Reflexiones sobre la gestión del agua en América Latina y el Caribe
2. El desarrollo productivo sustentable El recurso hídrico en América Latina y el Caribe juega un papel clave en su desarrollo económico, en especial considerando la estrecha relación de la significativa proporción de sus exportaciones basadas en los recursos naturales, con el agua. Además, los mercados globales presionan fuertemente para que los países de la región intensifiquen dichas actividades, en particular si se reconoce su contribución a la seguridad alimentaria mundial. Por otra parte, hay que considerar la importancia que tiene la hidroelectricidad en la mayor parte de la región y la magnitud del potencial hidroeléctrico potencialmente aprovechable. En este contexto, resulta necesario distinguir entre la situación de las zonas húmedas y la de las zonas áridas o semiáridas.
a) Desarrollo productivo en zonas húmedas En las zonas húmedas, el uso productivo del agua de carácter consuntivo es poco significativo en relación con los caudales existentes y no debiera presentar riesgos asociados a la disponibilidad. En dichas cuencas, los aprovechamientos productivos más relevantes corresponden al uso hidroeléctrico, de modo que los riesgos se relacionan con la seguridad energética, así como con un potencial de generación de conflictos con otros usos competitivos (turismo, etc.). En ese sentido, considerando la alta vulnerabilidad y, consecuentemente, la baja tolerancia de una sociedad moderna a las fallas energéticas, el riesgo hídrico aceptable dependerá de la importancia de la hidroelectricidad en la matriz energética, de las características hidrológicas de las fuentes, del grado de interconectividad del sistema eléctrico y del costo de disponer de una mayor seguridad con ese tipo de plantas, así como del costo y disponibilidad de las fuentes de energía alternativas. Se trata de un tema donde las seguridades hídrica y energética confluyen en soluciones integradas. En relación con los riesgos relacionados con la generación hidroeléctrica, es necesario responder a los siguientes desafíos: i) reducir el impacto de las sequías y el cambio climático; y ii) controlar los niveles de erosión en cuencas y la colmatación de los embalses.
i. Reducir el impacto de las sequías y el cambio climático En general, el diseño de los proyectos hidroeléctricos considera la variabilidad hidrológica de acuerdo a estadísticas históricas, de modo que su respuesta y la seguridad de los proyectos, resulta conocida para la planificación energética, bajo la hipótesis de un clima estacionario (siempre que se hayan tenido los antecedentes hidrometeorológicos adecuados). Esta situación pudiera modificarse en el contexto del cambio climático, donde los estudios muestran que en algunas áreas de la región los caudales podrían disminuir en una proporción significativa, lo que afectaría en forma importante la generación hidroeléctrica (véase el recuadro I.6). En este contexto, la incertidumbre hidrológica asociada al cambio climático obliga a generar una estrategia de adaptación y a crear sistemas de generación eléctrica suficientemente robustos, diseñados con una matriz diversificada —en conjunto con medidas que aumenten la eficiencia energética—, capaz de asimilar estas incertidumbres con un nivel de riesgo aceptable, que no provoque impactos críticos en el funcionamiento de los países.
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