El Portarró 28 (en castellano)

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verano-otoño 2010

el portarró 28 boletín del parc nacional d’aigüestortes i estany de sant maurici


El Portarró Verano-otoño 2010 Colaboran en este número: Mercè Aniz Montes Jaume Comas Ballester Josep Maria Rispa Pifarré Gerard Giménez Pérez Jordi Abella Pons Olga Boet Escarceller Xavier Arnan Viadiu Alba Redondo i Brunet Maria Farré Domech Amaya Gómez Rodríguez Delia Pino García Claudi Aventín-Boya Jordi Vicente Canillas Jesús Tartera Orteu Núria Batalla Barado Meritxell Pagès Secall Fotografías, mapas y dibujos: Arxiu del Parc Nacional Rossendo Vila Blanch Ricard Novell Agramunt Cos d’Agents Rurals de l’Alta Ribagorça Gerard Giménez Pérez Claudi Aventín-Boya Arxiu del Centre de Recerca i Aplicacions Forestals (CREAF) Arxiu del Centre Excursionista de Catalunya Arxiu de l’Ecomuseu de la Valls d’Àneu Arxiu del Servei Meteorològic de Catalunya Corrección lingüística: Ariadna Cañadas Fernández Diseño y maquetación: Aran Disseny Depósito Legal: L-1428-96 Edita:

índice 3 Presentación

4 Artesanía y arte popular. Algunos datos etnográficos a partir de la obra de Violant i Simorra 7 Las hormigas rojas en los bosques de pino negro 10 El hombre de la camisa negra 11 La entrevista: Rosendo de Simona, el cartógrafo del Valle de Boí! 19 Noticiario 22 Conozcamos el Parque: - Los mixomicetes, unos hongos que corren por el suelo! - La hormiga roja de la madera, uno de los habitantes más abundantes del Parque 24 La esencia de las palabras: El archipiélago del Valle de Boí y los secretos de sus ínsulas 28 Caminemos por el Parque: - Camino del collado de Fogueruix 30 Publicaciones

Casa del Parque Nacional de Boí Ca de Simamet C/ de les Graieres, 2 · E 25528 Boí (Alta Ribagorça) Tel. 973 696 189 · Fax 973 696 154 Casa del Parque Nacional de Espot C/ de Sant Maurici, 5 · E 25597 Espot (Pallars Sobirà) Tel./Fax 973 624 036 Centro de Información de Llessui Ecomuseu dels Pastors de la Vall d’Àssua Antigues escoles, s/n · E 25567 Llessui (Pallars Sobirà) Tel. 973 621 798 · Fax 973 621 803 Centro de Información de Senet La Serradora C/ del Port,10 · E 25553 Senet (Alta Ribagorça) Tel. 973 698 232 · Fax 973 698 229

El Portarró no asume la responsabilidad sobre las opiniones expresadas en los artículos firmados o con seudónimo, la cual es exclusiva de sus autores

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presentación

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El año 2010 ha sido declarado por la ONU como Año Internacional de la Biodiversidad con el objetivo de difundir y promover la protección de la diversidad biológica. Las actividades humanas están provocando cambios irreversibles en nuestro Planeta. Algunos de estos cambios son más conocidos, ya que ocupan las portadas de los medios de comunicación con demasiada asiduidad. Desdichadamente nos vamos acostumbrando a ver, como un hecho casi cotidiano, imágenes de mareas negras en los océanos, de destrucción de hábitats emblemáticos, de explotación abusiva de los recursos naturales, etc... Estos hechos, bastante importantes, no nos deben impedir de reflexionar también sobre los efectos que las acciones más próximas a nosotros tienen sobre las diferentes especies y que muchas veces no merecen ni una breve nota, si no es en algún boletín científico o en foros especializados, siempre minoritarios. ¿Qué influencia tienen nuestras acciones cotidianas sobre nuestro entorno? ¿Es noticia la desaparición de una especie de insecto insignificante, de una planta, de un anfibio o incluso de un mamífero? ¿Sabemos valorar en su justa medida hechos de estas características? Parece que no demasiado. A pesar de ello, los científicos alertan que nos encontramos enfrentados a una verdadera crisis de extinción de especies a nivel mundial que además se está produciendo a un ritmo muy acelerado. Hay estimaciones muy fiables de que más de 34.000 plantas y unas 5.200 especies animales estarían en peligro de desaparecer para siempre. El calentamiento global no hace sino acelerar todavía más este proceso ya que está influyendo de una manera muy importante en los cambios que se están dando en muchos hábitats y en la distribución de las especies.

Es evidente que a lo largo de la historia de nuestro mundo se han extinguido muchas especies animales y vegetales y han surgido otras. La evolución no se detiene. Pero también hay que tener en cuenta que la presencia humana ha sido determinante en las últimas etapas de la historia de la Tierra, y que sus actuaciones futuras serán también determinantes para la preservación de la diversidad y los recursos biológicos que son decisivos para el bienestar y la supervivencia de nuestra propia especie. En este número del Portarró hablaremos de la hormiga roja, uno de los habitantes más abundantes del Parque a la vez que descubriremos los mixomicetos, unos hongos muy peculiares y desconocidos. Ésta será la modesta aportación de esta revista al conocimiento de la diversidad biológica. En la entrevista veremos como el trabajo callado y constante dio como resultado la confección de los primeros mapas excursionistas del Parque, mientras que la esencia de las palabras nos llevará a navegar por el archipiélago figurado de los pueblos del valle de Boí después de descubrir los valores culturales que representa la artesanía popular en nuestros valles, gracias a los trabajos de investigación realizados por el Ecomuseu de les Valls d'Àneu. Finalmente, llegaremos a la magnífica atalaya del Coll de Fogueruix siguiendo uno de los senderos más desconocidos y bonitos de la solana del río Escrita. La biodiversidad es la variedad de la vida. Comprende la fauna, la flora y la vegetación, pero también la especie humana, el patrimonio genético, el paisaje... y el conjunto de las interacciones entre los organismos. Su protección y conservación dependerá de las actuaciones a nivel mundial pero también de nuestras actitudes y aptitudes hacia el territorio más próximo, más cotidiano. En los alrededores de nuestro pueblo o ciudad empieza la protección de todo el Planeta.


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artesanía y arte popular en el ámbito del parque nacional

algunos datos etnográficos a partir de la obra de ramón violant i simorra Para cualquier acción revitalizadora de la artesanía pirenaica es básico considerar que existen precedentes históricos de gran importancia en todo el Alto Pirineo. En concreto uno de los primeros etnógrafos que ha habido en Cataluña, Ramón Violant i Simorra (19031956), era de origen pallarés y efectuó intensas investigaciones en el Pirineo. En algunas de las obras de Violant i Simorra, como L’art popular a Catalunya (1948), las piezas procedentes del Pallars tienen un peso considerable y su obra nos permite documentar, -mediante dibujos, fotografías, fichas y textos-las características, utilidades y condiciones de producción de las piezas de artesanía pirenaica de la primera mitad del siglo XX. Violant define como arte popular una gran parte de los objetos, piezas y materiales que podríamos incluir dentro de la producción artesanal actual, relacionada directamente con una cierta tradición local vinculada a las necesidades y las formas de vida características de estos territorios. Él lo describe así: “Nosotros entendemos por arte puramente popular únicamente aquellas producciones de tradición secular y manufacturadas por la mano del hombre, o sea aquellas en las que no solamente no ha intervenido nada la máquina, sino que responden a una técnica de raíz tradicional que unas generaciones han ido heredando de las otras, sin muchas alteraciones de forma y ornamentación, siguiendo en muchos casos, una tradición técnica familiar. Populares son, entonces, el arte rústico de la madera y del tejido con mimbres, palma, esparto y otras fibras vegetales y animales, así como la alfarería y las artes del hierro y del cobre, practicadas, sobretodo, por los herreros y caldereros o orfebres rurales.” Violant organiza y clasifica este arte popular a partir de los diferentes materiales que implican estas producciones; el arte de la madera, de la cestería, de la alfarería, la cerámi-

ca pintada, los vidrios populares, el arte del metal, el arte de la guarnicionería y los tejidos populares. Siguiendo este mismo esquema, encontramos que la mayoría de estos productos tenían una fuerte implantación en el Pirineo, a pesar de que no todos estaban producidos y elaborados en el mismo territorio pirenaico (del cristal por ejemplo, no se ha documentado su producción en ningún pueblo o lugar pirenaico, sino que llegaba de otros lugares como Vimbodí, en la Conca de Barberà). En este artículo les proponemos un repaso general a las diversas producciones de madera y cestería que están documentadas históricamente en los diferentes municipios vinculados con el territorio que integra el Parque Nacional. Eso que Violant llamaba Arte Popular se identifica actualmente como producciones artesanas que, en parte, aún están presentes testimonialmente. Por eso seguiremos el mismo esquema propuesto por Violant y reproduciremos algunos de los interesantes datos etnográficos que nos aporta su obra. El arte de la madera Probablemente el trabajo de la madera es una de las producciones más representativas y características de estos territorios pirenaicos y de las que más se mantienen en la actualidad. Tal y como dice Violant, las maderas que más se utilizaban en estas producciones eran el boj para los trabajos más delicados, como flautas, castañuelas, ganchillos, agujas de media y canutos, etc.…El pino, el sauce y el almez para collares y canaulas y también para hacer zuecos, queseras y otros utensilios y vasijas caseras; y de las verrugas de los olmos, pinos y nogales, solían construir las ollas para comer, porque esta parte del árbol serrada arras del tronco ya tenía la forma redondeada de la cazuela. En este sentido, también Violant atribuía a los pastores la


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artesania y arte popular en el ámbito del parc nacional construcción de muchos utensilios y objetos. Él lo dice así: “Todos los pastores de antaño, de todos los pueblos y de todas las culturas, estaban muy acostumbrados a trabajar la madera, y fabricaban con navaja bonitos e interesantes trabajos, más o menos artísticos, de mucho valor y mucho mérito (…) Nuestros pastores tradicionales pirenaicos no producían tan solo objetos para uso propio, sino también para el hogar familiar, así como otros de fabricación muy delicada“. Y continua diciendo: “Estos objetos, unos y otros, después de tallados, vaciados o moldeados, generalmente los decoraban a punta de cuchillo, utilizando diversos temas ornamentales, como los motivos geométricos (zigzag, dentado, triángulos vacíos, círculos, rosetones formados por estrellas, sextifolios, esvásticas…)” Entre la abundante producción de piezas documentadas, hay algunas características que poco a poco se han ido convirtiendo en verdaderos iconos y símbolos para el Pirineo. Este es el caso de los saleros que Violant define como “los recipientes destinados a contener sal para el uso culinario cotidiano, sabemos que los tallaban o modelaban, y decoraban los pastores del alto Pallars Sobirà (…) son notables, sobretodo, los que hemos encontrado en Alós y en Espot, en forma de artística cestita, bellamente decorados con rosetones y zigzags simétricamente trazados y esculpidos”. También son emblemáticas las queseras “recipientes, propios para enmoldar el queso, ya sea en forma de cazuela, con mango o sin, en los más antiguos, o de forma compuesta por una plancha y un círculo de corteza o de madera fina como un collar, sólo se encuentran en el Pallars, la Ribagorça, Aran, Andorra y alguno en el Museo de Ripoll, obra de los pastores y de otros campesinos dados a trabajar la madera. En todos los casos, el fondo de la quesera y, en algunos incluso la prensa o el tapón de prensar

(Vallferrera, Coma de Burg, Andorra occidental) se presentan bellamente esculpidos y decorados con magníficos sextifolios, rosetones y motivos geométricos diversos o, a veces, haciendo únicamente canalillos y agujeros por donde se escurre el suero al manipular y modelar el queso. El primero es típicamente tradicional del país, mientras que el otro tipo, compuesto de la escurridera y el círculo, es de influencia francesa introducido en el Pallars, desde Aran o bien directamente desde Arièja (Cardós, Vallferrera), y lo encontramos también en todo el Pirineo aragonés y de Navarra oriental”. Además de estos objetos más emblemáticos, Violant también nos describe otros objetos como: Collares (“de una astilla de tronco de pino que, en el valle de Boí, aún arrancan de los árboles vivos del bosque, todos nuestros pastores construían bellos collares para los carneros dóciles y para los cabrones, guías y conductores del ganado…”); marcadores de cocas (una especie de maneta de boj, con un relieve esculpido en cada extremo (…) con la que, antaño, las amas de casa del entorno rural pirenaico adornaban las cocas normales y las redondas de la fiesta mayor”); garrotes (utensilio puntiagudo para las mujeres que iban a atar las gavillas al lado de los segadores); morteros, pipas y cajas de cerillas, etc.… Violant también describe con gran detalle las diversas técnicas con las que decoraban la madera como el uso del estaño, la decoración a cuchillo y la aplicación de colores en algunos elementos como collares, muebles, etc.…: “Cuando querían estañar o adornar un objeto (…) hundían más los cortes que querían llenar de estaño, con el fin de que al tirarlo fundido, fuese corriendo por todas las líneas del gravado que deseaban estañar (…) Esta técnica de embellecimiento, si bien la encontramos en Bascònia, Navarra y Portugal, así como en la Bretaña armoricana, en


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Violant i Simorra en una de sus expediciones (1942)

artesania y arte popular en el ámbito del parc nacional el Delfinado y en alguna otra comarca francesa (…) hasta ahora, en nuestro Pirineo, sabemos que ha sido usada sólo por los pastores de la Alta Ribagorça y del Pallars Sobirà. Más popular y extendida es la decoración a base de pintura lisa (en roja, azul de la India o bien negro, o los colores mezclados) con la que los pastores de antaño adornaban los collares grabados. Actualmente los pastores araneses y boinenses los pintan de colores diversos (…) Así mismo, los pallareses, no solamente policromaban algún collar, imitando a los pastores del valle de Aran, sino incluso alguna tortera.” El arte de la cestería Violant define como cestería el arte de hacer cestos o de procurarse una vasija o herramienta para ayudar a transportar las cosas y la estructura a partir de las siguientes tipologías: Cestería de paja: Técnica del tejido en espiral Elaborada a partir de tallos de cereal, es muy característica del alto Pirineo y bien documentada por Violant: “según nos explicaron en Espot, hace más de sesenta años que en Berrós, aldea del valle de Àneu, había un hombre que se dedicaba a la construcción de cestones mediante paja de centeno sin trillar (“palla fustal”), que después llevaba a vender por aquellos pueblos de la comarca del Pallars a cambio de legumbres”. Cestería de ramas, mimbre y caña Elaborados a partir de ramas de mimbre y cañas, se pueden encontrar en todo el Pirineo. Tal y como dice Violant: “Otros tejidos de estas características se encuentran, sirviendo de tabiques interiores, en muchos habitáculos pirenaicos, así como actualmente en barreras de separación de cultivos, de la Ribagorça y del valle de Àneu, y en paredes de corrales espaciosos de la Ribagorça.” La técnica del tejido de costillas: los cesteros Esta técnica, aún presente en diferentes pueblos pirenaicos, pero con poca representación en la actualidad, utiliza como material básico el avellano y su corteza. Tal como dice Violant: “Esta técnica, típicamente masculina, en nuestro territorio, es la que usan los cesteros del valle de Àneu y comarcas vecinas para producir cestos y cestas de ramas quebradas de avellano (...). El de cestero no es ningún oficio que pudiésemos llamar especializado, ya que en el valle de Àneu, la Ribera de Cardós, el valle de Castellbò, Aran, Andorra y los valles de Boí y Barravés, durante los meses inactivos de invierno, muchos hombres mayores y jóvenes, además de construir y arreglar herramientas de uso pastoril y agrícola, se dedican aún a realizar cestas incluso alguna sera,...”. Además de la obra de Violant, tenemos la inmensa suerte

de disponer del legado de otros autores que desde la etnografía y el folklore nos han dejado importantes testimonios de las técnicas, procesos y oficios que hasta los años 80 del siglo XX estuvieron presentes en el sector productivo del Alto Pirineo. La obra de Krüger o de Joan Lluís, más las piezas etnográficas cuidadosamente conservadas en diversos museos pirenaicos nos aportan un excelente catálogo de piezas a partir de las que los artesanos actuales pueden recuperar e innovar en su producción contemporánea. Como dice el antropólogo y diseñador Pep Mañà: “La artesanía es una de las actividades y expresiones que configura el genius loci de las culturas y de los lugares. En su trabajo de dar identidad, de enriquecer y de preservar la diversidad del ecosistema objetual, la artesanía tiene en la nombrada vertiente museográfica y descriptiva de las formas de vida de la etnografía, un recurso extraordinario para extraer ideas, conceptos y estilemas para preservar y actualizar tipologías, así como crear otras nuevas que sean expresión del lugar donde están hechas, de su entorno social y cultural”. Así pues, este material que tenemos tan bien referenciado y documentado se debe entender no únicamente como una serie de objetos que llenan los almacenes de nuestros museos, sino como un verdadero recurso a partir de los que poder reactivar, dinamizar e innovar la producción de los artesanos y artesanas del Pirineo. Sin duda, la artesanía pirenaica se debe ver como un recurso local estratégico con un gran potencial, se debe sin embargo asegurar su continuidad e integrarla en el mercado y como dice Oscar Guayabero, “el reto es ser lo bastante hábiles para atraer al mercado hacia nuestro terreno y seducir al usuario de las ventajas de consumir artesanía, para él y para el planeta.” ¿Y no os parece que el Pirineo es un lugar ideal para poder hacer esto? Jordi Abella i Pons Antropòleg i director de l’Ecomuseu de les Valls d’Àneu BIBLIOGRAFÍA - DDAA. (1996). Ramon Violant i Simorra. La memòria d’un etnògraf. Tremp: Garsineu Edicions. - Mañà, Josep. (2009) “Artesania i Etnografia” a Altres mirades sobre l’artesania. Barcelona. Edicions de l’Escola Massana - Guayabero, Oscar. (2009) “Catorze poblets comptant-hi el Raval” a Altres Mirades sobre l’Artesania. Barcelona. Edicions de l’Escola Massana - Violant i Simorra, Ramon (1976) L’Art popular a Catalunya. Barcelona. Edicions 62. - Violant i Simorra, Ramon (1953) El Arte popular español. Barcelona. Aymá.


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las hormigas rojas

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en los bosques de pino negro Hay mucha gente que cuando pasea por el monte no ve nunca hormigas. Es comprensible, debido a su pequeño tamaño (pocos milímetros) y a sus costumbres de desplazamiento por el suelo, debajo de la vegetación o siguiendo los troncos de los árboles. No obstante, la mayoría de visitantes del Parque se sorprenden delante de los montículos de hojas de pino que hacen las hormigas rojas. Son hormigas fáciles de detectar, ya que construyen estos túmulos de hojas fácilmente visibles, justo encima de sus nidos subterráneos, y donde se concentra gran parte de la actividad de la colonia. Además, son hormigas de tamaño relativamente grande, de manera que se observan fácilmente a simple vista ¡Y hay muchas, muchísimas! Después de pasar un rato observándolas mientras pasean por encima del montículo de hojas, se puede deducir que son extraordinariamente activas, sobretodo cuando toca el sol. Estas construcciones, que podríamos comparar con los tejados de nuestras casas, están hechas con hojas de pino, ramas, tierra y otros restos vegetales. Son permanentes durante todo el año, aunque durante el invierno, cuando las hormigas no salen al exterior debido a las bajas temperaturas, estos montículos pueden ser sometidos a agresiones y accidentes que los estropean. Cuando llega la primavera y la temperatura lo permite, las hormigas dedican gran parte de su actividad a rehacer y mantener el túmulo en buen estado y, si es posible, hacerlo más grande. Cuando más grande es el montículo, más individuos pueden vivir dentro del nido. Estos montículos se construyen de manera que reciban el máximo de rayos solares a lo largo del día. Esto permite a las obreras calentarse cuando pasean por su superficie, y cuando ya han acumulado suficiente calor en su organismo, bajan a las profundidades del nido donde vive la colonia. Como ya no les toca el sol, se van enfriando, y este calor se libera en el interior del nido. Continuamente hay hormigas ya calentadas que entran en el nido para liberar

calor, y otras que salen a tomar el sol; de esta manera pueden regular la temperatura interna del nido durante los meses de más actividad en el hormiguero; incluso puede suceder que dentro del nido haya una temperatura ligeramente superior a la del exterior. El objetivo de este comportamiento (en inglés llamado basking, y que podríamos traducir literalmente como “tomar el sol”) es mantener la temperatura del nido constante durante la primavera y el verano, alrededor de los 30 grados, que es la temperatura óptima para ellas. Con la llegada del otoño, las horas de sol se reducen y la temperatura comienza a descender, y con las primeras nevadas la temperatura continua bajando, paralelamente a la actividad de las hormigas, hasta que éstas ya no pueden obtener calor del exterior, de manera que el nido entra en el reposo invernal. Las hormigas rojas, típicas de ambientes forestales más o menos fríos, comprenden varias especies, de las cuales Formica lugubris es la que podemos observar en el Parque. Es conocida la importancia de este grupo de hormigas forestales en el buen estado y conservación de los bosques boreoalpinos de coníferas, ya que, entre otros efectos beneficiosos, aumentan los nutrientes y airean el suelo debajo del montículo y ejercen, de manera natural, un control biológico de las plagas del bosque. No obstante, algunas perturbaciones naturales o prácticas de aprovechamiento del bosque alteran la estabilidad de las poblaciones de estas hormigas, dificultando los efectos beneficiosos que tienen sobre el ecosistema forestal. Por esta razón, hay países de Europa donde existen leyes y planes de conservación para estas especies de invertebrados. Las hormigas rojas han sido muy estudiadas en los bosques bóreo alpinos del norte de Europa. No obstante, en el Parque como en el resto de los Pirineos catalanes, existen pocos estudios. Durante el año 2007, el CREAF realizó uno sobre las comunidades de hormigas que se establecen en bosques subalpinos de coníferas según la gestión del bosque.


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las hormigas rojas en los bosques de pino negro Concretamente, este estudio se llevó a cabo en bosques de pino negro del valle del río Escrita (dentro del Parque Nacional) y del valle de Àneu (en la zona periférica de protección). Se compararon bosques maduros, donde hace más de 40 años que no se realizan intervenciones, y bosques donde se hacen aprovechamientos, ya sea como pastos o para extracción de madera. Los tres tipos de bosque corresponden a ambientes bien diferentes: Los bosques utilizados para pastos, principalmente vacas y caballos, son bosques donde se ha favorecido el crecimiento de la hierba y donde los árboles se encuentran bastante alejados entre ellos. Son bosques abiertos ya que permiten la entrada de suficiente luz a la superficie del bosque. Tienen pocos árboles pero abundantes arbustos y sobretodo mucha hierba. Por contra, en los bosques utilizados para la extracción de madera se ha potenciado el crecimiento de los árboles, y por tanto, se han realizado trabajos de desbroce o tala para mejorar la calidad de la madera. Son bosques con muchos árboles y de tamaño similar, de aspecto muy regular, que dificultan la llegada de la luz del sol a la superficie del suelo y, en consecuencia crecen pocos arbustos y hierbas. Por eso los llamamos bosques cerrados. Finalmente, los bosques maduros, fruto de la gestión de conservación del Parque, presentan muchos árboles de especies y edades diferentes, gran cantidad de árboles y ramas muertas en descomposición, bastantes arbustos y poca hierba. Dentro del conjunto se encuentran claros que permiten la entrada de la luz en zonas pequeñas, dando lugar a un ambiente muy heterogéneo, irregular, con microambientes diversos. Todos estos elementos, no demasiado comunes en la mayoría de bosques, son fruto de las dinámicas naturales de crecimiento, senescencia, muerte y descomposición de la madera, propias de los bosques no alterados por el hombre. El resultado más sorprendente del estudio fue que de las 92.210 hormigas identificadas, ¡más del 99% eran de la

misma especie! concretamente Formica lugubris, hecho que demuestra la gran dominancia de las hormigas rojas en estos bosques. El resto de individuos correspondía a otras 10 especies, es decir que solamente se encontraron 11 especies de hormigas. No es extraño encontrar tan pocas especies en estos ambientes tan fríos, habida cuenta de la preferencia de las hormigas por los ambientes más cálidos, hecho que provoca que el número de especies disminuya gradualmente desde lugares más calurosos a ambientes más fríos. La diferencia más destacada entre los tres tipos de bosque la encontramos en el número de hormigas, siendo mucho más elevado en los bosques explotados, tanto para pastos como para madera. En estos dos ambientes, donde hay más hormigas, la gran mayoría (alrededor del 99%) son de la especie F. Lugubris. Por contra, se encuentran muy pocos ejemplares de otras especies. Esta desproporción numérica entre los bosques intervenidos y los maduros podría ser causada por la escasez de arbustos en el sotobosque de los primeros, que facilita encontrar un sitio con luz suficiente para construir el nido; precisamente las condiciones que favorecen la existencia de muchos nidos de Formica lugubris y, por tanto, muchos más individuos. Un dato que confirma esta hipótesis es el número de montículos encontrados en cada tipo de bosque que corresponde a 202 en los usados para pasto, 129 en los bosques con explotación de madera y tan solo 1 en los maduros. En consecuencia, la abundancia de F. lugubris condiciona las especies de hormigas que podemos encontrar en la zona y sus abundancias relativas. Pero, ¿Cómo se puede explicar este efecto competitivo tan fuerte de una sola especie sobre las otras especies de la comunidad? Hay que considerar a Formica lugubris como una especie muy territorial que domina claramente ante otras especies. Se trata de una hormiga carnívora, depredadora y agresiva que ataca animales vivos con sus mandíbulas, y que se atreve hasta con animales más grandes que ellas; También transporta pequeños animales muertos hasta el nido para


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las hormigas rojas en los bosques de pino negro servir de alimento a toda la colonia. Para conseguir comida, las obreras rastrean grandes zonas siguiendo las pistas de olor que han dejado previamente otras hormigas del mismo nido. Así, se dibuja una extensa red de caminos alrededor de los montículos por donde se mueven habitualmente y donde los intrusos son capturados o expulsados. Estas pistas discurren por el suelo y por los árboles, donde las hormigas encuentran gran parte de su alimento, ya sea animales para depredar o bien la melaza que obtienen de los pulgones. Las hormigas cuidan a estos áfidos defendiéndolos de posibles depredadores utilizando, si es necesario, su potente ácido fórmico. De igual modo defienden su nido de los intrusos. Estas hormigas, defienden activamente el territorio por donde se mueven y también el alimento que en él se encuentra. Cuando el número de hormigas de un nido crece mucho, un grupo de obreras y de reinas se van hacia afuera para construir un nuevo montículo y ampliar así el territorio de caza. Pero como mantienen un vínculo familiar con el nido original de donde partieron, las obreras pueden utilizar indistintamente cualquiera de los nidos. Esta organización con diversos nidos se conoce como supercolonia, y pueden llegar a ser muy grandes en extensión y en número de obreras y de reinas: En Suiza se encontró una de las mayores supercolonias de F. lugubris, qué estaba formada por 1200 hormigueros y ocupaba una extensión de 70 hectáreas! Estas supercolonias formadas por varios nidos y muchas reinas dan lugar a una ocupación intensa del territorio. Esto, y la agresividad de los individuos, dificultan el uso del espacio por otras especies menos dominantes que solamente podrán ocupar el lugar y los recursos no utilizados por la especie dominante. Por tanto, cuando más individuos haya de la especie dominante, menos encontraremos de las otras especies. Además, la mayoría de especies que coexisten con éstas otras tan dominantes son de comportamiento tímido, subordinadas, de manera que en ningún momento representan un peligro para la hegemonía de la especie dominante. ¿Y qué pasa en los bosques maduros del interior del Parque donde hay más arbustos? El estudio del CREAF muestra como los bosques maduros presentan una comunidad de hormigas diferente de los bosques con aprovechamiento. Estos bosques, caracterizados por la abundancia de árboles, arbustos y madera muerta, presentan menos lugares

favorables para el establecimiento de túmulos de hojas y, por tanto, el número de nidos y, en consecuencia, de individuos es más reducido. Aunque en el estudio solo se ha encontrado un nido de F. lugubris en los bosques maduros, esta especie continúa siendo la más abundante, la que presenta mayor número de individuos. A pesar de todo, no ocupa la mayor parte del territorio, y deja espacio libre a otras especies. La que se encuentra más repartida por el territorio es Formica lemani. Aunque pertenece al mismo género de hormigas que F. lugubris, esta especie no forma parte del grupo de las hormigas rojas y, por tanto, tiene un comportamiento diferente. Aunque también es una hormiga depredadora de insectos y otros invertebrados y que expulsa ácido fórmico por el abdomen, no es territorial como F. lugubris y solo defiende activamente su nido. Estos son mucho más discretos, sin construir montículos, frecuentemente los ubican debajo de las piedras, rocas planas o troncos caídos. Sus colonias no son tan numerosas, aunque pueden tener más de una reina. Esto hace que, lejos de ser una hormiga dominante, sea una especie subordinada, que no desplaza a otras especies. En consecuencia, sin la dominancia de F. lugubris ni de otra especie similar, en los bosques maduros encontramos un número mayor de especies de hormigas y un aumento de la diversidad en la comunidad de estos insectos. Estos resultados son parecidos a los obtenidos en estudios realizados en el norte de Europa, donde F. lugubris es más abundante en los bosques jóvenes o fragmentados que en los maduros. Ahora bien, a diferencia de lo que pasa en los Pirineos, en los bosques maduros del norte hay otra especie de hormiga roja que domina claramente en la comunidad y que comporta que el número de especies en el bosque maduro sea inferior que en los más jóvenes. Pero conviene puntualizar que los bosques maduros del norte de Europa son bosques donde no se ha intervenido desde hace más de cien años y que las especies dominantes de allá no se han encontrado en el Parque. Quizás las comunidades de hormigas de los bosques maduros del Parque están todavía cambiando a medida que el bosque se va haciendo cada vez más maduro. Olga Boet Escarceller i Xavi Arnan Viadiu, Centre de Recerca i Aplicacions Forestals (CREAF)


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el hombre de la camisa negra ¡Trogal no está! Las fuerzas de la naturaleza que él conocía perfectamente se lo han llevado. Durro, su pueblo, respira diferente, ni mejor ni peor, diferente. Su casa está cerrada. El sonido de los copos de nieve al caer al suelo no ha sido el mismo que otros años. El agua de la primavera ha tenido un olor triste. Las hojas y las flores, que crecen con el buen tiempo, parecen no querer crecer. Los primeros rebecos que juegan en los últimos neveros lo hacen desencantados. La primavera ha sido extraña. ¡Llueve y llueve! Ha sufrido un cambio enigmático. Por eso no para de llover. La primavera añora al hombre de la camisa negra. ¡Trogal no está! Las fuerzas de la naturaleza que él conocía perfectamente se lo han llevado. El Valle de Boí, la Ribagorza, los Pirineos respiran diferente, ni mejor ni peor, diferente. El viento del Norte sopla desorientado, el fuego cruje tembloroso y el águila de las montañas vuela desorientada.

El verano será extraño. Por eso, ¡lloverá y lloverá! Sufrirá un cambio enigmático. Lloverá y lloverá. El verano añorará al hombre de la camisa negra y por eso lloverá. ¡Un rayo, después el trueno…! ¡Trogal, el guerrero, ha vuelto! Las fuerzas de la naturaleza, que el conocía perfectamente, lo han llevado de nuevo a su pueblo, a su valle, a sus montañas, a su país. Su casa continúa cerrada pero el cielo vuelve a ser azul, las aguas huelen bien y las montañas lucen los mejores bosques. Trogal ha vuelto y con él, el hombre de la camisa negra. ¡Celebrémoslo entre amigos! ¡Trogal, el guerrero, ha vuelto! Josepmaria Rispa Pifarré

En memoria de Pepito Pons Juanati (1932-2010) que trabajó en el Parque desde 1991 hasta su jubilación


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rosendo de simona,

el cartógrafo del valle de boí Tras un invierno de nevadas y temperaturas suaves, excepto una semana de intensas heladas y viento, el Valle de Boí ha empezado a vivir la primavera. Es tiempo de continuar caminando, ahora sin nieve, por los caminos que unen nuestros pueblos, por las faldas aún nevadas de las montañas. Pero lo que posiblemente no sabéis es que en casa Simona de Boí se han dibujado, por primera vez, muchos de estos caminos que hoy todos conocemos gracias a las explicaciones de nuestros abuelos pero también a los mapas, guías, folletos informativos, señalizaciones existentes. Rosendo Vila Blanch es uno de los responsables. En un tiempo donde los mapas se hacían y se continúan haciendo en las ciudades, he aquí que el maestro de las ceremonias cartográficas vivía en los Pirineos o muy cerca de ellos. ¿Tengo entendido Rosendo que no naciste en Boí? Nací en Toulouse el 21 de Noviembre de 1927 ya que mis padres trabajaban en Francia. Mi madre era de Boí y mi padre de Savallà del Comtat, un pueblo de Tarragona. Nos fuimos hacia Francia a hacer lo que hacen los inmigrantes: buscar tiempos mejores. Él era paleta y trabajaba mucho más en Francia que aquí. En invierno también estaban los abuelos de casa -los padres de mi madre- que volvían al Valle de Boí cuando llegaba la primavera. ¿Quién se quedaba aquí en Boí? En invierno casa Simona quedaba cerrada. No quedaba nadie. ¡Cerrada! ¿Cuándo vuelves? Cada año volvía a Boí. De pequeño me dejaron con una anemia y para vencerla me enviaban hacia aquí todos los veranos hasta que la curé. El clima atlántico de Toulouse no me beneficiaba, ¡demasiada humedad!. En Boí, en cambio, el oxígeno era muy bueno. ¿La ruta de Toulouse a Boí por dónde iba? Recuerdo que pasábamos desde la frontera hacia el puerto de la Bonaigua, que era la única vía que había. Un año vine con tosferina y llegando al puerto se me curó. Se ve que el

cambio de altura de Toulouse a la Bonaigua, a dos mil y pico, fue la causa. Del puerto bajábamos hacia la Pobla, por Perves al Pont de Suert y hacia Boí. ¿Cuándo dejáis Francia? En el 41 los alemanes ocuparon Francia. No había trabajo para los extranjeros y entonces mi padre decidió que volviéramos todos para aquí. Estuvimos una temporada en Boí pero tampoco había vida y mis padres se fueron entonces a Barcelona y yo me quedé con mi abuela que era muy mayor. Del 1936 al 1941 vivo y estudio en Francia, y obtengo el certificado de primeros estudios, estudiando francés… ¡¡Encore sent rapelle!! ¿Había más gente de Boí en Toulouse? ¡Sí, sí, había gente! Que yo conociera había una hermana de Enriquet de casa Rossa. ¿Qué hace un niño como tú en los años cuarenta del siglo pasado en Boí? Con catorce años, estuve un par de meses en el Colegio de Boí con el sacerdote Josep Camarasa, donde antes estaba la Casa del Parque, que nos enseñaba las primeras letras, ¡poca cosa! Era un hombre muy espabilado y recogió mucha información acerca del valle. Hizo muchas fotografías de paisajes y había editado incluso una colección. Tengo una de 1890 del pueblo de Boí, y de Caldes, hechas por excursionistas de aquella época. ¿Casa Simona era una buena casa? No, ¡pobre! Yo trabajé las fincas justas para vivir. Recoger cuatro o cinco sacos de trigo y centeno, patatas para el gasto de todo el año, unas cuantas verduras, lechugas, todo lo que hay de hortalizas. ¡Y nada más que esto! Animales no teníamos ninguno. Un cochinillo para todo el año, unos cuantos conejos y gallinas para los huevos. La vida rudimentaria de entonces. ¿Cuándo empieza a cambiar tu vida, con la llegada de las hidroeléctricas? Primero empezamos a medir los bosques de Aigüestortes,


12 Refugio de Dellui (Años 70)

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rossendo de simona, el cartógrafo del valle de boí por debajo de Caldes, el Llano de la Sallent que pertenecía a Ventosa i Calvell. Era el propietario de todas estas montañas y bosques. Se ve que lo compró al condado de Erill, al conde de Delamarre. Lo compró bastante barato, por pocas pesetas, quizá 100.000 pesetas de entonces. En 1907 este conde colocó una cruz en la cima del Comaloforno ¡que parece que aún está! Nosotros hacíamos brigadas y medíamos el grosor de los árboles con una especie de bastón con números. Unos medían, otros apuntaban en una libreta y otros, con un pincel de pintura roja, marcaban el árbol medido. Cuando los querían cortar les hacían una saneada y les ponían un número. Los leñadores los cortaban, los tiradores estiraban y los sacaban del bosque, y finalmente los almadieros los transportaban río abajo. De los primeros leñadores que vinieron al Valle de Boí me habían explicado que eran portugueses y estaban de hacía muchos años, de finales del siglo diecinueve y principios del veinte. ¿Hubo almadieros en el Valle de Boí? Según dicen, en el lago Llebreta había una presa. Le llaman la Restanca y aún están las rocas y la madera. Había una buena presa, la cerrábamos, llenaban de madera el lago y tiraban el agua hacia abajo. Pero se ve que hacían mucho daño porque arrasaban fincas al Plano y todo eso de allí y entonces lo prohibieron. Viendo que no podían quitar la madera urdieron cogerla y llevarla hacia el Portarró, por un tiradero que tenían hecho, con unas mulas y machos, pero se mataban muchas. En el barranco de Peixerani hay un lugar donde todo son piedrecillas y piedras, y según dicen, tiraban una piedra por cada tronco que subía, y según dicen otros, las tiraban por cada animal que moría. ¿Había alguien más que pudiese talar los bosques? ¡Sí! Unos cuantos de Boí hicimos una sociedad e íbamos a cortar madera. Éramos dos emprendedores, por ejemplo, Pepito de Guasch y yo, hicimos una empresa para cortar madera. No tenía ni nombre pero nos entendimos con un señor que se llamaba Baralla. Se cortaba y la estampábamos hasta los pies de los cargadores de los camiones. Esto lo hicimos durante un año, también habíamos trabajado para la Matorsa (Maderas Tor, S.A), una empresa del Pallars. ¿Como era Ventosa i Calvell? La gente de Boí no tenía un buen concepto de él. Siempre habíamos tenido problemas con la madera, porque no nos dejaba cortarla y cuando se tenían que pedir permisos, malo. Además la montaña la tenías que arrendar para subir

los animales a pastar. Se pagaba un tanto con medidas de trigo y otras cosas en especies. Cuando entró la Generalitat todo esto cambió. Ventosa no obstante fue el pionero en este valle en construir refugios en la montaña. En la ribera de Caldes, en el lago Llong… ¡Y en Dellui! Lo hizo mi padre Rosendo, hacia el año 45 o 46, pero el encargo lo recibió de la empresa que hacía las primeras prospecciones hidroeléctricas por la zona ¡que hacía estos trabajos para justificar la concesión que tenían! Lo pusieron en una sierra pero cada vez que hacía viento le levantaba toda la cubierta. Subían el cemento desde Boí con la caballería, la arena la encontraban allí y Ventura Lloan y otro de casa de la Donsa hacían las tejas. Estaba bien programado, aún guardo por casa algunos planos del refugio. También hicieron el camino tan bueno que va desde el lago Llong a Dellui. En la pleta del Pi, subiendo hacía el llano de la Sallent, también estaba previsto poner otro refugio pero finalmente no se hizo porque entró ENHER. ¿Una época de muchos proyectos por el valle, no? Había muchos proyectos que después no se hicieron, como la presa en el lago Negre; la central del pletiu del Orri, en la cola de Cavallers; otra presa en la roca de los Esguarcs de Erill –por encima de ésta habría pasado la carretera que subiría hacia Boí y Taüll. Una empresa conocida como Riegos y Fuerzas de Levante, la Aluminio, había propuesto hacer una única central hidroeléctrica. Cogerían el agua del río de Sant Martí, la llevarían hacia Aigüestortes, de allí a Cavallers donde cerrarían, y después por la vertiente de Caldes y Erill harían llegar el agua hasta la sierra de Picolano, debajo de la qual se construiría esta única central ya en el término de Barruera. ¿Es verdad que el lago Llong estuvo a punto de ser convertido en una presa? ¡Sí! y Llebreta también pero cuando hicieron las primeras prospecciones vieron que todo era un canchal. No encontraron terreno duro, había demasiadas filtraciones. Todo era una morrena del tiempo de las glaciaciones y nada de peña. Así que abandonaron el proyecto. Finalmente la empresa escogida fue la ENHER que inició a finales de los años cuarenta los primeros trabajos para la explotación hidroeléctrica de la cabecera del Valle de Boí. Durante el invierno nosotros estábamos por el pueblo y


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En la cima de Subenuix, con Joan Coromines

rossendo de simona, el cartógrafo del valle de boí cuando llegaba el verano tenías que trabajar. Y claro, venían ellos, y pagaban de 20 a 25 pesetas por día, que era mucho. Trabajabas con ellos, te llevabas la comida, te ibas a estar por las montañas, hacíamos la triangulación de toda la zona y aquí empieza mi interés por la cartografía y por los nombres de los lugares. Iba con un ingeniero italiano que se llamaba Claudio Ammirato. Dibujábamos las montañas y el perímetro de los lagos. Con una especie de barquilla de lona, nos metíamos en el lago para medir las profundidades. Me tenía como un hijo adoptivo y me llegó a decir que si iba a Roma con él me pagaba la carrera de ingeniero. ¡Él ya vio que tenía ilusión por los mapas y por dibujar! ¿Qué lagos son los más profundos? En el lago Contraix nos pasó una cosa muy curiosa. Cogimos una cuerda y en la punta pusimos una piedra; empezó a hundirse, hundirse y resultó que cuando llegó al fondo empecé a tirar para arriba y no subía, y cuanto más tiraba más se hundía la barca. La presión a 60 metros de profundidad era de 6Kg así que cambiamos la piedra por un objeto redondo para que fuese más fácil medir la profundidad. Y finalmente llegamos a 72 metros de profundidad, un poco más allá de donde habíamos hecho la primera medición, en medio del lago. El Bergús también era muy profundo, me parece que 47 metros, el Nere y los Monges cuarenta y pico, el Travessani, el Gémena de arriba, el Negre, el Pessó y el lago Gelat de Dalt (o Tumeneia), más de treinta.

¿Y los menos profundos? En Llebreta encontramos 7 metros. En Sarradé y Llong, 16; en el Redó, 17. Todas estas profundidades las podéis encontrar en el mapa de la Alpina del Valle de Boí de la edición del año 1980. El primer mapa del Valle de Boí salió mucho antes, a principios de los años sesenta. El primer trabajo que haces con ENHER es… ¡Cargar con las miras! Seguir la montaña con los ingenieros, triangular, poniendo vértices por aquí y por allá. Hicimos unos mapas no muy bonitos pero muy efectivos. En la web del Instituto Cartográfico de Catalunya (www.icc.cat) se pueden consultar estos primeros mapas del valle. ¿Cuándo empiezas a interesarte por la cartografía? Mi ilusión por la cartografía empieza en el año 1943. Mucho o poco siempre había sido aficionado a los mapas. En el valle de Boí había unos equipos de FECSA y en verano acompañaba a los ingenieros para hacer los primeros mapas de la montaña. Llevaba la mira, los puntos de referencia, subíamos a los picos para triangular. ¡Era el único sueldo que entraba en casa! Después vino ENHER y ayudábamos también en todo el asunto de los saltos de agua. Ahora bien, era un hobby y siempre lo fue. ¿El contacto con la Editorial Alpina como se produce? Una vez hablé con el Dr. Salvador Llobet, un gran geógrafo, y me pidió hacer un mapa de esta región. Le hice un cro-


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rossendo de simona, el cartógrafo del valle de boí quis y lo aceptó. Entonces me envió un mapa con curvas de desnivel y empecé a hacerlo de nuevo. Este mapa se llamaría Montarto, ¡el primero que hice! Lo hacía sobre papel vegetal con una pluma pequeña y tinta china ya que aún no había papel de poliéster ni rotrings. Para cambiar la escala utilizaba cuadrículas. Después salió el mapa titulado Ribagorça, Pont de Suert, Montseny y así hasta 16 mapas que son los que he hecho con la Alpina. ¡Un mapa de aquí, un mapa de allá! Hacía fotografías y estereoscópicamente identificaba el terreno. Con las fotografías se pueden saber las alturas muy bien a partir de las distancias, los ángulos de los desniveles, las sombras. ¿Cómo se hacía un mapa? Primero teníamos los mapas del Instituto Geográfico Nacional con unos errores fenomenales. Corregíamos lo que podíamos. Después miramos los mapas del vuelo americano y eran un poco más precisos pero estaban llenos de errores. Por ejemplo, el pico de Peguera marcaba 2.942 metros y la altura verdadera era 2.982. ¡Había cuarenta metros de diferencia, se tenía que corregir! ¡Las fotografías aéreas también me ayudaron mucho! ¿Pero el proceso de elaboración como iba? Necesitaba cinco planchas de poliéster de 60X70. En la primera ponía las curvas de nivel que era lo que más costaba; en la segunda, los lagos, los ríos, las fuentes; en la tercera los pueblos, las carreteras; en la otra, los límites municipales, comarcales, provinciales; y la última para la toponimia. Cinco hojas superpuestas nos daban el mapa completo. Cuando lo comparábamos con el mapa del ejército salían, como he dicho antes, muchos errores. Una vez, por un mapa del Turbón, me peleé con los de la Alpina porque no habían corregido los errores que había encontrado. Yo seguía el terreno y encontraba las equivocaciones. ¡Se tiene que poner tal como es! No obstante, hoy en día todo esto de hacerlo a mano, a lo arcaico, se ha terminado.¡Todo se hace digitalmente! ¿Cómo recogías la toponimia? Ir recorriendo el terreno y preguntando nombres a la gente. Entrábamos en un pueblo y esta montaña como se llama, el

barranco, la sierra…A veces me decían dos nombres diferentes para un mismo lugar y entonces lo tenía que preguntar a otros. Me habían llegado a preguntar si era de Hacienda. ¡No se fiaban mucho! Una vez hecho el mapa con los topónimos esenciales se tenían que redactar las excursiones, el grado de dificultad, como estaban las pistas y las carreteras. Mi hijo Joan ha colaborado mucho conmigo. ¡Por estas montañas uno solo no puede ir! Este topónimo del Pla de la Cabana dicen que es moderno, que antes no se llamaba así sino Llubriqueto. Pues mi padre lo decía. También mi abuelo y a los lagos Gémena les llamaba Sant Gémena. Sallent le llamaba a la cascada que hay encima de Caldes y cascada de Llebriqueto a la que cae del lago hacia el Pla la Cabana. ¿Conociste a Joan Coromines i Vigneaux, el famoso lingüista autor de muchos estudios sobre la toponimia catalana y del valle de Boí así como del Onomasticon Cataloniae, un recopilatorio exhaustivo de más de 400.000 topónimos catalanes? ¡Sí, ya lo creo! Se quedaba en casa Cília y era delgaducho pero muy pesado, no sabía caminar bien. Lo acompañaba por los pueblos. Un año nos fuimos a quedar al lago Llong, también estaba el Dr. Pere Gabarró, ¡cenamos truchas y todos contentos! Al día siguiente al despuntar el día nos fuimos a Subenuix, que está a 2.949 metros y subiendo aún iba haciendo pero bajar se le tenía que bajar con una cuerda. ¡Tenía vértigo! No obstante le pudimos hacer llegar al pico y fue el más alto que había hecho. Él preguntaba por los nombres del país y de cada nombre sacaba una raíz, la etimología. Le dije, a este pico de Avellaners por qué le ponéis Abellers. ¡Abellers es una comarca del otro lado, de Senet! No tiene nada que ver. A mi parecer creo que el topónimo Avellaner viene de que el pico tiene la misma forma que el dent avellaner (diente canino). Habló mucho con los abuelos de Escudé de Boí y Sobirada de Taüll. En cada pueblo encontraba alguien que sabía los nombres. Vino siete u ocho años. Ahora que hablamos de personajes famosos, mi abuelo me decía que se acordaba de un sacerdote que le gustaban mucho las montañas; ¡yo creo que era mosén

14 Refugio de Besiberri


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rossendo de simona, el cartógrafo del valle de boí Cinto Verdaguer! También vino otro, mosén, Jaume Oliveras, que subió al Aneto. Yo lo he hecho tres veces. Ese es un territorio muy diferente; llegando arriba notas que el aire está más enrarecido. ¡Es 400 metros más alto que el Comaloforno! Por cierto, en una libreta tengo todos los picos a los que he ascendido. Con el camino de Comaloforno tienes una anécdota... Sí, para subir al pico había un camino por los lagos Gémena y otro por Riumalo. Pero desde la presa de Cavallers había otro por el que recortabas 2 horas pero por un paso un poco malo y que la gente no sabía encontrar. Un día bajaron unos señores y se perdieron. Hicieron una queja a la Editorial Alpina donde decía que este paso no existía pero ahora hace años que está señalizado y todo el mundo lo conoce. ¡Es el paso del Osso! ¿Cómo es tu relación con la montaña? Me gustaba mucho. Había subido a casi todos los picos de la zona. En verano haciendo de guía turístico acompañaba a mucha gente. Me iba perfeccionando haciendo mapas, fotografías y observando el terreno. ¡Cuando no trabajabas, que hacías? Los días de fiesta íbamos a pescar. Las mejores truchas, quiero decir, las más sabrosas, eran las de Aigüestortes, Dellui, Pla de la Cabana, Llebriqueto. Yo creo además, que las truchas del Pessó y Dellui las trajeron de Cabdella. Había un tal Còfia de Espui y yo recuerdo que a estos dos lagos ellos venían a pescar con una barca de madera que tenían escondida, pero nosotros subíamos y les deshacíamos los troncos. Nosotros no íbamos a vender las truchas a Francia; eran para consumo del valle de Boí, para vender en Pont, y en verano, en Caldes. En cambio los de Cabdella saltaban por el collado de Gavatxos, hacia el puerto de Colomès y hacia Francia. Las llevaban con unos canastos 25-30 Kg., llenos de ortigas para que así se conservaran mejor durante el viaje. ¿Tú has repoblado algún lago? ¡Sí, con Agustí de Pedro! Las lagunas de Dellui, Cometes d’Amitges. A este último subimos 7 truchas del Llong. Las pescamos con cañas y con un cubo las subimos para arriba. También pescábamos truchas vivas por la Farga, donde tenían una pecera muy grande para recreación del turista. En Cometes d’Amitges una vez pescamos una que pesaba 1Kg, la llevamos viva y la pusieron en la pecera. Y cuando iban a mirar las truchas veían que iban disminuyendo. ¡Era la grande que se las comía todas! ¿Qué otros peces recuerdas? Vinieron desde Francia peces pequeños. Con un poco de semilla lo repoblaron todo. ¡Todos los lagos están llenos! En Sarradé, en cambio, se hacían esas truchas de la cabeza grande, ya que es un lago muy prolífico. Si hay muchas tru-

chas no hay suficiente comida, van creciendo y como no comen suficiente se quedan con la cabeza muy grande y el cuerpo pequeño. ¡Pero tienen un gusto raro! Cada lago tiene su gusto y color propio. La trucha más bonita era la del lago Xic que está debajo de Travessani. Hay una trucha muy bonita con unas manchitas rojas, blancas y azules. ¡Muy bonita! En Contraix, en cambio, no pueden vivir debido a que hay mucha presión. ¿Aún vas a pescar? Desde 1995 no he cogido ninguna trucha más. He pescado toda la vida, cazar no. Si quieres te puedo decir todas las truchas que he pescado. Yo he sido un depredador, ahora bien, siempre con caña. Des del año 1945 hasta el 1994 había contabilizado 41.366 truchas que pesaban 3.108 quilos. El mejor año fue el 1948; fue el primer año de la cucharilla y me compré una caña de carrete con la que pesqué 6.885 truchas que pesaron 424 quilos. La más grande que he pescado pesaba 3 quilos en el lago Gémena y en un día he llegado a pescar 142 truchas con caña. Todo lo tengo apuntado en este dietario. Hablando de otros bichos, he escuchado hablar de un encuentro cara a cara de un familiar tuyo con un oso… ¡Mi abuelo, Josep Blanch! ¡Él encontró un oso! Dicen que tuvo que subir a un árbol con un osezno en las manos pero lo encuentro muy raro. Dicen que la osa no se marchó hasta que le devolvió la cría. No acabo de estar convencido. Lo que yo se es que estaba haciendo de vaquero en Espot y mientras bebía en una fuente le pasó un oso por encima y se fue. ¡Esto lo explicaba él! Un par de hijos de mi abuelo nacieron en Espot en la casa donde estaban de alquiler. ¿De lobos sabes alguna? Antes también había lobos por aquí. La juventud de Boí cogía un cuerno y se iban encima de un montículo y aullaban porque así conseguían que se acercaran los lobos. La gente se escondía en las casas y los veían pasar por las calles. ¡Qué gran cosa! El peligro de estos animales estaba en la montaña donde había cercados para evitar que atacasen a los animales. Me acuerdo que iban donde había yeguas, éstas se ponían a sus potros en medio, ellas de culo y ¡venga a cocear! También había escuchado decir que, cuando iban a Pont, para protegerse de los lobos, cogían una faja, se la desataban y la dejaban arrastrar y esto detenía a los lobos. ¡Eso decían! Excepto el lobo y el oso los otros animales no daban miedo ¿Y de las víboras? Las víboras tenían la misma fama que ahora; cuando se veía una, a matarla enseguida. Y si era una serpiente y la podían coger era buena para hacer remedios, para las gripes y todo eso. Hacían un caldo y lo ponían en la comida. Por


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rossendo de simona, el cartógrafo del valle de boí ejemplo, para proteger a una persona recogían un poco de piel seca de víbora y la guardaban en la cartera ¿Cuál es el animal que más te sorprende de tu territorio? El sarrio. Así como ahora hay corzos y ciervos antes tan solo había sarrios. Te explicaré una historia que me pasó. Nos juntamos unos cuantos y fuimos a pescar pero uno de ellos tenía un mosquetón del ejército. Llegamos a Llebreta y en las piedras donde daban sal al ganado había muchísimos sarrios. ¡Cargamos el mosquetón y pam!, Agustí de Pedro mata uno. Al ruido del tiro el resto se escaparon y al lado de la cascadita que hay llegando al barranco de Copiello, aún nos dio tiempo de sacar el cartucho vacío con una baqueta, meter otro y ¡bum! Cae otro. Lo fuimos a buscar y los llevamos hasta Llebreta, donde aún no estaba la pista. En el momento de destriparlo, ese sarrio que pensábamos que estaba muerto, resucita y saltando se mete en el lago. Yo rápido me puse al otro lado del río, cara a cara con el sarrio, y al verme allí vuelve hacia el medio. Estuvo un rato nadando dando vueltas al lago y cuando vio que no podía salir, metió la cabeza en el agua y se ahogó. El trabajo fue entonces sacarlo del fondo del lago. Ahí mismo estaba la cabaña del Magre, cerca de donde hoy está el paso canadiense. Cogimos las cuatro vigas que había y recogimos al sarrio. Y de paso aprovechamos para pescar des del medio del lago y venga a tirar la caña y venga a sacar truchas. ¡Eran otros tiempos! ¿Hablando de Llebreta, cuándo se construyó el famoso chalet que hay? Aún no había llegado la ENHER ni era Parque Nacional. Los del Magre se vendieron la finca y se hicieron el chalet los andorranos. Pero tengo entendido que hace poco lo vendieron a otro. ¡Es raro que no lo compre el Parque Nacional! ¿Qué sabes de la ermita de Sant Nicolau, se subía en romería? Antes, antes se hizo y se perdió hasta que llegó un sacerdote muy emprendedor, mosén Llorens, que más tarde se

marchó a Puigcerdà, este empezó a movilizarlo todo de nuevo. Entonces cada año, cada año se hacía la romería. La ermita no estaba en ruinas, se aguantaba bastante bien. Se rehabilitó un poco el tejado y ahora no hace mucho el Parque la arregló. ¡Se va conservando! Mosén Llorens hizo también la fuente del Treio, siempre quería hacer cosas. ¿Quién abrió la pista que sube a Aigüestortes? La ENHER con trabajadores contratados por la empresa, gente de Boí, del valle y de fuera. No es verdad que vinieran presos de guerra. Estaba programado hacerla tan solo hasta Aigüestortes, pero a un tal señor Pedregosa se le ocurrió ir a pié hasta el Portarró para conocer el territorio y cuando llegaron vieron que la pista que venía de Espot llegaba hasta arriba. Vuelven a bajar al galope e hicieron venir a muchísimos obreros, mil y pico, y en pocos días hicieron la pista de Aigüestortes hasta el Portarró. Se ve que los del otro lado ya sabían de la famosa visita en la que Franco finalmente cruzó el Portarró, pero los de Hidroeléctrica de Catalunya no dijeron nada a los de ENHER. ¡Suerte que lo descubrieron! ¿Conociste a Franco? Recuerdo que por esos años subía de vez en cuando y yo le había acompañado un par de veces a pescar. Una vez le preguntaron al señor Victoriano Muñoz, el ingeniero de la Empresa, como podían hacer para que Franco pescase. Una vez con Manuel Díaz de la Cabana lo acompañamos a pescar al lago Llong y no pescaba nada. Llamó a uno de nosotros y con esa vocecilla un tanto extraña que tenía nos preguntó porque no picaban. Es que hoy está el día muy claro, su excelencia, y con tanto sol no pican; al atardecer con mosquito seria mejor, le contestamos. Y el dice… ¿no será que aquí hay muchos pescadores? Y contestamos... Sí, ¡eso también lo hace!! Todos reímos. Lo probó otra vez en Llebreta, con su acompañante, con todas las montañas llenas de civiles, y cogió una y pequeña. Todos acabaron comiendo en el llano de Aigüestortes. Aún estaba la capilla de Sant Esperit. Todo aquello estaba


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rossendo de simona, el cartógrafo del valle de boí lleno de mesas suyas, había capitanes, generales, autoridades y todo eso, y se pusieron a comer y nosotros mirando. Finalmente pasó un brigada de su guardia por donde estábamos y le dijimos… ¡bueno, nosotros hemos llegado hasta aquí pero nadie nos da de comer! Un momentito, nos contestó y se va detrás de la capilla. Nos llama y nos hace pasar a todos hacia allí. ¡Comimos como reyes! Acabó la visita, Franco se fue y la señora Paquita de la Farga mandó recoger la vajilla a una brigada de avileños que había. Empezaron a coger copitas y más copitas, y venga a beber lo que había sobrado y cogieron una borrachera que toda la vajilla quedó destrozada ¿Los nidos de ametralladora que hay en la Ribera de Sant Nicolau, subiendo hacia Aigüestortes, de donde salen? Lo hizo el ejército de Franco. Todo el Pirineo está lleno de esto. Ellos pensaban que una vez que los americanos ganarán la segunda guerra mundial invadirían España y fortificaron todo el Pirineo. Hay aquí, en Toirigo, en Sarrado; ¡por la vertiente de Senet está lleno! Tan pronto como los acabaron se fueron de nuevo. No recuerdo ver nunca ninguna actividad militar. Estaban muy mal montados. Miran a una dirección pero no tienen protección ya que pueden ser atacados por arriba y matar a los que hay dentro. Los de encima de Toirigo de Cília estaban mejor. Siempre van de dos en dos, para protegerse entre ellos. En Sarrado, donde solo hay uno, querían construir otro, en la Peguera, pero no se hizo. Eso debía ser por el año 1943-44. En el lago Llong y pasado el barranco de Peixerani dicen que se construyeron también refugios para los carabineros; aún se ven los cimientos. ¿Y la cabaña del Portarró? La cabaña la hizo ICONA un poco más arriba del Llong, por encima de Peixerani, por donde pasa el viejo camino hacia Espot.

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¿Cuáles son las montañas y los lagos más bonitos del Valle de Boí? El valle más bonito y salvaje es la zona de Caldes. Todo aquello del lago Negre, Travessani es muy salvaje porque no hay pinos. La zona del Llong también es muy bonita, lago Redó y los lagos de Dellui. Picos los he subido casi todos pero el que más me hizo sufrir fue la Punta Harlé o la cabecera de la Pala de Riumalo, todo eso de allí arriba, ya que tiene una cresta un tanto dificultosa. El Pa de Sucre y el Besiberri norte también me hicieron sufrir un poquito. Tienen pasos un poco malos. Una vez, haciendo de guía, bajábamos de Comaloforno - lo he subido unas siete u ocho veces- y nos enganchó una tormenta. Llegamos a un nevero por encima del lago Gelat de Comaloforno. Por cierto aquí había un nevero grande. Recuerdo que en el 44-45 pasamos por unas grietas en el glaciar que tenían casi un par de metros de profundidad. ¡Y todo esto ha desaparecido, ha cambiado! Por la zona del lago Gémena, en la canal, también había un pequeño glaciar. Volviendo al día de la tormenta y al nevero de Comaloforno, decidimos que nos estaríamos quietos encima de la nieve ya que es aislante mientras dejábamos pasar la tormenta y, por precaución, los piolets los tiramos un poco a lo lejos. ¡Si te pones en la roca es muy peligroso! Además de ser guía de montaña también fuiste guarda de refugio… Sí, hacia finales de los sesenta me encargaba del mantenimiento del refugio de Besiberri. Lo construyeron los de la Federación Excursionista Española, aún no existía la catalana. Ellos se empecinaron en hacerlo allí arriba en la collada, eso que nosotros les decíamos que se debería hacer aquí abajo, donde está el laguito pequeño de Malavesina porque así tendrían agua. ¡Y que no, que allí arriba será el refugio más alto de todo el Pirineo! Con un helicóptero


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rossendo de simona, el cartógrafo del valle de boí hicieron la base y trajeron el material; se construyó enseguida porque todo era chapa. Dentro había una especie de armario con reservas de comida y dos bombonas de gas y cada año subía para cambiarlas y dejaba chocolate, leche en polvo y otras cosas. Después ya pasó a manos de la Federación Excursionista de Cataluña, había poco dinero y se fue perdiendo todo. Una vez les pedí que a la entrada del refugio pusieran una chapa de aluminio en el suelo para evitar que los zapatos con hierro echaran a perder la madera y el día que subí a ponerla expresamente tronaba. Estaba trabajando, trabajando, trabajando y se escucha un trueno… ¡bum! Pasó el rayo por encima de mí y cayó 50 metros abajo matando a 5 o 6 ovejas. Cerré la puerta y me quedé dentro. ¡Volví a nacer! Es mal terreno, los días que hay truenos escuchas que las piedras, como aquel que dice, crujen. ¡No es un buen sitio para estar un día de tormenta! ¿Por dónde llega el mal tiempo al Valle de Boí? Aquí siempre dicen... ¡agua de Catalunya, agua segura! Si viene de Rus, el viento siempre es mediterráneo y si viene del puerto, de norte, ¡mal asunto! ¡Si viene de Aragón, agua no! Si viene de abajo, agua segura también. ¿Conoces otros dichos? ¡Claro! En Boí dicen “¡dels feixants en fan lo vi!”; en Taüll, “de la merda en fan el bull! En Boí nos llaman cremarucs –quemaburros– y yo creo que es porque antes todas las casas tenían un burrito o una burrita. Eran animales muy valientes para llevar el estiércol y otras cargas. Las casas adineradas tenían machos pero las casas pobres tenían burro. ¿Conoces muy bien los Pirineos? Todo no pero he andado mucho por los valles de la provincia de Lleida, Huesca y Navarra. Por Roncesvalles estuve una semana recogiendo nombres con Coromines, mirando los caminos, las pistas. En la vertiente francesa no tengo nada conocido y eso que nací allí. Cuando iba a la escuela

a Toulouse si que nos llevaban de excursión a Montpelier, Tarbes, Banhères de Luishon. El sistema de enseñaza francés era muy bueno. Una y primera, era obligatorio para todo el mundo ir a la escuela; si te encontraban en la calle te cogían y te llevaban a la policía, iban a buscar a los padres y ¡multa que te crío! Te pagaban la escuela, la ropa, los zapatos y, si no podías pagártelo, también la comida. Entre 1958 y 1974 trabajó como operador en la central de Caldes e iba primero a pie, después en bicicleta, más tarde en moto y por último en coche. Se fue a Barcelona a trabajar hasta el 1986. Se jubiló con 59 años y volvió a Boí. Ahora tiene 83 y si no fuese porque hace más de cuarenta le cayó una caja de tornillos, rompiéndole la tibia y el peroné, saldría más a caminar y a practicar su gran pasión: ¡pescar truchas! ¿Qué piensa hoy en día del Parque? Suerte hemos tenido del Parque porque pienso que la electricidad nos ha fallado en el valle. Esto del automatismo ha hecho mucho daño al territorio. Muchas casas vivían de la Empresa. En la central de Caldes éramos dieciséis familias, en la de Boí trece o catorce, en Llesp doce. ¡No puede ser que sea automatizado! Decían entonces ¡mira ya lo es! Hoy en día aquí tenemos cuatro cosas muy buenas: las pistas de esquí, el románico, las aguas termales y el Parque. ¡Cuando vas a Aigüestortes es un continuo ver gente arriba y abajo! Siempre he visto gente pasear por arriba. Primero se subía caminando y con caballerías por los caminos que había. Más tarde ENHER hizo la pista pero después estuvo mucho tiempo abandonado. ¿Para acabar, como definirías el Valle de Boí en pocas palabras? Un valle tranquilo que ha revivido gracias al Parque y un lugar agradable para vivir. Por muchos años, Rosendo! Josepmaria Rispa Pifarré


19noticiario boletín del parc nacional d’aigüestortes i estany de sant maurici

El bus del Parque El Parque Nacional, conjuntamente con el Departamento de Política Territorial y Obras Públicas, ha puesto en funcionamiento un nuevo servicio de transporte público en autobús entre los pueblos de Boí (Alta Ribagorça) y Espot (Pallars Sobirà) pasando por el Valle de Aran. Este primer año habrá dos trayectos diarios de ida y vuelta durante el período de verano, del 21 de junio al 30 de septiembre.

Habrá también la posibilidad de salir de Sort con el primer bus de la mañana y llegar con el último de la tarde. El objetivo de este servicio es facilitar y mejorar la movilidad de los visitantes del Parque Nacional, en la realización de excursiones y travesías así como la de los habitantes de los diferentes pueblos de las comarcas por donde pasa que dispondrán de un nuevo servicio de enlace entre estas tres comarcas del entorno del Parque.

horarios Pla de l’Ermita-Taüll-Vielha-Esterri d’Àneu-Espot-Sort 09.00 09.05 09.10 09.15 09.20 09.35 09.45 10.00 10.12 10.25 10.29 10.35 10.38 10.48 11.08 11.15 11.40 11.45 11.50 11.57 12.09

17.30 17.35 17.40 17.45 17.50 18.05 18.15 18.30 18.42 18.55 18.59 19.05 19.08 19.18 19.38 19.45 20.10 20.15 20.20 20.27 20.39 21.01 21.08 21.18 21.24

Pla de l’Ermita Taüll Boí Cruce con Erill la Vall Barruera El Pont de Suert Vilaller Cruce con Senet Aparcamiento de Conangles Vielha Escunhau Arties Salardú Baqueira El Port de la Bonaigua Aparcamiento de Gerber València d’Àneu Esterri d’Àneu La Guingueta Cruce con Espot Espot Escaló Llavorsí Rialp Sort

* Circula diariamente del 21 de junio al 30 de septiembre

12.24 12.19 12.14 12.09 12.04 11.49 11.39 11.24 11.12 10.59 10.55 10.49 10.46 10.36 10.16 10.09 09.44 09.39 09.34 09.27 09.15 08.53 08.46 08.36 08.30

20.39 20.34 20.29 20.24 20.19 20.04 19.54 19.39 19.27 19.14 19.10 19.04 19.01 18.51 18.31 18.24 17.59 17.54 17.49 17.42 17.30


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noticiario Nueva especie de abeja Cada año, cuando llega la primavera, en lugares situados cerca de los cursos de agua, es fácil que nos sorprenda una gran cantidad de abejas volando a la altura de nuestros pies y que salen de pequeños agujeros que hay en el suelo. Después del estudio inicial de algunos ejemplares hemos llegado a la conclusión que podrían ser abejas minadoras de la familia de las Andrenidae. A diferencia de las avispas, son peludas, cosa que les permite transportar el polen con facilidad. Se alimentan de néctar y hacen nidos excavándolos en el suelo. A pesar de esto no son coloniales y cada abeja tiene su nido. No hacen miel pero los huevos que ponen en los túneles que excavan los hacen sobre una bola de néctar y polen que servirá de alimento a las larvas. La larva rompe el huevo, se come la reserva y realiza la pupación, de donde saldrán los adultos que vemos volar cada primavera. Consultado el listado de especies del Parque no hemos encontrado esta especie de abeja a la cual, por tanto, damos la bienvenida en el marco del año de la biodiversidad. Lavabos para discapacitados Después de la renovación de la caseta de información de la Palanca de la Molina, este año se ha instalado un nuevo módulo de lavabo adaptado para personas con movilidad reducida. Esta actuación se añade a las del aparcamiento de Cavallers (sector occidental), Estany de Sant Maurici, Prat de Pierró (sector oriental), Baños de Tredós y Valarties (sector aranés). Ahora solamente falta mejorar la atención a los visitantes del planell d’Aigüestortes donde ya se ha estado estudiando la ubicación de un nuevo módulo de lavabos. Noches de murciélagos en Senet El centro de información de Senet inicia este verano una novedad en los itinerarios interpretativos del Parque. Fruto de los últimos descubrimientos sobre murciélagos en la zona, se realizarán dos itinerarios de atardecer dirigidos al público en general para difundir la vida y costumbres de estos seres tan desconocidos para algunos de nosotros. A la vez, mediante detectores de ultrasonidos, descubriremos los diferentes sonidos que emiten cuando salen de caza, cerca de los lagos, poco después de la puesta de sol. Primer territorio de quebrantahuesos en el interior del

Parque Por primera vez, que se sepa, una pareja de quebrantahuesos ha hecho nido en el interior del Parque Nacional estricto, cerca del Estany de Sant Maurici. Desde que se encontró a la pareja, a principios de diciembre del año pasado, se ha hecho un seguimiento periódico. En el momento de escribir estas líneas un nuevo pollo ya se está preparando para emprender el vuelo. El pasado 25 de mayo, con motivo de la Semana de Biodiversidad, subimos a ver el nido, desde lejos, con los alumnos de 4º de ESO del Instituto de Esterri de Àneu y fue una experiencia maravillosa. ¡Aran nos visita! El Parque Nacional durante los últimos años está trabajando con fuerza para dar a conocer los valores naturales y culturales presentes en el territorio protegido. En esta línea, durante la primavera hemos invitado a 40 niños y profesores del CEIP Garona con motivo de la celebración del Día Europeo de los Parques. Con todos paseamos y descubrimos nuevos rincones del Parque mientras estudiábamos las diferentes formas de vida adaptadas a la alta montaña pirenaica. Por último a finales del mes de junio se hizo una charla en el Valle de Aran, orientada a los hoteles y restaurantes de la zona, para dar a conocer mejor el funcionamiento del Parque, los accesos principales y los principales servicios (taxis, servicio de guías, refugios...) Información meteorológica y nuevas tecnologías en los refugios guardados La información meteorológica en zonas de montaña es cada vez más necesaria por el incremento de actividades y por los riesgos que acompañan algunos fenómenos meteorológicos. El Servicio Meteorológico de Catalunya consideró los refugios guardados de montaña como lugar idóneo para transmitir esta información (predicciones meteorológicas, avisos de situación meteorológica de riesgo y boletín de peligro de aludes) mediante un sistema de comunicación moderno y robusto que permita ponerse al día como en otros refugios europeos y del mundo, y que a la vez sirva para la seguridad de los usuarios. Este sistema es la banda ancha de internet por satélite. A pesar que algunos refugios ya disponían de esta conexión, se ha aprovechado el pro-

20 Andrenidae

Valle de Monestero


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CEIP Ribagorçana en la ribera de Llacs

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noticiario yecto “Catalunya Connecta” de la Generalitat de Catalunya, y los refugios sin conexión a internet se han incluido en un convenio entre el Servicio Meteorológico de Catalunya, la Secretaria de Telecomunicaciones y Sociedad de la Información y el Centro de Telecomunica-ciones y Tecnologías de la Información para hacerles llegar internet por satélite. Los primeros refugios en que se ha hecho alguna actuación son los situados en el Parque Nacional d’Aigüestortes i Estany de Sant Maurici, y en el Valle de Aran. Desde el mes de mayo se están instalando los equipamientos necesarios para que este verano todos los refugios de esta área dispongan de la información meteorológica. ¡Junior ranger en marxa! El programa europeo Junior Ranger está coordinado por la Federación EUROPARC y se desarrolla en numerosos países de la Unión Europea, algunos de ellos con programas con más de 10 años de experiencia. El pasado mes de mayo el Parque Nacional lo presentó en el IES del Pont de Suert con el objetivo de incentivar a los jóvenes de la Alta Ribagorça a vincularse en las tareas ambientales y de conservación que se desarrollan en este espacio protegido. Los 11 jóvenes participantes iniciaran las actividades este mes de julio hasta finales de año. El genoma de los lagos Científicos del Centro de Estudios Avanzados de BlanesCSIC, del Centro de Investigación de Alta Montaña-UB y del Craig Venter Institute han colaborado para secuenciar masivamente el ADN del Estanh Redon dentro de la campaña mundial de prospección genómica de los mares y estanys del mundo. Se han recogido cerca de 100.000 millones de microorganismos que han sido enviados al laboratorio que tiene el Venter Institute en San Diego (California), para la secuenciación de los genes y el posterior tratamiento bioinformático que se realizará en colaboración entre el CEAB y el instituto estadounidense.

Camino de Colomèrs Durante esta primavera se ha arreglado el camino que va hacia el refugio de Colomèrs desde el cruce de la pista que sube desde los Baños de Tredós. La actuación se ha originado a raíz del seguimiento de los indicadores de uso público intenso que hacemos anualmente y ha consistido en la mejora del trazado del camino y de la señalización; la eliminación de los numerosos atajos y falsos caminos que se habían ido generando los últimos años; la construcción de 180 metros de pasarela flotante de madera así como de dos puentes más para facilitar el cruce de algunos barrancos. Una vez acabadas las obras en Colomèrs se han iniciado actuaciones en el camino que asciende al vecino valle de Valarties, hacia el refugio de Restanca. Estas dos actuaciones mejorarán, por tanto, los caminos que más de 20.000 visitantes utilizan cada año cuando visitan la zona periférica aranesa del Parque. Terceras jornadas de Parques Bellver de Cerdanya y el Parque Natural del Cadí-Moixeró acogieron los días 27 y 28 de mayo una nueva edición de las Jornadas de Parques que contaron con cerca de un centenar de asistentes de los diferentes espacios naturales protegidos de Catalunya. Ponencias sobre ámbitos tan diversos como la conservación, el uso público o la dinamización socioeconómica de las Medes, Cap de Creus, Alt Pirineu, la Garrotxa, l’Albera, els Aiguamolls de l’Empordà, Poblet, Montsant, els Ports, Delta de l’Ebre y del propio Cadí-Moixeró fueron expuestos con entusiasmo por los participantes. Estas ponencias se complementaron con salidas por el parque natural que, juntos, nos permitieron conocer un poco más estas magníficas montañas que son las sierras del Cadí y del Moixeró. Felicidades a los compañeros del Cadí por la magnífica organización y las veladas tan agradables con las que nos entretuvieron. Si no hay cambios, el año que viene nos volveremos a encontrar en Poblet.


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conozcamos el parque

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los mixomicetes,

unos hongos que corren por el suelo El apartado de divulgación naturalística de este número nos introduce en el mundo de lo minúsculo, poco aparente y que, habitualmente, pasa desapercibido a ojos de las personas que buscan los paisajes impresionantes, las flores más espectaculares, el vuelo majestuoso de las grandes rapaces... Los dos protagonistas que hemos escogido esta vez, caben tan anchos en una caja de cerillas, ¡Y aún sobraría espacio! Todo el mundo tiene claras las diferencias entre una planta, un animal o un hongo. Pero cuando nos sentamos en el suelo y acercamos los ojos hacia las cosas más pequeñas, estas diferencias son menos evidentes y nos asaltan las dudas. Los mixomicetes u hongos ameboides son unos seres difíciles de clasificar. Sus cuerpos fructíferos son como unas setas minúsculas de donde salen esporas, hecho que los relaciona con los hongos. Pero en algunas fases de su vida son móviles y depredadores, cosa que los acerca a los animales. Aquí los científicos tienen un problema, en su afán de ir colocando cada cosa en su sitio, cada cosa en su cajita. Aunque por su organización interna los tendríamos que clasificar dentro del reino de los protistas (que incluye a los seres unicelulares con núcleo y donde encontramos a los protozoos, como las amebas o los paramecios que habíamos estudiado en la escuela), la mayoría de estudios que se hacen, acerca de los mixomicetes provienen de investigadores relacionados con la micología (la ciencia que estudia los hongos). La vida de un mixomicete, de manera simplificada, comienza con la germinación de una espora. A partir de ahí, con el tiempo, se originará una masa protoplasmática, con aspecto de moco, formada por la unión de muchas células, con muchos núcleos en su interior que se van dividiendo, aunque se mantiene como una única masa, sin divisiones internas. Estas estructuras, unicelulares pero polinucleadas, se llaman plasmodios y se mueven muy lentamente, reptando sobre el sustrato, a la búsqueda de alimento. Los plasmodios se alimentan gracias a un proceso llamado

fagocitosis: capturando el alimento mediante expansiones de su propio cuerpo que rodean y absorben bacterias, levaduras, trozos de hongos, algas microscópicas, líquenes o incluso esporas y amebas de otros mixomicetes (es decir, todo bicho viviente que tenga el tamaño adecuado). Este estado ameboidal es la fase de mayor duración en su ciclo vital. Antes de fructificar, el plasmodio maduro suele dirigirse a un lugar dominante y menos húmedo, que ya no tiene relación con su nutrición. Así, lentamente, se encarama a un tronco, a una pequeña rama o a una hoja seca, ¡toda una aventura para un ser ameboidal que mide pocos centímetros! Una vez allí se va diferenciando en porciones granulares de protoplasma que poco a poco irán tomando forma y consistencia formando los esporangios, pequeños cuerpos fructíferos, efímeros pero de gran belleza. Los de la foto son del género Diderma y pertenecen a un grupo de mixomicetes muy particulares por su ecología: Son mixomicetes ligados a ambientes fríos y con presencia de nieve. La fase ameboide vive debajo de la nieve y los cuerpos fructíferos aparecen de forma relativamente frecuente en muchos prados del Parque, a los pocos días de que se funda la nieve, sobre hojas secas, hojas de pino u otros restos vegetales. Los micólogos estudian a los mixomicetes sobretodo gracias a estas setas minúsculas. La función de los mixomicetes en la naturaleza debe de ser bastante importante para el control de las poblaciones bacterianas y la regulación de la descomposición de la materia orgánica. Así que, la próxima ocasión que salgan a pasear por el campo, les invitamos a mirar de vez en cuando al suelo, a buscar entre la hojarasca, en las ramas muertas que hay tiradas por el suelo, a reseguir todos los rincones, a no quedarse solamente con la foto del paisaje más general… Así quizás descubrirán algunos de estos pequeños habitantes escondidos del Parque. Gerard Giménez Pérez


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conozcamos el parque

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fauna la hormiga roja de la madera,

uno de los habitantes más abundantes del parque En los 27 números del Portarró que se han ido publicando desde el año 96 hemos presentado muchas especies de la fauna del Parque: concretamente, doce especies de pájaros, siete mamíferos, dos anfibios, dos reptiles, un pez... y sólo dos representantes del mundo de los invertebrados: un molusco y un único insecto. Además, de los más de 40 artículos de fondo que se han escrito en todos estos años, sólo dos hablaron de insectos... Es curioso, dado que el 75% de las especies del mundo, conocidas por el hombre, pertenecen a este grupo. De cara a los visitantes, los insectos que presentan uno mayor atractivo son las mariposas (que ya tuvieron su momento de gloria en el Portarró núm.20), con la elegancia de su vuelo y sus colores vistosos que compiten con las flores que visitan para alimentarse. Pero en este Portarró queremos presentaros a otro insecto que tampoco pasa desapercibido. La hormiga roja tiene unos nidos muy espectaculares, formados por galerías y túneles subterráneos que conectan todas las cámaras dedicadas a funciones diferentes: el almacén de alimentos, la guardería de las pupas (las crías de hormiga) y la cámara de reproducción donde está la reina. Por encima de estos nidos, en la superficie del bosque, las hormigas construyen un montículo de hojas de pino y ramitas, a veces tan grandes como el que figuraba en el noticiario del anterior número del boletín, que ofrece protección contra el sol, la lluvia y las variaciones de la temperatura. Las hormigas son insectos sociales, como las abejas de la miel o las termitas: trabajan conjuntamente y se dividen el trabajo siempre para obtener el máximo beneficio para la comunidad. En el caso de las hormigas rojas, dentro de un hormiguero puede haber una o más reinas que, lejos de ejercer algún tipo de poder legislativo o ejecutivo dentro de la colonia, funcionan más bien como eficientes fábricas ponedoras de huevos. Su función es lo suficientemente importante como para que la vida del resto de los individuos gire a su alrededor. Las obreras se encargan de la nutrición de la reina, del cuidado de los huevos, de la recolección de alimentos, de la defensa del nido y del territorio, de las tareas de mantenimiento del hormiguero... Es un hecho sorprendente observar cómo, en estas comunidades tan numerosas y complejas, todo el mundo hace lo que tiene que hacer en cada momento, con total armonía y sin que haya nadie dando órdenes directas a diestro y siniestro. Al principio de la primavera, la reina pone huevos no fertilizados que dan lugar a los machos. Los huevos fertilizados producirán siempre hembras, que serán obreras o reinas

según la alimentación y los cuidados que se destinen. En todas las especies los machos y las hembras jóvenes tienen alas. Con un poco de suerte, paseando por el bosque un día húmedo y cálido de principios de verano, es posible ver una multitud de hormigas aladas volando o por el suelo. No se trata de una especie de hormiga alada. Son los machos y las reinas jóvenes, que salen del nido y emprenden el vuelo nupcial para aparearse desenfrenadamente: Intentarán tener el máximo número de cópulas con diferentes individuos. El hecho de poder volar, favorece que las hormigas se puedan marchar más lejos de su nido, y así evitar cruzarse entre hermanos. Poco después de las fecundaciones, los machos ya han hecho su trabajo y morirán. En cambio las hembras fecundadas, que guardan el esperma para utilizarlo a lo largo de toda su vida, tienen como destino intentar fundar una nueva colonia, excavando un agujero nuevo en el suelo, o contribuir a agrandar a su colonia madre, donde nació, volviendo a las profundidades de su nido. A partir de este momento, su vida será subterránea y por lo tanto, la reina pierde las alas que le serán del todo innecesarias. Dentro del mundo de los insectos, las hormigas han perfeccionado diferentes y curiosas estrategias de supervivencia y de explotación del medio que tienen ciertos paralelismos con las sociedades humanas (otra especie social, como las hormigas); se ha visto como diferentes especies de hormigas desarrollan actividades agrícolas, ganaderas o industriales: las hay que cultivan hongos para alimentarse y las hormigas rojas del Parque mantienen rebaños de pulgones que, bajo la protección de estos eficientes pastores, pueden vivir tranquilamente sin tener miedo de los ataques de mariquitas u otros depredadores. Las orugas de la mariposa hormiguera (Maculinea arion) son mantenidas dentro de los hormigueros como si fuera una granja lechera y la sustancia que obtienen de ellas favorece el crecimiento de las colonias. Algunas especies de hormiga hacen fermentar las materias primas para obtener un alimento más elaborado. Que los insectos no salgan mucho en el Portarró es un ejemplo de la poca atención que reciben estos bichos. De hecho hasta hace poco tiempo todo el mundo asumía que la hormiga dominante del Parque pertenecía a la especie Formica rufa, es decir la hormiga roja por excelencia. Recientes estudios han demostrado que no es así y que el 90% de las hormigas del Parque pertenecen a una especie similar (a ojos de los no iniciados en la entomología), la llamada hormiga lúgubre (Formica lugubris).

Olga Boet Escarceller i Gerard Giménez Pérez


24 la esencia de las palabras boletín del parc nacional d’aigüestortes i estany de sant maurici

el archipiélago del valle de boí y los secretos de sus ínsulas ¡Estamos en el año 50 antes de Jesucristo! Toda la Marca Ribagorzana está ocupada prácticamente por los romanos. ¿Toda? ¡No! Un valle poblado por cazadores excelentes y por pastores irreductibles resiste aún y por siempre al invasor. Y la vida no es fácil para las guarniciones de legionarios romanos que intentan controlar los campamentos de Taullargum, Bogin, Durretum, Erilldamuntis, Barroguera, Cardum, Collaris et Saraisum… ¡Valle de Boí! ¡El Valle de Boí! ¿Que secretos de la historia y de la geografía se esconden entre las montañas y los valles que lo forman? Pues más de uno. Vamos a descubrirlos. El primer secreto: ¿Donde empieza y donde acaba este valle pirenaico? ¿En la confluencia de las nogueras de Tor y Ribagorzana? ¿En los prados de Cóll, el barranco de Saraís o en el de Sant Julià, frontera administrativa entre el Valle y El Pont de Suert, capital de la comarca? ¿En Pedra Foradada donde supuestamente se encontraba, al lado de las Cabanasses, un paso estrecho donde la historia y las leyendas sitúan una puerta por la cual se accedía al Valle? ¿En Montanera, un pueblo italiano con el mismo nombre que una casa de Durro? ¿En Auckland, ciudad neozelandesa también declarada patrimonio de la Humanidad? No viajemos tan lejos. Los orígenes históricos que no geográficos del Valle de Boí podrían estar en un pequeño pueblecito situado a más de cinco horas a pie de Barruera, o a una hora y media, también a pie, desde el olvidado monasterio ribagorzano de Lavaix. ¿Cuál es el nombre de este pueblecito? ¡Más tarde lo descubriremos! El segundo secreto: Detrás de estos interrogantes territoriales e históricos se esconde uno de los secretos naturales más bien conservados de la geografía pirenaica. Un secreto que cuando se refleja en un espejo, en un sencillo y prístino espejo, lo hace al revés, como la física impone. Y este ha sido y es el secreto del Valle: ir al revés que los demás valles, creer en lo imposible, conseguir que los milagros se hagan realidad. Como siempre, las

cosas son más complejas de lo que parece y el Valle de Boí ha sabido trabajar muy bien todas sus caras, incluso las más ocultas, las más difíciles. Si os parece os explicaré un cuento: “Había una vez un valiente guerrero que se quería construir un castillo, un gran castillo, el castillo más poderoso de los Pirineos. Pero para construirlo le hacían falta muchas monedas de la época, toda una fortuna, así que empezó a ofrecer sus servicios y el de sus cohortes, a reyes y condes. Participó, en la reconquista de las tierras aragonesas a manos de los árabes y a cambio de sus servicios empezó a acumular riquezas. Los poetas del momento escribieron: ¡a batalla ganada, recompensa ganada; a batalla perdida, recompensa perdida! El valiente guerrero fue amasando, batalla tras batalla, una gran fortuna que no solamente le permitió construirse un castillo detrás de otro sino que utilizó una parte de sus bienes para levantar iglesias, ermitas en todos los pueblos del Valle. Se ganó así un rincón en el cielo y el respeto en la tierra.” ¿Quien era este valiente guerrero? En el próximo secreto lo contestaremos… El tercer secreto: De valientes guerreros y señores feudales, en esta parte de los Pirineos, han guerreado y gobernado muchos: los Areny, los Montanyana, los Bellera. Unos dieron nombre a pueblos y valles mientras muchos pasaron a la historia por ese pasado glorioso. Sin quererlo ni saberlo, una de esas familias se convertiría en el primer y más importante mecenas cultural de un Valle de Boí, en aquellos tiempos, aislado y desconocido. Esa familia fueron los señores, barones y condes de Erill, más tarde Grandes de España. En el siglo X ya aparecen documentos donde encontramos el nombre de este linaje, que bajo la protección de los condes del Pallars y de los reyes de Aragón, enriqueció con sus proezas y andanzas nuestra historia durante cerca de quinientos años. Desde tierras cordobesas


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la esencia de las palabras el archipiélago del valle de boí y los secretos de sus ínsulas hasta la reconquista de la capital aragonesa ganaron prestigio y fortuna, a costa de los infieles que combatieron entre los siglos once y doce. Además tenían dominios sobre las tierras gasconas del Comenge y el Aran, en este caso, como gobernadores reales, y también en los valles de Barravés, Benasque, Viu, Manyanet, Capdella e incluso hasta Barbastro. Descendientes del pequeño pueblo d’Erillcastell –este es el nombre del pueblecito del primer secreto-, situado al noreste del Pont de Suert, los Erill extendieron sus dominios por prácticamente todos los valles vecinos, incluído claro está, el Valle de Boí, aparte de ejercer su protección y mecenaje sobre los monasterios de Lavaix, Obarra y San Victorián. Arnaldos, atones, bernardos o ramones lucharon, con vehemencia, por unas tierras de frontera apoyados por valencias, sibilas, ermesendas o blancas, esposas también osadas y valientes. El cuarto secreto: Seamos francos o mejor dicho ribagorzanos y boineses, ¿cuales fueron los campos de batalla donde se libraron las disputas que acabarían definiendo el Valle de Boí? Desde una perspectiva geográfica y estratégica, la batalla territorial empezaría al sur del pueblo actual de Castilló de Tor, muy cerca del cual se mezclan, como ya hemos dicho, las aguas de dos de los ríos más bravos de los Pirineos: la Noguera Ribagorzana y la de Tor. Dos patrimonios fluviales, caprichosos, cerca de los cuales los romanos de hace casi dos mil años, establecieron un campamento permanente, del cual se han ido encontrando testimonios como monedas de emperadores de los siglos II y III. Causan también sorpresa los trabajos faraónicos con piedras de granito redondeadas por la erosión glacial y fluvial que se amontonan por los aledaños de la cuadra de Marquet, una masía con mucha historia. Más al norte, destaca el puente de Castilló que, en su estructura actual, relativamente moderna, seguro que esconde los misterios de otras construcciones más pretéritas, incluso del mismo castillo que dio nombre al propio pueblo, y que fue construido, según un relato, ¡por el príncipe Rigoberto de Florencia! Aguas arriba, como una pareja de amantes que se desean desde la timidez que enfrenta a las umbrías y las solanas, aparecen Cóll y Saraís, dos nuevos pueblos, éste último exultante por ser el único pueblo del Valle, en pleno siglo XXI, donde no se puede llegar en coche o vehículo motorizado. Saraís, el pueblo sin carretera, es un territorio de desniveles, que fueron transformados, de forma ardua y perseverante, en panares o bancales (el sobrenombre de sus habitantes es saltabancales) para su aprovechamiento agrícola y ganadero. La adaptación de los humanos a las

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duras condiciones de la montaña toma en Saraís una fuerza inusual y nos obliga a reflexionar sobre la gestión de la naturaleza pirenaica ayer y hoy. Cóll, mientras vigila a Saraís, luce una de las iglesias románicas menos conocidas pero más valiosas de todo el Valle. Disfrutad de la calma y tranquilidad de sus calles y no olvidéis de fijaros en el cerrojo de hierro forjado acabado en forma de animal que hay en la puerta de la nave, así como de todas las formas de la arquitectura interna y externa del edificio románico. Después de cruzar las Cabanasses, refugio de turismo rural, podemos subir hasta Cardet, un pueblo donde los rebaños de ovejas pastorean o sestean por las vertiginosas faldas de las montañas que se alzan a su alrededor. Montañas que mueren a los pies de la única iglesia del Valle con campanario de espadaña y cripta. Un pueblo donde hace siglos, un cura practicó la primera cesárea documentada de una mujer en los Pirineos. Desde Santa Maria de Cardet se descubre, por fin, el centro geográfico del Valle: Barruera. Etimológicamente derivaría de “valle de robles” o de “valle de osos”, según el filólogo de turno o como sople el viento del norte. Las extensas y ricas tierras de cultivo de Barruera fueron años atrás, un antiguo lago originado por la fuerza erosiva de los glaciares que descendían de los valles de Durro, de la montaña de Barruera –entre los collados de Basco y Gelada-, y del norte boinés, es decir, de los valles de Erill, Boí i Taüll. Un espacio natural muy valioso, conocido como El Salencar, donde la protección y conservación de sus valores naturales años atrás era motivo de polémicas absurdas. ¡Un pueblo, una ermita, una montaña… un triunvirato victorioso que define a la perfección Durro! Son los primeros en abrir la campaña de celebraciones atávicas alrededor del fuego, con las conocidas Fallas, a mediados del mes de junio, y que convierten los pueblos del Valle hasta mediados de julio, en el centro del universo pirenaico. Por encima del Faro y de los fallaires que las corren desde la ermita de Sant Quirc hasta las calles de Durro se levanta como un monstruo Corronco, “la montaña jorobada”, que vigila con dulzura las montañas y las tierras de cultivo de un pueblo orgulloso, como todos los del Valle, que lucha día a día por conservar sus raíces más profundas. Un camino, conocido como el Pago, nos aproximará a pie, en poco más de una hora y media, hasta Boí, el pueblo que da nombre al valle. Un pueblo valiente que se protege inteligentemente de los vientos de Cataluña y Aragón. Un pueblo donde los tilos que crecen delante de la iglesia de Sant Joan comparten los mismos horizontes


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Mapa de la Blottière-Roussel (1730)

la esencia de las palabras el archipiélago del valle de boí y los secretos de sus ínsulas que los abetales y pinares de Sant Nicolau. Un pueblo que comparte su toponomástica con tierras occitano francesas y castellano leonesas y que tiene la misma raíz que los apellidos Boil y Boya, que derivarían según escritos de ilustres estudiosos de la lengua como Mossén Antón Navarro, de vallis bovina, “valle de bueyes”, nombre que recibe una de las fuentes más conocidas del balneario de Caldes de Boí. Un pueblo, Boí, de nombre corto pero de carácter complejo, donde reside una sabiduría especial que se extiende desde su plaza principal, el Treio, hasta las montañas que lo rodean. ¡El pueblo con el cementerio más bonito de todo el valle! Al otro lado del valle, aparece Erill, el otro Erill, no el del castillo, ni el d’Amunt o el d’Avall, sino el que nace en el valle, ¡el valle de los Erill! Si Santa Eulalia levantara la cabeza seguro que se volvería a enamorar de Sant Joan, con permiso de Sant Climent, y siempre que Sant Feliu, Sant Quirc o Sant Martí no tuvieran nada que añadir. ¡Tierra de santos el Valle de Boí! Y cerca de las nubes, a los pies de los puertos de montaña de Rus, Llevata y Erta, otea el valle con señorío el pueblo situado a más altitud: Taüll. Un solo pueblo hoy, con dos núcleos de población muy diferenciados, la Guinsa y el Barri, cada uno articulado alrededor de las dos iglesias románicas que convierten a Taüll en el ombligo del románico pirenaico. No hay que olvidar tampoco las ruinas de una tercera nave románica, Sant Martí, escondidas cerca de un barranco que cruza el pueblo y que en uno de sus enfados geológicos se llevó por delante, hace ya unos siglos, para más infortunio de la historia del patrimonio local. Un pueblo, Taüll, con estación de esquí desde los años noventa, carretera desde los setenta y pastores desde hace muchos siglos. El quinto secreto: Volvamos a la plaza del Treio de Boí, lugar de donde partían varios caminos, entre ellos, el de los Baños de Caldes. ¡Que excelentes son! expresó el escritor Josep Pla un buen día y así lo creyeron también tanto los antiguos como los modernos visitantes. Desde la legendaria explotación por los romanos hasta la visita regular por parte de los peregrinos de la Virgen de Caldes, los Baños

han sido utilizados por arrieros, contrabandistas, pirineistas, viajeros intrépidos. En 1988 este complejo termal fue incluido en el Libro Guiness de los récords por la concentración de 37 surgencias en tan solo 24 hectáreas. Situado en los Pirineos centrales, en la vertiente meridional del macizo de la Maladeta, el flujo subterráneo de las aguas minero-medicinales supera los 35 años de circulación a lo largo de un plano de falla donde se mezcla con aguas más superficiales y frías, poco mineralizadas pero de buena calidad química, térmica y bicarbonatadas sódicas. Fueron declaradas de utilidad pública el 20-XII-1887. Desde los nueve grados de la surgencia de los Capellans hasta los cincuenta y tres de la surgencia de la Estufa, las tres clases de aguas, según la mezcla de las termales con las frías, han sido utilizadas como mínimo desde la época medieval, tanto por los monjes fundadores del hospitalsantuario como por los mismos peregrinos. Es a partir del siglo XVII cuando aparece documentada una casa de baños terapéuticos donde se atendían a los cretinos o enfermos mentales de la zona. Con la llegada de los vientos desamortizadores de las leyes anticlericales del siglo XIX, el hospital religioso se seculariza. Un relato del mismo siglo explica que utilizaban el agua calda para fundir la nieve durante la primavera ya que el balneario es uno de los complejos termales situado a más altitud (1.500 m). Cerca del río, la Noguera de Tor, encontramos el santuario renacentista -posible monasterio antiguo- y el hotel Caldes (1671), hoy reformado y adosado al conjunto medieval del viejo hostal-hospital, declarado casa de beneficencia en 1839. También el segundo y más moderno hotel, El Manantial (1956), que conecta directamente con las galerías de baño en el edificio anexo y que está abierto durante gran parte del año. ¿Sabíais que de aquí salían y llegaban las gentes que pedían protección o daban gracias a la Virgen de Caldes por salvaguardarlos del mal tiempo en los puertos de Caldes o de Artíes? Estos puertos transpirenaicos debían ser muy utilizados ya desde muy antiguo como atestigua la existencia del Hospital de Caldes que, como otros hospitales-refugio de los Pirineos, se empiezan a construir durante la época de los templarios.


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la esencia de las palabras el archipiélago del valle de boí y los secretos de sus ínsulas Del balneario seguro que salían o llegaban la mayor parte de los primeros conquistadores del macizo de Los Encantats, como aún denominan a la región del Parque los excursionistas franceses. Pirineistas herederos de los siete magníficos o la Pléyade (Gourdon, Russell…) tal como los bautizó en el primer compendio del pirineísmo, Henri Beraldi. No hay que olvidar a los precursores de aquí: excursionistas, científicos, escritores, fotógrafos, la mayoría del Centre Excursionista de Catalunya (CEC), que durante el siglo XIX visitaron los Pirineos. Soler i Santaló, Mas, mosén Cinto Verdaguer… Éste último en 1883, después de celebrar la misa a las tres de la mañana, acompañado de guías del Valle como Jaume Major de Taüll (recomendado por los franceses), cruzó en poco más de 10 horas de Caldes hasta Gessa, en el Valle de Aran. Un monográfico necesitaríamos para recoger los nombres de aquellos visitantes ilustres que llegaron al Valle durante su historia más reciente. El sexto secreto: El Valle de Boí es un país joven, muy joven, tan joven que aún no se afeita ni festeja con otros valles vecinos de buen ver porque, primero de todo, debe continuar creciendo como ha hecho durante las últimas décadas y después ya habrá tiempo para más. Hace poco más de 20 años, el Valle parecía querer cerrar puertas, las puertas de la Pedra Foradada. Pero fue entonces, después de recibir la mordedura de la víbora y apunto de la extremaunción, cuando empezó un milagro económico basado, sobretodo, en la revalorización desde cada uno de los pueblos del Valle, de sus valores naturales y culturales que, hasta entonces, habían sido una pesada rémora mientras navegaban perdidos en el olvido. El Valle de Boí es el país donde probablemente se inventó el fuego una noche de Sant Joan. Aquí se debió construir la primera rueda, que movió y mezcló, desde entonces, las aguas de más de cien lagos de origen glaciar. ¡En el Valle, las montañas ríen la llegada de la nieve mientras los ríos lloran su marcha, como debe ser! El románico viene de aquí, un románico pirenaico de tejados de losas de pizarra y vigas de madera, ábsides y absidiolas, de campanarios rectilíneos que se proyectan hacia el cielo, de arcuaciones ciegas, bandas lombardas y frisos de dientes de sierra, de arquitecturas, pinturas y esculturas in excelsium. Son las Capillas Sixtinas de la primigenia pintura románica así como la concentración europea más importante del denominado románico primitivo intacto. Y todo dado a conocer al mundo del arte, por primera vez, gracias a l’Institut d’Estudis Catalans (IEC) y la labor de sus ilustres miembros Puig i Cadafalch, Brocà i Montagut, Gudiol i

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Cunill, Godoy i Casals, con el fotógrafo Mas i Ginesta y su cuarentena de imágenes únicas, del verano de 1907, de la conocida y hoy reconocida misión arqueológica-jurídica a los Pirineos, publicada en el Anuario del IEC. ¡Vaya con los señores de Erill, los señores del Valle! Sin saberlo lucharon por transformar unas montañas malditas en unas montañas atractivas durante el tercer milenio de la era cristiana. Un territorio de aguas frías y traidoras que navega por ríos, barrancos, lagos y cascadas. Un territorio de bosques de agua, de hierro y de gigantes anónimos que fueron y son refugio de especies únicas de la flora y la fauna universal. Una tierra donde podemos contemplar una copia de uno de los pocos descendimientos de la cruz que se conservan enteros del mundo románico, quizás 7 o 8 más, hoy exiliados por diversos museos y colecciones. Los Erill, sí, los Erill crearon sin quererlo la cultura de la nieve, que durante los últimos años se ha convertido en el oro blanco; transformaron las aguas mal olientes en aguas milagrosas; las charcas en zonas húmedas de importancia ramsar e internacional. ¡Quien lo hubiera dicho que, en tan pocos años, en tan pocos siglos, el Valle llegaría tan alto, a la altura de las montañas graníticas que señorean las cabeceras de los valles con lujuria! El último secreto: El Valle de Boí no empieza ni acaba en ningún sitio. Los olores y los colores de las cuatro estaciones del año, sus gentes y sus sueños…están presentes en todos los continentes, mares y océanos. ¡Quien no lleva encima un poco de la esencia del Valle! Un instante, un pensamiento, un amor. Por eso es patrimonio de la Humanidad desde el mes de noviembre del 2000. Por cierto, ¿sabíais que las principales iglesias de Erill, Boí y Taüll marcan una línea imaginaria que nos llevaría hasta Roma? Hace unos cuantos siglos, una viejecita con bocio, que vivía en esta tierra le explicó a unos duendecillos que los habitantes del Valle, desde el primer pueblo hasta el último, no dormían casi nunca y, si lo hacían, se despertaban nerviosos preguntando ¡donde empezaba y donde acababa el archipiélago del Valle de Boí y sus ínsulas! Mientras tanto, el quebrantahuesos, un buitre al que le gusta bañarse en el barro y las fuentes de aguas ferruginosas, continuará rompiendo con fuerza y coraje miles de fémures de ovejas contra las rocas de los canchales, ¡por los siglos de los siglos, amén! El Valle de Boí siempre será el Valle de Boí: un valle diferente, un valle auténtico, un ¡Valle… de Boí!

Josepmaria Rispa Pifarré y Claudio Aventín-Boya


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caminemos por el parque

camino del collado de fogueruix Nuestro Parque Nacional no dejará nunca de sorprendernos con nuevos itinerarios, que nos abren las puertas a rincones con nuevas perspectivas sobre valles ya conocidos. Éste es el caso del sendero que asciende al refugio del Pla de la Font desde el Valle del Escrita. Este camino fue trazado y abierto, por primera vez, por Tom, el guarda del refugio, que buscaba una manera de unir este refugio, encarado al norte, situado en el valle del bosque de Jou, Son y Esterri de Àneu, con el vecino valle de Espot y el lago de Sant Maurici. Visto desde Espot, el collado de Fogueruix se ve inaccesible, en lo alto del barranco pero los más viejos aún recuerdan como los pastores subían con las ovejas, cuesta arriba, conduciendo el rebaño hasta los pastos de Pinetó. Así pues, empezamos este itinerario, de unas dos horas y media de duración aproximada, desde el aparcamiento de Prat de Pierró, tomando el camino en dirección al lago de Sant Maurici. Después de cruzar las pasarelas y el río Escrita es el momento de seguir el GR 11 pero ahora en dirección a Espot y dejando el camino que va hacia Sant Maurici. Desde este punto bajaremos de forma relajada unos 10 minutos hasta encontrar el inicio del sendero debidamente señalizado. Haremos unos 4 Km. de recorrido y 500 metros de desnivel hasta llegar al collado de Fogueruix. Este sendero lo disfrutarán todas aquellas personas lo bastante acostumbradas a caminar y a quienes gusten los itinerarios sin mucha gente. Si una cosa se

puede decir de él es que no deja indiferente a nadie. El camino sube por toda la vertiente solana del valle pero un bosque de pino silvestre nos protege del sol en todo momento. Iremos encontrando miradores espectaculares sobre el Valle del Escrita ya que hay algunos tramos aéreos. El sendero está perfectamente adecuado, con pasamanos y escaleras en los puntos de más pendiente, gracias a las actuaciones de mejora que se han realizado al incluirlo dentro de la ruta de Caminos Vivos. Cuando empezamos a sudar y a notar el cansancio, el agua aparece, como un regalo, al llegar al nacimiento del barranco de Fogueruix. Sea por su forma de fluir o por su frescor, el agua es siempre fuente de alegría. Hemos hecho ya un poco más de la mitad del camino. Seguimos ascendiendo el terreno como corzos hacia el collado hasta que llega el momento de dejar el bosque. Nos quedan los últimos 100 metros de desnivel por un camino que cruza una zona de prados hasta encontrar descanso en el collado de Fogueruix (2.110 m.). A la derecha, tenemos una parada obligada en la mesa de orientación desde donde disfrutaremos de las vistas magníficas que se ven a un lado y otro del collado. Después descenderemos 200 metros hasta el refugio del Pla de la Font, en dirección norte, por el mismo prado, relajando las piernas y respirando, ahora sí, profundamente.

Alba Redondo Brunet Guía interpretadora y guarda del refugio del Pla de la Font


PIC DE ROCA BLANCA (2691 m)

PIC DEL PINETÓ (2647 m)

REFUGI DEL PLA DE LA FONT

PIC DE QUARTIULES

COLL DE FOGUERUIX

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MIRADOR DE FOGUERUIX

PRAT DE PIERRÓ PONT DE SUAR PONT DE PALLERS

ESPOT

N

caminemos por el parque

29 PUENTE PICO MIRADOR FUENTE REFUGIO o CABAÑA PARADA DE TAXIS CASETA DE INFORMACIÓN COBIJO POBLACIÓN

Duración: 3 horas Desnivel: 500 metros Dificultad: mediana Fijaros en: la mesa panorámica situada en el collado de Fogueruix y el refugio, punto de partida de otras excursiones.

APARCAMIENTO ITINERARIO PISTA FORESTAL CURSO DE AGUA CARRETERA


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publicaciones

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TÍTULO: Transhumàncies del segle XXI: ramaderia ovina i trashumància a l’Alta Ribagorça (Trashumancias dels siglo XXI: ganadería ovina y trashumnancia en la Alta Ribagorça) AUTORES: Elisabet Nadal Subirà; Juan Ramon Iglesias Ricou; Ferran Estrada Bonell EDICIÓN: Barcelona: Departament de Cultura i Mitjans de Comunicació. ¿Qué sentido puede tener que, en un mundo globalizado donde internet y los vuelos low cost han hecho desaparecer las distáncias, miles de ovejas se desplacen cada año siguiendo las cañadas entre los pastos de montaña de la Alta Ribagorça y las fincas del llano en la Plana de Lleida y el valle del Ebro? ¿Quiénes son los ganaderos que practican la trashumancia? ¿Cómo ven ellos su profesión? Los pastores de hoy no son como los de hace cien o cincuenta años. Viven y gestionan su explotación a partir de los conocimientos transmitidos por sus antepasados, pero también por las leyes del mercado y las normativas vigentes. Describirlos o analizar su profesión como un acto de inmortalización de un mundo que se acaba hubiera sido, desde el punto de vista de los autores, una perspectiva alejada de la realidad. Fruto de una investigación del Inventario del Patrimonio Etnológico de Catalunya que impulsa el Centro de Promoción de la Cultura Popular i Tradicional Catalana, este libro ofrece pistas para comprender y conocer mejor la ganadería ovina y la trashumancia en la Alta Ribagorça hoy, a través de un acercamiento detallado y basado en sus protagonistas. Esta monografía incluye también el documental en DVD Transhumants, donde Elisabet Nadal acompaña a uno de los últimos pastores que recorren la cañada a pie y nos presenta su trabajo y vivencias a lo largo del recorrido. TÍTULO: Flora i fauna del Parc Nacional d’Aigüestortes i Estany de Sant Maurici AUTOR: Toni Llobet EDICIÓN: Brau, 2010 FORMATO: 119p.; 18 cm Un nuevo título de la colección Guies ilustrades de natura, dedicada a la flora y fauna de los espacios naturales protegidos de Catalunya. Esta vez, la guía dedicada a las del Parque Nacional d'Aigüestortes i Estany de Sant Maurici, recoge un total de 597 especies comunes y singulares que se pueden encontrar visitando el Parque. Cada ilustración se acompaña de un breve texto explicativo sobre aspectos de cada ser vivo e iconos que identifican los hábitats con más posibilidades de encontrarlo. La guia incluye una presentación introductoria del parque como marco de la fauna y flora que contiene. TÍTULO: Brots de Pi. Persones, fets i coses del Pirineu que no tornaran mai més (Brotes de pino: personas, hechos y cosas del Pirineo que no volverán nunca más) AUTOR: Ermengol Donisa Nat EDICIÓN: Lleida: Pagès, 2010 FORMATO: 284 p.; 24 cm. Un Pirineo diferente al actual se presenta en esta obra. En una especie de realidad alternativa, el Pirineo se convierte en Némora y las situaciones que se relatan, mezcla de realidad y fantasía, nos resultan familiares. Más de cuarenta relatos explican hechos y vivencias de un tiempo no muy lejano cronológicamente pero si en sus formas, y que se ha perdido por el llamado progreso y los avances tecnológicos. Conoceremos un pueblo llamado Castell que contiene todas las virtudes y, ¿por qué no?, todos los defectos de los pueblos del Pirineo, donde el autor nos presenta tradiciones y costumbres, usando un lenguaje claro y recuperando giros del habla pirenaica.


el portarrรณ


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