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El desarrollo del subdesarrollo

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l DE Sa RRo llo DEl SuBDE Sa RRo llo.- Dentro de las características económicas del siglo XIX, resultó inevitable la invasión en el Perú de artículos producidos en las fábricas europeas con daños para las viejas artesanías y los esfuerzos locales en pro de la industrialización.

Al mismo tiempo, se difundió en la pro ducción, de acuerdo con lo que ocu rría en todo el submundo de las naciones integrantes del proletariado externo del capitalismo, la tendencia a dedicarse a las materias primas cuya exportación rendía ganancias mucho más valiosas que los artículos para el consumo interno.

En realidad, surgió en todas las regiones periféricas, y también en la nuestra, un aparato sociopolítico de explotación. Quedó él mani festado, de un lado, por la exigencia del "tribu to" a los centros capitalistas (tributo, en el caso peruano, mediante el guano, luego el algodón y el azúcar y con distintos alcances históricos, el viejo aporte minero); y de otro lado, por una mayoritaria agricultura "comunitaria" de débil volumen interno. Ello implicó una contradicción nacional y la virtual negación de la comunidad por el Estado; de lo cual re sul tó una sociedad dividida en dos grupos esenciales: el campesinado marginal y la plutocracia dirigente secundada por quienes obedecían sus directivas.

He aquí un modelo teó ri co que no existió en forma pura: las sociedades his tó ri cas son "formaciones socioeconómicas" caracterizadas por un modo de producción do mi nan te en el seno de un todo complejo que puede albergar incrustados elementos de otro modo de producción. Aquel modo de producción dominante tiene más posibilidades de "bloquearse", o sea de encerrarse, que de engendrar un sistema capitalista auténtico o genuino. Este último, por el contrario, expansionista en sus esencias, tiende a acentuar el intercambio de si gual en el que los movimientos de producto lleven a acrecentar el centro bajo una dependencia comercial, financiera y tecnológica y de este modo aparece el de sa rrollo del subde sa rro llo.

Aunque con re tardo y en forma débil, de acuerdo con las limitaciones del medio, llega ron las técnicas bancarias, del accionarato, de los bonos y del crédito.

El hallazgo providencial de la riqueza del guano que pareció salvar las enormes dificultades en que se hallaba el Estado y sus cre cien tes índices de exportación conduje ron, no por una origi nalidad nacional sino bajo el amparo de imperiosas necesidades inmediatas, a la fiebre de los empréstitos. Ya, en realidad, los países hispanoamericanos, incluyendo el Perú, habíanse anticipado a operaciones más tarde generalizadas, cuando financiaron, a cargo de su deuda pública, la Independencia. Además la operación del empréstito de 1849, antecede en pocos años a fenómenos que proliferaron algunos años más tarde.

De otro lado, primero el guano y luego el salitre ayudaron considerablemente a la intensificación y al desarrollo de la agricultura europea. El "hambre de algodón" que surgió durante la gue rra entre el nor te y el sur de Estados Unidos, sirvió como pun to de partida para el flo re cimiento de la agricultura costeña.

En nuestros países también sur gie ron a fines de 1860 y duran te 1870, no como ejempla res únicos y exclusivos, frutos de una ignominia nacional, sino como representantes de tendencias invívitas de la época, grandes con dot tie ri en el mundo de los negocios, que trabajan no con capital propio sino con capital prestado, que iban a la propiedad privada de las ganancias y a la

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