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Resistir en la imagen: Retratos virtuales para acortar distancias
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¿Es posible captar la esencia de alguien a través de una fotografía virtual? ¿Estamos capturando, además de la imagen de una persona, un contexto histórico que nos toca a todxs? ¿Cómo nos adaptamos a las circunstancias y creamos bajo sus condiciones? La realidad, cada vez más compleja y nutrida por la virtualidad cambió. Y nuestro rol como fotógrafxs también.
Nunca nos habíamos planteado la posibilidad de la ausencia de contacto físico a la hora de fotografiar, pero para este número de MARGINAL el contexto es el que manda y hay que adaptarse. A diferencia de la foto callejera o casual, el retrato involucra una conexión afectiva con la persona y entra en juego la conversación, la química y la confianza. Lograrlo de forma virtual es un desafío creativo.
La cámara del celular o del computador capta la imagen, se recepciona ese paquete de bits en nuestras pantallas, luego se captura a través de nuestra cámara y finalmente se traspasa esa foto al computador, procesada y reprocesada en un ciclo permanente. imagen pasa por tantos procesos tecnológicos y a la vez es procesada por nosotroxs, los fotógrafxs, y luego por quien lee esta revista? Nos enfrentamos a un nuevo lenguaje, desconocido y extraño, que aún no terminamos de comprender y donde aún no tenemos respuestas claras. Luego de tantos procesos y tantas pantallas, canales y cámaras como intermediarias, ¿qué tan nuestras son estas fotografías?
¿Qué ocurre en este traspaso virtual de la imagen?
Lo que sí podemos decir es que cada imagen capturada es una huella íntima en sí misma, una vivencia personal en confinamiento, un registro de este momento histórico del que todxs somos parte, sin distinción. Y aunque a unxs les pegue más duro que a otrxs, resistimos con creatividad e ingenio.
Imagen 4.Retrato de Sebastián Calfuqueo. Fotografía: Alfonso González.
Imagen 3.Retrato de Carla Yovane. Fotografía: Alfonso González.
Imagen 2.Retrato de Paula López-Droguett.Fotografía: Emilia Duclos.
Imagen 1.Retrato de Cheril Linett. Fotografía: Emilia Duclos. Nos preguntamos si la fotografía virtual –que – Mueve la cámara hacia la derecha, baja la panvarixs artistas y fotógrafxs están explorando– talla un poco, aléjame unos metros y párate ahí será una nueva forma de trabajo o más bien solo donde se ven esas plantas. pasará a ser parte de un archivo – ¿Aquí estoy bien? ¿Te dejo encima de esos libros para que quedes más arriba? histórico que evidencie cómo se trabajaba en tiempos de confinamiento. Es increíble pensar lo re– Sí, mejor, ¿y puedes mover esa lámpara para alumbrar un poco tu cara? levante que es para lxs fotógrafxs el hecho de estar en el lugar, en el aquí y el ahora, de percibir con – ¿Así? Puedo acercar esta planta y abrir todos los sentidos el medio físila cortina a la derecha. co, de poder vincularnos. Hoy la distancia social que gobierna nos obliga a pensar nuevas formas de Lxs retratadxs se convierten en productores de su pensar y explorar el mundo y a cuestionar lo propia imagen. que conocíamos como realidad: la separación entre lo físico, lo palpable y lo digital es cada vez El contacto físico se reemplaza por una extraña más engañosa y a ratos esos mundos se mezclan intimidad virtual, donde se entregan a la expede una manera tan abstracta y acelerada que riencia de posar frente a sus pantallas y nosotrxs no alcanzamos a entender nada. La fotografía, nos transformamos en dispositivos inertes con voces como en toda la historia, va a depender del curprocesadas que entregan instrucciones para ser moso que tomen nuestras relaciones y la manera vidos de un lado a otro. en que nos sigamos vinculando. El contexto invita a la incertidumbre, a dar pasos hacia el Los retratos precisos y nítidos que se tenían en mente vacío, a preguntarse mucho y resolver poco, y previo a la pandemia se convierten en imágenes mara lxs fotógrafxs, como comunicadores e invescadas por el pixel, la mala conexión, los reflejos en las tigadores que somos, no nos queda más que pantallas, las interferencias y el movimiento. Poco a observar, adaptarnos, tomar las herramientas poco los factores que parecían caóticos y descuidados que tenemos a mano y buscar las alternativas configuran una nueva armonía. Nos apropiamos de para seguir creando. esa estética y la explotamos para lograr resultados intuitivos, azarosos e inesperados. Creemos que ahí EMILIA DUCLOS Y ALFONSO GONZÁLEZ hay algo honesto. Si la imagen queda sucia y borrosa Fotógrafxs de MARGINAL. o nítida y limpia no es relevante: más interesante es el hecho de intentar captar y comunicar la esencia de las personas de manera sincera.
“Las fotos no se ven como son, las vemos como son. La lectura de la fotografía depende de un saber del lector”, dice Roland Barthes en Lo obvio y lo obtuso³. En la nube de la virtualidad se pierden datos, se pierde información, colores, matices y detalles de la persona que es fotografiada. Entonces, ¿qué es lo que vemos? ¿Un aura, un fantasma, una representación? ¿Sigue existiendo la esencia de esa persona a pesar de que no esté toda su información? ¿Captamos realmente lo que es cuando el contacto ocurre a través de una pantalla? ¿Podemos decir que conocemos a alguien si nunca hemos estado ante su presencia física? ¿Qué pasa cuando esa