13 minute read

El fenómeno animalista. Lo globalizó Joaquín Phoenix al

Un cuento para Joaquín En la reciente entrega de los premios Oscar, uno de los eventos televisados con mayores niveles de audiencia a nivel mundial, Joaquin Phoenix –ganador del premio de mejor actor por su papel en “El Jocker”– compartió un discurso alineado con los actuales y tan populares movimientos animalistas que se intenta comprender. EL FENOMENO ANIMALISTA

Para empezar a reflexionar sobre este tema, nos gustaría transmitirle a Joaquín Phoenix, una historia que le ocurriera a una mujer muy particular llamada Temple Gradin, conocida por muchos argentinos. Nacida en 1947 en Boston, tuvo una infancia marcada por el espectro autista, que fue complicada tanto para ella como para toda su familia. Ella rechazaba todo contacto humano. Pero en su adolescencia y al visitar una granja familiar comenzó a asociar su forma de ver el mundo con la de los animales. Esta experiencia la cambió para siempre. Temple se especializó en comportamiento animal, dedicando su vida tanto a explorar el mundo del autismo como a mejorar el bienestar de los animales. En la actualidad, dicta un curso sobre manejo de animales en el Departamento de Ciencia Animal, de la Universidad Estatal de Colorado y es consultora sobre diseño de instalaciones para el trabajo con ganado. Su propia experiencia le ha servido para entender el comportamiento de los animales, presenta una visión única, propia de una persona dotada de una comprensión singular. Gracias a ella se rediseñaron multitud de establecimientos en EE.UU., y se reconocen internacionalmente sus implicaciones en la mejora en la calidad de vida de estas especies. En su libro “Interpretar a los animales”, Temple nos cuenta la accidentada anécdota de un hombre con un cachorro de león. Por algún motivo esta persona tuvo que enviar al animal en un avión y para que se sintiera más cómodo le puso un almohadón en la jaula. Durante el viaje el cachorro se comió el almohadón y murió. “El

Advertisement

truco era pensar como león, no como humano”, concluye la doctora.

Medimos todo con la misma vara Animalistas, y muchas veces también los espectadores de este fenómeno, asumimos que los animales piensan, sienten y se comportan como nosotros. Esto se conoce como antropomorfismo, una palabra que proviene del griego y que significa “dar forma humana” o “atribuir características humanas a algo”, en este caso a los animales. Es considerada una tendencia innata de la psicología humana. Por inofensivo que parezca, el antropomorfismo es en esencia una trampa de nuestros pensamientos, es decir, un sesgo que desvía el análisis de lo que percibimos y nos aleja de las explicaciones correctas. El filósofo Elliott Sober lo define como “el error de atribuir características mentales humanas a organismos no humanos”. Se trata de un recurso habitual en el terreno del cine, la televisión y la literatura al que las personas nos habituamos desde la niñez. De hecho en el cine infantil es donde más personajes antropomorfos se pueden encontrar. El Ratón Mickey, por ejemplo, es un personaje antropomorfo. Pese a pertenecer a la especie de los ratones, camina erguido, habla y usa calzado. Por su forma y sus cualidades, por lo tanto, se asemeja a un ser humano. Filmes como “La era de hielo”, con animales prehistóricos o como “Madagascar”, con animales de un zoológico, todos ellos hablando o comportándose como puede hacerlo el hombre.

El antropomorfismo en las noticias En los medios de comunicación también es frecuente encontrar artículos con títulos como “Perro que encontró a su alma gemela”, donde se relata

EL CASO DE LA ORANGUTANA SANDRA

En 2014, la Sala II de la Cámara de Casación Penal determinó que la orangutana Sandra que habitaba el Ecoparque de la ciudad de Buenos Aires, tenía sus propios derechos. Tras el recurso de amparo impulsado por la Asociación de Funcionarios y Abogados por los Derechos de los Animales (AFADA), la jueza en lo contencioso administrativo y tributario de la ciudad, Dra. Elena Liberatori, exigió al gobierno porteño que le garantizara las condiciones necesarias para vivir y que se la estimulara para preservar las habilidades cognitivas. Y, lo más esperado, que fuera trasladada a

un santuario para continuar con su vida en condiciones más acordes con su especie. El año pasado, Sandra fue trasladada al santuario Center for Great Apes, en los Estados Unidos.

que una mujer adoptó un canino porque interpretó por el comportamiento de su mascota que había afinidad entre ellos. Ante lo cual dedujo (y quizás diría proyectó) que se trataba del alma gemela de su mascota. Otros titulares como “Nene llora desconsoladamente porque mató una hormiga. ¿Y si tenía familia?” nos muestran el impacto del antropomorfismo en la sensibilidad de las personas y algunos motivos de los cambios de hábitos de alimentación de las nuevas generaciones. Tanto en el discurso del galardonado Phoenix, como en el movimiento animalista en general, muchas causas se mezclan sin una lógica… veganismo, feminismo, ambientalismo, entre otras, en un contexto de desconfianza y sospecha de fenómenos conspirativos.

Aparece el pañuelo rosado Así como quienes se identifican con la causa del aborto seguro legal y gratuito tienen el tan conocido pañuelo verde, quienes defienden las dos vidas, “NO SER VEGANO, O FUNDAMENTALISTA DE ALGUNO DE ESTOS MOVIMIENTOS NO IMPLICA NO SER SENSIBLE O HASTA IDEALISTA EN NUESTRAS ASPIRACIONES SOBRE EL CUIDADO DE LOS ANIMALES Y EL AMBIENTE. NI TAMPOCO DEJAR DE RECONOCER QUE SIEMPRE HAY ASPECTOS DE MEJORA EN NUESTROS SISTEMAS PRODUCTIVOS”.

el celeste o quienes abogan por la separación de Iglesia y Estado tienen el pañuelo naranja, los movimientos animalistas ya tienen su pañuelo propio. Se trata del pañuelo rosado. También existen varios grupos afines a estos movimientos en las redes sociales. Hace un tiempo ayudé a un amigo a dar un perro llamado “Nino” en adopción responsable. Para hacer-

EL DISCURSO “GOGREEN” Y LA ANTROPOMORFIZACIÓN DE LOS ANIMALES

En este cambiar histórico de vestimenta de los fundamentalismos, el discurso del “gogreen” animalista ocupa una posición cultural sobre la que vale la pena reflexionar. El meollo está en algo ya señalado por Nietzsche: la humanidad se siente descuidada, insignificante y sufriente. Sentimiento que la conduce con desesperación a fortalecer su presencia ontológica -su Seren todas los ámbitos existenciales posibles. Esto conduciría a una ultra humanización de todas las cosas, movimiento ideológico que tiene orígenes en el Humanismo Renacentista Postmedieval y que posteriormente se lo conoció como el giro antropocéntrico. Brevemente, el humano occidental postmedieval y premoderno, desplazando a Dios de toda autoridad objetiva -secularización-, se colocó a sí mismo como centro referencial de todas las cosas. Hoy, diríamos, dicho antropocentrismo ha sido tan exacerbado por la cultura mundial del consumo y las deficiencias afectivas que éste generó en la sociedad, que el antropocentrismo devino en algo más intenso, la antropomorfización masiva. Y de aquí en adelante, todo es posible. Cuando el “amor” es percibido por el sujeto actuante como “conciencia moral” no siendo en realidad otra cosa que deformidad ideológica y proyección forzada y violenta, las consecuencias indeseables aparecen con rapidez. Los humanos, buscando “cuidar y amar” a los animales, lo cual no es más que un buscar vanidosamente amarse y cuidarse a sí mismos.

Pero esto no debería sorprendernos, pues, ¿no consiste precisamente en ello todo amor carente y patológico, es decir, en que proyectando en el otro un amor insano, idealista y deformado, no se concluye más que en ver en el otro lo que el otro no es y exigirle comportamientos que no le pertenecen? Los animales no son humanos, y toda antropomorfización de ellos, de sus conductas y emociones, no es más que vanidad y amor propio que la humanidad busca consagrar sobre sí. Amar a los animales no es obligarlos a comportarse y sentir como nosotros nos comportamos y sentimos, sino permitirles existir en su genuina condición y, quizá, como ya dijera Nietzsche, habilitarlos de este modo la condición natural -única realmente genuina- de que, a su modo y por fuera de los estándares humanos, luchen por la vida.

Lic. Filosofía Nahuel Michalski, Doctor en Ciencias Sociales Instagram: @charlasdefilosofia

» 46 lo me sumé como miembro en varios grupos animalistas de Facebook. Esto me llevó a tener aún más curiosidad sobre estas causas y sus fundamentos. Participé intentando brindar un aporte profesional en muchas discusiones sobre veganismo pero no encontré miembros de estos grupos que pudieran reconocer o considerar conocimientos que estén fuera de sus “percepciones” de la realidad respecto de sistemas de producción que nunca vieron. Incluso se niegan a reconocer el comportamiento natural de las especies, y hasta fui acusada de ser parte de la conspiración de la industria láctea. Encontré muchas cosas que me sorprendieron, como un grupo que se llama “Team ratas” en el que sus integrantes se dedican a salvar estos animales. Algunas que me preocuparon, como miembros de los grupos pidiendo consejos sobre la salud de sus mascotas y otros miembros proponiendo “tratamientos” no profesionales, pero también personas sensibles y generosas que se ocupan y dedican a buenas causas. El movimiento animalista aún no está del todo organizado en nuestro país. Sin embargo no podemos dejar de recordar el antecedente del episodio en la Rural de Palermo el año pasado cuando un grupo de gauchos optó por montar sus caballos y echar a un grupo de más de cuarenta ambientalistas de la pista central que se habían colado, exhibiendo carteles contra la explotación de los animales. Mientras tanto en el Honorable Congreso de la Nación continúa el tratamiento para actualizar la Ley N°14.346 que trata de penas para las personas que maltraten o hagan víctimas de actos de crueldad a los animales, promulgada el 27 de Octubre de 1954. No es menor que el nuevo Código Civil que reconoce a los animales como personas no humanas (Ver recuadro).

Impacto del movimiento animalista en otros países En el mundo, las tácticas de activismo animal en los campos han aumentado en los últimos años, especialmente usando videos encubiertos. He visto muchos de esos videos y realmente algunos son conmovedores, especialmente los de la organización Kínder World. Es para alarmarse que la mayor parte de estos videos están vinculados con la lechería y tienen que ver con los terneros, la separación de la vaca, la matanza de machos o malos tratos en general. Vinculado a nuestro sector causó un revuelo muy importante la cámara oculta realizada el año pasado en el reconocido “Fair Oaks”, en Indiana. En ese establecimiento –el mayor productor de leche de EE.UU., un grupo de activistas grabaron videos encubiertos donde varios empleados maltrataban a vacas y terneros. Luego de esta denuncia la empresa se disculpó públicamente y reforzó la política respecto al control del trato a los animales. Sin embargo en la subjetividad de muchos consumidores el daño no tuvo vuelta atrás. Si bien por lo general las prácticas que denuncian estos activistas no son moneda corriente en los tambos, es muy difícil limpiar esa mancha, sobre todo en los consumidores que no tienen conocimiento de lo que sucede en la mayoría de los establecimientos y mucho menos del comportamiento natural de las especies. Pero volvamos a Joaquín. Unas semanas después del discurso de la

ceremonia de los Oscars, el actor “rescató” de un frigorífico de Los Angeles, a una vaca de raza de carne y su ternero nacido durante el mismo transporte. Ya está circulando por diversos medios de comunicación y las redes sociales un video y fotos de Joaquín llevando en sus brazos al ternero a un santuario. Entendiendo las buenas intenciones del actor de “El Joker”, hay que alertar como sucedió con el cuento del león de Temple, que seguimos olvidando el comportamiento natural de las especies. Recordemos que el bovino desde pocos minutos luego de su nacimiento tiene la capacidad de ponerse de pie y seguir a su madre. La naturaleza es sabia y la evolución natural ha permitido el de-

LEY DE MALTRATO ANIMAL Un proyecto con consenso

Las iniciativas para aumentar las penas de la Ley de Maltrato y Crueldad a los animales, sancionada en 1954, son hace años una demanda de la sociedad. Entre 2007 y 2017 hubo unos sesenta proyectos presentados, mientras que en los últimos dos años, superan los veinte. En el 2019 los argumentos para promover el aumento de penas se basaron en los animales domésticos, impulsados por la repercusión del caso de Chocolate, el perro que murió luego de ser despellejado por su dueño. No había dudas de que este tipo de actos de maltrato y crueldad debían ser penados, pero la ley involucra a todo tipo de animales, dejando la actividad pecuaria inmersa en este conflicto. Durante las jornadas de debate, los pocos expositores que advirtieron sobre este riesgo, fueron refutados por los movimientos proteccionistas. Sin embargo, el tema generó también desacuerdos dentro de los propios espacios políticos. Paralelamente, los diputados del interior sabían del impacto negativo que iba a tener, no sólo para la actividad agropecuaria, sino para las propias fiestas locales, como el Festival de Jesús María. Finalmente, producto de las negociaciones previas para alcanzar la aprobación del proyecto en comisión, miembros de Juntos por el Cambio y de Frente de Todos acordaron modificaciones para eliminar el artículo que penaba por mantener permanentemente atados a los animales, acto que afectaba a las guacheras de los tambos. También eliminaron las penas por tracción a sangre y por cría, hibridación, adiestramiento o cualquier manipulación genética para aumentar su peligrosidad. De esta forma, el proyecto logró el apoyo de la gran mayoría de los miembros de las comisiones, pero no logró ser tratado en el recinto, a pesar de que uno de sus impulsores, en la última sesión ordinaria del año, solicitó se considerara. Sin embargo, el tema sigue vigente y legisladores de todos los bloques promueven su sanción.

Lic. Florencia Ricchiuti, Directora Ejecutiva Fundación Barbechando

sarrollo de estas capacidades para poder escapar de los depredadores. A este ternero le representó un estrés adicional que Joaquin Phoenix lo llevara en brazos como un koala. Esto fue registrado y será parte de un documental que se llamará “Gunda” y será difundido por la organización Farm Sanctuary. Este documental aparentemente estará centrado en los “sentimientos” de un cerdo y sus compañeros de granja: dos vacas y una gallina de una sola pata.

El tema en nuestro radar No ser vegano, o fundamentalista de alguno de estos movimientos no implica no ser sensible o hasta idealista en nuestras aspiraciones sobre el cuidado de los animales y el ambiente. Ni tampoco dejar de reconocer que siempre hay aspectos de mejora en nuestros sistemas productivos. Algunos logros al respecto que personalmente me alegraron fueron la prohibición en la India a tener aves enjauladas, Costa Rica se convirtió en el primer país del mundo en cerrar los zoológicos y prohibir la caza deportiva y las corridas de toros en Perú quedaron oficialmente abolidas por disposición del Congreso, entre otros. Debemos continuar desarrollando herramientas que permitan avanzar en la mejora de las condiciones de los animales en los establecimientos en general, así como también generar vías de comunicación con los consumidores que les permitan conocer, comprender y desestigmatizar a la actividad, y amigarse con los productores que finalmente son los principales interesados en cuidar sus rodeos y hace generaciones lo vienen haciendo. Esto representa un desafío muy grande ya que esta discusión está cargada de subjetividades y carece de sustentos científicos. Posiblemente en un futuro no muy lejano los sistemas pastoriles con ordeño voluntario sean parte de la respuesta. Con un pensamiento antropomorfista podría pensarse que la vaca entrega su leche por voluntad propia y no se la roban. Seguramente no dentro de mucho tiempo esté normado el uso de anestesia y analgesia en la realización de determinadas prácticas de manejo como la castración y el descorne. Otra opción podría ser la implementación de buenas prácticas lecheras y productos certificados libres de maltrato animal. Para esto necesitamos protocolos consensuados entre profesionales, productores y consumidores. La agenda con los animalistas debería ser conjunta y seguramente demande gran creatividad y un abordaje que contemple tanto los fundamentos científicos, sociales y culturales. n

This article is from: