Ríos Dominicanos, redes de vida

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RÍOS DOMINICANOS Redes de vida

DOMINGO MARTE Fotografías y textos

© BANCO POPULAR DOMINICANO / 2022

Diseño y dirección de arte Víctor Siladi

Diagramación Jimmy González

Corrección de estilo Ana E. Martínez

Traducción al inglés Amanda Livoti

Traducción al francés Mayra C. Pichardo

Asistencia en cartografía y aporte de datos Tomás A. Montilla

Elaboración de mapas Víctor M. Medina

Asistencia en aporte de datos y revisón de texto Rommer R. Polanco

Impresión: Amigo del Hogar

ISBN: 978-9945-9316-1-7

Santo Domingo, República Dominicana Año 2022

Contenido

Presentación: Christopher Paniagua Pág. 7 • Prólogo: Frank Moya Pons Pág. 9

Río Pedernales Pág. 17

Río Artibonito Pág. 23

Río Masacre Pág. 31

Río Nizaíto Pág. 37

Río Bahoruco Pág. 41 Río Yaque del Sur Pág. 45

Río Tábara Pág. 65 Río Yaque del Norte Pág. 71 Río Bajabonico Pág. 89

Las cuencas:

Río Baní Pág. 95

Río Nizao Pág. 103

Río Haina Pág. 115

Río Yuna Pág. 123

Río Higuamo Pág. 201

Río Soco Pág. 205

Río Cumayasa Pág. 211

Río Dulce Pág. 214

Río Nigua Pág. 141

Río Yásica Pág. 147

Río Boba Pág. 157

Río Ozama Pág. 169

Río Chavón Pág. 217

Río Yabón Pág. 223

Río Maimón Pág. 229

Río Anamuya Pág. 233

Río Limón Pág. 193

Introducción: Domingo Marte Pág. 13 English version Pág. 245 • Version française Pág. 275

Río Duey-Yuma Pág. 237

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Presentación

Vivimos en un territorio favorecido en cuanto a cuencas hidrográ ficas y, quizá por tal razón, suponemos evidente que los ríos siem pre han estado y estarán ahí, a nuestro servicio. Podemos com prender la importancia del adecuado funcionamiento y cuidado de nuestras cuencas. Sin embargo, nuestra conciencia y, sobre todo, nuestra práctica en cuanto a su tratamiento y preservación, se muestran todavía escasas, afectando a su sostenibilidad.

Mantener presente la necesidad de reforestar nuestras cuencas y enseñar a las personas cuáles son los hábitos que contribuyen a su conservación; penalizar las prácticas que inciden en su dete rioro y perseguir activamente las infracciones que atentan contra el sostenimiento de nuestro patrimonio natural y su biodiversidad son los pilares claves sobre los que debemos construir como país una visión sostenible.

Por eso, desde el Banco Popular Dominicano, su casa matriz, Grupo Popular, y la Fundación Popular mantenemos el compro miso con la sociedad de ayudar a preservar el tesoro de las cuen cas hidrográficas dominicanas.

Con este fin, participamos en múltiples iniciativas que ayudan al saneamiento de nuestras aguas. Impulsamos la construcción de hidroeléctricas comunitarias que dignifican la vida en poblacio nes remotas, promovemos la creación de humedales artificiales que funcionan como un sistema de ingeniería verde para purificar las aguas contaminadas, realizamos jornadas de reforestación sis temáticas, con la participación de colaboradores voluntarios y de organizaciones aliadas en diversas zonas del país, especialmente, en las áreas de influencia de nuestro aliado, el Plan Sierra.

Este compromiso nos ha llevado a tres décadas de siembras y a un millón de árboles sembrados en el territorio nacional, cifra que alcanzamos en noviembre de 2022.

Con esta nueva publicación institucional, de la autoría del desta cado investigador, fotógrafo e ingeniero Domingo Marte, y com plementada con el diseño de Víctor Siladi, buscamos generar una mayor conciencia en torno a la importancia de salvaguardar nuestras aguas como redes de vida.

Estas páginas evidencian el enorme caudal de oportunidades que representan nuestros ríos. No solo para la defensa y pro

tección de nuestra flora y fauna, la prosperidad de nuestras co munidades o la generación de energía limpia, sino también para impulsar nuevos tipos de experiencias turísticas para los visitan tes, que sean sostenibles, en armonía con el entorno natural y la biodiversidad.

En definitiva, este es un libro para educarnos sobre la conser vación y el amparo que necesitan nuestros ecosistemas y que precisamos para encarar el futuro con crecimiento equilibrado.

A la par de este proyecto editorial, como un complemento a su contenido de valor, impulsamos un desarrollo multimedia, que amplifica el alcance de nuestro mensaje corporativo como Banca Responsable.

Por un lado, una completa serie documental titulada “Redes de vida”, en la que, a lo largo de cuatro episodios, los espectadores recorrerán las principales cuencas hidrográficas de nuestro país, cuyas corrientes los llevarán a conocer su gente y sus posibilida des, aprendiendo a entender su valor y la necesidad de guardarlas.

Junto al editorial y al audiovisual, también ofrecemos una pie za digital, la aplicación móvil “Ríos dominicanos”, que brinda al usuario la oportunidad de situarse, conocer sus detalles y profun dizar en las características que rodean las aguas de nuestros prin cipales ríos, además de trasladarse a esos lugares, disfrutando de sus rutas de senderismo y de la riqueza y diversidad de rincones ecológicos únicos que ofrece nuestra geografía.

Ambos productos multimedia son accesibles a través de las pági nas de este libro, entrando en la web www.popularenlinea.com/ riosdominicanos.

Así como los ríos nacen en las montañas, nuestras comunidades nacieron de los ríos. De ellos dependió nuestro pasado y de ellos depende nuestro bienestar presente y futuro, amenazado por las inclemencias del cambio climático.

Seamos conscientes de ello y convivamos en armonía con nues tros recursos naturales, como son los ríos, porque nuestra exis tencia solo está garantizada si nos mantenemos conectados a estas redes de vida.

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Prólogo

Mientras se encontraba en el recién fundado convento de los dominicos en la villa de Puerto Plata, en 1525, hace casi quinien tos años, un sacerdote español llamado Bartolomé de las Casas, comenzó a escribir una gran crónica del descubrimiento y coloni zación de América titulada Historia de las Indias

Tanto en ese libro como en otra obra suya de título parecido, la Apologética Historia de las Indias, Las Casas expresó conti nua admiración por la abundancia de estuarios, ríos, arroyos y cañadas que sostenían la exuberancia biológica de la isla llamada entonces Española.

En estas obras Las Casas describe las características geográficas y ecológicas de las “provincias naturales” de la isla. Según este cronista “había en esta isla Española cinco reinos muy grandes principales y cinco reyes muy poderosos […]. El un reino se lla maba Maguá, la última sílaba aguda, que quiere decir el reino de la vega. Esta vega es de las más insignes y admirables cosas del mundo […]. Entran en ella sobre treinta mil ríos y arroyos, entre los cuales son los doce tan grandes como Ebro y Duero y Gua dalquivir; y todos los ríos que vienen de la una sierra que esté al Poniente, que son los veinte y veinte y cinco mil, son riquísimos de oro […]. El rey y señor deste reino se llamaba Guarionex”.

La objetividad de este párrafo, obviamente hiperbólico, ha sido cuestionada por algunos escritores desconocedores de la geo grafía hídrica de la isla, cuya parte dominicana, según nos dice el sapiente fotógrafo y naturalista Domingo Marte, conserva to davía casi dos mil cursos fluviales dignos de mención (1,850 más precisamente) después de medio milenio de deforestación y de gradación de cuencas.

Quienes conocen la parte occidental de esta isla, en donde el territorio está muchísimo más degradado, saben que allí también

quedan numerosos ríos y arroyos con agua, a pesar de la deserti ficación de extensas partes de su territorio, y aunque no existe un conteo como el que nos presenta hoy Domingo Marte, observa ciones empíricas capturadas en filme nos permiten asegurar que allí pueden contarse más de mil estuarios, ríos, arroyos y cañadas con agua.

La razón por la que todavía queda agua en ambos lados de la isla, pese a la desaparición de sus flujos más pequeños, reside en que, en este territorio insular, continúa lloviendo lo mismo que hace medio milenio, y si hoy vemos menos ríos (y esos que vemos están disminuidos) se debe a que la mayoría de las cuencas han perdido su cobertura boscosa y no pueden retener el agua como antes.

Este fenómeno puede ilustrarse bien mediante el “símil del bró coli y el lavamanos” que explica que un bosque intacto funciona hidrológicamente como un brócoli pues retiene el agua que recibe y la va soltando gradualmente, en tanto que un lavamanos la deja escurrir rápidamente quedando seco en poco tiempo. Las cuencas deforestadas funcionan como lavamanos y quedan sin agua, o con muy poca, y muchos de sus ríos terminan desapareciendo.

Es por ello que han desaparecido miles de los cursos fluviales que Bartolomé de las Casas consideró ríos cuando los vio con agua a principios del siglo XVI. Para un español de entonces, procedente de la meseta castellana en donde había pocos ríos, la abundancia de estos en un territorio tropical boscoso y húmedo debió resultar una experiencia sorprendente.

Leer cuidadosamente este libro de Domingo Marte analizando simultáneamente sus reveladoras fotografías (unas de impresio nante belleza y otras penosamente dramáticas por el pobre esta do de ciertos ríos dominicanos) produce una mezcla de emocio nes difíciles de expresar.

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También produce gran admiración saber que para documentar el estado de estos ríos Domingo Marte se dedicó por años a reco rrer a pie todos los torrentes que describe, desde su nacimiento hasta sus desembocaduras. Conozco bien el duro e inmenso tra bajo que esto significa, pues una vez tuve el honor de recorrer con él el cauce del río Yuna casi desde su nacimiento, en las cer canías de Rancho Arriba, hasta su confluencia con el río Blanco.

Ningún dominicano ha hecho antes una labor semejante a esta obra ejecutada por Domingo Marte, en la cual él se supera a sí mismo, pues ya había realizado un esfuerzo similar para acopiar las fotos y datos que utilizó en su formidable libro sobre las pla yas y costas dominicanas, publicado también por el Banco Po pular Dominicano con el título Ecos de la costa: Travesía por el litoral marino dominicano (2016). Para ese otro libro Domingo recorrió a pie, en lomo de mulos y caballos, y en helicópteros toda la periferia del país.

Este nuevo libro tiene la virtud de que deja en el lector la clara noción de que, no importa cuán mucho llueva, cada vez tenemos menos agua disponible, ya sea por efecto de la deforestación o por contaminación antropogénica.

Las afirmaciones de Marte pueden ser respaldadas con varios ejemplos que vemos repetidos centenares, si no miles, de veces en todo el país. Por ejemplo: nadie recuerda hoy que en donde está ubicada la zona franca industrial de La Vega hubo hace ochenta años un arroyo y una laguna en donde los lugareños iban a nadar y pescar. Como ese caso también podemos mencionar la inexorable agonía de otros ríos y riachuelos convertidos hoy en pastizales, basureros o en lechos de piedras en todo el territorio nacional.

Con sus impresionantes fotografías y sus bien documentados textos, Marte nos lanza un dramático mensaje de alerta sobre la necesidad de proceder urgentemente con la restauración de aquellas cuencas hídricas que están hoy en peligro de perder su capacidad generadora de agua.

Domingo Marte se vale de la belleza de sus imágenes y la origi nalidad de su ojo fotográfico para atraer nuestra atención hacia el gran drama que subyace debajo de la hermosura de sus paisajes y nos dice con su lente en la mano que, aunque tarde, todavía hay tiempo para evitar la muerte de las aguas.

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Introducción

Los estudios y las evidencias han demostrado que el agua es sinónimo de vida. Por igual, las evidencias muestran que los ríos, como exponentes mayores de los cursos fluviales y transporta dores de las aguas que contienen, son las redes de la vida. Son aguas que corren día y noche a lo largo de lugares distantes, su plen acueductos que sirven a hogares e industrias, irrigan tierras agrícolas, generan electricidad limpia, y mantienen viva la flora y la fauna ribereñas. Además, alimentan acuíferos, habilitan lugares de pesca, refrescan y alegran a los bañistas, embellecen el paisa je, y crean espacios para la práctica de varios deportes acuáticos. Por causa de huracanes y otros eventos, los ríos pueden provocar inundaciones, pero las posibilidades de que estas ocurran dis minuyen cuando las cuencas hidrográficas tienen una adecuada cobertura vegetal.

La disponibilidad del agua aprovechable en el país es difícil de proyectar, pero se sabe que es menor que la oferta total debido a que muchas de estas aguas se van al mar, se pierden por fugas varias, y son contaminadas por el ser humano. Además, el impre decible cambio climático no solo ha trastornado los patrones de lluvias y de sequías, sino que los huracanes y otros fenómenos se han exacerbado, destruyendo las fuentes fluviales e infraestruc turas de almacenamiento. Estos fenómenos modifican también la disponibilidad del agua.

Un reporte de 2016 estima que la República Dominicana cuen ta con un promedio total de recursos hídricos al año de 25,900 millones de metros cúbicos, de los cuales el 91 por ciento son de aguas de superficie o sea ríos, lagunas y otros. Un nueve por ciento pasa como escorrentías subterráneas.

En cuanto al uso de estos recursos, se estima que el 80 por cien to del agua disponible se destina al riego agrícola, pero con un nivel de eficiencia de solo un 20 por ciento. Los demás usos son el consumo humano (12 por ciento), con una eficiencia de apro vechamiento estimada en un 60 por ciento. El resto está dedica do a los sectores industriales y fines ecológicos. Tanto el reporte anterior como el Plan Nacional Hidrológico Nacional de 2007, elaborado por el Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos (IN DRHI), indican que la oferta total de agua sobrepasa la demanda, pero que faltan infraestructuras para almacenarla.

Más allá de las cifras aproximadas de oferta y disponibilidad, lo palpable es que desde hace años la demanda de agua es cre ciente debido al aumento de la población, el aceleramiento de las actividades agrícolas, industriales y turísticas y, lamentable mente, por los desperdicios de agua. Lo significativo es que en muchos lugares del país el racionamiento de agua ya es común,

así como las disputas por su distribución y control en zonas urba nas y, principalmente, en las rurales.

Por el lado de la producción, si estudiáramos qué ha pasado para que en la mayoría de nuestros ríos la cantidad y calidad de agua hayan disminuido, convirtiéndose algunos en simples hilos de agua o, en casos extremos cadáveres tendidos en lechos de pie dra y arena, encontraríamos la respuesta en los daños causados a nuestras cuencas hidrográficas, tanto por la deforestación en las partes altas y medias, como por el socavamiento de los cauces en las partes bajas. No se puede dejar fuera de la ecuación que del agua producida se pierden cantidades apreciables por la conta minación química, el vertido de desechos y de residuos sólidos. Y todavía hay más: la sanidad de nuestras playas y mares está ligada a la salud de los ríos.

A pesar de lo anterior, ahí están nuestras cuencas, ríos y acuífe ros. Aunque su capacidad para producir, transportar y almacenar agua en cantidad y calidad están menguadas, todavía hay opor tunidad de actuar, con seriedad y sostén, para devolverles parte de la capacidad perdida. Si no lo hacemos, el deterioro será ma yor y estaremos malogrando los planes del bienestar colectivo por el que todos clamamos y merecemos, poniendo en riesgo la sostenibilidad del país.

Este libro, “Ríos dominicanos. Redes de vida”, tiene como pro pósito aumentar el conocimiento de nuestros recursos hídricos superficiales, sus valores y sus condiciones actuales. Es un reco rrido textual, gráfico y fotográfico por los principales ríos y sus afluentes, por algunos de sus charcos, saltos y cascadas, por las presas y canales, sus aprovechamientos diversos y las infraestruc turas construidas para lograrlo. Se resaltan las condiciones de la cobertura vegetal en las cuencas hidrográficas. La presentación en el libro está individualizada por cada cuenca que sustenta el río principal y sus afluentes, mostrada como un eje vertical que corre de oeste a este del país.

Complemento importante de este libro es el documental Redes de Vida, una serie de cuatro capítulos que presentan un valioso extracto de las funciones y valores de los ríos, y sus aprovecha mientos turísticos, agrícolas, hidroeléctricos, así como el apoyo que prestan a muchas comunidades para su desarrollo económico.

Otro complemento novedoso y de interés es la aplicación móvil “Ríos dominicanos”, que permitirá ubicar de forma rápida la lo calización de algunos de los ríos más importantes del país, con imágenes de sus atractivos y las informaciones necesarias para conocer estos recursos naturales desde el plano digital.

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2. PARA INFORMARNOS MEJOR

El Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos (INDRHI) indica que la Red Hidrográfica Nacional está constituida por 97 ríos que desembocan en el mar, 556 afluentes que se unen a los anteriores - denominados afluentes secundarios - y 1,197 afluentes terciarios, cuyas aguas les caen a los secundarios. Los ríos de mayor longitud son, en kilómetros: Yaque del Norte (300); Yuna (203); Yaque del Sur (186); Ozama (136); Artibonito (119 en su porción dominicana); Boba (91); Bajabonico (90); Soco (90); Haina (82); Ocoa (65); Yásica (81) e Higuamo (70).

Debido a la presencia de cavernas y otras depresiones de la tie rra, muchos ríos son subterráneos o se sumergen en algunos tra mos de sus cauces. Tal es el caso de los ríos Brujuelas, en Santo Domingo, capital dominicana; el Nizaíto y Bahoruco, en Paraíso, provincia Barahona, en el suroeste del país; Las Damas, en Du vergé, provincia Independencia, también en el suroeste y otros.

¿De dónde viene el agua de los ríos? Se sabe que parte del agua líquida contenida en los mares, lagos, ríos y otras fuentes se eva pora por el calentamiento del sol. Ese aire húmedo y caliente, o vapor de agua - ayudado por el viento y temperaturas más altas - sube a la atmósfera. Ahí se mezcla con polvo y otras partículas, y bajo condiciones de temperaturas más bajas se condensa en forma de nubes. Otra variante importante sucede cuando una masa de aire húmedo y caliente sube por la pendiente de una montaña, se enfría y luego se condensa para generar las nubes, que en esencia son gotitas diminutas de agua. Otro fenómeno equivalente es el ascenso, enfriamiento y condensación de las masas de aire húmedo provocadas por centros de baja presión atmosférica como huracanes, tormentas tropicales y vaguadas.

Cuando en algunas nubes las gotitas de agua se unen, pesan más y caen a la tierra, incluyendo a los ríos y al mar en forma de lluvia, o de nieve en otras latitudes. El agua de muchos de esos ríos desemboca en el mar; y se repite la evaporación y los otros eventos mencionados. Es un proceso continuo, denominado ci clo del agua.

Por la explicación anterior podría inferirse que los ríos solo tienen agua cuando llueve, pero no es así. ¿Por qué en algunos luga res el cauce de los ríos se mantiene con agua, aun en tiempos de sequía? Si el terreno donde cae el agua tiene una cobertura vegetal apropiada, en el suelo se puede formar una barrera de troncos de árboles, raíces y hojas. Así, parte del agua corre con lentitud y otra es infiltrada al interior del suelo y se almacena en él. En el caso de zonas montañosas, el resultado es que esa agua fluye gradualmente en forma superficial o subterránea como ríos, arroyos, arroyuelos, cañadas y venas que llegan al cauce colector de un río principal.

Sin embargo, si el terreno tiene poca cobertura vegetal, el agua que cae se transporta con rapidez, se infiltra poco y erosiona par te del suelo superficial empobreciéndolo. Otro fenómeno que abastece de agua a los ríos ocurre en lugares de altura donde hay presencia de bosques nublados (bosques que casi siempre están rodeados de nubes). Ahí, el cuerpo y las hojas de los árboles, al rozar constantemente con las nubes, ordeñan el agua que estas tienen y producen lo que se llama la lluvia horizontal.

Esos eventos tienen una conclusión de mucha importancia: las lluvias no bastan. Sin vegetación arbórea, preferiblemente bos ques, las cuencas hidrográficas, los ríos y otros cursos fluviales no tendrán agua en cantidad y calidad apreciables. Otro aspecto

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importante es que si en el territorio de una cuenca hidrográfica existe un área protegida, la cobertura vegetal en esa área tendrá más posibilidades de conservarse, lo que beneficiará la produc ción de agua y otros valores.

Cuencas hidrográficas. Se denominan así los espacios geográ ficos donde nacen y se trasladan las aguas de los ríos y otros cursos fluviales, y toman el nombre del río principal. Esos espa cios están delimitados en sus cabezas y por dos de sus lados por topes de montañas. Desde ahí las aguas corren hacia el fondo, al cauce del río principal. Es importante anotar que, en la mayoría de los casos, los nombres de los afluentes de los ríos principales pierden su nombre cuando se unen a estos últimos. Ejemplo: el río Yaque del Norte y el río Jimenoa se unen en la famosa Con fluencia, en la ciudad montañosa de Jarabacoa. Pero de ahí en adelante lleva el agua del afluente, y se llama Yaque del Norte. Las montañas, colinas u otros accidentes topográficos de la par te alta que dividen una cuenca de otras se llaman divisorias de agua. Cada cuenca principal está formada por subcuencas. Por ejemplo, la cuenca del río Ozama cuenta con las subcuencas de La Isabela, Savita, Yabacao y otras. En las cuencas se distinguen las partes altas, medias y bajas.

La cantidad de cuencas hidrográficas del país varía de acuerdo con el criterio de dos instituciones: el INDRHI y el Ministerio de Medioambiente y Recursos Naturales (MIMARENA). La primera contabiliza 97 y la segunda 47, divididas en 30 principales y 17 cuencas costeras. Estas diferencias se atribuyen a sus enfoques de planificación que le permiten agregar o desagregar las for maciones naturales. Los 12 ríos con cuencas de mayor área son, en kilómetros cuadrados: Yaque del Norte (7,044), Yuna (5,498), Yaque del Sur (4,972), Ozama (2,685), Artibonito (2,614 en la por

ción dominicana y 6,399 en la haitiana), Higuamo (1,182), Soco (1,051), Yásica (824), Bajabonico (678), Ocoa (677), Boba (624) y Haina (564). Para el presente libro se escogieron 25 cuencas principales. En algunas de ellas se insertan comentarios de ríos ubicados en cuencas contiguas o cercanas a las descritas. Es importante recordar que la existencia de los ríos dominicanos se debe también a las cordilleras y otras formas de montañas que tiene el país, porciones que se encuentran en cada cuenca. Ellas atrapan las nubes y favorecen el nacimiento y el flujo primario de nuestros ríos. Hay que mencionar la porción terrestre de Los Haitises, valioso reservorio de aguas subterráneas que alimentan muchos de nuestros ríos. En los relieves geográficos se destacan las cordilleras Septentrional, la Central (Madre de las Aguas) y la Oriental. Son importantes también la existencia de sierras como las de Yamasá, en la provincia Monte Plata, ubicada en la región central del país; Samaná, al noreste de la isla; Martín García, en Bahoruco, y la de Neyba, en el suroeste del país.

Estuarios. En los ríos que desembocan en el mar, estos dejan un mensaje de despedida que sella su valor. Hay un área anterior a la desembocadura final llamada estuario, cuya característica prin cipal es la mezcla de agua salada y dulce. Esta propiedad, junto a otras condiciones, incuba el desarrollo de plancton que es básico en la cadena alimenticia de los mares y favorecen el desarrollo de manglares, el desove y el crecimiento de especies con alto valor ecológico y económico como anguilas, lisas, camarones, jaibas, cangrejos, aves y de millones de microorganismos. Los estuarios se sitúan entre los ecosistemas más productivos de la tierra. Los más reconocidos del país son los de los ríos Yuna, en Sánchez, en la región norte; y los ríos Soco, Cumayasa, Higuamo, en la región este del país; y Bajabonico, y Yásica, en el norte, entre otros.

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Cuenca Río Pedernales 1

Esta cuenca se encuentra en el extremo suroeste del territo rio dominicano, y es fronterizo con Haití. La superficie total en ambos países es de 348 kilómetros cuadrados, de los cuales la mitad pertenece a la República Dominicana. Los principales dre najes que contribuyen con el nacimiento del río Pedernales se encuentran en la comunidad Los Arroyos. Del territorio haitia no emanan también drenes en las comunidades Platón Pistache y Bois Codeine, desde altitudes que oscilan entre los 1,300 a 1,700 metros sobre el nivel del mar. El río tiene 40 kilómetros de longitud y el cauce que delinea parte de la frontera tiene

36.5 kilómetros. Sin embargo, de estos, 11.9 kilómetros desde el noroeste de la región fronteriza hasta el cruce de la carretera de Mencía llevan el nombre de río Bonito. El caudal histórico mensual medio (aforado en el Paso de Sena) es de 1.73 metros cúbicos por segundo (m³/s).

El río Pedernales alimenta el acueducto del municipio que lleva ese nombre, y mediante un dique derivador suple 0.25 metros cúbicos por segundo de agua para el riego agrícola regional. Existe un caudal similar para Haití. Hasta ahora se toman 0.075 metros cúbicos por segundo para el acueducto. Este río, en el extremo suroeste de la República Dominicana, es la única oferta importante de agua dulce superficial y cercana para cumplir con la demanda presente y futura del municipio de Pedernales, y el ansiado proyecto turístico que se propone construir en Cabo Rojo, en la misma provincia. Su principal afluente es el río Mu

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Río Pedernales, sector Mulito, sirve de frontera.

lito, cuyas aguas frescas y cristalinas - y la cadena de pequeñas cascadas que engalanan su curso - lo convierten en un atractivo turístico para bañistas y amantes de la naturaleza. De este último río se toma agua para operar una pequeña hidroeléctrica. La de forestación de la cuenca pone en riesgo el uso presente y futuro de los dos ríos.

El lugar de nacimiento del río Mulito no está definido, pero es probable que sea en las cercanías de la Loma La Manigua, Sierra de Bahoruco, cordillera que corre entre Haití y República Domi nicana. La gran mayoría de los demás afluentes son temporales y solo drenan en períodos de lluvia. Como en otras áreas, en la confluencia de los citados ríos hay una gran deforestación en el lado haitiano.

Parte del agua del río Mulito se utiliza para operar una microhi droeléctrica con capacidad instalada de 68 kilovatios. Se inau guró en 2017, con intenciones de beneficiar a 314 familias en las comunidades de Mencía y Altagracia, en esa importante región. En el año 1979, los gobiernos de la República Dominicana y Haití inauguraron un dique derivador del río Pedernales, construido a

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Río Mulito Río Pedernales, cerca de confluencia con el Mulito

un costo de RD$214,368.00, que aporta 0.25 metros cúbicos por segundo del caudal derivado para cada país. En el caso domini cano las aguas se usan para alimentar el acueducto que sirve a parte del municipio de Pedernales y para irrigar cerca de 14,600 tareas (918 hectáreas), en terrenos situados cerca del kilómetro 4 al este de la ciudad de Pedernales.

Una porción de 66.47 kilómetros cuadrados del Parque Nacional Sierra de Bahoruco, se encuentra dentro de la cuenca alta del río Pedernales y de sus drenajes. Pero existe una franja transversal de 16 kilómetros cuadrados de este parque que cada vez más incluye actividades agropecuarias, incluyendo el establecimien to creciente de plantaciones de aguacate. Esta situación pone en peligro las manchas de bosque nublado del parque y las principales fuentes del agua del río. La deforestación amenaza también la valiosa flora y fauna del Parque Sierra de Bahoruco, hábitat de especies endémicas y aves migratorias, que atraen tanto a científicos como a turistas nacionales y extranjeros.

La desembocadura del río Pedernales en el mar Caribe se ha ido deteriorando por la desaparición paulatina del bosque ribereño. Le afecta también la extracción de arena y el precario flujo de agua, que solo se alivia en períodos de lluvias.

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Río Pedernales en área fronteriza y dique derivador de agua

Cuenca del Río Artibonito 2

Con una superficie de 9,007 kilómetros cuadrados, esta cuenca contiene el mayor sistema fluvial de Las Antillas. Cerca del 29 por ciento de su territorio corresponde a la República Dominicana y el 71 por ciento a Haití. El Artibonito es el río de mayor longitud de la isla, con 321 kilómetros ubicados en Haití y 191 en la República Dominicana. Sus orígenes están entre las Lomas Puerto de Copey, a 1,323 metros sobre el nivel del mar, y La Sierrecita, a 1,525 metros sobre el nivel del mar, aproximadamente. Está ubicado a unos cinco kilómetros al noreste de la Loma Nalga de Maco, en río Limpio, República Dominicana. Desemboca en el Golfo de Gonaïves, Haití. El rango del caudal del río, aforado en

Pedro Santana, provincia de Elías Piña, en el suroeste del país, es de 5 a 16.90 metros cúbicos por segundo, dependiendo de la estación del año.

En territorio dominicano el río Artibonito es aprovechado en la toma de agua para viviendas, en el regadío de algunos predios cercanos a sus riberas y en balnearios como los de Restauración, donde el río presenta aguas cristalinas y un gran caudal. En la actualidad se elabora el Proyecto Hidroeléctrico Artibonito. Continuando con la región del suroeste dominicano, las princi pales subcuencas colectoras de aguas son las de los ríos Maca sías y Joca, con aportes importantes del río Tocino. El primero es el más aprovechado, con 40.7 kilómetros de canales y caudales totales de 2.80 metros cúbicos por segundo y que irrigan cerca de 23,700 tareas (1,490 hectáreas) en canales de riego. En el río Yacahueque, Distrito de Carrera de Yegua y en Palma Sola, en Arroyo Seco, también en el suroeste, existen dos presas que almacenan agua para riego.

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Río Artibonito en Las Rosas, Restauración

En la zona de nacimiento del Artibonito, la pluviometría anual está entre 1,800 y 2,000 milímetros, con presencia de bosques nublados, muy degradados a causa de las actividades agrícolas que se realizan en los dos países fronterizos. Se destacan como afluentes en la cuenca alta el arroyo El Café, y los ríos Maniel y Vallecito.

La subcuenca del río Joca, con 285 kilómetros cuadrados, es la más pequeña de ambas. Este río nace entre las Lomas Viajador, de la cordillera Central, a 1,919 metros sobre el nivel del mar, y el Monte de Joca, a 1,807 metros sobre el nivel del mar. Salvo un bosquecito nublado en esa área de nacimiento, otras partes altas de la cuenca se encuentran muy deforestadas. Otros terre nos, con cierta cobertura boscosa, se localizan en la parte media de esta subcuenca, específicamente al noroeste del pueblo de Pedro Santana, ubicado entre los pequeños poblados de Los Cercadillos y El Hato. Son lugares de fácil acceso, susceptibles de recibir el impacto de los seres humanos. Cercano a ellos, en el Hoyo de Joca, se planea construir una presa.

La segunda subcuenca es la del río Macasías, con cerca de 1,542 kilómetros cuadrados, abarcando un 59 por ciento del área do minicana. Es probable que su lugar de nacimiento sea en un área de humedales y drenajes cercanos a la Laguna Guardarra ya, situados encima del cauce ya visible en el cruce de la ca rretera que va desde Las Matas de Farfán a El Cercado, en el suroeste del país. Es importante saber que el mayor caudal de agua del río Macasías proviene del río Caña, que nace en Hondo Valle, municipio cercano a la frontera con Haití. Este recibe las escorrentías de 40 drenajes de primer orden que fluyen desde la Sierra de Neiba. Los dos ríos confluyen cerca de la comunidad de Los Jobos, camino a Bánica. Desde el norte, el río Macasías se alimenta de varios arroyos y ríos, como el Yabonico y Yaca hueque, que son aprovechados para irrigar terrenos agrícolas de buena calidad. Sobre el último río se construyó la presa del mis mo nombre, a un costo de US$18 millones en el Distrito Carrera de Yegua. El objetivo era irrigar 40,000 tareas (2,516 hectáreas) de la región. Se inauguró en 2019, pero no está equipada para producir energía hidroeléctrica. Otra presa menor es la de Palma Sola, rehabilitada en 2016 y construida sobre arroyo Seco, con fines de irrigar 38,000 tareas (2,390 hectáreas).

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Rio Artibonito, Restauración.
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Río Tocino, en El Cajuilito Río Joca, en Cercadillo Río Macasías, camino a Rinconcito

El río Macasías, después de utilizarse en el canal de riego del mismo nombre, confluye con el río Artibonito en Las Dos Bocas, a veces con un caudal muy menguado.

Otros aportes importantes de agua al río Artibonito son los del río Tocino, en la parte media de la cuenca, y los del río Libón, en la cuenca alta. Aunque este último nace en Haití, su principal caudal proviene de una docena de arroyos perennes y los recur sos hídricos de los ríos Neita y Gurabo, todos en territorio domi nicano. En el paraje El Corozo, en un llano al oeste del cerro Pan de Azúcar, inicia un tramo de 25 kilómetros como límite interna cional hasta el puente próximo a las comunidades de Tilorí, del lado haitiano, y Villa Anacaona.

En el centro de Haití, el río Artibonito fue represado en el año 1957 para construir la presa de Peligre. Ahora está inservible. Se ha sedimentado tanto que el embalse se usa como terreno de siembra. En la zona de Pedro Santana, Bánica, y otros lugares más fronterizos, el arrastre de sedimento es notorio.

La ejecución de proyectos con ríos fronterizos requiere el acuer do de los dos países. Por eso, muchas iniciativas se han frenado por problemas políticos, técnicos, ecológicos y económicos. El Artibonito se ha considerado como la única fuente fluvial de im portancia que puede proveer volúmenes considerables de agua para Haití, para propósitos múltiples. El manejo apropiado de los recursos forestales e hídricos que nutren ese río beneficia a la República Dominicana, pero es crítico para la vida de los habitantes de Haití.

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Ríos Artibonito y Macasías en Las Dos Bocas Rio Neita, afluente del Libón en Restauración

Cuenca del río Masacre o Dajabón3

El área de esta cuenca es de 723 kilómetros cuadrados, apro ximadamente, el 51 por ciento y el 49 por ciento entre el terri torio dominicano y el haitiano, respectivamente. Pero el aporte hídrico del lado haitiano está limitado por la deforestación y el uso inapropiado de terrenos abruptos en agricultura y pastoreo intensivo. El cauce del río Masacre, o Dajabón, tiene 47 kilóme tros de longitud, de los cuales unos 12 kilómetros marcan la fron tera domínico-haitiana. Nace en la Loma Pico de Gallo, cerca de Loma de Cabrera, provincia Dajabón, en el noreste de la frontera, y desemboca en la Bahía de Manzanillo, en el océano Atlántico, provincia Montecristi. El caudal histórico mensual medio (aforado en San Miguel) es de 3.68 metros cúbicos por segundo.

Del río depende una red de 57 kilómetros de canales de riego con capacidad de conducir un total de nueve metros cúbicos por segundo e irrigar cerca de 58,274 tareas (3,665 hectáreas). El río Masacre aporta 0.1 metros cúbicos por segundo para el acueducto de Dajabón, ciudad fronteriza, y alimenta la Laguna Saladilla. Baña con aguas enriquecidas del manglar la zona de su estuario, actualmente en buenas condiciones y con una gran población de cangrejos. En la cuenca se encuentra la presa La Piña, construida en el sector Los Miches, a un costo de RD$269 millones e inaugurada en 2020. La capacidad de almacenamien to de su embalse es de un millón de metros cúbicos y se alimen ta de los arroyos La Piña y Bimbín. Sus aguas fortalecen el caudal del canal Juan Calvo con fines de irrigación agrícola. En horas tempranas de la mañana, anchas franjas de la presa se cubren de una espesa niebla, de siluetas de árboles retorcidos y de un silencio que adormece, solo roto por esporádicos graznidos de las gallaretas.

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Río Masacre, en Manzanillo.
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Presa Cola de Caballo, Dajabón Presa La Piña, Dajabón Presa La Piña, paisaje matutino

Otra presa es la Cabeza de Caballo, construida en 1988 en la comunidad La Peñita, a 20 kilómetros al sur de la provincia de Dajabón. Su embalse de 0.6 millones de metros cúbicos, se ali menta del arroyo Cabeza de Caballo, que confluye con el Ma sacre a unos 170 metros después de la presa. Fue construida en 1988 con fines de aportar agua para el acueducto e irrigación agrícola. Problemas estructurales y la deforestación del área la mantienen fuera de operación.

En Loma de Cabrera, municipio de la provincia de Dajabón, se encuentra el Salto del Masacre, lugar que atrae a muchos turistas y lugareños. Se contabilizan 32 afluentes que aportan agua al río Masacre. El río Capotillo es el principal.

En el lado haitiano, los aportes hídricos del Masacre vienen por la vía del río Gens De Monte, que confluye con el río Capotillo, también llamado Bernar, en la misma frontera, a unos 10 kilóme tros al sur de la ciudad de Dajabón. Más hacia adelante, el río Capotillo alimenta el caudal del Masacre, próximo a la comu nidad Don Miguel. Sus principales subcuencas en la parte alta son la del río Manatí, con 55 kilómetros cuadrados, aproximada mente, y la del río Dajao, con 23.74 kilómetros cuadrados. En la cuenca media y baja está el río Guajabo, cuya subcuenca tiene 209.67 kilómetros cuadrados.

Las áreas protegidas dentro de esta cuenca suman 38.42 kilóme tros cuadrados, un 10.47 por ciento del territorio de la cuenca. Son ellas: las reservas forestales río Chacuey y Cayuco, el refugio de vida silvestre Laguna Saladilla, que tiene la mayor proporción, y el parque Nacional Estero Balsa, con apenas 0.01 kilómetros cuadrados. Los bosques cubren un área de 121.31 kilómetros cuadrados, un 36.66 por ciento de la cuenca. La integridad de la mayoría de ellas está bajo constante acoso.

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Presa de Chacuey, Dajabón El Masacre se pasa también en bote Salto del Masacre, Loma de Cabrera

Cuenca del río Nizaíto 4

Con un área de 173 kilómetros cuadrados, esta cuenca se encuentra localizada en la vertiente oriental de la Sierra de Bahoruco, provincia Barahona. El río Nizaíto tiene 26 kilómetros de longitud, una pendiente media pronunciada y un caudal histórico mensual medio de 3.32 metros cúbicos por segundo, aforado en Villa Nizao. Nace en Loma Las Cuevas, situada a 1,300 metros sobre el nivel del mar, al norte de los poblados Polo y Las Auyamas; desemboca en el mar Caribe. Su afluente principal es el arroyo Las Auyamas.

El río Nizaíto es notable por su caudal y aguas cristalinas. No solo alimenta el acueducto del municipio de Paraíso, sino que de

él se extraen 1.5 metros cúbicos por segundo para irrigar 50,832 tareas (3,197 hectáreas) en el sediento municipio de Oviedo, a 52 kilómetros de distancia. La conducción del agua se hace por canales de cemento, a veces empotrados en la tierra o por ca nales puentes (flúmenes) para conectar depresiones del terreno. Son obras de ingeniería que merecen elogios.

El río Nizaíto pasa por detrás del famoso complejo ecoturístico Rancho Platón y es aprovechado por los huéspedes para paseos en tubos de goma.

En la subcuenca se destacan dos ríos cortos como afluentes prin cipales: el río Cortico, que nace en la Loma Los Lirios, a 1,236 me tros sobre el nivel mar, y el río Sito, cuyos orígenes se encuentran próximos a la Loma Charco Prieto, a 1,351 metros sobre el nivel del mar. Este último se une al Nizaíto cerca del poblado de Paraí so, ubicado en la provincia de Barahona, en el suroeste del país.

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Río Nizaíto, en Paraíso

Por las características geológicas de la región, la mayoría de los drenajes que están situados en la parte alta del valle intramonta no de Polo no son continuos; se sumergen en las proximidades del valle.

Las últimas estadísticas reportan una cobertura arbórea de 82.23 kilómetros cuadrados dentro de la cuenca, principalmente plan taciones de café bajo sombra. Sin embargo, el sitio de nacimien to del río Nizaíto es dedicado a la agropecuaria y está muy de forestado.

Cerca de 10 kilómetros cuadrados del territorio de la cuenca es tán bajo protección legal. Una porción del monumento Natural Padre Domingo Fuerte, con 6.7 kilómetros cuadrados, es la prin cipal área protegida. El resto son las vías panorámicas de Cabral a Polo y la del Mirador de Paraíso.

Sobre este río se habla acerca de la posibilidad de construir una presa para llevar agua a las proximidades de Pedernales, en el su roeste profundo, para complementar la demanda actual y futura.

Río Nizaíto, toma de agua

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Balneario Los Patos, Barahona

Cuenca del río Bahoruco 5

La superficie de esta cuenca es de 60 kilómetros cuadrados, ubicada en la provincia Barahona. El río Bahoruco tiene solo 10 kilómetros de longitud y un caudal aproximado de 1.5 metros cúbicos por segundo (estimación del autor). Sus orígenes están en el lugar denominado La Última Razón, a 1,603 metros por encima del nivel del mar, y desemboca en el mar Caribe, a poca distancia de su vecino Nizaíto. Su principal cuenca colectora de agua es la del arroyo Brazo Seco.

El cauce del río Bahoruco es una cadena de balnearios naturales, entre los que se destacan Los Morones, Felicidad y, especialmen te, La Plaza. Todos son de aguas cristalinas, y en varios tramos

se destacan colores azules y turquesas. Las visitas guiadas son manejadas por la Cooperativa para el Desarrollo de La Ciénaga (COOPEDECI), conformada por 64 mujeres y ocho hombres.

El área de nacimiento del río Bahoruco, localizado en la provincia de Barahona, está fortalecida por más de una docena de arroyos y cañadas que vienen de lomas adyacentes, entre las que desta can: Loma Pie de Palo, Guacho y Loma Remigio, a 1,532, 1,287 y 1,220 metros por encima del nivel del mar, respectivamente. En ellas existe una de las mejores poblaciones de bosque de mana clas del país, y la de mayor importancia de la Sierra de Bahoruco. En la subcuenca del arroyo Brazo Seco, sus principales afluentes provienen de la Loma Pie de Palo, con aguas que en la cuen ca media y baja corren subterráneas la mayor parte del tiempo. Otro importante afluente es el arroyo Infierno, con sus principa les aportes acuíferos que provienen de la Loma Remigio, a 1,100 metros sobre el nivel del mar. En todas estas lomas quedan to davía buenas coberturas de bosques nublados.

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Río Bahoruco, cerca de la desembocadura

El cauce del río Bahoruco discurre en un cañón flanqueado por montañas altas, con piedras grandes mayormente calizas y ve getación arbórea adecuada. Los charcos son numerosos, estima dos por algunos lugareños en más de veinticinco; las cascadas pequeñas y medianas son también abundantes. En épocas de sequía prolongada el río desaparece en un tramo de 2.5 kiló metros, aproximadamente, y en el área en que se sumerge se escucha una fuga de agua, debido quizá a las cavernas que existen en toda la zona. La cobertura vegetal de la cuenca es principalmente arbórea, incluyendo plantaciones de café bajo sombra. Las principales actividades agrícolas están un poco limi tadas por las pendientes abruptas y la naturaleza calcárea de los terrenos. Sin embargo, en épocas recientes se han incrementado las siembras de yautía, guineos y otros rubros, lo que mueve a preocupación.

Parte del recorrido al balneario La Plaza se puede hacer en vehí culo 4x4 o todoterreno, para luego caminar entre lomas y cruces del río por cerca de hora y media. COOPEDECI organiza tam bién recorridos por los trillos de la loma, algunos de los cuales llegan hasta el poblado de El Cachote, donde se encuentran otros atractivos.

Además de poder acampar en algunos lugares del río y trillos, en el área cercana hay otras alternativas de alojamiento, incluyendo el famoso complejo turístico Casa Bonita.

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Río Bahoruco, balneario Los Morones Río Bahoruco, balneario La Plaza

Cuenca del río Yaque del Sur 6

Por sus dimensiones, es la tercera cuenca hidrográfica del país, con cerca de 4,992.8 kilómetros cuadrados, equivalentes al 10.36 por ciento del área de la República Dominicana. Cubre parte de las provincias de La Vega, San José de Ocoa, San Juan, Azua, Barahona y Bahoruco. El río principal, el Yaque del Sur, tiene 200 kilómetros de longitud y un caudal histórico mensual medio de 45.31 metros cúbicos por segundo, aforado en Villarpando. Se toma como su lugar de nacimiento la vertiente sur de la Loma La Rucilla, a 3,038 metros sobre el nivel del mar (solo uno de sus arroyos se origina en la Loma Pico del Yaque). Desemboca en el mar, cerca del aeropuerto María Montés, en Barahona.

Aunque en diferentes ríos, esta cuenca posee siete centrales hi droeléctricas que generan al año cerca de 213.6 gigavatios hora, por un valor aproximado de US$20 millones (exceptuando la Po tencia Firme). Estas son: El Salto de Constanza, Palomino, Saba na Yegua, Magueyal, Los Toros, Sabaneta, Domingo Rodríguez y, en proceso de construcción, Monte Grande. El río Yaque del Sur alimenta canales de riego de mucha importancia, entre ellos el imponente canal Ysura, que no solo irriga cerca de 250,000 tareas (15,723 hectáreas) de predios ubicados en zonas áridas y algunas salinas, sino que también abastece varios acueductos y es aprovechado dos veces para generar electricidad sin nece sidad de embalses. Otros ríos de la cuenca aportan agua para acueductos e irrigación agrícola.

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Río Yaque del Sur, después de dique de Villarpando
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Rio Yaque del Sur, en Padre Las Casas Río San Juan, en El Ingenito Presa de Palomino

Los afluentes principales del Yaque del Sur son los ríos San Juan, Mijo, Grande o del Medio, y Las Cuevas. Los balnearios más espectaculares están en el río San Juan y el principal salto es el de Aguas Blancas, en Constanza, que atrae a muchos visitantes. Las aguas de la cuenca proceden principalmente de la cordillera Central, y de tres sierras: Bahoruco, Neiba y Martín García. Da tos del año 2012 indican una cobertura boscosa aproximada del 52 por ciento de su territorio, conformada principalmente por bosque seco. En esta cuenca hay porciones de 12 áreas pro tegidas, que suman 2,061,45 kilómetros cuadrados (41.28 por ciento de su territorio): principalmente los parques nacionales José del Carmen Ramírez y Valle Nuevo, con 749 y 450 kilóme tros cuadrados, respectivamente. Sin embargo, la ganadería y los cultivos de ladera están presentes en todas las áreas legal mente protegidas, con impactos negativos para los principales afluentes del Yaque del Sur.

El primer aprovechamiento de gran magnitud en la cuenca alta del Yaque del Sur es la presa de Palomino, construida a un cos to de US$400 millones e inaugurada en 2012. Está ubicada en la confluencia con el río Blanco, en el municipio fronterizo de Bohechío, provincia San Juan de la Maguana. La superficie del embalse es de 220,000 metros cuadrados y puede almacenar hasta 3.3 millones de metros cúbicos. De ahí el agua se conduce a la casa de máquina, donde están las turbinas y los generado res, por un túnel de 13.5 kilómetros de longitud y cinco metros de diámetro, con una caída bruta de 360 metros. Su potencia instalada de producción hidroeléctrica es de 80 megavatios; la producción de electricidad en 2020 fue de 117 gigavatios hora.

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Presa de Sabaneta
Río Mijo, Km 13

De las cuatro subcuencas colectoras de agua que tiene el Yaque del Sur, dos están en su lado oeste: las de los ríos San Juan y Mijo, las cuales confluyen antes de unirse al Yaque. Las otras dos están ubicadas en el este: las de los ríos Las Cuevas y Grande, o Del Medio. El río San Juan, considerado el principal afluente del Yaque del Sur, nace en la Loma La Viuda, a 2,801 metros por en cima del nivel del mar, calificada como la zona mejor conservada del parque nacional José del Carmen Ramírez. En sus tramos al tos el río San Juan exhibe aguas cristalinas y un caudal vigoroso, con una cadena de balnearios espectaculares de aguas que se cuelan entre rocas grises y charcos de profundidades distintas. La carretera que llega a su confluencia, a través del arroyo Los Higuitos, facilita el acceso para disfrutar de esas bellezas. Con un caudal medio de 8.13 metros cúbicos por segundo, el citado río vierte sus aguas en la presa de Sabaneta, en la provincia San Juan de la Maguana, construida a un costo de US$36 millones con propósito múltiple. Fue inaugurada en 1981. Hace algunos años el volumen útil de almacenamiento de agua en el embalse era de 58 millones de metros cúbicos, pero los más de 23 mi llones de metros cúbicos de sedimentos que tiene ese embalse han disminuido ese volumen, reflejo claro de la deforestación de la cuenca. Desde el embalse, el agua se conduce a la casa de máquina por un túnel y una tubería de presión con una caída neta de 65 metros. La potencia instalada es de 6.4 megavatios; la producción hidroeléctrica en 2020 fue de 18 gigavatios hora. Las aguas turbinadas, y las de los vertederos, caen de nuevo al curso del río San Juan. A unos 500 metros se derivan 6.5 metros cúbicos por segundo, de agua para el canal José Joaquín Pue llo, que irrigan cerca de 300,000 tareas (18,867 hectáreas). Por un diseño ingenioso que se repetirá en otros lugares, el agua del canal es usada para operar la central hidroeléctrica Domingo Rodríguez, inaugurada en 2004 y cuya potencia instalada es de 3.6 megavatios. La producción de energía en 2020 fue de 0.019 gigavatios hora. La operación consiste en derivar agua del canal hasta la obra de toma, luego conducirla a una cámara de recar ga (un pequeño embalse de cemento a cielo abierto), y trans portarla a la casa de máquina por un tubo metálico de presión. Después de generar electricidad, retorna a los canales de riego.

Tras su paso por el área urbana del municipio de San Juan de la Maguana, el río San Juan recibe agua producida en la Sierra de Neyba por medio del río Los Baos. Más hacia delante, a menos de un kilómetro, se encuentra el río Mijo. Este último nace en la Loma de La Medianía, a 2,700 metros por encima del nivel del mar, donde también surgen varios afluentes principales del río Macutico, a menos de cinco kilómetros al este de la Loma La Viuda.

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Río Guayabal cerca de la unión con río Las Cuevas
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Salto de Aguas Blancas, Constanza Rio Grande, en ruta hacia presa Sabana Yegua

Veamos el río Las Cuevas, otro de los afluentes principales del Yaque del Sur. Ese río nace en la Loma Tetero de Mejía, provincia San José de Ocoa, a 2,330 metros sobre el nivel del mar. A su paso por la comunidad de Guayabal, en Padre Las Casas, recibe agua del caudaloso arroyo Guayabal y sigue por un ancho cañón de las montañas, captando aguas de varios arroyos.

El otro afluente importante del Yaque del Sur es el río Grande o Del Medio, llamado así porque está en el medio del primero y del río Las Cuevas. Nace en la Loma, El Macho, a 2,330 metros sobre el nivel mar, en el Parque Juan Bautista Pérez Rancier (Valle Nuevo). La acumulación de sus aguas, antes del filo de un relie ve abrupto, produce el salto de Aguas Blancas, en Constanza, cuya altura de 83 metros y aguas frescas o frías, lo sitúan como uno de los lugares más visitados de la región. En su trayecto por Constanza ese río - con un caudal precario de un metro cúbico por segundo - aporta agua para el acueducto del referido muni cipio, y también para el riego agrícola. En el sector de El Chorro alimenta la minihidroeléctrica El Salto, con potencia instalada de 0.66 megavatios, que en 2020 produjo 1.6 gigavatios hora.

Los cauces de los tres afluentes principales de la cuenca del Ya que, los ríos Las Cuevas, Grande o del Medio y Yaque del Sur, corren en dirección este-oeste el primero, y norte-sur los res tantes. Confluyen en el drenaje natural que se aprovechó para unirlos en el embalse de la presa de Sabana Yegua. Con una novedad: las aguas del Yaque ya turbinadas en la presa de Pa lomino son vertidas en el cauce del río Grande o del Medio. Por tanto, el Yaque del Sur entra a la presa con un caudal menguado. La presa de Sabana Yegua fue inaugurada en 1980. El costo de construcción fue de US$80 millones. El volumen útil del embalse es de 334.7 millones de metros cúbicos. La casa de máquina está al pie del dique de la presa, y el agua llega hasta ahí por un túnel con una caída de 63 metros. La potencia instalada es de 13 megavatios y la producción de energía en 2020 fue de 42.5 gigavatios hora.

Presa Sabana Yegua, entrada del río Yaque del Sur, a la izquierda

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De ahí en adelante el Yaque del Sur, enriquecido por los afluen tes citados, toma su nombre y se desliza entre predios de pláta nos, vegetales y otros rubros. Al llegar al sector de Villarpando confluye con el río San Juan, que proviene del oeste. En esa unión hay un dique de cortina. La mayor parte del agua sigue su curso normal y cerca de 12 metros cúbicos por segundo son derivados para iniciar el canal Ysura, diseñado para un caudal de 25 metros cúbicos por segundo. A poca distancia, cerca de dos metros cúbicos por segundo se derivan a una cámara de carga y después, con una caída de 65 metros, van a la casa de máquina de la hidroeléctrica Magueyal. Esta fue construida en 2008, a un costo de US$13.7 millones. Su potencia instalada es de 3.2 megavatios y su producción histórica de energía es de 11 gigavatios hora.

Las aguas turbinadas de Magueyal son devueltas al Yaque. Ahí se unen con las de este último, tras pasar por la cortina de Hato Nuevo, y corren hacia el sur, por lo que ahora hay dos Yaques: este último y el que corre por el canal Ysura. En el lugar deno minado Oreganito, a 20 kilómetros de Azua, parte de las aguas de este canal son nuevamente turbinadas en la hidroeléctrica Los Toros. Fue construida en el año 2000, a un costo de RD$317 millones, más RD$12 millones de contrapartida del Estado do minicano. La capacidad instalada es de 9.7 megavatios. En 2020 produjo 23.4 gigavatios hora de energía. Las aguas turbinadas se unen con las del río Tábara.

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Hidroeléctrica Los Toros; a la derecha río Tábara
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Ríos Yaque del Sur y San Juan, dique Villarpando
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Río Yaque del Sur, Los Guiros; a la izquierda futuro embalse de Monte Grande

El cauce del Yaque serpentea a través del sediento sur, bene ficiando a los pobladores y productores de Los Güiros y otros parajes ubicados cercanos a sus riberas. En Monte Grande se construye actualmente la presa del mismo nombre. Su costo ori ginal de US$249 millones sigue en aumento, debido a cambios en el diseño y a los precios de los materiales. Se espera que esta obra provea agua para los acueductos de Barahona e irrigue unas 300,000 tareas (18,868 hectáreas). Su potencia instalada será de 18 megavatios.

Más hacia abajo del lugar de la referida presa, las aguas del Ya que del Sur, con el auxilio de canales, continúan irrigando cul tivos de plátanos, vegetales y frutales en Quita Coraza, Fondo Negro, Tamayo, Vicente Noble, Uvilla, Jaquimeyes y otros po blados. Lamentablemente, las crecidas del río dañan cultivos y propiedades; se espera que la presa las amortigüe.

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Lago Enriquillo
Río Yaque del Sur; Vicente Noble

Una función ecológica importante del río Yaque del Sur ocurre entre él y en la cercanía de la Laguna Cabral o Rincón, comuni cados ambos por el canal Mena y en menor grado por el canal Trujillo, actualmente taponado con sedimentos de tierra y de sechos. La laguna es un Refugio de Vida Silvestre, hábitat de la única tortuga endémica - la jicotea sureña Trachemys decorataya colocada en la lista de especies en vías de extinción. Además, abundan patos, ibis y otras aves. El embalse de agua es utilizado también en la producción y captura de peces, y en paseos re creativos. Y hay más: en tiempos en que el embalse se saturaba, vertía agua al lago Enriquillo. Sin embargo, hoy hay problemas: la superficie y el flujo de agua hacia la laguna ha bajado a niveles críticos debido a la sedimentación del río, a las construcciones de carreteras y otras causas.

En la cercanía de la Laguna Cabral o Rincón, el cauce del Yaque del Sur da un giro brusco hacia el oeste y desemboca en la Bahía de Neyba, no lejos del aeropuerto María Montez, de Barahona.

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Balneario Las Marías, cerca de Neyba. Desembocadura Río Yaque del Sur, Barahona

Cuenca del río Tábara 7

Esta cuenca tiene 414.31 kiómetros cuadrados, con más del 90 por ciento de su territorio en la provincia de Azua y el resto en la de Barahona. El río tiene cerca de 93 kilómetros de longitud, y un caudal mensual promedio de 0.80 metros cúbicos por se gundo. Su nacimiento está en la cercanía de Los Calimetes y Los Naranjitos, en la provincia de Azua, y en la cordillera Central, a una altura de 1,400 metros por encima del nivel del mar. En la actualidad esas áreas están dedicadas al cultivo de café y otros rubros agrícolas.

El principal afluente del río Tábara es el arroyo Biafara, que nace entre las lomas Firme Manuel Chiquito, a 700, y El Salte, a 777

sobre el nivel del mar, respectivamente. Otros drenajes impor tantes son la cañada Higo Grande y el arroyo Pondequiera, to dos localizados en la zona de máxima pluviometría de la cuenca, que acumulan 1,000 milímetros anuales.

Desde la Sierra Martín García emergen una docena de arroyue los y cañadas. La mayoría tienen caudales temporales debido a las características geológicas de esa sierra y a la baja pluviome tría que oscila entre 800 y 1,000 milímetros. En toda la cuenca baja, y en más del 60 por ciento del territorio, la pluviometría apenas alcanza los 600 milímetros. Varios drenajes se unen al arroyo Las Lajas en la cuenca baja del río Tábara.

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Arroyo El Higo, aflluente del río Tábara

La cobertura boscosa ronda los 235.49 kilómetros cuadrados, 56.84 por ciento del área de la cuenca, conformada principalmente por bosque seco. Además, hay también porciones de café bajo sombra en la cuenca alta y manglares en la cuenca baja. La cuenca tiene el privilegio de contar con porciones de cinco áreas protegidas que suman 324.24 kilómetros cuadrados, o sea, 78.26 por ciento de su territorio. Estos son los parques nacionales Anacaona y Sierra Martín García; las reservas forestales Barrero y Loma, y el refugio de vida silvestre Manglares de Puerto Viejo. Recientemente, se agregó la reserva privada Siembra de Agua, de la Fundación Sur Futuro, de 1.5 kilómetros cuadrados, en la que el río Tábara confluye con la cañada Higo Grande.

El río aporta agua para el acueducto de Tábara y para la irriga ción de predios agrícolas de la zona. Cerca del municipio de Azua su aporte es de extrema importancia, debido a la aridez del entorno. El agua ya turbinada en la hidroeléctrica Los Toros, que proviene de uno de los ramales del canal Ysura, alimenta el caudal del Tábara.

La cuenca baja del río Tábara es muy amplia. Sin una delimitación visible se une con la de los ríos La Auyama y Jura, al este, donde uno de los ramales del Tábara, junto a los otros dos, desemboca en la hermosa Bahía del Jura y contribuye con la productividad pesquera de la zona. Del lado oeste, otro de los ramales se in terna en los amplios humedales de Puerto Viejo.

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Río Tábara, a su lado hidroeléctrica Los Toros Río Tábara Reserva Siembra de Agua, de Sur Futuro, río Tábara a la derecha Río Tábara en la bahía del Jura

Cuenca del río Yaque del Norte 8

Esta cuenca, ubicada en la cordillera Central del país, tiene 7,050 kilómetros cuadrados y cubre partes de las provincias de La Vega, Santiago, Valverde, Santiago Rodríguez, Dajabón y Montecristi, con regímenes de lluvia que van desde lluvioso en la parte alta de la cuenca hasta semiárido y árido en la parte baja. El río Yaque del Norte tiene 295 kilómetros de longitud, el más extenso del país, con un caudal histórico mensual promedio de 39.88 metros cúbicos por segundo (aforado en Las Charcas). Por mucho tiempo se ha identificado el Pico del Yaque, en la cordillera Central, como su lugar de nacimiento, pero en las ho jas topográficas oficiales el nombre del río Yaque solo aparece después de la confluencia de los ríos Los Guanos y Los Tablones,

ambos ubicados en el parque nacional Armando Bermúdez, que serían sus precursores. El río desemboca en la Bahía de Manzani llo, provincia Montecristi, en el extremo noroeste del país.

En la cuenca hay nueve presas hidroeléctricas y de riego: Jime noa, Baiguaque, Tavera-Bao, López-Angostura, Brazo Derecho, Monción, Contraembalse de Monción y la Maguaca, las cuales generan cerca de 470 gigavatios hora. Es la fuente principal de agua para los acueductos de la región conocida como la Línea Noroeste del país, así como las provincias de Santiago y la ciu dad de Moca. Abastece grandes canales que irrigan cerca de 1,100,000 tareas (70,000 hectáreas) y benefician a unos 15,000 productores en cultivos de alto valor económico. En sus partes altas tiene excelentes balnearios. Sin embargo, el río está afec tado por la contaminación, debido a su paso por lugares pobla dos y por la deforestación en los nacimientos de muchos de sus afluentes. La demanda de agua en la cuenca se está acercando a la oferta disponible.

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Río Yaque del Norte, en Mao

Dentro de los límites de esta cuenca hidrográfica se destacan 26 áreas protegidas, que ocupan un total de 2,340.64 kilóme tros cuadrados, igual al 33.96 por ciento del territorio de esta. Entre ellas están partes de los parques nacionales Valle Nuevo y Armando Bermúdez, con 21.7 y 74 kilómetros cuadrados, res pectivamente. También de las reservas científicas Ébano Verde y Las Neblinas, de los monumentos naturales Diego de Ocampo y La Tinaja, y otras. Todas estas últimas en menores proporciones que los parques nacionales.

Tanto el río Yaque del Norte como sus principales afluentes apor tan en su recorrido grandes beneficios. Su belleza y biodiversi dad se maximizan en su curso por el parque nacional Arman do Bermúdez. El río Los Tablones, que ya trae las aguas del río Arraiján, confluye con el Yaque en el sitio llamado La Boca de los Ríos, en Manabao, donde se crea un balneario que atrae a mu chos visitantes. La claridad del agua del Yaque, desde Manabao hasta más allá de La Guázara, invita al visitante a sumergirse en los balnearios permanentes o temporales que se forman depen diendo de la intensidad de las corrientes. Estas últimas, y los re lieves desiguales de su cauce, son aprovechados para la práctica de rafting y los paseos en botes, que se inician en Los Calabazos y en La Guázara. Desde Manabao, los aportes más importantes al caudal del Yaque han sido los del río Los Dajaos y el vigoroso arroyo El Cercado, cerca de La Guázara. A su paso por el sector La Piña encuentra una gran depresión que se convierte en un balneario de aguas profundas. Así llega hasta la famosa con fluencia con el río Jimenoa, su principal afluente, para crear un balneario que ha sido el disfrute de muchas generaciones.

El Jimenoa es responsable de colectar todas las aguas de ríos, arroyos y cañadas del extremo oriental de la cuenca. Cuenta con dos saltos de agua que por sus balnearios y paisajes aledaños atraen a muchos visitantes. El primer salto se encuentra a ocho kilómetros de la carretera que conecta a los pueblos montaño sos de Jarabacoa y Constanza, entrando por la izquierda, donde parte de las aguas del río son represadas y conducidas a una central hidroeléctrica por un túnel y una tubería de presión que totalizan 1.7 kilómetros. Esta hidroeléctrica fue construida en 1954, pionera en el país. Su potencia instalada es de 8.5 mega vatios y en 2020 produjo cerca de 42 megavatios hora.

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Confluencia ríos
y Arraiján
Tablones
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Yaque del Norte en La Guázara Yaque del Norte; turista en parque Armando Bermúdez
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Salto de Jimenoa Confluencia ríos Yaque y Jimenoa

El salto más conocido está en la carretera que conduce a los sectores de Sabaneta y Mata de Plátano. Tiene 30 metros de altitud. El caudal del salto ha disminuido bastante, pero todavía es muy visitado.

Los ríos La Palma y Baiguate son los afluentes principales del Jimenoa. El Baiguate tiene un salto de 20 metros de alto y es también muy visitado. Está a 2.7 kilómetros en un desvío a la derecha de la carretera Jarabacoa-Constanza. La confluencia del río Baiguate con el Jimenoa está en la sección Sabaneta, donde el primero descarga muchos desechos y causa la turbidez que casi siempre muestra el río Jimenoa.

En su ruta hacia el norte, en el lugar de Tavera, el Yaque recibe aguas del río Guanajuma, cuya cuenca está relativamente bien reforestada. Este río tiene varios balnearios de importancia.

Con un caudal regulado de 17.1 metros cúbicos por segundo, las aguas del Yaque del Norte alimentan la presa de Tavera, construida en el año 1973 en el lugar de mismo nombre, a 35 kilómetros al sur del municipio de Santiago de los Caballeros, la segunda ciudad más importante del país. Su construcción fue valorada en US$43.5 millones.

Con esta obra se inició el complejo Tavera-Bao-López-Angostura con propósito múltiple, todos teniendo como fuente el Yaque del Norte y el río Bao, su afluente principal. La presa de Bao, construida en 1981 a un costo de US$75.3 millones, tiene como fuente el río del mismo nombre y entra al embalse con un cau dal aproximado de 18.9 metros cúbicos por segundo. Otros ríos como Jánico, Jagua, Baiguaque y Guanajuma alimentan tam bién esta presa. La capacidad del embalse de Bao es de 244 millones de metros cúbicos, de los que se derivan cuatro metros cúbicos por segundo como fuente principal del acueducto del Cibao. Se resalta que el embalse de Bao fue conectado al de Tavera por un canal a cielo abierto de 1.5 kilómetros y operan como un solo embalse, con capacidad para almacenar 417 mi llones de metros cúbicos. Por este diseño, la casa de máquinadonde están las turbinas y los generadores- solo está conectada con el embalse de Tavera. Lo hace por un túnel cerrado de 4.25 kilómetros de largo, 6.5 metros de diámetro, una caída de 110 metros y un caudal de 100 metros cúbicos por segundo. Esa casa de máquina está en el sector Monte de la Zanja, municipio de Sabana Iglesia, a más de cuatro kilómetros de distancia de la presa. La capacidad de generación instalada es de 100 megava tios. La producción media anual de electricidad de los últimos años ha sido de 170 gigavatios hora por año.

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Río Guanajuma, El Caimito de Jánico Salto de Jimenoa, visitantes Salto Baiguate, Jarabacoa

Por su fácil acceso y por la existencia de varios restaurantes con tiguos a la presa de Tavera, esta es una de las más visitadas del país. En su embalse los boteros locales organizan paseos para los interesados y se practica la pesca. En el canal que conecta las dos presas se practica el windsurfing y se celebran competencias de este deporte.

Retomemos los comentarios sobre el río Bao. Con una cuenca de 903 kilómetros cuadrados, es el mayor afluente del Yaque del Norte en todo su trayecto. Nace entre las lomas La Pelona, a 3,087 metros por encima del nivel del mar, y Pico Barraco. Entre ambas lomas hay un firme de unos seis kilómetros que separa los parques nacionales Armando Bermúdez y José del Carmen Ra mírez, donde existen arroyos y cañadas que alimentan al Bao en su vertiente norte y hacia el sur a los ríos Blanco, Macutico y La Tortilla, los cuales alimentan el Yaque del Sur. Antes de la cons trucción de las presas, el Bao se unía con el Yaque en la Boca de los Ríos, y al noroeste con el contraembalse de López; ahora lo hace por medio de los embalses. La cuenca de Bao cubre parte de los poblados de Juncalito, Jánico, Mata Grande y Las Place tas. Los principales afluentes del Bao son los ríos Jánico, Jagua, Baiqueque y Guanajuma. Se calcula que el caudal del Río Bao contribuye con el 30 por ciento, aproximadamente, del caudal que tiene el Yaque del Norte.

La tercera obra del complejo es el contraembalse de López, ubicado a pocos metros de la central de Tavera. Su función es almacenar las aguas turbinadas en la citada central, enviar por bombeo 1.5 metros cúbicos por segundo al acueducto del Ci bao y otra parte a Angostura, donde existe una central ubicada en Las Charcas, a cuatro kilómetros de distancia hacia el norte. El embalse de López tiene una capacidad total de 4.4 millones de metros cúbicos y el agua es conducida hasta la central de Angostura por un túnel cerrado de 3.9 metros de longitud y 4.2 metros de diámetro. La potencia instalada es de 18 megavatios. El promedio de producción anual de electricidad de esta central ha sido de 88 gigavatios hora.

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Yaque del Norte, balneario Timberke, Santiago Presa de Bao y muro Presa de Tavera

Cercana y al sur de la presa de Tavera, existe una pequeña hi droeléctrica denominada Baiguaque, alimentada por el río del mismo nombre, una afluente del río Jagua, otro río hermoso que crea decenas de balnearios desde Juncalito hacia el sur. La men cionada hidroeléctrica inició sus operaciones en 1995. Su pro ducción de energía en 2020 fue de 0.86 gigavatios hora. Des pués de turbinadas, las aguas entran a la presa de Bao.

El agua turbinada de Angostura se vierte otra vez al Yaque. El cauce del río se ensancha hasta unos 100 metros y crea el bal neario llamado Timberke, con aguas relativamente claras. Un poco hacia abajo el cauce se divide creando una bella isleta. Otros balnearios, aguas abajo, como El Aguacate y Las Charcas, son también apreciados.

La contaminación del río, reflejada en la turbidez del agua, au menta a su paso por la ciudad de Santiago de los Caballeros y sus suburbios. La contaminación es provocada por causa de las viviendas e industrias asentadas en las riberas del río. La cons trucción de una avenida sin edificaciones, en el lado oriental del río, y el parque Mirador del Yaque bordean varios kilómetros de su cauce y han disminuido la posibilidad de mayores contami naciones. En el sector denominado La Otra Banda se encuentra la obra de toma que alimenta el canal de riego Ulises Francisco Espaillat, con un caudal promedio de 18 metros cúbicos por se gundo, que irriga cerca de 390,000 tareas (24,000 hectáreas). Más hacia el noroeste se deriva el canal Monsieur Bogaert, con un caudal promedio de cinco metros cúbicos por segundo, que irriga cerca de 136,500 tareas (8,585 hectáreas). A la altura del municipio de Navarrete, ubicada en el extremo noroeste de esta provincia, se localiza la hidroeléctrica Brazo Derecho, que opera con el agua del canal Ulises Francisco Espaillat. Su capacidad instalada es de 2.8 megavatios, y la producción de energía en el 2020 fue de 7.5 megavatios hora.

Los canales mencionados, junto a los de Villa Vásquez, Fernando Valerio, Jicomé y otros, marcan la gran contribución de las aguas del Yaque del Norte y sus afluentes. Aunque casi siempre son turbias, se internan en diferentes direcciones de zonas áridas, vía su cauce natural o canales secundarios construidos en varias etapas irrigan cultivos de aguacates, bananos, arroz, vegetales y otros, que no prosperarían sin este valioso bien.

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Río Bao, en La Placeta Yaque del Norte, balneario Las Charcas, Santiago
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Río Mao

Las fuentes de agua que nacen o transitan por zonas de La Sierra mantienen vivo y fortalecen el caudal del Yaque del Norte. Entre ellos se encuentra el río Mao, con caudal de 20.59 metros cúbicos por segundo (aforado en Bulla, Monción), el cual es otro protagonista de esta cuenca. Nace en la estribación norte de la cordillera Central, a 940 metros a nivel del mar, y se une al Yaque del Norte cerca del poblado de Boca de Mao, provincia Valverde, después de recorrer 105 kilómetros. En su descenso por Monción, provincia Santiago Rodríguez, el río se convierte en el embalse de la presa de Monción, alimentada además por el río Maguá. La presa fue inaugurada en el año 2001 y construida a un costo de US$212.5 millones. Provee un promedio de tres metros cúbicos de agua para el acueducto de la línea noroeste, agua de riego para cerca de 125,000 tareas, por medio de los canales Mao-Gurabo y Luis Bogaert, principalmente utilizados para el cultivo de arroz. Además, aporta un promedio de 140 gigavatios hora por año y en ella se practica la pesca y crianza de peces en jaula, el turismo y el control de inundaciones. El embalse tiene 11 kilómetros cuadrados, y su volumen útil es de 342.70 millones de metros cúbicos de agua. Se conecta con la casa de máquina mediante un túnel cerrado de 4.4 kilómetros. La potencia instalada es de 52 megavatios.

Después de turbinadas, las aguas se vierten en el contraembalse de Monción, cuya superficie es de dos kilómetros cuadrados y su volumen útil es de 5.63 millones de metros cúbicos. Las aguas se usan en la generación hidroeléctrica y el riego agrícola. La potencia instalada es de 3.2 megavatios. En 2020 la producción de electricidad fue de 11.4 gigavatios hora.

De ahí, las aguas son devueltas al río Mao. Este último es tam bién muy apreciado por las bellezas de sus balnearios y por per mitir la navegación en tubos, principalmente en Monción.

Otro de los afluentes del Yaque es el río Ámina, cuyo caudal medio mensual es de 7.34 metros cúbicos por segundo. Se une al primero al noroeste del municipio de Ámina, antes de la caña da de Hato Nuevo. En tiempos normales es un río hermoso de aguas limpias, que en muchos de sus trechos son aprovechados como balnearios. Algunos de los tramos del río se encuentran incluidos en el parque nacional Picky Lora con el propósito de conservar, entre otros valores, sus paisajes y el bosque seco tran sicional de la Línea Noroeste del país.

Presa de Monción, entradas ríos Maguá, a la izquierda, y Mao

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Causa asombro observar cómo el Yaque del Norte, en su curso hacia las zonas secas del noroeste, multiplica sus rumbos serpen tinos y cómo, en algunas épocas del año, lleva más agua en los canales de riego primarios y secundarios que en su curso natural.

En el municipio de Guayubín, provincia Montecristi, recibe cer ca de nueve metros métricos por segundo de las aguas del río con el mismo nombre, de gran utilidad para la agricultura de la región. Sobre él se construye actualmente la presa de Sabaneta, en la provincia nordestana de Santiago Rodríguez, que se perfila de gran valor. En la zona se encuentran también los ríos Hinaje, Yaguajal y Caña. El primero es el más caudaloso.

Más hacia el oeste se encuentra el río Maguaca, que confluye con el Yaque a unos dos kilómetros al oeste de Castañuelas. Sus orígenes están en Los Masaquitos y sus aguas alimentan el embalse de 15.6 millones de metros cúbicos de la presa de Ma guaca, construida en La Mata de Santa Cruz, provincia Dajabón, a un costo de RD$1.8 millones en la década de los ochenta. El principal propósito al construirla era irrigar 14,220 tareas (900 hectáreas) para el cultivo de vegetales y otros rubros, y para la pesca. Sin embargo, ha sido difícil mantener el caudal del río y lograr las metas, debido a las prolongadas sequías y a la defo restación de esa subcuenca, cuya mayor cobertura en la parte alta es un bosquecito ribereño.

La presa de Chacuey, construida sobre el río del mismo nombre en la década de los ochenta, a un costo de RD$1.87 millones, está en el sector El Carnero, cercano a la presa de Maguaca, en La Mata de Santa Cruz. Pertenece a una cuenca diferente a esta, pero confronta problemas similares. Se construyó con fines de irrigar 16,500 tareas de tierras (1,050 hectáreas), pero su ope ración es muy precaria debido a problemas de construcción y a un alto proceso de deforestación en su cuenca de captación de agua.

El río Yaque, que comenzó con la energía de un joven sano y vigoroso, da sus últimos giros de guerrero en las costas de Mon tecristi y rinde sus aguas en el océano Atlántico. Sabemos que otros Yaques jóvenes, con su mismo origen y energía, inician cada segundo un viaje similar.

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Río Hinaje, en Los Almácigos Salto en proyecto Arroyo Hondo, Sajoma
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Río Ámina, en La Selva
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Ríos Guayubín, a la izquierda, y Yaque del Norte, en Guayubín Presa de Maguaca, Las Matas de Santa Cruz

Cuenca del río Bajabonico 9

Ubicada en la provincia de Puerto Plata, en la costa norte de la República Dominicana, y con un área de 679.37 kilómetros cuadrados, esta cuenca es la segunda en tamaño de la Región Hidrográfica Atlántica. El río tiene 90 kilómetros de longitud y un caudal mensual promedio de 5.05 metros cúbicos por segundo (aforado en El Estrecho). Sus aguas proceden de las confluen cias de los arroyos Pescado Bobo, Los Higos y otros, situados en las cercanías de las lomas Alto de La Manacla, Cerro Alto de La Laguna y Loma de Santana, todas con elevaciones promedio sobre los mil metros sobre el nivel del mar. Entre los afluentes principales del Bajabonico se encuentran los ríos Unijica, Navas, Caonao, Guananico, Pérez y Grande, que nacen entre los 600

y 985 metros sobre el nivel del mar. Ahí se ubican algunos ríos como el Unijica, en el extremo occidental, y otros como el Gran de, ubicado al norte de la Loma Diego de Ocampo. El Bajaboni co aporta 0.50 metros cúbicos de agua por segundo, para irrigar cerca de 41,000 tareas (2,579 hectáreas) de predios agrícolas. Desemboca en la bahía Isabela, en medio de un gran estuario con mucha actividad pesquera.

La zona del nacimiento del río Bajabonico es muy poblada, a la que se accede en vehículo y donde predomina la ganadería y el cultivo de cacao. Otro afluente muy importante es el río La Esperanza, con nacimiento entre las lomas El Alto del Guazaral y el Alto del Chicharon, a 947 y 971 metros sobre el nivel del mar, respectivamente.

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Río Bajabonico en Imbert

Turistas en tubo, 27 Charcos

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Puente río Bajabonico en ruta hacia los 27 Charcos 27 Charcos. Niños que no temen saltar al agua

En los suelos de la cuenca hay una mezcla de pastos, cultivos anuales, café, cacao y bosques fraccionados. El problema mayor es que en todas las zonas montañosas donde se originan los ríos y arroyos la cobertura de especies perennes es baja, aunque ayudada en parte por las plantaciones de cacao. Las mayores co berturas arbóreas se encuentran presentes en las cuencas media y baja. Corresponden a bosques de transición y, en menor pro porción, a boques secos en la cuenca baja y algunas manchas de bosques húmedos en la parte alta de la cordillera Septentrional. En el área de la desembocadura se forman varios humedales fragmentados, incluyendo la laguna Colé. En los márgenes del estuario los manglares se mantienen saludables.

El atractivo turístico más sobresaliente de esta cuenca está en el monumento natural Saltos de La Damajagua, en Imbert, Puerto Plata. Es una cadena de 27 saltos de diferentes alturas a lo largo del río Damajagua, con aguas frescas y a veces de color turque sa, que corren o descansan entre cañones de rocas calizas. Es un lugar para disfrutar y conservar. El monumento natural está gestionado por una asociación comunitaria con 37 miembros fundadores. La visita anual promedio es de 100,000 personas, que reciben apoyo y orientación de 47 guías locales. El centro de recepción está dotado de baños, restaurantes, tiendas y am plio estacionamiento.

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Desembocadura río Bajabonico
Los charcos atraen familias enteras

Cuenca del río Baní

La superficie de la cuenca tiene 190 kilómetros cuadrados y cu bre parte de las provincias Peravia y San José de Ocoa, ambas ubicadas en el suroeste del país. El río Baní, llamado también Banilejo, tiene 39 kilómetros de longitud y un caudal mensual promedio de 1.91 metros cúbicos por segundo (aforado en El Recodo). Nace en el Firme de La Manacla, a 1,680 metros sobre el nivel del mar, en la provincia de San José de Ocoa. Discurre con aguas cristalinas más allá de La Gina, y desemboca lánguido en el mar Caribe, a 1.5 kilómetros al oeste de la desembocadura del río Nizao.

El río Baní todavía posee una buena cobertura de vegetación arbórea, principalmente en su zona de nacimiento. Sin embargo, desde hace varios años la tumba de los bosques regionales se ha incrementado en perjuicio de esa fuente fluvial. Dos de sus afluentes importantes, los ríos Segundo Río y Rancho Viejo, han perdido la cobertura en sus cabeceras debido a la sustitución de cafetales por cultivos agrícolas y ganadería.

Esta cuenca contiene porciones de cuatro áreas protegidas. Ellas son: el parque nacional Luis Quinn, con 41.55 kilómetros cuadra dos; la reserva científica Loma Barbacoa; el corredor ecológico Autopista 6 de Noviembre, y el área de protección especial don Rafael Herrera Cabral. Estos tres últimos con tamaños mínimos.

El río Baní posee dos subcuencas con gran incidencia en el apor te de agua. El río Maniel, cuyos tributarios son los arroyos Ca limete y Las Golondrinas, proviene desde Loma Barbacoa y la Cañada Sonador, que nace en Loma Rodríguez. En estos ríos la cobertura arbórea principal era de cafetales, pero muchos de ellos han sido eliminados. La segunda subcuenca es la de Arroyo Güera, que confluye con el río Baní en la parte baja de la cuenca, en la misma zona urbana de la ciudad.

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Río Baní, en El Copey Balneario Las Yayitas Río Banilejo, aguas abajo de Las Yayitas
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Río Baní, El Recodo Río Baní, en La Gina, lugar de posible presa

Después del puente cercano a la fortaleza del municipio de Baní, el río es visible solo en períodos de lluvias. Si estas se prolongan provocan inundaciones que afectan los tramos bajos del cauce del río y la desembocadura. En el paraje La Gina se planea cons truir la presa del mismo nombre, para remediar el déficit de agua que tienen varias comunidades de Baní. Se cree que, en vez de reducir el agua de riego del canal Marcos A. Cabral, que sería otra alternativa, la construcción de la presa es la mejor opción.

El río Baní aporta 0.50 metros cúbicos por segundo al canal Juan Caballero, que irriga cerca de 12,752 tareas (800 hectáreas) en zonas semiáridas. En las partes altas y media de la cuenca, las aguas de este río son cristalinas. Se descuelgan entre rocas gran des y gargantas de montañas, cubiertas parcialmente de ama polas, plantaciones de aguacates y árboles dispersos de naranja agria. Hay balnearios naturales en varios lugares, pero el más lla mativo es el de Las Yayitas, con una chorrera que sale del río Ma niel y crea una gran poza circular. Al lugar se accede en vehículo hasta Las Yayitas y después se camina a través de los lomos de una montaña por cerca de 20 minutos. Se entra por la autopista

6 de Noviembre, y en la Fortaleza de Baní se dobla a la derecha rumbo al Recodo.

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Río Baní, balneario Copey
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Río Banilejo, humedales en la costa
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Río Banilejo zona suburbana, Baní

Cuenca del río Nizao y notas sobre el río Ocoa 11

El área de la cuenca es de 1,036 kilómetros cuadrados; cubre parte de las provincias de San José de Ocoa y San Cristóbal –ubicadas en el suroeste cercano de la isla, y las provincias de Monseñor Nouel y La Vega, en la región del Cibao, prácticamen te el centro de la isla. El río Nizao tiene una longitud de 118 kiló metros y un caudal mensual promedio de 20.74 metros cúbicos por segundo (medido en río Abajo). Nace en los sumideros de agua próximos a Sabana Calderón y al río Malo, en Valle Nuevo, a una altura de 2,560 metros por encima del nivel del mar, y des emboca en el mar Caribe, alimentando con sus aguas a varios cachones (humedales costeros) del área.

El Nizao se beneficia de tener, en sus lugares de nacimiento y en sus primeros tramos, bosques nublados y cafetales con sombras. Sus aguas se mantienen claras hasta cerca de su desembocadura y en el caso de sus principales ríos afluentes, Mahoma y Maho mita, son claras en toda su extensión. El río Nizao es aprovecha do en tres presas hidroeléctricas y en un contraembalse, que producen un promedio de 309.7 gigavatios hora de energía por año, además de otros beneficios detallados más abajo.

El 62.4 por ciento de la superficie de esta cuenca está cubier ta por bosques nublados, productores de agua, muchos de ellos incluidos en porciones de cuatro parques nacionales: Juan Bautista Pérez Rancier (Valle Nuevo); Loma La Humeadora; Luis Quinn; Máximo Gómez, y la reserva científica Loma La Barbacoa. La presencia de cafetales bajo sombra en la cuenca media y alta, además de contribuir con la economía local y nacional, favorece también la producción de agua. En la porción sureste de la cuen ca la pluviosidad es baja.

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Río Nizao, aguas abajo hidroeléctrica Aguacate

El río Nizao, después de deslizarse rápido, entre lomas escarpa das con áreas de pinares, café y otras especies, llega a Rancho Arriba, con una diferencia de nivel de 1,840 metros con relación a su nacimiento. Su cauce es ancho, a veces de 180 metros, y tanto las aguas superficiales como las subterráneas, se utilizan en el riego de cultivos de alto valor económico. Entre los afluen tes del Nizao localizados en su cuenca alta, se destacan el río Malo y el Arroyo Quita Sueño, en Rancho Arriba. Más hacia el sur, el río Malo se alimenta del río Banilejo, el que a su vez reci be afluentes que provienen de la provincia de Monseñor Nouel, ubicada más al norte. Los afluentes principales del Nizao son los ríos Mahoma y Mahomita. Ambos nacen en la provincia de San Cristóbal, ubicada a unos 30 minutos al oeste del centro de la capital dominicana, y se constituyen en frontera entre esta provincia, así como las de San José de Ocoa y Peravia. Otros afluentes notables, situados en la cuenca media, son los arroyos Barraco y Jigüey.

La primera presa, de arriba hacia abajo, es la de Jigüey, ubica da en la zona de Palo de Caja, provincia San José de Ocoa. Se construyó a un costo de US$500 millones con fines de producir energía hidroeléctrica; comenzó a operar en 1992. El volumen útil del embalse es de 130.95 millones de metros cúbicos. El agua es conducida a la casa de máquina, situada más abajo del embalse por un túnel de presión de 6.4 kilómetros de longitud y 5.15 metros de diámetro. Su potencia instalada es de 98 me gavatios. La producción de energía en el año 2020 fue de 132 gigavatios hora.

Las aguas turbinadas y las del caudal ecológico se unen y fluyen hasta la presa de Aguacate, la que es alimentada también por el río Mahomita. Esa presa está ubicada en el paraje Paso El Ermitaño, provincia Peravia, cerca de 20 kilómetros aguas abajo de la presa de Jigüey. Comenzó a operar en 1992 y su costo fue incluido en la de Jigüey. Su embalse tiene una superficie de 0.35 kilómetros cuadrados y el volumen útil es de 1.46 millones de metros cúbicos.

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Río Nizao en Nizao-Las Auyamas Presa de Jigüey, desde Palo de Caja
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Presa de Jigüey

La energía hidroeléctrica no se genera cerca de esta presa sino que, para aprovechar mejor el desnivel y la presión el agua, es conducida por un túnel y tubería de presión de 10.8 kilómetros de largo, revestido de hormigón, con un diámetro de 4.36 me tros, hasta una central de máquina localizada en el paraje de Muchas Aguas, provincia Peravia, cerca del embalse de la Presa de Valdesia, donde son turbinadas. La potencia instalada es de 60 megavatios. La producción de energía en 2020 fue de 176 gigavatios hora.

Las aguas del río Nizao, ya turbinadas dos veces, son conduci das a otra presa: Valdesia, ubicada en el paraje Muchas Aguas, sección Valdesia, provincia Peravia. Comenzó a operar en 1976 y fue la primera en aprovechar las aguas de ese importante río. Su costo de construcción fue de US$60 millones, incluyendo el contraembalse Las Barias. La superficie del embalse de la presa es de siete kilómetros cuadrados y el volumen útil de almace namiento de agua es de 115.55 millones de metros cúbicos. La presa es de uso múltiple: suministra cinco metros cúbicos por segundo para el agua potable del acueducto de Santo Domingo (cerca de la mitad del consumo) y un metro cúbico por segundo para los acueductos de San Cristóbal y Baní. Produce un prome dio de 74.71 gigavatios hora al año y también suministra agua de riego.

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Río Nizao, aguas abajo presa de Jigüey Jigüey, embalse, dique y cuenca

El aprovechamiento prosigue. Las aguas turbinadas en la presa de Valdesia retornan al río y se almacenan en el contraembalse Las Barias, a cuatro kilómetros aguas abajo de la presa de Valde sia. El embalse tiene una capacidad de almacenamiento de agua de 6.1 millones de metros cúbicos. La producción de energía en 2020 fue de 1.7 gigavatios hora. Dependiendo de la demanda de los cultivos, se derivan de nueve a doce metros cúbicos por segundo de agua al canal Marcos A. Cabral, imprescindible para el riego de unas 155,300 a 223,000 tareas (9,767 a 14,025 hec táreas) en zonas semiáridas, con cultivos de aguacate, mango y vegetales, de alto valor económico.

Otra hidroeléctrica más pequeña es la de Nizao-Najayo, con una capacidad instalada de 0.330 megavatios y una producción anual promedio de 0.57 gigavatios hora. Y otra de 0.110 mega vatios en Los Anones, que opera con el agua del lateral Nizao que depende del canal Marcos A. Cabral.

En la cuenca alta y media del río Nizao hay balnearios excelen tes. Se destacan los del cauce del Nizao en La Estrechura y el de Rancho Arriba, en la sección de Nizao. También, los de Maho mita en Santana y Calderón; además, el Tabernáculo La Piedra, cascada La Taína, al lado de la presa de Aguacate, Los Reyitos, cerca de la central de Jigüey, el Barco, en Muchas Aguas, y otros. El lecho de los últimos 16 kilómetros del río Nizao ha sido mu chas veces trastornado por las extracciones desordenadas de agregados. Hay progreso en la protección de ese trayecto, pero se requiere continuar con ese esfuerzo. En el lugar denominado La Mina, último tramo cerca de la desembocadura, el río Nizao es aprovechado por pescadores y bañistas.

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Río Nizao, aguas abajo dique Jigüey. Balneario Reyito, segundo nivel, cerca de Jigüey. Presa Aguacate desagüe

A pesar de las muchas áreas protegidas en la cuenca, en estas y otros lugares no protegidos persisten los impactos relacionados con la tumba de bosques para ampliar la producción de cultivos de ciclos cortos y plantaciones de aguacates.

En el lado oeste de la cuenca del Nizao está la cuenca del río Ocoa, de 677 kilómetros cuadrados. El cauce de este río tiene una longitud de 65 kilómetros. En total, aporta 5.74 y 1.80 me tros cúbicos por segundo, respectivamente, para irrigar 38,764 tareas (2,438 hectáreas) y 12,163 tareas (765 hectáreas) cercanas al cruce de la carretera Azua-San José de Ocoa, ubicada en la región suroeste. En gran parte del año, el agua superficial del río no es visible, pero en épocas lluviosas arrasa con cultivos y propiedades en los últimos tramos de su cauce. Abre dos y tres bocas en la desembocadura, y deposita una gran cantidad de sedimentos. La causa se debe a la intensa deforestación de la cuenca, que acelera las avenidas del río.

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Río Nizao en San Gregorio Canal Marcos A. Cabral Lago Presa de Valdesia, sector hidroeléctrica Lago presa de Valdesia, sector Muchas Aguas

Cuenca del río Haina 12

Esta cuenca es la más oriental de la cordillera Central, colindan do al este con la del Ozama y al oeste con la del Nizao; tiene un área de 564.4 kilómetros cuadrados. El río Haina tiene 82 kilómetros de longitud y un caudal promedio mensual de 9.27 metros cúbicos por segundo (medido en El Caobal). Nace en tre la Loma Zumbador, a 1,400 metros por encima del nivel del mar, y la Loma Pío, a 1,420 metros por encima del nivel del mar. Está ubicada dentro del parque nacional Loma La Humeadora y desemboca en el mar Caribe, entre el estuario y el puerto de Haina. La parte baja del cauce del río divide las provincias de San Cristóbal y Santo Domingo. Sus principales afluentes son los ríos Duey, Básima e Isa-Maná.

El acueducto del Sistema Duey aporta cerca de 27 millones de galones diarios a acueductos que sirven a 25 sectores al noroes te de Santo Domingo. El Isa-Maná aporta unos 11 millones de galones diarios. Del río Haina se toman 1.5 metros cúbicos por segundo para el riego de 5,200 tareas (327 hectáreas) en Hato Nuevo y su entorno.

El nacimiento del río Duey está al sur de los orígenes del río Haina, en la Loma La Humeadora, y confluye con el Haina en una de las tomas de agua de la Corporación de Acueductos y Alcan tarillados de Santo Domingo (CAASD), que alimenta parte del acueducto de Santo Domingo. Al aproximarse a la zona poblada del municipio de Villa Altagracia, ubicada al norte de la provincia de San Cristóbal, al río Haina se le une el río Guananito, que baja casi siempre con aguas sucias desde las cercanías del poblado de Juan Adrián y pasa por el barrio Guananito de esta localidad. Cerca de la sección de Básima. El río Haina ha ramificado su cauce, debido a sus crecidas regulares. En esa área recibe aguas del río Básima, que recolecta una gran cantidad de arroyos y ca ñadas provenientes del parque nacional Siete Picos y la reserva forestal Loma Novillero.

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Río Haina tramo hacia desembocadura.

Aunque corren por cauces diferentes, las cabeceras de agua de los ríos Isa y Maná son relativamente cercanas. Están entre las lomas Arroyo Grande, a 1,286 metros sobre el nivel del mar, y El Valle, conocida también como Zona Privada, ubicada a 1,123 metros sobre el nivel del mar. El bosque de esta zona se consi dera como uno de los mejores conservados del país. Las aguas claras y superficiales del río Maná corren en dirección noroes te-sureste, y en el sector conocido como El Cidral reciben las aguas del caudaloso arroyo Naiboa, que nace en la Loma Puerca Gorda, a mil metros sobre el nivel del mar.

Más al sur, se encuentra el río Isa, con dos estaciones de represa bien mantenidas por la Corporación de Acueducto y Alcantarilla do de Santo Domingo (CAASD). Uno de los lagos es usado para enviar por gravedad aproximadamente 2,800 galones de agua por minuto a una estación de bombeo. Aun después de la toma, el caudal y la claridad del agua del Isa son impresionantes. Este río y el Maná confluyen en un pequeño lago artificial construido en el río. Se han conservado los nombres de ambos ríos, y hoy se conocen como Isa-Maná. Desde ese lago se toma agua para la estación de bombeo y se agrega a la que proviene de la represa del Isa. De esta manera se canalizan cerca de 11 millones de galones diarios al acueducto de Santo Domingo. Sin embargo, el aporte se interrumpe en épocas de mucha lluvia.

Las aguas del Haina, ya muy contaminadas, confluyen con el Isa-Maná cerca del badén que va desde la autopista Duarte a Medina. Robustecido, el Haina alimenta una presita llamada Ochoa, que irriga pequeños predios en Hato Nuevo. Para dis minuir el déficit de agua potable en sectores de Santo Domin go se planea construir la presa de Haina en la cercanía de esa presita. En el sector de Manoguayabo, la CAASD toma agua del río para operar el acueducto de Manoguayabo, que suministra unos 80 millones de galones diarios a distintos sectores de Santo Domingo. El río se entrecruza con barrios que aumentan su con taminación. En la cercanía de su desembocadura pasa por los manglares que una vez enriquecieron el estuario, se carga con más desechos por las descargas de la cañada Guajimía y otras, y llega al muelle de Haina, al suroeste de Santo Domingo, y al mar Caribe.

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Presa de la CAASD, ríos Haina, a la izquierda, y Duey
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Confluencia ríos Haina, izquierda, y Guananito Confluencia ríos Básima, centro, y Haina
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Ríos Maná, izquierda y Naiboa Río Haina, después de Guananito
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Río Isa represa de la CAASD Río Isa en puente hacia El Cidral Río Carvajal, afluente del Haina. La Lomita, Villa Altagracia

Cuenca del río Yuna 13

Esta cuenca tiene una superficie de 5,283 kilómetros cuadrados y cubre parte de las provincias ubicadas en el centro y norte del país: Monseñor Nouel, La Vega, Sánchez Ramírez, Duarte, Sama ná y Espaillat. El río tiene 203 kilómetros de longitud, un caudal mensual medio de 4.44 metros cúbicos por segundo (aforado en Piedra de Los Veganos, en la cuenca alta) y 89.38 metros cúbicos por segundo (aforado en Villa Rivas, ya enriquecido con el cau dal de la mayoría de sus afluentes). Nace en Cerro Montoso, a 1,402 metros sobre el nivel del mar, en el parque nacional Loma La Humeadora, y desemboca en el municipio de Sánchez, en la Bahía de Samaná, en la costa noreste. La pluviometría anual que se registra desde el nacimiento hasta la desembocadura del río Yuna es única: acumula un rango de 2,000 a 3,000 milímetros. La máxima de 3,000 milímetros ocurre cerca de la confluencia de los ríos Blanco y Tireo. El río Yuna recibe el aporte de una red impresionante de afluentes, de procedencia disímil.

La cuenca del Yuna alimenta canales que cubren cerca de un millón de tareas (63,000 hectáreas), el 20 por ciento de todas las áreas bajo riego del país. En ella también operan las presas Pinalito, Blanco, Rincón, Yuboa y Hatillo. Las cinco generan cerca de 262 gigavatios hora por año. Posee excelentes balnearios na turales en las partes altas y bajas de la cuenca. Además, aporta agua a varios acueductos del Cibao Central.

Los afluentes más importantes del Yuna están en la cordillera Central, como por ejemplo los ríos Camú, Jima, Blanco, Tireo, Yuboa, Jayaco y Jatubey. También los ríos Masipedro, Maimón y Sin. Desde la cordillera Septentrional, ubicada al norte de la cuenca, las aguas son colectadas por los ríos Jaiba, Nigua y Cuaba, mientras que los ríos Jaya, Cenoví, Bacuí, Canca y Licey aportan las aguas al río Yuna a través del río Camú. Desde la Sie rra de Yamasá sus aguas llegan por medio de varios ríos, entre los que se destacan el Maguaca, Chacuey y Payabo. En el caso del río Licey, este colecta aguas producidas en la zona norocci dental de la cuenca, incluyendo las localizadas en una parte de la provincia de Santiago de los Caballeros.

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Río Yuna en puente de Blanco
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Captación Arroyón para Central de Pinalito Ríos Yuna, al centro, y Blanco Presa de Pinalito, río Tireo

Su territorio contiene porciones de 10 áreas protegidas que to talizan cerca de 599.8 kilómetros cuadrados, equivalentes a 11.3 por ciento de su superficie, la mayor parte con bosques nubla dos productores de agua. Entre esas áreas se destacan los par ques nacionales Juan Bautista Pérez Rancier (Valle Nuevo), Loma La Humeadora, Los Haitises, Manglares del Bajo Yuna y el Ania na Vargas. En este último, sus 130 kilómetros cuadrados están todos dentro de la cuenca y protegen el entorno de la presa de Hatillo. También se incluyen las reservas científicas Ébano Verde, Las Neblinas y la Loma Quita Espuela; asimismo, el monumento natural de Jima, todas las últimas con tamaños menores. A pesar de contar con estas áreas, legalmente protegidas, se mantienen actividades agrícolas y ganaderas, dentro y en sus alrededores. En los estudios de bosques se ha determinado que en esta cuen ca existe la mayor población del país de palma real (Roystonea regia), de drago (Pterocarpus officinalis) y de mangle (Rhizopora sp). Las dos últimas en la cuenca baja, cerca de la desemboca dura del río.

En los trechos superiores de la cuenca, el río Yuna corre limpio, con corriente y anchura de 80 a 100 metros, entre bosques de latifoliadas, sembradíos de guineos y plantaciones de café. En esas zonas se proyecta construir el complejo hidroeléctrico El Torito-Los Veganos, compuesto por cinco presas de derivación. Aunque en el curso superior del río abundan los balnearios natu rales, los más concurridos comienzan en la confluencia del Yuna con el río Blanco. Aguas abajo de esta confluencia se proyecta construir la presa de Piedra Gorda, con propósito múltiple.

Entre los tramos superiores del río Blanco se destaca la construc ción de la presa del mismo nombre, alimentada con 5.80 metros cúbicos por segundo provenientes de ese río, y por 2.80 y 1.13 metros cúbicos por segundo de los arroyos Tireíto y Arroyón, respectivamente. El costo de construcción fue de US$150 mi llones y se inauguró en el año 1996 con fines de producir ener gía hidroeléctrica. Su embalse, construido aguas debajo de la confluencia del río Blanco y el río Tireo, tiene una capacidad de almacenamiento útil de 519,000 metros cúbicos. La casa de má quina está ubicada en Blanco, conectada con el embalse por un túnel cerrado de 7.4 kilómetros con un diámetro de 4.32 metros, diseñado para un caudal de 11.8 metros cúbicos por segundo. La potencia instalada es de 25 megavatios. La producción de energía en 2020 fue de 104 gigavatios hora.

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Captación del río Blanco, a la derecha, y Caña Amarga, para Central Pinalito Río Las Avispas
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Cascadita, en Hoyo del Pino; Federación de Agricultores de Bonao Hidroeléctrica Domingo Rodríguez, cámara de carga. Río Yuna, en El Dique Camú en Guagüí, La Vega Yuna en Los Quemados, Bonao. Yuna en Los Quemados, Bonao Balneario Masipedro Río Camú, caudal y limpieza agua en futura presa Guagüí

Con fines de disminuir la sedimentación del embalse de la presa anterior, y de aumentar la producción de energía, 10 años más tarde se construyó la presa de Pinalito, aguas arriba y cercana al río Blanco, a un costo de US$300 millones. Está alimentada por el río Tireo, con aguas de la parte alta del río Blanco y sus afluen tes Caña Amarga y Arroyón, y del río Sonador, con expectativas de tener niveles cercanos a los 1.5 millones de metros cúbicos en el embalse y de producir anualmente 142 gigavatios hora.

La realidad es que las subcuencas de esos ríos, especialmente la del Tireo en las montañas de Cruz de Cuaba, están tan defo restadas y erosionadas por la siembra de vegetales y el manejo inapropiado de los suelos que los caudales previstos no se han obtenido. Por consiguiente, tampoco la producción de energía programada. En el año 2020 se produjeron 81 gigavatios hora.

Como daño mayor, se estima que en el Valle de Tireo se pier den cerca de 375,000 metros cúbicos de suelo al año y se corre el riesgo de la sedimentación de los embalses de la presa de Pinalito y de otras, construidas más abajo. Una vez más se de muestra que sin un manejo apropiado de los suelos de montaña, especialmente en su cobertura arbórea, no hay producción ni conducción ordenada de agua.

Aguas abajo de la confluencia del río Blanco con el Yuna, este recibe aguas de los arroyos Avispa, Piedra Gorda, Toro y otros, todos con balnearios de aguas limpias. Robustecido en su cau dal y en su corriente, el río se desliza entre un cañón de verdes montañas, aposentando balnearios excelentes. En el área del denominado El Dique existe una toma de agua para el acueduc to de la zona.

En la cercanía del cruce de Los Quemados, el río es utilizado para la navegación en botes, una actividad con buen potencial turístico. Otro afluente de interés es el río Masipedro, fuente del renombrado balneario del mismo nombre, muy visitado por tu ristas. De ese río se deriva también el canal Masipedro, el cual irriga amplias zonas arroceras.

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Uno de los Saltos de Jima
Saltos de Jima, chorrera Canoteo en presa Rincón

Entre el noreste de Bonao y el norte de Buena Vista, en la ciu dad de Jarabacoa – ciudad ubicada en la cordillera Central -, se entrecruza una red impresionante de ríos que se recargan por las lluvias que provocan la vegetación y la altura de Loma Miranda, así como otros ramales de la cordillera. El río Camú, difícil de observar limpio después del municipio de La Vega, se muestra cristalino en las alturas de Guaigüí, donde se inició la construc ción de una presa, hasta ahora detenida por problemas contrac tuales. Servicios importantes del Camú son la provisión de agua para uso humano e irrigación, así como el aporte de agua al Yuna a partir del municipio de Pimentel.

En la citada zona se destaca el río Jima, en cuyo cauce, dentro del monumento natural Saltos de Jima, hay una escalera de cua tro saltos impresionantes y balnearios naturales de aguas frescas y cristalinas. Al monumento se accede por la autopista Duarte de norte a sur, con un giro a la derecha hasta la comunidad de Caño de Piedra. Es uno de los espacios naturales más visitados de la zona.

Al norte de Jima-Sabana del Puerto se encuentran los ríos Ja güey, Jayaco y Jatubey. El primero es un curso de aguas cris talinas y frescas con una docena de balnearios consecutivos, principalmente el denominado Acapulco. Tiene como afluentes los arroyos Azafrán, Colorá y otros. El segundo río es Jayaco, próximo a Sabana del Puerto, donde se encuentran una serie de balnearios denominados Fula, Peñón 1; Fula, Peñón 2 y otros. En el verano, el congestionamiento de vehículos y la contaminación sónica dificultan el disfrute del lugar. El último río, Jatubey, corre en un lecho pedregoso con muy poco caudal, aún en tiempos de lluvias copiosas.

Los tres ríos mencionados, junto al arroyo Hatillo y, principalmen te, el río Jima, este con caudal regulado de 8.6 metros cúbicos métricos por segundo, alimentan la presa de Rincón, construida a un costo de US$24.3 millones e inaugurada en 1978, con pro pósito múltiple. La superficie del embalse es de 6.9 kilómetros cuadrados y el volumen útil de almacenamiento es de 58 millo nes de metros cúbicos.

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Presa Rincón, alimentando peces Dique presa Rincón
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Contraembalse Rincón, vacio

La presa tiene dos extremos a los que se llega por diferentes vías. Uno de los caminos es por la autopista Duarte, con un des vío a la derecha (de sur a norte), frente a Sabana del Puerto. Para llegar al otro extremo, se toma la derecha en el cruce de la ca rretera a San Francisco de Macorís, y otra derecha hacia Rincón. En el primer sector se encuentra la única escuela formal de remo y canotaje que existe en el país, cuyos estudiantes participan en competencias internacionales. En el segundo sector, al pie del dique del embalse, está la casa de máquina de la presa que opera con una caída de 40 metros y un caudal de 30 metros cú bicos de agua. La potencia instalada es de 12.63 megavatios. La producción de energía en el año 2020 fue de 20 gigavatios hora. Del embalse se extraen 17 millones de galones diarios para los acueductos de San Francisco de Macorís, Salcedo (provincia Hermanas Mirabal) y el Distrito Municipal de Cenoví. Las aguas ya turbinadas se usan para el riego de 118,000 tareas de arroz (7,421 hectáreas) en Jima Abajo. Para asegurar la oferta de agua para riego se construyó un contraembalse, a 1.5 kilómetros de la presa, con capacidad de almacenamiento de 222,000 metros cúbicos.

La importancia del río Maimón en esta cuenca podría subesti marse si solo se observara en su cruce por la autopista Duarte, en dirección al poblado de Maimón. Pero hay más. Antes de unirse con el río Yuna en Hato Viejo, Hatillo, ya ha recogido los caudales de otros ríos y arroyos importantes que nacen dentro y en los alrededores del parque nacional Loma La Humeadora, los cuales, como una telaraña, se entrecruzan en los alrededores del Distrito Municipal de Juan Adrián. Se distingue el río Los Plátanos, afluente principal del río Maimón, donde convergen la mayoría de las otras fuentes fluviales como el arroyo Zumba dor y el Pedregal que, a su vez, reciben aguas de otros de los componentes de esas redes. Llama la atención la claridad de las aguas de esas fuentes y las chorreras y balnearios que crean sus corrientes, que tienen en Gajo de las Flores y La Estrechura los mejores exponentes.

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Gajo de las Flores, río Zumbador

Entre el sur y sureste de Bonao, ciudad ubicada a hora y media al norte de Santo Domingo, y el curso del río Maimón, en Piedra Blanca-Hato Viejo, el Yuna recibe las aguas del río Yuboa. Este, a su vez, ha recibido aguas del río Sonador, de un gran número de arroyos y principalmente del río Juma, muy apreciado por forta lecer los regadíos de arroz de la zona. En la cuenca alta del río Yuboa opera la hidroeléctrica Aniana Vargas, ubicada en Rincón de Yuboa, a 400 metros por encima del nivel del mar, construida a un costo de RD$34 millones, incluyendo las remodelaciones. La potencia instalada es de 0.600 megavatios y la producción de energía en el año 2020 fue de 0.787 gigavatios hora.

El río Yuna, con el caudal aumentado por las demás fuentes flu viales, entra al norte de Hato Viejo al majestuoso embalse de la presa de Hatillo, de 22 kilómetros cuadrados y 15 kilómetros de largo, el más grande del país y de todo el Caribe. Forma un mar de agua dulce de 710 millones de metros cúbicos. El río Sin y varios arroyos alimentan también el embalse.

El acceso al extremo sur de la presa es por la carretera que va desde el poblado de Maimón; al extremo norte se accede por el poblado de Hatillo, de la provincia Sánchez Ramírez, ubicada en la región central de la isla. La presa y sus instalaciones se termi naron de construir en el año 1984, a un costo de US$41 millones. Aunque el propósito original de la presa era disminuir las inun daciones que el Yuna provocaba en tiempos lluviosos en la zona del denominado Bajo Yuna y zonas aledañas, esta obra actual mente brinda servicios adicionales importantes: provee agua de riego a unas 199,000 tareas arroceras (12,516 hectáreas) de la provincia Duarte y lugares lejanos de la provincia María Trinidad Sánchez, auxiliados por una extensa red de canales construidos en los proyectos Aglipo I y Aglipo II.

Una central de máquina está ubicada al pie del dique de la presa y su capacidad instalada es de ocho megavatios, que actualmen te se incrementarán a 10.7 megavatios. La producción de ener gía en 2020 fue de 56.8 gigavatios hora. Además de la pesca con redes, en ese embalse existe la mayor operación del país de crianza de peces en jaula, en agua dulce. La práctica de depor tes acuáticos, incluyendo la celebración de un torneo de pesca, y las visitas realizadas para apreciar los paisajes de la zona, se han fortalecido con la declaratoria del embalse como polo turís tico y por ser parte del parque nacional Aniana Vargas.

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Río Camú, en puente Ranchito Río Maimón, en puente El Batey, Hatillo Río Yuna, puente El Batey, Hatillo Confluencia ríos Yuna, a la izquierda, y Camú, en Pimentel

Después de la presa, los afluentes directos e indirectos del río Yuna aumentan en cantidad en todas las direcciones. En los ríos Payabo, Maguaca y Chacuey, afluentes del Yuna desde el lado de la Sierra de Yamasá, hay planes para construir presas. Sin embargo, se deberán resolver los problemas de contaminación minera en la zona, según han denunciado varias organizaciones. La irrigación de terrenos arroceros continúa como el primer ser vicio del Yuna a su paso por Villa Rivas, Arenoso, Limón del Yuna, Guaraguao y otros lugares. La anchura media del cauce del río es de 180 metros, con aguas color chocolate. Sin importar el color, son atractivos los espejos de agua que se forman en las siembras de arroz, como lo es también la Laguna Cristal. Aunque la navegación en el Yuna no se practica como antes, es posible hacerlo en los tramos de Villa Rivas, Las Coles, Agua Santa y otros lugares.

En sus tramos finales, hasta su desembocadura, el Yuna recibe aguas del río Guayabo, alimentado por varios arroyos y lagu nas. Sin embargo, su afluente mayor es el río Barracote. Este y el Yuna desembocan en las aguas de la Bahía de Samaná, en Sánchez, en la costa norte del país, y forman el mayor estuario y conjunto de manglares de la República Dominicana, enrique cido por una fauna diversa compuesta por peces, camarones, jaibas ciricas, pelícanos, gallaretas, gaviotas y otras especies. La producción comercial de peces y camarones sustenta la vida de miles de familias de la zona.

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Presa de Hatillo, mayor embalse de agua del Caribe Martín Pescador, en presa de Hatillo.

Cuenca del río Nigua 14

El área de esta cuenca es de 208 kilómetros cuadrados, ubica da en la provincia San Cristóbal, justo al suroeste de la capital dominicana. El río Nigua tiene 37 kilómetros de longitud y un caudal mensual promedio de 1.36 metros cúbicos por segundo (aforado en El Tablazo). Nace en las estribaciones suroriental de la cordillera Central en la Loma Los Calimetes, a 1,035 metros por encima del nivel del mar. Este nacimiento esta junto al arroyo Blanco, uno de los principales afluentes del río Isa. La comuni dad más cercana es Los Calimetes y un poco más distante está el poblado de Los Cacaos. Su desembocadura se da en la playa Boca de Nigua, en el mar Caribe, utilizada por los pescadores locales y visitantes de toda la región.

El cauce del río Nigua ha sido trastornado por las continuas y grandes extracciones de agregados para las actividades de construcción. En el área cercana a Hato Damas era común ob servar palas mecánicas, camiones, motocicletas y paleros reali zando esas actividades. Aunque todavía se observan, las autori dades han fortalecido las medidas de vigilancia e incrementado las penalidades contra los infractores.

Hasta finales de la década de los años sesenta el río fue el límite oriental de la ciudad, pero cambió su curso debido a las citadas extracciones de agregados y a las avenidas de agua, descontro ladas a causa de la deforestación de la cuenca. Ahora el río cruza por el mismo centro urbano, razón por la que posee una alta carga de contaminación y arrastre de desechos sólidos.

En esta cuenca se encuentra el famoso balneario La Toma, que nace en manantiales contiguos a las Cuevas del Pomier, en la ciudad de San Cristóbal. Sus aguas son claras y son usadas tam bién para alimentar el acueducto de ese municipio. Al final, las aguas de la poza artificial del balneario se vierten en el río Nigua.

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Río Nigua, cauce hoyado, Hato Damas, San Cristóbal

La principal subcuenca del Nigua es el río Yubazo, que nace en la Loma La Cuchilla de Desboronado, a 800 metros por encima del nivel del mar, y muy próximo a las comunidades de La Cabir ma y La Colonia. Las aguas de este río son casi siempre sucias, mientras que las del Nigua, por su lecho arenoso y de cantos medianos, son limpias. Cuando ambos confluyen, a unos 400 metros después del primer puente que une San Cristóbal con Santo Domingo, el nombre del Yubazo prevalece, como si fuera el río principal. El nombre de río Nigua es recuperado al salir del municipio de San Cristóbal, rumbo hacia la desembocadura.

En el citado puente que une el municipio de San Cristóbal con Santo Domingo, las aguas del río Nigua pasan debajo del puen te en dirección hacia el mar. Por otro lado, cerca del puente se observa la tubería que trae agua desde el río Nizao, en la presa de Valdesia, para fortalecer el acueducto de Santo Domingo. Una imagen para reflexionar.

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Charco Juan Miguel, Nigua Hato Damas, S.C. Río Nigua, en Hato Damas, S.C Río Nigua, extracciones de agregados
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Aguas río Nigua hacia el mar. Tubería con agua desde la presa Valdesia hacia Santo Domingo
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Balneario La Toma, San Cristóbal

Cuenca del río Yásica

Con aproximadamente 837 kilómetros cuadrados, la cuenca del río Yásica es la mayor de todas las del sistema hídrico del Atlántico. El 98 por ciento de su área está en la provincia norteña de Puerto Plata, y el resto en la de Santiago. El rio Yásica tiene 81 kilómetros de longitud y un caudal mensual promedio de 26 metros cúbicos por segundo (aforado en Los Brazos). Nace en la loma Las Yayitas, a 940 metros por encima del nivel del mar, y próximo al poblado del mismo nombre ubicado en el Distrito Municipal de Pedro García, provincia de Santiago.

La cuenca se encuentra en una zona de alta pluviometría, con una mínima de 1,800 y máxima de 2,600 milímetros. Esta condi ción, junto a los relieves montañosos de gran parte de su territo rio, más o menos reforestados, y, además, la naturaleza kárstica de los terrenos, han propiciado la existencia de un gran número de ríos, arroyos y cañadas que sitúan la cuenca como la mayor productora de agua de la cordillera Septentrional.

Las condiciones anteriores han producido también una gran can tidad de balnearios, charcos y chorreras, muchos de ellos con aguas de color turquesa que colocan la cuenca en la compe tencia por el primer lugar del turismo natural de agua dulce en el país. Muchas de las visitaciones a los lugares turísticos son organizadas por Jamao Ecotours.

Las desembocaduras del río Yásica en sus tres bocas albergan una rica fauna y son áreas de pesquería activa. En una de ellas se practica el windsurfing.

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Río Yásica, alto de Las Espinas
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La última estadística de la cobertura boscosa de la cuenca es de un 46 por ciento. Si se le agregan las plantaciones de cacao, café y mangles, se incrementa a un 58 por ciento. Sin embargo, en la mayor parte de las subcuencas altas predomina la ganadería, lo que pone en peligro las riquezas fluviales.

El principal afluente del río Yásica es el río Jamao, cuyo naci miento se encuentra en áreas de ganadería y cacao. Este río, por la coloración de sus aguas, muy bien podría llamarse el Jamao Azul, de hecho, más azul que el famoso Danubio en muchos de sus tramos.

El río Partido, con nueve kilómetros de longitud, junto a los arro yos Caños Claro y Jagua Macho, tiene su cabecera a más de 560 metros por encima del nivel del mar, la mayor altitud en el país para una zona kárstica. Es uno de los ríos más visitados. Se accede por Jamao del Norte o por el municipio de Salcedo, ciu dad ubicada en la región céntrica del país. Existen también cinco drenajes de importancia que aportan sus aguas al río Yásica por medio del río Pedro García. Estos nacen en las lomas del Alto del Guazaral y Palo Alto, a 947 y a 900 metros por encima del nivel del mar, respectivamente, en cuyas proximidades coinciden con la cuenca del río La Esperanza, importante afluente en la parte superior de la cuenca del río Bajabonico.

Ríos Dominicanos 149 Río Partido
Ruta hacia el río Partido
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Cascada de Los Bueyes, Arroyo Grande, entre Jamao al Norte y Gaspar Hernández
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Ríos Partido, al centro y Jamao

Otros atractivos turísticos de la región basados en el agua son las cascadas de Los Bueyes, Tinacón, Arroyo Frío, Las Golon drinas, Hongo Mágico, Cola de Pato, laguna Cabarete y otros. Jamao Ecotours, una asociación comunitaria compuesta por 21 miembros y apoyada por 20 guías experimentados, lidera la or ganización de viajes de aventura, tales como kayaking, senderis mo y otros. En un año estas actividades pueden generar entre RD$10 y RD$12 millones. La asociación, junto a otras agencias, desarrolla varias actividades de turismo comunitario sostenible, ya premiadas en unas de las ediciones de la Fería Internacional de Turismo (FITUR), celebrada en España.

En esta cuenca hay cuatro áreas protegidas que en total suman 89.94 kilómetros cuadrados: el monumento natural La Tinaja, monumento natural Laguna Cabarete y La Goleta; la vía panorá mica La Cumbre y la reserva científica La Salcedoa. Esta abarca la mayor superficie: 41.17 kilómetros cuadrados.

Los humedales creados por el río Yásica podrían considerarse como los más importantes de la costa atlántica del país. Parte de los límites de la cuenca baja atraviesan la zona kárstica de la Laguna Choco o Cabarete. El río La Catalina, último afluente del Yásica antes de su desembocadura, incluye como parte de su cuenca los kársticos de Cabarete y también el drenaje de Caño Hondo.

La desembocadura del río Yásica en el océano Atlántico ocurre por tres bocas, precedidas de tramos de gran belleza paisajística y de una rica y diversa flora y fauna, compuesta por jicoteas, cangrejos, peces, aves y otros. En una de las bocas se practica el windsurfing y en la boca más distante, la del denominado Caño Orí, se encuentra la población más grande de mangles de la pro vincia Espaillat. En las tres bocas la pesquería es activa.

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Río Jamao, balneario El Chorro Ríos Jamao a la izquierda, y Yásica Río Camú hacia sector El Cangrejo, en la costa Atlántica Río Yásica desembocadura oeste Rio San Juan, prov. MTS Río Yásica, desembocadura en caño Orí

Cuenca

La cuenca está situada en la parte oriental de la cordillera Septentrional, cadena montañosa ubicada paralela a la costa norte de la isla, abarca las provincias Hermanas Mirabal (52 kilómetros cuadrados), María Trinidad Sánchez (351.07 kilómetros cuadrados) y la provincia Duarte (222 kilómetros cuadrados), para un total de 625.07 kilómetros cuadrados.

El río Boba tiene 91 kilómetros de longitud y un caudal mensual promedio de 18.50 metros cúbicos por segundo (aforado en Los Jengibres). En su zona de nacimiento los principales afluentes son arroyos y cañadas, entre los que destacan los arroyos Hor migosa, Colorado, Blanquito y Arroyo Grande. La primera sub

cuenca en la parte alta es la del río Canete, en la parte media la del río Venus y hacia la parte baja se destaca el río Jagua.

La cuenca contiene porciones de cuatro áreas protegidas que suman 68.65 kilómetros cuadrados. Ellas son: refugio de vida silvestre La Gran Laguna o Perucho; reserva científica Salcedoa; reserva científica Loma Guaconejo y reserva científica Loma Quita Espuela, la de mayor superficie, con 59.29 kilómetros cuadrados.

La cobertura arbórea de esta cuenca es de 336.35 kilómetros cuadrados, para un 53.80 por ciento del total. De estos, el 38 por ciento son estratos de bosques y el resto son plantaciones de cacao. La mayor concentración de bosques está en las lomas La Canela, Quita Espuela y Loma Guaconejo, todas ubicadas en áreas protegidas.

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Río Boba, cerca de Naranjo Dulce, prov. Duarte
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sobre los ríos Baquí y Nagua del río Boba y notas

En la zona comprendida entre la Loma Quita Espuela y la zona costera de la cuenca, la pluviometría anual es de 3,000 milíme tros máximo y 2,000 milímetros como mínimo. Esta condición y la cobertura arbórea favorecen la formación de un gran número de microhumedales que, en periodos lluviosos, amplían las áreas inundadas de la cuenca baja. Por eso, las aguas del río Boba se mezclan con mucha facilidad con las del mar.

El río Boba alimenta canales de riego que cubren cerca de 48,000 tareas arroceras (3,018 hectáreas). Suple también agua para operar la central hidroeléctrica Rosa Julia de la Cruz, cons truida en el paraje Los Memizos de Nagua en 2006, con una ca pacidad instalada de 800 kilovatios. En el corto plazo hay planes de aumentarla. La producción de energía en 2020 fue de 0.347 gigavatios hora. Hay otra presa en fase de evaluación, cuya po tencia instalada sería de 25 megavatios.

Otro aprovechamiento importante de la cuenca es el acueducto múltiple de Nagua, construido a un costo de RD$1,923 millones e inaugurado en 2009. Se alimenta con un caudal de 0.5 metros cúbicos por segundo de las aguas del Arroyo Los Morones, en la Loma Quita Espuelas.

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Río Boba, división provincias Duarte, a la izquierda, y María Trinidad Sánchez (MTS) Rio Baquí, al lado de Laguna Grande
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Río Boba en Los Jengibres
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Desembocadura del río Boba

La cuenca del río Baquí tiene 292 kilómetros cuadrados y limita con el lado norte de la cuenca del río Boba. El río Baquí tie ne 38 kilómetros de longitud. Cinco precursores de su posible área de nacimiento están cerca de la Loma La Vigía, a 465 me tros por encima del nivel del mar y a cinco kilómetros al oeste de Palmarito. Estos precursores son: Los Arroyos, Caño Ama rillo, Pocilga, Tierra Mala, Bejuquito y otro sin nombre, que se unen con el arroyo La Descubierta y forman el río Baquí. A veces se cita al arroyo Sabana como su precursor, pero este es uno de sus afluentes. Después de que el río transita por Carrasco, llega a Las Abejas donde recibe aguas del río Blanco y, más adelante, en Los Rincones de Boba, las del río Perucho. Desemboca en el océano Atlántico, a unos tres kilómetros de Laguna Grande o Perucho.

El Baquí es utilizado en el riego de tierras arroceras, pero la deforestación de su cuenca arrastra gran cantidad de sedi mentos y tapona muchos tramos del curso del río, incluyendo su desembocadura. Esta situación provoca la inundación de muchas áreas. Este río, junto al río Boba y varios caños como el Zanjón, La Garza y Los Lebranches, sustenta con sus aguas los humedales de la Gran Laguna o Laguna Perucho, área de 15.14 kilómetros cuadrados, protegida en la categoría de refu gio de vida silvestre, localizada a 15 kilómetros de la carretera Nagua-Cabrera, en la costa norte del país. Por la diversidad de la biota de este humedal, su belleza paisajística, los beneficios que aporta a los pescadores y la visitación que genera, es una joya que debe cuidarse con esmero. Son notables los cuerpos y espejos de agua, los manglares, las 30 especies de peces, las 11 especies de flora costera y las 21 especies de aves, inclu yendo los patos que emigran desde las zonas frías, y permane cen en el área desde noviembre a marzo.

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Entrada de Laguna Grande

Otra cuenca cercana es la del Río Nagua. Tiene 249 kilómetros cuadrados, limita con el lado sur de la cuenca del río Boba y comparte con las dos anteriores las vertientes orientales de la cordillera Septentrional. El río Nagua tiene 57 kilómetros de lon gitud y su caudal mensual promedio es de 2.89 metros cúbicos por segundo (aforado en Cinta Negra). Los principales arroyos y arroyuelos que originan su nacimiento se encuentran en la Loma Quita Espuela. Se destacan Los Bracitos, Quebrada Prieta, Los Guineos, Arroyo Mundito, Yabacoa, Brazos Grande y Guacone jo. Las dos subcuencas que en la parte alta aportan aguas al río Nagua pertenecen a los ríos Helechal y Riote, mientras que El Factor ingresa en la parte baja de la cuenca. En la reserva Loma Guaconejo se encuentran relictos de bosques centenarios.

Por último, varios arroyos de pequeñas cuencas, muy impacta das por el humano, se encuentran entre El Macao, Piedra Blan ca Arriba y Los Pilones. Sus cauces, juntos a los del río Nagua, arriban a las zonas arroceras y sufren alteraciones en muchos tramos.

El río Nagua se acerca al mar entre áreas aisladas de manglares muy maltratados y aguas contaminadas. Desemboca en la Bahía Escocesa, en un área utilizada como balneario. En el pasado, el estuario de ese río fue uno de los grandes productores de can grejos en el país.

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Laguna Perucho se nutre de las aguas del mar y de los ríos Baquí y Boba Pescadores en Laguna Grande Entrada de Laguna Grande

Cuenca sobre el río Brujuelas del río Ozama y notas

La pluviosidad es alta, favorecida por el cruce y descanso de los vientos alisios sobre la Sierra de Yamasá. La cuenca se benefi cia también por tener incluida parte del reservorio de agua de Los Haitises, que aporta aguas subterráneas, y cerca de 90 arro yos que alimentan el cauce principal del Ozama. Los principales afluentes son los ríos Isabela, Verde, Máyiga, Guanuma, Yamasá, Mijo, Savita y Yabacao.

Esta cuenca tiene una superficie de 2,740 kilómetros cuadrados y cubre parte de las provincias de San Cristóbal, Santo Domingo y Monte Plata, esta última ubicada al noreste de la capital dominicana. El río Ozama tiene una longitud de 136 kilómetros y el caudal mensual promedio es de 5.97 metros cúbicos por segundo (aforado en Don Juan). Nace como pequeños manantiales limpios en Rancho de Yagua, parque nacional Siete Picos en la Sierra de Yamasá, a 856 metros por encima del nivel del mar, y desemboca en el mar Caribe. En su cuenca baja es el divisor administrativo del Distrito Nacional y el municipio de Santo Domingo Este.

En los tramos superiores de muchos de sus afluentes existen bal nearios de aguas claras y otros similares ubicados en las llanuras de Monte Plata.

Dentro del entorno de esta cuenca hidrográfica se destacan por ciones de las siguientes áreas protegidas: parques nacionales Siete Picos, Humedales del Ozama y una pequeña porción de Los Haitises; la reserva natural Loma Novillero; monumentos na turales como Salto de Socoa y Salto Grande, y la reserva bioló gica Sierra Prieta. En total, suman 135.93 kilómetros cuadrados (4.81 por ciento) de la cuenca.

Río Ozama, en puente de Villa Mella

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Los suelos de la cuenca son generalmente arcillosos y enturbian fácilmente las aguas. La cantidad excesiva de viviendas, indus trias y operaciones agropecuarias en las márgenes y entornos del río Ozama y en algunos de sus afluentes provocan la conta minación y la falta de oxígeno de las aguas, con consecuencias negativas, incluyendo la limitación de su potencial turístico. En las zonas rurales de la cuenca predomina la actividad ganadera y en segundo lugar las plantaciones de plátano y cacao bajo som bra. Varias instituciones gubernamentales y no gubernamentales están promoviendo esos últimos tipos de plantaciones.

El principal afluente del Ozama es el río Isabela, que nace en la Loma El Pilón, a unos 840 metros por encima del nivel del mar, en el parque nacional Siete Picos. Pero contrario a los demás, solo se une al primero a poca distancia de su desembocadu ra, frente al barrio Simón Bolívar, del Distrito Nacional de Santo Domingo. Aunque ambos nacen en lugares cercanos, el Ozama desciende por el lado derecho de la sierra, con un curso noroes te y después sur, y el Isabela se descuelga por el lado izquierdo, al suroeste, por el fondo del cañón que forman la Loma Novillero con la cara oeste de la sierra, en la ciudad de Villa Altagracia. Este río, después de pasar por detrás del campamento militar del kilómetro 25 de la autopista Duarte, con aguas relativamente limpias, se contamina con desechos industriales y domésticos. Luego llega al parque Mirador Norte, donde es protegido por una franja verde de cinco kilómetros y, más adelante, recibe las aguas limpias del río Higüero. Prosigue con cuerpo de 175 me tros de ancho hasta la confluencia con el Ozama donde entrega su nombre y su reputación de río contaminado, en un cuerpo de casi 300 metros de ancho.

Un poco más hacia el sur, en el denominado Nuevo Domingo Savio, compuesto principalmente por los barrios capitalinos de Los Guandules y La Ciénaga, el Estado dominicano finalizó el reordenamiento de infraestructuras y servicios en el margen oes te del Ozama. El propósito es disminuir el impacto destructivo sobre el río y facilitar el desarrollo económico del área, principal mente el turístico.

Río Ozama. Práctica dañina. Ganado en Piedra Azul, parte de la cuenca alta

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Cuenca del río Isabela, margen izquierda Río Ozama en balneario de La Cuchilla
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Río Isabela en balneario, Colinas de Mina Río Isabela, aguas abajo toma del acueducto de Villa Altagracia

Otros cauces y rumbos fluviales llamativos son los de los ríos Toro, Guanuma y los del río Guáyiga, afluente de este último, todos con cauces anchos y aguas cristalinas, apreciados por ba ñistas y pescadores. El Guanuma, después de alimentarse con las aguas de varias cañadas y arroyos, siendo La Leonor el más importante, baja por Los Botados y, después de recibir agua del río Yamasá, se encuentra con el Ozama en Batey Nuevo, ambos ya contaminados. Notable es también la confluencia del Ozama y el Yabacao, cerca del puente de Los Naranjos. La anchura y caudal del Yabacao hasta ese sitio, enriquecido con aguas de Los Haitises, supera al Ozama. De ahí en adelante el Ozama am plía su anchura y caudal.

Río Isabela. A la izquierda parque Mirador Norte, a la derecha urbanizaciones e industrias

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Río Matúa, cruce Av. Circunvalación

Dentro de los beneficios ambientales de esta cuenca se destaca la biodiversidad y los paisajes de los Humedales del Ozama, área protegida con categoría de parque nacional, de 47.42 kilómetros cuadrados, donde existen especies arbóreas y varias lagunas, algunas de ellas navegables en botes pequeños. En los humedales prosperan las gallaretas, yaguasas, Martín Pescador, flamencos, hicoteas, patos, peces de diferentes especies y garzones, que aumentan el valor turístico de este monumento que se extiende por 16 kilómetros en dirección sureste-noreste hasta Las Mercedes, donde también existen lagunas navegables y se practica la pesca con atarrayas. La proliferación de lilas, eneas y canutillos sofocan muchos espacios de las lagunas. A Los Humedales del Ozama se llega por la carretera que conduce a La Victoria, al noreste de Santo Domingo, o por la autopista Juan Pablo II, vía Las Mercedes.

La afluencia de bañistas a los ríos en la cuenca media es común, pero aumenta en los días de verano, incluyendo los lunes. Los ríos Guanuma, Máyiga, Toro e Higüero son los preferidos. Otros lugares de la cuenca, relevantes para la visitación son: El Cachón de La Rubia, balneario con aguas cristalinas y paisajes hermosos; Salto Alto, balneario a cinco kilómetros de Bayaguana, compuesto de varios chorros de agua que caen en una gran poza, y Comate, balneario ubicado a tres kilómetros de Bayaguana. Parece una piscina natural. También están Comatillo, balneario cercano al de Comate, y más pequeño que este y el Salto de Socoa, cascada hermosa del río Socoa. Se encuentra cerca del Gonzalo, en Sabana Grande de Boyá, y se accede por un camino de piedra, en un desvío a la derecha de la autopista Juan Pablo II.

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Ríos Higuero, a la derecha, e Isabela, detrás del aeropuerto de Higuero Ríos Ozama, a la derecha, y rio Verde Ríos Guanuma y Máyiga confluencia
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Río Isabela; al fondo barrio Capotillo
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Ríos Ozama, en Don Juan, Yamasá Presa de Mijo, cerca de Hacienda Estrella
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Río Guanuma, balneario en Los Botados Río Ozama Caboncito, cerca de Los Humedales del Ozama

La abundancia de agua en esta cuenca alimenta adecuadamente los acuíferos, que son aprovechados por varios acueductos y pozos, que extraen cerca de 36 millones de galones diarios, algunos de ellos amenazados por la expansión urbana. Sin embargo, solo dos acueductos toman el agua directamente del curso del río. El princi pal capta del Ozama entre tres y cuatro metros cúbicos por segun do de agua en la llamada presa de Los Naranjos, Distrito Municipal de San Luis. Esa presa actúa también como barrera para contener la intrusión salina que llega río arriba hasta seis kilómetros desde la entrada del mar. Sirve con agua potable a cerca del 30 por ciento del consumo realizado por sectores de Santo Domingo Este.

La fuente del otro acueducto es el río Isabela, aguas abajo de su confluencia con el río Higüero. Este abastece parte del agua po table que se consume en varios sectores de Santo Domingo, tales como Puerta de Hierro, una zona de Pantoja, La Hondonada, Em bajada de los Estados Unidos de América, Cuesta Brava, Cuesta Hermosa I, II y III, Isabel Villas, Arroyo Hondo Viejo y otros. Estos sectores están ubicados, en su mayoría, en el lado norte-noroeste de Santo Domingo. En ambos acueductos el agua es potabilizada en eficientes instalaciones.

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Laguna Manatí , Humedales del Ozama Gallareta, laguna Manatí, Humedales del Ozama

La pesca con atarraya se practica desde la desembocadura del Ozama, hasta cerca de la barrera de la salinidad, pero es más activa desde la desembocadura hasta un poco más al norte de la confluencia del Ozama e Isabela. Las especies más comunes son tilapias, róbalos y biajacas. En varios de los ríos se encuen tran jaibas y camarones. La navegación es posible en bote hasta la barrera de salinidad, en Los Naranjos. La navegación en bar cazas depende de cuán diseminadas están las lilas. Los paseos fluviales hasta el parque Nacional Santo Domingo Norte y otros lugares del Ozama e Isabela podrían aumentar con el sanea miento de estos ríos.

El aprovechamiento para riego agrícola más notables lo provee la presa del río Mijo, en la Hacienda Estrella, construida a un cos to de RD$6 millones en 1990, con el propósito de irrigar 15,000 tareas (943 hectáreas) arroceras y disminuir las inundaciones del área. Ese río se une al Ozama más allá del desagüe de la presa. Por la quietud del lugar y la fauna presente, el espacio tiene po tencial para actividades ecoturísticas.

Además del Nuevo Domingo Savio, otra intervención de impor tancia ha sido el establecimiento de una planta de aguas resi duales en el río Isabela, que colectará 27,000 galones de aguas de desecho en 34 sectores de Santo Domingo, lo procesará y devolverá limpio al río. Iniciativas similares se tienen en carpeta.

El río Brujuelas pertenece a una subcuenca cercana a la del Ozama. Es visible en el paraje Brujuelas, Sabana de Guabatico, a unos 10 kilómetros al este de Bayaguana, provincia Monte Plata. Por la alta pluviometría de la región y las inundaciones que ocurren en muchas zonas, su nacimiento se confunde con la cuenca del río Yabacao y con los canales de riego del entorno. Por la misma razón, el curso del río a veces se confunde con el arroyo Brazo de Brujuelas, que nace más arriba y que se une sus aguas con las de dicho río en el poblado llamado La Horqueta. Los acuíferos del río alimentan el sistema de pozos Brujuelas-Casui, del que hace años se tomaban hasta 15 millones de galones de agua por día para el acueducto del municipio de Boca Chica, ubicado a 30 minutos al este de Santo Domingo. Sin embargo, el caudal del río ha estado disminuyendo y también el rendimiento de los pozos. La vertida de desechos, la deforestación en algunas áreas y el uso poco organizado de pozos sépticos malogran la salud del río y los acuíferos.

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Humedales del Ozama, en Las Mercedes Ríos Ozama, a la izquierda y Yabacao Avifauna en los Humedales del Ozama
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Río Ozama, en Sabana Perdida Rastro boscoso del rio Brujuelas
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Río Ozama presa CAASD, toma de agua para acueducto
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Salto Alto, Bayaguana
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Salto de Socoa Comatillo, balneario

El curso del río es una serpentina de cerca de 40 kilómetros, pero en la ruta hacia el mar sus aguas superficiales no llegan directamente a la costa, sino que se sumergen en las lagunas Los Anones, Los Charcos y otras, ubicadas a unos seis kilómetros de la playa de Boca Chica, próximo al noreste del poblado de La Vigía, a pocos metros al norte del kilómetro 36 de la carre tera Mella. Las aguas llegan a la playa en forma de pequeños manantiales.

El drenaje que más se destaca en esta zona es el del río Tosa, principal afluente del río Brujuelas. Ese río y el arroyo Santana, que nace en la loma del mismo nombre, a una altitud de 239 me tros por encima del nivel del mar, realizan un importante aporte al caudal del río Brujuelas.

La poca cobertura boscosa en el entorno de la cuenca alta se mantiene desde la década de los años ochenta. A pesar de que hay actividades de ganadería entre los bosques fragmentados, estos se extienden hacia las cuencas aledañas. La mayor presen cia de bosque está localizada en la cuenca baja. Una vista aérea del trayecto del río sumergido muestra un mensaje poderoso: una franja sinuosa del bosque ribereño, compañero y guardián de las aguas del río.

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Río Comate, charco quieto
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Cachón de la Rubia Los Tres Ojos, Santo Domingo Este
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Río Ozama y varios asentamientos humanos Confluencia ríos Ozama, a la derecha, e Isabela
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Río Ozama y dos de sus cinco puentes
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Río Ozama en Puerto Don Diego

del río Limón y notas

Balatá,

Esta cuenca está situada en la zona central de la península de Samaná, con un área aproximada de 58 kilómetros cuadrados. La península está ubicada en el noreste de la costa norte del país. El río Limón solo recibe ese nombre después de la confluencia del arroyo Chico con el arroyo Cuerno. El hecho de que el primero tiene el mismo cauce que el río Limón lo presenta como su posible precursor. Se origina en unos humedales situados entre las comunidades Arroyo Chico Arriba, La Hormiga y La Lambedera, con altitudes de 250 y 320 metros por encima del nivel del mar. El río Limón corre de sur a norte y desemboca en el océano Atlántico, en la cercanía de Cayo Limón.

La única subcuenca de este espacio es el Arroyo del Diablo, que confluye más abajo del famoso Salto del Limón. Otros tres afluentes también le aportan agua, pero con un caudal mínimo. Estos son los ríos Bonilla, Palmarillo y el arroyo El Boyero. El primero es solo superficial por unos 300 metros y después se convierte en subterráneo. Es la fuente principal del acueducto de la comunidad de El Limón, incluyendo el área turística. La oferta es deficitaria y se cree que una de las alternativas para mejorar la situación es aprovechar las aguas del arroyo Zurdido, en el paraje La Cueva, camino a Samaná.

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Salto El Limón, Samaná
Cuenca sobre los ríos 18
Cosón y San Juan

El famoso Salto del Limón está ubicado en esta cuenca. Es uno de los lugares deslumbrantes del turismo natural terrestre en la región noreste del país. Las aguas del salto caen desde una altura de 40 metros y forman una poza de profundidades di ferentes que refrescan y entretienen al bañista. Es gestionado por la Asociación Comunitaria de Ecoturismo Salto del Limón. El lugar es visitado también para escalar la montaña y la toma de fotografías. Es parte del espacio protegido conocido como el monumento natural Salto del Limón, que tiene 16.5 kilómetros cuadrados, con el 95 por ciento ubicado dentro de esta cuenca. Al lugar se llega partiendo desde la comunidad de El Limón, situada entre Las Terrenas y Santa Bárbara de Samaná, a caballo o a pie, con la ayuda de guías disponibles en el lugar.

Con toda la belleza del salto y los beneficios económicos que genera a las comunidades aledañas, las visitas se han detenido en varias ocasiones por la disminución del caudal del agua del lugar. La Academia de Ciencias del país identificó como cau sas principales las actividades agropecuarias, la deforestación, el desvío de los recursos hídricos y la construcción de caminos, aguas arriba del salto.

La cobertura de la cuenca con especies permanentes es domi nada por las plantaciones de coco. Se estima que los bosques representan no más del 10 por ciento del área total, e incluso hay áreas muy depredadas en el mismo Salto del Limón y su cercanía. Llama la atención que en los límites actuales del área protegida no se incluyen los humedales, donde nacen los prin cipales afluentes del río Limón. La desembocadura de este río tiene menos impacto que en su área de nacimiento.

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Salto El Limón, Samaná Balneario El Arroyo, en El Limón

En otras cuencas diferentes, pero cercanas, existen otros tres ríos que merecen mencionarse. El río Cosón, en la localidad del mis mo nombre, con una longitud de 1.5 kilómetros y con un caudal promedio de apenas 250 litros por segundo. Es la principal fuen te de agua superficial del acueducto de Las Terrenas, pueblo ubicado en la zona norte del país y una gran zona turística de mucha importancia. El agua es procesada, almacenada en gran des tanques y distribuida a los usuarios. La oferta es deficita ria y para mejorar la situación las autoridades gubernamentales tienen planes de agregarle el caudal del río Balatá, cercano al Cosón, también de poco caudal.

La vena del nacimiento del río Cosón es visible en la llanura costera al pie de una montaña de unos 35 metros de alto, cubierta en su mayoría por árboles y arbustos. En ella hay rastros de actividades agrícolas moderadas. El río desemboca en el océano Atlántico.

Próxima a la desembocadura del río Balatá se forma un balnea rio denominado con ese nombre. El hecho de contar con agua dulce y salada en lugares contiguos aumenta el disfrute de los bañistas.

El último de los tres ríos es el San Juan. Su cuenca tiene 49 kilómetros cuadrados, aproximadamente. Nace cerca del poblado Los Algarrobos, a 3.5 kilómetros al noreste de la ciudad de Samaná, y desemboca cerca de la playa El Valle, en el océano Atlántico. Entre sus afluentes se encuentra el arroyo Grande, en la cuenca alta, y el río La Majagua, en la cuenca baja. El acueducto de Samaná se está adecuando para que el río San Juan sea su fuente principal de abastecimiento de agua.

Desembocadura Tres Ríos, Cosón

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Balneario Balatá Río San Juan, embalse de Inapa, acueducto Samaná

Cuenca del río Higuamo 19

Con una superficie de 1,161 kilómetros cuadrados la cuenca del río Higuamo es la de mayor extensión territorial de la región este del país. Cubre parte de las provincias de San Pedro de Macorís y, en su mayor parte, la de Hato Mayor. El río tiene 70 kilómetros de longitud y un caudal histórico mensual medio de 3.00 metros cúbicos por segundo. Su nacimiento está en las inmediaciones de la colonia San Rafael, afectado por las actividades domésticas del poblado y por la ganadería. Sus afluentes más importantes son los ríos Maguá, Casuí y Guamira.

El río Higuamo es el único de la región este con nacimiento cer cano a los de sus afluentes. El del Casuí está a unos tres kiló

metros lineales, al oeste. Los terrenos entre ellos son usados en agricultura intensiva, lo que afecta esos nacimientos. Por otro lado, el nacimiento del Guamira se encuentra aproximadamente a 1.3 kilómetros al este de la Colonia San Rafael.

Los mayores aportes de agua del río Casuí provienen del parque nacional Los Haitises, ubicado en el noreste del país. Por esa condición su caudal es más estable que el de los otros afluentes del Higuamo. El primer río se beneficia también de tener en la subcuenca que lo sustenta varias zonas boscosas que, aunque fragmentadas, contribuyen con la producción de agua. Se des tacan las zonas cercanas a La Clara y Palmarejo; las próximas al paraje Castellano, que llega hasta al río Yabacao, afluente del Ozama, y la zona ubicada cerca de la confluencia con el río Ma guá. El río con menor presencia arbórea en su cuenca alta es el propio Higuamo.

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Río Higuamo, sector Ingenio Consuelo

De todos los ríos de la región este del país, el Higuamo es el más contaminado en su cuenca baja; su estuario se encuentra en estado pésimo. La mayoría de las industrias que operan en la ciudad de San Pedro de Macorís realizan el vertido de aguas re siduales en este río, con poco o ningún tratamiento. Igual acon tece con las actividades domésticas en las viviendas ubicadas en sus riberas. La fauna y el posible aprovechamiento turístico de la zona están muy perjudicados.

En la cuenca del Higuamo hay tres proyectos de presas: una so bre el propio río Higuamo, otra al oeste, sobre el río Casuí, y otra, al este, sobre el Maguá. La reforestación de las respectivas cuencas altas debe ser de alta prioridad para las autoridades.

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Río Higuamo, desde puente SPM hacia el mar Río Maguá, sector Ingenio Consuelo
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Río Casuí, sector Ingenio Consuelo

Cuenca del río Soco 20

El área de esta cuenca tiene 1,004 kilómetros cuadrados, en tér minos de superficie, y es la segunda de la región oriental del país. Cubre parte de las provincias de San Pedro de Macorís y El Seibo. El río tiene una longitud de 90 kilómetros y un caudal his tórico mensual promedio de 11.52 metros cúbicos por segundo (aforado en Paso del Medio). Nace en el corazón de la cordillera Oriental entre las lomas Cuarón, Cabeza de Toro y El Coamo, a 369, 360 y 460 sobre el nivel del mar, respectivamente. En esta última loma nace también el río del mismo nombre, y otros im portantes acuíferos del río Soco. Su principal afluente es el río El Seibo, cuya confluencia se encuentra en la ciudad oriental del mismo nombre. El área de nacimiento de este último está situa da próxima a la Loma La Herradura.

Hacia la zona occidental de la cuenca alta se encuentra la sub cuenca del río Anamá, que tiene a su vez el aporte caudal de tres importantes ríos: el Guaiquía, el Magarín y el Cibao. El cauce de este último, en la parte de la cuenca alta, sirve de límite entre las provincias Hato Mayor y El Seibo.

Siguiendo con el mismo patrón de las demás cuencas del este del país, la cobertura arbórea en la zona de nacimiento de todos los afluentes es menor en la cuenca alta y más abundante de la cuenca media hasta su desembocadura. El único que conserva una aceptable cobertura arbórea en su zona de nacimiento es el río Janabo, entre las lomas de su mismo nombre y Loma Cope yes, a 596 metros sobre el nivel del mar.

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Río Soco en Ramón Santana
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Río Guaiquía, El Seibo Río Soco, El Seibo Río Cibao, El Seibo Rio Maguerín, El Seibo
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Río Soco en Ramón Santana, navegable por 6 kilómetros Río Soco en puente Autovía del Este

Cerca de la Loma La Herradura, próxima al nacimiento del río El Seibo, todavía existe uno de los mejores relictos de bosques de la región este. Sin embargo, el área está muy amenazada por las actividades agropecuarias; igual situación confronta el nacimiento del Soco y su afluente Guaiquía. Las cabeceras de los ríos Cibao y Magarín carecen de bosques primarios, pero tienen plantaciones de cacao sombreados con árboles. Hasta ahora la zona del estuario del río Soco cuenta con manglares en buen estado. Parte de ese estuario y la desembocadura del río, que llega hasta los 300 metros de ancho, puede observarse desde el puente en la vía que conecta las ciudades de San Pedro Macorís y La Romana.

Los beneficios más relevantes de esta cuenca tienen que ver con la pesca, el turismo natural y la navegación. El Soco es navega ble por cerca de seis kilómetros en dirección hacia el municipio de Ramón Santana. Hay una empresa que lleva turistas nacio nales y extranjeros en una barcaza con capacidad para cerca de 30 pasajeros, desde la boca del río hasta esa localidad. En ese lugar el río tiene en promedio 90 metros de ancho y deja espacio de charcos que sirven de balneario. Las excursiones se realizan en menor escala en botes y lanchas. En el trayecto se aprecia el bosque ribereño y aves como gallaretas, yaguazas y garzas. La condición saludable del estuario y los manglares favorece el desarrollo de jaibas, camarones y larvas de peces, sustento eco nómico de las comunidades vecinas. La proliferación de botes y restaurantes con productos del mar cerca de la desembocadura son muestras de prosperidad.

A su paso por El Seibo, del río Soco se extraen cerca de 0.200 metros cúbicos por segundo para alimentar el acueducto de ese municipio, que les brinda servicio a unos 48,000 usuarios.

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Río Soco, desembocadura Barcaza turística en el río Soco

Cuenca sobre

del río Cumayasa y notas

Con una superficie aproximada de 278 kilómetros cuadrados, esta cuenca cubre parte de las provincias de San Pedro de Ma corís, El Seibo y La Romana, todas ubicadas en la región este del país. El cauce combinado del río Cumayasa y su principal afluente, el arroyo Hondo, delimitan el lindero de la provincia de La Romana con las provincias mencionadas.

Prácticamente todos los drenajes cabeceros de esta cuenca es tán ubicados en la zona de las llanuras de la región este y en terrenos ondulados o de pocas pendientes. Estas áreas están dedicadas a pastizales y a la producción de caña de azúcar. El nacimiento del río Cumayasa no aparece en los mapas con ese nombre, pero la configuración del patrón hidrográfico del arroyo

Hondo se corresponde con el mismo cauce del primero. Asu miendo este criterio, los orígenes del Cumayasa podrían ubicar se en la Loma La Altagracia, una colina cuya máxima altitud es de 308 metros sobre el nivel del mar.

Más de un cuarto de la superficie del monumento natural La Cueva de las Maravillas está dentro del territorio de la cuenca, lo que garantiza la vigilancia y protección de esa zona. Unido a esa condición, es importante conocer que esa área contiene cerca del 85 por ciento de la cobertura boscosa de toda la cuenca. Por tanto, la producción regular de agua del río Cumayasa depende principalmente de la integridad del monumento natural Río Cu mayasa y Cueva de las Maravillas.

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el río Dulce
Río Cumayasa, balneario

No hay dudas de que la subcuenca del arroyo Hondo, que ocupa más del 60 por ciento del territorio de la cuenca, aporta la mayor cantidad de agua del río Cumayasa. Pero, el arroyo Frío, ubicado en la parte baja del río, contribuye también con el caudal del río. El exponente mayor del valor y belleza de esta cuenca es su estuario. El agua salina del mar penetra río arriba por cerca de 12 kilómetros desde la desembocadura, vistiendo el cauce del río con colores verdes de matices diferentes, que se combinan con el cañón de farallones cubierto por una arboleda espesa de mangles, almácigos y otras especies. En varios trechos de su ribera norte abundan las cuevas de cangrejos combinadas con árboles de mangles y en las aguas y en el suelo es común obser var el movimiento de cangrejitos grises. El río es navegable en botes medianos por más de 10 kilómetros desde la desemboca dura. Existen también áreas de balnearios, algunos de ellos de acceso público.

El río Dulce está ubicado en una cuenca pequeña, contigua a la de Cumayasa. Los principales afluentes son los arroyos Nigua, El Caimito y Guaymate, cuyo origen se encuentra en cañaverales próximos al Batey Sabana Chavón. La pluviometría varía entre 1,200 y 1,400 milímetros anuales.

Curso del río Dulce. La Romana

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Aunque La Romana es la provincia del país con menor cobertura boscosa, apenas un 11.5 por ciento de su territorio, es significa tivo que en la cuenca media y en las márgenes del río Dulce la cobertura de bosque sea abundante.

Su estuario está enteramente urbanizado. En esa zona hay cientos de viviendas en las riberas del río y opera una marina desde la cual zarpan las embarcaciones que van a la isla Catalina y otros lugares turísticos del entorno marino de la ciudad turística La Romana. Opera también un muelle donde atracan grandes barcos de carga.

En el sector Altos de Río Dulce existe un balneario de aguas claras, muy visitado por habitantes locales y turistas extranjeros. Más arriba del balneario está la toma de agua del acueducto que sirve a algunos sectores del Central Romana Corporation. Le antecede una zona con espesa cobertura arbórea.

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Río Dulce, estuario poblado Río Dulce, balneario

Cuenca del río Chavón

Su territorio es de 811 kilómetros cuadrados, aproximadamente, distribuido entre las provincias El Seibo (235 kilómetros cuadra dos), La Altagracia (398 kilómetros cuadrados) y La Romana (178 kilómetros cuadrados). El río tiene 84 kilómetros de longitud, y un caudal histórico mensual promedio de 4.97 metros cúbicos por segundo (aforado en Santa Lucía). Sus orígenes y afluen tes de primer orden están localizados entre las Loma del Me dio y Loma El Aguacate, a 600 y 640 metros sobre el nivel del mar, respectivamente. El río desemboca en la conocida Boca de Chavón, después de bordear parte de los terrenos de Altos de Chavón y una marina perteneciente al famoso complejo turístico Casa de Campo. Este río es de los más conocidos de la región este, celebrado por las bellezas de los escenarios naturales im

presionantes que exhibe en partes de su cuenca media y baja. Se destacan los grandes farallones ubicados en los últimos seis kilómetros del río, que siguen atrayendo al turismo y la industria del celuloide.

Entre los principales afluentes del río Chavón se destacan los ríos Chavoncito, Llano, Piedra y, principalmente, el río Quisibani, que cuenta con la mayor de las subcuencas. En la parte media de la cuenca, el río Sanate es uno de los grandes aportantes del cau dal del río Chavón; sus aguas alimentan uno de los acueductos de la zona de Higüey. Casi todos estos cursos fluviales poseen todavía una aceptable cobertura arbórea en la zona alta de la cuenca, pero al igual que las demás cuencas de la región este, la máxima concentración boscosa está en la zona baja, especí ficamente en el entorno de Casa de Campo y del aeropuerto internacional de ese complejo turístico.

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Boca de Chavón
22

Río

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Río Chavón, curso del río y toma de agua para el acueducto Río Chavón, en El Seibo Chavón, desde puenta vía El Coral

Los farallones del estuario se encuentran a ambos lados del cauce del río, con alturas variables entre 10 y 40 metros, alcanzando en algunos puntos hasta 60 metros. En su mayor parte está cubierto por bosques. Muchos de los mangles próximos a la desembocadura fueron eliminados por las actividades humanas en las proximidades del poblado de Boca de Chavón y en la ampliación de la marina de Casa de Campo.

Entre el Pintado y El Cuey, provincia de El Seibo, se ha plani ficado construir una presa sobre el río Chavón. Por otro lado, en el puente badén del río Chavón, carretera que va desde La Romana a la ciudad de Higüey, la Corporación del Acueducto de La Romana extrae un metro cúbico por segundo de agua para el acueducto de este último municipio. Sus usuarios son cerca de 204,000 habitantes.

Ríos Dominicanos 221 Boca de Chavón

Cuenca

La cuenca está situada en la provincia de Hato Mayor, directa mente al este de Los Haitises y al norte de las cuencas de los ríos Higuamo y Soco. El río Yabón nace en Loma La Tortona, a unos 440 metros sobre el nivel del mar, entre los parajes Rompe Trapo y Palo Seco, un área donde predomina la ganadería y pequeñas plantaciones de cacao. No se aprecian rastros de bosques ni si quiera ribereños. Una carretera coincide con los linderos de su cabecera. El Yabón desemboca en el océano Atlántico, en medio de un área cenagosa, debido a la deforestación en la cuenca alta.

En la cuenca alta, el principal aporte al caudal del río provie ne del arroyo Culebra, que en sus tramos superiores posee una veintena de afluentes.

El río Sano es otro importante afluente del Yabón, con nacimien to próximo a la Colonia San Rafael. Se une al Yabón un poco al norte de la ciudad de El Valle. Otros dos afluentes le aportan agua desde Los Haitises. El primero es el río Yanigua y el segun do es el arroyo Piedra. Entre ambos reciben quince drenajes que se originan en el parque nacional Los Haitises.

Las últimas estadísticas de la cobertura arbórea de la cuenca indican un 16.81 por ciento de bosques y 16.7 por ciento de plantaciones de cacao. Pero esa cobertura no existe en la cuen ca alta, por lo que el río arrastra muchos sedimentos en la zona marino-costera y en el caño Sansón, que comparte su desembo cadura en el mar.

Río Yabón El Valle, Sabana de la Mar

223 Ríos Dominicanos
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sobre los ríos La Yeguada, Maguá, Cedro y otros
del río Yabón y notas
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Río Cuarón, de Miches a Sabana de la Mar Boca del río Cedro
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Río El Cedro
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Ríos Río La Yeguada, en Miches

En la cuenca alta del río existen varios atractivos naturales, cuyo potencial turístico debe estudiarse, especialmente la Cascada de Yabón, próximo a la comunidad de Vicentillo. Un aprove chamiento importante de las aguas del río es el acueducto que beneficia a más de 800 familias en las comunidades de Yabón, Vicentillo, Mancorneta y otras.

Al este de esta cuenca, hasta el lado oeste del río Nisibón, exis ten otros cursos fluviales que comentamos aquí. Se trata de ríos que nacen en la cordillera Oriental, no muy distantes del mar, donde la mayoría de ellos desemboca. Por consiguiente, sus ex tensiones son cortas. Entre ellos, los ríos Capitán y Las Cañitas, utilizados por los habitantes cercanos como balnearios. Además, los ríos Jovero, Jayán y La Yeguada, cuyas desembocadurasprincipalmente las dos últimas - son áreas activas de pesquerías de especies que requieren de aguas dulces y saladas. El río Ma guá (no confundirlo con el que cruza por Hato Mayor) sobresale, porque al igual que el río La Lisa, contiene sus tramos superiores dentro del parque nacional Saltos de La Jalda. La altura de este salto, de 120 metros, supera a todas las del Caribe.

Se encuentra también el río Cedro. Según algunos lugareños, en él prosperaban, no hace mucho tiempo, varias especies de pe ces, que ya casi no se observan. Sin embargo, en el área donde sus aguas se mezclan con las del mar sigue presente la pesca de angulas, actividad común y muy rentable en muchas áreas de esa zona.

Ríos Dominicanos 227
Rio Jayán

Nisibón del río Maimón y notas

Cuenca sobre

La cuenca de este río de 182 kilómetros cuadrados se encuentra dentro de la provincia La Altagracia, en una zona de alta pluvio metría. Su perfil topográfico se extiende al extremo este de la cordillera Oriental. El río tiene una longitud de 32 kilómetros y un caudal medio mensual de 2.81 metros cúbicos por segundo (aforado en La Guama 1). Su área de nacimiento está próximo a la Loma Los Gafos, de 285 metros sobre el nivel del mar, cercana y al sureste de la cuenca del río Nisibón, donde nacen también algu nos afluentes de este último. Desemboca en el océano Atlántico, vía la Ría de Maimón, localizada en Las Lagunas de Nisibón.

Los afluentes principales del río Maimón son los ríos Guayabo y Llano, y en menor grado el Guanche. El nacimiento de los dos últimos está en Loma Vieja, a 736 metros por encima del nivel del mar.

Las aguas del río Maimón son aprovechadas en el riego de pre dios arroceros y como balneario en las instalaciones ecoturísticas de Ecopark para el entretenimiento de sus clientes.

Cerca del 85 por ciento del territorio de esta cuenca está dedi cado a la ganadería; los pocos conglomerados de estratos arbó reos no superan el 15 por ciento. La mayor parte se encuentra en la parte alta del arroyo Las Cañas, entre las lomas de Los Gafos, Los Grayumos y Séptimo Cielo, y otra próxima a la confluencia de los ríos Llano y Maimón.

Río Maimón, en Ecopark

229 Ríos Dominicanos
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el río

Una de las áreas más interesantes de la cuenca baja está cercana a la desembocadura del río, donde existen cerca de 1.37 kiló metros cuadrados (137 hectáreas) de mangles, muchos caños de agua y humedales. La penetración del mar en la zona baja del río forma la Ría de Maimón y una ciénaga o albufera. Este accidente geográfico, más los manglares y humedales del río, están bajo protección con la categoría de refugio de vida silvestre Ría de Maimón, cuya área es de 4.85 kilómetros cuadrados. Su belleza escénica, la diversidad de su fauna y los recursos pesqueros que aprovechan los habitantes de las comunidades aledañas son ra zones suficientes para conservar esta joya del territorio domini cano y la cuenca que lo sostiene.

Al oeste de esta cuenca se encuentra una menor, la cuenca del río Nisibón, con 38 kilómetros cuadrados, de los cuales 20 kilómetros cuadrados están localizados en la provincia La Altagracia y en el resto de la provincia de El Seibo, donde está el nacimiento del río, entre las lomas El Aguacate, a 520 metros sobre el nivel del mar, y Picacho, a 380 metros sobre el nivel del mar. Más del 90 por ciento del cauce del río forma parte del deslinde de las mencionadas provincias. Los principales afluentes del río Nisibón son Brazo Chiquito, Guamiabano y, en la parte baja de la cuenca, el arroyo Benito. Los cauces y canales de varios de ellos alimentan canales que irrigan terrenos arroceros.

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Río Maimón, toma de agua para riego Río Maimón y dique Ria Maimón

Cuenca sobre

del río Anamuya y notas

La superficie de esta cuenca, junto con sus escorrentías natura les, tiene 86.8 kilómetros cuadrados, aproximadamente. Está si tuada en el extremo oriental costero de la isla, en la provincia La Altagracia, ubicada al extremo este de la República Dominicana. El río tiene cerca de 38 kilómetros de longitud y un caudal his tórico mensual promedio de 1.49 metros cúbicos por segundo (aforado en El Mamey). Nace en la cordillera Oriental, entre las lomas Palmarito y Blandino, a 440 y 445 metros sobre el nivel del mar, respectivamente.

La gran sorpresa de esta cuenca se descubre en el Salto de Anamuya o Anamuyita, ubicado en el lugar del mismo nombre, a unos 14 kilómetros al noroeste de la ciudad de Higüey, al que

se accede por una carretera de desvío a la salida de la ciudad hacia el famoso destino turístico de Punta Cana. La estructura de este balneario, con terrazas de piedras, aguas que se cuelan entre ellas y pequeñas cascadas, parecen hechas a mano. Es un activo turístico todavía poco aprovechado.

Actualmente, más del 70 por ciento del territorio en la zona de los nacimientos del río Anamuya y de sus principales afluentes en su cuenca alta están dedicados a la ganadería. Un solo afluen te cercano al lugar de nacimiento posee cobertura arbórea, el arroyo Gollo, localizado en la mencionada Loma Palmarito.

Una particularidad de esta cuenca es que las lomas con mayores elevaciones están ubicadas aproximadamente en la cuenca media y en ambas márgenes de los ríos. Una es La Cotorra y la otra La Sierra, a 465 y 600 metros sobre el nivel del mar, respectivamente. Cada una ofrece una cobertura boscosa relativamente estable.

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Río Anamuya
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el río Duey-Yuma

En la cuenca baja se destacan como afluentes los arroyos Mina, Limón y Los Dajaos. Al igual que en la mayoría de las cuencas de la región este, en el río Anamuya es más abundante la presencia de bosque en la proximidad de su desembocadura.

Al suroeste, y contigua a esta cuenca, se encuentra la cuenca de los ríos Duey-Yuma, con un área de 75 kilómetros cuadrados, también localizada en la provincia La Altagracia. Estos nombres combinados de Duey-Yuma y los ríos Isa-Maná, en la cuenca de Haina, son los únicos del país nombrados así.

Los nacimientos de estos ríos no están definidos totalmente, pero es probable que estén encima de Loma Vieja, originados por los arroyos Canal Maco Oso y Mamoncito. Más abajo, al oes te de la comunidad de Los Cacaos se tiene planeado construir la presa de Duey. Las llanuras en esta cuenca superan el 80 por ciento de su territorio, para ocupar los primeros lugares con esa característica topográfica. En su avance hacia el mar recorre un angosto estuario de unos 1.5 kilómetros de longitud, con alturas de 5 a 10 metros, y desemboca en la bahía del Yuma. En esa área la pesquería es bien activa.

Un problema de preocupación es que la cobertura boscosa de esta cuenca es mucho mayor en la proximidad del territorio cos tero que en la zona de su nacimiento, donde predominan los potreros. La reforestación en esos lugares es importante, pero es crucial si se quiere contar con agua suficiente para construir una presa.

Curso del río Anamuya, en Anamuyita

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Balneario de Anamuyita
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Boca de Yuma

Reflexiones

En el recorrido que hicimos para elaborar este libro tuvimos la oportunidad de reflexionar, una vez más, sobre los valores y be neficios de nuestros ríos, la necesidad imperiosa de conservarlos y de aprovechar las grandes inversiones hechas por el Estado dominicano relacionadas con el agua.

Desde los inicios de los años sesenta se han construido 36 presas por unos US$2,162 millones, 2,040 kilómetros de canales de rie go, diques, tomas de agua, tuberías de acueductos, plantas de tratamiento y otras similares para almacenar agua, potabilizarla y conducirla hasta los usuarios. En la mayoría de los casos se confía en que en esas construcciones el suministro del preciado líquido sea más o menos constante, salvo casos de fuerza mayor. Aunque algunos sectores productivos y segmentos de la pobla ción ya confrontan dificultades para conseguir agua en la canti dad y calidad que requieren, muchos continúan sus actividades domésticas diarias y sus inversiones privadas, sin pensar en la posibilidad de que la creciente demanda de agua y su decre ciente disponibilidad arriesguen su bienestar y las inversiones públicas y privadas. Otros ven el agua como líquido indispen sable, pero la relación entre ese recurso y los ríos y, principal mente la importancia de ambos y de los bosques, escapa a su preocupación. O simplemente no entienden esa relación en su justa dimensión.

Las inversiones y obras citadas más arriba no se han hecho por capricho. Los valores y beneficios de los ríos son evidentes, al gunos cuantificables y otros con resultados patentes. La agri cultura es uno de los sectores más dependientes y a la vez más beneficiados, y dentro de este renglón se encuentra el arroz, del cual se siembran cerca de 1,300,000 tareas (82,000 hectáreas) dos veces al año, gracias a que el 98 por ciento de los terrenos recibe agua de riego.

Datos del Banco Central de la República Dominicana registraron una producción de arroz en cáscara en el año 2021 de 1,006,394 toneladas métricas, por un valor equivalente a US$393 millones. La producción anual de habichuelas fue de 38,335 toneladas métricas por un valor de US$53.9 millones y la de plátano, para el mismo período, de 2,634 millones de unidades, valoradas en US$427.82 millones. A esos valores se suman las exportaciones de 23 millones de cajas de guineos, por un monto aproximado de US$300 millones, las exportaciones de aguacate y mango, cercanas a los US$100 millones, la producción de 5.7 millones de quintales de tomate industrial, por un valor aproximado de US$22 millones, y muchos rubros más, que sin el agua de los ríos no se producirían.

Otro sector beneficiado, con valores cuantificables, es la produc ción hidroeléctrica, muy importante para que el país siga liberán dose de los combustibles fósiles, del gasto en monedas extran jeras y disminuya la huella de carbono. La República Dominicana cuenta con 36 presas, con una capacidad aproximada de alma cenamiento de agua de 2,189 millones de metros cúbicos. De ellas, 27 poseen equipos de generación hidroeléctrica, con una potencia instalada de 631.86 megavatios (13 por ciento) del par que de generación total del país, que en 2021 produjeron cerca de 1,360 gigavatios hora, un siete por ciento de la energía neta abastecida en el Sistema Nacional Interconectado (SIN), con un valor de US$200 millones, que incluye el valor de la producción, potencia firme y el servicio de regulación de frecuencia, según los datos obtenidos del Organismo Coordinador del SIN.

En todas las 27 presas con capacidades hidroeléctricas instaladas el agua turbinada es reutilizada en canales de riego o devuelta al cauce del río. En varias es usada en acueductos, antes y después de ser turbinadas y, en algunos canales de riego alimentados

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por los embalses de las presas, el agua conducida es turbinada y después devuelta a esos canales. Las nueve presas restantes almacenan agua para la irrigación, en mayor o menor escala. En general, todas las presas mantienen reservas de agua para los tiempos de escasez y muchas se construyeron con el propósito adicional de controlar las inundaciones en las zonas bajas. En va rias de ellas se practican deportes acuáticos y se crían peces en jaulas, actividad que sustenta la vida de muchos comunitarios.

En varios lugares del país los intentos de construir presas han causado protestas de algunos sectores de la población, basados en preocupaciones por los desplazamientos de asentamientos humanos y posibles daños al medioambiente. Sin dudas, estas preocupaciones deben tomarse en cuenta al momento de iden tificar los lugares para ubicar las presas y su diseño. Sin embar go, es necesario que los pros y contras de sus construcciones se hagan mediante análisis integrados, que incluyan diversas disci plinas: a quiénes favorecen, cuál será la disponibilidad de agua en esa región en el mediano y largo plazo y cuál es y podría ser en el futuro la condición de la cobertura vegetal de la posible cuenca de captación. Lo peor que podría pasar es posponer la construcción de una presa por malentendidos y tener que re tomarla años más tarde, casi a nivel de emergencia y enfrentar costos mayores.

En el diseño y operación de una presa, el caudal ecológico debe garantizarse para minimizar los posibles trastornos del área inter venida. Por otro lado, el mantenimiento de una cobertura arbó rea en la cuenca de captación de agua de una presa es esencial para su operación; beneficia a todas las agencias que manejan ese recurso y beneficia al país. La escogencia de lugares para construir una presa debe ser una oportunidad para que esas agencias inviertan recursos económicos para aumentar la cober tura arbórea, antes de la construcción, y mantenerla después.

Hay muchos proyectos interesantes en curso de presas y sanea miento para aprovechar las aguas de varios ríos. Como el im perativo es almacenar agua, deberían aumentarse las construc ciones de pequeñas presas. En el icónico Ozama, los mayores esfuerzos se han concentrado en la conservación de la cuenca. Cuando su reforestación avance, se cree que las aguas de ese río deberían represarse antes de llegar al municipio de Yamasá. No solo para aprovecharlas más, sino también para controlar las constantes inundaciones de las zonas bajas. Por igual, en sus sectores altos, las aguas cristalinas del río Guanuma deberían aprovecharse más.

Otros valores y beneficios de los ríos son más difíciles de cuanti ficar, pero no menos importantes: el valor paisajístico, la pesca, principalmente en los estuarios, las actividades recreativas y tu rísticas en balnearios y en las corrientes rápidas, el sustento de la flora y la fauna, y mucho más.

Ante todos esos valores y beneficios el camino es claro: no de bemos permitir que se repitan los errores del pasado, cuando los intereses comerciales o la ignorancia de algunas personas causa ron la depredación de la mayoría de nuestras cuencas hidrográ ficas, contaminaron los ríos y hasta los secaron. Gracias a la con tinuidad de acciones de varias organizaciones gubernamentales y privadas hemos avanzado, pero debemos seguir actuando con determinación, conscientes de que revertir las costumbres, los hábitos de depredación del medio ambiente y los daños acumu lados requiere de mayores esfuerzos e inversiones económicas continuas.

¿Qué hacer? Los detalles de un plan de manejo y conservación de nuestros ríos y cuencas hidrográficas escapan a la naturaleza de este libro. Solo enfatizamos aquí la necesidad de mantener la integridad de las áreas protegidas y su biodiversidad, prin cipalmente las de montañas, reforzar los programas con enfo ques integrados para el manejo de las cuencas hidrográficas y sus alrededores, que incluirán, entre otros asuntos, actividades de reforestación, apoyo a alternativas de producción para los moradores de las cuencas y las compensaciones ambientales, tanto monetarias como en servicios. Debe considerarse como prioritaria la reforestación de las cuencas de captación de agua de las presas del país.

Para actuar, es necesario admitir que una sola institución no tiene la capacidad de resolver los problemas de esos espacios vitales, sino que se debe buscar la participación organizada de sus habi tantes y de las agencias gubernamentales y no gubernamentales que inciden en la zona.

Es esperanzador que dentro de la responsabilidad social y el objetivo del desarrollo sostenible de varias empresas del país se esté priorizando la conservación del medio ambiente y los recursos naturales, así como el apoyo a comunidades claves. Se destaca la participación del Banco Popular Dominicano y su casa matriz, Grupo Popular, que por más dos décadas ha estado apoyando el Plan Sierra, alianza público-privada pionera en el establecimiento de sistemas integrados de producción, mane jos forestales apropiados y servicios comunitarios, los cuales han mejorado la cobertura boscosa y la red hídrica de La Sierra, vital

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para mantener el caudal del Yaque del Norte y el suministro de agua para riego, agua potable y la producción de energía hi droeléctrica.

El Plan Sierra ha servido de inspiración y modelo para que otras organizaciones, como la Fundación Sur Futuro, la Junta de De sarrollo de San José de Ocoa, el Plan Yaque, Inc, y la Asociación para el Desarrollo de Santiago (APEDI) estén ejecutando accio nes similares en los territorios donde inciden. El Estado domi nicano, por medio de la Comisión Presidencial para el Ordena miento y Manejo de la Cuenca del Río Yaque del Norte, apoya también acciones en beneficio de ese río.

El sector empresarial tiene una incidencia clave en la agenda pública en materia medioambiental, especialmente, a través de asociaciones como la Red Nacional de Apoyo Empresarial a la Protección Ambiental (Ecored), que busca sensibilizar a las em presas y a la sociedad en general de la necesidad de incorporar una cultura de responsabilidad social y desarrollo sostenible que preserve nuestra biodiversidad y sus recursos naturales, promo viendo para ello alianzas en la búsqueda del desarrollo económi co, social y ambiental del país.

El Banco Popular es uno de los fundadores y auspiciadores de Ecored, así como también presta apoyo a un gran número de otras iniciativas en este ámbito, en conjunto con la Fundación Popular, la entidad responsable de la agenda social del Grupo Popular. En este sentido, han financiado un gran número de iniciativas comunitarias que propenden a mejorar el medio am biente y los recursos naturales, así como dotar de vías de pro greso a las comunidades. Se destacan el establecimiento de mi crohidroeléctricas en el sur del país, que traen energía eléctrica y agua potable a muchos asentamientos, y la construcción de lagunas artificiales para depurar aguas residuales en zonas ribe reñas del Yaque del Norte, con métodos orgánicos que disminu yen la posibilidad de contaminación de muchos ríos de la zona y aumentan las condiciones de salubridad de los comunitarios beneficiados.

Otra iniciativa de gran importancia ha sido el respaldo del Grupo Popular a los Fondos de Agua de Santo Domingo y del Yaque del Norte, entidades conformadas por diversas empresas e ins tituciones dominicanas, como el Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales, la Corporación de Acueducto y Alcantari llado (CAASD), Ecored, la Fundación Propagás, Bepensa, Coca Cola Company, Fundación Popular, Fundación Sur Futuro, Socie dad Industrial Dominicana , S.A., Grupo Universal, Centro para el

Desarrollo Agropecuario y Forestal (Cedaf) y algunas extranjeras como el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), The Nature Conservancy (TNC) y otras. Por medio de un fondo fiduciario apoyan técnica y financieramente a los ejecutores de acciones de reforestación, manejos de cobertura vegetal y servicios co munitarios, que benefician la producción y la calidad del agua de los ríos Ozama, Isabela y varios de sus afluentes, y del río Yaque del Norte y sus afluentes. Estos dos fondos pueden ser referentes para el establecimiento de otros similares en cuencas individuales prioritarias o grupos de cuencas cercanas.

Dentro de las acciones del plan de manejo y conservación de ríos y cuencas hidrográficas, no menos importante es la educación ambiental. Esta debe llegar a toda la sociedad y ser predicada en las escuelas, calles, áreas rurales y universidades por perso nas conocedoras del tema, que sepan comunicar con sencillez, entre otros asuntos, el ABC del ciclo del agua y, principalmente, por qué sin una cobertura arbórea adecuada en las montañas nos quedaremos sin acuíferos y sin ríos, que son redes de vida.

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Biografía

Domingo Marte nació en San Francisco de Macorís, República Do minicana, el 3 de enero de 1939, cerca de la orilla del río Jaya y vivió parte de su niñez y adolescencia en Nagua, frente a la Bahía Escocesa. Graduado de agrónomo en el Instituto Politécnico Loyo la, de San Cristóbal en el año 1961, obtuvo su Bachelor of Science en la Universidad de Texas A&M, en 1969, revalidado como Inge niero Agrónomo de la Universidad Nacional Pedro Henríquez Ure ña (UNPHU). En 1973 obtuvo una Maestría en Ciencias Agrícolas en la Universidad de la Florida. Tiene diplomados en Desarrollo Humano, Cinematografía y Fotografía, y ha participado en varios talleres de narrativa.

Laboró para la Secretaría de Estado de Agricultura, la Junta Mone taria del Banco Central de la República Dominicana y The Nature Conservancy. Es asesor voluntario de la Fundación Sur Futuro y del Centro para el Desarrollo Agropecuario y Forestal (Cedaf).

Ha escrito cientos de artículos técnicos sobre agricultura, desarrollo rural y medio ambiente. Publicó la novela “Madre de las Aguas” en 1999, más tarde reeditada como “La Sonrisa de la Montaña”. Fue primer premio del concurso literario patrocinado por la Universi dad O&M en 2001, con la obra titulada “Recuerdos y Memorias de Nagua”; publicó “Ecos de la Costa”, libro institucional del Banco Popular Dominicano, en el año 2016 y “Frutas en República Domi nicana”, obra patrocinada por la Junta Agroempresarial Dominica na (JAD), en 2020. Ha ganado varios premios en los renglones de cuento y fotografía, en los concursos de arte y literatura del Banco Central y en concursos organizados por la Fundación Global De mocracia y Desarrollo.

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Presentation

Our land is one blessed with an extraordinary abundance of nat ural hydrographic systems, which has, perhaps, led us to assume our rivers have always been and therefore will always be there at our service. We are aware of the importance of the proper man agement and care of our watersheds. However, our awareness and, more importantly, our practice regarding their treatment and preservation, is still lacking, thereby affecting their sustainability.

The need for reforesting our watersheds and educating people in the habits that promote their conservation, penalizing the prac tices that contribute to their deterioration, and actively pursuing infractions that threaten the sustainability of our natural heritage and its biodiversity are the basic pillars on which we must build a vision of sustainability as a country.

For this reason, Banco Popular Dominicano, together with its par ent company, Grupo Popular, and Fundación Popular reaffirm our commitment to aid in the preservation of the treasure that is our Dominican watersheds.

With this aim, we engage in multiple initiatives focused on the sanitation of our waters. We encourage the construction of com munity hydroelectric plants that improve the lives of remote populations, we promote the creation of artificial wetlands that function as a green engineering system to purify contaminated water, we carry out systematic reforestation campaigns with the participation of volunteers and partner organizations in various areas of the country, especially in the areas of influence of our partner, Plan Sierra.

This commitment has led us to three decades of sowing and one million trees planted nationwide, a figure we will reach in november 2022.

With this new institutional publication, authored by the outstanding researcher, photographer, and engineer Domingo Marte, and en hanced by the design of Víctor Siladi, we hope to raise awareness of the importance of safeguarding our waters as networks of life.

These pages highlight the enormous wealth of opportunities that our rivers represent. Not only for the defense and protection of

our flora and fauna, the prosperity of our communities or the gen eration of clean energy, but also for the promotion of new types of sustainable touristic experiences for visitors, in harmony with the natural environment and biodiversity.

In short, this is a book designed to educate us on the conser vation and protection that our ecosystems need and which are required to face the future with well-balanced growth.

In addition to this editorial project, as a complement to its valu able content, we are promoting a multimedia product to expand the reach of our corporate message as a Responsible Bank.

First, a complete documentary series entitled “Redes de Vida” (Networks of Life), in which, over the course of four episodes, viewers will travel through the main river basins of our country, whose currents will lead them to a greater understanding of their people and their potential, their value and the pressing need to protect them.

Together with the publication and the documentary, we also in clude a digital part, the mobile application “Dominican Rivers”, which gives users the opportunity to locate, learn details and delve into the characteristics of the waters of our main rivers, while at the same time inspiring them to visit these places, enjoy the hiking trails and richness and diversity of the unique ecologi cal nooks and crannies that our geography has to offer.

Both multimedia products are accessible through the pages of this book, entering the web: www.popularenlinea.com/riosdominicanos

Just as rivers are born in the mountains, our communities were born from rivers. Our past depended on them, as does our pres ent and future well-being, currently threatened by the effects of climate change.

Let us all become conscious of this and thrive to live in harmony with our natural resources, as are our rivers, being that the only guarantee of our very existence resides in our connection with these webs of life.

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Prologue

While residing at the newly founded Dominican con vent in the town of Puerto Plata, in 1525, almost five hundred years ago, a Spanish priest named Bartolo mé de las Casas began to write a great chronicle of the discovery and colonization of America entitled “Historia de las Indias” (“History of the Indies”).

In these chronicles as well as in his “Apologetic His tory of the Indies”, Las Casas expressed his perpe tual admiration for the abundance of estuaries, ri vers, streams, and ravines sustaining the biological exuberance of the island then known as Hispaniola.

In the first of these works there are several pages in which Las Casas describes the geographical and ecological characteristics of the “natural provinces” of the island.

According to this chronicler, “there were in this is land of Hispaniola five major kingdoms and five very powerful kings [...]. The one kingdom was called Maguá, the last syllable accented, which means the kingdom of the lowlands. This valley is one of the most illustrious and admirable things in the world [...]. Over thirty thousand rivers and streams enter it, among which twelve are as great as the Ebro and the Duero and the Guadalquivir; and all the rivers that come from the mountain range to the west, which are twenty and twenty-five thousand, are very rich in gold [...]. The king and lord of this kingdom was called Guarionex”.

The objectivity of this obviously hyperbolic paragra ph has been questioned by some writers unfamiliar with the hydrographic geography of the island, who se Dominican part, according to the sapient photo grapher and naturalist Domingo Marte, preserves al most two thousand rivers worthy of mention (1,850 to be precise) after half a millennium of deforesta tion and degradation of watersheds.

Those who are familiar with the western side of this island, where the territory is considerably more de teriorated, know that there are still numerous rivers and streams with running water, despite the deser tification of large parts of its territory, and although there is no such tally as the one presented today

by Domingo Marte, through empirical observations captured on film, we can be certain that there are more than a thousand estuaries, rivers, streams and creeks carrying water in our neighboring country.

The reason why there continues to be water on both sides of the island, despite the disappearance of its smaller streams, is that, on this island territory, rain continues to fall just as it did half a millennium ago, and if today we see fewer rivers (and those we do see are diminished) it is because most of the wa tersheds have lost their forest cover and therefore can no longer retain water in the same manner they once did.

This phenomenon can be clearly illustrated by the “simile of the broccoli and the washbasin”, which explains that an intact forest functions hydrologically like a broccoli, retaining the water it receives and releasing it gradually, while a washbasin lets it drain quickly, drying up in a short period of time. Defores ted watersheds function like the washbasins and are left drained of water, or with very little, and many of their rivers end up disappearing entirely.

That is why thousands of the waterways that Barto lomé de las Casas considered rivers when he saw them bearing water at the beginning of the 16th century have disappeared. For a Spaniard of that time, coming from the Castilian plateau where there were few rivers, the abundance of rivers in a tropical, forested, and humid territory must have been a truly remarkable vision.

Carefully reading Domingo Marte’s text while simul taneously analyzing his revealing photographs (some of impressive beauty and others painfully dramatic due to the poor state of certain Dominican rivers) produces a mixture of emotions difficult to express.

The fact that to document the state of these rivers, Domingo Marte dedicated years to hiking each of the river courses he describes, from their source to their mouths, is awe inspiring.

I understand the enormity of this task, having had the honor of traveling with him along the course of the Yuna River almost from its source, near Rancho

Arriba, to its confluence with the Blanco River. No other Dominican has attempted a feat of the magnitude carried out by Domingo Marte in the compilation of this work, achievement in which he surpasses himself, since he had already embarked upon a similar effort to collect the photos and data used in his impressive tome on Dominican beaches and coasts, also published by Banco Popular Domi nicano, under the title “Ecos de la costa. Travesía por el litoral marino dominicano” (Echoes of the coast: Trek along the Dominican Coastline) (2016).

For that book Domingo traveled on foot, on the bac ks of mules and horses, and in helicopters along the entire periphery of the country.

This new book has the distinction of leaving the rea der with the clear awareness that, no matter how much it rains, we have less and less water available, either because of deforestation or anthropogenic pollution.

Marte’s assertions can be backed up with several examples that we see repeated hundreds, if not thousands, of times throughout the country. For example: no one remembers today that where the La Vega export processing zone is located, eighty years ago there was a stream and a lagoon which the locals once used for swimming and fishing. Like this case we can also mention the inexorable agony of other rivers and streams today turned into pastures, garbage dumps or rock beds all over the national territory.

Through his impressive photographs and well-docu mented texts, Marte sends us a dramatic warning message about the need to proceed urgently with the restoration of those watersheds that are today in danger of losing their water-generating capacity.

Domingo Marte employs the beauty of his images and the originality of his photographic eye to draw our attention to the great drama that lies beneath the grandeur of his landscapes and tells us through his lens that, although late, there is still time to pre vent the death of the waters.

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Frank

1. INTRODUCTION

Science has revealed that life and water are synonymous. Similarly, river systems, as prime conveyors of this essential resource, form networks of life. These waters, flowing day and night across distant expanses, sup ply the aqueducts that serve homes and in dustries, irrigate farmlands, generate clean electricity, and give sustenance to riparian flora and fauna. They feed aquifers, provide havens for fisheries, refresh and delight bathers, beautify the landscape, and create spaces for the enjoyment of water sports. Hurricanes and other events may cause riv ers to flood, but the likelihood of flooding decreases when watersheds are well cov ered with vegetation.

The availability of usable water in the coun try is difficult to foretell. However, it is cer tain that the total potential supply is low er because when much of this water goes to the sea, it is lost through seepage and pollution by humans. In addition, unpre dictable climate change has not only dis rupted rainfall and drought patterns, but hurricanes and other phenomena have been exacerbated, destroying river sources and storage infrastructure. These phenom ena also affect the availability of water.

A 2016 report estimates that the Dominican Republic has an average total annual wa ter resources of 25.9 billion cubic meters, of which 91 percent is surface water, that is, rivers, lagoons, and others. Nine percent passes through as subsurface runoff.

Regarding the distribution of these resourc es, agricultural irrigation accounts for an es timated 80 percent of the available water, but with an efficiency level of only 20 per cent. Other uses are for human consump tion (12 percent), with an estimated use effi ciency of 60 percent. The industrial sectors and ecological purposes account for the remainder. Both the previous report and the 2007 National Hydrological Plan, pre pared by the National Institute of Hydraulic Resources (INDRHI), indicate that the total water supply exceeds demand, but that there is a deficit of available infrastructure for its storage.

Beyond the estimates of supply and avail ability, it is palpable that for years the de mand for water is increasing in response to population growth, the expansion of agricultural, industrial and tourist activities and, unfortunately, water wastage. In many

parts of the country water rationing, as well as conflicts over its distribution and control in urban and, principally, rural areas are al ready common.

In terms of output, if we were to study what has happened that has caused the quanti ty and quality of water in most of our riv ers to dwindle, turning some of them into mere trickles of water or, in extreme cases, corpses lying in beds of stone and sand, we would find the answer in the destruction of our watersheds as the result of deforestation in the upper and middle reaches, as well as the undermining of the riverbeds in the low er stretches. The considerable quantities of water lost through chemical contamination, waste, and solid waste disposal, also play a significant role in the equation. Moreover, the health of our beaches and seas is also linked to the health of our rivers.

Despite all of this, our watersheds, rivers, and aquifers are still there. Although their capacity to produce, transport and store water in quantity and quality is diminished, the opportunity remains for serious and sustained action to restore part of their lost capacity. If we do not do so, the deteriora tion will continue and the collective welfare plans for which we all clamor and deserve will fail, putting the sustainability of the country at risk.

This book, “Dominican Rivers. Networks of Life” aims to expand our familiarity with our surface water resources, their values and their current conditions. It is a textual, graphic, and photographic tour of the prin cipal rivers and their tributaries, some of their pools, waterfalls and cascades, dams and canals, their various uses and the infra structures built for these purposes. The con ditions of plant cover in the watersheds are highlighted. The presentation in the book is organized by each of the basins that sup ports a major river and its tributaries, follow ing a vertical axis that runs from the west to the east of the country.

An important companion to this book is the documentary The Networks of Life, a series of five installments that present a valuable excerpt of the functions and values of riv ers and their use for tourism, agriculture, hydroelectricity, as well as the support they provide for the economic development of many communities.

Another innovative and interesting comple ment is the mobile application “Dominican

Rivers”, which will enable users to quickly pinpoint the location of some of the coun try’s most important rivers, with images of their attractions and the information neces sary to get to know these natural resources from a virtual plane.

2. FOR FURTHER INFORMATION

The National Institute of Hydraulic Resourc es (INDRHI) indicates that the National Hydrographic Network is composed of 97 rivers that flow into the sea, 556 tributaries which join the previous ones - called sec ondary tributaries - and 1,197 tertiary tribu taries, whose waters flow into the secondary ones. The longest rivers are, in kilometers: Yaque del Norte (300); Yuna (203); Yaque del Sur (186); Ozama (136); Artibonito (119 in its Dominican portion); Boba (91); Bajabonico (90), Soco (90); Haina (82); Ocoa (65); Yásica (81) and Higuamo (70).

Due to the presence of caverns and other depressions in the terrain, many rivers are subterranean or go underground along certain sections of their courses. Such is the case of the Brujuelas river, in Santo Do mingo, Dominican capital; the Nizaíto and Bahoruco, in Paraíso, Barahona province, in the southwest of the country; Las Damas, in Duvergé, Independencia province, also in the southwest, and others.

Where does the water in these rivers come from? It is well known that some of the liq uid water contained in seas, lakes, rivers, and other sources evaporates through so lar heating. That warm, moist air, or water vapor - aided by wind and higher tempera tures - rises into the atmosphere. There it mixes with dust and other particles, and in cooler conditions condenses to form clouds. Another important variable occurs when a mass of warm, moist air ascends a mountainside, cools, and then condenses to generate clouds, mists and fog which are essentially miniscule droplets of water. Another equivalent phenomenon is the as cent, cooling and condensation of humid air masses caused by low atmospheric pres sure centers such as hurricanes, and tropical storms.

When in some of these clouds the water droplets merge, they become heavier and fall to the earth, entering rivers and seas in the form of rain, or snow. This water ends up in rivers and eventually finding its way back to the sea, where the process of evap oration and condensation is repeated. This

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endless process is known as the water cycle.

From the above explanation, one could infer that rivers only receive water when it rains, but this is not the case. Why is it that in some places along the riverbed there is always some water, even in times of drought? If the land where the rain falls has an appropriate cover of vegetation, a barri er of tree trunks, roots and leaves can form on the ground slowing the flow of water and permitting some to seep into the soil and remain there. In the case of mountainous ar eas, the result is that this water flows slowly, over the surface or underground, as rivers, streams, brooks, creeks, gullies, and rivulets that eventually reach the drainage channel of a main river.

However, if the land has poor plant cover, the rainwater runs swiftly, infiltrates poorly eroding and depleting topsoil. Cloud forests (forests that are almost always surrounded by clouds) are another phenomenon that supplies water to rivers at higher altitudes. There, the branches and foliage of the trees, constantly brushing against the clouds, milk the water from the clouds resulting in what is known as horizontal rain.

These phenomena make evident the im portant fact that rainfall on its own is not enough. Without trees, preferably forests, watersheds, rivers, and other watercourses would not have any appreciable quantity and quality of water. It is important to take into consideration that if the territory of a watershed lies within a protected area, the plant cover in that area will likely be protect ed, thereby benefiting water production as well as other resources.

Hydrographic basins. These are the geo graphical spaces where the waters of rivers and other watercourses originate, flow, and intermingle and bear the name of the main river it hosts. These spaces are bordered at their heads and on two sides by mountain tops. From there, the waters flow to the base, to the main riverbed. Here, in most cases, tributaries lose their names upon merging with the main rivers. When the Jimenoa River joins the Yaque de Norte Riv er at the famous Confluencia in the moun tain town of Jarabacoa, it relinquishes its name in favor of the major river.

Mountains, hills, or other topographic fea tures in the highlands that separate one watershed from others are called drainage

divides. Each main basin is composed of sub-basins. For example, the Ozama River basin has the sub-basins of La Isabela, Sav ita, Yabacao and others. In the basins, the upper, middle, and lower parts are differen tiated.

The number of basins in the country varies according to the criteria of two institutions: INDRHI and the Ministry of the Environment and Natural Resources (MIMARENA). The former counts 97 and the latter 47, divid ed into 30 main and 17 coastal watersheds. These differences are attributed to their ap proaches to planning which allow them to either add or separate natural formations. The 12 rivers with the largest watersheds are, in square kilometers: Yaque del Norte (7,044), Yuna (5,498), Yaque del Sur (4,972), Ozama (2,685), Artibonito (2,614 in the Do minican portion and 6,399 in the Haitian portion), Higuamo (1,182), Soco (1,051), Yásica (824), Bajabonico (678), Ocoa (677), Boba (624) and Haina (564). Twenty-five ma jor watersheds were selected for this book. Some of them include comments on rivers located in basins contiguous or close to those described.

The mountain ranges and other mountain ous topographies in the country are fun damental elements of any river system, portions of which are present in each water shed. They capture the clouds and foster the birth and primary flows of our rivers. It is im portant to point out the terrestrial portion of Los Haitises, a valuable reservoir of subter ranean waters that feed many of our rivers.

In terms of geographic relief, the worthiest of note are the Northern, Central (Madre de las Aguas) and Eastern Mountain Ranges. Other important mountain ranges are those of Yamasá, in the province of Monte Plata, in the central region of the country; Samaná, in the northeast of the island; Martín García, in Bahoruco, and Neyba, in the southwest of the country.

The final farewell gift our rivers leave be fore flowing into the sea is estuary. This is an area right before the mouth of the river, whose primary characteristic is the mixture of salt and fresh water. This area, together with other conditions, supports the growth of plankton, a crucial element in the marine food chain, favors the development of man groves, as well as the spawning and growth of species of high ecological and economic value, such as eels, mullets, shrimp, crabs,

birds, and millions of microorganisms. Estu aries are among the most productive eco systems on earth. Two of the most promi nent estuaries in the country are those of the Yuna River, in Sánchez, in the northern region; the Soco, Cumayasa and Higuamo Rivers, in the eastern region of the country; and the Bajabonico and Yásica Rivers, in the north, among others.

1. THE PEDERNALES RIVER BASIN

This basin lies in the extreme southwest of the Dominican territory, straddling the bor der with Haiti. It comprises a total area of 348 square kilometers in both countries, half of which lies in the Dominican Republic. The chief tributaries that feed the Pedernales River flow from the Los Arroyos communi ty. Other tributaries originate in the Haitian communities of Platón Pistache and Bois Codeine, at altitudes ranging from 1,300 to 1,700 meters above sea level. 36.5 kilome ters of its 40-kilometer length, run along the Dominican-Haitian border, however 11.9 of these, those that run from the northwest frontier region to the Mencia crossing, are known as Río Bonito. The average monthly volume of flow (gauged at the Seine Pass) is 11.73 cubic meters per second (m³/s).

The Pedernales River feeds the aqueduct of the municipality of its namesake, and by means of a diversion dam supplies 0.25 cu bic meters per second of water for regional agricultural irrigation. Haiti receives a com parable volume of water. To date, 0.075 cu bic meters per second are taken for the aq ueduct. This river, which lies in the extreme southwest of the Dominican Republic, is the only important supply of fresh surface water available in the immediate vicinity able to meet the present and future requirements of the municipality of Pedernales, and the long-awaited touristic project planned for Cabo Rojo, in the same province. Its main tributary is the Mulito River, whose fresh and crystalline waters - and the chain of small waterfalls that adorn its course - make it an inviting attraction for bathers and nature lovers. Water diverted from this river powers a small hydroelectric plant. Deforestation in the watershed area threatens the present and future use of both these rivers.

The Mulito River’s source is not clearly de fined, but it is most likely in the vicinity of Loma La Manigua, Sierra de Bahoruco, a mountain range that straddles the border

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between Haiti and the Dominican Republic. Most of its other tributaries are transitory and only drain during rainy seasons. As in other areas, at the confluence of these riv ers, there is a great deal of deforestation on the Haitian side.

The micro hydroelectric plant powered by the waters of the Mulito River boast an in stalled capacity of 68 kilowatts. It was inau gurated in 2017, with the intention of ben efiting 314 families in the communities of Mencía and Altagracia.

In 1979, the governments of the Dominican Republic and Haiti inaugurated a diverting dam on the Pedernales River, at a cost of RD$214,368.00, which provides 0.25 cubic meters per second of the redirected flow to both countries. In the Dominican case, the water is used to feed the aqueduct that, aside from supplying part of the municipal ity of Pedernales, serves to irrigate about 14,600 tareas (2,269 acres) of land located near kilometer 4 east of the city of Peder nales.

A portion of 66.47 square kilometers of the Sierra de Bahoruco National Park is locat ed within the upper basin of the Pederna les River and its drainages. But there is a 16 square kilometer transverse strip of the park that is ever-increasingly being encroached upon for agricultural activities, including the development of avocado plantations. This situation threatens the park’s patches of cloud forest as the river’s primary water sources. Deforestation has also threatened the valuable flora and fauna of Sierra de Bahoruco Park, habitat of endemic species and migratory birds of interest to the scien tific community as well as national and for eign tourists.

The mouth of the Pedernales River into the Caribbean Sea has been in a state of continual deterioration due to the gradual disappearance of the riparian forest. The extraction of sand and the precarious flow of water, only alleviated during rainy spells, have also exerted adverse effects on the area of the river’s mouth.

2. ARTIBONITO RIVER BASIN

This river basin comprehends the largest riv er system of the Antilles, with a total area of 9,007 square kilometers (3,478 square miles). 29 percent of which lays within the Dominican Republic, 71 percent in Haiti. The Artibonito is the longest river on the island, with 321 kilometers flowing through

Haiti and 191 on Dominican soil. Its head waters stretch between Lomas Puerto de Copey, at 1,323 meters above sea level, and La Sierrecita, at approximately 1,525 meters above sea level. Its journey begins about five kilometers northeast of Loma Nalga de Maco, in Río Limpio, Dominican Republic and comes to rest emptying into the Gulf of Gonaïves, Haiti. The flow of the river, gauged in Pedro Santana, Elías Piña prov ince, in the southwest of the country, ranges from 5 to 16.90 cubic meters per second, depending on the time of year.

In Dominican territory, the Artibonito Riv er is used to collect water for housing, the irrigation of some farmland adjacent to its banks and for use in resorts such as those of Restauración, where the river has crystal clear waters and a strong flow. The Artibo nito Hydroelectric Project is currently in de velopment.

Continuing with the southwestern region of the Dominican Republic, the main water col lecting sub-basins are those of the Macasías and Joca rivers, with important inflows from the Tocino River. The former is the most ex ploited, with 40.7 kilometers of canals and total flows of 2.80 cubic meters per second, irrigating nearly 23,700 tareas (3,682 acres) in irrigation canals. In the Yacahueque Riv er, Carrera de Yegua District, and in Palma Sola, in Arroyo Seco, also in the southwest, there are two dams that store water for irri gation.

In the area of the source of the Artibonito, the annual rainfall is between 1,800 and 2,000 millimeters, with the presence of cloud forests, greatly degraded due to agricultur al activities carried out by both neighboring countries. The most important tributaries in the upper basin are El Café stream and the Maniel and Vallecito rivers. The Joca River sub-basin, covering 285 square kilometers, is the smaller of the two. This river springs between the Lomas Viajador, in the Central Cordillera, at 1,919 meters above sea level, and Monte de Joca, at 1,807 meters above sea level. Except for a small cloud forest in the area surrounding the source, other up per parts of the watershed are heavily de forested. Other spreads, with some forest cover, in the middle area of this sub-basin, specifically to the northwest of the town of Pedro Santana, between the small hamlets of Los Cercadillos and El Hato are places easily accessible, susceptible to human im pact. There are plans for the construction of a dam in nearby Hoyo de Joca.

The second sub-basin is that of the Macasías River, with about 1,542 square kilometers, 59 percent of which flows through Domini can territory. Its source is likely in an area of wetlands and drainage near the Guardarraya Lagoon, above the riverbed already visible at the crossing of the road from Las Matas de Farfán to El Cercado, in the southwest of the country. It is important to note that the major water flow of the Macasías River comes from the Caña River, which originates in Hondo Valle, a municipality near the bor der with Haiti. It receives runoff from 40 first order drainages that flow from the Sierra de Neiba. The two rivers converge near the community of Los Jobos, on the road to Bánica. From the north, the Macasías Riv er is fed by several streams and rivers, such as the Yabonico and Yacahueque, which are used to irrigate prime agricultural land. The dam of the same name was built on the latter river at a cost of US$18 million in the Carrera de Yegua District. The objective was to irrigate 40,000 tareas (6,217 acres) of the region. It was inaugurated in 2019 but is not equipped for the generation of hydroelec tric power. Another smaller dam is the Pal ma Sola dam, rehabilitated in 2016 and built on Arroyo Seco, for the irrigation of 38,000 tareas (5,906 acres).

The Macasías river meets with the Artiboni to River at Las Dos Boca. After having spent its strength through the irrigation canal that shares its name, its volume is oftentimes sig nificantly depleted.

Other important tributaries of the Artiboni to River are the Tocino River, in the middle part of the basin, and the Libón River, in the upper basin. Although the latter originates in Haiti, its main flow comes from a dozen perennial streams and the water resources of the Neita and Gurabo rivers, all in Domin ican territory. In the area of El Corozo, on a plateau to the west of the Pan de Azúcar hill, a 25-kilometer stretch begins as the in ternational boundary up to the bridge near the communities of Tilorí, on the Haitian side, and Villa Anacaona.

In 1957, the Artibonito River in central Hai ti was dammed for the construction of the Peligre Dam. In the intervening years since, it became useless. So much silt run-off from the surrounding areas of Pedro Santana, Bánica, and other border localities has ac cumulated in the reservoir that it is presently being used as farmland.

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The implementation of projects with border rivers requires cooperation between the two countries. For this reason, many initiatives have been frustrated by political, technical, ecological, and economic problems. The Artibonito has been considered as the only major river source that can provide consid erable volumes of water supply to Haiti for multiple purposes. Proper management of the forest and water resources that nourish this river benefits the Dominican Republic but is critical for the lives of the people of Haiti.

3. MASACRE OR DAJABÓN RIVER BA SIN

The area of the Masacre River basin is ap proximately 723 square kilometers, 51 per cent, and 49 percent between the Domin ican and Haitian territories, respectively. However, deforestation and the inappropri ate use of the area’s steep slopes for agri culture and intensive grazing has greatly constricted the water supply in the Haitian territories. The course of the Masacre, also known as the Dajabón River, is 47 kilometers long, of which some 12 kilometers mark the Dominican-Haitian border. It originates in Loma Pico de Gallo, near Loma de Cabrera, Dajabón province, northeast of the border, and flows into Manzanillo Bay, in the Atlan tic Ocean, Montecristi province. The aver age monthly historical flow (gauged in San Miguel) is 3.68 cubic meters per second.

A 57-kilometer network of irrigation canals relies on the river capacity to convey nine cubic meters per second, irrigating some 58,274 tareas (9,056 acres). The Masacre River provides 0.1 cubic meters per second to the aqueduct of Dajabón, an important border city, feeds the Saladilla Lagoon and bathes its estuary area with waters enriched from the mangrove swamp, which is at pres ent in healthy condition and boasts a large crab population. The La Piña dam, built in the Los Miches sector at a cost of RD$269 million and inaugurated in 2020, is also in this basin. The reservoir has a storage ca pacity of one million cubic meters and is fed by the La Piña and Bimbín watercourses. Its waters bolster the flow of the Juan Cal vo canal used for agricultural irrigation. In the early morning hours, wide swaths of the dam are covered with thick fog, silhouettes of twisted trees and a numbing silence, bro ken only by the sporadic squawking of wa terhen.

Another dam is the Cabeza de Caballo, built in 1988 in the community of La Peñita, 20 kilometers south of the Dajabón prov ince. Its reservoir of 0.6 million cubic meters is fed by the Cabeza de Caballo river, which flows into the Masacre about 170 meters downstream of the dam. It was built in 1988 to provide water for the aqueduct and ag ricultural irrigation. Structural problems and deforestation of the area have kept it out of operation.

In Loma de Cabrera, a municipality in the province of Dajabón, is the Salto del Masa cre, a favorite bathing spot of internal and international visitors alike. Of the 32 tribu taries which feed into the Masacre River the Capotillo River is the most vital.

On the Haitian side, the Masacre’s water supply comes via the Gens De Monte Riv er, which converges with the Capotillo Riv er, also called Bernar, on the same border, about 10 kilometers south of the city of Da jabón. Further downstream, the Capotillo River feeds the flow of the Masacre, near the Don Miguel community. Its main sub-basins in the upper reaches are the Manatí River, covering approximately 55 square kilome ters, and the Dajao River, with 23.74 square kilometers. In the middle and lower basin is the Guajabo River, whose sub-basin extends over 209.67 square kilometers.

Protected areas within this watershed to tal 38.42 square kilometers, 10.47 percent of the watershed’s territory. These are: the Chacuey and Cayuco River forest reserves, the Laguna Saladilla wildlife refuge, which has the largest proportion, and the Estero Balsa National Park, with a mere 0.01 square kilometers. The forests cover an area of 121.31 square kilometers, 36.66 percent of the watershed. Their integrity is under con stant threat.

4. NIZAÍTO RIVER BASIN

This basin, located on the eastern slope of the Sierra de Bahoruco, of the Barahona province, covers an area of 173 square ki lometers. The Nizaíto River is 26 kilometers long, with pronounced gradient and a his torical monthly average flow of 3.32 cubic meters per second, gauged in Villa Nizao. It has its source at Loma Las Cuevas, located 1,300 meters above sea level, north of the towns of Polo and Las Auyamas; it flows into the Caribbean Sea. Its main tributary is Las Auyamas river.

The Nizaíto River’s abundant and crystal line waters are noteworthy. Not only does it feed the aqueduct of the municipality of Paraíso, but 1.5 cubic meters per second are extracted from it to irrigate 50,832 tar eas (7,899 acres) in the thirsty municipality of Oviedo, 52 kilometers away. The water is conveyed through cement canals, some times embedded in the ground or through bridges (flumes) to connect depressions in the terrain. These are works of engineering deserving of praise.

The Nizaíto River passes behind the famous ecotourism complex Rancho Plato and is enjoyed by guests for rubber tube rides.

Two short rivers are the main tributaries of the sub-basin: the Cortico River, which orig inates in Loma Los Lirios, at 1,236 meters above sea level, and the Sito River, which originates near Loma Charco Prieto, at 1,351 meters above sea level. The latter joins the Nizaíto near the town of Paraíso, province of Barahona, in the southwest of the country.

Due to the geological characteristics of the region, most of the drainages in the upper intra-mountain valley of Polo are not contin uous; they are sunken in the proximities of the valley.

The latest statistics report that there is 82.23 square kilometers of woodland cover within the watershed, mainly shaded coffee plan tations. However, at the headwaters of the Nizaíto River, the area is used for agriculture and is heavily deforested.

About 10 square kilometers of the water shed’s territory is under legal protection. A portion of the Padre Domingo Fuerte Natu ral Monument, with 6.7 square kilometers, is the most important protected area. The rest are the scenic byways from Cabral to Polo and the Mirador de Paraíso.

There is talk about the possibility of building a dam on this river to provide water to the region near Pedernales, in the deep south west, to supplement current and future de mand.

5. BAHORUCO RIVER BASIN

Found in the province of Barahona, this ba sin comprises an area of 60 square kilome ters. The Bahoruco River is only 10 kilome ters long and has a flow of approximately 1.5 cubic meters per second (author’s esti mate). Its waters originate in a place named

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La Última Razón, at 1,603 meters above sea level, and flows into the Caribbean Sea, a short distance from its neighbor Nizaíto. Its primary water catchment area is the Brazo Seco stream.

The Bahoruco riverbed is a chain of natu ral pools and waterfalls, among which Los Morones, Felicidad and, especially, La Pla za deserve special mention. They all have crystalline waters, and in several stretches, blue and turquoise colors stand out. Guid ed tours are managed by the Cooperative for the Development of La Ciénaga (COO PEDECI), made up of 64 women and eight men.

The headwaters of the Bahoruco River, in the province of Barahona, are bolstered by more than a dozen streams and creeks from the adjacent hills, noteworthy are Loma Pie de Palo, Guacho and Loma Remigio, at 1,532, 1,287 and 1,220 meters above sea level, respectively. They are home to one of the best manacla palm groves in the coun try, and the most important in the Sierra de Bahoruco.

Many of the main tributaries through the middle and lower basins of the Brazo Seco sub-basin flow underground in the Loma Pie de Palo. Another important tributary is the Infierno stream, with its main aquifers com ing from the Loma Remigio, at 1,100 meters above sea level. In all these hills there is still abundant cloud forest cover.

The Bahoruco riverbed runs through a can yon flanked by high mountains, with large boulders, mostly limestone, and lush wood land vegetation. There are numerous pools, estimated by some locals to number more than twenty-five; small and medium-sized waterfalls are also abundant. During times of prolonged drought, the river vanishes un derground for a stretch of approximately 2.5 kilometers wherein the water can be heard (but not seen) coursing through the caverns below ground. The forest cover in the wa tershed is mainly arboreal, including shaded coffee plantations. The principal agricultural activities are somewhat constrained by the steep slopes and the calcareous nature of the land. The recent increase in the planting of taro, bananas and other crops however are cause for concern.

Part of the excursion to Balneario* La Plaza can be undertaken in a 4x4 or all-terrain ve hicle, and a hike through the hills and across

the river for about an hour and a half. COO PEDECI also organizes tours along the trails of the hill, some of which go as far as the town of El Cachote, where other attractions await.

In addition to camping at some river sites and trails, there are other lodging alterna tives in the immediate area, including the famous Casa Bonita resort.

6. YAQUE DEL SUR RIVER BASIN (SOUTH YAQUE)

In terms of size, this is the third largest riv er basin in the country, occupying nearly 4,992.8 square kilometers, equivalent to 10.36 percent of the area of the Domini can Republic. It encompasses part of the provinces of La Vega, San José de Ocoa, San Juan, Azua, Barahona and Bahoruco.

The main river, the Yaque del Sur, is 200 ki lometers long and has a historical average monthly flow of 45.31 cubic meters per sec ond, gauged at Villarpando. Its headwaters flow from the southern slope of Loma La Ru cilla, at 3,038 meters above sea level (only one of its streams originates in Loma Pico del Yaque). It empties into the sea near the María Montés airport in Barahona.

This basin has seven hydroelectric power plants on various tributaries that generate a total of approximately 213.6 gigawatt hours per year, worth approximately US$20 million (except for the Firm Power.) These are: Salto de Constanza (Constanza Falls), Palomino, Sabana Yegua, Magueyal, Los Toros, Sa baneta, Domingo Rodríguez and, currently under construction, Monte Grande. The Ya que del Sur River feeds several important irrigation canals, among them the imposing Ysura canal, which not only irrigates close to 250,000 tareas (38,850 acres) of land lo cated in arid zones and some salt flats, but also feeds numerous aqueducts and recy cled twice for the generation of electricity eliminating any need for reservoirs. Other rivers in the basin also provide water for aq ueducts and agricultural irrigation.

The main tributaries of the Yaque del Sur are the San Juan, Mijo, Grande or medio rivers, and Las Cuevas. The most spectacu lar balnearios are on the San Juan River and the main waterfall, that of Aguas Blancas, in Constanza, is a popular attraction for visi tors.

The waters of this basin originate primarily

from the Central Mountain Range and three mountain ranges: Bahoruco, Neiba and Martín García. Data from 2012 indicate an approximate forest cover of 52 percent of its territory, consisting mainly of arid forest. Within this region’s watershed lie portions of 12 protected areas, totaling 2,061.45 square kilometers (41.28 percent of its ter ritory): mainly the José del Carmen Ramírez and Valle Nuevo national parks, with 749 and 450 square kilometers, respectively. However, cattle ranching and hillside culti vation are present in all these legally pro tected areas, adversely affecting all the main tributaries of the Yaque del Sur.

The first large-scale development in the up per basin of the Yaque del Sur is the Pal omino dam, built at a cost of US$400 mil lion and inaugurated in 2012. It is located at the confluence with the Blanco River, in the border municipality of Bohechío, San Juan de la Maguana province. The surface area of the reservoir is 220,000 square me ters and can store up to 3.3 million cubic meters. From there the water is routed to the powerhouse, where the turbines and generators reside, through a tunnel 13.5 ki lometers long and five meters in diameter, with a gross drop of 360 meters. It has an installed hydroelectric production capacity of 80 megawatts; in 2020, electricity pro duction was 117 gigawatt hours.

Of the four collector sub-basins of the Yaque del Sur, two are on its west side: those of the San Juan and Mijo rivers, which converge before joining the Yaque. To the east are the Las Cuevas and Grande, or Del Medio, riv ers. The San Juan River, considered the larg est tributary of the Yaque del Sur, originates at Loma La Viuda, 2,801 meters above sea level, which is considered the most pristine area of José del Carmen Ramírez Nation al Park. Along its upper stretches, the San Juan River’s waters run crystal-clear with a robust current, linking a chain of spectacu lar bathing pools with waters that flow be tween gray boulders and pools of different depths. The road that leads to its conflu ence, through Los Higuitos brook, enables access for the enjoyment of these wonders.

With an average flow of 8.13 cubic meters per second, the river flows into the Sabane ta dam in San Juan de la Maguana province, built at a cost of US$36 million for multiple purposes. It was inaugurated in 1981. Until few years ago the usable volume of water storage in the reservoir was 58 million cubic meters, but the more than 23 million cubic

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meters of sediment accumulated over time have reduced it significantly, a clear indica tion of the deforestation of the basin area.

From the reservoir, water runs to the power house through a tunnel and a pressure pipe with a net drop of 65 meters. The installed capacity is 6.4 megawatts; hydroelectric production in 2020 was 18 gigawatt hours. The turbinated waters, and those from the spillways, return to the course of the San Juan River. About 500 meters further along, 6.5 cubic meters per second of water are diverted to the José Joaquín Puello canal, which irrigates about 300,000 tareas (46,620 acres). Through an ingenious design that will be replicated elsewhere, the canal water is used to operate the Domingo Rodríguez hydroelectric power plant, inaugurated in 2004 and whose installed capacity is 3.6 megawatts. Energy production in 2020 was 0.019 gigawatt hours. The operation con sists of diverting water from the canal to the intakes, then piping it to a recharge cham ber (a small open-air concrete reservoir) and conveying it to the powerhouse through a metal pressure pipe. After generating elec tricity, it then returns to the irrigation canals.

After flowing through the urban area of the municipality of San Juan de la Maguana, the Los Baos River, bringing its waters from the Sierra de Neyba joins the San Juan River. A kilometer ahead it is joined by the Mijo Riv er. The latter has its source in the Loma de La Medianía, 2,700 meters above sea level, where several major tributaries of the Macu tico River also originate, less than five kilo meters east of the Loma La Viuda.

Another major tributary of the Yaque del Sur is the Las Cuevas River, whose source is in Loma Tetero de Mejía, in the province of San José de Ocoa, at 2,330 meters above sea level. As it travels through the com munity of Guayabal, in Padre Las Casas, it receives water from the abundant Arroyo Guayabal and continues along a wide can yon through the mountains, collecting wa ter from several minor streams. The other important tributary of the Yaque del Sur is the Grande or Del Medio River, so called because it is in the between the former and the Las Cuevas River. It is born at La Loma, El Macho, at 2,330 meters above sea level, in the Juan Bautista Pérez Rancier Park (Val le Nuevo). The accumulation of its waters, before the edge of an abrupt embankment, creates the Aguas Blancas waterfall, in Con

stanza, whose height of 83 meters and fresh cold waters make it one of the most popu lar places in the region. On its way through Constanza, this river - with a modest flow of one cubic meter per second - provides water for the aqueduct of the municipality, as well as for agricultural irrigation. In the El Chorro sector, it feeds the El Salto mini-hy droelectric plant, with an installed capacity of 0.66 megawatts, which in 2020 produced 1.6 gigawatt hours.

The construction of the Sabana Yegua dam reservoir made use of the natural drainage basin formed by the convergence of the three main tributaries of the Yaque basin: the Las Cuevas, from an east-west direction, Grande, or del Medio and Yaque del Sur riv ers, both running from north to south. With one new factor: the waters of the Yaque, once through the turbines at the Palomino dam, are discharged into the Grande or Me dio riverbed, thus, the Yaque del Sur enters the dam with a diminished flow.

The Sabana Yegua dam was inaugurated in 1980 at a cost of US$80 million. The exploit able capacity of the reservoir is 334.7 million cubic meters. The powerhouse is at the foot of the dam’s dike, and the water reaches it through a tunnel reaching a drop of 63 me ters. Its installed capacity is 13 megawatts and energy production in 2020 was 42.5 gigawatt hours.

From there on, the Yaque del Sur, enriched by the tributaries, gets its name and flows amidst plantations of bananas, vegetables, and other crops. When it reaches the Vil larpando sector, it converges with the San Juan River coming from the west. At this junction there is a curtain dam. Most of the water continues its normal course and about 12 cubic meters per second are di verted for the beginning of the Ysura canal, designed for a flow of 25 cubic meters per second. Shortly thereafter, about two cubic meters per second are diverted to an intake chamber and then, with a drop of 65 me ters, enter the powerhouse of the Magueyal hydroelectric plant. This was built in 2008 at a cost of US$13.7 million. Its installed ca pacity is 3.2 megawatts with a historical en ergy production of 11 gigawatt hours.

After passing through the Hato Nuevo pen stock the turbinated waters of Magueyal are returned to the Yaque, and flow to the south, hence there are now two Yaques: the latter and one that runs through the Ysura canal.

In the locality known as Oreganito, 20 kilo meters from Azua, part of the waters of this canal are again turbinated in the Los Toros hydroelectric plant. This was built in 2000 at a cost of RD$317 million, plus RD$12 million in compensatory funds from the Dominican government. The installed capacity is 9.7 megawatts. In 2020 it produced 23.4 giga watt hours of energy. The turbinated waters merge with those of the Tábara River.

The Yaque riverbed meanders through the arid south, benefiting the inhabitants and local farmers of Los Güiros and other plac es bordering its banks. In Monte Grande, a dam of the same name is currently under construction. Its initial cost of US$249 mil lion continues to rise owing to changes in the design and the price of materials. This project is expected to provide water for Barahona’s aqueducts and irrigate some 300,000 tareas (46,620 acres) with an in stalled capacity of 18 megawatts. Further below said dam, the waters of the Yaque del Sur, with the assistance of canals, irrigates plantations of bananas, vegetables and fruit trees in Quita Coraza, Fondo Negro, Tamayo, Vicente Noble, Uvilla, Jaquimey es and other towns. Unfortunately, the river swells cause damage to crops and proper ties; it is hoped that the dam will mitigate this issue.

An important ecological function of the Ya que del Sur River occurs between it and in the vicinity of the Cabral or Rincón Lagoon, both connected by the Mena Channel and to a lesser degree by the Trujillo Channel, which is currently obstructed with soil sed iments and debris. The lagoon is a Wildlife Refuge, habitat of the only endemic turtle - the southern jicotea Trachemys decora ta - already on the list of endangered spe cies. In addition, ducks, ibis, and other birds abound. The reservoir also serves for the production and capture of fish, and for rec reational outings. Moreover, in times when the reservoir at capacity, it overflows into Lake Enriquillo. Today, however, there are problems: the surface and flow of water into the lagoon has dropped to critical levels be cause of siltation of the river, road construc tion and other factors.

Near Laguna Cabral or Rincón, the Yaque del Sur riverbed makes a sharp turn to the west and flows into Neyba Bay, not far from Barahona’s María Montez airport.

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7. TÁBARA RIVER BASIN

The Tábar River basin encompasses an area of 414.31 square kilometers, with more than 90 percent of its territory in the province of Azua and the remaining area in the southern province of Barahona. This river is about 93 kilometers long and has an average month ly flow of 0.80 cubic meters per second. Its headwaters are near Los Calimetes and Los Naranjitos, in the province of Azua, in the Central Mountain Range, at an altitude of 1,400 meters above sea level. These areas are currently cultivated with coffee and oth er agricultural products.

The main affluent of the Tábara River is the Biafara Brook, which originates between the Firme Manuel Chiquito and El Salte hills, at 700 and 777 meters above sea level, re spectively. Other important drainages are the Higo Grande gully and the Pondequiera stream, all located in the basin’s maximum rainfall zone, which accumulate 1,000 milli meters per year.

A dozen streams and creeks emerge from the Sierra Martín García. Most of them pro duce intermittent streams because of the geological characteristics of this mountain range and the low rainfall, which oscillates between 800 and 1,000 millimeters. In the entire lower basin, over 60% of the territo ry, rainfall barely reaches 600 millimeters. In the lower basin of the Tábara River, several drainages join the Las Lajas stream.

The forest cover extends over 235.49 square kilometers, 56.84 percent of the ba sin’s area, and is made up primarily of arid forest. In addition, there are areas of shady coffee plantations in the upper watershed and mangroves in the lower. The basin is fa vored with portions of five protected areas totaling 324.24 square kilometers, or 78.26 percent of its territory. These are the Anaca ona and Sierra Martín García national parks; the Barrero and Loma Forest reserves; and the Mangroves of Puerto Viejo wildlife ref uge. Recently, the Sur Futuro Foundation’s Siembra de Agua private reserve was add ed, a 1.5 square kilometer reserve in the re gion where the Tábara River meets the Higo Grande ravine.

The river supplies water to the aqueduct of Tábara as well as for the irrigation of agri cultural lands in the area. Its contribution is critical for the municipality of Azua and its environs, given the natural aridity of the area. The water already turbinated in the

Los Toros hydroelectric plant, which comes from one of the branches of the Ysura canal, feeds the flow of the Tábara.

The lower basin of the Tábara River is vast. Without any discernible borders, it joins the La Auyama and Jura rivers to the east, where one of the branches of the Tába ra, alongside the other two, flows into the beautiful Jura Bay and contributes to the fishing productivity of the area. On the west side, another of its offshoots flows into the extensive wetlands of Puerto Viejo.

8. YAQUE DEL NORTE RIVER BASIN (NORTH YAQUE)

This basin, located in the country’s Central Mountain Range, extends over 7,050 square kilometers, and covers parts of the provinc es of La Vega, Santiago, Valverde, Santia go Rodríguez, Dajabón and Montecristi, with rainfall ranging from rainy in the upper basin to semi-arid and arid below. The Ya que del Norte River is 295 kilometers long, the longest in the country, with a historical monthly average flow of 39.88 cubic meters per second (measured at Las Charcas). For a long time, the Pico del Yaque, in the Central Mountain Range, has been identified as its source, but in the official topographic maps, the name of the Yaque River only appears after the confluence of the Los Guanos and Los Tablones rivers, both located in the Armando Bermúdez National Park, which would be its precursors. The river flows into Manzanillo Bay, in the province of Monte cristi, in the extreme northwest of the coun try.

There are nine hydroelectric and irrigation dams in this basin: Jimenoa, Baiguaque, Ta vera-Bao, López-Angostura, Brazo Derecho, Monción, Contraembalse de Monción and Maguaca, which generate about 470 giga watt hours. It is the main source of water for the aqueducts of the region known as the Northwest Line of the country, as well as the provinces of Santiago and the city of Moca. It supplies large canals that irrigate about 1,100,000 tareas (170,940 acres) and ben efit about 15,000 producers of high-value crops. There are many excellent balnearios* to be found throughout its highlands. How ever, due to its passage through populated areas and deforestation at the headwaters of many of its tributaries, the river is affected by pollution. The demand for water in the basin is closing in on the available supply. Within the limits of this watershed there are

26 protected areas, which occupy a total of 2,340.64 square kilometers, 33.96 percent of the watershed’s territory. Among them are parts of the Valle Nuevo and Armando Bermúdez national parks, with 21.7 and 74 square kilometers, respectively. In addition, there are the Ébano Verde and Las Neblinas scientific reserves, the Diego de Ocampo and La Tinaja natural monuments, among others. All the latter in smaller proportions than the national parks.

Both the Yaque del Norte River and its main tributaries generate great benefits along their course. The beauty and biodiversi ty are particularly magnified along its path through the Armando Bermúdez National Park. The Los Tablones River, carrying the waters of the Arraiján River, flows into the Yaque at the site called La Boca de los Ríos, in Manabao, where it creates a stunning bal neario that attracts many visitors. The clear, limpid waters of the Yaque, from Manabao past La Guázara, beckon visitors to immerse themselves in any of the many permanent or temporary balnearios that the intensity of the currents create. The strong currents and the uneven riverbed which begin at Los Calabazos and La Guázara offer ideal rafting and boating conditions. Past Manabao, the most important tributaries to the Yaque’s waters are Los Dajaos River and the vigorous El Cercado Stream, near La Guázara. On its way through the La Piña sector, it runs into a sizeable indentation that creates a natural deep-water bathing pool. So, it reaches the famous confluence with the Jimenoa River, its main tributary, to create a balneario (nat ural bathing pool) that has been enjoyed for many generations.

All the rivers, streams, and creeks from the eastern end of the basin flow into the Jimenoa. There are two stunning waterfalls with inviting crystalline pools nestled in ex quisite surroundings that are very popular landmarks. The first one of these lies eight kilometers from the road that connects the mountain towns of Jarabacoa and Constan za, entering from the left, where a portion of the river waters are dammed and chan neled to a hydroelectric plant through a tun nel and a pressure pipe 1.7 kilometers long. This hydroelectric plant was built in 1954 and is one of the forerunners in the country. Its installed capacity is 8.5 megawatts and in 2020 it produced about 42 megawatt hours.

The better-known of the two is on the road that leads to the sectors of Sabaneta and Mata de Plátano. It is 30 meters high. The

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flow of the waterfall had diminished a lot, nevertheless, it remains a popular tourist destination.

The La Palma and Baiguate rivers are the main tributaries of the Jimenoa. Baiguate is home to a very popular a waterfall with a drop of 20 meters. It is 2.7 kilometers away on a turnoff to the right of the Jaraba coa-Constanza road. In the Sabaneta sector the Baiguate River converges with the Jime noa emptying into it the debris and sedi ment that cause the Jimenoa’s usual murky aspect.

On its way north, in the locality of Tavera, the Yaque receives water from the Guanaju ma River, whose watershed is relatively well reforested. This river has several important balnearios

With a controlled flow of 17.1 cubic meters per second, the waters of the Yaque del Norte feed the Tavera dam, built in 1973 at a cost of US$43.5 million in the place of the same name, 35 kilometers south of the mu nicipality of Santiago de los Caballeros, the country’s second largest city.

This project initiated the Tavera - BaoLópez - Angostura multi-purpose complex, all using the Yaque del Norte and the Bao River, its main tributary, as their source. The Bao dam, built in 1981 at a cost of US$75.3 million, has as its source the river of the same name and enters the reservoir with a flow of approximately 18.9 cubic meters per second. The capacity of the Bao reservoir is 244 million cubic meters, from which four cubic meters per second are derived as the main source of the Cibao aqueduct. The Bao reservoir was connected to the Tavera reser voir by a 1.5-kilometer open-air canal and operates as a single reservoir, with a stor age capacity of 417 million cubic meters. By this design, the powerhouse - where the turbines and generators are located - is only connected to the Tavera reservoir. It does so through a closed tunnel 4.25 kilometers long, 6.5 meters in diameter, with a drop of 110 meters and a flow of 100 cubic me ters per second. This generator house lies in the Monte de la Zanja sector, in the mu nicipality of Sabana Iglesia, more than four kilometers away from the dam. The installed generation capacity is 100 megawatts. The average annual production of electricity in recent years has been 170 gigawatt hours per year.

Due to its ease of accessibility and the exis tence of several restaurants adjacent to the Tavera dam, this is one of the most visited reservoirs in the country. Local outfitters or ganize boat rides and fishing in the reservoir for those who are interested. Windsurfing and windsurfing competitions are held in the channel that connects the two dams.

The Bao River is the largest tributary along the entire course of the Yaque del Norte with a basin encompassing 903 square ki lometers. Its source emerges from the hills of La Pelona, 3,087 meters above sea level, and Pico Barraco. Six kilometers between the two hills separate the Armando Ber múdez and José del Carmen Ramírez na tional parks, where there are streams and ravines that feed the Bao River on its north ern slope and the Blanco, Macutico and La Tortilla rivers to the south, which feed the Yaque del Sur. Before the construction of the dams, the Bao was joined by the Yaque at Boca de los Ríos, and to the northwest by the López compensating reservoir; now they are joined by the reservoir. The Bao basin serves part of the towns of Juncalito, Jánico, Mata Grande and Las Placetas. The main tributaries of the Bao are the Jánico, Jagua, Baiqueque and Guanajuma rivers. It is estimated that the flow of the Bao River contributes approximately 30 percent of the flow of the Yaque del Norte.

López counter reservoir, located a few me ters from the Tavera power plant, is the third component of the complex. Its function is to store the waters as they exit the power plant and distribute 1.5 cubic meters per second into the Cibao aqueduct and another por tion to Angostura, to the powerplant in Las Charcas, four kilometers to the north. The Lopez reservoir has a total capacity of 4.4 million cubic meters which are conveyed to the Angostura power plant through a closed tunnel 3.9 meters long and 4.2 meters in di ameter. The installed capacity is 18 mega watts. The average annual electricity pro duction of this plant has been 88 gigawatt hours.

Nearby, to the south of the Tavera dam, there is a small hydroelectric plant called Baiguaque fed by the river of the same name, a tributary of the Jagua River, another beautiful river that creates dozens of natural pools from Juncalito to the south. The hy droelectric plant began operations in 1995. Its energy production in 2020 was 0.86

gigawatt hours. After leaving the turbines, the waters enter the Bao dam.

The water from Angostura flows back into the Yaque. The riverbed widens to about 100 meters and creates a relatively clear water bathing area called Timberke. A little downstream the riverbed diverges creating a beautiful islet. Other bathing areas down stream, such as El Aguacate and Las Char cas, are also well known and enjoyed.

Pollution of the river, evident in the turbidity of the water, worsens as it passes through the city of Santiago de los Caballeros and its suburbs. Households and industries pop ulating the riverbanks are the cause of this contamination. The construction of an ave nue without buildings on the eastern side of the river and the Mirador del Yaque Park border several kilometers of the riverbed and have reduced the possibility of any fur ther contamination. In the sector known as La Otra Banda, there is an intake that feeds the Ulises Francisco Espaillat irrigation ca nal, with an average flow of 18 cubic meters per second, watering about 390,000 tareas (60,606 acres). Further to the northwest is the Monsieur Bogaert canal, averaging five cubic meters per second, which irrigates about 136,500 tareas (21,212 acres). The Brazo Derecho hydroelectric plant, which operates with water from the Ulises Francis co Espaillat canal, lies near the municipality of Navarrete, in the northwestern end of this province. Its installed capacity is 2.8 mega watts, and energy production in 2020 was 7.5 megawatt hours.

The above-mentioned canals, together with those of Villa Vásquez, Fernando Valerio, Jicomé and others, highlight the essential contribution the Yaque del Norte and its tributaries, which, despite its turbidity, flow in diverse directions throughout arid zones, either via their natural course or through secondary canals and irrigate crops of avo cados, bananas, rice, vegetables, and oth ers, which would not be possible without this fundamental asset.

The water sources that are born in or pass through La Sierra invigorate the Yaque del Norte and increase its flow. Among them is another protagonist of this basin: the Mao River, with a flow of 20.59 cubic meters per second (gauged in Bulla, Monción). It is born in the northern foothills of the Central Mountain Range, at 940 meters above sea level, and after 105 kilometers joins the Ya

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que del Norte near the town of Boca de Mao, Valverde province. On its descent through Monción, Santiago Rodríguez province, the river becomes the Monción dam reservoir, which is also fed by the Maguá river. The dam was inaugurated in 2001 and built at a cost of US$212.5 million. It provides an average of three cubic meters of water for the Northwest Line aqueduct, irrigation wa ter for about 125,000 tareas (19,425 acres), through the Mao-Gurabo and Luis Bogaert canals, primarily for rice cultivation. It also provides an average of 140 gigawatt hours per year and is also used for fishing and fish cage breeding, tourism as well as flood control. The reservoir covers an area of 11 square kilometers, and its usable volume is 342.70 million cubic meters of water. It is connected to the powerhouse through a 4.4-kilometer closed tunnel. The installed power is 52 megawatts.

Once through the turbines, the waters are discharged into the Monción backwater reservoir, which has a surface area of two square kilometers and a working volume of 5.63 million cubic meters. The water is used for hydroelectric generation and agricul tural irrigation. The installed capacity is 3.2 megawatts. In 2020 electricity production was 11.4 gigawatt hours. From there, the waters return to the Mao River. The latter is also prized for the beauty of its balnearios and for the opportunity to go tubing, espe cially in Monción.

Another of the Yaque’s tributaries is the Ámina River, whose average monthly flow is 7.34 cubic meters per second. It joins the Yaque to the northwest of the municipality of Ámina, above the Hato Nuevo ravine. Under normal times it is a beautiful river with clean waters, and many of which serve as prime bathing spots. Some of the stretch es of the river fall within the Picky Lora Na tional Park to protect, among other assets, its landscapes, and the transitional dry for ests of the Northwest Line.

It is astonishing to observe how the Yaque del Norte, on its course towards the drier areas of the northwest, increases its winding meandering ways and how, at certain times of the year, it carries more water through the primary and secondary irrigation canals than through its natural course. In the municipal ity of Guayubín, Montecristi province re ceives about nine metric meters per second of water from the river of the same name, significantly benefitting the regional agri culture. Currently, the Sabaneta Reservoir in

the northeastern province of Santiago Ro driguez is under construction and expected to be of great value. The Hinaje, Yaguajal and Caña rivers are also found in the area. The first being the most voluminous. Further west is the Maguaca River, which flows into the Yaque River about two kilo meters west of Castañuelas. Its headwaters are in Los Masaquitos and its waters feed the 15.6 million cubic meter reservoir of the Maguaca dam, built in La Mata de Santa Cruz, Dajabón province, at a cost of RD$1.8 million in the 1980’s. The main purpose of its construction was the irrigation of 14,220 tareas (2,210 acres) for the cultivation of vegetables and other crops, as well as for fishing. However, maintaining the river’s flow and achieving the goals has been diffi cult due to prolonged droughts and defor estation in this sub-basin, whose main cover in the upper part is a small riparian forest.

The Chacuey dam, built on the Chacuey riv er in the 1980s at a cost of RD$1.87 million, is in the El Carnero sector, near the Magua ca dam, in La Mata de Santa Cruz. It is part of a separate basin from this one but fac es similar problems. It was built to irrigate 16,500 tareas of land (2,562 acres), but its operation has been precarious due to con struction problems and a high rate of defor estation in the catchment area.

The Yaque River, which began with the en ergy of a healthy and vigorous young man, takes its last warrior turns on the shores of Montecristi and surrenders its waters into the Atlantic Ocean. We know that other young Yaques, with the same origin and en ergy, begin a similar journey every second.

9. BAJABONICO RIVER BASIN

Situated in the province of Puerto Plata, along the northern coast of the Dominican Republic, with an area of 679.37 square ki lometers, this watershed is the second larg est in the Atlantic Hydrographic Region. The course of the river is 90 kilometers and flows at an average monthly rate of 5.05 cu bic meters per second (gauged at El Estre cho). Its waters flow from the confluences of the Pescado Bobo, Los Higos and other streams, located within the vicinity of the Alto de La Manacla, Cerro Alto de La Lagu na and Loma de Santana hills, all with aver age elevations of over 1,000 meters above sea level. Some of its major tributaries in clude the Unijica, Navas, Caonao, Guanan

ico, Pérez and Grande rivers, which come from between 600 and 985 meters above sea level. Some rivers are located there, such as the Unijica, at the western end, and others, such as the Grande, located north of Loma Diego de Ocampo. The Bajabonico provides 0.50 cubic meters of water per sec ond to irrigate about 41,000 tareas (6,371 acres) of agricultural land. It flows into Isa bela Bay, surrounded by a large estuary with a thriving fishery.

The area of the Bajabonico River’s head waters is heavily populated, accessible by vehicle, and is predominantly used for cat tle ranching and cocoa cultivation. Another very important tributary is the La Esperanza River, with its headwaters between the Alto del Guazaral and Alto del Chicharon hills, at 947 and 971 meters above sea level, re spectively.

The lands in the basin are a mixture of pas tures, annual crops, coffee, cocoa, and frac tional forests. The main problem is that in all the mountainous areas where the rivers and streams originate, the cover of perennial species is low, although this is partly mitigat ed by cocoa plantations. The greatest tree cover occurs in the middle and lower water sheds. These are transition forests and, to a lesser extent, dry forests in the lower basin with some patches of rainforest in the upper part of the Septentrional mountain range.

In the area around the mouth of the estuary there are several patches of wetlands, in cluding the Colé Lagoon. There are healthy mangroves bordering the estuary.

The most popular tourist attraction in this basin is the natural monument known as the Damajagua Falls, in Imbert, Puerto Plata. This is a chain of 27 waterfalls of different heights along the Damajagua River, with fresh and often turquoise waters that run or rest between canyons of limestone rocks. It is a place to be enjoyed and preserved. This natural monument is managed by a com munity association with 37 founding mem bers. An average of 100,000 people visit the monument each year and receive assistance and guidance from 47 local guides. The re ception center has restrooms, restaurants, stores, and ample parking.

10. BANÍ RIVER BASIN

This watershed extends over 190 square ki lometers and covers part of the provinces of Peravia and San José de Ocoa, both located in the southwestern part of the country. The

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Baní River, also called Banilejo, is 39 kilome ters long and has an average monthly flow of 1.91 cubic meters per second (measured at El Recodo). It flows from the Firme de La Manacla, at 1,680 meters above sea level, in the province of San José de Ocoa. It flows with crystalline waters beyond La Gina, and languidly makes its way into the Caribbean Sea, 1.5 kilometers west of the mouth of the Nizao River.

The Baní River still has plenty of arboreal cover, primarily around its source. Howev er, for several years now, the destruction of the regional forests has increased to the detriment of this river source. Two of its im portant tributaries, the Segundo Río and Rancho Viejo rivers, have lost coverage in their headwaters due to the substitution of coffee plantations for agricultural crops and livestock. Portions of four protected areas are located within this watershed. These are: Luis Quinn National Park, with 41.55 square kilometers; the Loma Barbacoa sci entific reserve; the Autopista 6 de Noviem bre ecological reserve; and the Rafael Her rera Cabral special protection area. These last three are of negligible size.

The Baní River has two sub-basins whose water supply is of great significance. The Maniel River, whose tributaries are the Cali mete and Las Golondrinas streams, comes from Loma Barbacoa and the Sonador Ra vine, which originates in Loma Rodríguez. The main tree cover in these rivers used to be coffee plantations, but many of these have been cleared. The second sub-basin is Arroyo Güera, which flows into the Baní Riv er in the lower part of the basin, in the same urban area of the city.

After the bridge near the fortress in the municipality of Baní, the river is visible only during rainy periods. If the rains are pro longed, flooding occurs, affecting the lower sections of the riverbed and the mouth of the river. In the La Gina area, there are plans to build a dam of the same name to remedy the water deficit in several communities of Baní. Instead of reducing the irrigation wa ter from the Marcos A. Cabral canal, which would be another alternative, the construc tion of the dam is believed to be the best option.

The Baní River delivers 0.50 cubic meters per second to the Juan Caballero canal, which irrigates about 12,752 tareas (1,982 acres) in semi-arid areas. In the upper and

middle parts of the basin, the waters of this river are crystal clear. They drop between large rocks and mountain gorges, partially covered with poppies, avocado plantations and scattered sour orange trees. There are natural bathing pools in several places, but the most striking is Las Yayitas, with a stream from the Maniel River creating a large circu lar pool. The place is accessible by car to Las Yayitas and then a 20-minute walk through the mountainside. The entrance is on the 6 de Noviembre highway, turning right at the Fortaleza de Baní in the direction of El Re codo.

11. NIZAO RIVER BASIN AND NOTES ON THE OCOA RIVER

The basin occupies an area of 1,036 square kilometers; it extends over part of the prov inces of San José de Ocoa and San Cristóbal - located in the near southwest of the island, and the provinces of Monseñor Nouel and La Vega, in the Cibao region, practically the center of the island. The Nizao is 118 kilo meters long and has an average monthly flow rate of 20.74 cubic meters per second (measured in Rio Abajo). It has its source in the sinkholes near Sabana Calderón and the Malo River in Valle Nuevo, at an altitude of 2,560 meters above sea level, and flows into the Caribbean Sea, nourishing several cachones (coastal wetlands) in the area with its waters.

The beginning tracts of the Nizao benefit from shady cloud forests and coffee plan tations along its banks. Its waters remain clear until it reaches its mouth. Its main trib utaries, Mahoma and Mahomita, flow clear throughout their entire length. The Nizao River powers three hydroelectric dams and a counter dam, which produce an average of 309.7 giga watt hours of energy per year, in addition to the other uses detailed below

The 62.4 percent of the surface of this basin is covered by water-producing rainforests, many of which lie within portions of four national parks: Juan Bautista Pérez Rancier (Valle Nuevo); Loma La Humeadora; Luis Quinn; Máximo Gómez; and the scientific reserve Loma La Barbacoa. The presence of shady coffee plantations in the middle and upper basins, in addition to contributing to the local and national economy, also pro motes water production. In the southeast ern portion of the basin, rainfall is scarce.

The Nizao River, after a rapid descent be

tween steep hills with areas of pine forests, coffee, and other species, reaches Rancho Arriba, with a difference of 1,840 meters in elevation in relation to its source. Its river bed is wide, sometimes 180 meters, and both surface water and groundwater are used to irrigate crops of considerable eco nomic value. Among the affluents of the Nizao located in its upper basin are the Malo River and the Quita Sueño Creek in Rancho Arriba. Further south, the Malo Riv er is fed by the Banilejo River, which in turn receives tributaries from the province of Monseñor Nouel, located further north. The main tributaries of the Nizao are the Maho ma and Mahomita rivers. Both are born in the province of San Cristóbal, located about 30 minutes west of the center of the Domin ican capital, and form the border between these provinces, as well as those of San José de Ocoa and Peravia. Other notable tribu taries, located in the middle basin, are the Barraco and Jigüey streams.

The first dam, going from top to bottom, is the Jigüey dam, located around Palo de Caja, San José de Ocoa province. Built at a cost of US$500 million for hydroelectric energy production, it began operations in 1992. The usable volume of the reservoir is 130.95 million cubic meters. Water is con veyed to the powerhouse, located down stream of the reservoir, through a pressure tunnel 6.4 kilometers long and 5.15 me ters in diameter. Its installed capacity is 98 megawatts. Energy production in 2020 was 132 gigawatt hours.

The turbinated waters together with those of the natural flow reunite and flow on to the Aguacate dam, which is also fed by the Mahomita river. This dam is in Paso El Ermi taño, Peravia province, about 20 kilometers downstream from the Jigüey dam. It began operating in 1992 its cost was included in that of the Jigüey. Its reservoir has a surface area of 0.35 square kilometers and the ex ploitable volume is 1.46 million cubic me ters.

The hydroelectric energy is not generated near this dam but rather taking advantage of the precipitous drop in altitude and wa ter pressure, the water is channeled through a concrete-lined tunnel and pressure pipe 10.8 kilometers long, with a diameter of 4.36 meters, to a power plant located in Muchas Aguas, in the province of Peravia, close to the reservoir of the Valdesia Dam,

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where it is turbocharged. The installed ca pacity is 60 megawatts. Energy production in 2020 was 176 gigawatt hours.

The waters of the Nizao River, having al ready been twice turbinated, are conveyed to yet another dam: the Valdesia dam, lo cated near Muchas Aguas, Valdesia section, Peravia province. This dam began opera tions in 1976 and was the first to take advan tage of the waters of this important river. Its construction cost was US$60 million, includ ing the Las Barias counter dam. The surface area of the dam’s reservoir is seven square kilometers, and the usable volume of water storage is 115.55 million cubic meters. The dam serves multiple purposes: it supplies five cubic meters per second for the pota ble water of the Santo Domingo aqueduct (about half the city’s consumption) and one cubic meter per second for the San Cris tóbal and Baní aqueducts. It produces an average of 74.71 gigawatt hours per year as well as supplying waters for irrigation.

Utilization continues. The water turbinated at the Valdesia dam returns to the river and is stored in the Las Barias counter reservoir, four kilometers downstream from the Valde sia dam. The reservoir has a water storage capacity of 6.1 million cubic meters. Power production in 2020 was 1.7 gigawatt hours. Depending on crop demand, nine to twelve cubic meters per second of water is divert ed to the Marcos A. Cabral canal, which is essential for irrigating some 155,300 to 223,000 tareas (24,134 to 34,654 acres) in semi-arid areas, with avocado and mango groves as well as vegetable crops of high commercial value.

Another smaller hydroelectric plant is Nizao-Najayo, with an installed capacity of 0.330 megawatts and an average annual production of 0.57 gigawatt hours. And yet another of 0.110 megawatts in Los Anones, which operates with water from the Nizao lateral that is reliant on the Marcos A. Cabral canal.

Along the upper and middle basin of the Nizao River there are excellent balnearios Those of the Nizao riverbed in La Estrechu ra and Rancho Arriba, in the Nizao section, stand out. Also, those of Mahomita in San tana and Calderón; in addition, the Taber náculo La Piedra, La Taína waterfall, next to the Aguacate dam, Los Reyitos, near the Jigüey power plant, El Barco, in Muchas Aguas, and others.

The riverbed of the last 16 kilometers of the Nizao River has reformed many times due to the unregulated extraction of aggregates. Progress has been made in the protection of this portion of the river, but this effort must be sustained. In the place called La Mina, the last stretch near the mouth of the river, is enjoyed by fishermen and bathers alike.

Although there are many protected areas throughout the watershed, many of these areas as well as other unprotected sites are being affected by the unregulated clearing of forests for short cycle crops and avocado plantations.

The Ocoa River basin, on the western side of the Nizao basin, encompasses an area of 677 square kilometers. This river is 65 kilo meters long. In total, it contributes 5.74 and 1.80 cubic meters per second, respectively, to irrigate 38,764 tareas (6.024 acres) and 12,163 tareas (1,890 acres) near the AzuaSan José de Ocoa highway crossing, in the southwest region. During most of the year, the river’s surface water is not visible, but during the rainy season it ravages crops and properties in the final stretches of its course. It opens two and three mouths at the outlet, and deposits huge amounts of sediment. Intense deforestation in the basin area is re sponsible for accelerating the river’s floods.

12. HAINA RIVER BASIN

This basin is the easternmost of the Central Mountain Range, bordering the Ozama Riv er basin to the east and the Nizao River ba sin to the west; it occupies an area of 564.4 square kilometers. The Haina River is 82 ki lometers long and has an average monthly flow of 9.27 cubic meters per second (mea sured at El Caobal). Its source is between Loma Zumbador, at 1,400 meters above sea level, and Loma Pío, at 1,420 meters above sea level. It runs within the Loma La Humea dora National Park and flows into the Carib bean Sea, between the estuary and the port of Haina. The lower part of the river sepa rates the provinces of San Cristóbal and Santo Domingo. Its main tributaries are the Duey, Básima and Isa Mana rivers.

The Duey System aqueduct provides about 27 million gallons per day to the aqueducts that supply 25 sectors in the northwest of Santo Domingo. The Isa-Mana provides about 11 million gallons per day. The Haina River takes 1.5 cubic meters per second for the irrigation of 5,200 tareas (808 acres) in Hato Nuevo and its surroundings.

The source of the Duey River lies south of the Haina source, at Loma La Humeadora, and flows into the Haina River at one of the water intakes of the Santo Domingo Aque duct and Sewer Corporation (CAASD), which feeds part of the Santo Domingo aqueduct. Upon approaching the populated area of the municipality of Villa Altagracia, to the north of the province of San Cristóbal, the Haina river is joined by the Guananito river, which almost always carries muddied waters from the area near the town of Juan Adrián and passes through the Guananito neigh borhood of this locality. Near the Básima section, the Haina river’s course branches out, due to its regular overspills. In this area, it is fed with waters from the Básima River, which collects many streams and creeks from the Siete Picos National Park and the Loma Novillero Forest reserve.

Although they flow along different wa tercourses, the headwaters of the Isa and Mana rivers are relatively close. They are between the hills Arroyo Grande, at 1,286 meters above sea level, and El Valle, also known as Zona Privada, at 1,123 meters. The forests of this area are regarded as the most pristine in the country. The clear and shallow waters of the Mana River run in a northwest-southeast direction, and in the sector known as El Cidral receives the wa ters of the plentiful Naiboa stream, which arises in the Loma Puerca Gorda, at 1,000 meters above sea level.

Further south is the Isa River, with two dam stations that are well maintained by the Santo Domingo Aqueduct and Sewer Cor poration (CAASD). One of the reservoirs sends approximately 2,800 gallons of water per minute by gravity to a pumping station. Even after the intake, the flow and clarity of the water of the Isa are impressive. Both this river and the Mana flow into a small artifi cial lake built in the river. The names of both rivers are joined, and today it is known as Isa-Mana. Water is drawn from this lake for the pumping station and is added to the wa ter coming from the Isa dam. Approximate ly 11 million gallons per day are channeled to the Santo Domingo aqueduct. However, during periods of heavy rainfall, the supply is reduced.

The waters of the Haina, by now heavily pol luted, converge with the Isa-Mana near the embankment which runs from the Duarte to the Medina highway. Strengthened, the Haina feeds a small reservoir called Ochoa, which irrigates small plots of land in Hato

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Nuevo. To reduce the deficit of potable wa ter in sectors of Santo Domingo, there are plans to build the Haina dam in the vicinity of this one. In the Manoguayabo sector, the CAASD draws water from the river for the operation of the Manoguayabo aqueduct, which supplies some 80 million gallons per day to different sectors of Santo Domingo. The river’s contamination is further com pounded as it crisscrosses its way through the urban areas. Discharges of waste from the Guajimía gully and others continue to aggravate its condition as it passes through the mangrove forest that once enriched the estuary, on its way southwest of Santo Do mingo to empty into the Caribbean Sea.

13. YUNA RIVER BASIN

This basin occupies an area of 5,283 square kilometers and covers part of the provinc es located in the center and north of the country: Monseñor Nouel, La Vega, Sánchez Ramírez, Duarte, Samaná and Espaillat. The river is 203 kilometers long, with an average monthly discharge of 4.44 cubic meters per second (gauged at Piedra de Los Veganos, in the upper basin) and 89.38 cubic meters per second (gauged at Villa Rivas, by now augmented with the flow of most of its trib utaries). It emerges in Cerro Montoso, at 1,402 meters above sea level, in the Loma La Humeadora National Park, and flows into the municipality of Sánchez, in the Bay of Samaná, on the northeast coast. The annu al rainfall recorded from the source to the mouth of the Yuna River is unique: it accu mulates a range from 2,000 to 3,000 milli meters. The maximum of 3,000 millimeters occurs near the confluence of the Blanco and Tireo rivers. An impressive network of tributaries from diverse sources feeds the Yuna River.

The Yuna watershed feeds canals supplying nearly one million tareas (155,400 acres), 20 percent of all irrigated areas in the country. It also serves the Pinalito, Blanco, Rincón, Yuboa and Hatillo dams. The five of them generate about 262 gigawatt hours per year. It possesses excellent naturally oc curring bathing pools throughout the up per and lower parts of the basin. In addi tion, it provides water to several aqueducts throughout the Central Cibao.

The most important tributaries of the Yuna, such as the Camú, Jima, Blanco, Tireo, Yuboa, Jayaco and Jatubey rivers as well as the Masipedro, Maimón and Sin rivers

are in the Central Mountain range. From the Septentrional mountain range, located to the north of the basin, these waters are collected by the Jaiba, Nigua and Cuaba rivers, while the Jaya, Cenoví, Bacuí, Canca and Licey rivers meet up with the Yuna river through the Camú river.

The water flow from Sierra de Yamasá feeds the Yuna river basin through affluents like Maguaca, Chacuey and Payabo rivers. In the northwest of the basin, water is collected by the Licey river that includes streams coming near the Santiago de Los Caballeros prov ince. The territory includes portions of 10 protected areas totaling about 599.8 square kilometers, equivalent to 11.3 percent of its surface, most of them containing water-pro ducing rain forests. Some of these areas are the Juan Bautista Pérez Rancier (Valle Nuevo), Loma La Humeadora, Los Haitises, Manglares del Bajo Yuna and Aniana Var gas national parks. The 130 square kilome ters of the latter all lie within the watershed and protect the surroundings of the Hatillo dam. Also included are the Ébano Verde, Las Neblinas and Loma Quita Espuela sci entific reserves, as well as the Jima Natural Monument, all of which are smaller in size. Although these areas are legally protected, there are still agricultural and livestock activ ities taking place in and around them.

Forest studies have determined that this watershed has the country’s largest popula tions of royal palm (Roystonea regia), drag on tree (Pterocarpus officinalis) and man grove (Rhizopora sp). These last two grow in the lower basin, near the mouth of the river.

In the upper reaches of the basin, the Yuna River flows clear, with a current and a width of 80 to 100 meters, between broadleaf forests, and banana and coffee plantations.

Plans for the new El Torito-Los Veganos hy droelectric complex will entail the construc tion of five diversion dams.

Although the upper course of the river abounds with natural bathing pools (bal nearios), the most popular ones begin at the confluence of the Yuna with the Blanco River. Downstream of this confluence, there are plans to build the multi-purpose Piedra Gorda dam. Of note in the upper reaches of the Blanco River is the construction of the dam of the same name, fed by 5.80 cubic meters per second from the Blanco River, and by 2.80 and 1.13 cubic meters per sec ond from the Tireíto and Arroyón streams,

respectively. This dam inaugurated in 1996 at a cost of US$150 million, for the purpose of generating hydroelectric power. Its reser voir, built downstream of the confluence of the Blanco and Tireo rivers, has a useable storage capacity of 519,000 cubic meters.

The powerhouse is based in Blanco, con nected to the reservoir by a closed tunnel 7.4 kilometers long with a diameter of 4.32 meters, and was designed for a flow rate of 11.8 cubic meters per second. The installed capacity is 25 megawatts. Energy produc tion in 2020 was 104 gigawatt hours.

With the aim of reducing the sedimenta tion of the reservoir of the previous dam, and to increase energy production, 10 years later the Pinalito dam was built upstream and close to the Blanco River, at a cost of US$300 million. It is fed by the Tireo River, with waters from the upper Blanco River and its tributaries Caña Amarga and Arroyón, as well as from the Sonador River, with antic ipated levels of close to 1.5 million cubic meters in the reservoir and an annual pro duction of 142 gigawatt hours.

The fact is that the sub-basins of these riv ers, especially that of the Tireo in the moun tains of Cruz de Cuaba, are so deforested and eroded by the cultivation of vegetables and inappropriate soil management that the expected flows have not been obtained. Consequently, neither has the programmed energy production. In 2020, 81 gigawatt hours were produced.

The greatest damage in the Tireo Valley is estimated to be the loss of about 375,000 cubic meters of soil per year and the risk of sedimentation of the reservoirs of the Pinali to dam and the others further downstream. This demonstrates once again that, without the proper management of mountain soils, especially regarding tree cover, there is no production or orderly flow of water.

Downstream from the confluence of the Blanco and Yuna rivers, the river receives water from the Avispa, Piedra Gorda, Toro and other streams, each with clean water bathing spots. Strengthened in its volume and its current, the river slides through a canyon of green mountains, providing many excellent balnearios. A water intake for the area’s aqueduct is found in the area known as El Dique (The Dike).

Near the Los Quemados junction the river is used for boating, a recreational activity with

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great potential for tourism. Another tributary of interest is the Masipedro River, source of the renowned Balneario Masipedro, which is very popular with tourists. The Masipedro Canal, which irrigates large rice-growing fields, is also fed by the Masipedro River.

Between the northeast of Bonao and the north of Buena Vista, in the city of Jarab acoa - in the Central Mountain Range - an impressive network of rivers intertwines, re plenished by the heavy rains enriched in the area’s exuberant vegetation and the altitude of Loma Miranda, as well as other streams formed throughout the mountain range.

Although it may be difficult to find an un polluted stretch once past the municipality of La Vega, the Camú River is crystal clear in the heights of Guaigüí where the con struction of a dam has begun but has been suspended for the moment due to contrac tual difficulties. The Camú serves to provide water for human use, irrigation, as well as feeding water to the Yuna from the munici pality of Pimentel.

In this area, the Jima River is worthy of men tion, along its course, within the Saltos de Jima Natural Reserve, there is a flight of four breathtaking waterfalls and natural bathing pools with fresh, crystalline waters. The re serve can be reached by taking the Duarte Highway from north to south, turning right to the community of Caño de Piedra. It is one of the region’s most visited ecological areas.

North of Jima-Sabana del Puerto is the Jagüey, Jayaco and Jatubey rivers. The first is a course of crystalline, fresh waters with a dozen swimming holes, most notably the one known as Acapulco. Its affluents are the Azafrán, Colorá as well as others. The sec ond river is Jayaco, near Sabana del Puerto, where there are a series of bathing areas called Fula, Peñón (Boulder) 1; Fula, Peñón 2 and others. In the summer, the mob of ve hicles and noise pollution make it difficult to enjoy. The last river, Jatubey, runs along a rocky bed with minimal flow, even in times of heavy rains.

These three rivers, together with the Hatillo Creek and, principally, the Jima River, with a regulated flow of 8.6 metric cubic me ters per second, feed the Rincón Dam. This dam inaugurated in 1978, built at a cost of US$24.3 million to serve multiple purpos es. The surface area of the reservoir is 6.9 square kilometers and holds an effective

storage volume of 58 million cubic meters.

The reservoir is accessible at both of its ends by two distinct routes. One of the roads is along the Duarte highway, with a detour to the right (from south to north), in front of Sabana del Puerto. To reach the other end, take a right at the intersection of the road to San Francisco de Macorís, and then another right towards Rincón.

The country’s only formal rowing and ca noeing school is found at one end. Many of its alumni have gone on to participate in in ternational competitions. At the foot of the dam’s dike on the other side, is the power house, which operates with a 40-meter drop and a flow of 30 cubic meters of water. The installed power is 12.63 megawatts. Energy production in 2020 was 20 gigawatt hours. 17 million gallons per day are extracted from the reservoir for the aqueducts of San Francisco de Macorís, Salcedo (Hermanas Mirabal province) and the Municipal Dis trict of Cenoví. The turbinated water is then used for irrigation of 118,000 tareas of rice (18,337 acres) in Jima Abajo. To ensure the supply of water for irrigation, a counter res ervoir with a storage capacity of 222,000 cubic meters was built 1.5 kilometers from the dam.

If one were to judge solely from the inter section of the Maimón River with the Duarte Highway its importance would be severely underestimated. There is much more to this watercourse.

Before joining the Yuna River in Hato Viejo, Hatillo, it has already gathered with it the courses of the other important rivers and streams that originate in and around the Loma La Humeadora National Park, which, like a spider’s web, intersect throughout the surroundings of the Municipal District of Juan Adrián. The Los Plátanos River is the main tributary of the Maimón River, where in most of the other fluvial sources con verge, such as the Zumbador and Pedregal streams, each of which, in their turn, receive water from the other components of these networks. The clarity of the waters of these springs and the falls and pools the currents produce, of which Gajo de las Flores and La Estrechura are the best examples, are out standing.

Between the south and southeast of Bon ao, a city located an hour and a half north of Santo Domingo, and the course of the Maimón River, in Piedra Blanca-Hato Viejo,

the Yuna receives the waters from the Yuboa River. This, in turn, has received water from the Sonador River, from many streams and mainly from the Juma River, highly appre ciated for bolstering the irrigation of paddy fields in the area. The Aniana Vargas hydro electric plant, in Rincón de Yuboa, 400 me ters above sea level, operates in the upper basin of the Yuboa River and was built at a cost of RD$34 million, including remodel ing. The installed capacity is 0.600 mega watts and energy production in 2020 was 0.787 gigawatt hours.

The Yuna River, with its volume enhanced by other river sources, enters north of Hato Vie jo into the majestic reservoir of the Hatillo Dam, 22 square kilometers and 15 kilome ters long, the largest in the country and in the entire Caribbean. It forms a sea of fresh water of 710 million cubic meters. The Sin River and several streams also feed the res ervoir.

Access to the southern end of the dam is by road from the town of Maimón; the north ern end can be reached through the town of Hatillo, in the province of Sánchez Ramírez, located in the central region of the island. The dam and its facilities were completed in 1984 at a cost of US$41 million.

Although the original purpose of the dam was to reduce the flooding caused by the Yuna during rainy seasons in the Bajo Yuna and surrounding areas, this work currently provides important additional services: it provides irrigation water to some 199,000 tareas of rice fields (30,925 acres) in the Du arte province and remote areas of the María Trinidad Sánchez province, aided by an ex tensive network of canals built in the Aglipo I and Aglipo II projects.

A powerhouse is located at the foot of the dam’s dike and has an installed capacity of eight megawatts, which is currently being increased to 10.7 megawatts. Power pro duction in 2020 was 56.8 gigawatt hours. In addition to net fishing, the reservoir is home to the country’s largest freshwater cage fish farming operation. The practice of water sports, including a fishing tournament, as well eco-tours have helped to endorse the designation of the reservoir as a tourist hub and part of the Aniana Vargas National Park. Once past the dam, the direct and indirect tributaries of the Yuna River increase in num ber from all directions. On the Payabo, Ma guaca and Chacuey rivers, tributaries of the Yuna from the Sierra de Yamasá side, there

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are plans to build dams. However, several organizations have denounced that mining contamination problems in the area must be resolved first.

The primary function of the Yuna as it pass es through Villa Rivas, Arenoso, Limón del Yuna, Guaraguao and other places contin ues to be the irrigation of rice fields. The riverbed averages 180 meters in width, with chocolate-colored waters. Despite its color, the waters’ reflection amid the rice pad dies are extraordinarily pleasing, as is the Laguna Cristal (Crystal Lagoon). Although navigation on the Yuna is not as popular as it used to be, it is possible to do so along the stretches of Villa Rivas, Las Coles, Agua Santa, and other places along this stretch of river.

Downstream, the Yuna receives water from the Guayabo River, which itself is fed by sev eral streams and lagoons. However, its main affluent is the Barracote River. This and the Yuna flow into the waters of Samaná Bay, in Sánchez, on the north coast of the country, and form the largest estuary and mangrove complex in the Dominican Republic, en riched by a diverse fauna composed of fish, shrimp, crayfish, pelicans, waterhens, gulls and other species. The commercial produc tion of fish and shrimp provides a livelihood for thousands of families in the area.

14. NIGUA RIVER BASIN

Located in the province of San Cristóbal, just southwest of the Dominican capital, the Nigua River basin covers 208 square kilo meters. It is 37 kilometers long and has an average monthly flow of 1.36 cubic meters per second (gauged at El Tablazo). It has its source in the southeastern foothills of the Central Mountain Range in the Loma Los Calimetes, at 1,035 meters above sea lev el. This source is next to the Blanco stream, one of the main tributaries of the Isa River.

The nearest community is Los Calimetes and a little further away is the town of Los Cacaos. The mouth of the river is at Boca de Nigua beach, in the Caribbean Sea, used by local fishermen and visitors from all over the region.

The Nigua riverbed has been seriously de graded by the continuous and large-scale extraction of aggregates for construction activities. Excavators, dump trucks, motor cycles, and bulldozers performing these activities used to be a common sight in

the vicinity of Hato Damas. Although they can still be seen in the area, the authorities have cracked down on enforcement and in creased penalties against violators.

Since the 1960s, when the river once marked the easternmost boundary of the city, ag gregate extraction and deforestation of the watershed have caused uncontrolled flood ing and moved the river course through the urban center itself, thus contaminating it with solid waste and chemical pollution.

The famous Balneario La Toma is in this ba sin, which rises in the springs adjacent to the Cuevas del Pomier, in the city of San Cristóbal. Its waters are clear and feed the municipality’s aqueduct. The waters from the artificial pool of the balneario are dis charged into the Nigua River.

The main sub-basin of the Nigua is the Yubazo River, which begins in the Loma La Cuchilla de Desboronado, 800 meters above sea level, and very close to the com munities of La Cabirma and La Colonia. The waters of this river are almost always dirty, while those of the Nigua, due to its sandy bed and medium-sized pebbles, are clean. When the two converge, about 400 meters after the first bridge that joins San Cristóbal with Santo Domingo, the name of the Yuba zo River prevails, as if it were the main river. The name of the Nigua River is reclaimed as it leaves the municipality of San Cristóbal, on its way to the river mouth.

At this bridge which joins the municipality of San Cristóbal with Santo Domingo, the waters of the Nigua River flow under the bridge towards the sea. On the other hand, near the bridge, one can see the pipe that brings water from the Nizao River at the Val desia dam to supplement the Santo Domin go aqueduct. An image worthy of thought.

15. YÁSICA RIVER BASIN

The Yásica River basin covers approximately 837 square kilometers making it the largest watershed in all the Atlantic water system. Ninety-eight percent of its area falls within the northern province of Puerto Plata, and the rest in the province of Santiago. The Yásica River is 81 kilometers long and has an average monthly flow of 26 cubic meters per second (measured at Los Brazos). Its source is on the Las Yayitas hill, 940 meters above sea level, near the town of the same name located in the Municipal District of Pe dro García, province of Santiago.

The basin is in an area of high rainfall, with a minimum of 1,800 and a maximum of 2,600 millimeters. This condition, together with the mountainous topography of much of its territory, reforested, and the karstic nature of the terrain, has resulted in the formation of a considerable number of rivers, streams and ravines that make it the largest wa ter-producing basin in the Northern Moun tain Range.

The above conditions have also resulted in a wealth of natural swimming holes, pools, and springs, many of them with turquoise waters giving this watershed first place in the country’s natural freshwater tourism market. Jamao Ecotours organizes many ex cursions to these tourist sites.

The three mouths of the Yásica River are home to a wealth of fauna and abundant fisheries. One of them is a popular windsurf ing spot.

According to the latest statistics, forest cov er in the watershed is 46 percent. If cocoa, coffee and mangrove plantations are includ ed, it increases this figure to 58 percent. However, most of the upper sub-basins are predominately used for cattle ranching, put ting the river’s resources at risk.

The main tributary of the Yásica River is the Jamao River, whose source lies in the midst of cattle pastures and cacao plantations. This river, because of its color, could very well be called the Blue Jamao, indeed, blu er than the famous Danube in many of its stretches.

The headwaters of the Partido River, which is nine kilometers long, together with the Caños Claro and Jagua Macho streams, lie more than 560 meters above sea level, the highest altitude in the country for a karst area. This is one of our most frequented rivers. It is accessible through Jamao del Norte or through the municipality of Salce do, a city in the central region of the coun try. There are also five important drainages that supply their waters to the Yásica River through the Pedro García River. These are born in the hills of Alto del Guazaral and Palo Alto, at 947 and 900 meters above sea level, respectively, in whose proximities coincide with the basin of the La Esperanza River, an important tributary to the upper part of the Bajabonico river basin.

Other water-based tourist attractions in the region include the waterfalls of Los Bueyes,

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Tinacón, Arroyo Frío, Las Golondrinas, Hon go Mágico, Cola de Pato, Cabarete Lagoon, and others. Jamao Ecotours, a community association composed of 21 members and backed by 20 experienced guides, is the leader in the organization of adventure trips, such as kayaking, hiking and others. These activities can generate between RD$10 and RD$12 million a year. The association, to gether with other agencies, develops sev eral sustainable community tourism activi ties, which have won awards at one of the editions of the International Tourism Fair (FITUR), held in Spain.

There are four protected areas in this water shed, totaling 89.94 square kilometers: La Tinaja Natural Sanctuary, Cabarete Lagoon and La Goleta Natural Monument, La Cum bre Scenic Byway, and La Salcedoa Scien tific Reserve. The latter covers the largest area: 41.17 square kilometers.

The wetlands created by the Yásica River could be considered perhaps the most im portant on the country’s Atlantic coast. Part of the limits of the lower basin cross the karstic zone of the Choco or Cabarete La goon. The Catalina River, the last tributary of the Yásica before its mouth, includes as part of its watershed the Cabarete karst as well as the Caño Hondo drainage.

The Yasica merges into the Atlantic Ocean through three mouths, preceded by stretch es of great scenic beauty and a rich and di verse flora and fauna, consisting of turtles, crabs, fish, birds, and others. Windsurfing is practiced in one of the mouths and in the farthest one, called Caño Orí, there is the largest mangrove population in the prov ince of Espaillat. There are active fisheries at all three of the river’s mouth.

is that of the Canete River, in the middle part that of the Venus River and towards the lower part the Jagua River takes over.

The watershed lies within portions of four protected areas with a total of 68.65 square kilometers. These are: La Gran Laguna or Perucho Wildlife Refuge; Salcedoa Scien tific Reserve; Loma Guaconejo Scientific Reserve; and Loma Quita Espuela Scientific Reserve, the largest with an area of 59.29 square kilometers.

Arboreal coverage in this watershed is 336.35 square kilometers, for 53.80 percent of the total. Of these, 38 percent are forest strata, the rest are cocoa plantations. The greatest concentration of forests lies in the hills of La Canela, Quita Espuela and Loma Guaconejo, all of which are in protected ar eas.

In the area between Loma Quita Espuela and the coastal zone of the basin, annual rainfall reaches a maximum of 3,000 mil limeters and a minimum of 2,000 millime ters. This condition and the tree cover favor the formation of many micro-wetlands that, during rainy periods, expand the flooded areas of the lower basin. As a result, the wa ters of the Boba River mix easily with those of the sea.

The Boba River feeds irrigation canals cov ering nearly 48,000 rice fields (3,018 hect ares). It also supplies water for the operation of the Rosa Julia de la Cruz hydroelectric plant, built in Los Memizos de Nagua in 2006, with an installed capacity of 800 kilo watts. There are plans underway to increase this capacity shortly. Energy production in 2020 was 0.347 gigawatt hours. There is an other dam in the evaluation phase, with an installed capacity of 25 megawatts.

Bejuquito and another unnamed, which join with the La Descubierta stream and form the Baquí River. Sometimes Sabana Creek is cited as its source, but this is one of its tributaries. Once the river passes through Carrasco, it reaches Las Abejas where it re ceives water from the Blanco River and, fur ther on, at Los Rincones de Boba, it receives water from the Perucho River. It flows into the Atlantic Ocean, about three kilometers from Laguna Grande or Perucho.

The Baquí serves for the irrigation of rice paddies, but the deforestation at the wa tershed washes away large amounts of sediment obstructing many segments of the river’s course, including its mouth. This situation provokes flooding in many areas. This river, together with the Boba River and several streams such as Zanjón, La Garza and Los Lebranches, provides water for the wetlands of the Gran Laguna or Laguna Pe rucho, an area of 15.14 square kilometers, protected as a wildlife refuge, 15 kilome ters from the Nagua-Cabrera highway, on the northern coast. Given the biodiversity of this wetland, its scenic beauty, the boun ty it provides the local fishermen, and the tourism it attracts, this is a precious jewel to be nurtured with great care. The bodies and reflections of water, the mangroves, the 30 species of fish, the 11 species of coastal flora, and the 21 species of birds, including ducks that migrate from the cold zones to winter here from November to March, are astonishing.

16. BOBA RIVER BASIN AND NOTES ON THE BAQUÍ AND NAGUA RIVERS

The basin comprises the provinces of Her manas Mirabal (52 square kilometers), María Trinidad Sánchez (351.07 square kilometers) and Duarte province (222 square kilome ters), for a total of 625.07 square kilometers.

The Boba River is 91 kilometers long and has an average monthly flow of 18.50 cubic meters per second (measured at Los Jengi bres). At its source, the main tributaries are streams and creeks, including the Hormigo sa, Colorado, Blanquito and Arroyo Grande creeks. The first sub-basin in the upper part

Another important use of the basin is the multiple aqueducts of Nagua, built at a cost of RD$1,923 million and inaugurated in 2009. It is fed by a flow of 0.5 cubic meters per second from the waters coming from the Arroyo Los Morones, in the Loma Quita Espuelas.

The Baquí river basin covers 292 square ki lometers and borders the north side of the Boba River basin. The Baquí River runs 38 kilometers. Five precursors of its possible source area are near Loma La Vigía, 465 me ters above sea level and five kilometers west of Palmarito. These precursors are Los Ar royos, Caño Amarillo, Pocilga, Tierra Mala,

Yet another nearby watershed is that of the Nagua River. It is 249 square kilometers in size, borders the southern side of the Boba River basin and shares with the other two the eastern slopes of the Septentrional mountain range. The Nagua River is 57 kilo meters long and its average monthly flow is 2.89 cubic meters per second (measured at Cinta Negra). The main streams and creeks that originate from its source are found in the Loma Quita Espuela. They include Los Bracitos, Quebrada Prieta, Los Guineos, Arroyo Mundito, Yabacoa, Brazos Grande and Guaconejo. The two sub-basins that contribute water to the upper part of the Nagua River belong to the Helechal and Ri ote Rivers, while El Factor joins at the lower part of the basin. In the Loma Guaconejo Reserve, remnants of centennial forest can still be observed.

Finally, several streams of small watersheds, severely sullied by human activity, are found

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between El Macao, Piedra Blanca Arriba, and Los Pilones. Their watercourses, to gether with those of the Nagua River, reach the rice paddies and undergo numerous modifications in many stretches.

The Nagua River approaches the sea be tween isolated areas of badly damaged mangroves and polluted waters. It flows into Escocesa Bay, in an area used as a seaside bathing area. The estuary of this river was once one of the country’s major crab pro ducers.

17. OZAMA RIVER BASIN AND NOTES ON THE BRUJUELAS RIVER

This watershed has a surface area of 2,740 square kilometers and includes part of the provinces of San Cristóbal, Santo Domingo and Monte Plata, the latter being located northeast of the Dominican capital. The Ozama River runs 136 kilometers, and has average monthly flow is 5.97 cubic meters per second (gauged at Don Juan). It emerg es as small clean springs in Rancho de Ya gua, Siete Picos National Park in the Sierra de Yamasá, 856 meters above sea level, and flows into the Caribbean Sea. In its lower basin it marks the administrative boundary between the National District and the mu nicipality of Eastern Santo Domingo.

Rainfall in this area is high, favored by the crossing and repose of the trade winds over the Sierra de Yamasá. The basin also bene fits from the inclusion of part of the Los Hait ises water reservoir, which provides ground water along with about 90 streams that feed into the main course of the Ozama. The principal tributaries are the Isabela, Verde, Máyiga, Guanuma, Yamasá, Mijo, Savita and Yabacao rivers. There are many clear water bathing spots on the upper reaches of its tributaries as well as other of similar ilk on the plains of Monte Plata.

Portions of the following protected areas are located within an area of the watershed: Siete Picos, Humedales del Ozama and a small portion of Los Haitises national parks; the Loma Novillero Nature Reserve; natural landmarks such as Salto de Socoa and Salto Grande; and the Sierra Prieta Biological Re serve. Altogether, they total 135.93 square kilometers (4.81 percent) of the watershed.

The soils in the basin area are generally of a heavy clay texture and easily cloud the waters. The excessive number of housing,

industry, and agricultural operations on riv erbanks and in the surroundings of the Oza ma and its tributaries pollute and deprive the water of oxygen, engendering a myriad of negative consequences, including the se vere limitation of its potential for tourism. In the rural areas of the basin, cattle ranching is predominant, followed by shade-grown banana and cacao plantations. Several governmental and non-governmental insti tutions are promoting these latter types of plantations.

Ozama’s main tributary is the Isabela River, which originates in the Loma El Pilón, some 840 meters above sea level, in the Siete Pi cos National Park. Unlike the others, howev er, it joins the former only a short distance from its mouth, outside the Simón Bolívar neighborhood in the National District of Santo Domingo. Although both sources lie within proximity of each other, the Ozama descends on the right side of the sierra, with a northwest and then south course, and the Isabela descends on the left side, to the southwest, at the bottom of the canyon formed by the Loma Novillero with the west face of the sierra, in the city of Villa Alta gracia. This river, after passing behind the military camp at kilometer 25 of the Duarte highway, with relatively clean waters, is then contaminated with industrial and domestic waste. It then reaches the Mirador Norte Park, where it is protected by a five-kilome ter green strip and, further on, is replenished by the clean waters of the Higüero River. It continues with a width of 175 meters until it reaches the confluence with the Ozama, where it relinquishes its name and its rep utation as a polluted river, along a course almost 300 meters wide.

A little further south, in the so-called Nue vo Domingo Savio, composed mainly of the capital’s neighborhoods of Los Guandules and La Ciénaga, the Dominican govern ment has completed the reorganization of infrastructure and services on the west bank of the Ozama. The aim is to reduce the de structive impact on the river and foster the economic development of the area, espe cially that of tourism.

Other noteworthy riverbeds and courses are those of the Toro, Guanuma and Guáyiga rivers, a tributary of the latter, all with wide beds with crystalline waters, appreciated by bathers and fishermen. The Guanuma, after being nourished by the waters of several

streams and creeks, La Leonor being the most important, flows down through Los Botados and, after receiving waters from the Yamasá River, it finally meets with the Ozama River in Batey Nuevo, both of them being by this time already polluted. Also of note is the confluence of the Ozama and the Yabacao, near the Los Naranjos bridge. The width and flow of the Yabacao up to this point, enriched with waters from Los Haitis es, is greater than that of the Ozama. There after, the Ozama increases in width and vol ume of flow.

One of the most impressive arrays of bio diversity to found within this watershed lie within the protected area of los Humedales del Ozama National Park (the Ozama Wet lands). Here varieties of flora and fauna as well as navigable lagoons abound. In the wetlands, waterhen yaguas, kingfishers, flamingos, hicoteas, ducks, fish of different species and herons thrive, which greatly enhances its value as a tourist attraction. It extends 16 kilometers in a southeast-north east direction to Las Mercedes, where there are also navigable lagoons and cast fishing practiced. The proliferation of lilacs, bul rushes, and cattails suffocate many areas of the lagoons. Los Humedales del Ozama can be reached by the road that leads to La Victoria, northeast of Santo Domingo, or by the Juan Pablo II highway, via Las Mercedes.

The incursion of bathers to the rivers in the middle basin is constant, especially on sum mer days, even Mondays. The Guanuma, Máyiga, Toro and Higüero rivers are among the favorites. Other places in the basin, rel evant for visitors are: El Cachón de La Rubia, a spring of crystalline waters and beautiful landscapes; Salto Alto, five kilometers from Bayaguana, which is formed by three water falls cascading into a large pool, and Co mate, bathing area located three kilometers from Bayaguana. There is also Comatillo, a bathing resort close to Comate, and Salto de Socoa, a beautiful waterfall in the river of the same name, near Gonzalo, in Sabana Grande de Boyá, accessible by a stone road, by an exit on the right side of the Juan Pablo II highway.

The abundance of water in this basin pro vides adequate supply to the aquifers, which are tapped by several aqueducts and wells that extract about 36 million gallons per day, some of which are threatened by urban sprawl. However, only two aqueducts

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take water directly from the river. The main one draws from the Ozama between three and four cubic meters per second of water at the Los Naranjos dam in the San Luis Mu nicipal District. This dam also acts as a barri er to contain the saline intrusion that reach es upstream as far as six kilometers from the sea inlet. It provides drinking water to about 30 percent of the water consumed by sec tors of Santo Domingo East.

The source of the other aqueduct is the Isa bela River, downstream from its confluence with the Higüero River. This supplies part of the drinking water consumed in sever al sectors of Santo Domingo, for the most part, on the north-northwest side. In both aqueducts, water is made potable in highly efficient facilities.

Cast fishing is practiced from the mouth of the Ozama until nearing the salinity barrier but is most active from the mouth to a little north of the confluence of the Ozama and Is abela rivers. The most common species are tilapia, snook, and biajaca. There are crabs and freshwater shrimp in several of the riv ers. It is possible to travel by boat up to the salinity barrier at Los Naranjos. Navigation by barge would depend on how pervasive the hyacinth lilacs are. River excursions to Santo Domingo Norte National Park and other parts of the Ozama and Isabela could become more common if these rivers were cleaned up.

The most notable agricultural irrigation de velopment is the Mijo River dam at Hacien da Estrella, built at a cost of RD$6 million in 1990, for irrigation of 15,000 tareas (2, 331 acres) of rice fields and to mitigate flooding in the area. This river merges into the Oza ma River past the dam’s outlet. The tranquil ity that embodies the surroundings and the exuberant variety of fauna to be found there imparts the area with great potential as an Eco touristic destination.

In addition to the Nuevo Domingo Savio the installation of a wastewater plant on the Isabela River, which will collect 27,000 gal lons of wastewater from 34 sectors of Santo Domingo, process it and then return it clean to the river has been another important in tervention. Similar initiatives are underway.

The Brujuelas River belongs to one of the sub-basins close to that of the Ozama River. It is visible in the areas of Brujuelas, Sabana de Guabatico, about 10 kilometers east of

Bayaguana, in the province of Monte Plata. Given the excessive rainfall of the region and the flooding that ensues in many areas, its source is often confused with the Yaba cao River basin and the surrounding irriga tion canals. For the same reason, the river’s course is also sometimes mixed up with the Brazo de Brujuelas stream, which is born further upstream and merges with the river in the town called La Horqueta. The river’s aquifers feed the Brujuelas-Casui well sys tem, which years ago drew up to 15 million gallons of water per day for the aqueduct of the municipality of Boca Chica, located 30 minutes east of Santo Domingo. However, the flow of the river has been decreasing as has the yield of its wells. The discharge of refuse, deforestation in some areas and the improper management of septic tanks un dermine the health of the river and aquifers.

The river traces a serpentine course of al most 40 kilometers, but on the way to the sea it goes underground to the lagoons Los Anones, Los Charcos, and others, some six kilometers from Boca Chica beach, near the northeast of the town of La Vigía, a few meters north of kilometer 36 on the Mella highway. The waters arrive to the beach as a series of small springs.

The most important drainage in this area is the Tosa River, the main tributary of the Brujuelas River. This river together with the Santana stream, which originates in the hill of the same name, at an altitude of 239 me ters above sea level, provide a significant addition to the flow of the Brujuelas River.

The scarcity of forest cover in the up per watershed has persisted since the 1980’s. There are cattle operations present throughout these scraps of forest, but they extend into the surrounding watersheds. In the lower watershed the presence of forest is more pronounced. An aerial view of the submerged river path transmits a powerful message: a winding strip of riparian forest, companion, and guardian of the river’s wa ters.

18. LIMON RIVER BASIN AND NOTES ON THE BALATÁ, COSÓN AND SAN JUAN RIVERS

This basin covers an area of approximately 58 square kilometers within the central re gion of the Samaná peninsula. The penin sula lies in the northeast of the north coast of the country. The Limón River receives this name after the confluence of the Chico

creek with the Cuerno creek. The fact that the former follows the same course as the Limón River suggests that it is its possible precursor. It originates in wetlands between the communities of Arroyo Chico Arriba, La Hormiga and La Lambedera, at altitudes of 250 and 320 meters above sea level. The Limón River flows from south to north and empties into the Atlantic Ocean near Cayo Limón (Limón Key).

The only sub-basin in this area is the Arroyo del Diablo, which flows downstream from the famed Salto del Limón. The Bonilla, Palmarillo and El Boyero streams are three other tributaries which contribute negligi ble amounts to the river’s flow. The Bonilla runs on the surface for about 300 meters and then goes under ground. It is the main source for the aqueduct of the community of El Limón, including the recreational at tractions. It is believed that one of the al ternatives to increase this inadequate water supply is to take advantage of the waters of the Zurdido stream, in the La Cueva area, on the road to Samaná.

The famous Salto del Limón is in this basin. It is one of the dazzling sites on the eco-tour ism circuit to be found in the northeastern region of the country. The falls drop from a height of 40 meters and form a pool of dif ferent depths to refresh and delight hikers and bathers alike.

The Salto del Limón Community Ecotourism Association manages its operations. The site is also frequented by mountain climb ers and photographers. The Falls are part of the protected area known as the Salto del Limón Natural Monument, which spans 16.5 square kilometers, 95 percent of which is located within this watershed. The site can be reached from the community of El Limón, located between Las Terrenas and Santa Bárbara de Samaná, on horseback or on foot, with the help of guides available on site.

Despite its beauty and the economic ben efits it generates for the surrounding com munities, visits have had to be stopped on several occasions due to the diminution of water flow. The country’s Academy of Sci ences identified agricultural activities, de forestation, diversion of water resources, as well as the road construction upstream of the waterfall as the main causes.

The permanent species cover of the wa tershed is primarily dominated by coconut

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plantations. It is estimated that forests rep resent no more than 10 percent of the total area, and there are even heavily despoiled areas in and near Salto del Limón itself. It is interesting to note that the current bound aries of the protected area do not include the wetlands, where the main tributaries of the Limón River lie. The mouth of this river has suffered less impact than its source area.

In other distinct but nearby basins, there are three other rivers worth mentioning. The Cosón River, in the community of the same name, is 1.5 kilometers long and has an average flow of only 250 liters per sec ond. It is the main source of surface water for the Las Terrenas aqueduct, a town locat ed in the northern part of the country and a tourist destination of great importance. The water is processed, stored in large tanks and distributed to the users. However, as this supply is inadequate for the demands of the community, government authorities have plans to add the also meager flow of the nearby Balatá River, to supplement that of the Cosón.

The vein at the source of the Cosón River is visible in the coastal plain at the foot of a mountain about 35 meters high, mostly cov ered by trees and shrubs. There are traces of moderate agricultural activities. It flows into the Atlantic Ocean.

There is a balneario next to mouth of the Ba latá. The proposal of a cool freshwater dip in proximity to the salt water of the beach offers an experience few can resist.

The last of the three rivers is the San Juan. Its watershed covers approximately 49 square kilometers. It originates near the town of Los Algarrobos, 3.5 kilometers northeast of the city of Samaná, and flows into the At lantic Ocean near El Valle beach. Among its tributaries are the Grande Creek, in its upper basin, and the Majagua River, in the lower. Samaná’s aqueduct is being adapted to use the San Juan River as its main source of water.

19. HIGUAMO RIVER BASIN

With a surface area of 1,161 square kilome ters, the Higuamo river basin is the largest in the eastern region of the country. It en compasses part of the provinces of San Pe dro de Macorís and, for the most part, the province of Hato Mayor. The river is 70 kilo meters long and has a historical monthly av erage flow of 3.00 cubic meters per second.

Its source is in the vicinity of the San Rafa el colony, affected by the town’s domestic activities and cattle ranching. Its most im portant tributaries are the Maguá, Casuí and Guamira rivers.

The Higuamo River is the only river in the eastern region with headwaters adjacent to those of its tributaries. The Casuí River is about three linear kilometers to the west. Both streams are adversely affected by the intensive farming activity on the lands ly ing between them. On the other hand, the source of the Guamira is approximately 1.3 kilometers east of Colonia San Rafael.

The Casuí River receives most of its water from Los Haitises National Park, located in the northeastern part of the country. Be cause of this, its flow is more stable than those of the Higuamo’s other tributaries. This river also has the benefit of having in its sub-basin several forested areas that, al though patchy, contribute to its water pro duction. The areas near La Clara and Pal marejo deserve special mention, as well as those near the Castellano area, which reach the Yabacao River, a tributary of the Ozama, as well as the area near the confluence with the Maguá River. The river with the least arboreal growth in its upper basin is the Higuamo itself.

Of all the rivers in the eastern region of the country, the Higuamo has the most polluted lower basin; its estuary is in a terrible state. Most of the industries operating in the city of San Pedro de Macorís empty wastewater into this river with little or no treatment. The same happens with the domestic activities in the houses along the riverbanks. The fau na and its potential for use in the tourism industry have been seriously impaired.

There are three dam projects in the Higua mo watershed: one on the Higuamo River itself, another to the west on the Casuí Riv er, and another to the east on the Maguá River. Reforestation of the respective upper watersheds should be a high priority for the authorities.

20. SOCO RIVER BASIN

The area of this basin is 1,004 square kilo meters, in terms of surface area, and is the second largest in the eastern region of the country. It covers part of the provinces of San Pedro de Macorís and El Seibo. The riv er measures 90 kilometers in length and has

a historical monthly average flow of 11.52 cubic meters per second (gauged at Paso del Medio). It rises in the heart of the East ern Cordillera between the Cuarón, Cabeza de Toro and El Coamo hills, at 369, 360 and 460 meters above sea level, respectively. Also in this last hill is the source of the riv er of the same name, as well as other im portant aquifers of the Soco River. Its main tributary is the El Seibo River, whose con fluence is found in the eastern city of the same name. The source area of the latter is located near the Loma La Herradura.

Towards the western part of the upper basin is the sub-basin of the Anamá River, which in turn is fed by three important rivers: the Guaiquía, the Magarín and the Cibao. The course of the latter, in the upper basin, serves as the boundary between the prov inces of Hato Mayor and El Seibo.

In keeping with the pattern of the other wa tersheds in the eastern part of the country, tree cover in the headwaters of all tributar ies is sparse in the upper watershed and more abundant from the middle watershed to the mouth of the river. Only the Janabo River, between the hills of the same name and Loma Copeyes, at 596 meters above sea level, retains an acceptable tree cover around its source.

Near Loma La Herradura, close to the source of the Seibo River, there is still one of the best forest remnants in the eastern region. However, the area is greatly endan gered by agricultural activities; the same sit uation affects the headwaters of the Soco River and its tributary Guaiquía. The head waters of the Cibao and Magarín rivers lack primary forests but have shaded cacao plan tations. For the time being the mangroves in the Soco River estuary area are still very well preserved. Part of this estuary and the mouth of the river, which is up to 300 me ters wide, can be seen from the bridge on the road connecting the cities of San Pedro Macoris and La Romana.

The most relevant benefits of this basin have to do with fishing, ecotourism, and boating. The Soco is navigable for about six kilometers in the direction of the municipal ity of Ramón Santana. There is an outfitter that takes local and foreign tourists on a riverboat with a capacity for about 30 pas sengers from the mouth of the river to that town. There the river averages 90 meters wide and leaves room for pools perfect for

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bathing. Excursions are made on a smaller scale in launches and motorboats. Along the way one can admire the riparian forest and the local birds such as coots, yaguazas, and herons. The wellness of the estuary and mangroves favors the proliferation of crabs, shrimp, and fish larvae, which provide eco nomic sustenance for the neighboring com munities. The proliferation of boats and seafood restaurants near the mouth of the estuary attest to its prosperity.

As it passes through El Seibo, about 0.200 cubic meters per second are extracted from the Soco River to feed the municipality’s aqueduct, which provides service to some 48,000 users.

21. CUMAYASA RIVER BASIN AND NOTES ON THE DULCE RIVER

With an area of approximately 278 square kilometers, this basin covers part of the provinces of San Pedro de Macorís, El Seibo and La Romana in the eastern region of the country. The combined course of the Cuma yasa River and its main tributary, the Arroyo Hondo, define the border of the province of La Romana with the provinces mentioned.

Practically all the headwater drainages of this basin lie in the plains of the eastern region and on undulating or gently slop ing terrain. These areas are dedicated to grazing and sugar cane production. The headwaters of the Cumayasa River do not appear on the maps by that name, but the configuration of the hydrographic pattern of the Hondo Creek corresponds to the same riverbed as the Cumayasa River. Based on this criterion, the origins of Cumayasa could be in Loma La Altagracia, a hill whose maxi mum altitude is 308 meters above sea level.

More than a quarter of the surface area of La Cueva de las Maravillas Natural Monument resides within the watershed’s territory, thus ensuring the surveillance and protection of this area. In addition, it is important to note that this area constitutes about 85 percent of the forest cover of the entire watershed. Therefore, the Cumayasa River’s regular wa ter production depends primarily on the sta bility of the Cumayasa River and Cueva de las Maravillas Natural Monument.

There is no doubt that the Arroyo Hondo sub-basin, which occupies more than 60 percent of the basin’s territory, contributes the largest amount of water to the Cumaya sa River. But, the Arroyo Frio, downstream of the river, also contributes to the river’s

volume of flow.

The greatest display of the value and beau ty of this basin is its estuary. The saline wa ter of the sea reaches upstream for about 12 kilometers from the mouth, dressing the riverbed in different shades of green, which match the canyon of cliffs overgrown with a thick grove of mangroves, gumbo-lim bo, and other species. In several stretches along its northern shore there are abundant crab caves intertwined with mangrove trees and the waters and little gray crabs crawl ing along the banks is a common sight. The river is navigable in medium-sized boats for more than 10 kilometers from the mouth of the river. There are also bathing areas, some with public access.

The Dulce River belongs to a small basin, adjacent to Cumayasa. The main tributaries are the Nigua, El Caimito and Guaymate streams, which originate in sugarcane fields near Batey Sabana Chavón. Rainfall varies between 1,200 and 1,400 millimeters per year.

Although La Romana is the province with the least forest cover in the country, a mere 11.5 percent of its territory, it is noteworthy that in the middle basin and along the banks of the Dulce River, forest cover is abundant.

Its estuary is entirely urbanized. In that area there are hundreds of houses on the banks of the river and a marina from which boats sail to Catalina Island and other tourist des tinations in the maritime environment of the resort town of La Romana. There is also a dock where large cargo ships dock.

In the Altos de Río Dulce sector, there is a natural bathing pool of clear waters, fre quently visited by local inhabitants and for eign vacationers alike. Above the swimming spot is the water intake of the aqueduct that serves some sectors of the Central Roma na Corporation. This is preceded by an area with thick forest cover.

22. CHAVÓN RIVER BASIN

This territory is approximately 811 square ki lometers, distributed among the provinces of El Seibo (235 square kilometers), La Alta gracia (398 square kilometers) and La Roma na (178 square kilometers). The river is 84 kilometers long and has a historical monthly average flow of 4.97 cubic meters per sec ond (gauged in Santa Lucía). Its origins and main tributaries are located between Loma del Medio and Loma El Aguacate, at 600

and 640 meters above sea level, respec tively. The river flows into the well-known Boca de Chavón bay, after skirting below the heights of Altos de Chavón as well as the marina of the famous Casa de Campo tourist complex. This river is one of the best known in the eastern region, celebrated for its impressive natural scenery in parts of its middle and lower basin. Of note are the prominent bluffs along the last six kilome ters of the river, which are a major attraction for both tourism and the film industry.

Among the main tributaries of the Chavón River are the Chavoncito, Llano, Piedra and, mainly, the Quisibani River, which has the largest sub-basin. At the middle part of the basin, the Sanate River is one of the major contributors to the flow of the Chavón River; its waters also feed one of the aqueducts in the Higüey area. Most of these river courses still have an acceptable amount of arboreal cover in the upper zone of the basin, but, as in the other basins of the eastern region, the greatest concentration of forest cover is in the lower zone, specifically in the area surrounding Casa de Campo and the inter national airport of this tourist complex.

The estuarine bluffs can be found on both sides of the riverbed, with heights varying between 10 and 40 meters, reaching up to 60 meters at some points. Most of the estuary is covered by forest. Many of the mangroves near the mouth were cleared by human activities near the town of Boca de Chavón and the expansion of the Casa de Campo marina.

Between El Pintado and El Cuey, El Seibo province, there are plans for a dam to be built on the Chavón river. On the other hand, the La Romana Aqueduct Corporation ex tracts one cubic meter per second of water for the aqueduct of the latter municipality at the Chavón river embankment bridge, on the road from La Romana to the city of Higüey. Its waters serve nearly 204,000 in habitants.

23. YABÓN RIVER BASIN AND NOTES ON THE RIVERS LA YEGUADA, MAGUA, CEDAR AND OTHERS

This watershed is situated in the province of Hato Mayor, directly east of Los Haitises and north of the Higuamo and Soco river basins. The Yabón River rises in Loma La Tortona, about 440 meters above sea level, between Rompe Trapo and Palo Seco, an area where cattle ranching and small cocoa plantations

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are predominant. There is not a trace of for est, not even riparian to be found. A road runs along the boundaries of its headwaters. The Yabón flows into the Atlantic Ocean, in the middle of a swampy area, due to defor estation in the upper basin.

In the upper basin, the main contributor to the river’s flow comes from the Culebra stream, which itself has about twenty tribu taries in its upper reaches.

The Sano River is another important tribu tary to the Yabon, with its headwaters near Colonia San Rafael. It joins the Yabón a little north of the town of El Valle. Two other trib utaries bring water from Los Haitises. The first is the Yanigua river and the second the Piedra stream. Between them, they receive waters from fifteen drainages that originate in Los Haitises National Park.

The latest statistics on tree cover in the ba sin indicate 16.81 percent forest and 16.7 percent cocoa plantations. But there is no such cover in the upper watershed, so the river carries a lot of sediment into the ma rine-coastal zone and into the Samson chan nel, which shares its mouth at the sea.

There are several natural attractions in the upper basin of the river whose potential as tourist attractions should be studied, espe cially the Yabón Waterfall, near the com munity of Vicentillo. The aqueduct which provides water to more than 800 families in the communities of Yabón, Vicentillo, Man corneta and others is one important use of the river’s waters.

To the east of this basin, up to the west side of the Nisibón River, are other fluvial courses. These are rivers that originate in the eastern mountain range, not far from the sea, into which most of them emp ty. Consequently, they are short in length. Among them, the Capitán and Las Cañitas rivers, used by nearby inhabitants as bath ing establishments. In addition, the Jovero, Jayán and La Yeguada rivers, whose mouths - mainly the last two - are active fishing areas for species that require fresh and salt water. The Magua River (not to be confused with the one that crosses through Hato Mayor) stands out because, like the La Lisa River, its upper reaches are located within the Saltos de La Jalda National Park. The height of this waterfall, 120 meters, surpasses all those in

the Caribbean.

There is also the Cedro River. According to some locals, not so long ago, several spe cies of fish thrived in it, but they are rarely seen anymore. However, in the area where its waters mix with those of the sea, elver fishing is still practiced, a common and very profitable activity in many parts of the area.

24. MAIMÓN RIVER BASIN AND NOTES ON THE NISIBÓN RIVER

This 182 square kilometer river basin lies within the province of La Altagracia, in a high rainfall area. Its topographic profile ex tends to the eastern end of the Eastern Cor dillera. The course of the river is 32 kilome ters long and has an average monthly flow of 2.81 cubic meters per second (gauged at La Guama 1). Its source is located near the Loma Los Gafos, 285 meters above sea level, to the southeast of the Nisibón river basin, where some of its tributaries are also born. It flows into the Atlantic Ocean, via the Maimón estuary, in Las Lagunas de Nisibón.

The main tributaries of the Maimón River are the Guayabo and Llano rivers, and to a lesser degree the Guanche. The headwaters of the latter two are at Loma Vieja, 736 me ters above sea level.

The waters of the Maimón River provide irri gation for rice paddies and serve the natural pool that forms part of Ecopark’s ecotour ism facilities for the enjoyment of its clients. About 85 percent of the territory of this ba sin is devoted to cattle ranching; the few clusters of arboreal strata do not exceed 15 percent. Most of them are found in the up per part of the Las Cañas stream, between the hills of Los Gafos, Los Grayumos and Séptimo Cielo, and another near the conflu ence of the Llano and Maimón rivers.

One of the most interesting areas of the lower basin is near the mouth of the river, where there are about 1.37 square kilo meters (137 hectares) of mangroves, many water channels and wetlands. The penetra tion of the sea in the lower zone of the river forms the Maimón estuary and a marsh or albufera. This geographical feature, plus the river’s mangroves and wetlands, are under protection as a wildlife refuge under the Ría de Maimón Wildlife Refuge category, mea suring 4.85 square kilometers. Its spectacu lar beauty, the diversity of its fauna and the fishing resources used by the inhabitants

of the surrounding communities are suffi cient reasons to conserve this jewel of the Dominican territory and the watershed that sustains it.

To the west of this basin is the smaller Nisi bón river basin, covering 38 square kilome ters, of which 20 square kilometers belong to the province of La Altagracia and the rest are in the province of El Seibo, where the headwaters begin, between the hills of El Aguacate, at 520 meters above sea level, and Picacho, at 380 meters above sea level. More than 90 percent of the river’s course runs along the boundaries of these provinc es. The main tributaries of the Nisibón River are Brazo Chiquito, Guamiabano and, in the lower part of the basin, Benito Creek. The riverbeds and canals from several of these feed irrigation canals for rice fields.

25. ANAMUYA RIVER BASIN AND NOTES ON THE DUEY-YUMA RIVER

The surface area of this basin, together with its natural runoff, encompasses approxi mately 86.8 square kilometers. It is located on the eastern coastal extreme of the island, in the province of La Altagracia. The river is about 38 kilometers long and has a histori cal monthly average flow of 1.49 cubic me ters per second (measured at El Mamey). It emerges along the eastern mountain range, between the Palmarito and Blandino hills, at 440 and 445 meters above sea level, re spectively.

One of the great wonders to be found in this basin is the Anamuya or Anamuyita Falls, in the village of the same name, some 14 kilometers northwest of the city of Higüey, which can be accessed by a road that leads out of the city towards the famous tourist destination of Punta Cana. Its waters flow over terraced stones and through a series of small waterfalls, which seem to be hand made. Its potential as a tourist attraction has yet to be fully exploited.

Currently, more than 70 percent of the ter ritory in the Anamuya River headwaters and its main tributaries in the upper basin is de voted to cattle ranching. Only one tributary near the source, the Gollo stream, in the Loma Palmarito, has tree cover.

A particularity of this basin is that the hills with the highest elevations are located ap proximately in the middle basin and on both

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banks of the rivers. One is La Cotorra and the other La Sierra, at 465 and 600 meters above sea level, respectively. Each one has a relatively stable growth of forest cover.

In the lower basin, the Mina, Limón, and Los Dajaos streams are the most important tributaries. As in most of the basins of the eastern region, the Anamuya River is more abundant in the presence of woodland in the areas surrounding its mouth.

To the southwest, and contiguous to this ba sin, is the Duey-Yuma River basin, with an area of 75 square kilometers, also situated in the province of La Altagracia. The linked names of the Duey-Yuma and Isa-Mana riv ers, in the Haina basin, are the only ones in the country so named.

The headwaters of these rivers are not ful ly defined, but are likely above Loma Vieja, originating from the Canal Maco Oso and Mamoncito streams. There are plans to build the Duey dam further downstream, to the west of the community of Los Cacaos. The plains in this basin exceed 80 percent of its territory, the foremost with this topo graphic characteristic. On its way to the sea, it flows through a narrow estuary about 1.5 kilometers long, with heights of 5 to 10 me ters, and empties into Yuma Bay. The fishery is particularly productive in this area.

One issue of concern is that the forest cover of this watershed is much greater in the proximity of the coastal territory than around its source, where pasturelands pre dominate. While reforestation in these plac es is important, it is crucial if there is to be enough water to build a dam.

4. REFLECTIONS

The journey we made for the elaboration of this book gave us the opportunity to re flect, once again, on the values and benefits of our rivers provide for us, the imperative need for their conservation and the great benefits the abundant investments the Do minican State has made in water resources have bestowed.

Since the early 1960s, the state has invested US$2.162 billion in the construction of 36 dams, 2,040 kilometers of irrigation canals, dams, water intakes, aqueduct pipelines, treatment plants and other similar facilities for storage, purification, and distribution of water to users. In most cases, these con structions are expected to provide a con

stant supply of the precious liquid, except in cases of force majeure.

Although some productive sectors and segments of the population already face difficulties in obtaining water in the quan tity and quality they require, many continue their daily domestic activities and private in vestments, without thinking about the pos sibility that the growing demand for water and its decreasing availability may jeopar dize their well-being, as well as public and private investments. Others understand water is an indispensable liquid but are ig norant of the relationship between this re source and rivers and their forests. Or they simply do not understand this relationship in its proper dimension.

The investments and projects mentioned above have not been made capriciously. The values and benefits of the rivers are evident, some quantifiable and many with tangible results. Agriculture is one of the most de pendent and at the same time most profited sectors, and within this sector is that of rice, for which about 1,300,000 tareas (202,020 acres) are sown twice a year, thanks to the fact that 98 percent of the land receives wa ter by irrigation.

Data from the Central Bank of the Domini can Republic recorded paddy rice produc tion in 2021 of 1,006,394 metric tons, val ued at US$392.9 million. Annual production of beans was 38,335 metric tons valued at US$53.9 million and plantain production for the same period was 2,634 million units, valued at US$427.82 million. In addition to these figures, there are the exports of 23 million crates of bananas, worth approxi mately US$300 million, avocado and mango exports, close to US$100 million, the pro duction of 5.7 million quintals of industrial tomatoes, worth approximately US$22 mil lion, and many other items that otherwise could not be produced without the water from the rivers.

Another sector that has benefited, with quantifiable results, is hydroelectric produc tion, which is vital for the country to contin ue freeing itself from fossil fuels, spending in foreign currencies and reducing its car bon footprint. The Dominican Republic has 36 dams, with an approximate water stor age capacity of 2,189 million cubic meters. Of these, 27 have hydroelectric generation equipment, with an installed capacity of 631.86 megawatts (13 percent) of the coun try’s total generation park, which in 2021

produced about 1,360 gigawatt hours, sev en percent of the net energy supplied in the National Interconnected System (SIN), with a value of US$200 million, which includes the value of production, firm power, and frequency regulation service, according to data obtained from the SIN Coordinating Agency.

In all 27 dams with installed hydroelectric capacity, the turbinated water is reused in irrigation canals or returned to the riverbed. In several of them it is used in aqueducts, before and after being turbinated and, in some irrigation canals fed by the reservoirs of the dams, the conveyed water is turbinat ed and then returned to those canals. The remaining nine dams store water for irriga tion, to a greater or lesser extent. In gen eral, all the dams maintain water reserves for times of scarcity, and many were built for the additional purpose of flood control in low-lying areas. In several of them, wa ter sports are practiced as well as cage fish farming, an activity that provides a liveli hood for many members of the community.

In several parts of the country, attempts to build dams have sparked protests from some sectors, based on concerns about the dis placement of human settlements and possi ble environmental damage. Such concerns should undoubtedly be considered when identifying locations for dams and their de sign. However, it is necessary that the pros and cons of their construction be analyzed through integrated analyses, including vari ous disciplines, who they favor, what will be the water availability in that region in the medium and long term, and how the condi tion of the vegetation cover of the potential catchment basin is and could be in affected in the future. The worst that could happen would be postponing the construction of a dam because of misunderstandings only to resume it years later, when the situation has become dire, and the cost is higher.

When designing and operating a dam, the ecological flow must be guaranteed to mini mize possible disturbances in the intervened area. On the other hand, the maintenance of tree cover in the catchment area of a dam is essential for its operation; it benefits all the agencies that manage this resource as well as the entire country. The choice of sites for dam construction should serve as an opportunity for these agencies to invest economic resources to increase tree cover prior to construction and subsequently in its maintenance.

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There are many interesting dam and recla mation projects underway to harness the waters of various rivers. As the imperative is the storage of water, more small dams should be built. In the iconic Ozama, the great effort has been centered on the con servation of the watershed. Once its refor estation has advanced, it is thought that the waters of this river should be dammed before it reaches the municipality of Yamasá not only to take better advantage of them, but also to control the constant flooding of the lower areas. Likewise, the crystalline wa ters of the Guanuma River should be better utilized in its upper sectors.

There are other values and benefits of riv ers that are more difficult to quantify, but no less important: scenic value, fishing, mainly in estuaries, recreational and tourist activities in natural pools and fast-flowing streams, the sustenance of flora and fauna, and much more.

Given all these values and benefits, the path is clear: we must not permit the repetition of past mistakes, when commercial inter ests or the ignorance of some individuals have led to the depredation of our water sheds, polluted the rivers, and even dried them completely. Thanks to the continuous efforts of a few governmental and private organizations, we have made progress, but we must continue to act with determination, conscious of the fact that reversing customs and habits of environmental depredation and accumulated environmental destruc tion require increased efforts and continued economic investment.

What can be done? The details of a man agement and conservation plan for our riv ers and watersheds are beyond the scope of this book. We only emphasize here the need to maintain the integrity of protected areas and their biodiversity, mainly in the moun tains, to reinforce programs with integrated approaches for the management of water sheds and their surroundings, which will include, among other issues, rehabilitation efforts, support for production alternatives for watershed dwellers, and environmental compensations, both monetary and in ser vices. Restoration of the water catchment areas of the country’s dams should be con sidered a priority.

To act, it is important to recognize that a sin gle institution does not have the capacity to solve the problems of these vital spaces but

requires the organized participation of their inhabitants as well as the governmental and non-governmental agencies that have an impact on the area.

It is heartening to note that within the social responsibility and sustainable development objectives of several companies in the coun try, priority is being given to the conservation of the environment and natural resources, as well as support for key communities. Of particular note is the participation of Banco Popular Dominicano and its parent compa ny, Grupo Popular, which for more than two decades has been supporting Plan Sierra, a pioneering public-private partnership in the establishment of integrated production sys tems, appropriate forest management and community services, which have improved the forest cover and the water network of La Sierra, vital for maintaining the flow of the Yaque del Norte and the supply of water for irrigation, drinking water and hydroelectric power production.

Plan Sierra has served as an inspiration and model for other organizations, such as the Sur Futuro Foundation, the San José de Ocoa Development Board, Plan Yaque, Inc, and the Association for the Development of Santiago (APEDI), which are implementing similar initiatives in their respective territo ries. The Dominican government, through the Presidential Commission for the Reg ulation and Management of the Yaque del Norte River Basin, also sponsors measures for the benefit of the Yaque del Norte River.

The business sector plays a key role in the public agenda on environmental issues, es pecially through associations such as the National Business Support Network for Environmental Protection (Ecored), which seeks to raise awareness among companies and society in general of the need to incor porate a culture of social responsibility and sustainable development that preserves our biodiversity and natural resources, promot ing alliances in the pursuit of the country’s economic, social and environmental devel opment.

Banco Popular as one of Ecored’s founders and sponsors, also supports many other ini tiatives in this area, in conjunction with Fun dación Popular, the entity responsible for the social agenda of the Popular Group. In this regard, they have financed several com munity initiatives aimed at the improvement of the environment and natural resources,

as well as providing communities with paths to progress. Noteworthy are the establish ment of micro-hydroelectric plants in the south of the country, which bring electrici ty and drinking water to many settlements, and the construction of artificial lagoons for the purification of wastewater in riparian areas of the Yaque del Norte, through or ganic methods that reduce the possibility of contamination of many rivers in the area and improve the health conditions of the com munities they serve.

Another initiative of great importance has been the support of Grupo Popular to the Santo Domingo and Yaque del Norte Wa ter Funds, entities composed of various Do minican companies and institutions, such as the Ministry of the Environment and Natural Resources, the Aqueduct and Sewer Cor poration (CAASD), Ecored, the Propagás Foundation, Bepensa, Coca Cola Company, Fundación Popular, Fundación Sur Futuro, Sociedad Industrial Dominicana, S.A., Gru po Universal, Centro para Desarrollo Agro pecpecuario y Forestal (Cedaf) and some foreign ones such as the Inter-American Development Bank (IDB), The Nature Con servancy (TNC) and others. Through a trust fund, they provide technical and financial support to the executors of reforestation projects, vegetation cover management and community services that benefit the production and water quality of the Ozama and Isabela rivers and several of their trib utaries, together with the Yaque del Norte river and its tributaries. These two funds can serve as benchmarks for the establishment of other similar funds in individual priority watersheds or groups of closely located wa tersheds.

Among the measures included in the river and watershed management and conserva tion plan, environmental education is no less important. This should involve society as a whole and be preached in schools, streets, rural areas, and universities by knowledge able people who know how to communicate with clarity, among other things, the ABC of the water cycle and, most importantly, why without adequate tree cover in the moun tains we will be left without aquifers and riv ers, which are networks of life.

*In this book the word “balnearios” refers to the natural pools formed in rivers and spots of shallow waters that make bathing possi ble and pleasant. Some of the “balnearios”

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of this country have been modified with a retaining wall, or steps for safer access, most are simply as made by the forces of nature.

When searching for the translation of this word many possibilities arise, such as: Bath house, bathing resort, spa, baths, health re sort and the like.

Nevertheless, none of these words seem to indicate its connotation within, not only the context of this book, but the Dominican Re public as a whole.

Throughout this text therefore, I have cho sen to alternate between the use of “natu ral pools”, “bathing spots or pool” and the Spanish word “balneario” itself.

BIOGRAPHY

Domingo Marte was born in San Francisco de Macorís, Dominican Republic, on Janu ary 3, 1939, near the shore of the Jaya River and spent part of his childhood and adoles cence in Nagua, in front of the Scottish Bay. He graduated with a degree in Agronomy from the Loyola Polytechnic Institute of San Cristobal in 1961 and obtained his Bache lor of Science from Texas A&M University in 1969, revalidated his degree in Agronomy from the Pedro Henriquez Ureña National University (UNPHU). In 1973 he obtained a master’s degree in Agricultural Sciences

from the University of Florida. He has diplo mas in Human Development, Cinematogra phy and Photography, and has participated in several workshops on storytelling.

He has worked for the Ministry of Agricul ture, the Monetary Board of the Central Bank of the Dominican Republic, and The Nature Conservancy. He is a volunteer advi sor to Fundación Sur Futuro and the Center for Agricultural and Forestry Development (Cedaf).

He has written hundreds of technical arti cles on agriculture, rural development, and the environment. He published the novel “ Madre de las Aguas” (Mother of the Waters) in 1999, later republished as “La Sonrisa de la Montaña” (The Smile of the Moun tain). He was first prize winner of the literary prize sponsored by the O&M University in 2001, with the work entitled “Recuerdos y Memorias de Nagua” (Memories of Nagua); he published “Ecos de la Costa” (Echoes of the Coast), an institutional book of Banco Popular Dominicano, in 2016 and “Frutas en República Dominicana” (Fruits in the Do minican Republic), a work sponsored by the Junta Agroempresarial Dominicana (JAD), in 2020. He has won several awards in short stories and photography, in art and literature contests of the Central Bank and in compe titions organized by the Global Foundation for Democracy and Development.

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Présentation

Nous vivons dans un territoire privilégié en termes de bassins versants et, peut-être pour cette raison, il est clair que les riv ières ont toujours été et seront toujours là, à notre service. Nous pouvons comprendre l’importance du bon fonctionnement et de l’entretien de nos bassins versants. Cependant, notre prise de conscience et, surtout, notre pratique concernant son traitement et sa conservation, est encore faible, ce qui affecte leur durabilité.

Garder à l’esprit la nécessité de reboiser nos bassins versants et d’enseigner aux gens les habitudes qui contribuent à leur conser vation ; pénaliser les pratiques qui affectent leur détérioration et poursuivre activement les infractions qui menacent la durabilité de notre patrimoine naturel et de sa biodiversité, sont les piliers clés sur lesquels nous devons construire une vision durable en tant que pays.

Pour cette raison, de la Banque Populaire Dominicain, de sa so ciété mère, Grupo Populaire, et de la Fondation Populaire, nous maintenons notre engagement envers la société pour aider à pré server le trésor des bassins hydrographiques dominicains.

À cette fin, nous participons à de multiples initiatives qui aident à assainir nos eaux. Nous promouvons la construction de cen trales hydroélectriques communautaires qui honorent la vie dans les populations éloignées, nous promouvons la création de zones humides artificielles qui fonctionnent comme un système d’in génierie verte pour purifier l’eau polluée, nous promouvons des journées de reboisement systématique, avec la participation de collaborateurs bénévoles et d’organisations alliées dans diverses régions du pays, notamment dans les zones d’influence de notre allié, Plan Sierra.

Cet engagement nous a conduit à trois décennies de reboise ment et à un million d’arbres plantés sur le territoire national, chiffre que nous avons atteint en novembre 2022.

Avec cette nouvelle publication institutionnelle, rédigée par le chercheur, photographe et ingénieur exceptionnel Domingo Marte, et complétée par le design de Víctor Siladi, nous cher chons à sensibiliser davantage à l’importance de la sauvegarde de nos eaux en tant que réseaux de vie.

Ces pages mettent en lumière l’énorme richesse des opportunités que représentent nos rivières. Non seulement pour la défense et

la protection de notre flore et de notre faune, la prospérité de nos communautés ou la production d’énergie propre, mais aussi pour promouvoir de nouveaux types d’expériences touristiques pour les visiteurs, durables, en harmonie avec l’environnement naturel et la biodiversité.

En bref, c’est un livre pour nous éduquer sur la conservation et la protection dont nos écosystèmes ont besoin et que nous devons affronter l’avenir avec une croissance équilibrée.

Parallèlement à ce projet éditorial, en complément de son précieux contenu, nous promouvons un développement multi média, qui amplifie la portée de notre message d’entreprise en tant que banque responsable.

D’une part, une série documentaire complète intitulée « Réseaux de vie », dans laquelle, en quatre épisodes, les téléspectateurs visiteront les principaux bassins hydrographiques de notre pays, dont les courants les amèneront à connaître leur peuple et leurs possibilités, en apprenant à comprendre leur valeur et la néces sité de les sauvegarder.

En plus de l’éditorial et de l’audiovisuel, nous proposons égale ment une pièce numérique, l’application mobile « Rivières dominicains », qui donne à l’utilisateur la possibilité de se localis er, de connaître leurs détails et de se plonger dans les caractéris tiques qui entourent les eaux de nos principales rivières, en plus de se déplacer vers ces lieux, en profitant de leurs sentiers de randonnée et la richesse et la diversité des coins écologiques uniques offerts par notre géographie.

Les deux produits multimédias sont accessibles via les pages de ce livre, entrant sur le site Web: www.popularenlinea.com/riosdominicanos

Tout comme les rivières naissent dans les montagnes, nos com munautés sont nées des rivières. Notre passé en dépendait et notre bien-être présent et futur, menacé par l’inclémence du changement climatique, en dépend.

Soyons conscients de cela et vivons en harmonie avec nos res sources naturelles, telles que les rivières, car notre existence n’est garantie que si nous restons connectés à ces réseaux de vie.

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Prologue

Alors qu’il était dans le couvent des Dominicains nouvellement fondé dans la ville de Puerto Plata, en 1525, il y a près de cinq-cents ans, un prêtre espag nol nommé Bartolomé de las Casas a commencé à écrire une grande chronique de la découverte et de la colonisation de l’Amérique intitulée Histoire des Indes.

Tant dans ce livre que dans un autre de ses ouvrages portant un titre similaire, Apologética Historia de las Indias (Histoire apologétique des Indes), Las Casas a exprimé son admiration continue pour l’abondance d’estuaires, de rivières, de ruisseaux et de ravins qui ont soutenu l’exubérance biologique de l’île alors appelée Espagnole.

Dans ces ouvrages, Las Casas décrit les caractéris tiques géographiques et écologiques des « provin ces naturelles » de l’île. Selon ce chroniqueur « il y avait cinq très grands royaumes principaux et cinq rois très puissants sur cette île Espagnole […]. Un royaume s’appelait Maguá, la dernière syllabe ai guë, ce qui signifie le royaume de la plaine fertile. Cette plaine est une des choses les plus distinguées et les plus admirables du monde […]. Plus de trente mille rivières et ruisseaux y entrent, parmi lesquels douze sont aussi grands que l’Èbre et le Duero et le Guadalquivir ; et tous les fleuves qui viennent d’une chaîne de montagnes à l’ouest, qui sont vingt et vingt-cinq mille, sont très riches en or […]. Le roi et seigneur de ce royaume s’appelait Guarionex ».

L’objectivité de ce paragraphe, manifestement hyperbolique, a été mise en doute par certains au teurs peu familiers avec la géographie aquatique de l’île, dont la partie dominicaine, comme nous le dit le sage photographe et naturaliste Domingo Mar te, conserve près de deux mille cours d’eau dignes de mention, (1,850 plus précisément) après un de mi-millénaire de déforestation et de dégradation des bassins versants.

Ceux qui connaissent la partie occidentale de ce tte île, là où le territoire est beaucoup plus dégra dé, savent qu’ils restent de nombreux fleuves et ruisseaux avec de l’eau, malgré la désertification de grandes parties de son territoire, et bien qu’il n’y ait pas de comptage comme celui qui nous est présen té aujourd’hui par Domingo Marte. Des observations

empiriques captées sur film nous permettent d’assu rer que plus d’un millier d’estuaires, de rivières, de ruisseaux et de ravins avec de l’eau peuvent y être dénombrés.

La raison pour laquelle il y a encore de l’eau des deux côtés de l’île, malgré la disparition de ses plus petits débits, c’est que, dans ce territoire insulaire, il continue de pleuvoir la même chose qu’il y a un demi-millénaire, et si aujourd’hui nous voyons moins de rivières (et ceux que l’on voit sont diminués) est dû au fait que la plupart des bassins ont perdu leur couvert forestier et ne peuvent plus retenir l’eau comme avant.

Ce phénomène peut être bien illustré par le « simile du brocoli et de l’évier » qui explique qu’une forêt intacte fonctionne hydrologiquement comme un brocoli parce qu’elle retient l’eau qu’elle reçoit et la libère progressivement, tandis qu’un évier le lais se s’évacuer rapidement en s’asséchant en peu de temps. Les bassins versants déboisés fonctionnent comme des baignoires et sont laissés sans eau, ou avec très peu, et beaucoup de leurs rivières finissent par disparaître.

C’est pourquoi des milliers de cours fluviaux que Bartolomé de las Casas considérait comme des ri vières lors qu’il les a vus encore avec de l’eau au début du XVIe siècle ont disparu. Pour un Espagnol de cette époque, venant du plateau castillan où il y avait peu de rivières, l’abondance de celles-ci dans un territoire tropical boisé et humide a dû être une expérience surprenante.

La lecture attentive de ce livre de Domingo Marte analysant ses photographies révélatrices (certaines d’une beauté impressionnante et d’autres doulou reusement dramatiques en raison du mauvais état de certains fleuves dominicains) produit un mélange d’émotions difficiles à exprimer.

Il suscite également une grande admiration de sa voir que pour documenter l’état de ces fleuves Do mingo Marte s’est consacré pendant des années à parcourir à pied tous les torrents qu’il décrit, de leur source à leur embouchure. Je suis bien conscient du travail dur et immense que cela implique, puisque j’ai eu l’honneur de voyager avec lui le long du cours de la rivière Yuna presque depuis sa source, près de

Rancho Arriba, jusqu’à sa confluence avec la rivière Blanco.

Aucun dominicain n’a jamais fait avant un travail si milaire à celui réalisé par Domingo Marte, dans le quel il se surpasse, puisqu’il avait déjà fait un effort similaire pour collecter les photos et les données qu’il a utilisées dans son formidable livre sur les pla ges et les côtes dominicaines, également publié par Banco Popular Dominicano, sous le titre de « Echos de la côte. Traversée de la côte marine dominicaine » (2016). Pour cet autre livre, Domingo a voyagé à pied, à dos de mulets et de chevaux, et en hélicop tère toute la périphérie du pays pendant trois ans.

Ce nouveau livre a le mérite de laisser au lecteur l’idée claire que, en dépit de la quantité de pluie, nous avons de moins en moins d’eau disponible, que ce soit à cause de la déforestation ou de la po llution anthropique.

Les affirmations de Marte peuvent être étayées par plusieurs exemples que nous voyons répétés des centaines, voire des milliers de fois à travers le pays. Par exemple : personne ne se souvient aujourd’hui que là où se trouve la zone franche industrielle de La Vega, il y a quatre-vingts ans, il y avait un ruisseau et une lagune où les habitants allaient nager et pêcher. Comme en l’espèce, on peut également citer l’ago nie inexorable d’autres rivières et ruisseaux convertis aujourd’hui en pâturages, dépotoirs ou lits de pierre sur tout le territoire national.

Avec ses photographies impressionnantes et ses textes bien documentés, Marte nous envoie un mes sage d’avertissement dramatique sur la nécessité de procéder d’urgence à la restauration de ces bassins hydrographiques qui risquent aujourd’hui de perdre leur capacité de production d’eau.

Domingo Marte utilise la beauté de ses images et l’originalité de son œil photographique pour atti rer notre attention sur le grand drame qui se cache sous la beauté de ses paysages et nous dit avec son objectif à la main que, bien que tard, il est encore temps d’éviter la mort des eaux.

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Frank

1. INTRODUCTION

Des études et des preuves ont montré que l’eau est synonyme de vie. De même, les preuves montrent que les rivières, en tant que représentants majeurs des cours d’eau et transporteurs des eaux qu’elles contien nent, sont des réseaux de vie. Ce sont des eaux qui coulent jour et nuit le long d’en droits éloignés, alimentent des aqueducs qui desservent les maisons et les industries, irriguent les terres agricoles, produisent de l’électricité propre et maintiennent en vie la flore et la faune riveraines. En outre, ils alimentent les aquifères, permettent des lieux de pêche, rafraîchissent et égayent les baigneurs, embellissent le paysage et créent des espaces pour la pratique de div ers sports aquatiques. En raison des oura gans et d’autres événements, les rivières peuvent causer des inondations, mais les risques d’inondation diminuent lorsque les bassins versants ont une couverture végétale adéquate.

La disponibilité de l’eau utilisable dans le pays est difficile à projeter, mais on sait que l’approvisionnement total est plus faible parce que beaucoup de ces eaux vont à la mer, sont perdues en raison de divers es fuites et sont contaminées par les hu mains. En outre, le changement climatique imprévisible a non seulement perturbé les régimes de précipitations et de sécheresse, mais les ouragans et d’autres phénomènes ont été exacerbés, détruisant les sources fluviales et les infrastructures de stockage. Ces phénomènes modifient également la disponibilité de l’eau.

Un rapport de 2016 estime que la Répub lique Dominicaine a un total moyen de 25,9 milliards de mètres cubes par an, dont 91% sont des eaux de surface, des rivières, des lagunes et autres. Neuf pour cent passent sous forme de ruissellement souterrain

En ce qui concerne l’utilisation de ces res sources, on estime que 80% de l’eau di sponible est destinée à l’irrigation agri cole, mais avec un niveau d’efficacité de seulement 20%. Les autres utilisations sont la consommation humaine (12 %), avec une efficacité d’utilisation estimée à 60 %. Le reste est dédié aux secteurs industriels et à des fins écologiques. Le rapport précédent et le Plan hydrologique national de 2007, préparé par l’Institut national des ressou rces hydrauliques (INDRHI), indiquent que l’offre totale d’eau dépasse la demande,

mais qu’il y a un manque d’infrastructures pour la stocker.

Au-delà des chiffres approximatifs de l’offre et de la disponibilité, ce qui est palpable, c’est que depuis des années, la demande d’eau augmente en raison de l’augmenta tion de la population, de l’accélération des activités agricoles, industrielles et touris tiques et, malheureusement, du gaspillage de l’eau. Ce qui est significatif, c’est que dans de nombreuses régions du pays, le ra tionnement de l’eau est déjà courant, ainsi que les différends sur sa distribution et son contrôle dans les zones urbaines et, princi palement, dans les zones rurales.

Du côté de la production, si nous devions étudier ce qui s’est passé de sorte que dans la plupart de nos rivières, la quantité et la qualité de l’eau ont diminué, devenant de simples fils d’eau ou, dans des cas extrêmes, des cadavres gisant sur des lits de pierre et de sable, nous trouverions la réponse dans les dommages causés à nos bassins versants, à la fois par la déforestation dans les parties supérieure et moyenne, et dans l’affaiblissement des canaux dans les parties inférieures. Il ne peut être exclu de l’équa tion que des quantités appréciables d’eau produite sont perdues en raison de la pollu tion chimique, du déversement de déchets et de déchets solides. Et ce n’est pas tout : la santé de nos plages et de nos mers est liée à la santé des rivières.

Malgré ce qui précède, il y a nos bassins, nos rivières et nos aquifères. Bien que leur capacité à produire, transporter et stocker de l’eau en quantité et en qualité soit di minuée, il est encore possible d’agir, avec sérieux et soutien, pour restituer une partie de la capacité perdue. Si nous ne le faisons pas, la détérioration sera plus grande et nous gâcherons les plans de bien-être col lectif pour lesquels nous réclamons et méri tons tous, mettant en péril la durabilité du pays.

Ce livre, « Rivières dominicaines. Réseaux de vie », vise à accroître la connaissance de nos ressources en eaux de surface, de leurs valeurs et de leurs conditions actu elles. Il s’agit d’un tour textuel, graphique et photographique des principales rivières et de leurs affluents, de certaines de leurs flaques d’eau, cascades et chutes d’eaux, des barrages et des canaux, de leurs divers es utilisations et des infrastructures constru ites pour y parvenir. Les conditions du cou vert végétal dans les bassins versants sont

mises en évidence. La présentation dans le livre est individualisée par chaque bassin qui soutient la rivière principale et ses afflu ents, représenté comme un axe vertical qui s’étend de l’ouest à l’est du pays.

Un complément important à ce livre est le documentaire Réseaux de Vie, une série de cinq chapitres qui présentent un extrait précieux des fonctions et des valeurs des rivières, et de leurs utilisations touristiques, agricoles, hydroélectriques, ainsi que le soutien qu’elles apportent à de nombreus es communautés pour leur développement économique.

Un autre complément innovant et intéressant est l’application mobile « Rivières dominic aines », qui vous permettra de localiser rapidement l’emplacement de certaines des rivières les plus importantes du pays, avec des images de leurs attractions et les informations nécessaires pour connaître ces ressources naturelles à partir du plan numérique.

2. POUR MIEUX NOUS INFORMER

L’Institut national des ressources hy drauliques (INDRHI) indique que le Réseau hydrographique national est composé de 97 rivières qui se jettent dans la mer, de 556 affluents qui rejoignent les précédents - ap pelés affluents secondaires - et de 1 197 affluents tertiaires, dont les eaux tombent dans les affluents secondaires. Les plus longs fleuves sont, en kilomètres : Yaque del Norte (300), Yuna (203), Yaque del Sur (186), Ozama (136), Artibonite (119 dans sa partie dominicaine), Boba (91), Bajabonico (90), Soco (90), Haina (82), Ocoa (65), Yásica (81), et Higuamo (70).

En raison de la présence de cavernes et d’autres dépressions de la terre, de nom breuses rivières sont souterraines ou sub mergées dans certaines sections de leurs canaux. C’est le cas des rivières Brujuelas, à Saint-Domingue, la capitale dominicaine ; la Nizaíto et la Bahoruco, à Paraíso, dans la province de Barahona, dans le sud-ouest du pays ; Las Damas, à Duvergé, province d’In dependencia, également dans le sud-ouest, et d’autres.

D’où vient l’eau des rivières ? Il est bien connu qu’une partie de l’eau liquide con tenue dans les mers, les lacs, les rivières et d’autres sources s’évapore du fait de réchauffement du soleil. Cet air chaud et

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humide, ou vapeur d’eau – aidé par le vent et des températures plus élevées – monte dans l’atmosphère. Là, il se mélange avec de la poussière et d’autres particules, et dans des conditions de températures plus basses se condense sous forme de nuages. Une autre variante importante se produit lorsqu’une masse d’air humide et chaud monte sur la pente d’une montagne, se refroidit puis se condense pour générer les nuages, qui sont essentiellement de minuscules gouttelettes d’eau. Un autre phénomène équivalent est la montée, le re froidissement et la condensation des mass es d’air humides causées par les centres de basse pression atmosphérique tels que les ouragans, les tempêtes tropicales et les creux.

Lorsque, dans certains nuages, les gout telettes d’eau se rejoignent, elles pèsent plus et tombent sur la terre, y compris les rivières et la mer, sous forme de pluie, ou de neige sous d’autres latitudes. L’eau de beaucoup de ces rivières se jette dans la mer ; et l’évaporation et les autres événe ments mentionnés se répètent. C’est un processus continu, appelé le cycle de l’eau.

De l’explication ci-dessus, on pourrait déduire que les rivières n’ont de l’eau que lorsqu’il pleut, mais ce n’est pas le cas. Pourquoi, à certains endroits, les lits des riv ières conservent de l’eau, même en période de sécheresse ? Si le sol où l’eau tombe à une couverture végétale appropriée, une barrière de troncs d’arbres, de racines et de feuilles peut se former sur le sol. Ainsi, une partie de l’eau coule lentement et une autre est infiltrée dans le sol et y est stockée. Dans le cas des zones montagneuses, le résultat est que cette eau s’écoule progressivement sous une forme superficielle ou souterraine telle que des rivières, des ruisseaux, des pe tits ruisseaux, des ravins et des veines qui atteignent le canal collecteur d’une rivière principale.

Cependant, si la terre a peu de couverture végétale, l’eau qui tombe est transportée rapidement, s’infiltre peu et érode une par tie du sol de surface en l’appauvrissant. Un autre phénomène qui fournit de l’eau aux rivières se produit dans les endroits de haute altitude où il y a présence de forêts de nuages (forêts qui sont presque toujours entourées de nuages). Là, le corps et les feuilles des arbres, frottant constamment contre les nuages, traient l’eau qu’ils ont et produisent ce qu’on appelle de la pluie hor izontale.

Ces événements ont une conclusion très importante : les pluies ne suffisent pas. Sans végétation arboricole, de préférence les forêts, les bassins versants, les rivières et autres cours d’eau n’auront pas d’eau en quantité et en qualité appréciables. Un autre aspect important est que, s’il y a une aire protégée sur le territoire d’un bassin versant, le couvert végétal de cette zone sera plus susceptible d’être conservé, ce qui profitera à la production d’eau et à d’autres valeurs.

Bassins versants. C’est le nom donné aux espaces géographiques où les eaux des rivières et autres cours d’eau naissent et se déplacent, et prennent le nom de la rivière principale. Ces espaces sont délimités dans leur tête et sur deux côtés par des arrêts de montagne. De là, les eaux coulent vers le fond, jusqu’au lit de la rivière principale. Il est important de noter que, dans la plupart des cas, les noms des affluents des princi pales rivières perdent leur nom lorsqu’ils rejoignent ces dernières. Exemple : la riv ière Yaque del Norte et la rivière Jimenoa se rejoignent à la célèbre Confluence, dans la ville montagneuse de Jarabacoa. Mais à partir de ce moment-là, il transporte l’eau de l’affluent, et il s’appelle Yaque del Norte.

Les montagnes, les collines ou d’autres car actéristiques topographiques de la partie supérieure qui divisent un bassin des autres sont appelées bassins versants. Chaque bassin principal est constitué de sous-bas sins. Par exemple, le bassin de la rivière Ozama a les sous-bassins de La Isabela, Savita, Yabacao et d’autres. Dans les bas sins, on distingue les parties haute, moy enne et inférieure.

Le nombre de bassins versants dans le pays varie selon les critères de deux institutions : l’INDRHI et le ministère de l’Environnement et des Ressources Naturelles (MIMARENA).

Le premier en compte 97 et le second 47, divisés en 30 bassins principaux et 17 bas sins côtiers. Ces différences sont attribuées à leurs approches de planification qui leur permettent d’agréger ou de désagréger les formations naturelles. Les 12 rivières avec les plus grands bassins sont, en kilomètres carrés : Yaque del Norte (7 044), Yuna (5 498), Yaque del Sur (4 972), Ozama (2 685), Artibonite (2 614 dans la partie dominicaine et 6 399 dans la partie haïtienne), Higuamo (1 182), Soco (1 051), Yásica (824), Bajabon ico (678), Ocoa (677), Boba (624) et Haina (564). Pour ce livre, 25 bassins principaux ont été choisis. Dans certains d’entre eux,

des commentaires de rivières situées dans des bassins contigus ou proches de ceux décrits sont insérés.

Il est important de se rappeler que l’exis tence des rivières dominicaines est égale ment due aux chaînes de montagnes et autres formes de montagnes que le pays possède, des portions qui se trouvent dans chaque bassin. Ils piègent les nuages et favorisent la naissance et le débit primaire de nos rivières. Nous devons mentionner la partie terrestre de Los Haitises, un précieux réservoir d’eau souterraine qui alimente beaucoup de nos rivières. Dans les reliefs géographiques, les chaînes de montagnes Septentrional, Central (Mère des Eaux) et l’Orientale se distinguent. L’existence de chaînes de montagnes telles que Yamasá, dans la province de Monte Plata, située dans la région centrale du pays; Samaná, au nord-est de l’île; Martín García, à Bahoruco, et Neyba, dans le sud-ouest du pays, sont également importantes.

Estuaires. Les rivières qui se jettent dans la mer laissent un message d’adieu qui scelle leur valeur. Il y a une zone avant l’embou chure finale appelée l’estuaire, dont la prin cipale caractéristique est le mélange d’eau salée et eau douce. Cette propriété, ainsi que d’autres conditions, incubent le dével oppement du plancton qui est fondamental dans la chaîne alimentaire des mers et fa vorise le développement des mangroves, le frai et la croissance d’espèces à haute valeur écologique et économique telles que les an guilles, les mulets, les crevettes, les crabes, les jaibas (crabes, certaines endémiques), les oiseaux et des millions de micro-organ ismes. Les estuaires sont parmi les écosys tèmes les plus productifs de la planète. Les plus reconnues dans le pays sont celles des rivières Yuna, à Sánchez, dans la région nord ; et les rivières Soco, Cumayasa, Higuamo, dans la région orientale du pays ; et Baja bonico, et Yásica, dans le nord, entre autres.

1. BASSIN DE LA RIVIÈRE PEDERNALES

Ce bassin est situé à l’extrême sud-ouest du territoire dominicain, et est bordé par Haïti. La superficie totale dans les deux pays est de 348 kilomètres carrés, dont la moitié ap partient à la République Dominicaine. Les principaux drains qui contribuent à la source de la rivière Pedernales sont situés dans la communauté de Los Arroyos. Du territoire haïtien émanent également des drains dans les communautés platon Pistache et Bois Codeine, à des altitudes allant de1 300 à 1

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700 mètres sur le niveau de la mer. La rivière est longue de 40 kilomètres et le canal, qui délimite une partie de la frontière, est de 36,5 kilomètres. Cependant, parmi ceux-ci, 11,9 kilomètres du nord-ouest de la région frontalière au passage de la route Mencía sont nommés d’après Río Bonito. Le débit historique mensuel moyen (jaugé dans le Paso de Sena) est de 1,73 mètre cube par seconde (m³/s).

La rivière Pedernales alimente l’aqueduc de la municipalité qui porte ce nom et, grâce à un barrage de dérivation, fournit 0,25 mètre cube par seconde d’eau pour l’irrigation ag ricole regionale. Il y a un flux similaire pour Haïti. Jusqu’à présent, 0,075 mètre cube par seconde sont pris pour l’aqueduc. Cette riv ière, à l’extrême sud-ouest de la République Dominicaine, est la seule source importante d’eau douce de surface et à proximité pour répondre à la demande actuelle et future de la municipalité de Pedernales, et au pro jet touristique tant attendu qui est proposé pour être construit à Cabo Rojo, dans la même province. Son principal affluent est la rivière Mulito, dont les eaux douces et cristallines - et la chaîne de petites cascades qui ornent son cours - en font une attraction touristique pour les baigneurs et les amou reux de la nature. De cette dernière rivière, l’eau est prélevée pour faire fonctionner une petite centrale hydroélectrique. La défor estation du bassin met en péril l’utilisation actuelle et future des deux fleuves.

Le lieu de naissance de la rivière Mulito n’est pas défini, mais il est probable qu’il se trouve à proximité de loma La Mani gua, Sierra de Bahoruco, une chaîne de montagnes qui s’étend entre Haïti et la Ré publique Dominicaine. La grande majorité des autres affluents sont temporaires et ne s’écoulent qu’en période de pluie. Comme dans d’autres régions, au confluent des riv ières susmentionnées, il y a une grande dé forestation du côté haïtien.

Une partie de l’eau de la rivière Mulito est utilisée pour faire fonctionner une centrale micro hydroélectrique d’une puissance in stallée de 68 kilowatts.Elle a été inauguré en 2017, avec l’intention de bénéficier à 314 familles dans les communautés de Mencía et Altagracia, dans cette importante région. En 1979, les gouvernements de la Répub lique Dominicaine et d’Haïti ont inauguré un barrage dérivé de la rivière Pedernales, construit au coût de 214 368,00 RD$, qui fournit 0,25 mètre cube par seconde du

débit dérivé pour chaque pays. Dans le cas dominicain, l’eau est utilisée pour aliment er l’aqueduc qui dessert une partie de la municipalité de Pedernales et pour irriguer environ 14 600 tareas (918 hectares), sur un terrain situé près du kilomètre 4 à l’est de la ville de Pedernales.

Une partie de 66,47 kilomètres carrés du parc national de la Sierra de Bahoruco est située dans le bassin supérieur de la rivière Pedernales et de ses drainages. Mais il y a une section transversale de 16 kilomètres carrés de ce parc qui comprend de plus en plus d’activités agricoles, y compris l’étab lissement croissant de plantations d’av ocats. Cette situation met en danger les parcelles de forêt nuageuse du parc et les principales sources d’eau de la rivière. La déforestation menace également la flore et la faune précieuses du parc de la Sierra de Bahoruco, habitat d’espèces endémiques et d’oiseaux migrateurs, qui attirent à la fois les scientifiques et les touristes nationaux et étrangers.

L’embouchure de la rivière Pedernales dans la mer des Caraïbes s’est détériorée en raison de la disparition progressive de la forêt riveraine. Il est également affecté par l’extraction du sable et l’écoulement précaire de l’eau, qui n’est soulagé qu’en période de pluie.

2. BASSIN DE LA RIVIÈRE ARTIBONITE

Avec une superficie de 9 007 kilomètres carrés, ce bassin contient le plus grand sys tème fluvial des Antilles. Environ 29% de son territoire correspond à la République Dominicaine et 71% à Haïti. L’Artibonite est le plus long fleuve de l’île, avec 321 ki lomètres situés en Haïti et 191 en Répub lique Dominicaine. Ses origines se situent entre les collines Puerto de Copey, à 1 323 mètres d’altitude, et La Sierrecita, à environ 1 525 mètres d’altitude. Il est situé à environ cinq kilomètres au nord-est de Loma Nal ga de Maco, à Río Limpio, en République Dominicaine. Il se jette dans le golfe des Gonaïves, en Haïti. La gamme du débit de la rivière, jaugé à Pedro Santana, province d’Elías Piña, dans le sud-ouest du pays, est de 5 à 16,90 mètres cubes par seconde, sel on la saison de l’année.

Sur le territoire dominicain, la rivière Arti bonite est utilisée dans la prise d’eau des maisons, dans l’irrigation de certaines pro priétés près de ses rives et dans des baig nades tels que ceux de la Restauration, où

la rivière a des eaux cristallines et un grand débit. Le projet hydroélectrique Artibonite est en cours de développement.

Dans la continuité de la région du sud-ouest de la République Dominicaine, les princi paux sous-bassins collecteurs d’eau sont ceux des rivières Macasías et Joca, avec d’importantes contributions de la rivière To cino. Le premier est le plus utilisé, avec 40,7 kilomètres de canaux et des débits totaux de 2,80 mètres cubes par seconde et irri guant environ 23 700 tareas (1 490 hectares) dans les canaux d’irrigation. Dans la rivière Yacahueque, district de Carrera de Yegua et à Palma Sola, à Arroyo Seco, également dans le sud-ouest, il y a deux barrages qui stockent l’eau pour l’irrigation.

Dans la zone de naissance de l’Artibonite, les précipitations annuelles se situent entre 1 800 et 2 000 millimètres, avec la présence de forêts de nuages, très dégradées en rai son des activités agricoles menées dans les deux pays frontaliers. Le ruisseau El Café et les rivières Maniel et Vallecito se distinguent comme affluents dans le bassin supérieur.

Le sous-bassin de la rivière Joca, avec 285 kilomètres carrés, est le plus petit des deux. Cette rivière naît entre les collines Viajador, de la chaîne de montagnes Centrale, à 1 919 mètres d’altitude, et la Monte de Joca, à 1 807 mètres d’altitude. À l’exception d’une forêt de nuages dans cette zone de naissance, d’autres parties supérieures du bassin sont très déboisées. D’autres terres, avec un peu de couvert forestier, sont situés au milieu de ce sous-bassin, plus précisé ment au nord-ouest de la ville de Pedro Santana, située entre les petites villes de Los Cercadillos et El Hato. Ce sont des en droits facilement accessibles, susceptibles de recevoir l’impact des êtres humains. Près d’eux, dans le Hoyo de Joca, il est prévu de construire un barrage.

Le deuxième sous-bassin est celui de la rivière Macasías, avec environ 1 542 ki lomètres carrés, couvrant 59% de la superfi cie dominicaine. Il est probable que son lieu de naissance se trouve dans une zone de marécages et de drains près de la lagune de Guardarraya, située au-dessus du canal déjà visible à la jonction de la route qui va de Las Matas de Farfán à El Cercado, dans le sudouest du pays. Il est important de savoir que le plus grand débit d’eau de la rivière Ma casías provient de la rivière Caña, qui naît à Hondo Valle, une municipalité près de la frontière avec Haïti. Il reçoit le ruissellement

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de 40 drains de premier ordre qui s’écou lent de la Sierra de Neiba. Les deux rivières convergent près de la communauté de Los Jobos, sur le chemin de Bánica. Du nord, la rivière Macasías est alimentée par plusieurs ruisseaux et rivières, tels que le Yabonico et le Yacahueque, qui sont utilisés pour irriguer des terres agricoles de bonne qualité. Sur la dernière rivière, le barrage du même nom a été construit, pour un coût de 18 millions de dollars dans le district de Carrera de Yegua. L’objectif était d’irriguer 40 000 tareas (2 516 hectares) de la région. Il a ouvert ses portes en 2019, mais n’est pas équipé pour produire de l’énergie hydroélectrique. Un autre bar rage mineur est celui de Palma Sola, réhabil ité en 2016 et construit sur le ruisseau Seco, dans le but d’irriguer 38 000 tareas (2 390 hectares).

La rivière Macasías, après avoir été utilisée dans le canal d’irrigation du même nom, converge avec la rivière Artibonite à Las Dos Bocas, parfois avec un débit très diminué.

D’autres apports d’eau importants à la riv ière Artibonite sont ceux de la rivière Toci no, dans la partie centrale du bassin, et ceux de la rivière Libón, dans le bassin supérieur. Bien que ce dernier soit né en Haïti, son débit principal provient d’une douzaine de ruisseaux pérennes et des ressources en eau des rivières Neita et Gurabo, tous en territoire dominicain. À la place El Corozo, sur une plaine à l’ouest de la colline Pan de Azúcar, commence un tronçon de 25 ki lomètres qui sert comme une limite interna tionale au pont près des communautés de Tilorí, du côté haïtien, et Villa Anacaona. Dans le centre d’Haïti, la rivière Artibonite a été endiguée en 1957 pour construire le barrage de Peligre. Maintenant, c’est inutile. Il s’est tellement installé que le réservoir est utilisé comme terre de plantation. Dans la région de Pedro Santana, Bánica et d’autres endroits plus limitrophes, le traînage des sédiments est notoire.

L’exécution de projets avec des rivières frontalières nécessite l’accord des deux pays. Pour cette raison, de nombreuses ini tiatives ont été freinées par des problèmes politiques, techniques, écologiques et économiques. L’Artibonite a été considéré comme la seule source fluviale majeure qui peut fournir des volumes considérables d’eau pour Haïti, à des fins multiples. Une bonne gestion des ressources forestières et

en eau qui alimentent ce fleuve profite à la République Dominicaine, mais est essenti elle à la vie des habitants d’Haïti.

3. BASSIN DE LA RIVIÈRE MASSACRE OU DAJABÓN

La superficie de ce bassin est de 723 ki lomètres carrés, soit environ 51% en terri toire dominicain et 49% en territoire haïtien, respectivement. Mais l’approvisionnement en eau du côté haïtien est limité par la dé forestation et l’utilisation inappropriée des terres accidentées dans l’agriculture et le pâturage intensif. Le lit de la rivière Masa cre, ou Dajabón, est long de 47 kilomètres, dont environ 12 kilomètres marquent la frontière dominicaine-haïtienne. Elle naît dans la Loma Pico de Gallo, près de Loma de Cabrera, province de Dajabón, au nordest de la frontière, et se jette dans la baie de Manzanillo, dans l’océan Atlantique, prov ince de Montecristi. Le débit historique mensuel moyen (mesuré à San Miguel) est de 3,68 mètres cubes par seconde.

Un réseau de 57 kilomètres de canaux d’ir rigation dépend de ce fleuve, avec la ca pacité de conduire un total de neuf mètres cubes par seconde et d’irriguer environ 58 274 tareas (3 665 hectares). La rivière Masa cre fournit 0,1 mètre cube par seconde pour l’aqueduc de Dajabón, une ville frontalière, et alimente la lagune de Saladilla et baigne avec des eaux enrichies de la mangrove la zone de son estuaire, actuellement en bon état et avec une grande population de cra bes. Dans le bassin se trouve le barrage de La Piña, construit dans le secteur de Los Miches, d’un coût de 269 millions de pe sos RD et inauguré en 2020. La capacité de stockage de son réservoir est d’un million de mètres cubes et est alimentée par les ruisseaux La Piña et Bimbín. Ses eaux ren forcent l’écoulement du canal Juan Calvo à des fins d’irrigation agricole. Aux premières heures du matin, de larges pans du barrage sont recouverts d’un épais brouillard, de sil houettes d’arbres tordus et d’un silence en gourdissant, seulement interrompu par des cris sporadiques de foulques.

Un autre barrage est Cabeza de Caballo, construite en 1988 dans la communauté de La Peñita, à 20 kilomètres au sud de la province de Dajabón. Son réservoir de 0,6 million de mètres cubes, est alimenté par le ruisseau Cabeza de Caballo, qui converge avec le massacre environ 170 mètres après le barrage. Il a été construit en 1988 dans le but de fournir de l’eau pour l’aqueduc et

l’irrigation agricole. Les problèmes struc turels et la déforestation de la zone la main tiennent hors service.

À Loma de Cabrera, municipalité de la province de Dajabón, se trouve le Salto del Masacre, un endroit qui attire de nombreux touristes et habitants. Il y a 32 affluents qui fournissent de l’eau à la rivière Masacre. La rivière Capotillo est la principale.

Du côté haïtien, les apports en eau du Mas sacre proviennent de la rivière Gens De Monte, qui coule avec la rivière Capotillo, également appelée Bernar, à la même fron tière, à environ 10 kilomètres au sud de la ville de Dajabón. Plus loin, la rivière Capo tillo alimente le débit du Massacre, près de la communauté Don Miguel. Ses principaux sous-bassins dans la partie supérieure sont celui de la rivière Manatee, avec environ 55 kilomètres carrés, et celui de la rivière Da jao, avec 23,74 kilomètres carrés. Dans le bassin moyen et inférieur se trouve la riv ière Guajabo, dont le sous-bassin à 209,67 kilomètres carrés.

Les aires protégées de ce bassin totalisent 38,42 kilomètres carrés, soit 10,47% du ter ritoire du bassin. Il s’agit des réserves for estières des rivières Chacuey et Cayuco, du refuge faunique Laguna Saladilla, qui a la proportion la plus élevée, et du Parc Na tionale d’Estero Balsa, avec seulement 0,01 kilomètre carré. Les forêts couvrent une su perficie de 121,31 kilomètres carrés, soit 36,66% du bassin. L’intégrité de la plupart d’entre eux fait l’objet d’un harcèlement constant.

4.

BASSIN DE LA RIVIÈRE NIZAÍTO

Avec une superficie de 173 kilomètres car rés, ce bassin est situé sur le versant oriental de la Sierra de Bahoruco, province de Bara hona. La rivière Nizaíto est longue de 26 ki lomètres, a une pente moyenne et un débit historique mensuel moyen de 3,32 mètres cubes par seconde, mesuré à Villa Nizao.

Elle est née à Loma Las Cuevas, situé à 1 300 mètres d’altitude, au nord des villages de Polo et Las Auyamas ; elle se jette dans la mer des Caraïbes. Son principal affluent est le ruisseau Las Auyamas.

La rivière Nizaíto est remarquable pour son débit et ses eaux cristallines. Non seulement elle alimente l’aqueduc de la municipalité de Paraíso, mais de celui-ci 1,5 mètre cube par seconde sont extraits pour irriguer 50 832 tareas (3 197 hectares) dans la munic ipalité assoiffée d’Oviedo, à 52 kilomètres.

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La conduction de l’eau se fait par des canaux de ciment, parfois encastrés dans la terre ou par des canaux de pont (flumens) pour relier les dépressions du sol. Ce sont des œuvres d’ingénierie qui méritent des éloges.

La rivière Nizaíto passe derrière le célèbre complexe écotouristique Rancho Platón et est utilisée par ses hôtes pour des baig nades en tubes de caoutchouc (chambre à air des pneus).

Dans le sous-bassin, deux rivières courtes se distinguent comme affluents principaux : la rivière Cortico, qui naît dans la Loma Los Lirios, à 1 236 mètres d’altitude, et la rivière Sito, dont les origines sont proches de la Loma Charco Prieto, à 1 351 mètres d’alti tude. Ce dernier rejoint le Nizaíto près du village de Paraíso, située dans la province de Barahona, dans le sud-ouest du pays.

En raison des caractéristiques géologiques de la région, la plupart des drainages situés dans la partie supérieure de la vallée intra montagnarde de Polo ne sont pas continus ; ils plongent dans les proximités de la vallée.

Les dernières statistiques font état d’une couverture arboricole de 82,23 kilomètres carrés dans le bassin, principalement des plantations de café ombragées. Cepen dant, le lieu de naissance de la rivière Nizaí to est dédié à l’agriculture et il est fortement déboisé.

Environ 10 kilomètres carrés du territoire du bassin sont sous protection juridique. Une partie du Monument Naturel Padre Domin go Fuerte, avec 6,7 kilomètres carrés, est la principale zone protégée. Le reste sont les routes panoramiques de Cabral à Polo et le Mirador de Paraíso.

On parle de la possibilité de construire un barrage sur cette rivière pour apporter de l’eau aux environs de Pedernales, dans le sud-ouest profond, pour compléter la de mande actuelle et future.

5. BASSIN DE LA RIVIÈRE BAHORUCO

La superficie de ce bassin est de 60 ki lomètres carrés, situé dans la province de Barahona. La rivière Bahoruco ne mesure que 10 kilomètres de long et a un débit ap proximatif de 1,5 mètre cube par seconde (estimation de l’auteur). Ses origines sont dans le lieu appelé La Última Razón, à 1 603 mètres au-dessus du niveau de la mer, et il se jette dans la mer des Caraïbes, à une courte distance de son voisin Nizaíto. Son principal bassin de collecte d’eau est celui

du ruisseau Brazo Seco.

Le lit de la rivière Bahoruco est une chaîne de baignades naturels, parmi lesquels Los Morones, Felicidad et, surtout, La Plaza se distinguent. Tous sont d’eaux cristallines, et dans plusieurs sections les couleurs bleues et turquoise se démarquent. Les visites guidées sont gérées par la Coopérative pour le développement de La Ciénaga (COOPEDECI), composée de 64 femmes et huit hommes.

La zone de source de la rivière Bahoruco, dans la province de Barahona, est renforcée par plus d’une douzaine de ruisseaux et de ravins qui proviennent de collines adja centes, parmi lesquels se distinguent : Loma Pie de Palo, Guacho et Loma Remigio, à 1 532, 1 287 et 1 220 mètres d’altitude, re spectivement. En eux, il y a l’une des meil leures populations de forêt de palmiers manaclas dans le pays, et la plus importante dans la Sierra de Bahoruco.

Dans le sous-bassin du ruisseau Brazo Seco, ses principaux affluents proviennent de la Loma Pie de Palo, avec des eaux qui, dans le bassin moyen et inférieur, sont souter raines la plupart du temps. Un autre afflu ent important est le ruisseau Infierno, avec ses principales contributions aquifères qui proviennent du Loma Remigio, à 1 100 mètres d’altitude. Dans toutes ces collin es, il y a encore de bonnes couvertures de forêts nuageuses.

Le lit de la rivière Bahoruco coule dans un canyon flanqué de hautes montagnes, avec de grandes pierres principalement calcaires et une végétation arborescente adéquate.

Les flaques d’eau sont nombreuses, es timées par certains habitants à plus de vingtcinq ; les petites et moyennes cascades sont également abondantes. En période de sécheresse prolongée, la rivière disparaît dans un tronçon d’environ 2,5 kilomètres, et dans la zone où elle est submergée, une fuite d’eau se fait entendre, peut-être en raison des cavernes qui existent dans toute la région. La couverture végétale du bassin est principalement arboricole, y compris les plantations de café ombragées. Les princi pales activités agricoles sont quelque peu limitées par les pentes abruptes et la nature calcaire de la terre. Cependant, ces derniers temps, la plantation de taro, de banane et d’autres articles a augmenté, ce qui suscite des inquiétudes.

Une partie de l’itinéraire vers la baignade

La Plaza peut être effectuée en véhicule 4x4 ou en SUV, puis marcher entre les collines et les traversées de rivières pendant environ une heure et demie. COOPEDECI organise également des visites des planchers de sen tiers de la colline, dont certains atteignent le village d’El Cachote, où se trouvent d’au tres attractions.

En plus de pouvoir camper dans certains endroits de la rivière et des centiers, dans les environs, il existe d’autres alternatives d’hébergement, notamment le célèbre complexe touristique Casa Bonita.

6. BASSIN DE LA RIVIÈRE YAQUE DEL SUR

En raison de sa taille, c’est le troisième bas sin hydrographique du pays, avec environ 4 992,8 kilomètres carrés, soit l’équivalent de 10,36% de la superficie de la République Dominicaine. Il couvre une partie des prov inces de La Vega, San José de Ocoa, San Juan, Azua, Barahona et Bahoruco. La riv ière principale, la Yaque del Sur, est longue de 200 kilomètres et a un débit historique mensuel moyen de 45,31 mètres cubes par seconde, jaugé à Villarpando. Le versant sud de la Loma La Rucilla est considéré com ment son lieu de naissance, à 3 038 mètres d’altitude (un seul de ses ruisseaux prend sa source dans la Loma Pico del Yaque). Il se jette dans la mer, près de l’aéroport María Montés, à Barahona.

Bien que dans différentes rivières, ce bassin compte sept centrales hydroélectriques qui génèrent environ 213,6 gigawattheures par an, pour une valeur approximative de 20 millions de dollars américains (à l’exception de la puissance firme). Ce sont : El Salto de Constanza, Palomino, Sabana Yegua, Ma gueyal, Los Toros, Sabaneta, Domingo Ro dríguez et, en construction, Monte Grande. La rivière Yaque del Sur alimente des canaux d’irrigation de grande importance, y compris l’imposant canal d’Ysura, qui non seulement irrigue environ 250 000 tareas (15 723 hect ares) de terres situées dans des zones arides et quelques marais salants, mais alimente également plusieurs aqueducs et est utilisé deux fois pour produire de l’électricité sans avoir besoin de réservoirs. D’autres rivières du bassin fournissent de l’eau pour les aq ueducs et l’irrigation agricole.

Les principaux affluents de la Yaque del Sur sont les rivières San Juan, Mijo, Grande ou del Medio et Las Cuevas. Les baignades les plus spectaculaires se trouvent sur la rivière

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San Juan et la cascade principale est celle d’Aguas Blancas, à Constanza, qui attire de nombreux visiteurs.

Les eaux du bassin proviennent principale ment de la chaîne de montagnes Centrale et de trois chaînes de montagnes : Baho ruco, Neiba et Martín García. Les données de 2012 indiquent un couvert forestier ap proximatif de 52% de son territoire, com posé principalement de forêt sèche. Dans ce bassin, il y a des portions de 12 aires protégées, totalisant 2 061,45 kilomètres carrés (41,28% de son territoire) : principale ment les parcs nationaux José del Carmen Ramírez et Valle Nuevo, avec respective ment 749 et 450 kilomètres carrés. Cepen dant, le bétail et les cultures à flanc de colline sont présents dans toutes les zones légalement protégées, avec des impacts négatifs pour les principaux affluents de la Yaque del Sur.

Le premier développement à grande échelle dans le bassin supérieur de Yaque del Sur est le barrage de Palomino, constru it pour un coût de 400 millions de dollars et inauguré en 2012. Il est situé au confluent avec la rivière Blanco, dans la municipalité frontalière de Bohechío, province de San Juan de la Maguana. La surface du réservoir est de 220 000 mètres carrés et peut stocker jusqu’à 3,3 millions de mètres cubes. De là, l’eau est conduite à la centrale, où se trou vent les turbines et les générateurs, à tra vers un tunnel de 13,5 kilomètres de long et cinq mètres de diamètre, avec une chute brute de 360 mètres. Sa capacité de pro duction hydroélectrique installée est de 80 mégawatts ; la production d’électricité en 2020 était de 117 gigawattheures.

Sur les quatre sous-bassins qui recueillent l’eau du Yaque del Sur, deux se trouvent sur son côté ouest : ceux des rivières San Juan et Mijo, qui convergent avant de rejoindre le Yaque. Les deux autres sont situés à l’est : ceux des rivières Las Cuevas et Grande, ou Del Medio. La rivière San Juan, considérée comme le principal affluent de la Yaque del Sur, naît dans la Loma La Viuda, à 2 801 mètres d’altitude, qualifiée de zone la mieux préservée du parc national José del Carmen Ramírez. Dans son cours supérieur, la rivière San Juan présente des eaux cristallines et un écoulement vigoureux, avec une chaîne spectaculaire de baignades qui se faufilent entre des roches grises et des flaques d’eau de différentes profondeurs. La route qui atteint son confluent, à travers le ruisseau Los Higuitos, facilite l’accès pour profiter

de ces beautés. Avec un débit moyen de 8,13 mètres cubes par seconde, la rivière déverse ses eaux dans le barrage de Sa baneta, dans la province de San Juan de la Maguana, construit pour un coût de 36 mil lions de dollars à des fins multiples. Il a été inauguré en 1981. Il y a quelques années, le volume utile de stockage d’eau dans le rés ervoir était de 58 millions de mètres cubes, mais les plus de 23 millions de mètres cubes de sédiments dans ce réservoir ont diminué ce volume, un reflet clair de la déforesta tion du bassin. Depuis le réservoir, l’eau est acheminée vers la centrale électrique par un tunnel et un tuyau sous pression avec une chute nette de 65 mètres. La puissance in stallée est de 6,4 mégawatts ; la production hydroélectrique en 2020 était de 18 giga wattheures. Les eaux turbinées, et celles des décharges, retombent dans le cours de la rivière San Juan. À environ 500 mètres, 6,5 mètres cubes par seconde d’eau sont dérivés pour le canal José Joaquín Puello, qui irrigue environ 300 000 tareas (18 867 hectares). Par une conception ingénieuse qui sera répétée ailleurs, l’eau du canal est utilisée pour faire fonctionner la centrale hydroélectrique de Domingo Rodríguez, inaugurée en 2004 et dont la puissance in stallée est de 3,6 mégawatts. La production d’énergie en 2020 était de 0,019 gigawat theure. L’opération consiste à dériver l’eau du canal vers la prise d’eau, puis à la con duire dans une chambre de recharge (un petit réservoir de ciment à ciel ouvert) et à la transporter vers la centrale électrique par un tube métallique de pression. Après avoir generée de l’électricité, il retourne dans les canaux d’irrigation.

Après avoir traversé la zone urbaine de la municipalité de San Juan de la Maguana, la rivière San Juan reçoit l’eau produite dans la Sierra de Neyba par la rivière Los Baos. Plus loin, à moins d’un kilomètre, se trouve la riv ière Mijo. Ce dernier naît dans la Loma de La Medianía, à 2 700 mètres d’altitude, où plusieurs affluents principaux de la rivière Macutico surgissent également, à moins de cinq kilomètres à l’est de la Loma La Viuda. Regardons la rivière Las Cuevas, un autre des principaux affluents de la Yaque del Sur. Cette rivière naît dans la Loma Tete ro de Mejía, dans la province de San José de Ocoa, à 2 330 mètres d’altitude. En traversant la communauté de Guayabal, à Padre Las Casas, elle reçoit l’eau du puis sant ruisseau Guayabal et continue à travers un large canyon des montagnes, capturant

l’eau de plusieurs ruisseaux.

L’autre affluent important de la Yaque del Sur est le Rio Grande ou Del Medio, ain si appelé parce qu’elle est au milieu de la première et de la rivière Las Cuevas. Elle est né à La Loma El Macho, à 2 330 mètres d’altitude, dans le parc Juan Bautista Pérez Rancier (Valle Nuevo). L’accumulation de ses eaux, avant le bord d’un relief abrupt, pro duit la cascade d’Aguas Blancas, à Constan za, dont la hauteur de 83 mètres et les eaux frais ou froides, le placent comme l’un des endroits les plus visités de la région. Sur son chemin à travers Constanza cette rivièreavec un débit précaire d’un mètre cube par seconde - fournit de l’eau pour l’aqueduc de la municipalité susmentionnée, ainsi que pour l’irrigation agricole. Dans le secteur El Chorro, elle alimente la mini-centrale hy droélectrique El Salto, d’une puissance in stallée de 0,66 mégawatt, qui a produit en 2020 1,6 gigawattheure.

Les canaux des trois principaux affluents du bassin de yaque, les rivières Las Cue vas, Grande o del Medio et Yaque del Sur, coulent dans une direction est-ouest la première, et nord-sud le reste. Ils conver gent dans le drainage naturel qui a été util isé pour les rejoindre dans le réservoir du barrage de Sabana Yegua. Avec une nou veauté : les eaux du Yaque déjà tourbées dans le barrage de Palomino sont déversées dans le lit du Rio Grande ou del Medio. Par conséquent, le Yaque del Sur pénètre dans le barrage avec un débit diminué.

Le barrage de Sabana Yegua a été inauguré en 1980. Le coût de construction était de 80 millions de dollars américains. Le volume utile du réservoir est de 334,7 millions de mètres cubes. La centrale est au pied du barrage, et l’eau y atteint par un tunnel avec une chute de 63 mètres. La capacité installée est de 13 mégawatts et la produc tion d’énergie en 2020 était de 42,5 giga wattheures.

Dès lors, la Yaque del Sur, enrichie par les affluents susmentionnés, prend son nom et glisse entre champs de banane plantain, légume et autres. Lorsque vous atteignez le secteur de Villarpando, elle converge avec la rivière San Juan, qui vient de l’ouest. À cette jonction, il y a une digue rideau. La majeure partie de l’eau suit son cours nor mal et environ 12 mètres cubes par seconde sont dérivés pour démarrer le canal Ysura, conçu pour un débit de 25 mètres cubes par seconde. À une courte distance, envi

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ron deux mètres cubes par seconde sont détournés vers une chambre de charge ment puis, avec une chute de 65 mètres, ils vont à la centrale hydroélectrique de Magueyal. Elle a été construite en 2008, au coût de 13,7 millions de dollars américains. Sa capacité installée est de 3,2 mégawatts et sa production d’énergie historique est de 11 gigawattheures.

Les eaux turbinées de Magueyal sont resti tuées au Yaque. Là, elles rejoignent ceux de ce dernier, après avoir traversé le rideau de Hato Nuevo, et courent vers le sud, donc maintenant il y a deux Yaques : ce dernier et celui qui traverse le canal d’Ysura. Dans le lieu appelé Oreganito, à 20 kilomètres d’Azua, une partie des eaux de ce canal sont à nouveau turbinées dans la centrale hydroélectrique de Los Toros. Elle a été construit en 2000, pour un coût de 317 mil lions de pesos RD, plus 12 millions de pesos RD de contrepartie de l’État dominicain. La puissance installée est de 9,7 mégawatts. En 2020, elle a produit 23,4 gigawattheures d’énergie. Les eaux de la turbine rejoignent celles de la rivière Tábara.

Le lit du Yaque serpente à travers le sud as soiffé, bénéficiant aux habitants et aux pro ducteurs de Los Güiros et d’autres endroits situés près de ses rives. À Monte Grande, le barrage du même nom est en cours de construction. Son coût initial de 249 millions de dollars continue d’augmenter, en raison de changements dans la conception et les prix des matériaux. Ces travaux devraient fournir de l’eau pour les aqueducs de Bara hona et irriguer quelque 300 000 tareas (18 868 hectares). Sa puissance installée sera de 18 mégawatts.

Plus bas du site du barrage susmention né, les eaux du Yaque del Sur, à l’aide de canaux, continuent d’irriguer les cultures de bananes plantain, de légumes et de fruits à Quita Coraza, Fondo Negro, Tamayo, Vi cente Noble, Uvilla, Jaquimeyes et d’autres villes. Malheureusement, les inondations de la rivière endommagent les cultures et les propriétés ; on s’attend à ce que le barrage les amortisse.

Une fonction écologique importante de la rivière Yaque del Sur se produit entre elle et la proximité de la lagune de Cabral ou Rincón, à la fois communiquée par le canal Mena et, dans une moindre mesure, par le canal Trujillo, actuellement obstrué par des sédiments terrestres et des déchets. Le lagon est un refuge faunique, habitat de

la seule tortue endémique - la jicotea du sud Trachemys decorata - déjà placée sur la liste des espèces menacées. De plus, les canards, ibis et autres oiseaux abondent. Le réservoir d’eau est également utilisé dans la production et la capture de poissons, ainsi que dans les promenades récréatives. Et ce n’est pas tout : à l’époque où le réservoir était saturé, il déversait de l’eau dans le lac Enriquillo. Cependant, aujourd’hui, il y a des problèmes : la surface et l’écoulement de l’eau dans la lagune sont tombés à des niveaux critiques en raison de la sédimenta tion de la rivière, des constructions routières et d’autres causes.

À proximité de la lagune de Cabral ou Rin con, le lit de la Yaque del Sur prend un vi rage brusque vers l’ouest et se jette dans la baie de Neyba, non loin de l’aéroport María Montez, à Barahona.

7. BASSIN DE LA RIVIÈRE TÁBARA

Ce bassin à 414,31 kilomètres carrés, avec plus de 90% de son territoire dans la prov ince d’Azua et le reste dans celui de Baraho na. La rivière est d’environ 93 kilomètres de long, et a un débit mensuel moyen de 0,80 mètres cubes par seconde. Sa source se trouve dans les environs de Los Calimetes et Los Naranjitos, dans la province d’Azua, et dans la chaîne de montagnes Centrale, à une altitude de 1 400 mètres au-dessus du niveau de la mer. Actuellement, ces zones sont dédiées à la culture du café et d’autres produits agricoles.

Le principal affluent de la rivière Tábara est le ruisseau Biafara, qui prend sa source en tre les collines du Firme Manuel Chiquito, à 700, et El Salte, à 777 mètres au-dessus du niveau de la mer, respectivement. D’autres drainages importants sont le canyon Higo Grande et le ruisseau Pondequiera, tous situés dans la zone de précipitations max imales du bassin, qui s’accumulent 1 000 millimètres par an.

De la Sierra Martín García émergent une douzaine de ruisseaux et de ravins. La plupart ont des débits temporaires en rai son des caractéristiques géologiques de cette chaîne de montagnes et des faibles précipitations qui varient entre 800 et 1 000 millimètres. Dans tout le bassin inférieur, et dans plus de 60% du territoire, les précipi tations atteignent à peine 600 millimètres. Plusieurs drains rejoignent le ruisseau Las Lajas dans le bassin inférieur de la rivière Tábara.

Le couvert forestier est d’environ 235,49 kilomètres carrés, soit 56,84% de la super ficie du bassin, composée principalement de forêt sèche. En outre, il y a aussi des portions de café ombragées dans le bassin supérieur et des mangroves dans le bassin inférieur. Le bassin a le privilège d’avoir des portions de cinq aires protégées totalisant 324,24 kilomètres carrés, soit 78,26% de son territoire. Il s’agit des parcs nationaux d’Anacaona et de sierra Martín García ; les réserves forestières de Barrero et de Loma, et le refuge faunique Manglares de Puerto Viejo. Récemment, la réserve privée Siem bra de Agua, de la Fondation Sur Futuro, de 1,5 kilomètre carré, a été ajoutée, dans laquelle la rivière Tábara converge avec le canyon Higo Grande.

La rivière fournit de l’eau pour l’aqueduc de Tábara et pour l’irrigation des terres ag ricoles de la région. Près de la municipalité d’Azua, sa contribution est d’une extrême importance, en raison de l’aridité de l’en vironnement. L’eau déjà turbine dans la centrale hydroélectrique de Los Toros, qui provient de l’une des branches du canal d’Ysura, alimente le flux de la Tábara.

Le bassin inférieur de la rivière Tábara est très large. Sans délimitation visible, il rejoint celui des rivières La Auyama et Jura, à l’est, où l’une des branches de la Tábara, avec les deux autres, se jette dans la magnifique baie du Jura et contribue à la productivité de la pêche de la région. Du côté ouest, une autre des branches va dans les vastes zones humides de Puerto Viejo.

8. BASSIN DE LA RIVIÈRE YAQUE DEL NORTE

Ce bassin, situé dans la chaîne de mon tagnes Centrale du pays, a 7 050 kilomètres carrés et couvre des parties des provinces de La Vega, Santiago, Valverde, Santiago Rodríguez, Dajabón et Montecristi, avec des régimes pluvieux allant de pluvieux dans la partie supérieure du bassin à semiaride et aride dans la partie inférieure. La rivière Yaque del Norte est longue de 295 kilomètres, la plus grande du pays, avec un débit historique mensuel moyen de 39,88 mètres cube par seconde (jaugé à Las Char cas). Pendant longtemps, le Pico del Yaque, dans la chaîne de montagnes Centrale, a été identifié comme son lieu de naissance, mais dans les feuilles topographiques offi cielles, le nom de la rivière Yaque n’apparaît qu’après la confluence des rivières Los Gua nos et Los Tablones, toutes deux situées

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dans le parc national Armando Bermúdez, qui seraient ses précurseurs. La rivière se jette dans la baie de Manzanillo, dans la province de Montecristi, à l’extrême nordouest du pays.

Dans le bassin, il y a neuf barrages hy droélectriques et d’irrigation : Jimenoa, Baiguaque, Tavera-Bao, López-Angostura, Brazo Derecho, Monción, Contraembalse de Monción et La Maguaca, qui génèrent environ 470 gigawattheures. C’est la princi pale source d’eau pour les aqueducs de la région connue sous le nom de Ligne NordOuest du pays, ainsi que pour les provinces de Santiago et la ville de Moca. Il alimente de grands canaux qui irriguent environ 1 100 000 tareas (70 000 hectares) et profitent à environ 15 000 producteurs dans des cul tures de grande valeur économique. Dans ses parties supérieures, il a d’excellents baignades. Cependant, la rivière est af fectée par la pollution, en raison de son pas sage à travers des endroits peuplés et par la déforestation à la source de beaucoup de ses affluents. La demande en eau dans le bassin se rapproche de l’offre disponible. Dans les limites de ce bassin hydrographique, 26 aires protégées se distinguent, occupant un total de 2 340,64 kilomètres carrés, soit 33,96% de son territoire. Parmi eux se trou vent des parties des parcs nationaux Valle Nuevo et Armando Bermúdez, avec 21,7 et 74 kilomètres carrés, respectivement. Aussi des réserves scientifiques Ébano Verde et Las Neblinas, des monuments naturels Di ego de Ocampo et La Tinaja, et d’autres. Tous ces derniers dans des proportions plus faibles que les parcs nationaux.

La rivière Yaque del Norte et ses principaux affluents apportent de grands avantages à son itinéraire. Sa beauté et sa biodiversité sont maximisées dans son cours par le parc national Armando Bermúdez. La rivière Los Tablones, qui apporte déjà les eaux de la rivière Arraiján, converge avec la Yaque dans le lieu appelé La Boca de los Ríos, à Mana bao, où est créé une baignade qui attire de nombreux visiteurs. La clarté de l’eau du Ya que, de Manabao à au-delà de La Guázara, invite le visiteur à s’immerger dans les bains permanents ou temporaires qui se forment en fonction de l’intensité des courants. Ce dernier, et les reliefs inégaux de son canal, sont utilisés pour le rafting et les prome nades en bateau, qui commencent à Los Calabazos et La Guázara. De Manabao, les contributions les plus importantes au débit du Yaque ont été celles de la rivière Los Da

jaos et du vigoureux ruisseau El Cercado, près de La Guázara. En traversant le secteur de La Piña, il trouve une grande dépression qui devient un bain en eau profonde. Ainsi, il atteint la célèbre confluence avec la rivière Jimenoa, son principal affluent, pour créer une station balnéaire qui a été le plaisir de nombreuses générations.

La Jimenoa est responsable de la collecte de toutes les eaux des rivières, des ruis seaux et des ravins de l’extrémité orientale du bassin. Il a deux cascades qui attirent de nombreux visiteurs en raison de leurs baig nades et paysages environnants. Le pre mier saut est situé à huit kilomètres de la route qui relie les villages de montagne de Jarabacoa et Constanza, en entrant par la gauche, où une partie des eaux de la rivière sont endiguées et conduit à une centrale hy droélectrique par un tunnel et un tuyau sous pression qui totalisent 1,7 kilomètre. Cette centrale hydroélectrique a été construite en 1954, pionnière dans le pays. Sa puissance installée est de 8,5 mégawatts et en 2020, elle a produit environ 42 mégawattheures.

La cascade la plus connue est sur la route qui mène aux secteurs de Sabaneta et Mata de Plátano. Elle a 30 mètres d’altitude. Le flux du saut a beaucoup diminué, mais il est toujours très visité.

Les rivières La Palma et Baiguate sont les principaux affluents de la Jimenoa. La Baig uate a un saut de 20 mètres de haut et est également très visité. Il est à 2,7 kilomètres sur un détour à droite de la route Jaraba coa-Constanza. La confluence de la rivière Baiguate avec la Jimenoa se trouve dans la section Sabaneta, où la première déverse beaucoup de déchets et provoque la tur bidité que la rivière Jimenoa montre pr esque toujours.

Sur son chemin vers le nord, à la place de Tavera, la Yaque reçoit l’eau de la rivière Guanajuma, dont le bassin est relativement bien reboisé. Cette rivière possède plu sieurs bains importants.

Avec un débit régulé de 17,1 mètres cubes par seconde, les eaux de la Yaque del Norte alimentent le barrage de Tavera, construit en 1973 à la place du même nom, à 35 ki lomètres au sud de la municipalité de San tiago de los Caballeros, la deuxième ville la plus importante du pays. Sa construction a été évaluée à 43,5 millions de dollars amér icains.

Avec ces travaux, le complexe Tave

ra-Bao-López-Angostura a commencé avec de multiples objectifs, tous ayant pour source la Yaque del Norte et la rivière Bao, son principal affluent. Le barrage de Bao, construit en 1981 pour un coût de 75,3 millions de dollars, provient de la rivière du même nom et pénètre dans le réservoir avec un débit approximatif de 18,9 mètres cubes par seconde. D’autres rivières telles que Jánico, Jagua, Baiguaque et Guana juma alimentent également ce barrage. La capacité du réservoir de Bao est de 244 mil lions de mètres cubes, dont quatre mètres cubes par seconde sont dérivés comme source principale de l’aqueduc de Cibao. Il est souligné que le réservoir de Bao a été relié à celui de Tavera par un canal en plein air de 1,5 kilomètre et fonctionne comme un seul réservoir, avec la capacité de stocker 417 millions de mètres cubes. En raison de cette conception, la salle des machines, - où se trouvent les turbines et les générateursn’est connectée qu’au réservoir de Tavera. Il le fait à travers un tunnel fermé de 4,25 kilomètres de long, 6,5 mètres de diamètre, une chute de 110 mètres et un débit de 100 mètres cubes par seconde. Cette centrale se trouve dans le secteur du Monte de la Zanja, municipalité de Sabana Iglesia, à plus de quatre kilomètres du barrage. La capac ité de production installée est de 100 méga watts. La production annuelle moyenne d’électricité au cours des dernières années a été de 170 gigawattheures par an. En raison de son accès facile et de l’exis tence de plusieurs restaurants adjacents au barrage de Tavera, c’est l’un des plus visités du pays. Dans son réservoir, les bateliers locaux organisent des promenades pour ceux qui sont intéressés et la pêche est pratiquée. Dans le canal qui relie les deux barrages, la planche à voile (windsurfing) est pratiquée et des compétitions de ce sport sont organisées.

Reprenons les commentaires sur la rivière Bao. Avec un bassin de 903 kilomètres car rés, c’est le plus grand affluent de la Yaque del Norte tout au long de son parcours. Il naît entre les collines de La Pelona, à 3 087 mètres d’altitude, et du Pico Barraco. Entre les deux collines, il y a une ferme d’environ six kilomètres qui sépare les parcs nationaux Armando Bermúdez et José del Carmen Ramírez, où il y a des ruisseaux et des can yons qui alimentent le Bao sur son versant nord et au sud des rivières Blanco, Macutico et La Tortilla, qui alimentent le Yaque del Sur. Avant la construction des barrages, le Bao

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rejoignait le Yaque dans la Boca de los Ríos, et au nord-ouest avec le contre-réservoir de López; maintenant, il le fait par le biais de réservoirs. Le bassin du Bao couvre une partie des villes de Juncalito, Jánico, Mata Grande et Las Placetas. Les principaux afflu ents du Bao sont les rivières Jánico, Jagua, Baiqueque et Guanajuma. On estime que le débit de la rivière Bao contribue à environ 30% du débit de la Yaque del Norte. La troisième œuvre du complexe est le con tre-réservoir de López, situé à quelques mètres de la centrale électrique de Tavera. Sa fonction est de stocker les eaux turbinées dans l’usine susmentionnée, envoyer par pompage 1,5 mètre cube par seconde à l’aqueduc de Cibao et une autre partie à Angostura, où il y a une centrale située à Las Charcas, à quatre kilomètres au nord. Le réservoir de López a une capacité totale de 4,4 millions de mètres cubes et l’eau est acheminée vers l’usine d’Angostura par un tunnel fermé de 3,9 mètres de long et 4,2 mètres de diamètre. La puissance installée est de 18 mégawatts. La production annu elle moyenne d’électricité de cette centrale a été de 88 gigawattheures.

A proximité et au sud du barrage de Tave ra, il y a une petite centrale hydroélectrique appelée Baiguaque, alimentée par la riv ière du même nom, un affluent de la rivière Jagua, une autre belle rivière qui crée des dizaines de bains de Juncalito au sud. La centrale hydroélectrique susmentionnée a commencé à fonctionner en 1995. Sa pro duction d’énergie en 2020 était de 0,86 gigawattheure. Après avoir été turbinées, les eaux pénètrent dans le barrage de Bao. L’eau de turbine d’Angostura est reversée dans le Yaque. Le lit de la rivière s’élargit à environ 100 mètres et crée le bain ap pelé Timberke, avec des eaux relativement claires. Un peu plus bas le canal se divise en créant un bel îlot. D’autres baignades en aval, tels que El Aguacate et Las Charcas, sont également appréciés.

La pollution de la rivière, reflétée dans la tur bidité de l’eau, augmente à mesure qu’elle traverse la ville de Santiago de los Caballe ros et ses banlieues. La pollution est causée par les maisons et les industries situées sur les rives de la rivière. La construction d’une avenue sans bâtiments, sur la rive orientale de la rivière, et le parc Mirador del Yaque bordent plusieurs kilomètres de son canal et ont réduit la possibilité d’une contamina tion supplémentaire. Dans le secteur appelé

La Otra Banda se trouve le travail de prise d’eau qui alimente le canal d’irrigation Ulis es Francisco Espaillat, avec un débit moyen de 18 mètres cubes par seconde, qui irri gue environ 390 000 tareas (24 000 hect ares). Plus au nord-ouest se trouve le canal Monsieur Bogaert, avec un débit moyen de cinq mètres cubes par seconde, qui irrigue environ 136 500 tareas (8 585 hectares). À la hauteur de la municipalité de Navarrete, située à l’extrême nord-ouest de cette prov ince, se trouve la centrale hydroélectrique Brazo Derecho, qui fonctionne avec l’eau du canal Ulises Francisco Espaillat. Sa capacité installée est de 2,8 mégawatts et sa produc tion d’énergie en 2020 était de 7,5 méga wattheures.

Les canaux susmentionnés, ainsi que ceux de Villa Vásquez, Fernando Valerio, Jicomé et d’autres, marquent la grande contribution des eaux de la Yaque del Norte et de ses af fluents, qui, bien que presque toujours trou bles, pénètrent dans différentes directions de zones arides, via leur canal naturel ou des canaux secondaires construits en plu sieurs étapes et irriguent les cultures d’avo cats, bananes, riz, légumes et autres, qui ne prospéreraient pas sans ce bien précieux.

Les sources d’eau qui naissent ou transi tent par les zones de La Sierra maintiennent en vie et renforcent le flux de la Yaque del Norte. Parmi eux se trouve la rivière Mao, avec un débit de 20,59 mètres cubes par seconde (jaugé à Bulla, Monción), qui est un autre protagoniste de ce bassin. Il naît dans les contreforts nord de la chaîne de montagnes Centrale, à 940 mètres au-des sus du niveau de la mer, et rejoint le Yaque del Norte près de la ville de Boca de Mao, province de Valverde, après avoir parcouru 105 kilomètres. Dans sa descente à travers Monción, province de Santiago Rodríguez, la rivière devient le réservoir du barrage de Monción, également alimenté par la riv ière Maguá. Le barrage a été inauguré en 2001 et construit pour un coût de 212,5 millions de dollars. Il fournit en moyenne trois mètres cubes d’eau pour l’aqueduc de la ligne nord-ouest, de l’eau d’irrigation pour environ 125 000 tareas, à travers les canaux Mao-Gurabo et Luis Bogaert, prin cipalement utilisés pour la culture du riz. En outre, il fournit en moyenne 140 giga wattheures par an et on pratique la pêche et la pisciculture en cage, le tourisme et le contrôle des inondations. Le réservoir à 11 kilomètres carrés et son volume utile est de 342,70 millions de mètres cubes d’eau. Il est

relié à la centrale par un tunnel fermé de 4,4 kilomètres. La puissance installée est de 52 mégawatts.

Après avoir été turbinés, les eaux sont déversées dans le contre-réservoir de Mon ción, dont la surface est de deux kilomètres carrés et son volume utile est de 5,63 mil lions de mètres cubes. L’eau est utilisée dans la production hydroélectrique et l’ir rigation agricole. La puissance installée est de 3,2 mégawatts. En 2020, la production d’électricité était de 11,4 gigawattheures. De là, les eaux sont retournées à la rivière Mao. Ce dernier est également très ap précié pour les beautés de ses baignades et pour permettre la navigation dans les tubes (chambre à air des pneumatiques), princi palement à Monción.

Un autre des affluents de la Yaque est la riv ière Ámina, dont le débit mensuel moyen est de 7,34 mètres cubes par seconde. Elle rejoint la première au nord-ouest de la mu nicipalité d’Ámina, avant la cañada de Hato Nuevo. En temps normal, c’est une belle rivière aux eaux propres, dont beaucoup de ses tronçons sont utilisés comme baig nades. Certaines sections de la rivière sont incluses dans parc nacional Picky Lora dans le but de préserver, entre autres valeurs, ses paysages et la forêt sèche de transition de la ligne nord-ouest du pays.

Il est étonnant d’observer comment le Ya que del Norte, dans son cours vers les zones sèches du nord-ouest, multiplie ses chemins serpentins et comment, à certains moments de l’année, il transporte plus d’eau dans les canaux d’irrigation primaires et secondaires que dans son cours naturel. Dans la munici palité de Guayubín, province de Montecris ti, il reçoit environ neuf mètres cube par sec onde des eaux de la rivière du même nom, très utile pour l’agriculture dans la région. Dans la province du nord-est de Santiago Rodríguez, Le barrage de Sabaneta, qui émerge de grande valeur, est actuellement en constructión sur celle-ci. Dans la région, il y a aussi les rivières Hinaje, Yaguajal et Caña. La première est le plus grand.

Plus à l’ouest se trouve la rivière Magua ca, qui rencontre la Yaque à environ deux kilomètres à l’ouest de Castañuelas. Ses origines sont à Los Masaquitos et ses eaux alimentent le réservoir de 15,6 millions de mètres cubes du barrage de Maguaca, construit à La Mata de Santa Cruz, dans la province de Dajabón, pour un coût de 1,8

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million de pesos RD dans les années qua tre-vingt. Le but principal de sa construction était d’irriguer 14 220 tareas (900 hectares) pour la culture de légumes et d’autres arti cles, et pour la pêche. Cependant, il a été difficile de maintenir le débit de la rivière et d’atteindre les objectifs, en raison des sécheresses prolongées et de la déforesta tion de ce sous-bassin, dont la plus grande couverture dans la partie supérieure est une forêt riveraine.

Le barrage de Chacuey, construit sur la riv ière du même nom dans les années qua tre-vingt, pour un coût de 1,87 million de pesos RD, se trouve dans le secteur El Car nero, près du barrage de Maguaca, à La Mata de Santa Cruz. Il appartient à un bas sin différent de celui-ci, mais il fait face à des problèmes similaires. Il a été construit dans le but d’irriguer 16 500 tareas foncières (1 050 hectares), mais son fonctionnement est très précaire en raison de problèmes de construction et d’un processus de défor estation élevé dans son bassin versant.

La rivière Yaque, qui a commencé avec l’énergie d’un jeune homme en bonne santé et vigoureux, prend ses derniers tours de guerrier sur les rives de Montecristi et aban donne ses eaux dans l’océan Atlantique. Nous savons que d’autres jeunes Yaques, avec la même origine et la même énergie, commencent un voyage similaire chaque seconde.

9. BASSIN DE LA RIVIÈRE BAJABONICO

Situé dans la province de Puerto Plata, sur la côte nord de la République Dominic aine, et avec une superficie de 679,37 ki lomètres carrés, ce bassin est le deuxième plus grand de la région hydrographique de l’Atlantique. La rivière est longue de 90 kilomètres et a un débit mensuel moyen de 5,05 mètres cubes par seconde (jaugé à El Estrecho). Ses eaux proviennent des confluences des ruisseaux Pescado Bobo, Los Higos et autres, situés à proximité des collines Alto de La Manacla, Cerro Alto de La Laguna et Loma de Santana, toutes avec des altitudes moyennes supérieures à mille mètres au-dessus du niveau de la mer. Parmi les principaux affluents du Bajabon ico se trouvent les rivières Unijica, Navas, Caonao, Guananico, Pérez et Grande, qui naissent entre 600 et 985 mètres d’altitude. Il y a quelques rivières telles que l’Unijica, à l’extrémité ouest, et d’autres comme la Grande, située au nord de la Loma Diego de Ocampo. La Bajabonico fournit 0,50

mètre cube d’eau par seconde, pour irrigu er environ 41 000 tareas (2 579 hectares) de terres agricoles. Elle se jette dans la baie Isabela, au milieu d’un grand estuaire avec beaucoup d’activité de pêche.

La zone à la source de la rivière Bajabonico est très peuplée, à laquelle on accède en véhicule et où prédominent l’élevage et la culture du cacao. Un autre affluent très im portant est la rivière La Esperanza, avec sa source entre les collines El Alto del Guazaral et Alto del Chicharon, à 947 et 971 mètres d’altitude, respectivement

Dans les sols du bassin, il y a un mélange de pâturages, de cultures annuelles, de café, de cacao et de forêts fractionnées. Le plus gros problème est que dans toutes les zones montagneuses d’où proviennent les rivières et les ruisseaux, la couverture des espèces vivaces est faible, bien qu’elle soit aidée en partie par les plantations de ca cao. Les plus grandes couvertures d’arbres sont présentes dans les bassins moyen et inférieur. Ils correspondent à des forêts de transition et, dans une moindre mesure, à des forêts sèches dans le bassin inférieur et à quelques endroits de forêts humides dans la partie supérieure de la chaîne de mon tagnes du Nord.

Dans la zone de l’embouchure, plusieurs zones humides fragmentées se forment, y compris la lagune Colé. Sur les rives de l’estuaire, les mangroves restent en bonne santé.

L’attraction touristique la plus remarquable de ce bassin est dans le monument naturel Saltos de La Damajagua, à Imbert, Puerto Plata. C’est une chaîne de 27 cascades de différentes hauteurs le long de la rivière Damajagua, avec des eaux fraiches et par fois turquoises, qui courent ou se reposent entre des canyons de roches calcaires. C’est un endroit pour profiter et préserver. Le monument naturel est géré par une associa tion communautaire de 37 membres fonda teurs. La visite annuelle moyenne est de 100 000 personnes, qui reçoivent le soutien et les conseils de 47 guides locaux. Le centre de réception est équipé de salles de bains, restaurants, boutiques et un grand parking.

10. BASSIN DE LA RIVIÈRE BANÍ

La superficie du bassin est de 190 kilomètres carrés et couvre une partie des provinces de Peravia et San José de Ocoa, toutes deux situées dans le sud-ouest du pays. La rivière Baní, également appelée Banilejo, mesure

39 kilomètres de long et a un débit mensu el moyen de 1,91 mètre cube par seconde (jaugé à El Recodo). Elle prend sa source dans le Firme de la Manacla, à 1 680 mètres d’altitude, dans la province de San José de Ocoa. Elle coule avec des eaux cristallines au-delà de La Gina et se jette langoureux dans la mer des Caraïbes, à 1,5 kilomètre à l’o uest de l’embouchure de la rivière Nizao.

La rivière Baní a encore une bonne couver ture de végétation arborescente, principale ment dans sa zone de source. Cependant, depuis plusieurs années, l’abattage des forêts régionales a augmenté au détriment de cette source fluviale. Deux de ses afflu ents importants, les rivières Segundo Río et Rancho Viejo, ont perdu leur couverture dans leurs sources en raison du remplace ment des plantations de café par des cul tures agricoles et du bétail.

Ce bassin contient des portions de quatre aires protégées. Ce sont : le parc national Luis Quinn, avec 41,55 kilomètres carrés ; la réserve scientifique de Loma Barbacoa ; le corridor écologique Autopista 6 de Noviembre et la zone de protection spé ciale Don Rafael Herrera Cabral. Ces trois derniers avec des tailles minimales.

La rivière Baní a deux sous-bassins avec un grand impact sur l’approvisionnement en eau. La rivière Maniel, dont les affluents sont les ruisseaux Calimete et Las Golondri nas, provient de Loma Barbacoa et Cañada Sonador, qui naît à Loma Rodríguez. Dans ces rivières, la principale couverture arborée était constituée de plantations de café, mais beaucoup d’entre elles ont été éliminées. Le deuxième sous-bassin est celui d’Arroyo Güera, qui converge avec la rivière Baní dans la partie inférieure du bassin, dans la même zone urbaine de la ville.

Après le pont proche a la forteresse de la municipalité de Baní, la rivière n’est visible que dans les périodes de pluie. Si cellesci sont prolongées, elles provoquent des inondations qui affectent le cours inférieur du lit de la rivière et l’embouchure. Dans la région de la Gina, il est prévu de construire le barrage du même nom, pour remédier au déficit en eau de plusieurs communautés de Baní. On pense qu’au lieu de réduire l’eau d’irrigation du canal Marcos A. Cabral, ce qui serait une autre alternative, la construc tion du barrage est la meilleure option.

La rivière Baní contribue à hauteur de 0,50 mètre cube par seconde au canal Juan Ca

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ballero, qui irrigue environ 12 752 tareas (800 hectares) dans des zones semi-arides. Dans les parties supérieure et moyenne du bassin les eaux de cette rivière sont lim pides. Elles pendent entre gros rochers et des grandes gorges de montagne, partiel lement recouverts de coquelicots, de plan tations d’avocats et d’oranges amères dis persés. Il y a des bains naturels à plusieurs endroits, mais le plus frappant est celui de Las Yayitas, avec une giclée qui sort de la rivière Maniel et crée une grande piscine cir culaire. L’endroit est accessible en véhicule à Las Yayitas, puis vous traversez le dos d’une montagne pendant environ 20 min utes. Entrez par l’autoroute 6 de Noviem bre, et dans la forteresse de Baní, tournez à droite en direction du Recodo.

11. BASSIN DE LA RIVIÈRE NIZAO ET NOTES SUR LA RIVIÈRE OCOA

La superficie du bassin est de 1 036 ki lomètres carrés ; il couvre une partie des provinces de San José de Ocoa et San Cris tóbal - situées dans le sud-ouest de l’île, et les provinces de Monseñor Nouel et La Vega, dans la région du Cibao, pratique ment le centre de l’île. La rivière Nizao a une longueur de 118 kilomètres et un débit mensuel moyen de 20,74 mètres cubes par seconde (mesuré en aval). Il naît dans les coulées d’eau près de Sabana Calderón et de la rivière Malo, dans Valle Nuevo, à une altitude de 2 560 mètres au-dessus du niveau de la mer, et se jette dans la mer des Caraïbes, alimentant avec ses eaux plu sieurs cachones (zones humides côtières) de la région.

Le Nizao bénéficie d’avoir, dans ses lieux de naissance et dans ses premières sections, des forêts de nuages et des plantations de café ombragés. Ses eaux restent claires jusqu’à près de son embouchure et dans le cas de ses principaux affluents, Mahoma et Mahomita, elles sont claires dans toute leur extension. La rivière Nizao est utilisée dans trois barrages hydroélectriques et un con tre-réservoir, qui produisent en moyenne 309,7 gigawattheures d’énergie par an, en plus d’autres avantages détaillés ci-dessous.

Le 62,4% de la surface de ce bassin est cou verte de forêts de nuages, de producteurs d’eau, dont beaucoup sont inclus dans des parties de quatre parcs nationaux : Juan Bautista Pérez Rancier (Valle Nuevo) ; Loma La Humeadora; Luis Quinn; Máximo Gómez et la réserve scientifique de Loma La Barba coa. La présence de plantations de café à

l’ombre dans le bassin moyen et supérieur, en plus de contribuer à l’économie locale et nationale, favorise également la production d’eau. Dans la partie sud-est du bassin, les précipitations sont faibles.

La rivière Nizao, après avoir glissé rapide ment entre des collines escarpées avec des zones de forêts de pins, de café et d’autres espèces, atteint Rancho Arriba, avec une différence de niveau de 1 840 mètres par rapport à sa source. Son canal est large, par fois de 180 mètres, et les eaux de surface et souterraines sont utilisées dans l’irrigation de cultures de grande valeur économique. Parmi les affluents du Nizao localisé dans son bassin supérieur, se distinguent la riv ière Malo et le ruisseau Quita Sueño, à Ran cho Arriba. Plus au sud, la rivière Malo est alimentée par la rivière Banilejo, qui à son tour reçoit des affluents qui proviennent de la province de Monseñor Nouel, située plus au nord. Les principaux affluents du Nizao sont les rivières Mahoma et Mahom ita. Tous deux sont nés dans la province de San Cristóbal, située à environ 30 minutes à l’ouest du centre de la capitale dominic aine, et sont constitués à la frontière entre cette province, ainsi que ceux de San José de Ocoa et Peravia. D’autres affluents nota bles, situés dans le bassin moyen, sont les ruisseaux Barraco et Jigüey.

Le premier barrage, de haut en bas, est jigüey, situé dans la région de Palo de Caja, province de San José de Ocoa. Il a été construit au coût de 500 millions de dollars dans le but de produire de l’énergie hy droélectrique ; il a commencé à fonctionner en 1992. Le volume utile du réservoir est de 130,95 millions de mètres cubes. L’eau est acheminée vers la centrale de machine, située sous le réservoir, par un tunnel de pression de 6,4 kilomètres de long et 5,15 mètres de diamètre. Sa puissance installée est de 98 mégawatts. La production d’énergie en 2020 était de 132 gigawattheures.

Les eaux turbinées et celles du flux écologique se rejoignent et s’écoulent vers le barrage d’Aguacate, qui est également alimenté par la rivière Mahomita. Ce bar rage est situé dans la région de Paso El Er mitaño, province de Peravia, à environ 20 kilomètres en aval du barrage de Jigüey. Il a commencé à fonctionner en 1992 et son coût a été inclus dans celui de Jigüey. Son réservoir a une superficie de 0,35 kilomètre carré et le volume utile est de 1,46 million de mètres cubes.

L’énergie hydroélectrique n’est pas générée à proximité de ce barrage mais, pour mieux profiter des irrégularités et de la pression de l’eau, elle est conduite par un tunnel et un tuyau de pression de 10,8 kilomètres de long, recouverts de béton, d’un diamètre de 4,36 mètres, à une salle de machines située à la place de Muchas Aguas, Prov ince de Peravia, près du réservoir du bar rage de Valdesia, où elles sont turbinées. La puissance installée est de 60 mégawatts. La production d’énergie en 2020 était de 176 gigawattheures.

Les eaux de la rivière Nizao, déjà turbinée deux fois, sont conduites à un autre barrage : Valdesia, situé dans la région de Muchas Aguas, section Valdesia, province de Pera via. Il a commencé à fonctionner en 1976 et a été le premier à profiter des eaux de cette importante rivière. Son coût de construction était de 60 millions de dollars, y compris le contre-réservoir de Las Barias. La surface du réservoir du barrage est de sept kilomètres carrés et le volume utile de stockage d’eau est de 115,55 millions de mètres cubes.

Le barrage est polyvalent : il fournit cinq mètres cubes par seconde pour l’eau po table de l’aqueduc de Saint-Domingue (en viron la moitié de la consommation) et un mètre cube par seconde pour les aqueducs San Cristóbal et Baní. Il produit en moy enne 74,71 gigawattheures par an et fournit également de l’eau d’irrigation.

L’exploitation continue. Les eaux turbinées du barrage de Valdesia retournent à la riv ière et sont stockées dans le contre-réservoir de Las Barias, à quatre kilomètres en aval du barrage de Valdesia. Le réservoir a une capacité de stockage d’eau de 6,1 millions de mètres cubes. La production d’énergie en 2020 était de 1,7 gigawattheure. Selon la demande pour les cultures, neuf à dou ze mètres cubes par seconde d’eau sont acheminés vers le canal Marcos A. Cabral, essentiel pour l’irrigation de quelques 155 300 à 223 000 tareas (9 767 à 14 025 hect ares) dans des zones semi-arides, avec des cultures d’avocats, de mangues et de légumes, de grande valeur économique. Une autre centrale hydroélectrique plus pe tite est celle de Nizao-Najayo, avec une ca pacité installée de 0,330 mégawatt et une production annuelle moyenne de 0,57 giga wattheure. Et une autre de 0,110 méga watts à Los Anones, qui fonctionne avec de l’eau du côté de Nizao qui dépend du canal Marcos A. Cabral.

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Dans le bassin supérieur et moyen de la rivière Nizao, il y a d’excellents bains. Les points forts incluent ceux du lit de la rivière Nizao à La Estrechura et Rancho Arriba, dans la section Nizao. Aussi, ceux de Mahomita à Santana et Calderón ; en outre, le Taberna cle La Piedra, la cascade de La Taína, à côté du barrage d’Aguacate, Los Reyitos, près de la centrale électrique de Jigüey, El Bar co, à Muchas Aguas, et d’autres.

Le lit des 16 derniers kilomètres de la riv ière Nizao a souvent été perturbé par des extractions désordonnées d’agrégats. Il y a des progrès dans la protection de cette trajet, mais des efforts continus sont néces saires. Dans le lieu appelé La Mina, le derni er tronçon près de l’embouchure, la rivière Nizao est utilisée par les pêcheurs et les baigneurs.

Malgré les nombreuses zones protégées du bassin, dans ces endroits et dans d’autres endroits non protégés, les impacts liés à l’abattage forestière pour étendre la pro duction de cultures à cycle court et de plan tations d’avocats persistent.

Sur le côté ouest du bassin de Nizao se trouve le bassin de la rivière Ocoa de 677 ki lomètres carrés. Le lit de cette rivière a une longueur de 65 kilomètres. Au total, il con tribue respectivement à 5,74 et 1,80 mètre cube par seconde pour irriguer 38 764 tar eas (2 438 hectares) et 12 163 tareas (765 hectares) près de la jonction de l’autoroute Azua-San José de Ocoa, située dans la ré gion sud-ouest. Pendant une grande partie de l’année, les eaux de surface de la rivière ne sont pas visibles, mais pendant la saison des pluies, elles dévastent les cultures et les propriétés dans les derniers tronçons de son canal, ouvre deux et trois bouches à l’embouchure, et dépose une grande quan tité de sédiments. La cause est due à la dé forestation intense du bassin, qui accélère les avenues du fleuve.

12. BASSIN DE LA RIVIÈRE HAINA

Ce bassin est le plus à l’est de la chaîne de montagnes centrale, bordant à l’est celui d’Ozama et à l’ouest avec celui de Nizao ; il a une superficie de 564,4 kilomètres car rés. La rivière Haina est longue de 82 ki lomètres et a un débit mensuel moyen de 9,27 mètres cubes par seconde (mesuré à El Caobal). Il naît entre le Loma Zumbador, à 1 400 mètres d’altitude, et le Loma Pío, à 1 420 mètres d’altitude. Il est situé dans le parc national de Loma La Humeadora et se

jette dans la mer des Caraïbes, entre l’estu aire et le port de Haina. La partie inférieure du lit de la rivière divise les provinces de San Cristóbal et de Saint-Domingue. Ses principaux affluents sont les rivières Duey, la Básima et l’Isa Mana.

L’aqueduc du System Duey contribue à environ 27 millions de gallons par jour aux aqueducs qui desservent 25 secteurs au nord-ouest de Saint-Domingue. L’Isa-Mana contribue à environ 11 millions de gallons par jour. De la rivière Haina, 1,5 mètre cube par seconde est pris pour l’irrigation de 5 200 tareas (327 hectares) à Hato Nuevo et ses environs.

La source de la rivière Duey se trouve au sud des origines de la rivière Haina, dans la Loma La Humeadora, et converge avec la Haina dans l’une des prises d’eau de la Corporation des aqueducs et des égouts de Saint-Domingue (CAASD), qui alimente une partie de l’aqueduc de Saint-Domingue. À l’approche de la zone peuplée de la munici palité de Villa Altagracia, située dans le nord de la province de San Cristóbal, la rivière Haina est rejointe par la rivière Guananito, qui descend presque toujours avec de l’eau sale des environs de la ville de Juan Adrián et traverse le quartier Guananito de cette ville. Près de la section de Básima, la rivière Haina a bifurqué, en raison de ses inonda tions régulières. Dans cette région, il reçoit l’eau de la rivière Básima, qui recueille un grand nombre de ruisseaux et de ravins du parc national de Siete Picos et de la réserve forestière de Loma Novillero.

Bien qu’ils traversent des canaux différents, les sources d’eau des rivières Isa et Mana sont relativement proches. Elles se trouvent entre les collines Arroyo Grande, à 1 286 mètres d’altitude, et El Valle, également connu sous le nom de Zona Privada, situé à 1 123 mètres d’altitude. La forêt de cette ré gion est considérée comme l’une des mieux préservées du pays. Les eaux claires et su perficielles de la rivière Mana coulent dans une direction nord-ouest-sud-est, et dans le secteur connu sous le nom d’El Cidral, elles reçoivent les eaux du puissant ruisseau Nai boa, qui naît dans la Loma Puerca Gorda, à mille mètres au-dessus du niveau de la mer.

Plus au sud se trouve la rivière Isa, avec deux stations de barrage bien entretenues par la Corporation des aqueducs et des égouts de Saint-Domingue (CAASD). L’un des lacs est utilisé pour envoyer par gravité environ 2 800 gallons d’eau par minute à une station

de pompage. Même après la prise, le débit et la clarté de l’eau de l’Isa sont impression nants. Cette rivière et la Mana convergent dans un petit lac artificiel construit dans la rivière. Les noms des deux rivières ont été préservés, et aujourd’hui elles sont connus sous le nom d’Isa-Mana. De ce lac, l’eau est prélevée pour la station de pompage et ajoutée à celle qui provient du barrage d’Isa. De cette façon, environ 11 millions de gallons par jour sont acheminés vers l’aq ueduc de Saint-Domingue. Cependant, la contribution est interrompue en période de fortes pluies.

Les eaux de la Haina, déjà très polluées, convergent avec l’Isa-Mana près du ralen tisseur qui va de l’autoroute Duarte à Mé dine. Renforcé, la Haina alimente un petit barrage appelé Ochoa, qui irrigue de pe tites parcelles de terre à Hato Nuevo. Pour réduire le déficit en eau potable dans les secteurs de Saint-Domingue, il est prévu de construire le barrage de Haina à proximité de ce barrage. Dans le secteur de Mano guayabo, la CAASD prend l’eau de la rivière pour exploiter l’aqueduc de Manoguaya bo, qui fournit environ 80 millions de gal lons par jour à différents secteurs de SaintDomingue. La rivière croise des quartiers qui augmentent sa pollution. Dans les en virons de son embouchure, elle traverse les mangroves qui enrichissaient autrefois l’es tuaire, elle se charge de plus de déchets par les rejets du canyon de Guajimía et d’autres, et atteint le dock de Haina, au sud-ouest de Saint-Domingue et la mer des Caraïbes.

13. BASSIN DE LA RIVIÈRE YUNA

Ce bassin a une superficie de 5 283 ki lomètres carrés et couvre une partie des provinces situées au centre et au nord du pays : Monseigneur Nouel, La Vega, Sán chez Ramírez, Duarte, Samaná et Espaillat. La rivière est longue de 203 kilomètres, a un débit mensuel moyen de 4,44 mètres cubes par seconde (jaugé à Piedra de Los Veganos, dans le bassin supérieur) et 89,38 mètres cubes par seconde (jaugé à Villa Ri vas, déjà enrichi du débit de la plupart de ses affluents). Elle naît à Cerro Montoso, à 1 402 mètres d’altitude, dans le parc national de Loma La Humeadora, et se jette dans la baie de Samaná, a la municipalité de Sán chez, sur la côte nord-est. Les précipitations annuelles enregistrées de la source à l’em bouchure de la rivière Yuna sont uniques : elles accumulent une gamme de 2 000 à 3 000 millimètres. Le maximum de 3 000 mil

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limètres se produit près de la confluence des rivières Blanco et Tireo. La rivière Yuna reçoit l’apport d’un impressionnant réseau d’affluents, d’origine dissemblable.

Le bassin de Yuna alimente des canaux qui couvrent près d’un million de tareas (63 000 hectares), soit 20% de toutes les zones ir riguées du pays. Elle exploite également les barrages de Pinalito, Blanco, Rincón, Yuboa et Hatillo. Tous les cinq génèrent environ 262 gigawattheures par an. Elle a d’excellents bains naturels dans les parties supérieure et inférieure du bassin. En outre, elle fournit de l’eau à plusieurs aqueducs du Cibao central.

Les affluents les plus importants de la Yuna se trouvent dans la chaîne de montagnes Centrale, tels que les rivières Camú, Jima, Blanco, Tireo, Yuboa, Jayaco et Jatubey. Aussi les rivières Masipedro, Maimón et Sin. De la Cordillère Septentrionale, située au nord du bassin, les eaux sont collectées par les rivières Jaiba, Nigua et Cuaba, tandis que les rivières Jaya, Cenoví, Bacuí, Can ca et Licey alimentent les eaux de la rivière Yuna à travers la rivière Camú. De la Sierra de Yamasá, ses eaux arrivent par plusieurs rivières, parmi lesquelles se distinguent les Maguaca, Chacuey et Payabo. Dans le cas de la rivière Licey, elle recueille l’eau pro duite dans la partie nord-ouest du bassin, y compris celles situées dans une partie de la province de Santiago de los Caballeros. Son territoire contient des portions de 10 aires protégées totalisant environ 599,8 ki lomètres carrés, ce qui équivaut à 11,3% de sa surface, la plupart avec des forêts nua geuses productrices d’eau. Parmi ces do maines se distinguent les parcs nationaux Juan Bautista Pérez Rancier (Valle Nuevo), Loma La Humeadora, Los Haitises, Man glares del Bajo Yuna et Aniana Vargas. Dans ce dernier, ses 130 kilomètres carrés sont tous dans le bassin et protègent l’environne ment du barrage de Hatillo. Sont également incluses les réserves scientifiques Ébano Verde, Las Neblinas et Loma Quita Espuela ; aussi, le monument naturel de Jima, tous ces derniers avec des tailles plus petites. Malgré la présence de ces zones légale ment protégées, les activités agricoles et d’élevage sont maintenues à l’intérieur et autour d’elles.

Dans les études forestières, il a été déter miné que dans ce bassin se trouve la plus grande population dans le pays de palmier royal (Roystonea regia), dragonnier (Ptero

carpus officinalis) et mangrove (Rhizopora sp). Les deux derniers dans le bassin in férieur, près de l’embouchure de la rivière.

Dans le cours supérieur du bassin, la rivière Yuna coule proprement, avec un courant et une largeur de 80 à 100 mètres, entre les forêts de feuillus, champs de bananes et plantations de café. Dans ces zones, la construction du complexe hydroélectrique El Torito-Los Veganos, composée de cinq barrages de contournement, est prévue. Bien que les bains naturels abondent dans le cours supérieur de la rivière, les plus fréquentées commencent au confluent de la Yuna avec la rivière Blanco. En aval de ce confluent, la construction du barrage poly valent de Piedra Gorda est prévue.

Parmi les cours supérieurs de la rivière Blan co, la construction du barrage du même nom se distingue, alimenté par 5,80 mètres cubes par seconde de cette rivière, et par 2,80 et 1,13 mètres cubes par seconde des ruisseaux Tireíto et Arroyón, respec tivement. Le coût de construction était de 150 millions de dollars et a été inauguré en 1996 dans le but de produire de l’énergie hydroélectrique. Son réservoir, construit en aval de la confluence avec la rivière Blan co et de la rivière Tireo, a une capacité de stockage utile de 519 000 mètres cubes. La salle de machines est située à Blanco, reliée au réservoir par un tunnel fermé de 7,4 ki lomètres avec un diamètre de 4,32 mètres, a été conçue pour un débit de 11,8 mètres cubes par seconde. La puissance installée est de 25 mégawatts. La production d’éner gie en 2020 était de 104 gigawattheures.

Afin de diminuer la sédimentation du réser voir du barrage précédent et d’augmenter la production d’énergie, 10 ans plus tard a été construit le barrage de Pinalito, en amont et près de la rivière Blanco, pour un coût de 300 millions de dollars américains.

Il est alimenté par la rivière Tireo, avec des eaux de la partie supérieure de la rivière Blanco et de ses affluents Caña Amarga et Arroyón, et de la rivière Sonador, avec des attentes d’avoir des niveaux proches de 1,5 million de mètres cubes dans le réservoir et de produire 142 gigawattheures par an.

La réalité est que les sous-bassins de ces rivières, en particulier cele du Tireo dans les montagnes de Cruz de Cuaba, sont telle ment déboisés et érodés par la plantation de légumes et la gestion inappropriée des sols que les débits attendus n’ont pas été obtenus. Par conséquent, la production

d’énergie programmée non plus. En 2020, 81 gigawattheures ont été produits.

Comme dommages majeurs, on estime que dans la vallée de Tireo environ 375 000 mètres cubes de sol sont perdus par an et qu’il existe un risque de sédimentation des réservoirs du barrage de Pinalito et d’autres, construits en contrebas. Une fois de plus, il est démontré que sans une bonne gestion des sols de montagne, en particulier dans leur couvert forestier, il n’y a pas de produc tion ou de conduction ordonnée de l’eau.

En aval de la confluence de la rivière Blan co avec la Yuna, cetui-ci reçoit l’eau des ruisseaux Avispa, Piedra Gorda, Toro et autres, tous avec des bains d’eau propre. Renforcée dans son débit et son courant, la rivière glisse à travers un canyon de mon tagnes verdoyantes, abritant d’excellents baignades. Dans la zone de l’endroit appelé El Dique, il y a une prise d’eau pour l’aque duc de la région.

Dans les environs de l’intersection de Los Quemados, la rivière est utilisée pour la navigation en bateau, une activité avec un bon potentiel touristique. Un autre affluent d’intérêt est la rivière Masipedro, source du célèbre bain du même nom, très visitée par les touristes. De cette rivière dérive égale ment le canal de Masipedro, qui irrigue de grandes zones rizières.

Entre le nord-est de Bonao et le nord de Buena Vista, dans la ville de Jarabacoa - une ville située dans la chaîne de montagnes Centrale -, se croisse un impressionnant ré seau de rivières qui sont rechargées par les pluies causées par la végétation et la hau teur de Loma Miranda, ainsi que d’autres branches de la chaîne de montagnes. La riv ière Camú, difficile à observer propre après la municipalité de La Vega, est limpide dans les hauteurs de Guaigüí, où la construction d’un barrage a commencé, jusqu’à présent arrêtée par des problèmes contractuels. Les services importants du Camú sont la four niture d’eau à usage humain et d’irrigation, ainsi que la contribution d’eau à la Yuna à partir de la municipalité de Pimentel. Dans la zone susmentionnée se distingue la rivière Jima, sur le lit de laquelle, dans le monument naturel Saltos de Jima, il y a un escalier de quatre chutes impressionnantes et des bains naturels d’eaux fraîches et cris tallines. Le monument est accessible par l’autoroute Duarte du nord au sud, avec un virage à droite vers la communauté de Caño

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de Piedra. C’est l’un des espaces naturels les plus visités de la région.

Au nord de Jima-Sabana del Puerto se trou vent les rivières Jagüey, Jayaco et Jatubey. Le premier est un cours d’eaux cristallines et fraîches avec une douzaine de bains consécutifs, principalement celui appelé Acapulco. Elle a comme affluents les ruis seaux Azafrán, Colorá et autres. La deux ième rivière est Jayaco, près de Sabana del Puerto, où il y a une série de bains appelés Fula, Peñón 1 ; Fula, Peñón 2 et autres. En été, la congestion des véhicules et la pollu tion sonore rendent difficile de profiter de l’endroit. La dernière rivière, Jatubey, coule sur un lit caillouteux avec très peu de débit, même en période de fortes pluies.

Les trois rivières mentionnées, ainsi que le ruisseau Hatillo et, principalement, la rivière Jima, celle-ci avec un débit régulé de 8,6 mètres cubes par seconde, alimentent le barrage de Rincón, construit pour un coût de 24,3 millions de dollars et inauguré en 1978, à de multiples fins. La surface du rés ervoir est de 6,9 kilomètres carrés et le vol ume de stockage utile est de 58 millions de mètres cubes.

Le barrage a deux extrémités qui sont at teintes par des itinéraires différents. L’une des routes se trouve le long de l’autoroute Duarte, avec un détour à droite (du sud au nord), en face de Sabana del Puerto. Pour atteindre l’autre extrémité, prendre à droite à la jonction de la route vers San Francisco de Macorís, et une autre droite en direction de Rincón.

Dans le premier secteur se trouve la seule école formelle d’aviron et de canoë qui ex iste dans le pays, dont les élèves participent à des compétitions internationales. Dans le deuxième secteur, au pied du barrage du réservoir, se trouve la salle de machines du barrage qui fonctionne avec une chute de 40 mètres et un débit de 30 mètres cubes d’eau. La puissance installée est de 12,63 mégawatts. La production d’énergie en 2020 était de 20 giga wattheures. 10 mil lions de gallons par jour sont extraits du rés ervoir pour les aqueducs de San Francisco de Macorís, Salcedo (province d’Hermanas Mirabal) et le district municipal de Cenoví. Les eaux déjà tourbinés sont utilisées pour l’irrigation de 118 000 tareas de rizières (7 421 hectares) sur Jima Abajo. Pour assurer l’approvisionnement en eau pour l’irriga tion, un contre-réservoir a été construit à 1,5 kilomètre du barrage, avec une capacité de

stockage de 222 000 mètres cubes. L’importance de la rivière Maimón dans ce bassin pourrait être sous-estimée si elle n’était observée qu’à sa jonction sur l’au toroute Duarte, en direction de la ville de Maimón. Mais ce n’est pas tout. Avant de rejoindre la rivière Yuna à Hato Viejo, Hatil lo a déjà recueilli les débits d’autres rivières et ruisseaux importants qui naissent dans et autour du parc national de Loma La Humea dora, qui, comme une toile d’araignée, se croisent dans les environs du district munic ipal de Juan Adrián. On distingue la rivière Los Plátanos, le principal affluent de la riv ière Maimón, où convergent la plupart d’au tres sources fluviales telles que le ruisseau Zumbador et le Pedregal, qui, à leur tour, reçoivent de l’eau d’autres composants de ces réseaux. La clarté des eaux de ces fon taines et des ruisseaux et baignadess qui créent leurs courants, qui ont à Gajo de las Flores et La Estrechura les meilleurs ex posants, est frappante.

Entre le sud et le sud-est de Bonao, une ville située à une heure et demie au nord de Saint-Domingue, et le cours de la riv ière Maimón, à Piedra Blanca-Hato Viejo, la Yuna reçoit les eaux de la rivière Yuboa. Ceci, à son tour, a reçu de l’eau de la riv ière Sonador, d’un grand nombre de ruis seaux et principalement de la rivière Juma, très appréciée pour renforcer l’irrigation du riz dans la région. Dans le bassin supérieur de la rivière Yuboa fonctionne la centrale hydroélectrique Aniana Vargas, située à Rincón de Yuboa, à 400 mètres d’altitude, construite pour un coût de 34 millions de pesos RD, y compris les rénovations. La puissance installée est de 0,600 mégawatt et la production d’énergie en 2020 était de 0,787 gigawattheure.

La rivière Yuna, avec le débit augmenté par les autres sources fluviales, entre au nord de Hato Viejo jusqu’au majestueux réservoir du barrage de Hatillo, de 22 kilomètres carrés et 15 kilomètres de long, le plus grand du pays et de toutes les Caraïbes. Il forme une mer d’eau douce de 710 millions de mètres cubes. La rivière Sin et plusieurs ruisseaux alimentent également le réservoir.

L’accès à l’extrémité sud du barrage se fait par la route qui part de la ville de Maimón ; à l’extrême nord est accessible par la ville de Hatillo, dans la province de Sánchez Ramírez, située dans la région centrale de l’île. Le barrage et ses installations ont été achevées en 1984, pour un coût de 41 mil

lions de dollars.

Bien que l’objectif initial du barrage était de réduire les inondations causées par la Yuna en période de pluie dans la région du Bajo Yuna et des zones environnantes, ce travail fournit actuellement d’importants services supplémentaires: il fournit de l’eau d’irrigation à quelque 199 000 tareas de (12 516 hectares) rizières de la province Duarte et des endroits éloignés de la province de María Trinidad Sánchez, aidé par un vaste réseau de canaux construits dans les projets Aglipo I et Aglipo II.

Une usine de machines est située au pied du barrage et sa capacité installée est de huit mégawatts, qui sera actuellement portée à 10,7 mégawatts. La production d’énergie en 2020 était de 56,8 gigawattheures. En plus de la pêche avec des filets, dans ce réser voir se trouve la plus grande opération pour l’élevage de poissons dans des cages en eau douce du pays. La pratique des sports aquatiques, y compris la célébration d’un tournoi de pêche, et les visites faites pour apprécier les paysages de la région, ont été renforcées avec la déclaration du réservoir comme pôle touristique et pour faire partie du parc nacional Aniana Vargas.

Après le barrage, les affluents directs et indirects de la rivière Yuna augmentent en quantité dans toutes les directions. Sur les rivières Payabo, Maguaca et Chacuey, afflu ents de la Yuna du côté de la Sierra de Ya masá, il est prévu de construire des barrag es. Cependant, les problèmes de pollution minière dans la région doivent être résolus, selon plusieurs organisations.

L’irrigation des terres rizières continue com me le premier service de la Yuna sur son chemin à travers Villa Rivas, Arenoso, Limón del Yuna, Guaraguao et d’autres endroits. La largeur moyenne du lit de la rivière est de 180 mètres, avec des eaux couleur choc olat. Quelle que soit la couleur, les miroirs d’eau qui se forment dans les cultures de riz sont attrayants, tout comme la Laguna Cristal. Bien que la navigation dans la Yuna ne soit pas pratiquée comme avant, il est possible de le faire dans les sections de Vil la Rivas, Las Coles, Agua Santa et d’autres endroits.

Dans ses derniers tronçons, jusqu’à son embouchure, la Yuna reçoit les eaux de la rivière Guayabo, alimentée par plusieurs ruisseaux et lagunes. Cependant, son plus grand affluent est la rivière Barracote. Celui-

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ci et la Yuna se jettent dans les eaux de la baie de Samaná, à Sánchez, sur la côte nord du pays, et forment le plus grand estuaire et ensemble de mangroves de la Répub lique Dominicaine, enrichi par une faune di versifiée composée de poissons, crevettes, jaibas siricas (crabes bleues), pélicans, foul ques, goélands et autres espèces. La pro duction commerciale de poissons et de cre vettes soutient la vie de milliers de familles dans la région.

14. BASSIN DE LA RIVIÈRE NIGUA

La superficie de ce bassin est de 208 ki lomètres carrés, situé dans la province de San Cristóbal, juste au sud-ouest de la capi tale dominicaine. La rivière Nigua est longue de 37 kilomètres et a un débit mensuel moy en de 1,36 mètre cube par seconde (jaugé à El Tablazo). Elle est né dans les contreforts sud-est de la chaîne de montagnes Cen trale dans la Loma Los Calimetes, à 1 035 mètres d’altitude. Cette source se trouve à côté du ruisseau Blanco, l’un des principaux affluents de la rivière Isa. La communauté la plus proche est Los Calimetes, et un peu plus éloignée est la ville de Los Cacaos. Son embouchure se trouve sur la plage de Boca de Nigua, dans la mer des Caraïbes, utilisée par les pêcheurs locaux et les visiteurs de toute la région.

Le cours de la rivière Nigua a été perturbé par les extractions continues et importantes de granulats pour les activités de construction. Dans la région près de Hato Damas, il était courant d’observer des pelles mécaniques, des camions, des motos et des pelleteurs effectuant ces activités. Bien qu’elles soient toujours observées, les autorités ont ren forcé les mesures de surveillance et aug menté les peines imposées aux contreve nants.

Jusqu’à la fin des années soixante, la rivière était la limite orientale de la ville, mais a changé de cours en raison des extractions susmentionnées de granulats et des voies d’eau, incontrôlées en raison de la défor estation du bassin. Maintenant, la rivière traverse le même centre urbain, c’est pour quoi elle a une charge élevée de pollution et de traînée de déchets solides.

Dans ce bassin se trouve le célèbre bain La Toma, qui naît dans les sources adjacentes aux Grottes de Pomier, dans la ville de San Cristóbal. Ses eaux sont claires et servent également à alimenter l’aqueduc de cette municipalité. À la fin, les eaux de la piscine

artificielle du bain sont déversées dans la rivière Nigua.

Le sous-bassin principal de la Nigua est la rivière Yubazo, qui naît dans la Loma La Cuchilla de Desboronado, à 800 mètres d’altitude, et très proche des communautés de La Cabirma et La Colonia. Les eaux de cette rivière sont presque toujours sales, tandis que celles de la Nigua, en raison de son lit sablonneux et de ses bords moyens, sont propres. Lorsque les deux convergent, environ 400 mètres après le premier pont qui relie San Cristóbal à Saint-Domingue, le nom du Yubazo prévaut, comme s’il s’agis sait de la rivière principale. Le nom de la rivière Nigua est récupéré en quittant la municipalité de San Cristóbal, direction de l’embouchure.

Dans le pont susmentionné qui relie la municipalité de San Cristóbal à SaintDomingue, les eaux de la rivière Nigua passent sous le pont en direction de la mer. D’autre part, près du pont, vous pouvez voir le tuyau qui apporte l’eau de la rivière Nizao, dans le barrage de Valdesia, pour renforcer l’aqueduc de Saint-Domingue. Une image sur laquelle réfléchir.

15. BASSIN DE LA RIVIÈRE YÁSICA

Avec environ 837 kilomètres carrés, le bas sin de la rivière Yásica est le plus grand de tous ceux du système hydrique de l’Atlan tique. 98% de sa superficie se trouve dans la province septentrionale de Puerto Plata, et le reste à Santiago. La rivière Yásica est longue de 81 kilomètres et a un débit men suel moyen de 26 mètres cubes par seconde (jaugé à Los Brazos). Elle est né dans la col line Las Yayitas, à 940 mètres d’altitude, et à proximité du village du même nom située dans le district municipal de Pedro García, province de Santiago.

Le bassin est situé dans une zone de forte pluviométrie, avec un minimum de 1 800 et un maximum de 2 600 millimètres. Cette condition, ainsi que les reliefs montagneux d’une grande partie de son territoire, plus ou moins reboisé, et, en outre, la nature karstique du terrain, ont favorisé l’existence d’un grand nombre de rivières, ruisseaux et ravins qui placent le bassin comme le plus grand producteur d’eau dans la chaîne de montagnes du Nord.

Les conditions ci-dessus ont également produit un grand nombre de baignades, de flaques d’eau et de jets, dont beaucoup avec des eaux turquoise qui placent le bas

sin dans la compétition pour la première place du tourisme naturel d’eau douce dans le pays. Beaucoup de visites des lieux touris tiques sont organisées par Jamao Ecotours.

Les embouchures de la rivière Yásica dans ses trois bouches abritent une faune riche et sont des zones de pêche active. Dans l’un d’eux, la planche à voile est pratiquée.

La dernière statistique sur le couvert for estier du bassin est de 46%. Si l’on ajoute les plantations du cacao, du café et des de mangrove, il passe à 58%. Cependant, dans la plupart des sous-bassins supérieurs, le bétail prédomine, ce qui met en danger la richesse des rivières.

Le principal affluent de la rivière Yásica est la rivière Jamao, dont la source se trouve dans des zones d’élevage de bétail et de cacao. Cette rivière, en raison de la coloration de ses eaux, pourrait très bien être appelée le Jamao Azul, en fait, plus bleu que le célèbre Danube dans beaucoup de ses sections.

La rivière Partido, d’une longueur de neuf kilomètres, à côté des ruisseaux Caños Cla ro et Jagua Macho, prend sa source à plus de 560 mètres d’altitude, la plus haute al titude du pays pour une zone karstique. C’est l’une des rivières les plus visitées. On y accède par Jamao del Norte ou par la mu nicipalité de Salcedo, une ville située dans la région centrale du pays. Il y a aussi cinq drainages importants qui fournissent leurs eaux à la rivière Yásica à travers la rivière Pe dro García. Ceux-ci naissent dans les collin es d’Alto del Guazaral et de Palo Alto, à 947 et 900 mètres d’altitude, respectivement, dans les environs desquelles ils coïncident avec le bassin de la rivière La Esperanza, un affluent important dans la partie supérieure du bassin de la rivière Bajabonico.

Autres attractions touristiques aquatiques de la région sont les cascades de Los Bueyes, Tinacón, Arroyo Frío, Las Golon drinas, Hongo Mágico, Cola de Pato, La guna Cabarete et autres. Jamao Ecotours, une association communautaire composée de 21 membres et soutenue par 20 guides expérimentés, dirige l’organisation de voy ages d’aventure, tels que le kayak, la ran donnée et autres. En un an, ces activités peuvent générer entre 10 et 12 millions de pesos RD. L’association, en collaboration avec d’autres agences, développe plusieurs activités de tourisme communautaire dura ble, déjà récompensées dans l’une des édi tions de la Foire internationale du tourisme

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(FITUR), qui se tient en Espagne.

Dans ce bassin, il y a quatre zones protégées qui totalisent 89,94 kilomètres carrés : le monument naturel La Tinaja, le monument naturel Laguna Cabarete et La Goleta ; la route panoramique La Cumbre et la réserve scientifique La Salcedoa. Cela couvre la plus grande superficie : 41,17 kilomètres carrés.

Les zones humides créées par la rivière Yásica pourraient être considérées comme les plus importantes de la côte atlantique du pays. Une partie des limites du bassin inférieur traverse la zone karstique de la lagune Choco ou Cabarete. La rivière La Catalina, dernier affluent de la Yásica avant son embouchure, comprend dans son bas sin les karsts de Cabarete et aussi le drain age de Caño Hondo.

L’embouchure de la rivière Yasica dans l’océan Atlantique se produit à travers trois bouches, précédées par des étendues d’une grande beauté scénique et une flore et une faune riches et diversifiées, composées de jicoteas (tortues), de crabes, de poissons, d’oiseaux et autres. Dans l’une des bouch es, la planche à voile est pratiquée et dans l’embouchure la plus éloignée, celle du soidisant Caño Orí, se trouve la plus grande population de mangroves de la province d’Espaillat. Dans les trois bouches, la pêche est active.

16. BASSIN DE LA RIVIÈRE BOBA ET NOTES SUR LES RIVIÈRES BAQUÍ ET NA GUA

Le bassin est situé dans la partie orientale de la Chaine Septentrional, une chaîne de montagnes située parallèlement à la côte nord de l’île, couvrant les provinces Her manas Mirabal (52 kilomètres carrés), María Trinidad Sánchez (351,07 kilomètres carrés) et la province Duarte (222 kilomètres carrés), pour un total de 625,07 kilomètres carrés.

La rivière Boba est longue de 91 kilomètres et a un débit mensuel moyen de 18,50 mètres cubes par seconde (jaugé a Los Jengibres). Dans sa zone de naissance, les principaux affluents sont les ruisseaux et les ravins, parmi lesquels se distinguent les ruisseaux Hormigosa, Colorado, Blanquito et Arroyo Grande. Le premier sous-bassin dans la partie supérieure est celui de la riv ière Canete, dans la partie centrale celle de la rivière Vénus et vers la partie inférieure se distingue la rivière Jagua.

Le bassin contient des portions de quatre

aires protégées totalisant 68,65 kilomètres carrés. Ce sont : refuge faunique La Gran Laguna ou Perucho; Réserve scientifique Salcedoa; Réserve scientifique Loma Guaconejo et Réserve scientifique Loma Quita Espuela, celui qui a la plus grande su perficie, avec 59,29 kilomètres carrés.

La couverture arborée de ce bassin est de 336,35 kilomètres carrés, soit 53,80% du to tal. Parmi ceux-ci, 38% sont des strates for estières et le reste sont des plantations de cacao. La plus forte concentration de forêts se trouve dans les collines de La Canela, Quita Espuela et Loma Guaconejo, toutes situées dans des zones protégées.

Dans la zone située entre la loma Quita Es puela et la zone côtière du bassin, les précip itations annuelles sont de 3 000 millimètres maximums et 2 000 millimètres minimum.

Cette condition et la couverture arborée favorisent la formation d’un grand nombre de micro-zones humides qui, en période de pluie, élargissent les zones inondées du bassin inférieur. Par conséquent, les eaux de la rivière Boba se mélangent très facilement à celles de la mer.

La rivière Boba alimente des canaux d’irri gation qui couvrent environ 48 000 tareas de rizières (3 018 hectares). Elle fournit également de l’eau pour faire fonctionner la centrale hydroélectrique Rosa Julia de la Cruz, construite à Los Memizos de Nagua en 2006, d’une puissance installée de 800 kilowatts, qui est prévu d’être augmenté à court terme. La production d’énergie en 2020 était de 0,347 gigawattheure. Il y a un autre barrage en cours d’évaluation, dont la puissance installée serait de 25 mégawatts. Une autre utilisation importante du bassin est l’aqueduc multiple de Nagua, construit au coût de RD $ 1,923 million et inauguré en 2009. Il est alimenté par un débit de 0,5 mètre cube par seconde des eaux de l’Ar royo Los Morones, dans la Loma Quita Es puelas.

Le bassin de la rivière Baquí est long de 292 kilomètres carrés et borde le côté nord du bassin de la rivière Boba. La rivière Baquí est longue de 38 kilomètres. Cinq précurseurs de sa possible zone de naissance sont près de Loma La Vigía, à 465 mètres d’altitude et à cinq kilomètres à l’ouest de Palmarito. Ces précurseurs sont : Los Arroyos, Caño Am arillo, Pocilga, Tierra Mala, Bejuquito et un autre sans nom, qui se joignent au ruisseau La Descubierta et forment la rivière Baquí.

Le ruisseau Sabana est parfois cité comme son précurseur, mais c’est l’un de ses afflu ents. Après que la rivière traverse Carrasco, elle atteint Las Abejas où elle reçoit l’eau de la rivière Blanco et, plus tard, à Los Rincones de Boba, celles de la rivière Perucho. Il se jette dans l’océan Atlantique, à environ trois kilomètres de Laguna Grande ou Perucho.

La Baquí est utilisé dans l’irrigation des terres de rizières, mais la déforestation de son bassin entraîne une grande quantité de sédiments et obstrue de nombreuses sections du cours de la rivière, y compris son embouchure. Cette situation provoque l’inondation de nombreuses zones. Cette rivière, à côté de la rivière Boba et de plu sieurs caños telles que le Zanjón, La Garza et Los Lebranches, soutient avec ses eaux les zones humides de la Gran Laguna ou Laguna Perucho, une superficie de 15,14 ki lomètres carrés, protégée dans la catégorie refuge faunique, situé à 15 kilomètres de l’autoroute Nagua-Cabrera, sur la côte nord du pays. En raison de la diversité du biote de cette zone humide, de la beauté du paysage, des avantages qu’elle apporte aux pêcheurs et de la fréquentation qu’elle génère, c’est un joyau qui doit être soigneu sement entretenu. Remarquables sont les corps et les miroirs de l’eau, les mangroves, les 30 espèces de poissons, les 11 espèces de flore côtière et les 21 espèces d’oiseaux, y compris les canards qui migrent des zones froides et restent dans la région de novem bre à mars.

Un autre bassin voisin est la rivière Nagua. Il a 249 kilomètres carrés, borde le côté sud du bassin de la rivière Boba et partage avec les deux précédents les pentes orientales de la chaîne de montagnes du Nord. La rivière Nagua mesure 57 kilomètres de long et son débit mensuel moyen est de 2,89 mètres cubes par seconde (jaugé à Cinta Negra).

Les principaux ruisseaux et rigoles a l’origi ne de sa naissance se trouvent dans la Loma Quita Espuela. Los Bracitos, Quebrada Prie ta, Los Guineos, Arroyo Mundito, Yabacoa, Brazo Grande et Guaconejo se distinguent.

Les deux sous-bassins qui, dans la partie supérieure, fournissent de l’eau à la rivière Nagua appartiennent aux rivières Helechal et Riote, tandis qu’El Factor pénètre dans la partie inférieure du bassin. Dans la réserve de Loma Guaconejo, il y a des vestiges de forêts séculaires.

Enfin, plusieurs cours d’eau de petits bas sins, très impactés par l’homme, sont situés

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entre El Macao, Piedra Blanca Arriba et Los Pilones. Ses canaux, ainsi que ceux de la rivière Nagua, atteignent les zones rizières et subissent des altérations dans de nom breuses sections.

La rivière Nagua s’approche de la mer en tre zones isolées de mangroves fortement maltraités et d’eaux polluées. Elle se jette dans la Baie Écossaise, dans une zone utilisée comme station balnéaire. Dans le passé, l’estuaire de cette rivière était l’un des grands producteurs de crabes du pays.

17. BASSIN DE L’OZAMA ET NOTES SUR LA RIVIÈRE BRUJUELAS

Ce bassin a une superficie de 2 740 ki lomètres carrés et couvre une partie des provinces de San Cristóbal, Santo Domin go et Monte Plata, cette dernière située au nord-est de la capitale dominicaine. La rivière Ozama a une longueur de 136 ki lomètres et le débit mensuel moyen est de 5,97 mètres cubes par seconde (jaugé à Don Juan). Il naît sous forme de petites sources propres à Rancho de Yagua, dans le parc national de Siete Picos dans la Si erra de Yamasá, à 856 mètres d’altitude, et se jette dans la mer des Caraïbes. Dans son bassin inférieur se trouve le diviseur admin istratif du district national et de la municipal ité de Saint-Domingue Est.

Les précipitations sont élevées, favorisées par la traversée et le et le repos des alizés sur la Sierra de Yamasá. Le bassin bénéfi cie également d’avoir inclus une partie du réservoir d’eau de los Haitises, qui fournit de l’eau souterraine, et environ 90 ruisseaux qui alimentent le canal principal de l’Oza ma. Les principaux affluents sont les rivières Isabela, Verde, Máyiga, Guanuma, Yamasá, Mijo, Savita et Yabacao.

Dans le cours supérieur de beaucoup de ses affluents, il y a des spas d’eau claire et d’autres similaires situés dans les plaines de Monte Plata.

Dans l’environnement de ce bassin versant, des parties des aires protégées suivantes se distinguent : parcs nationaux de Siete Picos, zones humides de l’Ozama et une petite partie de Los Haitises; la réserve naturelle de Loma Novillero; monuments naturels tels que Salto de Socoa et Salto Grande, et la réserve biologique de la Sierra Prieta. Au total, ils totalisent 135,93 kilomètres carrés (4,81%) du bassin.

Les sols du bassin sont généralement ar gileux et brouillent facilement les eaux. La quantité excessive de logements, d’indus tries et d’exploitations agricoles sur les rives et les environnements de la rivière Ozama et dans certains de ses affluents provoque pollution et manque d’oxygène dans les eaux, avec des conséquences négatives, y compris la limitation de son potentiel touris tique. Dans les zones rurales du bassin, l’ac tivité d’élevage prédomine et d’autre part les plantations de bananes plantains et de cacao à l’ombre. Un certain nombre d’insti tutions gouvernementales et non gouver nementales promeuvent ces derniers types de plantations.

Le principal affluent de l’Ozama est la rivière Isabela, qui prend sa source dans la Loma El Pilón, à environ 840 mètres d’altitude, dans le parc national de Siete Picos. Mais contrai rement aux autres, elle ne rejoint le premier qu’à une courte distance de son embou chure, en face du quartier Simón Bolívar, du district national de Saint-Domingue. Bien que les deux soient nés dans des endroits proches, l’Ozama descend sur le côté droit de la chaîne de montagnes, avec un cours nord-ouest puis sud, et l’Isabela est sus pendue sur le côté gauche, au sud-ouest, par le fond du canyon qui forme le Loma Novillero avec la face ouest de la chaîne de montagnes, dans la ville de Villa Alta gracia. Cette rivière, après être passée der rière le camp militaire au kilomètre 25 de l’autoroute Duarte, aux eaux relativement propres, est contaminée par des déchets in dustriels et domestiques. Ensuite, elle arrive au parc Mirador Norte, où elle est protégée par une bande verte de cinq kilomètres et, plus tard, reçoit les eaux propres de la riv ière Higüero. Elle continue avec un corps de 175 mètres de large jusqu’à la confluence avec l’Ozama où elle donne son nom et sa réputation de rivière polluée, dans un corps de près de 300 mètres de large.

Un peu plus au sud, dans l’endroit appelé Nuevo Domingo Savio, composé princi palement des quartiers de la capitale Los Guandules et La Ciénaga, l’État dominic ain a achevé la réorganisation des infra structures et des services sur la rive ouest d’Ozama. L’objectif est de réduire l’impact destructeur sur le fleuve et de faciliter le développement économique de la région, principalement le tourisme.

D’autres canaux et directions fluviaux frap pants sont ceux des rivières Toro, Guanuma et Guáyiga, un affluent de cette dernière,

tous avec de larges canaux et des eaux cris tallines, appréciés par les baigneurs et les pêcheurs. Le Guanuma, après s’être nourri avec les eaux de plusieurs canyons et ruis seaux, étant La Leonor le plus important, descend Los Botados et, après avoir reçu de l’eau de la rivière Yamasá, rencontre l’Ozama à Batey Nuevo, tous deux déjà contaminés. Remarquable est également la confluence de l’Ozama et du Yabacao, près du pont de Los Naranjos. La largeur et le débit du Yabacao vers ce site, enrichi d’eaux de Los Haitises, dépassent ceux de l’Oza ma. Dès lors, l’Ozama augmente sa largeur et son débit.

Parmi les avantages environnementaux de ce bassin se trouve la biodiversité et les paysages des zones humides de l’Ozama, une zone protégée avec la catégorie de parc national, de 47,42 kilomètres carrés, où il y a des espèces d’arbres et plusieurs lagunes, dont certaines navigables dans de petits bateaux. Dans les zones humides prospèrent les foulques, yaguasas (espèce de canard [Dendrocygna arborea]), martín pécheurs, flamants roses, jicoteas (tortues), canards, poissons de différentes espèces et des hérons, qui augmentent la valeur tour istique de ce monument qui s’étend sur 16 kilomètres dans une direction sud-est-nordest à Las Mercedes, où il y a aussi des la gunes navigables et la pêche à l’épervier est pratiquée. La prolifération des lilas, des joncs et des éphèdres étouffent de nom breux espaces des lagunes. Les terres hu mides de l’Ozama sont accessibles par la route qui mène à La Victoria, au nord-est de Saint-Domingue, ou par l’autoroute Juan Pablo II, via Las Mercedes.

L’afflux de baigneurs au basin du milieu des rivieres est courant, mais augmente les jours d’été, y compris le lundi. Les rivières Guanuma, Máyiga, Toro et Higüero sont les préférées. D’autres endroits dans le bassin, pertinents pour la visite sont : El Cachón de La Rubia, une baignade avec des eaux cris tallines et de beaux paysages ; Salto Alto, une baignade à cinq kilomètres de Baya guana, composé de plusieurs jets d’eau qui tombent dans une grande piscine, et Co mate, un baignade situé à trois kilomètres de Bayaguana. Cela ressemble à une pi scine naturelle. Il y a aussi Comatillo, une baignade proche de Comate, et plus petit que celui-ci et le Salto de Socoa, belle cas cade de la rivière Socoa. Elle est situé près du Gonzalo, à Sabana Grande de Boyá, et est accessible par une route de pierre, dans

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un détour à droite de l’autoroute Juan Pab lo II.

L’abondance d’eau dans ce bassin alimente adéquatement les aquifères, qui sont ex ploités par divers aqueducs et puits, qui extraient environ 36 millions de gallons par jour, certains d’entre eux menacés par l’ex pansion urbaine. Cependant, seuls deux aq ueducs prennent l’eau directement du cours de la rivière, dont le principal capte de l’Ozama entre trois et quatre mètres cubes par seconde d’eau dans le barrage appelé de Los Naranjos, district municipal de San Luis. Ce barrage agit également comme une barrière pour contenir l’intrusion saline qui s’étend en amont jusqu’à six kilomètres de l’entrée de la mer. Elle sert avec de l’eau potable environ 30% de la consommation faite par les secteurs de Saint-Domingue Est.

La source de l’autre aqueduc est la rivière Isabela, en aval de son confluent avec la rivière Higüero. Elle fournit une partie de l’eau potable consommée dans plusieurs secteurs de Saint-Domingue, tels que Puerta de Hierro, une zone de Pantoja, La Hondonada, Ambassade des États-Unis d’Amérique, Cuesta Brava, Cuesta Hermosa I, II et III, Isabel Villas, Vieux Arroyo Hondo et d’autres. Ces secteurs sont situés, pour la plupart, sur le côté nord-nord-ouest de Saint-Domingue. Dans les deux aqueducs, l’eau est purifiée dans des installations ef ficaces.

La pêche à l’épervier est pratiquée à partir de l’embouchure de l’Ozama, jusqu’à près de la barrière de salinité, mais elle est plus active de l’embouchure jusqu’à un peu plus au nord de la confluence de l’Ozama et de l’Isabela. Les espèces les plus communes sont les tilapias, les bars et les biajacas (poi son endémique de l’ile). Dans plusieurs riv ières, il y a des jaibas (crabe bleu) et des cre vettes. La navigation est possible en bateau jusqu’à la barrière de salinité, à Los Naran jos. La navigation de plaisance sur les barg es dépend de la généralisation des lilas. Les promenades fluviales vers la région de Saint-Domingue Nord et d’autres endroits à Ozama et Isabela pourraient augmenter avec l’assainissement de ces rivières.

L’utilisation la plus notable pour l’irrigation agricole est le barrage de la rivière Mijo, dans l’Hacienda Estrella, construit pour un coût de 6 millions de pesos en 1990, dans le but d’irriguer 15 000 tareas (943 hectares) de rizières et de réduire les inondations dans la

région. Cette rivière rejoint l’Ozama au-delà du drain du barrage. En raison du calme du lieu et de la faune présente, l’espace a un potentiel pour les activités d’écotourisme.

En plus du nouveau Domingo Savio, une autre intervention importante a été la mise en place d’une usine de traitement des eaux usées sur la rivière Isabela, qui collectera 27 000 gallons d’eaux usées dans 34 secteurs de Saint-Domingue, les traitera et les rendra propres à la rivière. Des initiatives similaires sont en préparation.

La rivière Brujuelas appartient à un sous-bas sin près de la rivière Ozama. Elle est visible dans la région de Brujuelas, Sabana de Gu abatico, à environ 10 kilomètres à l’est de Bayaguana, province de Monte Plata. En raison des fortes précipitations de la région et des inondations qui se produisent dans de nombreuses régions, sa source est con fondue avec le bassin de la rivière Yabacao et avec les canaux d’irrigation environnants. Pour la même raison, le cours de la rivière est parfois confondu avec le ruisseau Brazo de Brujuelas, qui monte plus haut et joint ses eaux à celles de cette rivière dans la ville appelée La Horqueta. Les aquifères de la rivière alimentent le système de puits Brujuelas-Casui, à partir duquel, il y a des années, jusqu’à 15 millions de gallons d’eau étaient prélevés par jour pour l’aqueduc de la municipalité de Boca Chica, située à 30 minutes à l’est de Saint-Domingue. Cependant, le débit de la rivière a diminué, tout comme la performance des puits. Le déversement de déchets, la déforestation dans certaines régions et l’utilisation non organisée de fosses septiques nuisent à la santé de la rivière et des aquifères.

Le cours de la rivière est une serpentine d’environ 40 kilomètres, mais sur le chemin vers la mer, ses eaux de surface n’atteignent pas directement la côte, mais sont sub mergées dans les lagunes Los Anones, Los Charcos et autres, situées à environ six ki lomètres de la plage de Boca Chica, près du nord-est de la ville de La Vigía, à quelques mètres au nord du kilomètre 36 de la route Mella. Les eaux atteignent la plage sous la forme de petites sources.

Le drainage qui se distingue le plus dans cette région est celui de la rivière Tosa, le principal affluent de la rivière Brujuelas. Cette rivière et le ruisseau Santana, qui naît sur la colline du même nom, à une altitude de 239 mètres au-dessus du niveau de la

mer, apportent une contribution importante au débit de la rivière Brujuelas.

Le peu de couvert forestier dans les environs du bassin supérieur est maintenu depuis les années quatre-vingt. Bien qu’il existe des activités d’élevage parmi les forêts frag mentées, celles-ci s’étendent dans les bas sins environnants. La plus grande présence de forêt est située dans le bassin inférieur. Une vue aérienne du chemin de la rivière submergée montre un message puissant : une bande sinueuse de forêt riveraine, com pagnon et gardien des eaux de la rivière.

18. BASSIN DE LA RIVIÈRE LIMON ET NOTES SUR LES RIVIÈRES BALATÁ, COSÓN ET SAN JUAN

Ce bassin est situé dans la zone centrale de la péninsule de Samaná, avec une superfi cie approximative de 58 kilomètres carrés. La péninsule est située au nord-est de la côte nord du pays. La rivière Limón ne tire ce nom qu’après la confluence du ruisseau Chico avec le ruisseau Cuerno. Le fait que le premier ait le même canal que la rivière Limon le présente comme son précurseur possible. Elle prend sa source dans des zones humides situées entre les commu nautés d’Arroyo Chico Arriba, La Hormiga et La Lambedera, avec des altitudes de 250 et 320 mètres au-dessus du niveau de la mer. La rivière Limon coule du sud au nord et se jette dans l’océan Atlantique, dans les environs de Cayo Limón.

Le seul sous-bassin de cet espace est l’Ar royo del Diablo, qui converge sous le célèbre Salto del Limón. Trois autres afflu ents fournissent également de l’eau, mais avec un débit minimal. Ce sont les rivières Bonilla, Palmarillo et El Boyero. Le premier n’est que superficiel sur environ 300 mètres et devient ensuite souterrain. C’est la prin cipale source de l’aqueduc de la commu nauté d’El Limón, y compris la zone tour istique. L’approvisionnement est déficitaire et on pense que l’une des alternatives pour améliorer la situation est de profiter des eaux du ruisseau Zurdido, dans la région de La Cueva, sur le chemin de Samaná.

Le célèbre Salto del Limón est situé dans ce bassin. C’est l’un des lieux éblouissants du tourisme terrestre naturel dans la région nord-est du pays. Les eaux du saut tombent d’une hauteur de 40 mètres et forment une piscine de profondeur différente qui ra fraîchit et divertit le baigneur. Il est géré par l’Association communautaire d’écotourisme

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Salto del Limon. L’endroit est également vis ité pour gravir la montagne et prendre des photos. Il fait partie de la zone protégée connue sous le nom de monument naturel Salto del Limón, qui a 16,5 kilomètres car rés, avec 95% situé dans ce bassin. L’endroit est accessible à partir de la communauté d’El Limón, située entre Las Terrenas et San ta Bárbara de Samaná, à cheval ou à pied, avec l’aide de guides disponibles sur place. Avec toute la beauté du saut et les avantag es économiques qu’il génère pour les com munautés environnantes, les visites ont été interrompues à plusieurs reprises en raison de la diminution du débit d’eau dans le lieu. L’Académie des sciences du pays a identi fié les activités agricoles, la déforestation, le détournement des ressources en eau et la construction de routes en amont du saut comme les principales causes.

La couverture du bassin avec des espèces permanentes est dominée par les planta tions de cocotiers. On estime que les forêts ne représentent pas plus de 10 pour cent de la superficie totale, et il y a même des zones fortement dépréciées dans et près de Salto del Limón lui-même. Il est frappant de constater que les limites actuelles de l’aire protégée n’incluent pas les terres humides, où naissent les principaux affluents de la riv ière Limon. L’embouchure de cette rivière a moins d’impact que dans sa zone de nais sance.

Dans d’autres bassins différents, mais à proximité, il y a trois autres rivières qui méri tent d’être mentionnées. La rivière Cosón, dans la ville du même nom, d’une longueur de 1,5 kilomètre et d’un débit moyen de seulement 250 litres par seconde. C’est la principale source d’eau de surface de l’aqueduc de Las Terrenas, une ville située dans le nord du pays et une grande zone touristique de grande importance. L’eau est traitée, stockée dans de grands réservoirs et distribuée aux utilisateurs. L’approvisionne ment est déficitaire et pour améliorer la sit uation, les autorités gouvernementales ont l’intention d’ajouter le débit de la rivière Balatá, près du Cosón, également de faible débit.

La veine à la source de la rivière Coson est visible sur la plaine côtière au pied d’une montagne d’environ 35 mètres de haut, cou verte principalement d’arbres et d’arbustes. On y trouve des traces d’activités agricoles modérées. Elle se jette dans l’océan Atlan tique.

Près de l’embouchure de la rivière Ba latá, une baignade appelée de ce nom est formée. Le fait d’avoir de l’eau douce et salée dans des endroits adjacents aug mente le plaisir des baigneurs.

La dernière des trois rivières est la San Juan. Son bassin est d’environ 49 kilomètres car rés. Il naît près de la ville de Los Algarrobos, à 3,5 kilomètres au nord-est de la ville de Samaná, et coule près de la plage d’El Valle, dans l’océan Atlantique. Parmi ses affluents figurent le ruisseau Grande, dans le bassin supérieur, et la rivière La Majagua, dans le bassin inférieur. L’aqueduc de Samaná est en cours d’adaptation pour que la rivière San Juan soit sa principale source d’appro visionnement en eau.

19. BASSIN DE LA RIVIÈRE HIGUAMO

Avec une superficie de 1 161 kilomètres carrés, le bassin de la rivière Higuamo est celui qui a la plus grande extension territo riale dans la région orientale du pays. Elle couvre une partie de la province de San Pedro de Macorís et, pour la plupart, celle de Hato Mayor. La rivière est longue de 70 kilomètres et a un débit historique mensuel moyen de 3,00 mètres cubes par seconde. Sa naissance se fait à proximité du quartier de San Rafael, affecté par les activités do mestiques de la ville et du bétail. Ses af fluents les plus importants sont les rivières Maguá, Casuí et Guamira.

La rivière Higuamo est la seule de la région orientale avec une source proche de celles de ses affluents. Le Casuí est à environ trois kilomètres linéaires à l’ouest. La terre entre eux est utilisée dans l’agriculture intensive, ce qui affecte ces naissances. D’autre part, la source de la Guamira est située à environ 1,3 kilomètre à l’est de Colonia San Rafael.

Les plus grands apports d’eau de la rivière Casuí proviennent du parc national Los Haitises, situé dans le nord-est du pays. En raison de cette condition, son débit est plus stable que celui des autres affluents de l’Higuamo. La première rivière bénéfi cie également d’avoir dans le sous-bassin qui la soutient plusieurs zones boisées qui, bien que fragmentées, contribuent à la pro duction d’eau. Les zones près de La Clara et Palmarejo se distinguent ; ceux proches de la région de Castellano, qui atteint la rivière Yabacao, un affluent de l’Ozama, et la zone située près de la confluence avec la rivière Maguá. La rivière avec le moins de présence arboricole présente dans son bas

sin supérieur est l’Higuamo elle-même.

De toutes les rivières de la région orientale du pays, l’Higuamo est la plus polluée de son bassin inférieur ; son estuaire est dans un état terrible. La plupart des industries opérant dans la ville de San Pedro de Ma corís rejettent des eaux usées dans cette rivière, avec peu ou pas de traitement. Il en va de même pour les activités domestiques dans les maisons situées sur ses rives. La faune et l’utilisation touristique possible de la région sont très endommagées.

Dans le bassin de l’Higuamo, il y a trois pro jets de barrage : un sur la rivière Higuamo elle-même, un autre à l’ouest, sur la rivière Casuí, et un autre, à l’est, sur la Maguá. Le reboisement des bassins supérieurs respec tifs devrait être une priorité élevée pour les autorités.

20. BASSIN DE LA RIVIÈRE SOCO

La superficie de ce bassin a 1 004 kilomètres carrés, en termes de superficie, et est la deuxième dans la région orientale du pays. Elle couvre une partie des provinces de San Pedro de Macorís et El Seibo. La rivière a une longueur de 90 kilomètres et un débit historique mensuel moyen de 11,52 mètres cubes par seconde (jaugé à Paso del Me dio). Elle est né au cœur de la Cordillère Orientale entre les collines Cuarón, Cabe za de Toro et El Coamo, à 369, 360 et 460 mètres au-dessus du niveau de la mer, re spectivement. Dans cette dernière colline naît également la rivière du même nom, et d’autres aquifères importants de la rivière Soco. Son principal affluent est la rivière El Seibo, dont le confluent se trouve dans la ville orientale du même nom. La zone de naissance de ce dernier est située près de la Loma La Herradura.

Vers la partie occidentale du bassin supérieur se trouve le sous-bassin de la riv ière Anamá, qui à son tour a la contribution de trois rivières importantes : la Guaiquía, la Magarín et la Cibao. Le canal de cette dernière, dans la partie du bassin supérieur, sert de frontière entre les provinces de Hato Mayor et El Seibo.

Suivant le même schéma que les autres bas sins de l’est du pays, la couverture arborée dans la zone de naissance de tous les afflu ents est plus faible dans le bassin supérieur et plus abondante du bassin moyen à son embouchure. La seule qui conserve une couverture arborée acceptable dans sa zone de naissance est la rivière Janabo, entre les

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collines du même nom et Loma Copeyes, à 596 mètres d’altitude.

Près de la Loma La Herradura, proche de la source de la rivière El Seibo, il y a encore l’un des meilleurs vestiges de forêts de la région orientale. Cependant, la région est fortement menacée par les activités agri coles ; la même situation est confrontée à la naissance de la Soco et de son affluent Guaiquía. Les sources des rivières Cibao et Magarín manquent de forêts primaires, mais ont des plantations de cacao ombragées. Jusqu’à présent, la zone de l’estuaire de la rivière Soco a des mangroves en bon état. Une partie de cet estuaire et l’embouchure de la rivière, qui atteint jusqu’à 300 mètres de large, peuvent être vus depuis le pont sur la route qui relie les villes de San Pedro Macorís et La Romana.

Les avantages les plus pertinents de ce bassin sont liés à la pêche, au tourisme na turel et à la navigation. Le Soco est naviga ble sur environ six kilomètres en direction de la municipalité de Ramón Santana. Il y a une compagnie qui emmène les touristes nationaux et étrangers sur une barge d’une capacité d’environ 30 passagers, de l’em bouchure de la rivière à cette ville. À cet endroit, la rivière mesure en moyenne 90 mètres de large et laisse de la place pour les flaques d’eau qui servent de baignade. Les excursions sont effectuées à plus petite échelle en bateaux et en chalupes. Sur le chemin, vous pouvez voir la forêt riveraine et des oiseaux tels que fulques, yaguasas (espèce de canard [Dendrocygna arborea]) et hérons. L’état de santé de l’estuaire et des mangroves favorise le développement des crabes, des crevettes et des larves de poissons, la subsistance économique des communautés voisines. La prolifération des bateaux et des restaurants avec des fruits de mer près de l’embouchure sont des signes de prospérité.

Lors de son passage par le Seybo, la riv ière Soco est extraite environ 0.200 mètres cubes par seconde pour alimenter l’aque duc de cette municipalité, qui dessert envi ron 48 000 utilisateurs.

21. BASSIN DE LA RIVIÈRE CUMAYASA ET NOTES SUR LA RIVIÈRE DULCE

Avec une superficie approximative de 278 kilomètres carrés, ce bassin couvre une par tie des provinces de San Pedro de Macorís, El Seibo et La Romana, toutes situées dans la région orientale du pays. Le canal com

biné de la rivière Cumayasa et son principal affluent, le ruisseau Hondo, délimitent la frontière de la province de La Romana avec les provinces susmentionnées.

Pratiquement tous les bassins versants d’amont de ce bassin sont situés dans la zone des plaines de la région orientale et sur des terrains vallonnés ou à faible pente. Ces zones sont dédiées aux pâturages et à la production de canne à sucre. La source de la rivière Cumayasa n’apparaît pas sur les cartes portant ce nom, mais la configura tion du schéma hydrographique du ruisseau Hondo correspond au même canal que le premier. En supposant ce critère, les origi nes de la Cumayasa pourraient être situées dans la Loma La Altagracia, une colline dont l’altitude maximale est de 308 mètres au-dessus du niveau de la mer.

Plus d’un quart de la surface du monument naturel La Cueva de las Maravillas (la Grotte des Merveilles) se trouve sur le territoire du bassin, ce qui garantit la surveillance et la protection de cette zone. Avec cette con dition, il est important de savoir que cette zone contient environ 85 pour cent du couvert forestier de l’ensemble du bassin. Par conséquent, la production régulière d’eau de la rivière Cumayasa dépend principalement de l’intégrité de la rivière Cumayasa et du monument naturel de la Grotte des Merveilles.

Il ne fait aucun doute que le sous-bassin du ruisseau Hondo, qui occupe plus de 60% du territoire du bassin, fournit la plus grande quantité d’eau de la rivière Cumayasa. Mais, le ruisseau Frío, situé dans la partie inférieure de la rivière, contribue également à l’écoulement de la rivière.

Le plus grand représentant de la valeur et de la beauté de ce bassin est son estuaire. L’eau salée de la mer pénètre en amont sur environ 12 kilomètres de l’embouchure, ha billant le lit de la rivière de couleurs vertes de différentes nuances, qui sont combinées avec le canyon de falaises couvertes par un épais bosquet de mangroves, de semis et d’autres espèces. Dans plusieurs tronçons de sa rive nord abondent les grottes de crabes combinées avec des arbres de man grove et dans les eaux et sur le sol, il est courant d’observer le mouvement des petit crabes gris. La rivière est navigable dans des bateaux moyens sur plus de 10 kilomètres de l’embouchure. Il y a aussi des espaces baignade, dont certains sont accessibles au public.

La rivière Dulce est située dans un petit bassin, adjacent à celui de Cumayasa. Les principaux affluents sont les ruisseaux Ni gua, El Caimito et Guaymate, dont l’origi ne se trouve dans les plantations de canne à sucre près du Batey Sabana Chavón. Les précipitations varient entre 1 200 et 1 400 millimètres par an.

Bien que La Romana soit la province du pays avec le couvert forestier le plus bas, seulement 11,5% de son territoire, il est sig nificatif que dans le bassin moyen et sur les rives de la rivière Dulce, le couvert forestier soit abondant.

Son estuaire est entièrement urbanisé. Dans cette zone, il y a des centaines de maisons sur les rives de la rivière et exploite une marina à partir de laquelle les bateaux qui vont à l’île de Catalina et d’autres lieux touristiques dans l’environnement marin de la ville touristique la Romana ont mis les voiles. Elle exploite également un quai où accostent les grands cargos.

Dans le secteur Altos de Río Dulce, il y a une baignade d’eau claire, très visité par les habitants locaux et les touristes étrangers. Au-dessus de la baignade se trouve la prise d’eau de l’aqueduc qui dessert certains secteurs de la Central Romana Corpora tion. Elle est précédé d’une zone avec une épaisse couverture arborescente.

22.BASSIN DE LA RIVIÈRE CHAVÓN

Son territoire est d’environ 811 kilomètres carrés, répartis entre les provinces d’El Sei bo (235 kilomètres carrés), La Altagracia (398 kilomètres carrés) et La Romana (178 kilomètres carrés). La rivière est longue de 84 kilomètres et a un débit historique men suel moyen de 4,97 mètres cubes par sec onde (jaugé à Santa Lucía). Ses origines et ses affluents du premier ordre sont situés entre la Loma del Medio et la Loma El Agua cate, respectivement à 600 et 640 mètres d’altitude. La rivière se jette dans la célèbre Boca de Chavón, après avoir bordé une par tie du parc d’Altos de Chavón et un port de plaisance appartenant au célèbre complexe touristique Casa de Campo. Cette rivière est l’une des plus connues de la région orien tale, célèbre pour les beautés des paysages naturels à couper le souffle qu’elle expose dans certaines parties de son bassin moyen et inférieur. Se distinguent les grandes fal aises situées dans les six derniers kilomètres de la rivière, qui continuent d’attirer le tour isme et l’industrie du celluloïd.

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Parmi les principaux affluents de la rivière Chavón figurent les rivières Chavoncito, Llano, Piedra et, principalement, la riv ière Quisibani, qui possède le plus grand des sous-bassins. Dans la partie centrale du bassin, la rivière Sanate est l’un des grands contributeurs à l’écoulement de la rivière Chavón ; ses eaux alimentent l’un des aqueducs de la région de Higüey. Pr esque tous ces cours d’eau ont encore une couverture arborée acceptable dans la par tie supérieure du bassin, mais comme les autres bassins de la région orientale, la con centration maximale de forêt se trouve dans la zone inférieure, en particulier dans les en virons de Casa de Campo et de l’aéroport international de ce complexe touristique.

Les falaises de l’estuaire sont situées des deux côtés du lit de la rivière, avec des hau teurs variables entre 10 et 40 mètres, atteig nant à certains endroits jusqu’à 60 mètres. Pour la plupart, elle est couvert de forêts. Beaucoup de mangroves près de l’embou chure ont été éliminées par les activités hu maines dans les environs de la ville de Boca de Chavón et dans l’expansion de la Marina de Casa de Campo.

Entre El Pintado et El Cuey, province d’El Seibo, il est prévu de construire un barrage sur la rivière Chavón. D’autre part, sur le pont badén de la rivière Chavón, une route qui va de La Romana à la ville de Higüey, la Corporation de l’aqueduc de La Roma na extrait un mètre cube par seconde d’eau pour l’aqueduc de cette dernière municipal ité. Ses utilisateurs sont d’environ 204 000 habitants.

23. BASSIN DE LA RIVIÈRE YABÓN ET NOTES SUR LES RIVIÈRES LA YEGUADA, MAGUA, CEDRO ET AUTRES

Le bassin est situé dans la province de Hato Mayor, directement à l’est de Los Haitises et au nord des bassins des rivières Higua mo et Soco. La rivière Yabón naît à Loma La Tortona, à environ 440 mètres d’altitude, entre les lieux Rompe Trapo et Palo Seco, une zone où prédominent le bétail et les petites plantations de cacao. Il n’y a pas de traces de forêts ou même de forêts river aines. Une route coïncide avec les limites de ses sources. Le Yabón se jette dans l’océan Atlantique, au milieu d’une zone boueuse, en raison de la déforestation dans le bassin supérieur.

Dans le bassin supérieur, la principale con tribution au débit de la rivière provient du

ruisseau Culebra, qui dans ses sections supérieures compte une vingtaine d’afflu ents.

La rivière Sano est un autre affluent import ant du Yabón, avec sa source près de colo nia San Rafael. Elle rejoint le Yabón un peu au nord de la ville d’El Valle. Deux autres affluents fournissent de l’eau à partir de Los Haitises. Le premier est la rivière Yanigua et le second est le ruisseau Piedra. À eux deux, ils reçoivent quinze drains qui proviennent du Parc National Los Haitises.

Les dernières statistiques sur le couvert forestier du bassin indiquent 16,81% des forêts et 16,7% des plantations de cacao. Mais cette couverture n’existe pas dans le bassin supérieur, de sorte que la rivière traîne beaucoup de sédiments dans la zone côtière marine et dans le canal Sanson, qui partage son embouchure dans la mer.

Dans le bassin supérieur de la rivière, il y a plusieurs attractions naturelles, dont le potentiel touristique doit être étudié, en particulier la cascade de Yabón, près de la communauté de Vicentillo. Une utilisation importante des eaux de la rivière est l’aq ueduc qui bénéficie à plus de 800 familles dans les communautés de Yabón, Vicentillo, Mancorneta et d’autres.

À l’est de ce bassin, jusqu’au côté ouest de la rivière Nisibón, il y a d’autres cours de rivière que nous commentons ici. Ce sont des rivières qui naissent dans la chaîne de montagnes Orientale, non loin de la mer, où la plupart d’entre elles coulent. Par conséquent, leurs extensions sont courtes. Parmi eux, les rivières Capitán et Las Cañi tas, utilisées par les riverins comme baig nades. En outre, les rivières Jovero, Jayán et La Yeguada, dont les embouchuresprincipalement les deux dernières - sont des zones actives de pêche d’espèces qui ont besoin d’eau douce et salée. La rivière Magua (à ne pas confondre avec celle qui traverse Hato Mayor) se distingue, car com me la rivière La Lisa, elle contient son cours supérieur dans le parc national saltos de La Jalda. La hauteur de ce saut, de 120 mètres, dépasse toutes celles des Caraïbes.

Il y a aussi la rivière Cedro. Selon certains habitants, plusieurs espèces de poissons que l’on ne voit presque plus prospéraient ici il n’y a pas si longtemps. Cependant, dans la zone où ses eaux se mélangent à celles de la mer, la pêche à la civelle est

toujours présente, une activité courante et très rentable dans de nombreuses zones de cette région.

24. BASSIN DE LA RIVIÈRE MAIMÓN ET NOTES SUR LA RIVIÈRE NISIBÓN

Le bassin de cette rivière de 182 kilomètres carrés est situé dans la province de La Al tagracia, dans une zone de fortes précipi tations. Son profil topographique s’étend jusqu’à l’extrémité orientale de la Cordillère Orientale. La rivière a une longueur de 32 kilomètres et un débit mensuel moyen de 2,81 mètres cubes par seconde (jaugé à La Guama 1). Sa source est proche de la Loma Los Gafos, à 285 mètres d’altitude, près et au sud-est du bassin de la rivière Nisibón, où naissent également certains affluents de cette dernière. Elle se jette dans l’océan At lantique, via l’estuaire de Maimón, situé à Las Lagunas de Nisibón.

Les principaux affluents de la rivière Maimón sont les rivières Guayabo et Llano et, dans une moindre mesure, la Guanche. La nais sance des deux derniers est à Loma Vieja, à 736 mètres d’altitude.

Les eaux de la rivière Maimón sont utilisées dans l’irrigation des rizières et comme baig nade dans les installations d’écotourisme de l’Ecopark pour le divertissement de ses clients.

Environ 85 pour de cent du territoire de ce bassin est dédié à l’élevage ; les quelques conglomérats des strates arboricoles ne dépassent pas 15 pour cent. La plupart se trouve dans la partie haute du ruisseau Las Cañas, entre les collines de Los Gafos, Los Grayumos et Séptimo Cielo, et un autre près de la confluence des rivières Llano et Maimón.

L’une des zones les plus intéressantes du bassin inférieur est près de l’embouchure de la rivière, où il y a environ 1,37 kilomètre carré (137 hectares) de mangroves, de nom breux jets d’eau et des zones humides. La pénétration de la mer dans la partie in férieure de la rivière forme l’estuaire de Maimón et un marécage ou étang naturel. Cette caractéristique géographique, ainsi que les mangroves et les zones humides de la rivière, sont sous protection avec la catégorie de refuge faunique Ría de Maimón, dont la superficie est de 4,85 ki lomètres carrés. La beauté des paysages, la diversité de sa faune et les ressources halieutiques dont profitent les habitants des communautés environnantes sont des

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raisons suffisantes pour préserver ce joyau du territoire dominicain et le bassin qui le soutient.

À l’ouest de ce bassin se trouve un plus pe tit, le bassin de la rivière Nisibón, avec 38 kilomètres carrés, dont 20 kilomètres carrés sont situés dans la province de La Altagracia et dans le reste de la province d’El Seibo, où se trouve la source de la rivière, entre les collines El Aguacate, à 520 mètres d’al titude, et Picacho, à 380 mètres d’altitude. Plus de 90 pour cent du lit de la rivière fait partie de la démarcation des provinces sus mentionnées. Les principaux affluents de la rivière Nisibón sont le Brazo Chiquito, le Guamiabano et, dans la partie inférieure du bassin, le ruisseau Benito. Les cours et les canaux de plusieurs d’entre eux alimentent les canaux qui irriguent des champs de riz.

25. BASSIN DE LA RIVIÈRE ANAMUYA ET NOTES SUR LA RIVIÈRE DUEY-YUMA

La surface de ce bassin, avec son ruisselle ment naturel, est d’environ 86,8 kilomètres carrés. Il est situé à l’extrémité côtière orien tale de l’île, dans la province de La Altagra cia, localisée à l’extrémité est de la Répub lique Dominicaine. La rivière est d’environ 38 kilomètres de long et a un débit his torique mensuel moyen de 1,49 mètre cube par seconde (jaugé à El Mamey). Elle est né dans la Cordillère Orientale, entre les collines Palmarito et Blandino, à 440 et 445 mètres d’altitude, respectivement.

La grande surprise de ce bassin est décou verte dans le Salto de Anamuya ou Ana muyita, situé à la place du même nom, à environ 14 kilomètres au nord-ouest de la ville de Higüey, à laquelle on accède par une route de détour à la sortie de la ville vers la célèbre destination touristique de Punta Cana. La structure de cette baignade, avec des terrasses en pierre, des eaux qui se faufilent entre elles et de petites cascades, semble faite à la main. C’est un atout touris tique encore peu utilisé.

Actuellement, plus de 70 pour cent du ter ritoire dans la zone des sources de la riv ière Anamuya et de ses principaux affluents dans son bassin supérieur sont dédiés à l’élevage. Un seul affluent près du lieu de naissance a une couverture arborée, le ruis seau Gollo, situé sur la butte Palmarito men tionnée ci-dessus.

Une particularité de ce bassin est que les collines avec des altitudes plus élevées sont situées approximativement dans le bassin

moyen et sur les deux rives des rivières. L’un est La Cotorra et l’autre est La Sierra, à 465 et 600 mètres d’altitude, respectivement. Chacune offre un couvert forestier relative ment stable.

Dans le bassin inférieur, les ruisseaux Mina, Limón et Los Dajaos se distinguent comme affluents. Comme dans la plupart des bas sins de la région orientale, dans la rivière Anamuya, la présence de forêts est plus abondante à proximité de son embouchure

Au sud-ouest, et à côté de ce bassin, se trouve le bassin des rivières Duey-Yuma, d’une superficie de 75 kilomètres carrés, également situé dans la province de La Al tagracia. Ces noms combinés des rivières Duey-Yuma et Isa-Mana, dans le bassin de Haina, sont les seuls du pays ainsi nommé.

Les sources de ces rivières ne sont pas en tièrement définies, mais il est probable qu’elles se trouvent au-dessus de Loma Vieja, provenant des ruisseaux Canal Maco Oso et Mamoncito. Plus bas, à l’ouest de la communauté de Los Cacaos, il est pre vu de construire le barrage de Duey. Les plaines de ce bassin dépassent 80% de son territoire, pour occuper les premières places avec cette caractéristique topographique. Dans son avance vers la mer, il traverse un estuaire étroit d’environ 1,5 kilomètre de long, avec des hauteurs de 5 à 10 mètres, et se jette dans la baie de Yuma. Dans cette région, la pêche est très active.

Un problème préoccupant est que le cou vert forestier de ce bassin est beaucoup plus important à proximité du territoire côti er que dans la zone de sa naissance, où les enclos prédominent. Le reboisement dans ces endroits est important, mais il est crucial si vous voulez avoir assez d’eau pour con struire un barrage.

4. RÉFLEXIONS

Dans le voyage que nous avons fait pour élaborer ce livre, nous avons eu l’occasion de réfléchir, une fois de plus, sur les valeurs et les avantages de nos rivières, le besoin impératif de les conserver et de tirer parti des investissements importants réalisés par l’État dominicain en matière d’eau.

Depuis le début des années soixante, 36 barrages ont été construits pour environ 2 162 millions de dollars, 2 040 kilomètres de canaux d’irrigation, de digues, de pris es d’eau, de tuyaux d’aqueduc, de sta tions d’épuration et d’autres similaires pour

stocker l’eau, la purifier et la conduire aux utilisateurs. Dans la plupart des cas, on s’at tend à ce que dans ces constructions l’ap provisionnement du précieux liquide soit plus ou moins constant, sauf en cas de force majeure.

Bien que certains secteurs productifs et segments de la population rencontrent déjà des difficultés à obtenir de l’eau dans la quantité et la qualité dont ils ont besoin, beaucoup poursuivent leurs activités domestiques quotidiennes et leurs investissements privés, sans penser à la possibilité que la demande croissante d’eau et sa disponibilité décroissante mettent en péril leur bien-être et leurs investissements publics et privés. D’autres considèrent l’eau comme un liquide indispensable, mais la re lation entre cette ressource et les fleuves, et notamment l’importance des deux et des forêts, échappe à leur préoccupation. Ou tout simplement ils ne comprennent pas cette relation dans sa juste dimension.

Les investissements et les travaux cités ci-dessus n’ont pas été réalisés par caprice.

Les valeurs et les avantages des rivières sont évidents, certains quantifiables et d’autres avec des résultats visibles. L’agriculture est l’un des secteurs les plus dépendants et en même temps les plus favorisés, et à l’in térieur de cette ligne se trouve le riz, dont environ 1 300 000 tareas (82 000 hectares) sont plantées deux fois par an, grâce au fait que 98% des terres reçoivent de l’eau d’ir rigation.

Les données de la Banque centrale de la République Dominicaine ont enregistré une production de riz décortiqué en 2021 de 1 006 394 tonnes métriques, d’une val eur équivalente à 392,9 millions de dollars américains. La production annuelle de hari cots était de 38 335 tonnes métriques d’une valeur de 53,9 millions de dollars EU et celle de bananes plantaines pour la même péri ode, de 2 634 millions d’unités, évaluée à 427,82 millions de dollars EU. A ces valeurs s’ajoutent les exportations de 23 millions de boîtes de bananes, pour un montant ap proximatif de 300 millions de dollars EU, les exportations d’avocats et de mangues, près de 100 millions de dollars EU, la production de 5,7 millions de quintaux de tomates in dustrielles, pour une valeur approximative de 22 millions de dollars EU, et bien d’au tres articles, que sans l’eau des rivières, elles ne seraient pas produites.

Un autre secteur qui en a bénéficié, avec des

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valeurs quantifiables, est la production hy droélectrique, très importante pour que le pays continue à se libérer des combustibles fossiles, de dépenses en devises étrangères et à réduire son empreinte carbone. La Ré publique Dominicaine compte 36 barrag es, avec une capacité de stockage d’eau approximative de 2 189 millions de mètres cubes. Parmi ceux-ci, 27 disposent d’équi pements de production hydroélectrique, avec une capacité installée de 631,86 méga watts (13%) du parc de production total du pays, qui en 2021 a produit environ 1 360 gigawattheures, sept pour cent de l’énergie nette fournie dans le système national inter connecté (SIN), pour une valeur de 200 mil lions de dollars américains, qui comprend la valeur de la production, de l’énergie ferme et du service de régulation de fréquence, selon les données obtenues auprès de L’or gane De Coordination du SIN. Dans l’ensemble des 27 barrages avec des capacités hydroélectriques installées, de l’eau turbinée est réutilisée dans les canaux d’irrigation ou renvoyée dans le lit de la rivière. Dans plusieurs, elle est utilisée dans les aqueducs, avant et après avoir été turbiné et, dans certains canaux d’irrigation alimentés par les réservoirs des barrages, l’eau conduite est turbinée puis renvoyée dans ces canaux. Les neuf barrages restants stockent l’eau pour l’irrigation, à plus ou moins grande échelle. En général, tous les barrages maintiennent des réserves d’eau pour les périodes de pénurie et beaucoup ont été construits dans le but supplémen taire de contrôler les inondations dans les zones de basse altitude. Dans plusieurs d’entre eux, des sports nautiques sont pra tiqués et les poissons sont élevés dans des cages, une activité qui soutient la vie de nombreux membres de la communauté.

Dans plusieurs régions du pays, les tenta tives de construction de barrages ont pro voqué des protestations de la part de cer tains secteurs de la population, fondées sur des préoccupations concernant le déplace ment d’établissements humains et d’éven tuels dommages à l’environnement. Sans aucun doute, ces préoccupations doivent être prises en compte lors de l’identification des lieux d’implantation des barrages et de leur conception. Il ne fait aucun doute que ces préoccupations doivent être prises en compte lors de l’identification des endroits où localiser les barrages et de leur concep tion. Cependant, il est nécessaire que les avantages et les inconvénients de ses con

structions soient faits par des analyses in tégrées, y compris diverses disciplines, ceux qu’ils favorisent, quelle sera la disponibilité en eau dans cette région à moyen et à long terme et quel est et pourrait être à l’avenir le statut de la couverture végétale du bassin versant potentiel. La pire chose qui pourrait arriver est de repousser la construction d’un barrage à cause de malentendus et d’avoir à le reprendre des années plus tard, pr esque à niveau de l’urgence et faire face à des coûts plus élevés.

Lors de la conception et de l’exploitation d’un barrage, le débit écologique doit être garanti afin de minimiser les perturbations éventuelles de la zone concernée. D’autre part, le maintien d’une couverture arborée dans le bassin de versant d’un barrage est indispensable à son fonctionnement ; elle bénéficie à tous les organismes qui gèrent cette ressource et bénéficie au pays. Le choix des lieux de construction d’un barrage devrait être l’occasion pour ces organismes d’investir des ressources financières pour augmenter la couverture forestière, avant la construction, et l’entretenir après.

De nombreux projets intéressants de bar rages et d’assainissement sont en cours pour exploiter les eaux de diverses rivières. Étant donné qu’il est impératif de stocker l’eau, les constructions de petits barrages devraient être augmentées. Dans l’em blématique Ozama, les plus grands efforts ont été concentrés sur la conservation du bassin. Lorsque son reboisement progres se, on pense que les eaux de cette rivière devraient être endiguées avant d’atteindre la municipalité de Yamasá. Non seulement pour en profiter davantage, mais aussi pour contrôler l’inondation constante des zones de basse altitude. De même, dans ses sec teurs élevés, les eaux cristallines de la riv ière Guanuma devraient être davantage utilisées.

D’autres valeurs et avantages des rivières sont plus difficiles à quantifier, mais non moins importants : la valeur paysagère, la pêche, principalement dans les estuaires, les activités récréatives et touristiques dans les baignades et les courants rapides, la subsistance de la flore et de la faune, et bien plus encore.

Face à toutes ces valeurs et avantages, la voie est claire : nous ne devons pas per mettre que les erreurs du passé se répètent, lorsque les intérêts commerciaux ou l’igno rance de certaines personnes ont provoqué

la prédation de la plupart de nos bassins versants, pollué les rivières et même les as séchées. Grâce à la continuité des actions de plusieurs organisations gouvernemental es et privées, nous avons progressé, mais nous devons continuer à agir avec détermi nation, conscients que l’inversion des cou tumes, des habitudes de prédation envi ronnementale et des dommages accumulés nécessite des efforts plus importants et des investissements économiques continus.

Que faire ? Les détails d’un plan de gestion et de conservation de nos rivières et bassins versants échappent à la nature de ce livre. Nous soulignons seulement ici la nécessité de maintenir l’intégrité des aires protégées et de leur biodiversité, principalement celles des montagnes, de renforcer les pro grammes avec des approches intégrées de la gestion des bassins versants et de leurs environs, ce qui comprendra, entre autres, des activités de restauration, soutien aux alternatives de production pour les habi tants des bassins et compensations envi ronnementales, tant monétaires que dans les services. La restauration des bassins versants des barrages du pays devrait être considérée comme une priorité.

Pour agir, il faut admettre qu’une seule in stitution n’a pas la capacité de résoudre les problèmes de ces espaces vitaux, mais qu’il faut rechercher la participation organisée de ses habitants et des agences gouvernemen tales et non gouvernementales qui affectent la région.

Il est encourageant de constater que dans le cadre de la responsabilité sociale et de l’objectif de développement durable de plusieurs entreprises du pays, la priorité est donnée à la conservation de l’environne ment et des ressources naturelles, ainsi qu’au soutien aux communautés clés. Se démarque la participation de Banco Pop ular Dominicano et de sa société mère, Grupo Popular, qui soutient depuis plus de deux décennies le Plan Sierra, un partenar iat public-privé pionnier dans la mise en place de systèmes de production intégrés, d’une gestion forestière appropriée et de services communautaires, qui ont amélioré le couvert forestier et le réseau d’eau de La Sierra ; vital pour maintenir le débit de la Yaque del Norte et l’approvisionnement en eau pour l’irrigation, l’eau potable et la pro duction d’énergie hydroélectrique.

Le Plan Sierra a servi d’inspiration et de modèle à d’autres organisations, telles que

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la Fondation Sur Futuro, le Conseil de dével oppement de San José de Ocoa, le Plan Ya que, Inc et l’Association pour le développe ment de Santiago (APEDI) pour mener des actions similaires dans les territoires où elles affectent. L’État dominicain, par l’intermédi aire de la Commission présidentielle pour la gestion et la gestion du bassin de la rivière Yaque del Norte, soutient également des actions en faveur de cette rivière.

Le secteur des entreprises a un impact clé sur l’agenda public en matière d’environne ment, en particulier à travers des associa tions telles que le Réseau national de sou tien aux entreprises pour la protection de l’environnement (Ecored), qui cherche à sensibiliser les entreprises et la société en général à la nécessité d’intégrer une culture de responsabilité sociale et de développe ment durable qui préserve notre biodiver sité et ses ressources naturelles, promou vant des partenariats dans la poursuite du développement économique, social et en vironnemental du pays.

Banco Popular est l’un des fondateurs et sponsors d’Ecored, ainsi que le sout ien d’un grand nombre d’autres initiatives dans ce domaine, en collaboration avec la Fundación Popular, l’entité responsable de l’agenda social du Grupo Popular. En ce sens, ils ont financé un grand nombre d’initiatives communautaires qui visent à améliorer l’environnement et les ressources naturelles, ainsi qu’à fournir des moyens de progrès aux communautés. Les faits saillants comprennent la mise en place de centrales micro hydroélectriques dans le sud du pays, qui apportent de l’électricité et de l’eau po table à de nombreuses colonies, et la con struction de lagunes artificielles pour purifi er les eaux usées dans les zones riveraines du Yaque del Norte, avec des méthodes organiques qui réduisent la possibilité de contamination de nombreuses rivières dans la région et augmentent les conditions de santé des bénéficiaires de la communauté.

Une autre initiative de grande importance a été le soutien du Grupo Popular aux Fonds de l’eau de Saint-Domingue et du Yaque del Norte, entités composées de diverses entreprises et institutions dominicaines, tell es que le ministère de l’Environnement et des Ressources Naturelles, la Corporación de Acueductos y Alcantarillado (CAASD), Ecored, la Fondation Propagás, Bepensa, Coca Cola Company, Fundación Popular, Fundación Sur Futuro, Sociedad Industrial Dominicana, S.A., Grupo Universal, Centro

para el Desarrollo Agropecuario y Forestal (Cedaf) et quelques sociétés étrangères tell es que la Banque interaméricaine de dével oppement (BID), The Nature Conservancy (TNC) et d’autres. Par le biais d’un fonds fiduciaire, ils soutiennent techniquement et financièrement les exécutants des actions de reboisement, de la gestion du couvert végétal et des services communautaires, qui profitent à la production et à la qualité de l’eau des rivières Ozama, Isabela et de plusieurs de leurs affluents, ainsi que de la rivière Yaque del Norte et de ses affluents. Ces deux fonds peuvent servir de points de référence pour l’établissement de fonds similaires dans des bassins individuels pri oritaires ou des groupes de bassins voisins.

Dans le cadre des actions du plan de gestion et de conservation des fleuves et des bas sins versants, l’éducation environnementale n’est pas moins importante. Celle-ci doit atteindre toute la société et être prêchée dans les écoles, les rues, les zones rurales et les universités par des personnes bien informées sur le sujet, qui savent communi quer avec simplicité, entre autres, l’ABC du cycle de l’eau et, principalement, parce que sans une couverture forestière adéquate dans les montagnes, nous allons manquer d’aquifères et de rivières, qui sont des ré seaux de vie.

Biographie

Domingo Marte est né à San Francisco de Macorís, en République Dominicaine, le 3 janvier 1939, près de la rive de la rivière Jaya et a vécu une partie de son enfance et de son adolescence à Nagua, face à la baie écossaise. Diplômé agronome de l’Institut polytechnique Loyola de San Cristóbal en 1961, il obtient son Bachelor of Science à la Texas A&M University en 1969, revalidé en tant qu’ingénieur agronome de l’Université nationale Pedro Henríquez Ureña (UNPHU).

En 1973, il a obtenu une maîtrise en sci ences agricoles de l’Université de Floride.

Il est diplômé en développement humain, cinématographie et photographie, et a par ticipé à plusieurs ateliers narratifs.

Il a travaillé pour le secrétaire d’État à l’Ag riculture, le Conseil monétaire de la Banque centrale de la République Dominicaine et The Nature Conservancy. Il est conseiller bénévole auprès de la Fondation Sur Futuro et du Centre de développement agricole et forestier (CEDAF).

Il a écrit des centaines d’articles techniques

sur l’agriculture, le développement rural et l’environnement. Il a publié le roman « Madre de las Aguas » en 1999, réédité plus tard sous le titre « La Sonrisa de la Montaña ». Il a été premier prix du concours littéraire parrainé par l’Université O&M en 2001, avec l’œuvre intitulée « Recuer dos y memorias de Nagua » (Souvenirs et Mémoires de Nagua) ; a publié « Ecos de la Costa » (Échos de la côte), un livre insti tutionnel de Banco Popular Dominicano, en 2016 et « Frutas en República Dominicana » (Fruits a la République Dominicaine), un travail parrainé par le Conseil de l’agro-in dustrie dominicaine (JAD), en 2020. Il a remporté plusieurs prix dans les catégories de roman et de la photographie, dans les Concours d’art et littérature de la Banque centrale et dans des concours organisés par la Fondation mondiale pour la démocratie et le développement.

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Este libro RÍOS DOMINICANOS Redes de vida,

terminó de imprimirse en el mes de noviembre de 2022, en los talleres de la imprenta AMIGO DEL HOGAR, Santo Domingo, República Dominicana.

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English version Pág. 245 • Version française Pág

2hr
pages 275-304

Río Limón Pág. 193 Río Duey-Yuma Pág

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pages 237-274

Río Higuamo Pág

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pages 201-204

Río Maimón Pág

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pages 229-232

Río Chavón Pág

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pages 217-222

Río Anamuya Pág

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pages 233-236

Río Yabón Pág

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pages 223-228

Río Dulce Pág

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pages 214-216

Río Cumayasa Pág

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pages 211-213

Río Boba Pág

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pages 157-168

Río Yásica Pág

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pages 147-156

Río Nigua Pág

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pages 141-146

Río Yuna Pág

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pages 123-140

Río Nizao Pág

7min
pages 103-114

Río Bajabonico Pág

2min
pages 89-94

Río Haina Pág

4min
pages 115-122

Río Yaque del Norte Pág

15min
pages 71-88

Río Artibonito Pág

5min
pages 23-30

Río Masacre Pág

3min
pages 31-36

Río Yaque del Sur Pág

11min
pages 45-64

Río Tábara Pág

2min
pages 65-70

Presentación: Christopher Paniagua Pág. 7 • Prólogo: Frank Moya Pons Pág

5min
pages 9-12

Introducción: Domingo Marte Pág

14min
pages 13-22

Río Bahoruco Pág

2min
pages 41-44

Río Nizaíto Pág

2min
pages 37-40
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