atestigua la vocación, la historia, las vivencias y las características que le atribuyen singularidad en la ciudad, así como la apropiación y los afectos de los habitantes y trabajadores del calzado. Se trata de un paisaje urbano que se alía con lo productivo y lo afectivo, y en el que surgen elementos, relaciones sociales y espacios estructurantes que permiten comprender el horizonte de patrimonio inmaterial que constituye la producción de calzado en el barrio Restrepo en Bogotá.

FÁBRICA CALZADO KEILEENS, 2020 157 Forero, “El sector del calzado”, 107.

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