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El combate de Pacocha

vv jUNIO vv 1876

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vvvvv UN DECREtO pROMULGADO pOR EL GOBIERNO DE MARIANO IGNACIO pRADO EStABLECE LA pRIMERA ESCUELA NORMAL DE MUjERES EN EL CONvENtO DE SAN pEDRO, UBICADO EN EL ACtUAL jIRÓN CAMANá. SE DECREtA ADEMáS qUE LA ADMINIStRACIÓN Y DIRECCIÓN DE DICHA ESCUELA EStARá A CARGO DE LAS HERMANAS DEL SAGRADO CORAzÓN. LAS pRIMERAS ALUMNAS fUERON 16 jÓvENES pROvENIENtES DE vARIOS pUNtOS DEL pAíS.

daba una gratificación igual a la mitad de su haber, lo cual fue aceptado. Dos maquinistas franceses fueron contratados en reemplazo de los que habían sido licenciados.

Ya alistado para el combate, el Huás car llegó a Pisagua en la madrugada del 28, desembarcó cuatro botes y sus tripulantes trabaron combate con la guarnición y llegaron a apoderarse de la plaza al pro mediar la mañana. Pi sagua había quedado casi arrasada por el mar el 9 del mismo mes. A la una de la tarde llegó la noticia de que se apro ximaba la escuadra leal al Go bierno y el destacamento victorioso se embarcó, y el monitor se dirigió al encuentro de sus adversarios. El comba te tu vo lugar en la caleta de Junín, inmediata a Pi sagua, poco después de las tres de la tarde. Mandaba Juan G. Mo re los buques gobiernistas que eran la In de pen den cia, la Unión y la de Pilco ma yo. La primera trató colocarse al costado del monitor, la segunda a popa y la tercera a proa. Los facciosos se enfrentaron únicamente a la In de pen den cia procurando dejarla en estado que pudiera servir más tarde, sin ocuparse de los demás buques a los que podían haber echado a pique en el caso de que hubiesen disparado contra ellos. Llegada la noche, el Huás car se reti ró en di rección al nor te, hacia Pa cocha y La Unión, utilizando su andar, lo siguió algunas millas hasta acercarse demasiado, por lo que recibió una descarga de rifles y un cañonazo sobre arboladura para probarle que no se quería echarla a pique.

El com Ba tE DE pa co cHa.- El 29 de ma yo avis tó el Huáscar dos buques que na ve gaban a máquina y vela. Eran la fragata Shah y la corbeta Amethist que, al mando del almiran te De Horsey, le corta ron el paso por su gran andar y dispara ron un cañona zo para que se detuviera. El Huáscar pa ró su marcha a la altura de Punta de Co les. La Shah destacó una falúa al mando de un te nien te que, al subir al moni tor, decla ró que iba a tomar posesión de él en nombre de la reina Vic to ria que por los ac tos ilegales cometidos contra los in te re ses y súbdi tos de ella con pre vención de que si en el término de dos minutos no era arriado el pabellón peruano sería capturado para entregarlo al gobierno legal, o echado a pique. El tex to de la con testación de Pié ro la a Horsey apa re ce publicado en el parte del comandante general de la escuadra regeneradora Luis Germán Astete abordo del Huáscar el 30 de ma yo y fue repro ducido en El Comercio del 14 de junio de 1877. Dice así: "Ese pabellón que es el pabellón de nuestra patria, solo podrá ser arriado cuando no quede abordo de esta nave un solo hombre para sostenerlo; nada nos importa la superioridad de fuerza de que nos habla, y antes de conseguirlo sepultaremos al Huáscar en el océano; el hecho mismo de la intimación es una gravísima ofensa a la soberanía del Perú y una transgresión manifiesta de la ley de las naciones, de la cual demandaremos reparación al gobierno de Su Majestad Británica, que no puede apro barla. A nadie se ataca sin expre sarle al menos el por qué; si algo tiene que demandarnos, expóngalo para ser atendido en justicia; pero si en vez de proceder así nos ataca, será inmediatamente rechazado por la fuerza, tomando sobre sí todas las consecuencias. Finalmente, su presente actitud es temerariamente injusta, sorpresiva y aleve y si en algo estima el honor su yo y el de su bandera, espe ro que no llegará hasta apro ve charse de la distancia en que con sus na ves se halla situado por un ac to de excesiva consideración de mi par te a un pabellón que no tenía por qué considerar sino como enemigo".

Des pués de entregar su contes ta ción Piérola se dirigió a los tri pu lan tes del mo ni tor pa ra de cir les: "Ca ba lle ros, cada uno a su puesto". Agregó enseguida: "Ya la revo lu ción ha ter mi na do, aho ra no somos sino pe rua nos a quienes nos ha to ca do en suer te de fen der el honor de nuestro pa be llón y el de Amé ri ca en te ra". El com ba te em pe zó en aguas del mar te rri to rial po co des pués de las 2 y 30 de la tarde. El coronel Mar ce li no Varela y el te nien te coronel Es pi no za, presos con cen ti ne la de vista en un ca ma rote, so li ci ta ron que se les con ce die ra un puesto cualquie ra para par ti ci par en la lucha, por lo cual re ci bie ron aplausos y abra zos de sus ad ver sa rios po lí ti cos. El com ba te duró tres horas y vein ti cin co mi nu tos. Según Astete, el ene mi go dis pa ró unos trescientos proyectiles de diverso calibre: balas aceradas, bombas y palanquetas,

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