Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL)
coordinación entre ellos. Es decir, que en general son pocas las acciones que pueden calificarse como un “conjunto de acciones previamente coordinadas para manejar el agua y sus cuencas de captación”. Cabe mencionar además, en forma breve, que existen también una gran cantidad de modalidades de estudios, investigación y enseñanza de prácticas de gestión de cuencas. En general, en los países de la región, hay más investigaciones y programas de estudio de “manejo de cuencas” (ligados a escuelas hidrológico–forestales y de conservación de suelos) que de gestión del uso múltiple del agua por cuenca (vinculados a programas de ingeniería civil hidráulica y de administración de empresas), y casi ninguno orientado a la concepción moderna de “gestión integrada” del agua32. En materia de creación de capacidades, la formación en gestión del uso múltiple del agua, gestión empresarial de servicios públicos vinculados al agua, opciones de regulación y participación del sector privado en la prestación de dichos servicios, así como legislación de agua, puede adquirirse en los países de la región normalmente sólo en base a cursos cortos pero no a nivel de maestría o doctorado. Ha existido además una enorme cantidad de “cuencas piloto”, usualmente con períodos muy cortos de duración de las investigaciones (por cuanto sobreviven sólo con proyectos), no tanto para investigación hidrológica (cuencas múltiples, pares, unitarios, “benchmark” y otras variantes), si no más bien orientadas a ensayos de participación comunal en aplicación de prácticas de manejo de cuencas. En lo referente a investigaciones sobre agencias, corporaciones, entidades o consejos de cuenca con fines de uso múltiple del agua, se está recién empezando un proceso de recopilar y comparar las experiencias obtenidas tanto a través de los talleres de gerentes de organismos de cuenca (CEPAL, 1998b y 1999) como por medio de la RIOC.
3. Una aproximación hacia la clasificación de entidades de cuenca según sus funciones
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Las experiencias de los países de la región en la creación de entidades de gestión del agua a nivel de cuencas son sumamente heterogéneas en sus orígenes, objetivos y alcances, lo que sugiere la conveniencia de clasificar dichos enfoques de acuerdo con algunos criterios. Como la gestión del agua se realiza normalmente a nivel de jurisdicciones político–administrativas cuyos límites no necesariamente coinciden con los territorios de las cuencas, las autoridades de aguas disponen de varias opciones en lo que a la creación de estructuras administrativas en el ámbito de cuencas se refiere. Un análisis de las experiencias recientes de los países de la región en la creación de entidades de gestión del agua en el ámbito de cuencas indica que las opciones principales son las siguientes (Jouravlev, 2001a): • Entidades de cuencas interjurisdiccionales y transfronterizas. Cuando varias jurisdicciones político–administrativas gestionan y aprovechan un recurso compartido (interjurisdiccional, en el caso de una cuenca compartida por entidades federativas en un país federal, o transfronterizo, en el caso de una cuenca compartida por varios países), las acciones adoptadas por una jurisdicción pueden afectar a la otra y viceversa, por lo que pueden decidir que vale la pena crear un mecanismo de coordinación o gestión conjunta –sobre todo si comparten una obra hidráulica, como las centrales hidroeléctricas de Itaipú (Brasil 32
Las instituciones vinculadas a la gestión de los recursos hídricos de los países de la región presentan una serie de problemas que afectan directamente el desempeño de los funcionarios que ocupan cargos directivos. Ello ha inducido a esos organismos a plantear la necesidad de promover la capacitación de su personal con responsabilidades gerenciales. Teniendo a la vista estos antecedentes, la CEPAL, por medio de la División de Recursos Naturales e Infraestructura, y con el aporte de la Deutsche Gesellschaft für Technische Zusammenarbeit (GTZ) y el Gobierno de la República Federal de Alemania, formó un grupo de trabajo, que realizó un diagnóstico de la situación y, con estos antecedentes, estructuró un Programa de Capacitación para la Gestión Integral de los Recursos Hídricos (CEPAL, 1991). Su propósito es ofrecer a las instituciones docentes de la región una alternativa de base para el desarrollo de programas de capacitación en gestión integrada del agua para administradores de los recursos hídricos.