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La huelga en los valles de Chicama y Santa Catalina en 1921
LA HUeLGA de LOS JOrNALerOS
en 1921 se produjo una huelga de jornaleros de la hacienda Casa Grande, en el valle de Chicama (La Libertad). estos reclamaban el establecimiento de la jornada laboral de ocho horas, que les fue concedida poco después. Al tiempo, los siguieron en sus reclamos otros trabajadores de las haciendas de los valles de Chicama y Santa Catalina, que pedían mejoras salariales. esta huelga tuvo como consecuencia grandes pérdidas en la industria azucarera. en esta fotografía de 1907 vemos a un grupo de jornaleros de Trujillo.
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LA HUeLGA eN LOS VALLeS de CHICAMA Y SANTA CATALINA eN 1921.- En diciembre
de 1920 los trabajadores de la hacienda Casa Grande, en el valle de Chicama, encabezados por Juan E. Risco presentaron un pliego de reclamos que incluyó aumento de jornales, el reconocimiento de la jornada de ocho horas, el aumento de un médico y el respeto y buen trato al personal en general. La gerencia concedió la jornada de ocho horas. Poco después, los dirigentes del movimiento fueron obligados a salir de Casa Grande. El diario de Trujillo La Libertad, del diputado regional Juan Armas, hizo campaña periodística a favor de los obreros. Llegó a organizarse una manifestación pública en Trujillo, en la que participó con otros oradores la intelectual Nina de Flores; este acto fue dispersado por la gendarmería. Por fin, con intervención de delegados del gobierno, se firmó un pacto por el cual los despedidos recibieron una indemnización de dos años de jornales y movilidad a cualquier punto del país.
En 1921 estalló una gravísima huelga en los valles de Chicama y Santa Catalina que puso en peligro la industria azucarera establecida allí.
Existían entonces hacia el norte del valle de Chicama dos grandes negociaciones agrícolas dedicadas a ella. Era la una propiedad de la Sociedad Chicama Limitada, conocida con el nombre de Casa Grande y abarcaba desde las orillas del mar hasta Cajamarca en una extensión superficial aproximada de 80,000 fanegadas. Contaba con el puerto de Malabrigo, llamado también puerto Chicama, para sus operaciones de importación y exportación. Tenía además un ingenio para la elaboración del azúcar, un taller de construcción y reparación de útiles y maquinarias y una red ferroviaria propia que unía las oficinas y principales centros de trabajo al puerto antedicho. La otra negociación era la de Víctor Larco Herrera y comprendía varios fundos anteriormente entregados a una administración independiente y ya unidos en la hacienda Roma.
También hallábase dotada de ingenio, talleres y ferrocarril y su puerto era Huanchaco, destinado exclusivamente a ese servicio. En junio de 1921 fueron clausurados la fábrica de azúcar de Roma y el puerto de Huanchaco y quedó suspendido el tráfico por las vías férreas que llegaban a ese puerto; y Casa Grande se encargó del beneficio de las cañas de Roma y de la exportación del azúcar por el puerto de Malabrigo.
Hacia el sur, en el mismo valle, estaba la negociación Cartavio dirigida por don Luis G. Miranda de la casa Grace, dotada también de ingenio. En él, además de las cañas propias de ese fundo se beneficiaban las de otros dos fundos contiguos, Chiclín y Chiquitoy, el uno de la señora Larco de Dogny y de los señores Rafael y Carlos Larco Herrera, y el otro de don Luis José de Orbegoso.
Más hacia el sur, en el valle de Santa Catalina, en el cual se encuentra la ciudad de Trujillo, halIábase la negociación Laredo, de propiedad de don José Ignacio Chopitea, dotada de ingenio propio para la molienda de sus cañas; de él se servían también algunos fundos contiguos para beneficiar las producidas allí. El azúcar proveniente de los ingenios de Cartavio y Laredo era exportado por el puerto de Salaverry.
El conflicto se originó en Roma. Los obreros de esa negociación percibían, además de sus jornales habituales, cuatro mensualidades extraordinarias por año, a razón de dos por cada semestre. Estas mensualidades se abonaban, una en los primeros días de agosto y otra en los primeros días de enero a quienes trabajaban hasta los últimos días de julio y de diciembre respectivamente; y las otras dos mensualidades extraordinarias eran pagadas en la misma fecha que las anteriores como una participación del obrero en las ganancias del fundo, a razón del 15% de la utilidad líquida. En setiembre de 1920 fueron sustituidas estas cuatro mensualidades extraordinarias por el aumento del 33% sobre los salarios ordinarios. En marzo de 1921 solicitaron los obreros de Roma las ocho horas reglamentarias de trabajo. Vino entonces el paro de 17 de marzo que duró hasta el14 de abril. Después de celebrada una junta de conciliación, llegó a ser formulado un laudo arbitral y quedó restablecido el pago del 33% adicional.
El 12 de junio, por orden superior, fueron clausuradas las fábricas de azúcar de Roma y el puerto de Huanchaco y llegó a ser suspendido el tráfico ferroviario con ese puerto. En virtud del contrato celebrado entre don Víctor Larco Herrera y los señores Gildemeister, las cañas de dicho fundo pasaron a ser beneficiadas en Casa Grande y el azúcar que producía comenzó a ser exportado por Malabrigo. Estos hechos ocasionaron una nueva reclamación de los obreros y sobrevino otra paralización de los trabajos.
Al prolongarse por varios días la huelga de los trabajadores de campo de Roma, la administración de Casa Grande envió una cuadrilla de peones a aquel fundo con el fin de que cortaran sus cañas; pero los obreros de Roma salieron al encuentro de sus compañeros de Casa Grande a fin de ganarlos al servicio de su causa y el 22 de abril fue declarado el paro en esta negociación.
El conflicto terminó en apariencia cuando se convino en que se daría colocación a todos los obreros que habían quedado sin trabajo a consecuencia de la clausura de la fábrica de Roma.
En los primeros días de mayo, los obreros de Chiclín presentaron un pliego de reclamos que tuvieron solución favorable por acuerdo directo entre ambas partes, después de que los obreros retiraron varios puntos al persuadirse de que la situación económica de la industria azucarera no le permitía otorgar nuevas ventajas pecuniarias.
Parecía restablecida la normalidad en la vida chiclinense cuando se sintieron una noche varias detonaciones de fuego; detenidos al día siguiente el presidente y el delegado de la Sociedad de Auxilios Mutuos de los obreros de Chiclín, se produjo inmediatamente un paro que terminó con la libertad de los apresados.
En junio fueron apresados en Chicama tres obreros del mismo fundo con el objeto de practicar investigaciones. Los ya nombrados invocaron el espíritu de unión a los trabajadores de la negociación y se produjo otro paro que terminó con la libertad de los detenidos ordenada por el teniente coronel Antenor Herrera, jefe del regimiento N° 5, prefecto interino del departamento. Herrera fue acusado por los propietarios de albergar simpatías por los obreros.
El 18 de agosto, en momentos en que ya (desde el 11 de julio) había sido reemplazado Herrera en la prefectura por Agustín Rivera y Hurtado, fue apresado el obrero Silva y cuando se le quiso conducir a Trujillo en la misma noche de su captura, se opusieron sus compañeros y se produjo un choque entre ellos y la tropa secundada por otros elementos. Resultó muerto uno de los obreros. Silva fue puesto en libertad esa misma noche y al día siguiente hubo paro, como manifestación de duelo por el trabajador victimado.
Por invitación del prefecto Rivera y Hurtado, delegados de los obreros viajaron a Lima para entrevistarse con el presidente de la República y el ministro de Fomento, Lauro A. Curletti.
Una carta al obrero de Casa Grande Eligio Romero, contra el prefecto originó el 10 de setiembre una orden de prisión para aquel. Vino otro choque entre los huelguistas y la tropa. Como se diera un bando que los obreros interpretaron como una orden para que volviesen al trabajo, ellos abandonaron el caserío del fundo y se dirigieron al pueblo de Chicama en cuyos alrededores acamparon durante varias semanas hasta la llegada del ministro de Fomento el 27 de setiembre.
Los distintos paros repercutieron en los demás fundas de la provincia por solidaridad obrera y así se produjo un movimiento general cuya fecha final fue la ya indicada.
Las agrupaciones obreras se cohesionaron en el Comité Regional de Trabajo constituido por 24 delegados. Dicho comité presentó ante el ministro una exposición para justificar sus actitudes y un pliego de reclamos. Este comprendió: el establecimiento de la jornada de ocho horas; el cumplimiento de la ley sobre trabajo de niños y la ley sobre accidentes de trabajo; la abolición de los enganches de trabajadores; el cumplimiento de los fallos arbitrales vigentes; el descanso dominical; la elevación a la categoría de distrito o caserío a las poblaciones rurales del valle que tuvieran más de 1.000 habitantes; el reconocimiento del sindicato regional del trabajo y de las sociedades obreras; la creación de oficinas de correos y telégrafos en las haciendas con más de rAFAeL LArCO HerrerA (1872-1956)
el político y agricultor limeño era uno de los dueños de fundo Chiclín, en La Libertad, dedicado al cultivo de caña de azúcar. en mayo de 1921, sus trabajadores presentaron un pliego de reclamos en pro de mejoras salariales y de honorarios de trabajo. Larco Herrera no sólo atendió este pedido, también desarrolló un programa social para los hijos de los trabajadores, y realizó mejoras en viviendas y saneamiento urbano. Más adelante fue ministro de relaciones exteriores (1931) y de Hacienda (1931), y vicepresidente de la república (1939-1945). Aquí lo vemos en una imagen de 1915.