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Estructuralismo post-síntesis
control de la selección positiva que nosotros. ¿Cómo debe entenderse esto? Simplemente no lo sabemos.68
Obviamente, la evolución de los homíninos no se detuvo con la aparición estelar del Homo sapiens; desde entonces siguió generándose diferencia. Pero, ¿cuánto de esa diferencia es atribuible a la adaptación, es decir, a la selección? En los últimos años, la búsqueda de adaptaciones en poblaciones humanas ha sido abordada con metodologías novedosas. Empleando técnicas morfo-geométricas y estadísticas, un grupo de investigadores de la Universidad Nacional de la Patagonia en Comodoro Rivadavia, en la provincia de Chubut, llegó a la conclusión de que la altura y el ancho de la nariz humana habrían estado sujetas a la selección natural, siendo las narices altas y angostas de los europeos adaptaciones a los climas templado fríos, en tanto que las narices bajas y anchas de los australianos lo serían a los climas tropicales (De Azevedo y otros, 2010).
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Estructuralismo post-síntesis
Finalmente, el moderno darwinismo terminó ignorando todo aquello que no se ajustaba a su estrecha visión de la evolución; entre otras cosas, ignoró la escuela morfológica alemana69. Este ninguneo no tuvo que ver nada con el resultado de la segunda guerra, ya que los aportes rusos en el campo de la morfología y la macroevolución también fueron desechados por los darwinistas anglosajones.70 Hasta el día de hoy desconocemos casi todo sobre las contribuciones rusas en materia de morfología comparada y evolución. Por fortuna, uno de nuestros más destacados evolucionistas, Osvaldo Reig (1929-1992), profesor de la Universidad de Buenos Aires, se ha encargado de rescatar del olvido a varios de esos morfólogos.71 A uno en especial: Alexei Severtzov (1866-1936), según el profesor porteño, «el más influyente morfólogo darwinista ruso de su generación y un predecesor […] de la incorporación de la teoría morfológica a la Nueva Síntesis»
68 Análisis actuales también indicarían que la evolución por deriva (no adaptativa) pudo haber jugado un rol destacado en la transición Australopithecus-Homo. 69 Con relación a esta escuela, Reif y otros (2000, p. 35) sostienen que fue el aislamiento posterior a la primera guerra mundial lo que hizo que los morfólogos y paleontólogos alemanes redescubrieran las doctrinas idealistas del siglo anterior. Sin embargo, esta hipótesis, planteada originalmente por Simpson para explicar la naturaleza heterodoxa del evolucionismo de ese país, no es aceptada por otros historiadores, que dan a la biología alemana de entreguerras un rol más activo en la formulación de la ts. 70 Técnicamente, los ingleses y norteamericanos eran aliados de los rusos. 71 Para ahondar en la biografía de este evolucionista, recomendamos el trabajo de Carlos
A. Quintana (2012).
(Reig, 1990, p.275; Hohfeld y Olsson, 2003). En realidad, las ideas de Severtzov eran bastante heterodoxas. El más heterodoxo de los heterodoxos, Richard Goldschmidt, solía considerar al ruso como un antecedente de sus propias ideas evolutivas.
En 1924, Severtzov había hecho una distinción fundamental entre dos procesos a los que denominó aromorfosis e idioadaptación. Reig transcribe la definición que el ruso dio de cada uno de ellos. La aromorfosis comprende aquellos «cambios de carácter general, gracias a los cuales la organización de los animales se coloca en un nivel más alto, abriendo el camino para cambios progresivos ulteriores» (1990, p.242). Explica el profe de la Universidad de Buenos Aires que esos cambios aromórficos eran cualitativos, a diferencia de las transformaciones cuantitativas que causaban la idioadaptación. Esta, a su vez, comprendía «todo cambio de carácter adaptativo, toda adaptación hacia condiciones del medio estrictamente definidas». Al parecer, Severtzov no dijo, lo que Reig lamenta, si existía una diferencia substancial entre el mecanismo evolutivo que hacía surgir aromorfos y aquel responsable del perfeccionamiento adaptativo. La temprana distinción hecha por Rensch entre anagénesis y cladogénesis también tendría que ver con la doble causalidad de la evolución que es propia del enfoque estructuralista (una causa para la forma profunda, otra para la adaptación superficial). Para Reig, la anagénesis, tal como la entendía Rensch, correspondería a la aromorfosis de Severtzov, es decir, a un cambio que produce progreso, a una evolución cualitativa, a un aumento de complejidad, etcétera; la idioadaptación, en cambio, coincidiría con la cladogénesis (aunque no con exactitud). Hoy, anagénesis es sinónimo de evolución filética lenta y gradual sin ramificación, y cladogénesis es la bifurcación de linajes por diferentes causas (una barrera geográfica o ecológica, etcétera) (Dobzhansky y otros, 1983, p.237); todo dentro del marco de la ts, como corresponde.72
La tentación de situar a Severtzov en el estructuralismo es irresistible. La sola distinción que hizo entre idioadaptación y aromorfosis justificaría en pleno esa ubicación en el esquema Russell/Ospovat de Amundson. Por idioapatación no podían originarse aromorfos, es decir novedades morfofisiológicas capaces de modificar el bauplan original; todo esto, si no lo es, huele muchísimo a estructuralismo. Una de las obras más trascendentes del ruso, Las regularidades morfológicas de la evolución de 1931, puede ser vista como un antecedente prehistórico del evo-devo (Olsson y otros, 2010).
72 Curiosamente, Rensch ha sido incluido en ese selecto club de arquitectos de la ts, a pesar de su pensamiento heterodoxo. Más aún; también es considerado un arquitecto de la otra síntesis, la alemana, menos conocida y, aparentemente, independiente de la anglo-parlante (Reif y otros, 2000).