Capítulo III violencia política contra las mujeres desde una perspectiva territorial
Violencias psicológicas La ocurrencia de violencias psicológicas fue un hallazgo generalizado en el trabajo territorial, pero muchas veces estas no se consideran como violencia, porque pueden percibirse como algo subjetivo, es decir que se considera que aquello que puede tener un efecto de daño emocional para una mujer no necesariamente lo tiene para otra. Lo cierto es que las actuaciones que apuntan a disminuir la autoestima y la seguridad del liderazgo de las mujeres terminan por permear su personalidad y desalentar el ejercicio político y público. Incluso se llegan a encontrar formas de violencia psicológica tan sutiles que atentan contra la dignidad de las mujeres, pero cuyos efectos dañinos no son percibidos ni siquiera por el perpetrador (encarnado en hombres o mujeres), y tampoco la víctima es consciente de dicho daño, lo que genera una justificación y normalización de dichas acciones. Es alarmante la cantidad de mujeres que sufren este tipo de violencia, no solo en razón de aquellas conductas más evidentes y que están permanentemente presentes en los diferentes espacios de participación, toma de decisión y poder, sino también en aquellas conductas sutiles que se han denominado micro-machismos y que afectan tanto la autoestima de las mujeres como su dignidad.
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