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a) El Estado y las criptomonedas

EL ESTADO Y LAS CRIPTOMONEDAS

P O R : K E N J I R O J U Á R E Z N A V A

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E S T U D I A N T E D E L A L I C E N C I A T U R A E N R E L A C I O N E S I N T E R N A C I O N A L E S P O R P A R T E D E L A U N I V E R S I D A D A N Á H U A C M É X I C O , C A M P U S N O R T E .

C O R R E O : K E N J I R O J 6 @ G M A I L . C O M L I N K E D I N : K E N J I R O J U Á R E Z N A V A

Resumen: La falta de regularización en algunos países de las criptomonedas es una realidad; no obstante, ciertos Estados se han situado como líderes en su ordenamiento legal, estableciendo precedentes. Esto mientras que la inestabilidad financiera, las fluctuaciones monetarias significativas, las restricciones de fuga de capitales y la inflación de la moneda nacional en algunos de estos países, ha llevado a la prosperidad de las criptomonedas. El debate entre los académicos sobre la naturaleza de las criptomonedas, ya que estas pueden ser utilizadas como medio de cambio, sustitutos del dinero por decreto (fiat money), e incluso como mercancías. El presente escrito desarrolla los mecanismos de algunos Estados para incorporar o desalentar la incorporación de las criptomonedas a su economía.

Key words: blockchian, criptomonedas, Estado, finanzas, regularización, seguridad.

La naturaleza de las Criptomonedas y el Blockchain

lE Bitcoin White Paper, ejemplo de criptomoneda, se estableció como un libro de contabilidad que estaría distribuido bajo un sistema peer-to-peer (igual a igual) en el que cada una de las acciones desarrolladas en un bloque serían registradas, así como validadas por una cadena de bloques.

Estos serían los que darían legitimidad al igual que validez en cada uno de los nodos de la red de servidores en función; la mejor herramienta para su seguridad eficiente es bajo el uso de criptografía matemática, hashes. Con este formato, dentro de la cadena cada uno de los bloques tendría un sello personal o un registro que serviría como su hash (código) que sería visible a todos los demás servidores; esto se le conoció como el Blockchain. Lo anterior es una combinación de tecnología de contabilidad distribuida y criptografía, misma que la hace segura. La forma en que se construye la cadena de bloques significa que permite el registro de forma permanente, con un historial completo y rastreable. Sin embargo, autoridades como Bruno Le Maire, ministro de finanzas francés, mencionó que “la soberanía de las naciones podría verse debilitada o amenazada por estas nuevas monedas” (Brown & Richard, 2020).

Junto con la tecnología blockchain, el libro descentralizado permite a las partes registrar y verificar transacciones globales de criptomonedas sin depender de una institución bancaria o financiera centralizada como intermediario (Brown & Richard, 2020). Esto busca prevenir el “doble gasto" sin la supervisión de un intermediario centralizado, como un banco, para revisar las transacciones financieras. Este se refiere al riesgo en que una parte utilice el mismo valor ya gastado en una transacción para una segunda transacción, aunque la parte, habiéndolo transferido, ya no posea ese valor; estas transacciones peer-to-peer son directas y descentralizadas. En el proceso de autenticación de prueba de trabajo, se utiliza una private key, que es un código especial que permite a los usuarios acceder al libro mayor de blockchain disponible públicamente, verificando la propiedad de

la criptomoneda. Es una serie de números y letras que se genera aleatoriamente cuando cada usuario compra por primera vez una criptomoneda. Esta, permite al propietario realizar transacciones de criptomonedas, que ocurren cuando el propietario accede a la cadena de bloques y registra la transacción. Sin la clave privada, nadie puede gastar o intercambiar la criptomoneda. El beneficio de la clave privada es que ninguna tecnología conocida puede decodificar el código único y aleatorio de la clave privada a menos que su poseedor revele el código. Sin embargo, el defecto del sistema de seguridad de la clave privada es que el propietario de esta no puede recuperar la clave si se pierde, se extravía o es robada. Los expertos sitúan la cantidad en dólares de las criptomonedas perdidas o robadas en el segundo trimestre de 2019 en $ 4.260 millones, muchas de las cuales desaparecieron como resultado de robos de información privilegiada, estafas de salida, y esfuerzos de piratería (Shawver, 2021).

Otra de las herramientas afines al blockchain es el contrato inteligente, el cual es automatizado. Este utiliza reglas predefinidas para dirigir el intercambio de cualquier bien o servicio. El objetivo clave es producir una transacción transparente, inequívoca y con tarifas bajas. El contrato inteligente es inequívoco, ya que todos los términos están predefinidos y se hace cumplir siguiendo un proceso predeterminado. Según sus características técnicas, estos permiten listados en espacios de trabajo colaborativo, registro permanente e inmutable de transacciones de cuál sea su naturaleza. Además, se puede desarrollar por platillas que, según su ordenamiento -ya sea en una empresa o una institución, apoye a que incremente su eficiencia. En las finanzas, una de las ventajas clave de los contratos inteligentes es su capacidad para manipular activos digitales, como las criptomonedas. Los contratos inteligentes automatizan la ejecución de aplicaciones financieras que implican almacenamiento y transferencia de fondos entre usuarios y contratos (Tolmach et. al., 2022).

La encomienda de las criptomonedas en los mercados

Aunque la eficiencia de los mercados de criptomonedas tiende a aumentar con el tiempo, hay un porcentaje considerable de días en los que los rendimientos podrían ser predecibles con información pasada para algunas monedas (Ripple, Monero y Stellar). Sin embargo, se encontró en un estudio que el mercado más eficiente es el de Bitcoin y Litecoin, seguido de cerca por el Ethereum. Mientras que los mercados menos eficientes son Ripple, Stellar y Monero (López, Muela, & Arguedas, 2021).

A través de modelos económicos, los académicos Aalborg, Molnár, y Vries (2019) dieron solución a dicho dilema centrándose en la medición de la volatilidad y el volumen de operaciones del Bitcoin para reconocer sus patrones de retorno. Describieron que los cambios en la cantidad de direcciones únicas utilizadas en la red de Bitcoin están relacionados positivamente con sus retornos en periodos de tiempo semanales, así como diarios. El volumen de transacciones del Bitcoin predice (menormente) sus retornos diarios, pero no los retornos semanales, quedando la mayor parte de la variación en los rendimientos del Bitcoin sin explicación. En este sentido, Bitcoin se parece a otros activos financieros, en dónde los cambios de precios son difíciles de predecir. Sin embargo, ninguna de las variables puede predecir la volatilidad semanal. Ciertamente, en un primer momento los participantes dentro del mercado están interesados en predecir cambios de precios; en segundo lugar, en predecir su volatilidad.

El marco jurídico de las Criptomonedas y el Blockchain

A principios de 2017, Ucrania fue reconocida como una de las principales naciones en regularizar la asimilación y el uso de criptomonedas, colocando a este país entre los diez principales en número de usuarios de Bitcoin (Carnes, 2017). Por su parte, Gran Bretaña lidera la integración de criptomonedas, pues este país tiene una de las jurisdicciones más amigables y convenientes para realizar negocios con estas. Además, el Estado británico ofrece apoyo para startups que se relacionan con monedas digitales debido a que el Banco Central reconoció las criptomonedas como dinero digital (Banco de Inglaterra, 2021). Sin embargo, el gobierno no ha tomado una posición final sobre la regulación legal para sus actividades, ya que se clasificaron como "dinero privado"; ubicándose en una zona gris, un vacío legal (Bank of England, 2021)

En Estados Unidos, la Comisión de Bolsa y Valores (SEC), el Servicio de Impuestos Internos (IRS) y la Comisión de Comercio de Futuros de Materias Primas (CFTC) han intentado regular las criptomonedas. Es significativo que la novedad general de las criptomonedas y la falta de consenso en cuanto a

su estatus legal plantean desafíos complejos para los tribunales, especialmente en el contexto de la valoración de activos. Los tribunales todavía se enfrentan a la cuestión de si clasificar de manera similar las criptomonedas como materias primas o como monedas según el Código de Quiebras de Estados Unidos (Commodity Futures Trading Commision, s.f.).

El IRS clasifica las criptomonedas como propiedad, en lugar de como moneda, para propósitos de impuestos federales. La SEC, que regula los valores, ha decidido que Bitcoin y Ether, no lo son. En general, los valores son una amplia gama de inversiones en propiedades e instrumentos financieros, como acciones y bonos, y generalmente representan el riesgo que asume el inversionista al realizar la inversión (Crenshaw, 2021). Por su parte, la CFTC clasifica las criptomonedas como materias primas, a diferencia de las divisas o valores. Las materias primas incluyen artículos como trigo, lana, ganado, servicios, derechos e intereses. Estas definiciones dejan de lado la oportunidad de clasificarlas como monedas, tal como el dólar estadounidense, el cual es un medio de cambio que obtiene su apoyo y valor de las autoridades gubernamentales (Shawver, 2021).

El sistema legal de los Estados Unidos es de dos niveles. A nivel federal, el Servicio de Impuestos Internos, el Departamento de Valores de FinCEN, la Comisión de Bolsa y Valores (SEC) y la Comisión de Comercio de Futuros de Productos Básicos (CFTC) están involucrados en la regulación de las transacciones de criptomonedas. En Washington DC, la moneda digital es un objeto de transmisión de dinero en el sentido de la Ley Uniforme de Servicios Monetarios. Lo anterior, significa que las empresas pueden realizar transferencias de criptomonedas a un residente de Washington DC solo después de obtener la licencia de operador de transferencia de dinero de Washington DC (Anush, Inna, Petrovich, & Tetyana, 2021).

Los asuntos fiscales en los Estados Unidos son tratados por el Servicio de Impuestos Internos. A principios de 2014, este servicio publicó explicaciones sobre las transacciones con criptomonedas que están sujetas a impuestos, en particular (Internal Revenue Service, 2014):

Salarios pagados a los empleados que utilizan la moneda virtual se tributan sobre el empleado, gravados sobre el mantenimiento y la acumulación de impuestos sobre el impuestos sobre el impuesto sobre la renta federal; La naturaleza de la ganancia o pérdida de la venta o intercambio de una moneda virtual depende de si la moneda virtual es el activo principal del contribuyente; Un pago realizado con una moneda virtual está sujeto a informes en la misma medida que cualquier otro pago realizado con respecto a la propiedad.

El servicio de impuestos, al igual que la SEC, ha definido la criptomoneda como una encarnación de valor digital, que se distribuye en forma digital y se puede utilizar como medio de contabilidad, intercambio o acumulación (Anush, Inna, Petrovich, & Tetyana, 2021). El interés ha sido constante, teniendo una de las mayores exposiciones a finales de 2017, cuando el expresidente Donald Trump firmó buscó firmar una ley según la cual se gravarían todos los acuerdos que utilizaran criptomonedas.

En el caso de México, las advertencias a los “activos virtuales” se registraron desde hace más de 5 años en un comunicado por el Banco Central (Banco de México, 2014). Tesis no aislada, ya que incluso la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros desde el portal del Gobierno de México ha hecho pública una advertencia sobre su uso como un riesgo al patrimonio de los usuarios (CONDUSEF, s.f.). Banco de México (2019) emitió un comunicado reiterando su posición acerca de estos activos financieros, que para ese momento en disposición con la Ley para Regular las Instituciones de Tecnología Financiera (Ley Fintech) poseía atribuciones para dar autorización y regulación a los activos financieros.

Tanto Banco de México, como la Comisión Nacional Bancaria y de Valores, de la mano de la Secretara de Hacienda y Crédito Público (2021), reafirmaron que los activos virtuales no son de curso legal en México; a la vez que marcaban la no autorización desde las instituciones financieras para realizar u ofrecer operaciones con estos activos virtuales. Del mismo modo que se restringe cualquier servicio financiero desde las instituciones a efectuarse con instrumentos como “monedas estables” que son una propuesta frente a monedas volátiles como el Bitcoin o Ether. Adicionalmente, Banco de México (2021) en su portal de internet tiene el apartado Sobre los activos virtuales, los riesgos relevantes y el posicionamiento del Banco de México, que se

refiere a la autorización paras las instituciones interesadas a presentar la forma en que atenderán los riesgos asociados a la operación con activos virtuales, en caso de que decidan utilizarlos para su operación interna, sin considerar operaciones con activos virtuales de cara al cliente. Por tanto, los servicios relacionados con activos virtuales al público en general, por parte de las instituciones financieras, no son convenientes y los riesgos asociados a los activos virtuales no deberán impactar al usuario final.

Por otro lado, los factores políticos se convierten en áreas de oportunidad para la minería de las criptomonedas, siendo redituable bajo términos específicos. Este es el caso de la a empresa Doctorminer ubicada en Caracas, Venezuela, que utiliza cerca de ochenta computadoras para la minería de criptomonedas. La ventaja reside en que estas unidades del tamaño de una caja de zapatos, cuyo precio se calcula en alrededor de 400 dólares cada una, generan cerca de diez mil dólares al mes. No obstante, el minado de criptomonedas tiene un alto costo energético, ya que resolver los problemas matemáticos en un pool o individualmente con estos ordenadores puede demorar horas, días y semanas; esto, tan solo para generar una cantidad generosa de criptomonedas que serán verificadas y agregadas a las carteras de los usuarios. El éxito en Venezuela para estas empresas es al subsidio del servicio de electricidad. Dicha empresa, por ejemplo, paga cerca de diez dólares al mes por el consumo de electricidad de todos sus ordenadores (AFP, 2021).

Para América Latina, estas criptomonedas se han convertido en un mecanismo de maniobra financiera para Estados que no se sienten cómodos dentro del señoreaje del dólar. Por ejemplo, Venezuela, con escasas regulaciones; El Salvador, que se convirtió en el primer país en aceptar como moneda de curso legal al Bitcoin con el argumento de que favorecería el intercambio comercial, la recepción de remesas, así como que estimularía el turismo; y Cuba, que su Banco Central dará seguimiento a una regulación de las criptomonedas para su curso legal (Cota, 2021). El portafolio de oportunidades de intercambio de bienes o servicios no se agota con las criptomonedas, ya que funciona como válvula de escape ante la negativa de acceso de estos gobiernos a un sistema económico dolarizado.

En Japón, en el 2019 el parlamento, la Dieta Nacional de Japón, aprobó la Ley de Servicios de Pago (la "PSA") y la Ley de Intercambio e Instrumentos Financieros (la "FIEA") que definió las principales áreas de regulación legal del ámbito de las criptomonedas:

Los operadores de los intercambios de criptomonedas están sujetos a registro en la Agencia de Servicios Financieros (FSA); El regulador está facultado para realizar inspecciones de existencias y, si es necesario, puede aplicar medidas administrativas; Las criptomonedas reconocen valores similares a activos.

El Gobierno de Japón aprobó en 2017 las enmiendas a la Ley Bancaria y reconoció oficialmente a la criptomoneda Bitcoin como medio de pago. Además, la agencia de bitcoins más grande, Kuna, está operando en la CEI, así como el uso de tecnología blockchain descentralizada en una serie de proyectos estatales, en particular: e-Auction 3.0, e-Vox, E-Ukraine (Anush, Inna, Petrovich, & Tetyana, 2021).

Por lo anterior, en octubre del 2021, la Agencia de Servicios Financieros de Japón facilitó una licencia a la Asociación Japonesa de Casas de Cambio de Activos Virtuales para asumir el papel de un órgano autorregulatorio. La asociación se formó en abril tras un robo a una de las casas de cambio de activos virtuales más importantes de Japón, actualmente formada por 16 miembros, que son el total de casas de cambio de activos virtuales autorizadas para operar en Japón. La licencia otorgada por el órgano gubernamental faculta a la asociación emitir sus propias reglas y sancionar a los miembros que no le den seguimiento a la norma (Banco de México, 2021).

El anonimato y la privacidad

Para los gobiernos, el hecho de que las criptomonedas sean utilizadas para realizar blanqueo de capitales, financiación del terrorismo o delitos informáticos plantea un problema considerable. Por ejemplo, el Bitcoin permite a los usuarios finales crear transacciones financieras (pseudo) anónimas sin la necesidad de revelar su información personal; esto generando un seudónimo para el usuario, también llamado "dirección" . Por lo que el supuesto anonimato y la facilidad para crear transacciones financieras pseudo-anónimas llamaron la atención de los usuari -

os que valoran su privacidad, por un lado, y, por otro lado, también ha atraído a los ciberdelincuentes que quieren usarlo para actividades ilegales bajo términos de discrecionalidad (Feng, He, Zeadally, Khan, & Kumar, 2019).

Es posible asignar las direcciones de Bitcoin a los datos IP, por lo que su anonimato puede ser observado en el tráfico de retransmisión en tiempo real. Por lo tanto, es posible revelar la propiedad detrás de las direcciones de Bitcoin. Alternativamente, si un usuario paga en sitios web de compras utilizando una criptomoneda, un rastreador de terceros puede vincular la información de la transacción a la cookie del usuario y luego vincularla a la identidad real del usuario. Finalmente, si un rastreador de terceros puede vincular las compras en línea del mismo usuario a la cadena de bloques, entonces es posible identificar el grupo completo de direcciones y transacciones, incluso si los usuarios emplearon técnicas de anonimato de la cadena de bloques para ocultar su identidad (Yin, Langenheldt, Harlev, Mukkamala, & Vatrapu, 2019).

Conclusión

Los usuarios que busquen participar en el mercado de las criptomonedas, ya sean empresas de cualquier naturaleza u otros actores de manera indistinta, están obligados hacer una inmersión consiente de los retos, el marco legal y las amenazas en este ecosistema. La ausencia de intermediarios, una autoridad central o una unidad responsable limita la capacidad del usuario a imputar ante cualquier daño, por tanto, este fenómeno despierta el interés de diversos actores.

A pesar de que el blockchain sea una garantía para sostener la confianza de los usuarios, esta herramienta continúa enfrentándose a retos que pueden sumar o restar a su legitimidad. Por añadidura, a este sistema se anexan otros instrumentos como el contrato inteligente que favorecen la certidumbre de los usuarios para los fines que deban atender.

Cada uno de los Estados ha propiciado diversas políticas desde las instituciones competentes para el análisis, debate y regulación de las criptomonedas. A nivel internacional sigue habiendo una deuda con relación a la homologación para su regulación, si bien cada Estado puede acreditar las criptomonedas bajo su ordenamiento jurídico, este no queda superado por la sincronización entre los Estados en un plano global. Con relación a su función dentro de la economía, su acceso se mantiene restringido por las normas nacionales de los Estados, por lo que su implementación se reduce a solo unas posibilidades para estar en coordinación con la norma de los gobiernos. Sin duda alguna, día a día se incorporan características, así como elementos en las criptomonedas, que los Estados pondrán a juicio para su adecuación en la norma. Será entonces que su potencial en materia económica encontrará lugar.

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