Reflexiones sobre la gestión del agua en América Latina y el Caribe
ni tampoco por proyectos de este tipo que puedan competir ahora o en el futuro. Mientras que, por otra parte, es importante la energía como insumo que afecta los costos de extracción de agua subterránea en un acuífero que está en descenso. Por esta razón, habría un espacio para evaluar si pueden incorporarse en el sistema de tarifas de energía los elementos para una gestión más eficiente y equitativa del agua.
6. Ecosistema en el contexto del cambio climático El valle de Ica se ha desarrollado históricamente en medio de un ecosistema desierto con tendencia a desertificación producto de la ocupación humana del espacio (Peña, Sánchez y Pari, 2010). Influye mucho en este proceso que casi la totalidad del agua utilizada en el valle provenga de la oferta generada en las partes media y alta de la cuenca, con un régimen de lluvia irregular y con fuertes pendientes que no favorecen la retención del agua, tendiendo a generar eventos extremos como inundaciones y sequías. En algunos casos (especialmente el trasvase de Choclococha y futuros trasvases), la cuenca de Ica recibe agua de zonas relacionadas a glaciares, que han decrecido en las últimas dos décadas debido al cambio climático (Perú/ANA, 2014; Llosa, 2014). La zona relacionada al sistema Choclococha presenta la pérdida en un 90% de la superficie glaciar y desaparición de glaciares en la Cordillera del Chonta (221 kilómetros cuadrados entre los años 1980 y 2010), así como el cambio de régimen de alimentación de lagunas y pérdida de estabilidad de lagunas y bofedales: “a partir del año 2005 es más visible la pérdida de los glaciares. Actualmente la alimentación de las lagunas es principalmente a partir de las lluvias, nevadas y granizadas, generando un cambio en el régimen de alimentación … Así mismo, las lluvias intensas, sequías y bajas temperaturas, vienen generando impactos negativos sobre el suelo y los ecosistemas de pastizales … en el periodo del 2003-2013, se reportaron un total de 944 hectáreas de suelos y cobertura natural afectados principalmente por las lluvias intensas” (Perú/GORE de Huancavelica, 2017). Estos efectos del cambio climático ya se han hecho sentir en cuanto al decrecimiento de manera significativa, en las últimas dos décadas, en la oferta de agua que puede ser trasvasada del sistema de lagunas de Choclococha (Peña, Sánchez y Pari, 2010). La situación también afectará a cualquier proyecto futuro que pretenda trasvasar agua desde zonas relacionadas a glaciares andinos. En cuanto a la calidad del agua, el acuífero de Ica está sometido no solo al problema de sobreexplotación, sino también al alto riesgo de contaminación por acción humana. Este acuífero es considerado de vulnerabilidad extrema a la contaminación (Peña, Sánchez y Pari, 2010) debido a sus características específicas: alta permeabilidad y gran cantidad y diversidad de actividades humanas que se desarrollan en las áreas de su superficie. Los principales riesgos de contaminación provienen de los residuos de naturaleza líquida, producto de la actividad humana. En las zonas agrícolas, la contaminación puede provenir del uso excesivo e inadecuado de agroquímicos, que podrían infiltrarse al subsuelo y al acuífero. Otro peligro representan los residuos orgánicos en descomposición, o de aquellos incinerados, que pueden saturarse e infiltrarse con el agua de riego. En las zonas urbanas hay peligro de contaminación por actividades industriales y por la posible rotura de la red de alcantarillado, tanto por falta de mantenimiento como por un posible sismo30. En las zonas periurbanas y rurales del valle también se utilizan letrinas, que suelen establecerse en zonas permeables. El otro tema de alta relevancia es el acelerado proceso de desertificación y pérdida de paisaje (incluyendo flora y fauna) de importancia para el ecosistema y el desarrollo de actividades recreativas y turísticas en el área. Un caso emblemático es el desecamiento del sistema de lagunas 30
Ica se encuentra en una zona altamente sísmica.
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