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Carlos Moste Carranza
Yuyarccuni Año II N° 2 Carlos Moste
Keywords: Indigenism, Cuentos andinos, Enrique Lopez Albujar, Indigenism literature, Indigenism society, Huanuco, 20th century.
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Introducción
El resultado del “indigenismo” como materia de estudio se expresa en dos líneas de investigación que difieren en el enfoque de análisis. Hay quienes entienden y desarrollan el indigenismo como un movimiento complejo, que tuvo el objetivo de defender, a través de una amplia producción intelectual, a la cultura amerindia de los prejuicios y los abusos cometidos en su contra, tales como Matos Mar (1970), Flores Galindo (1976) y Ravines (1981). Por otro lado, existen estudios andinos que tratan la naturaleza de los pueblos indígenas que habitan un territorio influenciado por la colonización española, como Jhon Murra (2002) y Enrique Mayer (1970), por mencionar algunos casos. ¿Es posible que ambas formas de abordar el indigenismo del Perú coincidan en un análisis histórico? Para llegar a la respuesta, debemos recordar que una de las expresiones más significativas que ha tenido el indigenismo en la primera mitad del siglo XX, se desarrolló principalmente en terrenos de la literatura. Dicha producción estuvo nutrida por el propósito de representar de manera realista la coyuntura social que padecía el sector andino del Perú. Una de las obras que cumple las características de esa literatura y además un papel precursor en la causa indigenista, es la obra Cuentos Andinos de Enrique López Albújar, publicada por primera vez en 1920. Convirtiéndose en una fuente alternativa para poder explicar la coyuntura social del sector andino, ello por simbolizar en su temática la cotidianidad del indio en su espacio natural. En efecto, este trabajo busca explicar, a partir de dicha obra, algunos aspectos de la sociedad indígena que han pasado desapercibidos y que es posible llegar a ellos por medio de una interpretación que además requiere de una contextualización histórica. Siendo conscientes de que toda obra literaria puede ser objeto de múltiples interpretaciones, desarrollaremos el análisis de acuerdo a nuestros intereses para lograr una aproximación a nuestros objetivos.
Aproximación histórica a Cuentos Andinos
Sería inadecuado explicar la coyuntura social en la que se desarrolló el indigenismo del Perú utilizando una sola metodología, básicamente por los factores de tiempo y espacio. En primer lugar, porque el indigenismo como movimiento ideológico no posee un desarrollo cronológico continuo desde su gestación y, en segundo lugar, porque la cultura indígena peruana como estrato
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social no funciona de la misma manera en todos los lugares del país. Se ha decidido abordar en este trabajo el estudio de los cuentos como una representación realista de la sociedad andina del siglo XX, particularmente del departamento de Huánuco, ubicado en la sierra central del Perú, con el objetivo de mostrar un panorama poco familiar del mundo indígena que se desprenda del análisis de este género literario. En ese sentido, coincidimos con Robert Darnton (1987), cuando en su obra hace referencia a las grandes compilaciones de los cuentos franceses del siglo XVIII3. Al respecto, señala que este tipo de construcciones narrativas
ofrecen una rara oportunidad de ponernos en contacto con las masas que han desaparecido en el pasado sin dejar huella. Rechazar los cuentos porque no pueden fecharse y situarse con precisión, como otros documentos históricos, es como volverle la espalda a uno de los pocos puntos de acceso al mundo mental de los campesinos del Antiguo Régimen (Dartnon 1987, p. 24).
La obra de López Albújar4 está constituida por diez cuentos: Cachorro de tigre, Como habla la Coca, El brindis de los Yayas, El campeón de la muerte, El hombre de la bandera, El licenciado de Aponte, La mula de taita Ramun, La soberbia del piojo, Los tres jircas y Ushanan jampi. A partir de ellos, explicamos la dimensión social del pensamiento indígena relacionándolo con el mundo real y pasando de esta manera, del texto al contexto. Si deseamos comprender la coyuntura social y el pensamiento indígena representado, debemos reconocer que dicha obra posee una temática realista que se fundamenta de manera histórica en aquella ideología indigenista que tomó fuerzas a inicios del siglo pasado y que fue la base de lo que se puede conocer como el fenómeno de toma de conciencia nacional ante “el problema del indio” . Este fenómeno es la posición inclusiva que adoptó el Estado peruano frente a la discriminación que se tenía con la población indígena. Esto no solo queda evidenciado en la producción de la crítica intelectual, sino también en implementaciones que se gestaron desde el gobierno, es el caso de la creación de instituciones estatales como el antiguo Ministerio de Trabajo y Asuntos
3 Robert Darnton (1987). La gran matanza de gatos. México: Fondo de Cultura Económica. 4 Cuentos Andinos fue publicado en 1920 bajo la autoría de Enrique López Albújar. Está compuesto por diez cuentos, todos ellos relacionados por la intención del autor en recrear un universo social e imaginario del indígena de la sierra central del Perú. Así mismo, es considerada una de las más importantes obras del indigenismo literario, defendiendo dicha atribución en su temática principal, pues sus relatos están centrados en el comportamiento indígena con historias violentas, pero que sin embargo están influidas por un realismo propio de inicios del siglo XX.
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Indígenas que además de velar por la generación y mejora de empleos, cumplía de manera implícita un rol social integrador. El indigenismo peruano tuvo sus orígenes en el siglo XIX y aunque se desarrolló ampliamente en la literatura, se extendió en campos como la política y las ciencias sociales, habiéndose convertido para las primeras décadas del siglo XX, en un asunto tan significativo que fue tratado con ahínco por algunos intelectuales de la época. En ese ambiente de inquietud se generó una gran controversia, nutrida por distintas posiciones ideológicas que intentaban dar solución a un conjunto de situaciones deplorables que hacían lamentable la condición de vida del indígena. Esas situaciones se agruparon bajo la denominación de “el problema del indio”. Algunos intelectuales armonizaron en solucionar el problema del indio, a partir de que la sociedad peruana concibiese una nueva identidad nacional cuyo núcleo fuese la originaria cultura precolombina, la cual estuvo honrada además por haber tenido la capacidad de sobrevivir a siglos de opresión. En otras reflexiones, figuró la básica idea de entender al conglomerado indígena como un grupo social y no racial, rechazando de esta manera toda posición racista. De igual forma se identificó y criticó el abuso cometido por los gamonales, aunque fundamentalmente se resaltaron los valores de la antigua cultura peruana como argumento para rebatir el hispanismo que, en boca de los principales indigenistas, ya suficiente daño le había causado. Matos Mar ha calificó la problemática indigenista como una discusión antagónica entre grupos políticos:
En la década del 20 y 30 en el Perú se asiste al apogeo del indigenismo, que puede resumirse como un proceso dialéctico entre aristócratas hispanizantes, demócratas europeizantes y socialistas indigenistas, estos últimos estimulados, además, por las revoluciones mexicana y rusa (Matos Mar, 1920, p. 205).
Sin embargo, resulta pertinente considerar la postura de Osmar Gonzáles, cuando identifica el indigenismo como consecuencia de la mala conformación de la nación peruana. Al respecto, Gonzáles (2008) infiere que “el indigenismo es la expresión de un fracaso, la evidencia de una derrota: la derrota de la no conformación de la nación peruana. Más allá de las visiones románticas o idealizadas que se han forjado alrededor del ser andino, es preciso considerar el indigenismo como el producto y la representación de los conflictos no resueltos de la sociedad peruana cuyas consecuencias se viven
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hasta el día de hoy.
”5 Por otra parte, es necesario explicar el papel que desarrolló López Albújar y sus trascendentales cuentos en un contexto en el que el Perú daba la sensación de estar fraccionado; por un lado, una sociedad costeña que se movía en dirección de un grupo recudido de familias con fuerte poder político, las cuales en conjunto conformaban la aristocracia peruana. Mientras que, de otro lado, un infortunado sector rural cuyo funcionamiento social se ha explicado a partir del gamonalismo surgido en la segunda mitad del siglo XIX y que precisamente es el que va estimular la función de amparo que desarrolló la literatura años posteriores. Efrain Kristal, también ha hecho referencia a la explotación indígena cuando explicó la contienda entre los terratenientes y los exportadores, ambos de la oligarquía peruana:
En el caso peruano, el ingreso masivo de capitales británicos a mediados del siglo XIX, debido a la exportación del guano, dio lugar a una temprana división entre el sector exportador y la oligarquía terrateniente feudal. Además, sentó las bases para la formación de una tercera facción que emergió como un sub-grupo para el cual la exportación no era una prioridad. […] Asimismo, utilizó la injusta explotación que padecía el indio en una estructura de tipo feudal, como argumento demagógico contra la oligarquía frágil y dividida a causa de sus intereses heterogéneos (Kristal, 1999, p. 26).
Enrique Lopez Albújar y la representación de un indio sublevado
En ese sentido, se concibió a los representantes de la literatura indigenista como presentadores de un sector andino martirizado y que, por efecto, caracterizaron al indio con un tratamiento paternalista y protector tal como había ocurrido durante casi toda la época colonial cuando se le atribuyó al indio un carácter propio de un menor de edad. Sin embargo, un correcto análisis a los cuentos de Albújar demostraría un discurso totalmente diferente al que dispuso la literatura indigenista previa y posteriormente a 1920, cuando se publicó Cuentos Andinos. Luis Fernando Vidal se ha referido a esto en un prólogo de la obra cuando cita al crítico literario Washington Delgado: “La opción de López Albújar es una visión del indio despojada de sentimientos engañosos y ajeno a las convenciones literarias”, además agrega lo siguiente:
5 Ver: http://www.intellectus.uerj.br/Textos/Ano7n1/Texto_de_Osmar.pdf
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La imagen que nos entregan sus relatos está desligada de estereotipos anteriores, productos a la vez de un relativo paternalismo. La versión del hombre andino propuesta por López Albújar no es la edulcorada imagen de un ser sumiso, tímido y encastillado en añoranzas del pasado, tampoco la del desvalido digno solamente de conmiseración: este narrador instala, en mitad de un espacio violento e inmisericorde, a hombres rudos cuya actuación parecía como impulsada a los más elementales instintos (Vidal, 2007, p.5).
Se ha considerado indispensable para los objetivos de este trabajo, explicar la perspectiva del autor frente a los hechos narrados, pues imparcialmente eso determinaría las singularidades que presenta su creación literaria. Por ende, es importante valorar que López Albújar, a diferencia de otros autores que trataron la misma materia, tuvo un contacto directo con el sector indígena del cual hace referencia en su obra. Esta relación se dio a raíz de su condición como Juez de Primera Instancia en el departamento de Huánuco, evidentemente esto significó que Albújar percibiera casos delictivos cometidos por el poblador andino de la sierra central del Perú. Esto le permitió personificar en su imaginario a un indio cruel y violento, de ahí que la naturaleza del sujeto andino que presenta en su obra, posea generalmente aquellas características. Cuentos Andinos, además de ser contextualizados, deben ser analizados a partir de su unidad temática, evitando de esta manera el desglose de la obra en diez cuentos independientes y desconectados entre sí. Esto porque cada cuento presentado no sucede al otro sino se superpone, a tal punto de encontrar, en algunos casos, antecedentes de un personaje en un cuento anterior. En el cuento La soberbia del piojo, Melchor, un indio de la comunidad, expresa lo siguiente acerca de la cotidianidad indígena: “todas las historias se parecen. En todas verá usted las mismas ridiculeces, las mimas vanidades, las mimas miserias, las mismas pasiones. No hay más que variantes” (López Albújar, 1920, p. 23). La sociedad andina se ha caracterizado generalmente por ser una sociedad conservadora frente a tradiciones ajenas, esto se podría explicar desde cualquier aspecto en el que uno desee enfocarse. Para corroborar esto, basta analizar ligeramente el funcionamiento económico que ha tenido vigencia en la sierra central del Perú, pues por causa de la ausencia de un poder político en las primeras décadas del siglo XX, las comunidades indígenas se fueron expandiendo en tierras marginales que se explotaban todavía con tecnología tradicional. Enrique Mayer ha explicado la característica cerrada de la sociedad andina desde ese mismo enfoque:
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En cuanto una comunidad no está en posición de satisfacer todas las necesidades de sus integrantes, se ve obligada a ingresar al mercado externo por medio del trabajo asalariado. Se contrae también el ingreso de artículos innovadores por un deliberado esfuerzo de eliminar alternativas de consumo. Estas cosas no son para nosotros (Mayer, 1970, p. 113).
De igual forma podríamos abordar el tema de la conservadora sociedad andina a partir de su tradición. Explicar la concepción del pensamiento andino nunca ha sido una tarea fácil, la justificación más común para explicar esta característica se basa en la postura de que existe aún, en el ideal andino, prevención contra el sector costeño que impide que este pueda mostrarse con confianza. En el cuento Los tres jircas, es posible apreciar la obstinación del narrador por conocer la singular tradición andina:
Y he aquí lo que me contó el indio más viejo, más taimado, más supersticioso y más rebelde de Llicua, después de haberme hecho andar muchos días tras él, de ofrecerle dinero, que desdeñó señorilmente, de regalarle muchos puñados de coca y de prometerle, por el alma de todos los jircas andinos, el silencio para que su leyenda no sufriera las profanaciones del blanco, ni la cólera implacable de los jircas (López Albújar, 1920, p. 16).
A inicios del siglo XX, la cultura indígena estuvo caracterizada por ser una sociedad aislada y a la vez homogénea, con sus propios controles políticos. Así también con un sistema de relaciones sociales que correspondieron en su mayoría a un sistema de prestigio6. Para vincular esto con el mundo literario de Cuentos Andinos, hemos podido identificar un caso de esta índole. Se trata de El licenciado Aponte, en él se puede conocer la historia de un hombre apellidado Maille, quien al volver a su pueblo luego de servir militarmente a su patria, es recibido de manera despectiva por parte de los pobladores, en consecuencia, de que su apellido haya estado manchado por los más terribles accionares que puede cometer un hombre. De esa manera su apellido y por consiguiente su vida, había quedado definida en una sociedad tan prejuiciosa como la que presenta López Albújar en su obra: “Él era un Maille, y un Maille estaba obligado a soportar todo, impasiblemente, mientras carecía de fuerza para luchar y vengarse. Meditó un plan, tomó una resolución y abandonó su pueblo triste y lleno de rencor por los agravios sufridos en tan pocos días. Y, a
6 El sistema social de relaciones andinas en algunos sectores del Perú se ha caracterizado naturalmente por priorizar el linaje familiar sobre algún otro sistema de jerarquización. Esto ha determinado, en la mayoría de los casos, el comportamiento del poblador andino.
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medida que caminaba iba pensando en que a algo le debía su mala suerte, y que ese algo no podía ser sino su apellido” (López Albújar, 1920, p.71). El abandonar un pueblo era una medida frecuente utilizada en la sociedad andina, ello podría asemejarse a la intención de escapar de la justicia, o generalmente con la única intención de buscar nuevas oportunidades en otro pueblo. Sin embargo, la movilidad solo fue posible bajo dos condiciones, por un lado, es posible para un indio mudarse a cualquier otro lugar en donde se desconozca su origen, tal como lo hace Maille en el cuento, y por el otro, es necesario un grupo amortiguador al cual pueda incorporarse un indio7 . El mundo andino del que se hace referencia en la obra está descrito por un conjunto de características deplorables. Vemos dos ejemplos a continuación8:
Se había puesto el sol y sobre la impresionante tristeza del pueblo comenzaba a asperjar la noche sus gotas de sombre (López Albújar, 1920, p.23). En medio de la vida pastoril y semibárbara de sus moradores la única distracción que tienen es el tiro al blanco (López Albújar, 1920, p.30).
En algunas ocasiones, resulta adecuado entender el comportamiento colectivo de una sociedad, a partir de sus propias necesidades o intereses. Para el indígena representado en Cuentos andinos, prioriza en la mayoría de los cuentos, terrenos y, sobre todo, ganado, como solución frente a sus problemas económicos y sociales. “El porvenir consistía en un buen pedazo de tierra, una docena de vacas, un centenar de carneros y una estancia llena de todo lo que puede apetecer un hombre joven, entre lo cual había que contar, necesariamente, a la mujer” (López Albújar, 1920, p.66). Como hemos aclarado, las sociedades indígenas del Perú carecen de un carácter homogéneo, sabiéndose distinguir básicamente por medio de sus estructuras sociales. Sin embargo, existen elementos que unifican casi de manera directa a dichas sociedades. Este es el caso de la de hoja de coca y la incalculable importancia que ésta representa en cualquier sociedad ubicada en los andes peruanos. Es importante porque se involucra en todos los estratos del mundo indígena, es por ello que puede estar presente en el panorama de la cotidianidad y en algún tipo de ceremonia. Ya sea como tradición o costumbre, la coca ha manifestado una resistencia cultural que ha ido acorde a las
7 Un fenómeno social como esta demanda la participación activa de todos sus integrantes y no una mera aceptación pasiva, ya que la aceptación, así como la lealtad hacia la comunidad tienen que demostrarse mediante la total aceptación de toda la cultura. Ver p. 114. 8 La primera frase corresponde al cuento “La soberbia del piojo” y la segunda a “El campeón de la muerte”, ambos pertenecientes a Cuentos andinos.
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necesidades del poblador indígena. Es así como ha perdurado en tiempos prehispánicos y ha sobrellevado parte del hostigamiento colonial, por ser desconocida y tener los extraños efectos que, a percepción de españoles, esta generaba sobre los indios. Los Incas la consideraban como la hoja sagrada, grata a los dioses y en su honor la quemaban, a manera de incienso. Su uso estaba reservado a los orejones, del que se generalizó a todos los indígenas. A la llegada de los españoles y ante la realidad de su apetencia por los nativos, los frailes y científicos le consagran su atención. De esta manera, surgió una doble apreciación: excelente por sus virtudes contra el hambre, la sed, la fatiga y el soroche y aún contra las enfermedades y porque estimula el motor humano; pero deshace al mismo tiempo al indígena, por la fatalidad y marasmo en que lo sume y porque lo degenera biológicamente (Paz Soldán, 1936). Es por ello que resulta insuficiente efectuar un análisis a los Cuentos andinos sin tratar el significado que tiene la hoja de coca en una sociedad tan tradicional como lo es la andina. Su definición, no solo debe reposar a ser parte de una práctica legendaria, sino también, en el poder decisivo que tiene la coca en dicha sociedad. La hoja de coca ha poseído desde la época prehispánica un poder directamente determinante en las relaciones sociales de toda sociedad en la que ha actuado, por lo que López Albújar, acreditando el valor realista con el que hemos caracterizado su discurso, pudo exponer de manera práctica ese determinismo de la coca y su efecto en aquellos personajes que interactúan en su obra. Uno de los sucesos más resaltantes que hemos decidido exponer para ilustrar la amplia influencia de la coca en el imaginario indígena, es el caso de Liberato Tucto, aquel hombre que es presentado en la obra, como víctima del secuestro de su joven hija. Entre su meditación, se dispone como de costumbre, chacchar hojas de coca, esto, aunque parezca increíble, con el único objetivo de poder proporcionarse de lucidez y así tomar una decisión sobre qué hacer: “Y de cada chacchada no había obtenido la misma respuesta. Unas veces la coca le había parecido dulce y otras amargas, lo que le tenía desconcertado sin saber qué partido tomar.” 9 La misma trascendencia podía tener la coca en un suceso tan determinante como puede ser el fallo de los yayas, ancianos encargados de administrar justicia. En el cuento Ushanan-jampi, se puede
9 Enrique López Albújar “El campeón de la muerte” en Cuentos andinos.
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contemplar un proceso judicial seguido a un hombre apellidado Maille (el padre del Maille presentado en El licenciado Aponte):
De pronto los yayas dejaron de chacchar, arrojaron de un escupitajo la papilla verdusca de la masticación, limpiáronse en un paso de manos las bocas espumosas y el viejo Huacachino, que presidia el consejo, exclamó: Ya hemos chacchado bastante. La coca nos aconsejará en el momento de la justicia. Ahora bebamos para hacerlo mejor (López Albújar 1920, p.44).
Una de las experiencias sociales más importantes que ocurren en una sociedad en relación a la hoja de coca es el casamiento o matrimonio.
Y nada faltaba. Los cincuenta o sesenta amancebados del pueblo durante el año tenían cuidado de preparar seis meses antes, a raíz de la cosecha, todos los menesteres indispensables al futuro estado: los cortes de castilla para las faldas y las catas, los anillos y los aretes de cobre para la desposada […] Y también los veinte soles y cincuenta centavos para la bendición del señor cura, y unos cincuenta más para la comida de boda, la coca y la chacta (López Albújar, 1920, p.107).
En ocasiones, los matrimonios en las sociedades indígenas son tan importantes como la preparación que incluye el mismo, es decir, además de representar una unión espiritual y mística, se presentan como una oportunidad para exponer el poder que se pacta con la unión de dos familias, es por ello que las celebraciones son por lo general fuertemente financiadas. En este escenario la hoja de coca vuelve a cumplir su papel más recurrido. Por ello, es incluida casi por naturaleza en el presupuesto de gastos para el matrimonio.
Conclusiones
La crítica literaria refleja que la esencia fundamental de la literatura indigenista es la melancolía. Esto se comprueba con el sentimiento de aflicción que queda en algún lector luego de que leyese un modelo de esas características. Sin embargo, debemos preguntarnos si resulta correcto establecer la melancolía como un rasgo propio de lo indígena. Consideramos que no. Debemos tener en cuenta que, si bien la literatura indigenista optó por representar al indígena de esa forma, podría llegar a concebirse como un caso más de lo que RivaAgüero denominaba el problema de la imitación y que fue la tendencia a la que se adhirieron algunos escritores, con la intención de lograr que la literatura de nuestra sociedad sea más amplía, esto implica desarrollar géneros y técnicas
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que ya hayan sido abordados en otros espacios. En el Perú, la imitación estuvo estimulada por la búsqueda de una identidad literaria, en consecuencia y teoría, nuestra cultura literaria no posee ningún rasgo propio, sino que sería consecuencia de otras identidades que por medio de influencias han hecho posible la producción de nuestras obras. En otras palabras, al caracterizar a la sociedad indígena del siglo XX con una actitud callada, sumisa y pasiva, estaríamos siendo poco analíticos, pues tomándola por cierta, no tendría cabida en laa historia los innumerables movimientos subversivos que han sido promovidos por el sector indígena y que, de igual manera, han tenido como foco revolucionario la superficie andina. Por otra parte, es importante mencionar que este trabajo ha ofrecido desde un inicio un vínculo representativo para entender mejor la sociedad indígena del Perú en las primeras décadas del siglo XX. Pero, ¿qué pasó con el interés de describir la realidad social del indio? Esa labor que enmarca los objetivos indigenistas, solo quedó en una tentativa por parte de aquellos intelectuales, incluído Enrique López Albújar. Pues bajo un estricto análisis, solo los indios pueden representarse a ellos mismos con objetividad, y teniendo en cuenta que, si ese fuese el caso, estaríamos tratando pues, de literatura indígena y no indigenista. La literatura indigenista no ha podido ofrecernos una versión real del indio. Sin embargo, no ocurre lo mismo con los intelectuales que participaron en el debate indigenista, que, a diferencia de los artistas del movimiento, el objetivo no recayó solo en representar a un sector social del país, sino en utilizar la imagen del indio para generar conciencia social en el Perú, buscando llegar a una solución. El indigenismo ha sido abordado mediante un enfoque histórico que difiere del análisis estrictamente literario, que por lo general ha consistido en escoger rigurosamente un determinado autor, destacando de él su importancia por medio de comparaciones con otros autores u obras. Entonces, aplicándolo a los estudios indigenistas, aquella metodología podría tener resultados redundantes, puesto que se utilizan los mismos criterios para evaluar cómo una obra refleja la realidad del indio, más allá si la precisión resulta acertada o inexacta. Nuestro enfoque nos invita a divisar al indigenismo como una reacción a la situación del indio que hemos representado. Si bien el origen del indigenismo como producción intelectual tiene su origen en el siglo XIX, su discurso no fue propio de una coyuntura en particular, sino, fue el resultado de una serie de situaciones que han venido acumulándose desde la independencia. La causa principal fue el fraude republicano de considerar a todos los ciudadanos iguales bajo la misma idea de Perú, sin ningún tipo de distinción
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racial. En ese sentido, el proceso de independencia no ha podido cumplir con los principios de igualdad y, sobre todo, libertad, que tuvo como estandarte para que se haya hecho realidad.
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Yuyarccuni Año II N° 2 Andrea Ibazetta
LA NUEVA HISTORIA Y LA UNIVERSIDAD EN LA HISTORIOGRAFÍA PERUANA, 1960-1970 Andrea Sofia Ibazetta Proaño1
Universidad Nacional Federico Villarreal
Resumen
El objetivo de esta investigación es explicar la importancia de la Nueva Historia en la innovación historiográfica peruana y la universidad, como un elemento necesario para la construcción de aportes sociales, políticos e históricos cuyos espacios se politizaron ante el descuido y falta de financiamiento del gobierno para una mejor educación. Previamente a la Nueva Historia, entidades como el Mercurio Peruano, el Instituo Riva Agüero, la revista Histórica de la Pontificia Universidad Católica del Perú y el Instituto Histórico del Perú, tuvieron como objetivo impulsar la contrucción de una identidad nacional y promover la investigación. La Nueva Historia se basó en una crítica a la historia tradicional y propuso incorporar las perspectivas que ofrecían otras ciencias sociales a la historia, aunque tuvo un desarrollo afectado por la falta de apoyo económico. Por otro lado, las universidades se desarrollaron en un contexto de baja calidad académica, influencias políticas y constante represión de algunos gobiernos. Ocasionando que historiadores peruanos viajen a otros países en busca de innovaciones historiográficas y financiamiento para sus investigaciones.
Palabras clave: Nueva Historia, Historia, historiografía peruana, universidad, siglo XX.
Abstract
The objective of this research is to explain the importance of the New History in the Peruvian historiographic innovation and the university, as a necessary element for the construction of social, political and historical contributions whose spaces were politicized before the neglect and lack of government financing to a better education. Before to the New History, entities like Mercurio Peruano, the Riva Agüero Institute, the Historica magazine of the Pontifica Universidad Católica del Peru and the Historical Institute of Peru, have for objective the construction of a national identity and promote research. The New History was based on a critique of traditional history and proposed to incorporate the perspectives offered by other social sciences to history, although it had a development
1 Bachiller en Historia de la Universidad Nacional Federico Villarreal. Contacto: andreaibaz@hotmail.com.
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