2.1
Planificación
Antes de iniciar las actividades para implementar un huerto, se deben considerar diferentes aspectos que nos ayudarán a disminuir las posibilidades de cometer errores o tener pérdidas. Estas actividades forman parte de la planificación de nuestro proyecto para mejorar los resultados finales y optimizar los recursos. La planificación hace que un huerto sea más ordenado y productivo, también nos brinda capacidades para ser resilientes y afrontar diversos problemas que puedan surgir en el camino. La planificación y diseño del huerto es un proceso que variará de acuerdo con las características del sitio, el presupuesto y la disposición de las personas. Antes de diseñar el huerto, es importante plantear un objetivo específico para éste: ¿Cuánto quiero cosechar?, ¿A cuántas personas beneficiará?, ¿Qué tipo de cultivos deseo?, ¿Las cosechas serán para el hogar, la escuela, un restaurante o para comercializar? Respondiendo las interrogantes anteriores, podemos definir el objetivo específico del huerto, lo que nos ayudará a definir las características de diseño con mayor claridad.
2.2
Características del espacio
Los huertos son muy versátiles y pueden establecerse en una gran variedad de sitios como balcones y terrazas, terrenos baldíos rehabilitados, basureros clandestinos, entre otros. Antes de adaptar estos sitios es necesario tomar en cuenta diversos factores para que la instalación de un huerto pueda ser exitosa:
Topografía del terreno: Es necesario evaluar la inclinación del sitio, ya que el huerto necesita de una infraestructura firme y duradera, que le permita ser resistente ante adversidades climáticas y que al mismo tiempo perdure en el tiempo para que puedan darse varias cosechas.
Tipo y condiciones del suelo en el terreno: El suelo posee una textura determinada por la cantidad de arena, limo y arcilla. Cuando la proporción de estos tres elementos se encuentra desequilibrada, los suelos requieren de un mayor control para asegurar su
fertilidad y adecuado drenaje. Otro factor importante es la pedregosidad, debido a que su exceso dificultará el crecimiento de las raíces. En caso de que el suelo del terreno no sea apto para cultivar, como en caso de zonas de relleno o áreas anteriormente utilizadas como vertederos, se recomienda elevar la siembra y realizar camas de cultivos, cajas, bolsas, u otros contenedores. En estos se puede colocar el sustrato, con la mezcla adecuada de arena, hojas y tierra, apta para el cultivo, y así evitar usar de manera directa la tierra propia del terreno.
Variables climáticas: El clima puede variar incluso en diferentes partes de una misma ciudad. Por tanto, es importante y necesario identificar las variables en el terreno donde se ubicará el huerto. Las principales variables a considerar son: lluvia, viento, horas de sol al día y cantidad de sombra. Y es importante realizar un análisis para identificar si las plantas que deseamos integrar al huerto corresponden a las variables climáticas del sitio, debido a que algunas variables climáticas serán difíciles y, en algunos casos, costosas de controlar. Por esta razón, se recomienda elegir cultivos basados en el clima del sitio. Los cultivos en huerto sufrirán principalmente por los excesos. El exceso de sol fomenta la evaporación del agua en el suelo, por lo que aumenta la deshidratación de la planta. El exceso de lluvia, por otra parte, puede no solo erosionar el suelo, sino también “ahogar” las raíces de la planta, llevándola a su pudrición. El viento, también es un factor que puede afectar a nuestro cultivo, debido a que éste provoca erosión en las partículas del suelo y en algunos casos, especialmente cuando las plantas son jóvenes, daños en la estructura de la misma, como tallos y hojas rotas. Los excesos pueden ser temporales o continuos en un sitio determinado. Y dependiendo de esto podemos definir temporadas de cultivo más adecuadas o formas de protección a los cultivos que permitan protegerlos en caso haya mucha exposición a la lluvia, sol o viento. La protección se dará principalmente con distintos tipos de infraestructura que se instalen en el sitio, tales como invernaderos y mallas. Proteger los cultivos de las amenazas climáticas, fomentará un desarrollo adecuado de la planta y una buena cosecha, en cuestión de tamaño y calidad de los productos.
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