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Encuesta Top: Siete empresas ubicadas entre las más
Nadie afloja un tranco ENCUESTA TOP
Siete empresas ubicadas entre las más importantes y exitosas, detallan sus estrategias y hacia dónde están encaminando las innovaciones en su agenda.
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Una macroeconomía compleja, cambio de gobierno y eventos paradigmáticos a nivel global, nos motivaron a realizar una encuesta a empresas productoras de leche que se vienen destacando por algún tipo de innovación o modelo de negocio. Por ello, elegimos a siete de ellas ubicadas en Buenos Aires, Córdoba y Santa Fe para que nos contarán que tanto han cambiado su estrategia de largo plazo, sobre qué aspectos del sistema están haciendo foco, inversiones, financiamiento, etc. Son siete empresas muy conocidas a nivel nacional o regional. Ellas son AdecoAgro, Las Taperitas, Milkland, El Jabalí, Pelu¶o, Grupo Fabro y Beltramino.
Crecer sin perder eficiencia Fueron noticia hace un par de años cuando inauguraron un biodigestor para producir energía con el estiércol de sus 7.000 vacas distribuidas en dos módulos de establos y su correspondiente rotativos, lo que le permitió no sólo generar energía para su operación y la red nacional sino también producir biofertilizantes que reutilizan para sus cultivos. Pero el proyecto lechero de Adecoagro continúa. Hoy Adeco se destaca porque su proyecto de crecimiento implica duplicar el número de vacas e instalaciones en El Carmen, su establecimiento ubicado en Christophersen, al sur de Santa Fe. “Nuestro norte sigue siendo de
muy largo plazo”, afirma Ernesto Pittaluga, responsable del Negocio Lechero en Adecoagro. “Estamos enfocados en el crecimiento sin resentir la eficiencia lograda y sobre todo el compromiso y capacidad de equipo de trabajo que se formó”. El desafío es mayúsculo. No sólo deberán “llenar” los flamantes galpones que construyeron con sus dos rotativos adicionales, sino también formar y capacitar personal que sostenga los niveles reproductivos, sanitarios y productivos alcanzados. “La vara está alta y hoy estamos a mitad de camino. Hoy tenemos diez mil vacas en ordeñe y aspiramos a llegar muy pronto a las quince mil”, define Pittaluga. “Pero
acá no hay magia sino trabajo y convicción en los objetivos.” En este sentido Adecoagro ha roto varios mitos. El primero, el uso de semen sexado en todo el rodeo y el segundo, las elevadas tasas de preñez en este nivel de escala. “Los protagonistas han sido los mismos operarios de los tambos que nos desafiaron a probar con todas las vacas. Habíamos logrado 25 por ciento de preñez a 21 días con semen convencional y queríamos empezar a probar con sexado en vacas de primera lactancia. Terminamos inseminando todo el rodeo y lograr ochenta por ciento de partos hembra con tasas de veinte por ciento de preñez”, destaca Ernesto. “Un profesor mío me decía que la reproducción es un lujo. Y los resultados aparecen cuando se cuenta con un equipo comprometido y capacitado, y una vaca confortable y bien alimentada. La agenda de innovación hacia adelante es amplia pero el foco principal pasa por la gente y la tecnología de procesos. “La gran innovación es interna. Ya tenemos nuestro sistema y funciona, hoy el desafío es crecer y seguir mejorando. Somos conscientes que estamos bien con producciones de 37 litros diarios promedio por ejemplo, pero podemos mejorarlo. Cuando se ‘llene el hotel’ podremos iniciar un camino de selección de animales muy importante considerando el excedente de hembras que tenemos”, destaca. AdecoAgro ha tenido un impacto social en la zona muy positivo. Localidades como Christophersen y San Gregorio que rodean los tambos, han evolucionado gracias al trabajo que se ha generado. “Generamos un empleo interesante. Contamos con 250 empleados directos en los tambo y seguimos creciendo Una cuarta parte de los ordeñadores son mujeres que al igual que el resto de los colaboradores pueden tener un empleo rural y mantener una vida social normal en las localidades vecinas. Eso también es sustentabilidad”, destaca Pittaluga. Foco en los procesos y la gente Establecidos sus históricos tambos sobre los ricos suelos agrícolas de El Trébol y Rafaela, en Las Taperitas iniciaron un proceso de concentración muy fuerte de sus unidades operativas en ambos lugares. En la búsqueda de mayor productividad e intensificación fueron concentrando su número de 23 a 14 tambos, reduciendo de 9.000 a 8.000 vacas pero duplicando la producción anual de 8.000 a 16.000 litros por hectárea y van por más. “Fue un cambio muy fuerte que significó reducir un poco el rodeo pero mejorar notablemente la producción en litros sosteniendo el nivel de sólidos por litro. El rodeo fue cambiando su biotipo de vacas cruza al Holstein americano y pasar de 19 a los actuales 27 litros diarios”, explica el Ing. Agr. Gustavo Benzi, gerente de producción lechera de Las Taperitas S.A., empresa del grupo Williner. “El proyecto de intensificación se basó en trabajar mucho sobre los procesos en cada etapa productiva del sector. Aún estamos a mitad de camino, porque los cambios que siguen requieren grandes inversiones en infraestructura.” Durante este proceso, incorporaron tres tambos maternidades que se manejan por administración –los otros nueve se gestionan con la tradicional relación contractual con tamberos asociados–, donde reciben a todas las vacas secas. Allí las vacas permanecerán en todo el periparto y las críticas primeras semanas de la vaca en transición donde se define la lactancia. “A los 35 a 40 días de paridas, enviamos en camiones jaula a las vacas en producción a los tambos de ordeñe, donde serán ordeñadas y preñadas durante el resto de la lactancia”, aclara Gustavo. “Este sistema nos permite asegurar la salud y condición de las vacas que continuarán produciendo e iniciar correctamente la crianza de las terneras para la reposición”. La mejora de los procesos por ejemplo, les permite contar todos los años Ernesto Pittaluga Adecoagro
“ESTAMOS ENFOCADOS EN EL CRECIMIENTO SIN RESENTIR LA EFICIENCIA LOGRADA Y SOBRE TODO EL COMPROMISO Y CAPACIDAD DE EQUIPO DE TRABAJO QUE SE FORMÓ”.
entre un ocho y un diez por ciento de excedentes de vaquillonas y realizar una fuerte presión de selección. “Trabajamos en mejorar la eficiencia de conversión y la productividad del sistema, buscando siempre el óptimo”, define el responsable de los tambos de Las Taperitas. El camino crítico de mejora se ha centrado fundamentalmente en un importante cambio en los componentes de la cadena forrajera dando paso a cultivos invernales para la producción de forraje ensilado y reduciendo el aporte de maíz y alfalfa con destino a silo. “Buscamos calidad de forraje para que aporte nutrientes y por otro lado mantenemos activos los lotes siempre con muy buenos aportes de materia orgánica proveniente de los desechos de los corrales y los tambos. Estamos logrando con cebada, trigo y/o triticale rendimientos de 26 a 28.000 kgs de MV/Ha con 28 a 31 por ciento de materia seca, con una digestibilidad de fibra que difícilmente se caiga aunque se pase de estadío”,
Gustavo Benzi Las Taperitas
“SI QUEREMOS QUE LAS BUENAS IDEAS SE LLEVEN A LA PRÁCTICA ES FUNDAMENTAL CONTAR CON PERSONAS COMPROMETIDAS, ORDENADAS Y CON OBJETIVOS CLAROS. ESA ES LA BASE DE GESTIÓN DE NUESTRO EQUIPO”.
informa Benzi. “La base de la dieta la completa el maíz húmedo (también producido en el campo), pellet de soja y afrechillo de trigo”. La atención en la capacitación y el bienestar de la gente es el otro aspecto que en Taperitas cuidan al máximo. “Si queremos que las buenas ideas se lleven a la práctica es fundamental contar con personas comprometidas, ordenadas y con objetivos claros. Esa es la base de gestión de nuestro equipo”, sentencia Gustavo. “La capacidad agrícola de los suelos donde producimos leche nos obliga a ser cada día más eficientes y rentables, buscando la escala para diluir el costo de estructura que tenemos por ser una gran empresa.” El presente los tiene en el diseño de proyectos que van desde la estabulación de la recría 1 –de la guachera hasta los 180 kilos–a tambos estabulados, pero también en consolidar la trazabilidad de cada alimento que ingresa a la dieta de las distintas categorías. “Tenemos muchos proyectos que hoy están condicionados por la falta de créditos de largo plazo acordes a estas inversiones. Mientras seguiremos afianzando los procesos y acompañando a todo el equipo de trabajo”.
Un año para estar cerca de la gente Milkland cuenta con dos enclaves productivos: La Sibila en la localidad santafesina de Totoras y El Embrujo en la cordobesa de El Fortín. Entre ambos grupos productivos, la empresa que forma parte del grupo Boglione, reúne alrededor de 6.000 vacas totales. “El nuevo escenario no ha impedido que nosotros siguiéramos cumpliendo con la campaña. No se puede parar”, afirma el Dr. Guillermo Veneranda, director de Milkland. “Parar significa afectar el sistema productivo y eso te sale muy caro. A esta altura contamos con las reservas de silo y de heno que habíamos planificado.” Claro está que el cambio de gobierno también los muestra prudentes. “No va a ser un año de muchas inversiones. Por lo menos hasta que no tengamos señales más claras”, señala Veneranda. “Estamos buscando más producción en un sistema que ya está rindiendo”. Aunque ambos modelos son pastoriles, el responsable de los tambos de Milkland, explica que en El Embrujo el esquema es más intensivo dada las condiciones del suelo que generan una oferta forrajera menos previsible. “Los tambos de La Sibila son más sensibles a los cambios climáticos que los de El Embrujo. Actualmente estamos en 27 litros en Córdoba y 26 en Santa Fe.” Desde su mirada, Veneranda apuesta a toda la tecnología disponible para la prevención de enfermedades sanitarias y manejo reproductivo. “Aunque está claro que la innovación tecnológica va de la mano de una mayor inversión, vamos a seguir muy cerca toda la tecnología que hoy existe en collares, podómetros y caravanas que facilitan desde la identificación electrónica hasta las condiciones de celo. Es tecnología que además facilita y simplifica el trabajo de Guillermo Veneranda Milkland
la gente que es nuestro principal foco”, asegura Guillermo. “Es un año en el que seguiremos trabajando mucho con la gente que es la define el resultado.” Al respecto afirma el desafío que significan los recursos humanos. “Hoy es más difícil conseguir un tractorista que hace cinco años atrás. La gente no está mirando al campo como destino”, sentencia Veneranda. “Y no alcanza sólo con incentivos económicos o planes de carrera, o mejores condiciones. Hay que hacer la actividad más atractiva quizás desde lo tecnológico que es lo que atrae a las jóvenes. No hay dudas y nosotros lo comprobamos que a los jóvenes les gusta mucho más operar con una “tablet” en la manga o pesando en balanzas digitales que los trabajos tradicionales”.
Defenderse con la propia competitividad Desde Carlos Casares, Jock Campbell lleva adelante desde hace más de tres décadas, la producción de leche basado
en la generación de pasto de calidad, con el foco en la gente y en la simplificación de procesos. “Con el cambio de escenario político, no pensamos cambiar las estrategias de largo plazo ni los objetivos de este año de la empresa”, asegura Jock. “Nos defenderemos con nuestra competitividad, pero no consideramos a este gobierno como hostil para la actividad. Da la percepción que rige el desconocimiento y la falta visión antes que nada. Desde El Jabalí, Campbell cuenta con 4.300 vacas totales en 2.340 has trabajadas donde alcanza una producción de entre 1.200 a 1.300 kilos de sólidos lácteos por hectárea. “Primero, apuntamos a mejorar todo lo atinente a las prestaciones humanas”, afirma Jock. “Nuestro enfoque es el compromiso y el sentido de pertenencia, mediante la valoración del esfuerzo de cada colaborador”. Paralelamente con todo lo atinente al factor humano, desde El Jabalí apuntan a tecnologías confiables que apunten a la mejor gestión del manejo del rodeo. “Nos interesa la automatización de la identificación y el manejo de vacas individualmente. Pero la tecnología debe ser confiable y robusta”, advierte. “Considerando la importancia que tiene el pasto en nuestro sistema, también pensamos este año aumentar las dosis de fertilizantes.” En materia de inversiones más estructurales, Campbell señala como objetivos: los efluentes y las personas. “Vamos a poner en orden nuestro sistema de efluentes, pero también vamos a hacer un centro comunitario, para tener un ambiente mejor para reuniones con la gente, para brindar capacitaciones, etc.”, detalla. “En este contexto, la financiación será propia”. Por supuesto que en el análisis del escenario que se plantean en El Jabalí no están exentos las amenazas y debilidades de la actividad. “La cadena láctea argentina es extraordinariamente débil, sin coordinación, pletórica de cortoplacismo, y con mala representatividad de los actores. El compromiso sectorial es bajo. Esta combinación atenta contra el desarrollo de estrategias inteligentes del conjunto”, reflexiona quien fuera presidente de la FunPEL. “No obstante, en los últimos años, ha habido algunos avances. Debemos reconocer las oportunidades que nos ofrecen los costos bajos del sector primario, para la apertura de comercio”. Tranqueras adentro, Campbell es terminante. “Para nuestra empresa: las amenazas son las enfermedades, como tuberculosis, que frenan el crecimiento del rodeo y la posibilidad de selección”,
Matias Pelu§o María Teresa Sur
“NOS FUE ECONÓMICAMENTE MUY BIEN EL AÑO PASADO, NO SÓLO POR PRECIO SINO TAMBIÉN POR LOS CAMBIOS ESTRUCTURALES QUE REALIZAMOS”.
señala. “Las oportunidades no se presentan como nuevos negocios, ya que no pensamos en agregar valor, sino como mejoras de productividad.”
El camino de la consolidación María Teresa Sur es la sociedad de cuatro hijos de Luis Pelu¶o, uno de los precursores hace un par de décadas en implementar la figura neocelandesa del “share milker” o tambero asociado. Con cinco tambos y cerca de 3.300 vacas en tierra alquilada –la mitad a su padre y la otra a terceros–, los hermanos han iniciado en los últimos dos años un camino de consolidación en la búsqueda no sólo de mejorar los márgenes sino el crecimiento de capital propio. “El cambio de gobierno no nos hizo cambiar nuestra estrategia. Iniciamos la sociedad con mis hermanos hace diez años, alquilando vacas y campos, con el propósito de producir leche. Y nos fue bien. En los primeros años, los buenos resultados nos permitieron expandirnos y llegamos a tener siete tambos,” relata Matías Pelu¶o a cargo de la administración de la sociedad. “Pero en los últimos dos años buscamos un camino de consolidación. Por un lado hemos cedido dos de los tambos –cuyos resultados no eran los esperados–, a quienes eran nuestros tamberos asociados, alquilándoles las vacas y por otro, nos queremos posicionar más como dueños de la hacienda, recomprando vacas a los inversores externos.” El camino de la consolidación para los Pelu¶o, también pasa por inversiones en el bienestar de la gente y la hacienda. “Nos fue económicamente muy bien el año pasado, no sólo por precio sino también por los cambios estructurales que realizamos. Esto nos ha permitido estar llevando adelante no sólo inversiones en confort animal sino también en lograr que la gente aproveche mejor el tiempo”, describe Matías. “Así adquirimos dos nuevos equipos de ordeñe y equipos de frío, mejoramos el refrescado de corrales y, también inauguramos salas de reuniones en los tambos, conscientes de la dinámica de todos los días, donde cada vez más las personas interactúan y son necesarios estos espacios”. Con sus vacas “kiwi” en un modelo donde el pasto participa de por lo menos la mitad de la dieta –el resto se consolida con silo de autoconsumo y concentrados–, sus tambos alcanzan los 1.000 kilos de sólidos por hectárea que traducidos a litros representan más de 12.000 litros/ha/año. En sus planes está la incorporación de puertas para aparte automático al manejo que ya hacen del rodeo lechero –hace más de cuatro años implementaron los bolos ruminales para identificación electrónica de las vacas–, que permitan mejorar aún más lo logrado en términos de eficiencia de trabajo. Las alfalfas con los eventos RR y de baja lignina, también están en la agenJock Campbell El Jabalí
“APUNTAMOS A MEJORAR TODO LO ATINENTE A LAS PRESTACIONES HUMANAS. NUESTRO ENFOQUE ES EL COMPROMISO Y EL SENTIDO DE PERTENENCIA, MEDIANTE LA VALORACIÓN DEL ESFUERZO DE CADA COLABORADOR”.
da por el efecto que pueden tener en el modelo productivo de los tambos de María Teresa. “En nuestro modelo, más de la mitad de la dieta proviene del pasto, por lo que el aumento de la carga y por ende, de la productividad, sólo se puede hacer si logramos pasturas más productivas y longevas”, afirma Matías. “Hemos incorporado pasturas de festuca en nuestro planteo a lasque fertilizamos básicamente con nitrógeno y azufre dos o tres veces por año al igual que los verdeos. Gracias a la distribución de los purines y al sistema pastoril estamos con niveles de Fósforo muy buenos (entre 25-35 ppm).” Hacia adelante dos preocupaciones asoman en el camino: la vigencia del SIGLeA y la evolución de las exportaciones. “Perder esta referencia nos impactaría en la gestión comercial porque estamos calzados con contratos en sólidos útiles. Por otro lado, preocupa lo que puede ocurrir con las exportacio
nes de lácteos en la próxima primavera si se debilita la demanda externa por el coronavirus pero también con un eventual retraso cambiario”, explica.
Asociado a la tecnología Desde hace más de una década, el Grupo Fabro viene consolidándose como un importante productor de leche en la zona de Villa María. En los últimos dos años, incorporó cinco unidades operativas lo que le permitió alcanzar un total de quince tambos, siendo sólo tres de ellos en tierra propia. “No vamos a cambiar en absoluto nuestra estrategia con respecto a la leche. Pasan los gobiernos y el norte no lo cambiamos. Estoy asociado a la tecnología para ser cada día más eficiente”, señala Marcelo Fabro, titular del grupo que también realiza agricultura y carne. “Estamos tranquilos porque contamos con las reservas de silo –maíz y alfalfa–, que nos da mucha certidumbre productiva. Aunque inauguró hace poco un estabulado de compost para 400 vacas, Fabro destaca los resultados que han logrado con el sistema de corral abierto en el resto de los tambos. “Estamos cómodos con el dry lot donde logramos producciones de 27 a 28 litros diarios en este fin de verano. Estamos apuntando a mejorar continuamente el manejo productivo, sanitario y reproductivo del rodeo antes de pensar en generalizar el estabulado, que por otro lado es muy difícil en tierra alquilada”, advierte Marcelo. “Venimos incorporando los collares para las vacas por una demanda reproductiva pero que hoy lo aprovechamos para prevenir también caídas de consumo. Casi el ochenta por ciento de las vacas cuentan con collares que nos han permitido entre otras cosas, mejorar quince puntos el porcentaje de detección de celo y por ende la preñez”. Las inversiones en infraestructura hoy están dirigidas a los galpones para las etapas de crianza de las terneras. “No utilizamos financiamiento bancario sino fondos propios”, aclara. “Eso nos lleva a realizar las inversiones más gradualmente”. Junto a Paolo “Cata” Durán, su mano derecha desde hace muchos años, vienen trabajando en pulir un sistema donde los pequeños detalles son los que cuentan en su tambos –promedian entre 24.000 a 7.000 litros diarios–, con un rodeo total de 6.300 vacas. “Me sorprenden algunos amigos que quieren implementar un sistema estabulado con toda la tecnología cuando aún no realizan prácticas que son básicas y hasta obligadas”, alerta el
Marcelo Fabro Grupo Fabro
“CASI EL OCHENTA POR CIENTO DE LAS VACAS CUENTAN CON COLLARES QUE NOS HAN PERMITIDO ENTRE OTRAS COSAS, MEJORAR QUINCE PUNTOS EL PORCENTAJE DE DETECCIÓN DE CELO Y POR ENDE LA PREÑEZ”.
productor cordobés. “Por ejemplo, no contar con un manejo en vaca de transición midiendo ph de orina o cetosis, por ejemplo, y estar pensando en robótica, es como querer recibirse de profesional sin haber cursado siquiera la primaria.” Al mirar hacia adelante, Marcelo Fabro está convencido del sistema productivo que implementaron pero preocupado con los niveles de volatilidad ante los “cisnes negros” que aparecen en el escenario global, por ejemplo, el coronavirus. “Estoy tranquilo en lo que puede ser el escenario más local. Hemos pasado todas las etapas y conocemos el negocio. Puedo producir bien y siempre nos ha ido bien con el tambo. Hoy sí me preocupa la tremenda interconexión que tenemos y el mayor nivel de exposición que el negocio de la lechería en Argentina tiene con el mundo.” Aprovechar las oportunidades Aunque no han sido una buena noticia, las últimas elecciones de octubre no le han cambiado un ápice su norte. “Está claro que volvemos al pasado porque no hay nada nuevo en el peronismo”, dispara Raúl “Tito” Beltramino. “Pero ya pasé muchos gobiernos y voy a seguir trabajando en lo que sé hacer. Tratando de aprovechar las oportunidades con mucha cautela. Si vienen buenos créditos y subsidiados, los aprovecharemos para incorporar equipos y tecnología.” Desde la localidad santafesina de Eusebia, maneja 2.400 vacas totales distribuidas en un tambo propio estabulado –500 vacas– y seis tambos pastoriles en tierra alquilada de diferente escala productiva que van de los 240 hasta las 500. “No sé si otra generación pasará tantos cambios tecnológicos, políticos y económicos como la nuestra. Vivimos con el cambio permanente y en esta condición no nos queda más que seguir incorporando tecnología”, propone Tito. “Vamos a seguir incorporando tecnología para mejorar el trabajo de la gente. Modificando y ampliando instalaciones. Produciendo más con la misma gente Con 3.600 has trabajadas, la gran mayoría tierra alquilada, el foco está en maximizar los recursos antes que expandirse en superficie. “Queremos producir más con lo que ya tenemos. Estamos trabajando en mejorar los rendimientos y persistencia de pasturas en distintos ambientes con la gente de Gentos desde hace tres años, por ejemplo con la incorporación de Achicoria y Festuca a los planteos lecheros”. Entre las tecnologías que está abordando señala todo lo que tiene que ver con identificación electrónica y automatizaciones de procesos. “Estamos a full. Nos mejora muchísimo la toma de decisión en los trabajos en la manga por ejemplo”, señala este productor CREA. “En instalaciones hemos invertido en más unidades de ordeñe y mayor tecnología, comprando dos equipos de ordeñe Tito Beltramino junto a su familia
"VAMOS A SEGUIR INCORPORANDO TECNOLOGÍA PARA FACILITAR EL TRABAJO DE LA GENTE. MODIFICANDO Y AMPLIANDO INSTALACIONES. PRODUCIENDO MÁS CON LA MISMA GENTE”.
con lavado automático y un tanque de frío también con lavado automático”. Junto a Tito y su mujer, ya se encuentran trabajando sus dos hijos –Andrés y María Luz–, junto a sus respectivas parejas. Como empresa familiar apuntan decididamente al factor humano. “Soy un convencido que las cosas pasan por las personas. La estabilidad, la calidad de vida, el plan de carrera…”, reflexiona Tito. “Apuntamos siempre a simplificar todos los trabajos, a no destinar tantas horas a realizar una tarea porque se empieza a perder eficiencia” Para los Beltramino, el modelo de producción en tierra alquilada de sus seis de sus siete tambos implica una relación particular con los dueños de los campos. “Es fundamental compartir una mirada de largo plazo con el dueño de la tierra. Dedico mucho tiempo a charlar con ellos y acordar juntos inversiones en esos lotes. n