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El saneamiento

Esta innovación tuvo su lejana fecha precursora en 1884 cuando, a raíz de la gran catástrofe nacional, a iniciativa de la colonia italiana, se prescindió de tan lamentable espectáculo y halló su más cercano antecedente en la obra depuradora del progresista alcalde de La Punta, Luis N. Larco. En 1922 la idea partió del periodista Benjamín Romero desde las columnas de El Comercio y obtuvo amplia acogida en otros órganos de publicidad y en la alcaldía de Lima regentada por Pedro José Rada y Gamio. La celebración del Carnaval quedó circunscrita a los corsos de carruajes, el juego de serpentinas, las batallas de flores, los bailes y otros actos de esparcimiento social. Para presidir las fiestas en Lima fue escogida Lucrecia Vargas Buenaño como reina, y análogo lugar en La Punta y en Barranco ocuparon respectivamente Angelita Velarde y Esther Ríos Colfer. En los años siguientes fueron reinas de Lima Carmen Valle Riestra, Coltilde Chiarella, Rosa Nash, Luzmila Dammert, Consuelo Paernio, Victoria Pezet Rey, Rosa Elvira Sologuren y Aída Freundt Sáenz.

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eL SANeAMIeNTO.- La Ley N° 4126 de 12 de mayo de 1920 facultó al Poder Ejecutivo para que contratara la ejecución de las obras necesarias a fin de dotar a las ciudades de Lima, Callao, Magdalena, Miraflores, Bellavista, Chorrillos, Barranco, La Punta, Ancón, Arequipa, Cuzco, Puno, Trujillo, Chiclayo, Lambayeque, Piura, lca, Cajamarca, Huaraz, Huánuco, Cerro de Pasco, Huancayo, Ayacucho, Huancavelica, Abancay Iquitos, Chachapoyas, Moyobamba, Moquegua, Tumbes, Locumba y Jauja, de apropiados servicios de agua y desagüe, pavimentación y eliminación de basuras aprovechando en lo posible las instalaciones existentes y los estudios realizados sobre la materia.

La misma ley ordenó la expropiación de las empresas de agua. Fijó, además, como rentas especiales destinadas exclusivamente al objeto indicado el producto libre de las pensiones correspondientes a este servicio, el 10% adicional sobre el impuesto a los derechos de importación en todas las aduanas de la República, el importe a los predios rústicos y urbanos y un arbitrio de canalización y pavimentación pagado por los propietarios de inmuebles. Parte de estas rentas habían pertenecido antes a las juntas departamentales y consejos provinciales. Facultó la ley, al mismo tiempo, al Poder Ejecutivo para hacer también el saneamiento de otras poblaciones importantes en la oportunidad y forma que juzgase conveniente.

La contratación del empréstito de saneamiento con la garantía de las rentas antedichas que quedaron hipotecadas, modificó las finalidades de la Ley N° 4126. Pero solo una parte del producto de aquellas rentas y del empréstito fue invertido con la finalidad expresada. El resto fue incluido dentro de los gastos generales del Presupuesto.

La Resolución Legislativa N° 4237 de 23 de marzo de 1921 aprobó el contrato celebrado con The Foundation Company para la ejecución de las obras de saneamiento en Lima, Callao, Bellavista, Magdalena, Miraflores, Barranco, Chorrillos, La Punta y Ancón por Lp.2’500.000 y los estudios y presupuestos de otras ciudades. Una cláusula adicional de este contrato señaló las obras parciales de pavimentación urbana e interurbana y de agua potable que debían ejecutarse inmediatamente con motivo de la proximidad del Centenario nacional.

En realidad la Foundation Co.se hizo sentir predominantemente en la zona de la capital; y si bien llegó al Cuzco y Arequipa y algún otro lugar, no abarcó la mayor parte de las ciudades mencionadas en la Ley N° 4126.

En diciembre de 1923 se contrató con la Foundation un préstamo en cuenta corriente de Lp. 200,000 para obras de saneamiento. Este préstamo y el saldo de un empréstito por Lp. 400.000 tomados por el Banco Italiano, así como los anticipos efectuados por la Foundation quedaron recogidos cuando se efectuó, en 1924, el empréstito de saneamiento por 7’000.000 de dólares al que se refiere otro capítulo.

Según cálculos oficiales la Foundation llegó a pavimentar, hasta 1929, un área de 1’052.000 metros cuadrados en Lima, Magdalena del Mar, San Miguel, Bellavista, Miraflores y Barranco. Otras EN 1930 SE VIAJABA EN AUTOMÓVIL DESDE LIMA A PISCO E ICA EN UN DÍA, A CHINCHA EN LA MITAD DE ESE TIEMPO, A CAÑETE EN POCAS HORAS, A HUACHO EN CINCO HORAS Y A CANTA EN TRES. LA MAYORÍA DE LAS CARRETERAS, SIN EMBARGO, AUNQUE PERMITÍA EL TRÁFICO QUE POR ELLA SE REALIZABA, DEJABA MUCHO QUE DESEAR.

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