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La producción de calzado en el Restrepo como patrimonio inmaterial
La producción de calzado en el Restrepo como patrimonio Inmaterial
Mientras que el patrimonio cultural está, por definición, orientado al pasado, el proceso de patrimonialización, y la valorización de esta herencia, están orientados a la percepción del presente y de las expectativas futuras. Interrogarse acerca de la dimensión territorial del patrimonio cultural lleva a relacionar el análisis del patrimonio con el análisis de los procesos de patrimonialización, es decir, con los procesos a través de los cuales se realiza la atribución de un valor presente a objetos que se construyen en el pasado. Si bien deriva de acumulaciones del pasado, el patrimonio cultural asume efectivamente “significados y valores específicos en relación con el presente”: este se configura como código genético local, cuya valorización permite dar sentido a las acciones y a los proyectos del presente y del futuro. Si consideramos el papel que los bienes culturales detentan dentro de las dinámicas urbanas y territoriales, podremos comprender los diferentes valores que estos asumen y reconstruir el proceso (social, cultural, político y económico) a través del cual se realiza la atribución de dichos valores.[190]
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Al pasar de las décadas, es necesario superar la visión del territorio como soporte de los recursos por aprovechar, para tener una visión de este como patrimonio por valorar, a partir del entrecruzamiento de componentes sociales y culturales y de las economías locales, ya sean productivas, artísticas, artesanales o saberes ambientales.
El patrimonio necesita ser leído a la luz de las condiciones del contexto, es decir, de las trayectorias de desarrollo que caracterizan los territorios locales. “La patrimonialización de las herencias del pasado se superpone significativamente con las políticas para el desarrollo en sentido es-
190 Carlos Barciela, Joaquín Melgarejo y María Inmaculada López, eds., Los bienes culturales y su aportación al desarrollo sostenible (Alicante: Universidad de Alicante, 2012), 411 y ss.
CALLE 17 SUR FRENTE A ALMACÉN DE CALZADO SÚPER LUJO JUNIOR’S, 2020
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FLOR SILVA, CALZADO ARDIPIEL’S, 2020
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tricto, siendo que ambas se centran sobre la competitividad y sobre la identidad de los sistemas locales y territoriales”[191] .
La producción y el comercio tradicional del barrio Restrepo se expresan como una manifestación en el territorio que ha involucrado a las familias como organizaciones de trabajo. En ese sentido, se destacan el trabajo familiar, los oficios de la zapatería, la permanencia en el tiempo de talleres, fábricas y almacenes en su estructura y forma, así como las maneras de realizar la comercialización.
En el año 2015, se presentó una propuesta "para declarar como Bien de Interés Cultural la aglomeración productiva de calzado, cuero, marroquinería y afines que se realiza en el barrio Restrepo del Distrito Capital”[192] . Por su parte, el Partido Político Mira, durante las actividades del Concejo Bogotá en ese mismo año, planteó, dentro de sus debates políticos y proyectos de acuerdo, “la Declaratoria de interés cultural de la actividad de producción de calzado, cuero, marroquinería y afines en el barrio Restrepo”[193]. Ninguna de estas dos propuestas pasó de ser una iniciativa para concretarse en declaratorias.
Por encima de las anteriores propuestas políticas, interesa expresar qué es lo que vincula al Restrepo y al sistema de la elaboración de calzado con el campo del patrimonio cultural inmaterial y, en general, desde una mirada integradora del patrimonio. La producción tradicional de calzado en el barrio el Restrepo ha pasado por cambios entre el siglo XX y el siglo XXI. No obstante, a pesar de estas transformaciones, destacamos cinco aspectos que hacen referencia a una labor de carácter tradicional:
▶ La conservación del oficio o, como lo llaman algunos de los entrevistados, del “arte de la zapatería” con la incorporación de cambios tecnológicos.
▶ La existencia de familias que por tres generaciones han realizado el oficio como fabricantes o trabajadores del calzado.
191 Barciela, Melgarejo y López, Los bienes culturales, 112. 192 “Buscan que producción de calzado y cuero sea declarada de interés cultural”, El Espectador, 26 de agosto, 2015, https://www.elespectador.com/noticias/bogota/buscanque-produccion-de-calzado-y-cuero-sea-declarada-de-interes-cultural/ 193 Partido Político Mira, “Informe de gestión anual”, 2015, 67, https://partidomira.com/wp-content/uploads/2017/06/INFORME-ANUAL-2015-OK.pdf
▶ Los oficios de la zapatería continúan siendo una labor que en muchos aspectos es manual para pequeños y medianos productores.
▶ El material asociado a la producción y comercio tradicional ha sido siempre el cuero.
▶ El uso cotidiano de la terminología relacionada al oficio, con variaciones en el lenguaje, permite la transmisión de saberes y constituye una expresión cultural específica del arte de la zapatería.
A su vez, existen unas características de la producción y el comercio tradicional en relación con el calzado en el barrio Restrepo:
▶ La elaboración de zapatos en cuero para mujeres, hombres, niñas y niños.
▶ La fabricación manual para la venta de un objeto utilitario, estético e indispensable para la sociedad.
▶ En el mismo lugar se agrupan el comprador, el fabricante-artesano y el comerciante.
▶ Los fabricantes y trabajadores elaboran los productos con sus manos, casi en su totalidad, y seleccionan personalmente la materia prima. También adaptan los diseños y les dan su propia impronta.
▶ Requiere de un trabajo especializado en la manufactura de todo el proceso: modelaje, corte, guarnición, montaje y finizaje.
▶ Tienen una organización descentralizada, lo que hace que cada fabricante o trabajador/a se especialice en uno o varios oficios del proceso productivo del calzado.
▶ El volumen de la producción puede ser reducido o a gran escala, y siempre conserva un alto porcentaje de trabajo manual.
Identificar y comprender el patrimonio inmaterial asociado a la producción y comercio del calzado en el barrio Restrepo implicaron recuperar las narraciones de mujeres y hombres que han hecho parte de esta historia. En este sentido, desde el ámbito del patrimonio cultural inmaterial (PCI) en el contexto urbano, se propusieron los dos encuadres metodológicos ya mencionados: la transmisión de conocimientos en el sistema
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EMPLANTILLADORA EN CALZADO BARBARELLA, 2020
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familiar y las derivas urbanas como formas de realizar cartografías psicoafectivas de los espacios urbanos.
El PCI hace referencia a los usos, representaciones y expresiones de técnicas, conocimientos y saberes; así como así como a las formas de vida y a las expresiones culturales propias de las comunidades o un grupo social. Establece una relación entre identidad, memoria y territorio, que nos liga a nuestros ancestros y al espacio. Son precisamente el conjunto de prácticas y procesos culturales de las comunidades los que le otorgan valor como PCI.
El PCI cuenta con catorce campos a partir de los cuales se definen áreas específicas de las expresiones simbólicas. En esta investigación recuperamos el campo de la producción tradicional[194], comprendido como los sistemas productivos que expresan la complejidad de la relación entre la población y el medio del que obtienen su sustento, en relación con las prácticas comerciales tradicionales[195] en un contexto urbano. Así mismo, podemos relacionar la producción tradicional con otros campos del PCI como la organización social, del cual recuperamos las nociones de parentesco y organización familiar, en este caso relacionada con la producción en un contexto de economía local y urbana.
Se relaciona también con el campo de técnicas y tradiciones asociadas a la fabricación de objetos artesanales, que remite al conjunto de tradiciones familiares y comunitarias ligadas con la producción artesanal de objetos utilitarios. Una tercera relación se da con respecto al campo denominado espacios culturales, entendidos como “sitios urbanos de alto valor que funcionan como referentes culturales o hitos de la memoria ciudadana”[196] .
Si bien la producción tradicional como campo del patrimonio inmaterial en el contexto del barrio Restrepo no se presenta estrictamente como una
194 Ministerio de Cultura, Lineamientos para la elaboración de inventarios de patrimonio cultural inmaterial. Proceso de identificación y recomendaciones de salvaguardia (Bogotá: Dirección de Patrimonio, Grupo de Patrimonio Cultural Inmaterial, 2014), 24. “Este campo del PCI es objeto de las políticas de varios ministerios, en especial del Ministerio de Comercio, Industria y Turismo, y del Ministerio de Agricultura. La política de PCI establecerá puentes de comunicación, coordinación y cooperación con las directrices de política que establezcan estos ministerios, dando especial énfasis a la trasmisión de saberes artesanales”. 195 Ministerio de Cultura, Lineamientos, 24. 196 Ministerio de Cultura, Lineamientos, 24.
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ELIZABETH, VENDEDORA EN CALZADO ORPAR, 2020
elaboración artesanal, la referimos por tres aspectos: el primero son los linajes de familias productoras que, por lo menos durante dos o tres generaciones, han estado dedicadas a la producción del calzado; segundo, por las técnicas manuales y semiindustrializadas realizadas de forma mixta; y tercero, por las formas de comercialización local que han sostenido esta producción y este mercado, adecuadas a una economía local. Por lo anterior, el barrio se ha constituido en un lugar de referencia para la compra de zapatos, que es una necesidad básica de cualquier población.
Ponemos en valor la transmisión-adquisición del oficio de la zapatería y sus saberes dentro del sistema familiar y cómo esto impacta en la comercialización, al lograr el reconocimiento del barrio Restrepo por cuanto se asocia con el calzado, por su calidad y por la variedad de diseños adaptados a las tendencias y necesidades de los consumidores, las formas de venta y los precios económicos que hacen de este mercado una suerte de resistencia a la producción masiva que implica la globalización. El sentido y el valor del patrimonio inmaterial están sustentados en los grupos o comunidades; es así como los públicos que acceden a comprar el calzado tradicional pueden ser comprendidos dentro del valor inmaterial que permite el desarrollo de las economías locales familiares.
EL TRABAJO FAMILIAR Y EL ARTE DE LA ZAPATERÍA EN CUERO SON EL PATRIMONIO
Un gran porcentaje de los trabajadores del barrio inició su relación con los cueros y la zapatería desde niñas/os y jóvenes en el seno familiar. Esta es una realidad que se expresa en la memoria de las personas y el territorio.
La producción tradicional puede estar dada por diferentes factores. El principal es el hecho de conformarse como empresas familiares; sin embargo, esto no significa que se realicen innovaciones en la producción, ya que es bastante usual replicar modelos de zapatos. La clave de toda innovación está en la búsqueda de una relación adecuada con la cultura y la comunidad que realiza la labor, no en la innovación por sí misma. Por ello conviene hablar de innovación social, que conecta los cambios tecnológicos con transformaciones sociales y culturales.
Las transformaciones en el proceso productivo y en el oficio del arte de la zapatería involucran el tejido social y no solo a algunos actores económicos. Por ejemplo, hay un valor en juego dentro de la producción tradicional de calzado y está relacionado con la concepción de para qué y para quién se produce el objeto (zapatos).
El paradigma tecnológico que se viene imponiendo a nivel mundial trae consigo cambios, incorporación de conocimientos y técnicas digitalizadas o mecanizadas para la fabricación de calzado. Aunque la información es hoy vital para el funcionamiento de la economía y la sociedad, las estrategias para avanzar en la fabricación de calzado no necesariamente deben estar sujetas a un determinismo tecnológico.
No obstante, hay casos, como el de la diseñadora Yara Aristizábal y Calzado Jhorbam, en los que si bien el trabajo de la zapatería se especializa y aumenta su demanda, se conserva la producción artesanal, dada la especificidad de los productos. Además, se abre un nuevo mercado que surge de estar atento a las necesidades de la época. Esta especialización del calzado recupera las características de la producción artesanal para dar solución a requerimientos contemporáneos, como los zapatos para mujeres trans, tribus urbanas, obras de teatro y programas de televisión.
De esto puede destacarse que se trata de una fabricación manual para la venta de un producto especializado. Se ofrecen productos elaborados a mano, con materia prima seleccionada y con un estilo personalizado, que requiere de un trabajo altamente especializado en el diseño y la manufactura. Por último, el volumen de la producción es generalmente reducido. Esto es un aspecto relevante al momento de establecer que la producción artesanal sí puede ser realizada en los contextos contemporáneos.
Con estas características se resalta la idea de que la heterogeneidad en las situaciones productivas y sociales que observamos hoy exige la búsqueda de una diversidad de estrategias en el campo técnico y en el oficio de la zapatería. En resumen, el enfoque sobre la valoración de la producción y el comercio tradicional:
▶ Rescata el sentido social y cultural en las decisiones tecnológicas relacionadas con la producción y el comercio del calzado.
▶ Insiste en la necesidad de articular la historia local de la producción y el comercio con los medios y los fines de las políticas distritales; los fines deben contribuir tanto al desarrollo como al cuidado y la puesta en valor del quehacer familiar y al arte de la zapatería, en tanto saber tradicional con valores culturales.
▶ Subraya que no existen recetas únicas y construir políticas propias es imprescindible. Esas políticas no pueden menos que articularse a las realidades económicas, culturales, educativas y ambientales propias del territorio. Sin embargo, “el reclamo de la especificidad no puede interpretarse en clave aldeana ni, mucho menos, como coartada para darle la espalda al mundo”[197] .
197 Rodrigo Arocena, Ciencia, tecnología y sociedad: cambio tecnológico y desarrollo (Buenos Aires: Centro Editor de América Latina, 1993), 102.
EL EMPIRISMO COMO FORMA DE TRANSMISIÓN DE LOS OFICIOS DEL ARTE DE LA ZAPATERÍA
La definición del oficio como “el arte de la zapatería” no es usada por todas las personas. Sin embargo, sí la emplean algunas que tienen un vínculo afectivo con el oficio o aquellos cuya historia está ligada a los barrios de Las Cruces y el Restrepo. Al referirse al proceso productivo, en ocasiones se utiliza la palabra artesanal como sinónimo de manual, y en varias ocasiones las/os entrevistadas/os aclararon que el proceso no es artesanal sino manual. Este es un hecho importante al tratar de responder la pregunta acerca de qué son los mercados y la producción tradicionales.
Se llama oficio a la ocupación de una persona, en especial aquella que se relaciona con labores manuales o artesanales. El aprendizaje de los oficios se realiza directamente en los talleres y en las fábricas, en el contexto de las relaciones sociales que se generan entre compañero/as y familiares en el trabajo. Estos espacios funcionan como “escuela-taller”, donde se comparten los saberes y se aprende a través de la práctica, mirando y escuchando a otras personas con experticia.
Los diferentes oficios (modelista, cortador/a, guarnecedor/a, solador/a y emplantillador/a) se aprenden por transmisión durante el trabajo, en los talleres y fábricas, entre familiares y trabajadores. Por lo tanto, no se requieren estudios formales para realizarlos, sino que la experiencia de la vida y el trabajo generan la formación. Aunque existen cursos de educación formal en el Servicio Nacional de Aprendizaje (SENA) para la confección y el diseño de calzado, no conocimos trabajadores que los hayan cursado. Muchas veces, el oficio se transmite de generación en generación en una misma familia. En la mayoría de los casos, suelen ser trabajos que se realizan de forma manual y es preciso que el trabajador conozca en profundidad su actividad laboral y posea habilidad para llevarla a cabo.
El desempeño de los oficios, como práctica social y cultural, puede aportar a la construcción de identidades en las personas que los ejercen, puesto que se interrelacionan con una red afectiva y laboral entre aquellos de quienes se aprende y con quienes se desarrolla el oficio dentro del proceso de producción. Se pueden configurar representaciones,
símbolos y vínculos con los espacios de los talleres, fábricas, almacenes, y así mismo con el barrio.
Para el caso del calzado, si bien las interpretaciones y sentires cambian, la cuestión es si se es consciente o no de ello. Esto tiene que ver, por ejemplo, con la necesidad de un autorreconocimiento de la labor de la zapatería para que haya una valoración del oficio, la memoria y la calidad del trabajo realizado. Esto conlleva la necesidad de reconstruir la historia del barrio y el oficio como una estrategia de valoración cultural y económica del territorio, del trabajo y de los productos.
Las políticas de la Secretaría de Desarrollo Económico de la ciudad tienen un enfoque económico dirigido a diferentes tipos de productores, aunque lo intentan, no incluyen a todos los pequeños fabricantes. En esta clasificación, las políticas en muchas ocasiones se plantean a partir de excelentes diagnósticos económicos, pero el alcance que tienen está restringido, es decir, no están basadas en la propia historia ni en las diferentes realidades de los pequeños talleres y fábricas que que tienen otras necesidades. Esto impide avizorar otros horizontes e integrar la valoración de las expresiones culturales a los proyectos que proponen.
En términos generales, podemos afirmar que las pequeñas industrias familiares se han constituido en un espacio de aprendizaje del oficio de la zapatería y que este trabajo familiar favoreció la economía familiar, al propiciar que muchas de las personas que aprendieron en la infancia y la juventud continuaran el oficio por el resto de su vida.
Las fábricas y los talleres son espacios de aprendizaje, en donde siempre hay alguien que está aprendiendo el oficio y algún otro que sabe algo y aprende otro poco. El aprendizaje es empírico y, más que políticas de capacitación, se requieren lineamientos y programas que permitan exteriorizar lo que ya se sabe y se ejerce. En otras palabras, hay una necesidad de valorar el conocimiento fruto de las tradiciones familiares o del aprendizaje en la práctica del oficio cuando no vienen heredados de la familia.
Por ejemplo, el del modelista es un oficio que ha tenido transformaciones técnicas y tecnológicas; además de levantar los moldes, tiene un conocimiento sobre anatomía del pie, que le permite escalar las tallas de los zapatos. Como decía el modelista Jorge Rodríguez: “para ser mode-
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FABRICANTE Y CORTADOR ORLANDO PARAMO, CALZADO ORPAR, 2020.
lista hay que conocer todos los oficios de la producción del zapato”[198] y, como ya se vio en capítulos anteriores, aunque todos los oficios implican el conocimiento de todo el proceso, los modelistas, los cortadores y los guarnecedores pueden no estar vinculados al taller o a la fábrica, debido a que pueden trabajar de forma satelital. Valorar el conocimiento que hay en la forma de transmisión empírica exige reconocer cómo estos diseños y la fabricación de calzado no se hacen al azar.
La dificultad de valorar esta forma de enseñanza y aprendizaje es que está totalmente naturalizada. Por lo tanto, obtener la información sobre cada uno de los procesos y los oficios implica ejercicios de diálogos y de recuperación de memorias, para reconocer en la trasmisión una forma de aprendizaje tradicional que contribuye a una práctica cultural. El ambiente empírico de aprendizaje es eminentemente técnico; aunque se resiste a la memoria y no se interesa por la tradición, en este momento es la garantía de la existencia del oficio.
Así mismo, el uso del lenguaje que se refiere a la producción y el comercio de calzado, y que da cuenta de conocimientos particulares sobre los espacios, los procesos, los oficios, las herramientas y otras prácticas que suceden en el barrio, se convierte en una expresión esencial que no se puede desligar de lo cultural.
198 Jorge Rodríguez, entrevista virtual.
Reflexiones finales: afectaciones y retos
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Las expresiones culturales que se identifican en relación con la producción y el comercio tradicional de calzado en el barrio Restrepo se han visto afectadas por diferentes factores en las últimas décadas. La competencia desigual causada por los tratados de libre comercio, como consecuencia de las políticas neoliberales desde la década de los noventa, junto con las más recientes importaciones chinas que impulsan la compra de calzado en almacenes de cadena o centros comerciales, lo que afecta la continuidad de la producción de calzado en cuero, el comercio tradicional con las formas de venta ya explicadas, el sustento familiar y la transmisión de los saberes.
Aun cuando se han realizado propuestas desde el ámbito del desarrollo económico en la administración distrital, estas no resultan estables y no incluyen a todos los pequeños productores, que son quienes principalmente continúan con la transmisión de los oficios y la producción manual semiindustrial. La falta de reconocimiento y de estrategias de difusión de la labor dificultan no solo la posibilidad de llegar a más compradores, sino que reduce el flujo de las economías locales y pone en riesgo su sostenibilidad, especialmente en coyunturas como la de la pandemia, situación en que se ha profundizado esta crisis.
Si bien el barrio Restrepo es considerado el corazón del calzado en Bogotá, para muchos habitantes de la ciudad no hay una conciencia que los lleve a apoyar las economías locales, porque se desconoce o no se le da el valor que tiene al arte de la zapatería como trabajo que garantiza el sustento de muchas familias. Tampoco, como práctica sociocultural que se ha configurado desde los oficios y los procesos manuales semiindustriales transmitidos por generaciones.
PROCESO DE GUARNICIÓN. CALZADO HEKAR, HT, 2020