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DISCALCULIA

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EL LAMONATORIO

EL LAMONATORIO

por HELEN ÁGREDA WILES

“Hola, me llamo Helen, y tengo más imaginación que yo qué sé qué.”

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Llamadme prosaica si queréis, pero esta mierda de chiste me ayuda a aceptar sonriente mi falta de creatividad.

Una vez Germán me contó que había soñado que le operaban el cerebro (desde fuera del cráneo) con huesos de pollo; cada detalle era una auténtica movida.

Yo ahora mismo me despierto de un largo sueño en el que -madre mía qué me estás contando- aparecían en mi casa dos lámparas que había marcado como favoritas en Wallapop. Muy loco.

La fantasía, esa gran desconocida mía. Esa persona que me deja con el saludo en la boca. Ese instagram que sigo y no me sigue. Mi vecina incómoda del ascensor, el moco seco en mi nariz, mis ganas de hacer caca de fiesta.

Yo deseé ser fantasiosa, pero la fantasía no tuvo interés en mí. Así que yo renuncié a ella y no quise ver Star Wars, y no quise ver Regreso al Futuro, ni quise ver El Señor de los Anillos, ni Juego de Tronos. Llamadme prosaica si queréis, que el prosaísmo tiene cura, y si no que se lo digan a mi madre, toda la vida siendo una prosaica y ahí anda, a sus 70 años y leyéndose el quinto de Harry Potter. Y llamadme prosaica si queréis, pero ¿de verdad os molan los dragones? ¿Vosotros habéis visto a los perros? ¿A los gatos? ¿A los lagartos y los cocodrilos, si os ponéis intensitos? ¿Sabéis que existen? Los puedes tocar, jugar con ellos, meterles la cabeza entre las fauces y morir con un boquete en la yugular y otro en la carótida. ¿O para qué quieres es un dragón? ¿Para darte fuego cuando estás de Juevintxo?

Llámame prosaica si quieres, pero una sola cosa te voy a decir. Si tuvieras un dragón, piensa cómo recogerías la mierda de tu dragón de la acera, con toda la marquesina mirando. Porque ese tema no se abordó en Juego de Tronos, ¿no? Por lo que sea. Porque Daenerys no tenía que agacharse a cogerlas, porque no hay marquesinas en los Siete Reinos… por lo que sea, pero no se abordó. Y esto suponiendo que caga en la acera, porque si decide cagar mientras se da una vuelta sobrevolando tu calle en la Rotxa, que te lleva esperando toda la tarde a que te prepares para el Juevintxo y -harto ya- te ha dicho que te espera fuera, y justo cuando al dragón se le asoma la tortuga, dios no lo quiera, sales tú de casa, que te has puesto de punta en blanco porque llevabas en chándal desde el confinamiento y tus colegas te han llamado la atención ya de puta vergüenza que les da ir contigo, y pasas tú por debajo, eh… Cuando lo que te caiga no sea un clásico zurruto de paloma pamplonesa, sino una tonelada de mierda de dragón, que hepatitis B y C son lo mínimo que tiene que tener la mierda de dragón, entonces qué.

Pero vosotros llamadme prosaica. Porsiaca.

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