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Estrategias para enfrentar la sequía
IAZ-M.C. Hermilo Suárez Domínguez
Investigador del Departamento de Zootecnia-Universidad Autónoma Chapingo hermilosuarez@hotmail.com Quinta Parte:
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Atender al ganado por grupo de prioridad.
Ya estamos en mayo. El efecto de la sequía se siente con fuerza. Los pastos y el agua son muy escasos. Los animales se han adelgazado y los gastos se aumentan cada día. Sin embargo, el ganado tiene que mantener su función productiva para lograr que esta actividad primaria todavía pueda verse como negocio.
De hecho, el momento se ha vuelto tan crítico que tiene que establecerse una prioridad para el manejo de los animales porque todos deben recibir la alimentación especial que necesitan y que esta se asocie con bajo costo y máximo aprovechamiento (porque las inversiones tienen que ser siempre rentables, así que cada peso que se desembolsa debe producir rendimientos).
Los animales de manejo crítico.
El primer grupo de animales son las vacas próximas a parir. En la época de sequía se aumenta la frecuencia de retenciones placentarias; por tanto, se recomienda que a estas vacas se les aparte del resto del ganado para confinarlas en un potrero donde reciban atención próxima y un tratamiento veterinario inmediato al parto, tal que se les prepare para recuperar pronto la fertilidad y aumentar la posibilidad de lograr pronto otra gestación.
El segundo grupo se compone de las vacas recién paridas. Estos animales son de prioridad porque producen la leche que las crías necesitan para crecer. De hecho, por esa función particular el productor ganadero suele concederles mucha atención. Sin embargo, debe advertirse que proporcionar alimentación a la vaca para provocar que produzca la leche que el becerro necesita representa una práctica no recomendable.
La razón es que la vaca convierte con baja eficiencia el alimento en leche; por el contrario, se recomienda que sea la cría quien reciba el alimento suplementario porque lo aprovecha con alta eficiencia.
El siguiente grupo se compone de las crías que están en lactancia. Estos animales son de interés porque contienen a los vientres de reemplazo, así que deben recibir el manejo que les permita crecer adecuadamente. Algunos productores ganaderos no lo saben, pero estos animales son los más eficientes entre todo el ganado de cría. Por tanto, las crías lactantes no deben permanecer en el potrero si no son aptos para alimentarse con los forrajes secos de esta temporada; deben destetarse pronto porque todavía quedan unos 40 días de sequía (antes de que desgasten todavía más a las vacas y se prolongue la etapa de infertilidad de las madres); y recibir la alimentación que les proporcione los nutrimentos adecuados para el sano crecimiento.
El cuarto grupo se compone de los vientres de reemplazo. Estos animales están en etapa de desarrollo y representan el futuro del rancho ganadero; por tanto, deben sostener el ritmo recomendable de crecimiento (de unos 800 g al día) inclusive durante esta temporada de mayo-junio. De lo contrario, si estos animales no crecieran al ritmo que se recomienda se convertirán en vientres poco aptos para parir becerros.
Los sementales representan el último grupo de interés porque en las próximas 8-10 semanas tendrán poco trabajo; sin embargo, no se les debe mantener en potreros donde caminen mucho y se desgasten, sino que pueden apartarse y mantenerse en potreros pequeños donde reciban una cantidad menor de alimentación suplementaria en tanto pasan estos días finales de la sequía.
En síntesis: la clasificación de los animales por etapa o función productiva se recomienda porque se relaciona directamente con el costo de la alimentación. Como se sabe, éste
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es el principal componente de los costos totales de producción, inclusive cuando el ganado se sostiene con los forrajes de bajo costo que se producen en los potreros.
Además, en la consideración de este columnista y nutriólogo de formación, durante la temporada de sequía puede ofrecerse a todos los animales el mismo tipo de alimentación suplementaria, es decir, el mismo tipo de alimento concentrado. Lo que se modifica es la cantidad que se proporciona a cada animal.
Por consiguiente, las estrategias de alimentación para enfrentar la sequía son importantes porque implican desembolso de efectivo. De hecho, es por eso que se afirma que cada peso que se desembolsa para hacer frente a la sequía debe convertirse en inversión rentable. Ahí es donde se aplicará el ingenio del productor ganadero (para evitar que el desembolso se vaya hacia “un pozo sin fondo”).
Cómo se aplica
La temporada de sequía es el fenómeno que demuestra la importancia de manejar al ganado por etapa de desarrollo y función productiva. El factor clave de esa consideración es el manejo alimentario.
Si bien durante la temporada de lluvias el ganado sin restricción puede alimentarse del forraje que se produce en los potreros ello se debe a la libertad que tiene de elegir el sitio de pastoreo y el forraje que quiere consumir; en esas condiciones el ganado también puede alimentarse en distintos horarios respecto al resto del ganado.
Sin embargo, en la temporada de sequía los nutrimentos del forraje no cubren los requerimientos del ganado; por tanto, el productor ganadero tiene que recurrir al suministro de alimentación suplementaria para evitar que el ganado pierda la función productiva o llegue a morir de hambre o sed. En esas condiciones el ganado debe recibir la cantidad de alimentación suplementaria que cubra sus necesidades nutricionales. Para lograrlo los animales deben consumir el alimento por separado, en ocasiones de uno en uno.
Por tanto, para hacer frente con éxito a la sequía también puede considerarse que:
La inversión que se realiza en esta temporada debe convertirse en productos que generen rendimientos económicos; es decir, en kg de ganancia de peso o de leche.
A lo largo del año la tarea del productor consiste en realizar inversiones que produzcan utilidades. Para lograrlo se sugiere que las experiencias de este año se conviertan en aprendizajes que se pondrán en práctica el próximo ciclo productivo.
Por consiguiente, se confirma que las estrategias para enfrentar la sequía combinan ciencia con arte y experiencia.