Primavera
Respuesta de las plantas a la entrada de los días más largos y cálidos Por Claudia García Rivas
L
a primavera es una de las cuatro estaciones que divide el año. Esta estación inicia con el equinoccio de primavera que ocurre entre el 20 y el 21 de marzo en el hemisferio norte, y entre el 22 y el 23 de septiembre en el hemisferio sur. Durante esta época, los árboles comienzan a reverdecer, y las plantas a florecer. Es importante resaltar que las estaciones: primavera, verano, otoño e invierno, no se presentan de la misma forma en todo el mundo, pues cada región puede tener un clima diferente. El término nace del latín prima, que significa primer y vera, cuyo significado tiene que ver con el verdor. Juntas, crean el término de primavera, la cual hace referencia a una estación del año en la cual la temperatura es más elevada, sus días tienen mayor duración, hay dispersión de lluvias y, lo más importante de esta época, es el reverde y la floración de las plantas caducifolias, las cuales se caracterizan por tener hojas que caen en la estación fría de cada año. Además de tener total relación con la astrología, la primavera tiene muchísimo que ver con la mitología, más que todo en la griega, haciendo alusión a la historia de Perséfone y su rapto tramado por el dios Hades. Según la historia, Perséfone era hija de la diosa de la tierra Démeter y esta, al ver que el dios del inframundo había raptado a su hija, se hundió en una gran depresión que hizo que la tierra se
14
secara, las plantas murieran y, por consiguiente, las cosechas no se dieran. En principio, eso prometía poner fin al mundo. Hades, al ver todo lo que estaba ocurriendo, decidió llegar a un trato con la Diosa. Prometió dejar a Perséfone en la tierra por 6 meses, los cuales corresponden a la primavera-verano, de esta manera, la naturaleza se mantendría firme y el mundo en paz. Pero, luego de finalizar ese lapso, se la llevaría el resto del año hasta el inframundo, correspondiendo así al otoño e invierno. En esta época era donde todos los dioses celebraban el retorno de Perséfone y, tal era la alegría de su madre, que los árboles florecieron.