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Reseña de la exposición* “El Espíritu del 22”

*“Entre 1922 y 1926, San Ildefonso se convierte en el epicentro de experimentación artística de México, donde un grupo de pintores emprende la creación de un nuevo lenguaje plástico de gran formato, de carácter público y de intenciones pedagógicas, con particular interés por las representaciones históricas, la crítica social y la agitación política”. (Colegio de San Ildefonso ). Eso es lo que se puede leer en una “cédula informativa” en la primera sala con el título “El espíritu del 22”.

Por Santiago Velasco Zempoalteca*

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La exposición se ubica en el segundo piso, al subir se pueden apreciar algunos de los murales más icónicos del Colegio como El desembarco de los españoles y la cruz plantada en tierras nuevas de Ramón Alva de la Canal (1892-1985) que está en la antigua entrada, La Masacre en el Templo Mayor de Jean Charlot (1898-1979) en el cubo de las escaleras, entre otros.

Empieza con una puerta que tienes que empujar y drásticamente puedes ver el contraste de cómo una estructura antigua hecha de piedra se transforma en un espacio más amplio con objetos desmontables. Al caminar por las distintas salas también vas avanzando dentro del colegio, pudiendo observar más espacios. Los objetos, pinturas, máscaras están acompañadas de una cédula, y los murales son proyectados. Los artistas y personas involucradas también están acompañados de una biografía, información sobre su aportación al Muralismo Mexicano, fotografías y algunas obras.

La exposición no sólo trata de murales, o quizás sí, pero para un estudiante de bachillerato que en este año tuvo su primer acercamiento hacia la apreciación de las artes, fue mucho más reveladora que sólo textos que los turistas pasan de largo. Como en mis clases, pude trasladarme a otro momento que se entrelazaba perfectamente con los temas que ya había discutido o que son escuchados día con día. Pues justo se exhibe la historia de una remodelación de un espacio que un día fue un lugar de enseñanza, y cómo se fue transformado en el origen de una forma de expresión mediante la pintura derivada de una revolución. Las y los artistas que podían expresarse y dejar un mensaje con sus obras a la par que se educaban con la historia del país y lo que hoy en día es el muralismo en México y quizás no un Muralismo Mexicano, pues son diferentes las metas de las que surgieron hace un siglo, pero sigue siendo un medio de expresión.

En el antiguo colegio de San Ildefonso se pueden apreciar murales como La masacre del Templo Mayor de Jean Charlot, pintado entre 1922 y 1923.

El mural está hecho en encáustica, que junto que con la técnica del fresco, son las más usadas en San Ildefonso; también fue pintado con la ayuda de Fernando Leal. En el mural se pueden apreciar los dos bandos: nativos y conquistadores; así como unas lanzas anaranjadas que por la dirección de la punta se aprecia que son empuñadas por los seres que están acorazados de metal, mientras que los sometidos portan vestimentas festivas y vistosas. No tienen armas.

En el mural hay mucho color, no tiene un fondo, y se puede ver un contraste de la luz hacía los europeos, pues parecen la oscuridad; sus rostros, así como el de sus caballos, parecen enojados. Los mexicas muestran rasgos de horror, tragedia, miedo y confusión. Y quizás el mural pueda tener un significado más allá de sólo plasmar este momento en la historia de México tan importante, creo yo que puede ser una crítica también a la censura y cómo otros tienen el crédito del trabajo, pues las personas celebran y festejan (se expresan con libertad) pero la opresión censura o crítica sin conocer.

Por lo que me quedó de la exposición y lo que una voluntaria de nombre Gladys me explicó mientras recorría los murales, es que se puede decir que hay dos muralismos en México, el Muralismo Mexicano y un muralismo contemporáneo pero alejado a lo que fue esa corriente tan característica de México en el siglo XX.

El Muralismo Mexicano surge de la necesidad de educar a un pueblo analfabeta, que conozcan la historia de su país creado así un nacionalismo a partir de la Revolución Mexicana, pero después se integraría el socialismo ruso, el indigenismo, la prematura globalización, el avance de la tecnología y las luchas campesinas o el sindicalismo obrero.

Esas son las bases y lo que distingue al muralismo mexicano puede ir desde algo muy explícito como el mestizaje que se plasma en Cortés y La Malinche, hasta quizás algo más complejo como El Banquete de los Ricos, ambos de José Clemente Orozco; pero siempre hay un poco de narrativa histórica con alguna crítica social.

Ahora bien, el muralismo actual es una transformación que permite que se siga con- tando esa historia de México con crítica a las políticas y la situación del país, defensa de nuevas minorías y sobre diferentes fachadas. Permite que siga habiendo una crítica mientras que se hace una exploración a una identidad nacional.

Finalmente, el muralismo es algo distintivo de México, que por sus grandes exponentes del siglo XX ahora lo vemos como algo común, algo que muchas veces no nos genera un sentimiento de asombro, pero no hay que olvidar que siempre hay un mensaje que trata de ser transmitido y plasmado más allá de ser “vandalismo”.

Me gustaría invitar a mis compañeros a asistir a esta exposición pues en mi opinión es un gran punto de apoyo para iniciarse en el mundo del muralismo y valorar esta manifestación artística más allá de la cotidianeidad superficial con la que generalmente es tratada pudiendo despertar interés, pasión o diferentes emociones además que también es conocer la historia de nuestra preparatoria.

Número 10, mayo 2023

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