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TALENTO HUMANO
from Edición 188
by LATINPYME
Personas inseguras y las implicaciones para las empresas
Algunas personas son más seguras de sí mismas que otras. En una entrevista esto es un atractivo, ¿pero hay situaciones en las que contratar a alguien así sea mejor?
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Por: Jairo Pinilla, director de Performia Colombia.
Hoy en día los gerentes se enfrentan a muchos retos al momento de contratar personal que sea productivo para sus empresas. Representa un gran desafío conseguir una persona con los conocimientos, las actitudes, la personalidad, y, particularmente en el caso de cargos gerenciales y ejecutivos, la seguridad necesaria para el cargo. Esta “seguridad” implica un poco más para nosotros que lo que usualmente significa, y la importancia de esta característica no debería menospreciarse.
La seguridad, en pocas palabras, es la confianza que una persona tiene en su propio juicio. Una persona segura de sí misma confía en su criterio, puede tomar una decisión más fácilmente, y la mantendrá hasta ver su resultado. Por el contrario, alguien que, con una seguridad más baja, aunque será más flexible, puede ser un problema debido a que a veces le costará decidirse, y podrá definir que es mejor cambiar de rumbo a la mitad del camino, sin saber si realmente lo inicial funcionaría o no.
El efecto de este factor en la toma de decisiones es lo que lo hace tan importante en cargos ejecutivos. Después de todo, poner rumbo a la organización es la función principal de los cargos altos. Y alguien que cambie constantemente de rumbo no funciona muy bien para estos puestos. Pero esto no significa que no funcione nunca.
¿Son empleables?
Antes que nada, es importante aclarar que no existen personalidades buenas ni malas a los ojos de un buen contratante, o al menos es así en el 90% de los casos. Lo importante es colocar a la persona correcta en el cargo adecuado. Partiendo de esta premisa, la pregunta titular se responde sola. Pero hay que entrar en detalles para entender bien cómo emplear a cada persona:
¿Cómo actúan?
Alguien que tenga baja seguridad, es una persona fácilmente influenciable. Esto la hace impredecible, y posiblemente impulsiva. Los pros de una persona así son que no le molesta estar en puestos inestables o con funciones cambiantes, tiende a estar en constante aprendizaje, y a menudo puede ser bastante creativa.
Tampoco le molesta lanzarse a nuevos negocios sin preparación, pero su éxito en ellos dependerá de otros factores. Sin embargo, es muy posible que deserte de cargos rutinarios tan pronto ya no haya nada nuevo por aprender, y en cargos ejecutivos confundirá a sus subordinados con sus constantes cambios en sus planes.
Personas seguras
Un individuo con una alta seguridad será incapaz de cambiar de curso de acción. Entre más alta sea su seguridad, más psicorrígida será. Sin embargo, esto también implica que es muy improbable que esta persona tire la toalla ante algo. Los pros de una persona segura son su persistencia, y lo predecible que es su rendimiento.
Un asistente contable altamente seguro es ideal, y un líder, aunque idealmente no debería ser psicorrígido, se beneficiará de ser bastante seguro ya que mantendrá sus decisiones, y no producirá caos en su equipo de trabajo. Sin embargo, para estas personas puede ser bastante desesperante entrar en un ambiente muy creativo o donde no exista un plan de acción constante.
La vida no tiene un mapa. El hecho que seas demasiado seguro a veces puede ser un problema al momento de resolver un inconveniente imprevisto. La historia de una empresa comienza con una persona “insegura” lanzándose por el precipicio del emprendimiento, creando un nuevo mercado.
Pero las empresas que prosperan usualmente lo hacen porque, a la mitad del camino, llega alguien “seguro” para mantener las cosas que funcionan funcionando bien, y para evitar que el fundador repentinamente decida darle un giro a la empresa que la pondría en riesgo. Para un gerente el balance es importante. Tener un buen nivel de seguridad, pero mantener cierto grado de flexibilidad al mismo tiempo es importante para quién es la persona encargada de la estrategia de la empresa. Un gerente debe lidiar con problemas que surgen de la nada, situación en la cual sufriría alguien psicorrígido, pero al mismo tiempo ponerle rumbo y mantenerlo hasta llegar a destino, de manera que alguien impulsivo tampoco sería ideal.
Gerenciar una empresa es como ser el capitán de un barco. Si su destino es el mediterráneo, tendrá que navegar por varios meses para llegar, y no se puede permitir, a la mitad del camino, decidir que prefiere ir a cazar ballenas en Groenlandia. Pero por el camino habrá tormentas, y debe ser capaz de responder rápido a la crisis, y no permitir que el viento arranque sus mástiles. Pero como siempre resaltamos en Performia, tener una tripulación capaz y competente siempre termina siendo lo más importante.