Revista Imagen y Comunicación N°97

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EDITORIAL Lillian Zapata Directora

CONFINADOS RESPONSABILIDAD COMPARTIDA PARA SALIR DE LA CRISIS Hace apenas unas semanas despedimos el año 2020 con la esperanza de que este 2021 sería mejor, sin embargo las noticias nos alertaron de nuevas variantes de la COVID-19 provenientes de Gran Bretaña, Sudáfrica y Brasil, las dos primeras de alto nivel de contagio y la latinoamericana más letal capaz de quitar la vida entre los jóvenes.

Los indicadores muestran cómo se viene disparando el virus por la velocidad de transmisión que alcanza. Los hospitales se desbordan, las muertes se reportan en cientos hasta haber superado el millar por día en algunos países como Alemania y Reino Unido, según sus autoridades.

Ante la nueva realidad, lejana a recuperar la normalidad, los gobiernos frenan la vida cotidiana de las personas y decretan confinamientos por estar los contagios en la cresta de la ola, en algunos casos por segunda vez y en otros experimentan la tercera activación sin que ello implique que sea la última y definitiva.

Las vacunas registran posiciones a favor y en contra, más aún cuando se ha difundido que la efectividad de alguna de ellas como Novavax es del 95.6% frente al coronavirus, 89.3% ante la variante del Reino Unido y 49% de eficacia a la mutación aparecida en Sudáfrica. Sin embargo, buena parte de los profesionales de la salud precisan que ese es el camino para protegerse.

Frente a los informes de organizaciones que monitorean el estado de la pandemia, las autoridades conducen a sus ciudadanos a quedarse en casa y salir solo lo necesario. El propósito es claro: evitar que se siga propagando el virus, preservar la vida y dar un respiro al sistema sanitario que no descansa ante la crisis. Se trata de un llamado a la conciencia y de interiorizar el efecto letal sino se actúa con responsabilidad.

No existe una receta única para combatir la COVID-19, pero podemos adoptar un plan de prevención desde casa basado en una clara comunicación con nuestras familias. Actuar con rigurosidad y sin descuido viene funcionando: mascarilla, distanciamiento social y lavado de manos. De igual forma, a los primeros síntomas solicitar apoyo de orientación médica para vencer al virus desde el primer momento y no permitirle avanzar hasta afectar nuestros pulmones.

No hay sistema de salud en el mundo que pueda atender a gran parte de su población si fuera vulnerada por la COVID-19 y sus nuevas variantes que hacen de la enfermedad más agresiva. El “encierro” al que ha sido dirigida la ciudadanía pretende evitar que más gente termine hospitalizada o pase a las Unidades de Cuidados Intensivos (UCI), un lugar que puede conducir a la muerte o regresar al paciente a la vida, un albur que sufren los familiares y amigos sin poder estar cerca de su ser querido.

En el Perú, en plena segunda ola, no se cuenta con camas UCI ni oxígeno en varias regiones por lo que el gobierno ante la saturación del sistema sanitario ordenó el inició de una segunda cuarentena del 31 de enero hasta el 14 de febrero. Estar confinados tiene un objetivo: bajar el número de contagios; situación que será posible solo si asumimos que tenemos un rol al estar en juego la vida de todos.

El sentido común nos dice que todos los ciudadanos tenemos que responder y participar ante la urgencia. Se trata de una responsabilidad compartida donde cada uno de nosotros es un actor importante para frenar la enfermedad si interiorizamos y tenemos claro que más gente está muriendo, cerca de nosotros hay alguien conocido que la está pasando mal y las cifras de fallecidos se incrementan más rápido a nivel global, así lo indica el wordometers.info Para tomar conciencia es fundamental estar informados y comunicar a nuestro entorno lo que viene sucediendo y estaría por suceder, como podría ser el endurecimiento de las medidas si no frenamos al virus mediante una actuación preventiva sin el menor descuido.

La COVID-19 ha requerido la intervención de todos los públicos a nivel mundial: sistema sanitario, autoridades, empresas, familias, instituciones y ciudadanía en general que deben responder ante la emergencia sanitaria. “La pandemia nos demostró nuestras interconexiones globales (...) No podemos cerrarnos cada uno a lo suyo”, expresó Angela Merkel, canciller federal de Alemania, en la reciente reunión virtual del Foro Económico Mundial de Davos. En esa línea, toca ser conscientes que asumir una responsabilidad compartida nos encamina a salir de la crisis y sacar adelante a las naciones. Demostremos que la conciencia individual genera una gran conciencia colectiva. Hagamos el compromiso.


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