Huaquear y bambear
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Huaquear y bambear1 Dorian Espezúa
Los filósofos hasta este momento no han hecho más que interpretar el mundo, ahora se trata de transformarlo. Karl Marx
Saludo Estoy de acuerdo con el hecho de que las experiencias son intransferibles. No dudo de aquello que viví, sufrí o reí en Puno durante la década de 1980. Esas experiencias no fueron discursos aunque se conviertan en discursos cada vez que las cuento. A mí casi me destrozan dos bombas que estallaron a unos cuantos metros de donde yo estaba. Tenía amigos en ambos frentes. Fui a la cárcel o al hospital para visitarlos y vi en sus cuerpos las huellas de las torturas y de las masacres. Esas bombas y esas huellas definitivamente no son discursos. Mis amigos y yo guardamos en nuestras memorias esos sucesos. Mis experiencias sucedieron, si se quiere, en una instancia prelingüística y posteriormente se hicieron parte de mi memoria y parte de mi discurso. No dudo de que las experiencias existan, duelan y marquen nuestro presente. Así que cuando alguien dice que el dolor, las lágrimas, la bomba de Tarata, la hija viviente de una violación, el hambre, el frío, las huellas de la tortura, la mutilación, las pesadillas, la marginación, el etnocidio, la muerte, el secuestro, la desaparición y el sufrimiento real y penoso que todo ello nos causa son solo discursos, no dejo de sorprenderme.
1. Agradezco a Mauro Mamani Macedo, Nécker Salazar Mejía y Richard Leonardo Loayza de la Universidad Nacional Federico Villarreal, a Dante Dávila Morey de la Pontificia Universidad Católica del Perú, a Sergio Ramírez Franco de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos y a Marita Hamann de la Nueva Escuela Lacaniana de Lima, la lectura, los comentarios y las sugerencias que hicieron de las diferentes versiones de este texto.