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Nuevo mundo estrellado
En la vida hay miles de fenómenos, seres vivos, tecnología, etcétera; la mayoría del tiempo pasamos por alto la belleza que hay en las cosas e incluso al verlo cotidianamente se deja la curiosidad sobre su existencia, y ahí es donde se diferencian las personas, es decir, los científicos, investigadores y creadores.
Una persona comenzó por casualidad a mirar hacia arriba donde la luz que se logra distinguir no toda es por el Sol. Ahí fue cuando Galileo Galilei observó el cielo de una manera distinta creando preguntas e intentando formular respuestas coherentes o solamente describir lo que hay fuera de nuestra atmósfera.
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En la antigüedad, Aristóteles fue uno de los primeros en describir su teoría acerca del Universo, él decía que todo era perfecto, constante y estaba dividido por dos regiones; para ese tiempo su teoría era coherente.
Después de un tiempo hubo una aportación, que replanteó lo que había propuesto Aristóteles, y fue cuando Tolomeo intentó describir con matemáticas los movimientos de los cuerpos celestes, donde su descripción astronómica llegaba a contradecir la astronomía Aristotélica.
Después de la llegada de Copérnico y las teorías de Kepler, llegó Galileo Galilei, una persona que comenzó su pasión por las matemáticas hasta el punto donde la experiencia lo llevó a conocer aquel juguete (el catalejo) que había sido creado por Hans Lippershey. Ese juguete fue la clave para descubrir una nueva ciencia, la astronomía.
Mientras se pensaba que la Tierra era el centro del Universo, las observaciones de Galileo demostraron que en realidad se mueve junto con los demás astros, provocando un dilema entre los ideales de la iglesia, ya que Galileo tuvo que retractarse de sus descubrimientos, pero al final de su discurso frente a las autoridades quienes creían en la teoría geocéntrica, murmuró “Y sin embargo se mueve”.
Entre noviembre y diciembre de 1609 se propuso observar a los astros celestes, iniciando sus reportes los cuales compaginó en un interesante libro llamado El mensajero de las estrellas, su libro contiene los primeros dibujos realistas de los reportes, los cuales describían lo observado por Galileo.
La primera noticia importante plasmada en su libro fue que la Luna estaba cubierta de chipotes y abolladuras, por lo que no era la esfera perfecta descrita por Aristóteles. El segundo punto importante es que había muchas más estrellas, es decir, a donde apuntara su telescopio observaba una gran cantidad de estrellas que a simple vista pasaban desapercibidas. Debe haber sido muy emocionante para Galileo descubrir que la vía láctea no era una gran nube difusa, sino un gigantesco conjunto de estrellas.
A partir de los descubrimientos que aparecieron en el libro antes mencionado, otros astrónomos desearon observar los fenómenos que Galileo describía en dicho libro, por lo que construyeron telescopios, incluso algunos eran mucho mejores que el de Galileo. Esto desencadenó discusiones sobre las interpretaciones que daba cada uno a los distintos fenómenos observados. Por ejemplo, Kepler daba su total apoyo a Galileo, pero el astrónomo principal del Vaticano, Christophorus Clavius, estuvo en contra pues no pudo comprobar la existencia de los dichosos cuatro planetas que Galileo había descubierto.
Después de tantas discusiones sobre los descubrimientos que había plasmado Galileo, se propuso a estudiar el Sol, notando sus detalles, pues tenía manchas. También describía a Saturno como una estrella compuesta por tres cuerpos luminosos acomodados en una fila. Sin embargo, al observarlo dos meses después quedó perplejo pues encontró completamente solo al planeta.
Gracias al descubrimiento de cuatro nuevos astros, la corte de los Médicis le otorgó un puesto con un excelente sueldo; esto lo catapultó para ser reconocido ampliamente en el resto de Europa.
Por otro lado, la Nueva Academia de los Linceos, de la cual formó parte le proporcionó interesantes interlocutores y locutores. Gracias a todo esto muchas más personas se fueron enterando de las implicaciones filosóficas y teológicas de los descubrimientos de Galileo.
Finalmente, la ciencia descubierta por Galileo, la astronomía, se convirtió en la primera ciencia que interpuso un instrumento entre los sentidos y la naturaleza. Con el uso del telescopio se obtuvieron respuestas a antiguos fenómenos, pero además permitió realizar nuevas preguntas.
Solo con el uso del telescopio se obtuvieron pruebas de que el modelo Copernicano del Universo reflejaba mejor la realidad que el Aristotélico, además de que la tesis de los cuerpos celestes perfectos resulto desechada.
El telescopio fue evolucionando con el tiempo dando mayor auge para visualizar y analizar me - jor las características de nuevos cuerpos celestes y comenzar con conocer más acerca de posición, composición, tamaño, tiempo de vida, entre muchas más.
En la actualidad se amplió la visión que existe del Universo, únicamente hay que recordar que para llegar a este pensamiento liberal a astrónomos les tomó gran parte de su vida poder darnos el conocimiento que existe hoy.
Referencias
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Goddard, J. (2009). National Geographic Concise History of Science & Invention: An Illustrated Time Line. National Geographic Society.
Kline, M. (2013). Mathematics for the Nonmathematician. Dover Publications.
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Stewart, I. (2016). Calculating the Cosmos: How Mathema- tics Unveils the Universe. Adfo Books.
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Erudición / Artículo