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Robert Salazar Quispe

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the neighborhood organizations of Villa El Salvador and its influence on the forms of social and political participation that stood out against the reforms mentioned by the speech of Juan Velasco Alvarado.

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Keywords: SINAMOS, Social mobilization, neighborhood organizations, Villa El Salvador, Government of Velasco.

Introducción

El 3 de octubre de 1968 se inició en el Perú un período de Gobierno Militar caracterizado por la implementación de una serie de reformas que afectaron selectivamente a importantes grupos de poder oligárquico y buscaron mediatizar las contradicciones sociales que se venían agudizando desde la década del 60. Estas reformas contribuyeron a un masivo esfuerzo de la organización popular que fortalecieron las organizaciones campesinas, obreras y vecinales, constituyéndose espacios de convergencia de amplios sectores populares que en muchos de los casos no van a estar organizados sindicalmente. Las reformas implementadas por el régimen de Velasco Alvarado, van a tener significativa incidencia en la aceleración de las tendencias de cambio en nuestro país. Así, por ejemplo, la estructura poblacional peruana varía y se va constituyendo con una marcada primacía urbana. Los censos de 1961 y 1972 indican que la ocupación en actividades urbanas creció del 46.1% al 52.4% de la ocupación total. Sin embargo, no fue la industria (14% de la ocupación total) la que absorbió este crecimiento, siendo el sector terciario el que se constituyó en el más dinámico2 . Este crecimiento urbano se debe al estancamiento de las áreas rurales y la incapacidad de la economía agrícola para dar trabajo y subsistencia al campesino, quien se ve expulsado hacia la ciudad, que a su vez ejerce un magnetismo y crea una ilusión y un espejismo que va atraer a estos sectores que empiezan a multiplicar la población de estas urbes. Las limitaciones del desarrollo industrial permiten la absorción de sólo una ínfima parte de la fuerza de trabajo de esa población que es obligada a buscar labores y actividades terciarias, como el ambulantazgo, para subsistir. Esta situación económica tiene su expresión en el espacio urbano donde la necesidad de la vivienda incide en la tugurización de la ciudad y posteriormente se producen la toma de terrenos que impactan en el nivel

2 Ferradas, P. (1983, p. 45).

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organizacional de los pobladores. Este hecho significó la aparición de una serie de conflictos locales-vecinales a los que el Gobierno Militar debe dar solución y una de las medidas es la implementación del SINAMOS.

El SINAMOS

El 24 de junio de 1971 ⎯Día del Campesino y segundo aniversario de la dación del Decreto Ley 17716, que inició la Reforma Agraria Revolucionaria⎯ el Gobierno creó el Sistema Nacional de Apoyo a la Movilización Social (SINAMOS). El Decreto Ley 18896 que crea este organismo expresa claramente en su primer artículo que la finalidad del SINAMOS es “lograr la consciente y activa participación de la población nacional en las tareas que demanden el desarrollo económico y social” (SINAMOS, 1969-1976). Siguiendo los lineamientos de esta política social, en su mensaje del 28 de julio de 1972, fue el propio Jefe de Estado quien exaltó la trascendencia de la acción asignada a SINAMOS, al señalar: “SINAMOS es una de las instituciones básicas de la Revolución, porque sin la participación de todos los peruanos en el esfuerzo creador de un nuevo ordenamiento social, económico y político en el país. La revolución no podrá culminar sus propósitos fundamentales” (Ramos, 1975). Sus objetivos principales son: 1. Capacitación, orientación y organización de la población nacional; 2. Desarrollo de entidades de interés social y 3. Comunicación y diálogo entre el gobierno y la población nacional3. De acuerdo a estos objetivos, podemos definir claramente las connotaciones ideológico-políticas de participación y organización vecinal.

3 Para lograr los objetivos mencionados el SINAMOS tuvo como tareas: el fomento de la capacidad creadora de la población para que desenvuelva sus energías y potencialidades en acciones para su propio desarrollo, con el apoyo del gobierno; la promoción de la organización de la población en unidades dinámicas, tanto territoriales como funcionales, de carácter comunal, cooperativo y similares; fomentar y estimular el diálogo entre el gobierno y la población nacional para orientar la participación consciente del pueblo en sus decisiones básicas en función de su propia realidad, de sus intereses y objetivos comunes. Lograr el adecuado equipamiento rural y urbano, alentando las acciones que se realicen mediante aporte popular; fomentar la sistemática vinculación entre las acciones y servicios del gobierno, coordinados entre sí y las de la población organizada; coordinar el apoyo a la movilización social con las acciones sectoriales públicas y privadas, tanto a nivel nacional como regional, provincial y local, con sujeción a las normas de organización del Estado y de la planificación nacional. Contribuir a que la administración pública sea instrumento de servicio nacional, propiciando el cambio de actitudes y comportamiento de los servidores públicos frente al nuevo rol que les corresponde y que exige mística, capacitación e identificación con los intereses y aspiraciones del pueblo.

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• El ejercicio de la capacidad de decisión y del acceso a expresiones de poder económico, social y político mediante la injerencia directa y personal en los asuntos locales que afectan las decisiones individuales y colectivas. Es decir, la organización permite la participación ciudadana en los ámbitos de justicia y libertad de los pobladores. • La meta de la organización sólo puede alcanzarse comprometiendo la conducta política; es decir, una sociedad organizada se construye participando, abriendo los cauces y creando las condiciones que hagan posible el acceso cada vez mayor de los ciudadanos a todos los niveles de decisión. • La participación solo puede existir en la medida en que existan instituciones sociales de base, a las cuales gradual, pero crecientemente, la Revolución transfiere capacidad de decisión y acceso a todas las formas de riqueza. Así, de la misma manera que la justicia, la libertad y la participación son inseparables; así como la organización.

Estas connotaciones impactan en la estructura orgánica del SINAMOS, sobre todo a nivel zonal y local. A nivel nacional, se encuentra la Oficina Nacional de Apoyo a la Movilización Social (ONAMS), organismo central del sistema que ejerce la dirección, supervisión y control de todas sus dependencias, coordinando el apoyo a la participación popular que organizan otros organismos públicos y privados. A nivel regional se hallan las Oficinas Regionales de Apoyo a la Movilización Social (ORAMS), que se constituyen como organismos de reacción administración, coordinación y supervisión de apoyo a la participación de las regiones.

Estructura orgánica del SINAMOS

SINAMOS

A nivel nacional

ONAMS A nivel regional

ORAMS

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A nivel zonal

OZAMS A nivel local

Equipos OZAM S

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A nivel zonal, las Oficinas Zonales de Apoyo a la Movilización Social (OZAMS) fueron unidades ejecutoras responsables de promover la participación popular incluyendo la planificación y ejecución de acciones y proyectos de nivel local, realizados con la intervención activa y consciente de la población a fin de contribuir al desarrollo integral y descentralizado de las zonas. A nivel local, existen los equipos de promoción de la participación popular, que son grupos de trabajo de las OZAMS que actúan en contacto con las organizaciones de la población. La estructura de funcionamiento del SINAMOS ⎯como hemos visto en el esquema anterior⎯ se articula en torno a los órganos técnicos normativos encargados de promover el desarrollo de la población, para cuyo efecto propiciaron la organización de la misma en unidades dinámicas tanto territoriales como funcionales. Tales órganos son (Art. 21° D. L. 193524):

• Dirección General de Pueblos Jóvenes y Áreas de Sub-Desarrollo Urbano

Interno, promueve el desarrollo y la organización de la población a través de unidades dinámicas en dichos pueblos y áreas. • Dirección General de Organizaciones Rurales, promueve el desarrollo y la organización de la población campesina y de los centros poblados rurales, en unidades dinámicas tales como Comunidades Campesinas,

Comunidades Nativas de la Selva y otras organizaciones rurales de interés social. • Dirección General de Organizaciones Juveniles, que promueve el desarrollo y la organización de la población juvenil y del estudiantado. • Organización General de Organizaciones Laborales, que promueve el desarrollo y organización de Asociaciones de Empleados, Sindicatos, etc. • Dirección General de Organizaciones Económicas de Interés Social, con análogas funciones respecto de las cooperativas, SAIS y otras entidades de propiedad social. • Dirección General de Organizaciones Culturales y Profesionales que promueve el desarrollo y la organización de grupos culturales y profesionales.

4 Asimismo, dicho D.L. 19352, en el artículo 22° indica que la Dirección General de Apoyo Externo es el órgano responsable de normar, coordinar, supervisar y evaluar la prestación de servicios y las acciones directas que realizan los organismos del SINAMOS en apoyo a la población organizada territorial o funcionalmente.

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Dichas unidades dinámicas empezaron a relacionarse directamente con los órganos de poder local, dando paso a la organización vecinal mediante la participación política. Como Ferradas (1983) señala, como lo indica Pedro El SINAMOS y la organización vecinal impulsada permitieron la detección de los dirigentes que asumían posiciones radicales o que potencialmente se vislumbraban como tales. Los eventos programados para la ‘capacitación’ o discusión de la problemática de los barrios facilitaba de esta manera la acción represiva o preventiva, en orden a los intereses de las clases dominantes. Un indicador, alarmante de por sí es que ha sido publicado por SINAMOS, un documento que clasifica las tendencias políticas predominantes en cada uno de los pueblos jóvenes del país. Para tener una visión más clara de la actividad de SINAMOS en las organizaciones vecinales, es preciso dar cuenta de sus frentes de acción en el campo político, económico, cultural, organizativo y administrativo:

• Frente político. Un objetivo básico del apoyo a la movilización social es el fortalecimiento de la revolución y la ampliación de la base social con la significativa participación de los sectores populares en todas las decisiones del proceso de transformación5, de tal manera que la participación estructural de la población peruana será la que articule el nuevo sistema que antes sólo descansaba sobre pequeños grupos de poder privilegiados. Para posibilitar la acción del pueblo ya l mismo tiempo orientarlo en forma creadora hay, en consecuencia, dos líneas de acción que se refuerzan mutuamente; por un lado, la defensa de la

Revolución y la lucha contra los factores de dominación, desviación, conservatismo y atraso, hasta su definitiva derrota. Por otro lado, el desarrollo de la capacidad creadora del pueblo para forjar las nuevas organizaciones económicas, sociales y políticas que definan las características esenciales de la nueva sociedad a lograr.

5 La ampliación de la base social de la revolución, indica que ésta ha surgido para terminar con las injusticias que han existido antes del proceso revolucionario y que permitió que la gran mayoría de la población peruana viva marginada, sometida a las decisiones de pequeños grupos de poder económico y político. Por lo que la revolución va a buscar en estos sectores antes marginados, su propia base de sustentación y apoyo. Ahora bien, si los sectores populares se deben convertir en la base del proceso revolucionario, la entrada de estos sectores en los cauces orgánicos y políticos de la revolución, producirá, necesariamente, el debilitamiento de los sectores privilegiados. La participación estructural de la población peruana será la que articule el nuevo sistema que antes sólo descansaba sobre pequeños grupos de privilegiados.

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• Frente económico. El objetivo principal es contribuir a crear una nueva base productiva de los sectores populares. Esta base productiva deberá expandirse, reforzándose hasta llegar a ser la parte más importante del sistema económico nacional. Para ello es necesario que la utilización de la inversión-trabajo de la población se lleve hacia obras de mayor importancia económica6 . • Frente cultural. El principal objetivo es liberar al hombre peruano y su cultura de aquellos elementos que han distorsionado nuestro patrimonio cultural7. El proceso revolucionario debe crear una nueva cultura, entendida como participación de todos, que permita el acceso a los bienes culturales de toda la población y el fomento del resurgimiento constante de nuevos valores creativos. Esta nueva cultura debe ser expresión de una sociedad humanizada y justa, libre y desalienante. • Frente organizativo. El objetivo es crear los mecanismos y las instituciones que hagan posible la participación popular sobre bases permanentes, democráticas y constructivas. Las organizaciones que se vayan creando constituirán en su conjunto la base sobre la cual se transfiera el poder a los sectores mayoritarios8 . • Frente administrativo. El objetivo fundamental es contribuir a la transformación sustancial de la Administración Pública. El Decreto

Ley de creación del SINAMOS asigna a este organismo la tarea de

“contribuir a que la Administración Pública sea instrumento de servicio a la comunidad nacional, propiciando el cambio de comportamiento y actitudes de los servidores públicos frente al nuevo rol que les corresponde y que exige místicas, capacitación e identificación con los intereses y aspiraciones del pueblo9”.

6 Este objetivo se alcanzará mediante un apoyo prioritario a las empresas cooperativas y autogestionarias, en las que la participación se da en la propiedad y conducción misma de la empresa y en las utilidades que se generan con el trabajo de todos. 7 La revolución indica que como hemos copiado patrones culturales que no coinciden con nuestra realidad, la principal vía en el frente cultural será la formación de la concientización masiva que torne lúcida, crítica y activa la participación de la comunidad en la tarea transformadora. La íntima vinculación del proceso de la movilización social con la Reforma de la Educación nacional es parte sustantiva de esta estrategia. 8 Respecto a este frente el presidente Velasco ha dicho: “Debemos en el Perú estimular todas las formas posibles de participación y creación de organizaciones autónomas que nadie manipule y cuya conducción resulte de la intervención efectiva de sus miembros”. 9 En este sentido el SINAMOS ha de realizar la verdadera, la real reforma de la administración pública, que no debe limitarse al cambio de los procedimientos, de los métodos, es decir, a la simple

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Debemos tener en cuenta que las actividades del SINAMOS mediante su estructura y frentes de funcionamiento responden a la necesidad de impulsar las organizaciones populares en cada una de las áreas mencionadas. Sus líneas de acción se agrupan en la difusión, capacitación, apoyo infraestructural, apoyo financiero y apoyo jurídico administrativo a las organizaciones vecinaes, como veremos a ver a continuación.

Organizaciones vecinales

La participación y organización social son ejes de micro actuación que presentan una interacción importante en la construcción de la dinámica social conjugando carencias e inquietudes de los pobladores que se transforman en demandas dirigidas hacia la satisfacción de diversas necesidades políticas, sociales y económicas. Constituyen el campo de lo micro-social que se articula con el macro-social en el desarrollo humano y de la sociedad, en el marco democrático. Este planteamiento de la dinámica social micro y macro está basado en el mundo de la vida de Habermas (1999), quien además indica que en el nivel macro-social, ubicamos al mundo objetivo-externo y en el nivel micro-social un proceso dinámico que sintetiza las formas organizativas y participativas de la población. Desde este punto de vista, podemos indicar que las organizaciones vecinales son entidades que surgen de la libre iniciativa ciudadana, se regulan de forma autónoma y persiguen, por medio de la negociación o el conflicto, respuestas a sus demandas. Son estructuras formales que surgen de la iniciativa y de los intereses de los ciudadanos, grupos y colectivos, sin fines lucrativos, pero con fines determinados. Tienen una estructura propia, objetivos, una identidad sociopolítica y una definición de sus acciones colectivas para satisfacer demandas sociales y requerimientos de sus integrantes. Como bien señaló Chávez (2003), son grupos con un mínimo de permanencia y organización, con consenso entre sus miembros, con fines y objetivos definidos. Cuentan con un reconocimiento formal por parte de instancias jurídicas y administrativas y con una base social identificada, definida y representativa de los intereses colectivos de sus integrantes, lo cual les proporciona legalidad y legitimidad. Sus formas de gobierno, generalmente son autónomas, disponen de sus propios órganos de estructura y dirección.

modernización de sistemas y procedimientos, sino a un objetivo más profundo: el cambio de mentalidad del servidor público.

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Establecen coordinación y mecanismos de gestión con las estructuras del gobierno regional o local. Durante la revolución peruana, el SINAMOS va a ser el ente articulador junto a la población que va a delinear el esquema de participación para lo cual mediante las oficinas zonales y locales va a presentar un manual de organización10 que entre otros recoge los siguientes puntos: Para un funcionamiento interno adecuado de la organización es importante tomar en cuenta los siguientes aspectos: La comunicación que permitirá la libre expresión de los integrantes materializando lo que crean y lo que piensan, dándose primigeniamente un nivel micro de organización y posteriormente una organización macro con la activa participación de los entes del gobierno. Los integrantes, quienes deben mostrar interés por las ideas de los otros, asumir responsabilidad frente a las tareas, ser capaz de hacer críticas y autocríticas para fortalecer el trabajo y la participación activa y consciente. Los líderes que son aquellos miembros que están permanentemente motivados, debido a su vocación de servicio, su conocimiento de la realidad y su perspectiva de futuro. El manual también hace referencia a las asambleas y su planificación dentro de las organizaciones vecinales. En cuanto a las asambleas indica que éstas pueden ser de las siguientes clases: Asamblea ordinaria, se realizan en las fechas que fija el Estatuto. Asambleas extraordinarias, se realizan fuera de las fechas establecidas y se convocan cuando hay un problema urgente. Asambleas informativas, mediante las cuales los dirigentes informan a los pobladores las gestiones que se viene realizando y las asambleas resolutivas donde se debate y se toman acuerdos que se denominan “Resoluciones de la Asamblea”. Para ejemplificar este proceso de organización vecinal y la forma como se construyen los lazos micro y macros sociales, vamos a referirnos a dos casos: El rescate 1° de octubre y Villa el Salvador.

El Rescate 1° de octubre

En 1972 nace el “Comité de Solidaridad Popular” con el objeto de apoyar la toma de terrenos que dará origen al “Rescate 1° de octubre” así como para centralizar las luchas populares en general. La toma de terrenos en octubre de 1972 coincide con una coyuntura donde las invasiones se multiplican bajo el amparo de un decreto de expropiación forzosa para agilizar la construcción. Se van a ubicar en la margen izquierda del río Rímac, en una zona industrial.

10 Manual de Organización. CEPROC. 1992.

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Estos terrenos van a servir de escenario para una lucha sui generis, donde la tradicional reivindicación del espacio para habitar se combina con una pretensión clasista de proletarizar la organización y orientación de la lucha. En este espacio, inicialmente no sólo se trataba de mantener la independencia respecto del gobierno, sino de integrar las luchas de dichos pobladores con las de los sindicatos de la zona y a través de ello se consolida la organización vecinal anclada a los ejes nacional-populares.

Las últimas décadas ven, pues, la consolidación del proletariado, su crecimiento numérico, su avance territorial y, en los períodos de auge popular, su potencialidad para convertirse en eje de un proyecto nacional-popular. Al respecto los últimos años nos permiten visualizar más claramente los avances y límites de este proceso. Por una parte, se avanza en la universalización de las formas de lucha y organización proletarias: sindicatos, huelgas, paros, ollas comunes, tomas de locales, se generalizan no sólo dentro del proletariado sino que se desbordan al conjunto de clases populares (Degregori, 1981, p. 25).

Las luchas de reivindicación frente al cerco represivo del gobierno militar se prolongaron por espacio de un mes, al mismo tiempo que los pobladores se organizan, provocando a su vez la solidaridad de los sindicatos de la zona, así como de otros sectores poblacionales, recibiendo mayor apoyo de estos últimos11. Estos momentos se convierten en el eslabón perfecto donde podemos recrear los lazos micro y macro poblaciones; de parte de la población hay una respuesta de lucha frente a las decisiones del Estado que tiene que ceder a la presión y dejar que la organización vecinal actúe bajo los parámetros de sus demandas y respondiendo a la satisfacción de la necesidad de la vivienda. Esta dinámica de organización va a permitir la formación de grupos culturales juveniles, de seguridad, de propaganda, de educación, de salud, etc., que dinamizarán la participación poblacional orientándola a la lucha por el reconocimiento público, en solidaridad con los sindicatos en conflicto. Frente a esta postura, el SINAMOS empieza una labor de apoyo y de guía frente a la organización popular; también en noviembre de 1972 se promoverá el apoyo de las luchas del Sindicato de Construcción Civil de Marcona, juntamente con algunos sindicatos de orientación clasista.

11 Algo que contribuyó de manera decisiva a este aislamiento fueron las posiciones de los dirigentes vecinales respecto de la CGTP (Confederación General de Trabajadores del Perú), los planteamientos de descentralización fuera de dicha central obrera.

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El apoyo del SINAMOS sólo fue efectivo al inicio de la organización popular ya que posteriormente van a ser los obreros y líderes sindicalistas los que apoyarán a los pobladores en sus luchas reinvindicacionistas. Tal apoyo se materializa en un mitin de la CGTP donde los pobladores de El Rescate y los obreros participan conjuntamente. Las movilizaciones continuaron con mítines relámpagos y con marchas masivas como la del 24 de enero de 1973, donde participaronn cerca de cuatro mil personas. En febrero de 1973, las movilizaciones continuaron, pero se constata una menor participación que va derivanda en un relativo reflujo que se prolongó hasta fines de 1973. La relación con el SINAMOS en ese momento es casi nula.

La intransigencia del SINAMOS, que, al no poder neutralizar la experiencia, intentó ahogarla y se negó a atender las necesidades de la población; y la correlativa inflexibilidad de la organización autónoma que, para protegerse buscó soluciones parciales a sus problemas materiales en base a su desarrollo interno. La situación peculiar y avanzada del experimento que destacaba mucho del conjunto de las organizaciones de pobladores y no podía irradiar sustantivamente hacia otras realidades barriales, ni arrancar por sí sola conquistas que modificasen las condiciones de la reproducción de la fuerza de trabajo. Algunos vicios en la relación dirigencia/base que agarrotaron el funcionamiento democrático de la organización, y ciertas dificultades de orientación política, explicables por el desconcierto y la incomprensión del movimiento barrial por parte de los grupos de izquierda (Ettiene, 1978, p. 71)12

Se abrió entonces una tercera coyuntura en la cual el movimiento de pobladores se inscribiría trágicamente en la lucha de clases. El año 1974 marcó nuevamente el reinicio de la combatividad acompasada por un contexto de crecientes alzas en el costo de vida. En marzo de dicho año, se movilizaron los pobladores de El Rescate, Chacra Puente, El Montón, Villa el Salvador de los Milagros y otros barrios agrupados en el Frente Unido de Defensa de los Rescatadores de la Margen izquierda del río Rímac. La represión gubernamental va a ocasionar la muerte de un poblador y numerosos heridos. Todo ello provocó una situación de reflujo prolongado en un contexto global de suspensión de las garantías individuales y represión gubernamental13 .

12 El Rescate se orientó hacia objetivos que permitieron sin embargo importantes conquistas, como la liberación de una dirigente encarcelada, la promulgación de un decreto de expropiación a fines de 1973 y desbaratar distintas tentativas sinamistas y apristas de tomar control del asentamiento. 13A la desorientación así provocada se sumaron los factores de aislamiento e impase en la lucha reivindicativa antes señalados, y la dificultad de integrar en la coyuntura los elementos positivos de

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El Rescate, nos permite ver las potencialidades del movimiento de pobladores y la dinámica de la organización vecinal, que permite a su vez las luchas de reivindicación. En este contexto el SINAMOS con una política clara, no va ser el eje articulador de este movimiento y va a generar cuestionamientos la política urbana del gobierno de Velasco Alvarado. Sin embargo, se pudo articular las dimensiones reivindicativa y política del movimiento social; pero la segunda primó rápidamente sobre la primera, no lográndose ir más allá que un cambio parcial y local del poder capitalista urbano. En fin, el experimento expuso abiertamente ante el conjunto de los sectores de izquierda, la carencia de una alternativa global para los movimientos de pobladores.

Villa el Salvador, 1971

El pueblo de Villa el Salvador surgió en 1971 por la conjunción de habitantes venidos de todas las provincias del Perú buscando mejores condiciones de vida, inicialmente se van a ubicar en las faldas de Pamplona en el distrito de San Juan de Miraflores14 y posteriormente, el Gobierno Militar decide su traslado a las faldas del cerro de Tabla de Lurín. Después de la invasión y el desplazamiento, la comunidad se va a organizar para dar solución a sus problemas más elementales, creando ollas comunes y comités de vigilancia para protegerse de las agresiones externas y delincuencia. Luego de esta organización, tuvieron prioridad los servicios de agua, transporte humano y mercadería. Desde junio de 1971, se organizaron los

esta lucha en la elaboración de una alternativa para el movimiento de pobladores. El Rescate entró entonces en una cuarta etapa más pasiva de su trayectoria y paradójicamente no participará en el ulterior auge de las luchas barriales, hasta fines de 1976. 14 Entre el miércoles 28 y jueves 29 de abril de 1971, Lima fue sacudida por la noticia del “Pamplonazo”.

Así se le denominó a la más grande toma de terrenos urbanos que se recuerde en el país. En esos días llegaban delegaciones extranjeras para la Reunión de Gobernadores del Banco de Desarrollo (BID). Los futuros pobladores consideraban que era el momento adecuado para invadir, ya que las fuerzas armadas y policiales estaban ocupadas en proteger a los participantes en dicho evento internacional. A pesar de que el gobierno de Juan Velasco Alvarado había proclamado su compromiso de construir una sociedad socialista, sin embargo, el ministro del Interior, General

Artola, desplazó a la guardia de asalto, tendiendo un cerco alrededor de casi cinco mil familias que protegían sus esteras, enarbolando sus banderitas peruanas como símbolo de protección a las siempre salvajes acciones de desalojo. Los hechos violentos continuaron y el 5 de mayo, tras brutal ataque policial cayó asesinado Edilberto Ramos y muchos resultaron heridos, presos y enjuiciados; hasta el Obispo Auxiliar de Lima, Monseñor Bambarén, resultó detenido. El general Velasco destituyó al ministro Artola y se reiniciaron las negociaciones entre los dirigentes de la invasión y los funcionarios de vivienda. Estos últimos realizaron el diseño de un asentamiento capaz de albergar a más o menos veinte mil familias. La planificación de este asentamiento llevó al traslado de los pobladores hasta las faldas del cerro de Tablada de Lurín.

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comités pro-escuela, que fueron habilitando las primeras aulas para los escolares, constituyéndose además en espacios de debate político sobre diversos problemas comunitarios. Paralelamente a la organización popular o comunitaria, empezó a operar en Villa el Salvador el SINAMOS, organismo del gobierno militar generado para tener base de apoyo social, que con decenas de promotores realizó reuniones con los pobladores y desconoció, inicialmente, a las dirigencias comunales. De esta manera se entró en una continua contradicción entre las organizaciones popular o comunitaria y la organización gubernamental, teniendo cada una sus propios delegados y dirigentes. La Asamblea General de Delegados de la CUAVES se reunió el 2 de diciembre de 1973 en base a la elección democrática de sus representantes en todas las manzanas para evaluar la adjudicación de lotes que realizó el SINAMOS, considerando que este organismo no había satisfecho las expectativas de la población ya que existía una gran cantidad de lotes deshabitados convirtiéndose ello en un obstáculo para la organización y dificultando la solución de los problemas urbanos. Por otro lado, se consideraba que la disputa de dos familias por un lote, que no había organizado SINAMOS, era un factor de desarmonía y perturbación; que habiéndose presentado casos excepcionales de adjudicatarios que por razones de trabajo no pueden habitar sus lotes de manera permanente, resolvió lo siguiente:

• Se autoriza a las juntas directivas de Grupo Residencial previa aprobación de la Asamblea de Delegados de Grupo adjudicar los lotes deshabitados a quienes lo soliciten previa identificación y tomando en cuenta que si se presentaran varias solicitudes por un mismo lote se decidirá en votación secreta haciéndose conocer la carga familiar y las razones de urgencia de cada caso.

• Solo por razones de trabajo la Asamblea de Comité de Manzana autorizará permisos para no habitar sus lotes a quienes como los trabajadores del hogar laboren “cama adentro” y/o sean guardianes en sus centros de trabajo, hasta por seis meses renovables, previa acreditación de su situación.

• El Concejo Ejecutivo determinará el uso de áreas comerciales, industriales, agrícolas y otras áreas de la comunidad.

La misma Asamblea General de Delegados considerando que hasta el momento no se habían resuelto los problemas de la comunidad como el alumbrado eléctrico, el agua potable, la pavimentación de las calles, la

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desorganización del sistema de transportes, la carencia de centros de recreación para los niños y dado que la mayor parte de la población eran obreros con un amplio sector de desocupados que tenían que realizar un esfuerzo económico muy grande para efectuar los pagos a EMADI15 por concepto de titulación; resolvió lo siguiente:

• Los pagos para la obtención de los títulos de propiedad de los lotes se abonarán a la Caja Comunal para ser reinvertidos en obras y servicios de la Comunidad Urbana Autogestionaria

• Autorizar al Concejo Ejecutivo Comunal para que realice las gestiones necesarias ante los organismos pertinentes para que todo lo recaudado por EMADI sea entregado a la Caja Comunal

De esta manera la CUAVES despliega su autonomía y potestad para regular la vida de la comunidad frente a los organismos del Estado como el SINAMOS, se ampara en el apoyo de los pobladores y comienza a entrar en conflicto con el Gobierno en cuanto a las decisiones de autoridad y representación.

A pesar de que un paisano cusqueño y demócrata cristiano, el Dr. Hermoza dirigía la oficina operativa del SINAMOS en Villa el Salvador, los funcionarios de la X Región del SINAMOS, algunos ministros, como el ideólogo Carlos Delgado, que era Director Superior del SINAMOS bajo la autoridad del General Leónidas Rodríguez, recelaban o rechazaban el despertar del pueblo organizado, eso lo auscultábamos y había que ir avanzando adecuadamente hasta que el resto de organizaciones barriales, obreras y campesinas exigieran el cumplimento de las promesas militares16

Al hacer respetar las decisiones de la comunidad en torno a la adjudicación de lotes, la implementación de la Caja Comunal o empresas comunales; frente al SINAMOS y debido al hostigamiento y apresamiento de dirigentes vecinales con la presencia del coronel César Vinatea Montenegro, nombrado Jefe de OZMAS SUR del SINAMOS, quien vino con la actitud de intervenir en la organización comunal y preservar la autoridad erradicando el foco de posibles actividades tildadas de peligrosas en niveles del Gobierno; obligó al primer Secretario General del Consejo Ejecutivo Comunal de la

15Empresa Administradora de Inmuebles del Perú (EMADI PERÚ) que fue sustituida a partir de 1981 por la Empresa Nacional de Edificaciones del Perú (ENACE- PERÚ). 16 Testimonio de Antonio Aragón recogido por CELADEC.

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CUAVES, Apolinario Rojas, a presentar su renuncia. Esto llevó a que en abril de 1974 se realice una Asamblea General de Delegados de todo Villa el Salvador en la que se dio lectura a la renuncia de Rojas y se nombró como Secretario General a Galindo Santibáñez, como Sub-secretario a José Bautista y como Secretario de Relaciones a Antonio Aragón. Esta nueva dirigencia mantuvo una relación estrecha con el gobierno militar renovando las actividades de fortalecimiento de la organización, perfilando el primer Plan de Desarrollo Comunal y logrando importantes objetivos que fueron no sólo fruto de gestiones, sino de enfrentamientos diversos con las autoridades, logrando incluso que el coronel Vinatea comprendiera que debía respetar la autonomía de la organización vecinal.

Esta dirigencia dejó las siguientes obras:

• En organización: Consolidación de un espíritu comunitario, interiorización de la CUAVES como organización comunal cualitativamente diferente, articulación con otras organizaciones barriales (I Convención Nacional de Dirigentes en setiembre de 1975 a nivel nacional y I Convención de Dirigentes Barriales de Lima y

Callao en diciembre de 1975) y articulación de combinar organización comunal con estructura económica como expresión de formas de autogestión y de autogobierno local.

• En planificación: Preparación de los Planes de Desarrollo Comunal, coordinación con el Instituto Nacional de Planificación, tabulación del autocenso y realización de encuestas de actualización y muestreo, coordinación con los planes de trabajo de los consejos de la comunidad y preparación de estadísticas y documentos propios de su atribución.

• En economía: Respeto a la decisión comunal de no permitir el ingreso de ninguna agencia bancaria estatal y privada; preparación, ejecución y puesta en marcha del funcionamiento de la Caja Comunal; canalización de recursos de la comunidad para la electrificación, la implementación de cinco grifos de kerosene, obras de la ferretería comunal, farmacia comunal así como el centro comercial y factoría comunal; financiamiento de algunos talleres de producción comunal (confecciones, mermeladas, hojalatería, etc.); financiamiento bajo

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convenio con el Estado del primer supermercado comunal y el financiamiento del enripiado de más de 20 kilómetros de avenidas y pistas.

Conclusiones

SINAMOS tuvo como función principal dentro del gobierno de Velasco Alvarado, ser el ente integrador del movimiento popular con el Estado, sin embargo, la organización vecinal superó ampliamente los objetivos que tenía el gobierno frente a éstas; de tal manera que la organización vecinal fue mucho más dinámica y participó en los movimientos de reivindicación frente a lo que el estado planteaba. La organización micro-social del movimiento de poblado-res fue mucho más dinámica cuando se integró a los grandes grupos sindica-listas como la CGTP o las organizaciones de lucha frente al gobierno y desembarcó en una trama social que unió a los pobladores y en ese nivel las organizaciones vecinales respondieron siendo un ente de cohesión que busca un mejor lugar donde desarrollar sus luchas de reivindicación. En el plano macro-social, el gobierno mediante SINAMOS, no respondió de manera adecuada a las luchas de los pobladores y poco a poco va perdiendo fuerza y su campo de acción se ve recortado por la masiva participación popular. Estos hechos quedan claramente especificados en los casos tratados. Tal es así que después del gobierno de Velasco, las luchas reinvindicacionistas continúan y se desatan mayores vínculos en la dinámica social.

Referencias bibliográficas

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Balances bibliográficos

Yuyarccuni Año II N° 2 Emanuel Rivera

APUNTES BIBLIOGRÁFICOS SOBRE EL CULTO A LAS MOMIAS INCAS EN EL TAHUANTINSUYO

Emanuel Rivera Barrantes1 Universidad Nacional Federico Villarreal Instituto de Estudios Históricos Aeroespaciales del Perú

Resumen

El presente artículo es un balance bibliográfico de los estudios publicados desde fines del siglo XIX hasta la actualidad sobre el culto a las momias incas en el Tahuantinsuyo. La muerte como mecanismo coercionador sobre las etnias y macroetnias sometidas bajo la nobleza inca, es tema central. El contexto histórico abordado consta desde los tiempos de Pachacutec hasta el desarrollo de la invasión española, cuyo desenlace originó el establecimiento del Virreinato peruano en la segunda mitad del siglo XVI. La historiografía sobre el tema está basada en nuevos enfoques, perspectivas y metodologías, donde el avance de las ciencas sociales en torno a la Etnohistoria andina y la Historia de las religiones ⎯principalmente⎯ han dado como resultado el estudio de la expresión mortuoria inca. En tal medida, este es un primer acercamiento a dichas investigaciones con un especial detenimiento al contenido sobre los mecanismos de control que generó el culto a los Incas difuntos.

Palabras claves: Bibliografía, momias incas, Tahuantinsuyo, Andes centrales.

Abstract

The present article is a bibliographic balance of the studies published from the late nineteenth century to the present on the cult of the Inca mummies in the Tahuantinsuyo. The death as coercionador mechanism on the ethnic groups and macroetnias submitted

1 Bachiller en Historia de la Universidad Nacional Federico Villarreal. Director Fundador de la revista

Yuyarccuni y Coordinador General del Grupo de Estudios Históricos Yuyarccuni. Ganador del Primer

Puesto en Ciencias Sociales y Humanidades en el XVIII Concurso de Estudiantes Investigadores del

Vicerrectorado de Investigación de la UNFV (2016). Ha organizado diversos académicos académicos, resaltando el “I Congreso Internacional de lo mágico-religioso en los Andes: Muerte, hechicería y evangelización. Siglos XVI-XVIII” (2017). Ha sido ponente a nivel nacional e internacional, en Chile,

México y Ecuador, siendo en este último país su participación en el “X Congreso Internacional de

Etnohistoria” en FLACSO, Quito. Es autor de artículos publicados en Parnasón (2016), Yuyarccuni (2017) y el artículo “Aproximaciones en torno a la ejecución de Atahualpa y el culto a las momias incas durante la conquista del Tahuantinsuyo (1532-1559)“ en Summa Humanitatis (2017).

Contacto: emanuelrb1021@gmail.com.

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