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REGRESAR A LO
from Revista Pizca de Om
by Pizca de Om
REGRESAR A LO BÁSICO Y RECONECTAR
Hace algunos años, ya bastantes (casi 38), comenzó mi recorrido por el camino de encontrar “la llave de la juventud”. Yo era muy pequeña, acababa de certificarme como instructora de aerobics en los 80s y sentía que el estar fuerte y flexible era lo que se debía hacer para estar bien. No contaba con mucha información y seguramente hice lo mejor que pude con lo que tenía: mi pasión por el baile.
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Me certifiqué en casi todas las áreas del fitness: desde gimnasia, step, hi-low y pilates, hasta la bicicleta estacionaria, arneses de suspensión y entrenamiento funcional. Actualmente me certifico como maestra y terapeuta de Svadhyaya Yoga.
Pero en el camino fui descubriendo que el bienestar no sólo se trata de ponerse fit. Además, se me convirtió en un problema el exceso de entrenamiento.
Hace ya 20 años comencé a interesarme en otras áreas de la salud: corrientes alimentarias, suplemen- tos, desarrollo humano, autoconocimiento, aceites esenciales, cocina basada en plantas, en fin … Y cada vez es más complicado descubrir que afuera existen muchas herramientas para “sentirse mejor”.
Hoy por hoy, después de 53 años de recorrer una y otra posibilidad, quedarme con lo que sí me hace sentido, retomar, depurar, investigar, adoptar-adaptar y seguir aprendiendo, he desarrollado mi propio sistema de autocuidado “para la vida”.
Tengo rituales (no rutinas) desde la mañana al despertar, durante todo el día y para dormir. Sí, inclu- so durmiendo tengo rituales. Todo para sentirme mejor, estar mejor, verme bien y conservar la funcionalidad integral: física, mental (emocional) y espiritual.
Nunca terminaría de explicarte qué tantas cosas hago y dejo de hacer. Pero si te comparto que aprendí que:
· Nada es Permanente · Nada es Fijo · Nada es Plano · Todo pasa · Todo cambia
Y aprendí que lo mejor que podemos hacer para autocuidarnos cada día es escucharnos, preguntarnos ‘¿Qué necesitas?’ y hacer lo mejor que podamos para sentirnos bien. Aprendí que cada quien es psico-bio-socialmente diferente y que dependemos de muchos factores para equilibrarnos o desequilibrarnos en cada instante. Así de complicado es, y así de sencillo también.
Auto-observarnos es la clave. Cada etapa de la vida tiene características diferentes y estamos relacionados absolutamente con todos. Las estaciones del año, el microclima diario, el cambio simple de espacio físico de tu cuerpo al moverse, lo que decides que entre a tu cuerpo mediante los cinco sentidos, con quién te relacionas… tantos factores.
Te podría compartir mis rituales (no rutinas) de autocuidado diario pero he comprendido que la vida es cíclica, que tampoco es amoroso apegarme a una agenda para cuidarme, que nada (justamente) es fijo y ahora me dejo llevar. Al final de cuentas ya tengo mi “caja de herramientas de autocuidado” bastante llena y tomo varias cada día, pero sin perseguirme con pensamientos críticos por no haber cumplido. Doy prioridad a lo importante en todo sentido, desde lo laboral, administrativo y básico, hasta yo misma. Ponerme en la agenda es importante. Y así se pasan mis días y así se pasan los tuyos.
Y en este mes que nos recuerda justamente que todo cambia, que después de la oscuridad viene la luz y viceversa, que todo es cíclico y que cada momento es una oportunidad mientras estemos vivos, te quiero recordar que somos una máquina perfecta y que cada una de nuestras células está lista para hacer lo que le toca sin pedir nada a cambio, pero que sí responde a lo que entregamos. Cuidemos mucho lo que pensamos, sentimos y hacemos, y resignifiquemos desde el amor y la compasión.
Lo importante será siempre la auto-observación y saber qué te hace sentir en paz, contento y agradecido. Un día a la vez, sólo por hoy… y desde el amor, no del rechazo. ¿no crees?