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LA REVOLUCIÓN

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LA REVOLUCIÓN COMIENZA POR DENTRO

Aceptar, para transformar. Amar, es urgente.

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No entendía nada sobre astrología. Mucho menos entendía de mí. Me conocía poco, me aceptaba menos. Había estado actuando desde la mujer que había sabido construir. Hacía unos años había comenzado a estudiar más sobre espiritualidad, a buscarme, a despertar mi consciencia.

Un día recibí la primera lectura de mi carta astral. Fue revelador. Pude conocerme bastante más de lo que me conocía. Había revisado mis traumas, conocía las heridas, había hecho reiki y varios protocolos de memoria celular.

Ese día, en la lectura, me hablaron de Urano: el planeta de los imprevistos. Y pude verlo claro: La vida siempre trae las situaciones, las personas, los escenarios perfectos para llevarnos a la evolución.

Por lo tanto, el primer paso en el autoconocimiento, fue aceptar cada característica, cada situación y amar incluso aquello que había considerado un error o un problema. La vida me estaba mostrando qué creencias, mandatos, contratos totalmente obsoletos estaban listos para ser transformados. Porque, tal como dice Sergi Torres, “la vida se vuelve tu madre cuando tú te desmadras”.

Este artículo no tenía la intención de ser auto-referencial pero, ¿cómo hablar de transformaciones sin hacer consciente la propia?, ¿cómo hablar de transformar afuera si antes, no miro adentro?

Transformar es cambiar de forma. Es ir de un lugar a otro. Siempre estamos habilitados a hacerlo. Y una vez que sucede, no hay modo de volver a atrás, el estado anterior no vuelve a tener lugar.

Los seres humanos no sabemos hacerlo (¿O será que lo olvidamos?). Puede que el proceso resulte doloroso, sin embargo, nada se compara con la libertad y la amplitud que trae a consecuencia.

El mayor aprendizaje fue que la única manera de transformar el afuera es transformando adentro. Los vínculos, los malestares y las dificultades se ven afectadas absolutamente cuando decido cambiar adentro, cuando elijo sanar y cuando doy preferencia a mirar lo que siento.

Una vez que elijo asumir lo que siento en momento presente tal como está siendo, permitiendo el sentir honestamente sin tratar de cumplir con lo que debería ser, sin enmarcarlo en un juicio o idea y simplemente viviendo lo que es, tal como es. Estoy aceptando y permitiendo, entonces, que la transformación suceda.

Un Curso de Milagros hace referencia, en este sentido, al término perdonar. Perdonar nos permite transformar todo lo que vemos.

En esta acción me transformo y me llevo a otro lugar, a otro nivel de consciencia. Tal como un árbol o una flor, que no cuestionan lo que son, y solo viven. Viven el proceso.

“Buena parte de nuestro conocimiento de la naturaleza de la Vida/ Muerte/Vida está contaminada por nuestro temor a la muerte. De ahí que nuestra capacidad de movernos al ritmo de los ciclos de esta naturaleza sea un tanto escasa.

No, las fuerzas de la Vida/Muerte/Vida forman parte de nuestra propia naturaleza, forman parte de una autoridad interior que conoce los Pasos de la Danza de la Vida y la Muerte. Está integrada por los aspectos de nuestra personalidad que saben cuándo algo puede, debe y tiene que nacer y cuándo tiene que morir. Es una maestra muy sabia, siempre y cuando nosotros sepamos aprender su ritmo.

Rosario Castellanos, la mística y poeta mexicana, escribe a propósito de la entrega a las fuerzas que gobiernan la vida y la muerte: “… dadme la muerte que me falta… Los poetas comprenden que todo carece de valor sin la muerte. Sin la muerte no hay lecciones, sin la muerte no hay oscuridad sobre la cual pueda destacar el fulgor del diamante”. 1

Si nos volvemos permeables, si lo permitimos, la vida sola se encarga de transformarnos y de llevarnos siempre a un mejor lugar. El espejo que vemos "afuera" se modifica. Siempre podemos volver a elegir, siempre podemos sanar y transformar. Es nuestra opción. Es nuestra responsabilidad. Es posible y necesario.

Cambiar de forma implica mirar y mirarnos a nosotros mismos con ojos nuevos, aceptando que somos seres nuevos en cada instante. Y es imprescindible que esa mirada se extienda a todos a nuestro alrededor.

[1] Mujeres que corren con lobos, Clarissa Pinkola Estés.

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