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y Rafael Santa Cruz
92 en 1966, el presidente Belaunde envió un edecán como muestra de respeto y admiración a la cocinera más célebre de su época. Actualmente, un complejo habitacional ocupa el terreno del célebre restaurante y conserva la puerta con un letrero para conmemorar a la célebre cocinera.
Otra personalidad muy importante es Teresa Izquierdo González (Lince, 1934-2011). Aprendió el arte de la cocina gracias a su madre; atendió por igual a presidentes, empresarios y gente humilde en su restaurante “El rincón que no conoces” en Lince, ahora dirigido por su hija Elena Santos Izquierdo. Teresa fue distinguida por el Ministerio de Educación con el título de “Maestra del arte culinario” en el año 2006 y, en el año 2011, el Estado peruano la condecoró con la Orden al Mérito por Servicios Distinguidos en el Grado de Gran Oficial. Otras cocineras y reposteras son respetadas en sus barrios porque contribuyen a mantener las recetas antiguas de sus abuelas y bisabuelas; tal es el caso de Vicenta Galloso (Lima, 1932), maestra repostera del Rímac, distinguida por la Municipalidad Distrital del Rímac por ser guardiana de saberes tradicionales.
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Toros: Esteban Arredondo, la cuadrilla del maestro Valdez y Rafael Santa Cruz
Los africanos y afrodescendientes se desempeñaron como toreros de a pie y a caballo, picadores, lanceadores o rejoneros. Ellos encontraron en esta actividad otra oportunidad para insertarse en la sociedad, ganar respeto y fama. Recién en el
siglo XIX tenemos nombres propios de toreros y picadores afro como Esteban Arredondo, inmortalizado por Pancho Fierro y Ricardo Palma. Él destacó por torear “a la suerte nacional”, es decir, como capeador a caballo a usanza peruana. La técnica consistía en realizar suertes o movimientos de capote sobre un caballo haciendo correr al toro por todo el ruedo hasta cansarlo y, finalmente, matarlo.
El torero afro más famoso del siglo XIX fue Ángel Valdez, “el Maestro”. Nació en Palpa en 1838, hijo de esclavizados, y migró a Lima muy joven. Debutó en Acho en 1857. Algunos investigadores sostienen que fue un capeador diestro, maestro en acrobacias que mató más de tres mil reses en su extensa carrera. Se dice que se presentó más de quinientas veces en Acho. En 1866, se celebró con corridas de toros la victoria sobre los españoles en el Combate del 2 de Mayo y Valdez fue la figura central. En 1883 se presentó en Madrid, Cádiz y Lisboa, tras lo cual retornó al país. Los entendidos en tauromaquia celebran sus proezas; por ejemplo, en 1885 se encerró solo con doce toros en Acho y dio muerte al célebre toro Arabí Pachá. En 1909 se presentó por última vez en el coso de Acho, tenía 71 años y padecía de diabetes. Murió dos años después y está enterrado en el cementerio Presbítero Maestro en el nicho 156-C del cuartel San Felipe.
Otro torero importante fue Rafael Santa Cruz (Lima, 19281991), hermano de Nicomedes y Victoria. Su destacada carrera se inició en 1947. Al año siguiente, ganó el escapulario de oro de la Feria del Señor de los Milagros, máximo galardón en la
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Juanita Breña en una acuarela de Francisco “Pancho” Fierro. Juanita fue una famosa torera en Acho. Ricardo Palma dice en sus Tradiciones peruanas que luego de retirarse trabajó vendiendo carne en un mercado de Lima.