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Las Lonjas Centrales

Altea

Para los marineros, la pesca es su vida, su sustento. Muchos de ellos crecieron a bordo de una barca con sus abuelos y padres, que les transmitieron la pasión por el mar. Y aunque en los últimos años esta profesión ha ido en declive –bien por la falta de relevo generacional, porque otros nichos de mercado han ocupado los puertos o los recursos del mar se han reducido-, este arte aún suscita interés entre los visitantes y turistas que se acercan a las poblaciones costeras. Las lonjas ahora no solo son el lugar de trabajo de los pescadores, sino que se han convertido en puntos de atracción que cada día, a la hora en que llegan de faenar las barcas de pesca, se llenan de curiosos que quieren saber más sobre este oficio y los frutos que da el mar. El visitante busca vivir una experiencia, conocer la historia y Carla Pons

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Un mar para comérselo

la cultura marinera, y degustar el variado producto que ofrecen las embarcaciones, los puestos de las lonjas y las pescaderías especializadas. Aun en los tiempos de los ultraprocesados y las comidas preparadas, también son muchos los gourmets y amantes del buen comer que cada vez se interesan más por el producto de calidad, el de cercanía, el que, en el caso del pescado y el marisco, pescan los marineros de la zona. Gamba roja, cigalas, galeras, escorpa, langosta, mero, bonito, lecha, pulpo, sepia, calamar, salmonete, boquerones, sardinas, caballa, atún… un sinfín de variedades de la mejor calidad. Del mar a la mesa. “La diferencia entre el pescado salvaje y uno de piscifactoría es abismal. La gran mayoría de pescado que se vende en los supermercados es de piscifactoría y está alimentado a base de piensos y hormonas para que crezca rápido, a lo que hay que añadir una cantidad ingente de antibióticos, por el hacinamiento. No es lo mismo un pescado que se cría dentro del mar comiendo los nutrientes que necesita que uno que nace dentro de una piscina y lo van atiborrando para que se haga lo más gordo posible”, señala Pepe Serrat, marinero de la barca de trasmallo David de la flota de Xàbia. Eso también se nota en el

Gandia

sabor y la calidad de la carne. De ahí la diferencia de precio. Incluso el mismo tipo de pescado, por ejemplo la lubina, apunta Serrat, “cambiando del mar Mediterráneo al Cantábrico o al Atlántico, ya no sabe igual porque los nutrientes son diferentes. Así que imagínate la diferencia con unos a los que se les da pienso para comer”. El sabor no lo es todo. Más allá de este importante criterio, la pesca de proximidad juega un importante papel social y económico. Àgueda Vitoria, coordinadora de las experiencias de pesca-turismo en Xàbia, apunta que “puedes escoger entre comer pescado de las barcas de tu pueblo o alrededores, que da de comer a familias y favorece el tejido social y productivo de la zona, o puedes estar dando dinero a grandes empresas, sobre todo compañías congeladoras, que tienen barcos trabajando en aguas al otro lado del mundo y con trabajadores que no tienen garantizados sus derechos laborales”. Este reportaje se adentra en un recorrido por los principales atractivos de las lonjas de las comarcas centrales y sus productos más codiciados.

Dénia

Gandia

La lonja de Gandia es uno de los grandes puntos de compraventa de pescado de la Comunitat. Su flota pesquera cuenta con 40 embarcaciones de arte menor, cinco de arrastre y cuatro de cerco. La subasta de sus capturas es muy atractiva para turistas y visitantes. Las instalaciones fueron renovadas en 2009 y actualmente cuenta con un espacio con cristalera para poder observar desde la altura todo el proceso, desde que llegan las barcas hasta que el pescado es adquirido por mayoristas y minoristas. Todas las tardes, a eso de las 16:15 horas, la gente acude a este ritual que se celebra de lunes a viernes. Además, un día a la semana un trabajador de la Cofradía de Pescadores ofrece una visita guiada en la que explica el tipo de embarcaciones, los principales artes de pesca y el proceso de subasta. La cofradía no cuenta con puntos de venta al público general, aunque tiene una marca de origen, “Peix de Llotja”, que identifica la procedencia de sus capturas. Para las visitas guiadas, se puede contactar en los teléfonos 962842919 y 962841280.

Dénia

En Dénia la joya de la corona es la gamba roja. Muchas de las embarcaciones de su flota pesquera se dedican a la pesca de este manjar, entre otras especies. La de Dénia es una lonja “acondicionada para recibir al visitante”, explica el patrón mayor de la cofradía, Juan Antonio Sepulcre. Desde un mirador con vistas excepcionales, el vi-

Xàbia

sitante puede observar todo el proceso de preparación y venta de las capturas del día. De lunes a viernes, a las 17:00 horas, se abre el acceso a los visitantes, que suben a una pasarela acristalada en altura con preciosas vistas tanto al interior de la lonja como al mar, al puerto pesquero y al castillo. El mirador permite contemplar la llegada de las embarcaciones y la descarga del género antes de pasar por la cinta de subasta. “Da la sombra y la gente está a cubierto en un lugar privilegiado. Además, los visitantes no interfieren en el trabajo de los pescadores”. Un día de actividad normal pueden pasar por la cinta transportadora más de 30 especies diferentes, algunas difíciles de encontrar en el sector de la restauración: tòtina, furó, passamar, moixa… Algunas tardes también se realizan visitas guiadas con dos grupos de 15 o 20 personas que se pueden contratar a través de la Cofradía de Pescadores (96 578 00 06). Después se puede adquirir todo el género fresco en el puesto de venta de la lonja, de 17:15 a 21:00 horas, y a la mañana siguiente en el Mercado Municipal (excepto los lunes), de 7:00 a 14:00h. En una Ciudad Creativa de la Gastronomía, reconocida por la UNESCO y situada a orillas del mar, es numerosísima su oferta gastronómica dedicada al pescado y al marisco. A lo largo del año se llevan a cabo jornadas específicas, y destaca especialmente el Concurso Internacional de Cocina Creativa de la Gamba Roja de Dénia, que se suele celebrar los meses de marzo en el Mercado Municipal, o la campaña Enamorados de la gamba de Dénia, que el pasado mes de febrero ofrecía la posibilidad de degustar un cucurucho de media docena de gamba hervida más bebida al precio de 3 euros, a la vez que conseguía atraer el interés por otras especies menos conocidas expuestas en los mostradores de las pescaderías.

Xàbia

En Xàbia, el turismo pesquero se ha convertido en toda una experiencia para los visitantes. Por una parte, los turistas pueden vivir en directo la subasta de pescado, y presenciar todo el proceso. El gentío se funde en el mismo lugar de trabajo con los pescadores. Así, se acercan primero a los amarres para contemplar la descarga de pescado y marisco a pocos metros de ellos, y para la subasta se posicionan detrás de una barra metálica para ver de frente cómo pujan por el género los compradores en las gradas. Hay dos oportunidades al día de presenciar el proceso. A lo largo de la mañana, entre las 8:00 y las 12:00, y al tiempo que van llegando las barcas de cerco, se subasta el pescado azul, uno de los puntos fuertes de su lonja. Por la tarde es el turno de las barcas de arrastre, que empiezan a llegar a puerto sobre las 16:00 y pocos minutos después tienen dispuesta su mercancía para una nueva subasta. El pescado fresco se puede adquirir después en el puesto de venta del Pòsit hasta las 21:00 horas. También cuenta con punto de venta directo en el Mercado Municipal, con apertura de martes a sábado, de 8:00 a 14:00h. Recientemente, el Mercat de Xàbia ha experimentado un auge gracias a la apuesta no solo de alimentación, sino también gastronómica. Así, en la parada Barket i Mercat venden el género fresco de las principales lonjas de la Marina Alta y lo cocinan allí mismo, ofreciendo deliciosas tapas de gamba a la plancha, mejillones al vapor, pescado frito, combinado de atún a la plancha con

La Vila

patatas… y guisos para llevar a mediodía, como allipebre de polp o fideuà.

El pesca-turismo en Xàbia

La novedad más atractiva para los turistas es la de convertirse en marinero por un día. En Xàbia, junto a otras localidades de la Comunitat, se han dado cuenta del tirón que tiene el arte de la pesca, la fascinación que produce entre los turistas y el auge del turismo experiencial. Todo conjugado ha dado como resultado el “pesca-turismo”, una experiencia a través de la cual los visitantes pueden acompañar a los marineros en su jornada de pesca, ayudarlos y aprender sus labores, enriquecerse conociendo los diferentes artes de pesca y, una vez terminada la ardua jornada, degustar a bordo las capturas del día. Esta modalidad de turismo experiencial se inició el pasado mes de abril de 2019 y, un año después, el balance es extraordinario. “Vemos que la gente repite y lo recomienda”, asegura el secretario de la cofradía de pescadores, Jaime Pons. Franceses, alemanes, austríacos, de todas partes de España y muchos locales. Parejas, amigos y familias (abuelos con sus nietos, por ejemplo) se embarcan en el Cap Prim Segon o el Sol Tercer –las dos barcas de pesca que ofrecen ahora mismo este servicio– alrededor de las cinco de la mañana y viven un día entero como pescadores. Vivir esta extraordinaria experiencia de primera mano cuesta 125 euros. El precio incluye seguro de responsabilidad civil, 12 horas de acompañamiento, bebidas, desayuno, almuerzo y comida con los productos más selectos: gamba roja, cigalas, pescado fresco... Del mar directamente al estómago, casi sin pasar por la mesa. “Hemos de aprovechar la oportunidad de poder embarcar a gente en barcas de pesca profesionales no solo para que vivan una experiencia, sino para que conozcan y aprecien la realidad de la profesión y el origen de los alimentos, y cambien así sus hábitos de consumo”, afirma Àgueda Vitoria, coordinadora de las experiencias de pesca-turismo. Para disfrutar de estas salidas se puede contactar con ella a través del teléfono 646 832 749.

Moraira

En Moraira hace algunos años que la subasta pública de pescado desapareció. Las cada vez más endurecidas leyes de pesca y la falta de relevo generacional fueron mermando una actividad que un día fue uno de los motores de la localidad. Aún quedan tres barcas de pesca menor que venden la mayor parte de su género en la subasta de Dénia y algunas que otras capturas a restaurantes de la zona. Aun así, su puerto es de lo más encantador y acogedor. “Es de los más limpios que hay”, destaca Diego Noguera, de la embarcación Nuevo Villa Moraira. Y aunque los turistas y visitantes no puedan ser testigos del curioso y excepcional proceso de venta en una subasta, sí acuden a ver llegar las barcas y maravillarse con la bonita estampa de su puerto pesquero.

Calp

Calp cuenta con unas instalaciones totalmente adaptadas para que el visitante pueda ser partícipe del proceso de subasta, sin condicionar el trabajo de los pescadores. “Tenemos mucha afluencia durante todo el año”, sostiene el secretario de la cofradía, Santos Pastor. De lunes a viernes, la oficina de turismo de Calp ofrece visitas guiadas desde 8 euros (precio de adulto). Se puede encontrar toda la información para las reservas en www.cuentameunpuerto.com.

Desde una pasarela situada a una altura de dos a tres metros conocida como “Mirador de la lonja”, los turistas observan, a partir de las 16:30 de la tarde, la llegada de las barcas, la descarga del pescado y marisco y cómo pujan por ellos posteriormente los mayoristas. Antaño, la subasta se hacía a voces, pero hace unos años que se ha informatizado todo. La mercancía de la Cofradía que llega todos los días en las barcas de pesca se puede comprar en tres puntos de venta: un punto en la lonja, la pescadería de la plaza dels Mariners en el casco antiguo de Calp y un tercero en el Mercat Municipal de Benissa. Además, el municipio cuenta también con varias pescaderías con una excelente oferta. Todos estos establecimientos cuentan con el distintivo Peix de Calp, una marca impulsada por la Cofradía de Pescadores y el Ayuntamiento para reconocer y promocionar a aquellos establecimientos comerciales, tanto mayoristas, detallistas y de hostelería, que comercialicen activamente el pescado desembarcado en la lonja de Calp. Además, este distintivo actúa como garantía para los consumidores de que el pescado que adquieren cuenta con las condiciones de calidad que caracterizan el pescado de la localidad.

Altea

El puerto de Altea es un bonito reclamo para los turistas, pero su lonja no cuenta con subasta pública ni tampoco con puntos de venta de pescado. El procedimiento es privado, entre los pescadores y los mayoristas y minoristas. No obstante, de vez en cuando, admiten la entrada de grupos reducidos de 3 o 4 personas.

La Vila Joiosa

La de la Vila Joiosa es otra de las grandes lonjas de la Comunitat. Cuenta con 29 barcas de arrastre y 9 de trasmallo. La flota pesquera de la Vila ha sido históricamente una de las más importantes del Mediterráneo, y aún hoy la pesca sigue siendo uno de los motores de la economía local. A media tarde es digna de verse la entrada de los pesqueros a puerto y las maniobras de atraque y descarga. La subasta, en sus instalaciones recién reformadas, se puede visitar siempre y cuando sea en grupos y bajo cita previa llamando a la Cofradía de Pescadores al 96 589 02 00 o enviando un correo a cofradialavila@gmail. com. Para los amantes de la gastronomía y los productos de kilómetro cero es imprescindible la visita a su Mercado Municipal. Con una oferta variadísima de productos del mar y la tierra, el pescado y el marisco cobran un importante protagonismo. Se puede adquirir el género fresco en cualquiera de sus pescaderías y comerlo allí mismo, donde te lo cocinan al momento en el bar. Además, buena muestra de la cultura marinera se ve reflejada en la gastronomía local, con claros exponentes como los calderos de pescado, el suquet de peix, la pebrereta con sangatxo, el polp a la vilera o el arròs amb llampuga. Esta gran variedad de platos se pueden degustar el mes de marzo en la Mostra de Cuina Marinera de la Vila Joiosa. ¢

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