Ricardo Sánchez Consuegra - Jorge Carreño R. - Roberto Cuentas C. - Lorena Molina San Juan
a) Estadísticamente hablando, aunque el porcentaje de neonatos que requieren asistencia es pequeño, el número real de neonatos que necesitan ayuda es grande, dado el gran número de nacimientos. b) De acuerdo con la morbilidad y rehabilitación, las complicaciones derivadas de la falta de asistencia pueden ser fatales o asociadas con problemas que pueden durar toda la vida y c) Que una reanimación realizada con habilidad en un recién nacido usualmente es exitosa y el éxito es una de la experiencias más gratificantes para el hombre.
Como neonatólogos sabemos que, independientemente de la causa predisponente, en cualquier momento del embarazo se puede presentar la pérdida del bienestar fetal, situación que condiciona un posible deterioro del recién nacido y la necesidad de reanimación cardiopulmonar del neonato. Se estima que un 10% de todos los recién nacidos van a requerir
algún tipo de reanimación al nacimiento, siendo este porcentaje mucho más elevado en los recién nacidos prematuros. La mayoría de neonatos iniciará la respiración tras sencillas maniobras de aspiración de la vía aérea, secado y estimulación táctil, y solo unos pocos precisarán ventilación con bolsa y máscara; un 1% requerirá de maniobras complementarias como compresión torácica, intubación endotraqueal o administración de medicamentos. El tener información de la madre y sus antecedentes, sobre los factores de riesgo (cuadro 1) durante el embarazo o en el curso del parto, nos ayuda a anticipar los posibles problemas, pero como no siempre es posible predecir si un recién nacido necesitará o no reanimación, debemos anticiparnos, preparando y coordinando el equipo material y humano de reanimación en todos los nacimientos como si se fuera a requerir la reanimación, ya que de esto depende en buena medida la eficacia de la misma.
Cuadro 1 Factores preparto 1. Diabetes materna. 2. Hipertensión inducida por el embarazo. 3. Hipertensión crónica. 4. Anemia o isoinmunización. 5. Muerte fetal o neonatal previa. 6. Hemorragia. 7. Infección materna. 8. Enfermedad cardíaca. 9. Polihidramnios. 10. Oligohidramnios. 11. Ruptura prematura de membranas. 12. Hidropesía fetal. 13. Gestación postérmino. 14. Gestación múltiple. 15. RCIU. 16. Medicamentos. 17. Uso de drogas. 18. Malformaciones fetales. 19. Actividad fetal disminuida. 20. Falta de control prenatal. 21. Edad < 16 o > 35 años.
Factores intraparto 1. Cesárea de emergencia. 2. Nacimiento con fórceps. 3. Presentación anormal. 4. Parto prematuro. 5. Parto precipitado. 6. Corioamnioitis. 7. RPM (> 18 h antes del nacimiento). 8. Parto prolongado (>24 h). 9. II parte del parto prolongado (>2 h). 10. Macrosomía. 11. Bradicardia fetal persistente. 12. Frecuencia cardíaca fetal no reactiva. 13. Uso de anestesia general. 14. Hiperestimulación uterina. 15. Narcóticos administrados a la madre 4 horas antes. 16. Líquido amniótico teñido de meconio. 17. Prolapso de cordón. 18. Desprendimiento prematuro de placenta. 19. Placenta previa. 20. Hemorragia intraparto.
CCAP Volumen 6 Número 4
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