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CINE BAJERIL

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JAUME VILADOMS

JAUME VILADOMS

El vuelo de los dragones

FICHA TÉCNICA:

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Título original: The Flight of Dragons (1982, USA) Director: Jules Bass, Arthur Rankin Jr. Intérpretes: John Ritter, Bob McFadden, Don Messick Duración: 96 minutos

Cuatro magos hermanos tratan de salvar su mundo hasta que uno de ellos decide aprovechar la situación para hacerse con el control absoluto. ¿Alguien recuerda este clásico de la animación ochentera? “El Vuelo de los Dragones” es una película de fantasía heroica que nos propone una historia tan bonita como sencilla, carente de cualquier tipo de pretensiones, con el único objetivo de entretener a quien la vea.

El tema principal de la película es coexistencia de la magia y la ciencia. Su guión es una adaptación que mezcla dos libros: “The Flight of Dragons” y “The Dragon and the Georges”. El primer libro es muy curioso ya que no es una obra de ficción sino un ensayo que juega con la posibilidad de que los dragones realmente existieran y que fueran una evolución de los desaparecidos dinosaurios. Por ejemplo, el escritor compara la capacidad de vuelo y el fuego de estas criaturas a los dirigibles antiguos: en el interior de su estómago se crea el hidrógeno que los hincha (por eso tienen esa apariencia tan gruesa) y los eleva… y el fuego se produce al quemarse dicho hidrogeno para descender. La película es una producción de la pareja formada por Arthur Rankin y Jules Bass, auténticos expertos de la animación en su vertiente más modesta, cuya carrera en este campo se desarrolló sobre todo en televisión. De ella resaltar los dobladores en su versión original y la música escrita por Don McLean.

Una obra maestra con una hermosa historia de amor, magia, sueños, ciencia, lógica, esperanza, guerras, bellas melodías y muchos dragones. En pocas palabras: un imprescindible clásico de animación para el disfrute de todos.

EL CABALLERO DEL DRAGÓN

(Fernando Colomo, 1985) En una Europa medieval, una nave extraterrestre es confundida con un dragón y su tripulante se enamora de una bella princesa. Fernando Colomo, hoy conocido y reconocido director y productor, debió de estar muy borracho cuando, al mando de un reparto internacional nada desdeñable –Klaus Kinski, Harvey Keitel, Fernando Rey y Miguelito Bosé- y con el incomparable marco del castillo de Requesens como telón de fondo, filmó este extraño, torpe, aburrido e incomprensible crossover entre la serie B de marcianitos y la leyenda de San Jorge, nada menos. Claro que le podríamos aplaudir como visionario: ahí está el reciente experimento “Cowboys & Aliens” de Jon Favreau.

RAYA Y EL ÚLTIMO DRAGÓN

(Don Hall, 2021) Raya, una guerrera solitaria, tendrá que encontrar al último y legendario dragón para reconstruir un mundo destruido y volver a unir a su pueblo. No os vamos a engañar, esta película de la factoría Disney sigue el clásico monomito (o periplo del héroe): hay un problema, la heroína se va de aventura, esta aventura la cambia, resuelve el problema y la vida vuelve a la normalidad. Pero lo hace de manera entretenida y con dragones de fondo que es lo importante para este número. Acaba de ser estrenada y la podéis ver on-line pero esperamos que las cosas mejoren pronto y podamos tenerla en la gran pantalla.

EL HOBBIT

(Peter Jackson, 2012) Bilbo Bolsón es visitado por unos extraños personajes que le llevan a vivir la aventura de su vida. “El Hobbit” es el libro que precede a la famosa trilogía de “El Señor de los Anillos”, pero mucho mas entretenido y fácil de leer. Aunque sólo es un libro, Peter Jackson se las ingenió para sacar tres películas de más de dos horas cada una. Muchos somos partidarios de que tendría que haber sido sólo una, pero, por lo menos, esta trilogía tiene muy buenos efectos especiales y, obvio, a Smaug, un enorme y carismático dragón.

EL IMPERIO DEL FUEGO

(Rob Bowman, 2002) Quinn, un niño, despierta sin querer a un enorme dragón de su letargo de siglos. Veinte años más tarde, pueden apreciarse las devastadoras consecuencias del paso de la bestia y de sus vástagos por todo el planeta. En este mundo postapocalíptico, un jefe de bomberos conoce a un americano que dice saber cómo acabar con los flamígeros invasores. A diferencia de las otras recomendaciones, los dragones de esta película viven en nuestro tiempo. El director consigue, con poco presupuesto, sacar una cinta un poco tonta pero muy entretenida y, cuando menos, interesante. Una especie de cruce entre “Dragon Heart“ y “Mad Max” protagonizado por Matthew McConaughey y Christian Bale.

Este mes desde CERVEBEL, nos traen varios chascarrillos sobre el origen y desarrollo de la cerveza y nos proponen maridar varias lámbicas con sonidos disco-funky. ¡Salud!

Cerveza y música: dos de las pocas cosas que son casi tan antiguas como la Humanidad y, de alguna u otra manera, siempre nos han acompañado. Los arqueólogos sitúan las primeras cervezas en Mesopotamia –hace 6.000 años– y desde ese momento han formado parte de nuestra cultura pasando por Egipto, Grecia y Roma hasta llegar a la Galia. Las cervezas que se bebían entonces eran todas de fermentación espontánea y su sabor no tenía nada que ver con lo que hoy en día conocemos: eran turbias y ácidas y formaban parte de la dieta diaria de la gente humilde. Por ejemplo, los esclavos egipcios las tomaban durante la construcción de los pirámides. Eran como pan líquido.

En la Edad Media apareció la cerveza de alta fermentación y, más tarde, ya con la Revolución Industrial, la de baja fermentación. Así, las fábricas de cerveza industrial se extendieron por el mundo y llegaron a España. El único país que siempre ha seguido elaborando cerveza de fermentación espontánea es Bélgica, donde, en la zona al oeste de Bruselas llamada Pajottenland (ya os veo haciendo el chistecito), nunca han dejado de elaborar su Lambic y la mezcla de diferentes añadas con refermentación en botella: la Oude Geuze. Al igual que en el Antiguo Egipto, la Lambic –elaborada en granjas– se servía a los trabajadores durante su duro trabajo en el campo. Como se trata de fermentación 100% natural (no se añade nada de levadura) tanto en aroma como sabor se parece a la sidra vasca y en este sentido acompaña muy bien a la comida. Este tipo de acidez es definida en inglés como “funky” y los cerveceros artesanos americanos han sido los primeros fuera de Bélgica en experimentar con este tipo de cervezas, cogiendo como referencia las marcas belgas más prestigiosas: la Lindemans Cuvée René y la Boon Oude Gueuze o la Boon Mariage Parfait, presentes en los primeros vídeos que hizo Michael Jackson, el primer y más famoso periodista cervecero. En YouTube podemos encontrar The Beer Hunter (1989) 5: Burgundies of Belgium, un vídeo muy interesante donde se ve perfectamente cómo se elaboran estas míticas cervezas.

Se trata de cervezas alegres y sorprendentes y por eso se combinan muy bien con la canción “Play That Funky Music” de Wild Cherry. Como detalle curioso, todas lambicas tienen una versión “kriek” -que añade cerezas a las barricas para su maceración… y el grupo se llama, precisamente, Wild Cherry (“cereza salvaje”).

Para completar la selección musical, añadimos varias canciones en el mismo estilo: -Another One Bites The Dust (QUEEN) -Last Night a Dj Saved my Life (INDEEP) -Superstion (STEVIE WONDER) -Higher Ground (STEVIE WONDER) -Do It Anyway you Wanna (PEOPLE´S CHOICE)

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