Reflexiones sobre la gestión del agua en América Latina y el Caribe
la información que está disponible o el posible uso de procedimientos de cuantificación alternativos, asignándoles un peso que refleje su importancia en la dimensión respectiva. • Asegurar que los indicadores reflejen los elementos centrales de una gestión integrada de los recursos hídricos (equidad social, sustentabilidad ambiental y eficiencia económica). Por su parte, la OCDE (2013), consistentemente con su concepción de la seguridad hídrica vinculada estrechamente al análisis de riesgos, propone una metodología que consiste primeramente en identificar y conocer los riesgos asociados al agua, establecer los niveles de riesgo que resultan aceptables para la comunidad, y, finalmente, manejar los riesgos mediante políticas públicas apropiadas para alcanzar los niveles de riesgo aceptados.
3. ¿Por qué utilizar el concepto de seguridad hídrica? En general, el análisis de la seguridad hídrica de un país o de un determinado territorio (región, provincia, municipio o cuenca) presenta diversas ventajas que han contribuido a su popularización a nivel global. En relación con lo anterior, surge la pregunta acerca de cuál sería —para los países de América Latina y el Caribe— la utilidad de su aplicación. Al respecto se pueden señalar las siguientes: • Enfatiza la importancia del agua en el desarrollo social y económico, y la necesidad y responsabilidad de su priorización por los gobiernos. El concepto de seguridad hídrica se centra en los problemas que afectan la sociedad y las personas, estableciendo un vínculo con los temas de acceso y la gestión del agua, y no en las estrategias para resolverlos. De este modo, se trata de un concepto que permite que la temática hídrica se pueda insertar más fácilmente en las políticas públicas de los países. Además, en el caso de América Latina y el Caribe, los importantes desafíos pendientes para atender a las necesidades básicas de la población (salud, economía, etc.), y las características de la actividad productiva regional, ligada estrechamente a la explotación de los recursos naturales, entregan a la seguridad hídrica una especial relevancia para el logro de objetivos de desarrollo social y económico. Lo anterior hace necesario enfatizar que la seguridad hídrica, no se refiere solo a indicadores de disponibilidad y caracterización de los recursos hídricos, sino considera también la efectiva provisión de servicios a la población y al sector productivo, lo que supone incluir en el análisis los medios y la organización que los hacen posible. • Contribuye a identificar los temas y áreas que son críticos para una adecuada gestión del agua, y las interdependencias que tienen con otras políticas públicas. El concepto de seguridad hídrica presenta alcances amplios y variados, con múltiples dimensiones, que aborda la totalidad de la relación del agua con la sociedad. Por esta razón, ofrece un enfoque integrador y no sectorial para el análisis de la efectividad de las políticas públicas, el cual ayuda a priorizar los principales desafíos del sector hídrico y a focalizar los esfuerzos, teniendo una visión completa de la gestión del agua. En el caso de América Latina y el Caribe, el reconocimiento de este condicionamiento mutuo entre distintas políticas públicas que inciden en el agua, es especialmente importante, habida cuenta de la magnitud de los cambios que experimenta la región y de la fuerte relación de su desarrollo económico con el aprovechamiento de los recursos naturales. • Define criterios para establecer metas y evaluar políticas públicas a partir del análisis de los riesgos que resultan aceptables y de las disponibilidades que son adecuadas para la población. Un atractivo del concepto de seguridad hídrica para América Latina y el Caribe es su potencialidad para orientar en forma coherente el análisis y evaluación de distintas
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