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El monitor rebelde

vv jUNIO vv 1876

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UN vvvvvGRUpO DE GUERREROS INDIOS SE ENfRENtA AL SÉtIMO REGIMIENtO DE CABALLERíA DE EStADOS UNIDOS, DIRIGIDO pOR EL tENIENtE CORONEL GEORGE ARMStRONG CUStER. EL DESCUBRIMIENtO DE ORO EN LAS MONtAñAS BLACk HILLS, EN tIERRAS DE LAS tRIBUS SIUx Y CHEYENE, HABíA pROvOCADO ENfRENtAMIENtOS CON LOS jEfES tORO SENtADO, GALL Y CABALLO LOCO. CUStER fORMABA pARtE DE UNA OfENSIvA ORGANIzADA DEL EjÉRCItO EStADOUNIDENSE, pERO DECIDIÓ UN AtAqUE EN SOLItARIO, SUBEStIMANDO EL pODER DE LOS INDIOS. fUE DERROtADO Y MUERtO EN LIttLE BIGHORN (MONtANA), jUNtO A CASI tODOS SUS HOMBRES.

El mo NI toR REBEl DE.- En la noche del domingo 6 de ma yo de 1877, el oficial de guardia Bernabé Carrasco con varios oficiales del monitor Huáscar surtaron en la bahía del Ca llao, secundados por algunas de sus compañe ros per te necien tes a otros buques de la escuadra y jun to con algunas personas llegadas de Lima, se apodera ron de ese buque y se die ron a la mar. El je fe de más alta graduación a bordo era el capitán de fragata Luis Germán As te te y asumió el comando. Según se dijo entonces, el resto de la escuadra no pudo perseguir inmediatamente al Huáscar porque estaba en malas condiciones. El gobierno de Prado expidió, con fecha 8 de ma yo, un decre to en el que negó la responsabilidad de la República para los actos de los sublevados, autorizó la aprehensión del Huáscar y ofreció recompensar debidamente a los que, "sin pertenecer a la dotación de los buques que componen la escuadra de operaciones, lo sometan a la autoridad del Gobierno o contribuyan a ello". Este decreto levantó una verdadera tempestad de protestas aun entre quienes no justificaban la rebelión. No estampó la palabra "piratería" pero la aplicó de hecho.

El 9 de ma yo apa re ció bajo las puertas de las ofi ci nas de los dia rios li me ños una ex po si ción fir ma da por los ofi cia les su ble va dos des ti na da a ma ni festar los mo ti vos de su acto y a anun ciar que habían pro cla ma do jefe supremo del Perú a Ni co lás de Piérola. Pocos días después fue co no ci do un ma ni fies to de Piérola fe cha do en Val pa raí so. El Huás car se de tu vo breve men te en Quil ca para pro veer se de víveres y otros ar tí cu los, luego, en Pi sa gua, donde tomó carbón y se di rigió después a Anto fa gas ta para em bar car a Piérola. En el tope del palo mayor co men zó a fla mear en el mo ni tor la in sig nia pre si den cial. Los go bier nos de Bo li via y de Chile se ne ga ron a pres tar al Huás car otro au xi lio que el de ví ve res ne ce sa rios a la vida de su tri pu la ción y el se gundo, re que rido para cap tu rar lo y devolverlo al Perú, no ac ce dió a ello fun dán do se en su neu trali dad. El mi nis tro pe rua no Coronel Ze ga rra in sis tió en que el Huás car era pi ra ta y el can ci ller chi le no negó esta ca li dad.

En el viaje al sur, se encontró el Huás car en Mollendo con el vapor inglés Santa Ro sa y pretendió, en vano, que se le entregara la correspondencia para el Gobierno peruano. Algo análogo ocu rrió con otro barco inglés, el John El der, cerca de Arica. En cambio, extrajo la correspondencia del Co lom bia de la misma nacionalidad y carbón de la barca Inun ci na también británica. El 16 de ma yo di ri gió el almiran te de la escuadri lla inglesa en el Pa cífico, A. M. de Horsey, a bordo del barco Shah en el Callao una intimación al "Comandante" del buque de guerra peruano revolucionario para indicarle que "cualquier abordaje o injerencia con los buques ingleses o cualquier acto de intervención con los súbditos ingleses y sus propiedades por el barco revolucionario que obedece a un gobierno no reconocido ni establecido, no será tolerado; y que cualquier acto de la naturaleza del ejecutado por el Huás car me obligará a que to me posesión de ese buque y lo entregue a la autoridad legal". Y agregaba, sin duda con una alusión al personal subalterno del moni tor, que era británico: "El trabajo forzado de cualquier súbdi to de S. M. B. que hubiese estado a bordo del Huás car al servicio del Gobierno peruano será considerado justa causa para la captura de ese buque". Con el título de "Comandante general de la escuadra nacional" respondió enér gi camen te Luis Germán As te te, desde el moni tor, al ancla en Co bija el 22 de ma yo (después de haber llegado el 19 a Antofagasta donde se embarcaron Guillermo Billinghurst y Juan Martín Echenique). Piérola dirigió un manifiesto a la nación, donde decía: "Niégome resueltamen te a creer lo que esa co rrespondencia no me permi te, sin embargo, poner en duda y que viene corroborado en mala hora por los inmotivados agasajos de Prado al almirante británico sus visitas y conferencias con este. Niégome voluntariamente a creer que se haya llegado a solicitar el concurso de fuerzas extranjeras contra nosotros por los caminos y bajo las condiciones que se nos in forman. Prefie ro engañarme a mí mismo y ce rrar los ojos a la evidencia, an tes que aceptar tamaña enormidad".

En la tripulación del Huás car había dos maquinistas y dos fo gone ros ingleses y se les pre guntó si querían continuar sirviendo. Los dos primeros se negaron y recibieron una gratificación y el impor te de su pasaje de Co bija al Ca llao, mientras los dos segundos quisie ron continuar si se les

El VapoR YaVaRí. En 1876, un grupo de partidarios del caudillo Nicolás de piérola, quien había iniciado una nueva revuelta en el sur del país, tomó por asalto los vapores Yavarí y Yapurá en puno. Sin embargo, la intervención bélica del ministro de Gobierno, el general manuel González de la cotera, echó por tierra los planes de los rebeldes, quienes se vieron obligados a abandonar las embarcaciones. En este grabado, publicado en El perú Ilustrado, se aprecia al vapor Yavarí en el lago titicaca.

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